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Todo comenzó en Egipto por LeeLawlietTakarai

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Notas del capitulo:

1. Muchas gracias por darle oportunidad a este fic. Espero no decepcionarlos en los siguientes episodios.

Capítulo II

Aparece de nuevo su alma: El Faraón Deia Mon

Como era de esperarse, la noche fue muy agitada para los tortolitos que disfrutaban haciendo sus “travesuras” y gracias a eso no pasaron nada de frío. Por su parte el pobre Alex lo paso bastante mal, a pesar de que había tomado sus previsiones, de llevarse muchas mantas ya que el desierto de noche se sentía como el polo norte.

Las frías horas de la noche pasaron dando lugar al sublime amanecer, de esos que solo en Egipto se pueden deleitar. Las pirámides volvían a brillar de color oro gracias al señor del sol, Ra, ese que empantanaba con sus rayos olímpicos los mares de arena de esa majestuosa ciudad.

El que despertó primero fue Alex, ya que había pasado muy mal la noche. Con fastidio se levantó de su cama (N:/A Si en las casas de campaña de estos chicos eran enormes y pues cabía una pequeña litera, como las del ejército), y se dirigió a su maleta para tomar algo de ropa e irse a bañar. Obviamente el baño lo tenía que hacer rápido, no quería que sus trabajadores lo vieran el aquel baño portátil, semidesnudo.

Entró a aquel baño que solo cubría del cuello hasta unos pocos centímetros debajo de sus rodillas; el agua estaba totalmente fría, sabía que ese tipo agua su amigo Ángel no lo aguantaría, el chico canadiense estaba acostumbrado a su tina con agua caliente y estar en la compañía de su novio; y ese sería un verdadero problema ya que ambos no iban a caber en el baño.

Se baño lo más rápido que su cuerpo pudo, empezando por jabonarse el cabello y después su tan bien formado cuerpo atlético. Con una bata que le había regalado Ángel salió del baño y fue rápidamente a su casa, en donde tomo unos bóxers de color negro que hacía que su piel brillara como nunca. Después se puso una camisa de hacer deportes pegadita a su pecho y encima de esa su camisa color caqui (N/A: Como la de cualquier arqueólogo) a juego con un short del mismo color. Intensamente atractivo a la vista de cualquier mujer, e inclusive de los hombres. Tomo un peine y su sombrero.

- Es hora de encontrarte Faraón, a mí no se me esconde nada – musitó Alex antes de salir a de su casa.

Para sorpresa de este, encontró a Ángel y Guillermo bañándose juntos, demasiado apretados.

- ¡Alexander Winchester! – Se oyó el grito de Ángel por todo el desierto - ¡¿Por qué demonios no se te ocurrió traer un baño por lo menos más grande?!

- Por que no iba a caber en la camioneta – contestó tranquilamente

- Pero… - Ángel iba a empezar a protestar nuevamente, pero Guillermo lo cayó con un beso el los labios.

 

- Tómalo por el lado positivo, estamos juntos amor – le dijo Guillermo tocando su hombría.

- Ahhh…..s…si – decía con dificultad el chico de ojos cafés claros.

- Dejen de hacer sus cosas aquí – se molestó Alex -  y báñense rápido o los trabajadores los encontrarán ahí metidos.

- Tranquilízate, Alex – le dijo Guillermo – Para que no te enojes te invitamos

- No juegues, baka –

Alexander se dispuso a hacer el desayuno, Sólo había un pequeño inconveniente ¡No sabía! Ni siquiera podía poner la sopa en la pequeña olla que estaba en la fogata.

- Vaya, muy bueno en arqueología, pero pésimo en el arte culinario – le burlaba de él Ángel que ya estaba vestido con un pantalón color caqui un playera negra pegadita al cuerpo

- Bueno, soy un ser humano, algo tenía que hacer mal – dijo algo vanidoso Alex  - Ah por cierto, si piensas entrar conmigo en la tumba te recomiendo que te pongas algo más cálido ya que hace mucho calor adentro, además lleva una máscara, sabes que podemos pescar un virus en ese lugar tan encerrado – terminó de decir Alex, para dejar a Ángel hacer el desayuno

- Alex, me lo dices como si fuera un arqueólogo inexperto, cosa que no lo soy – dijo molestó Ángel

- Discúlpate con él, o no te daremos de desayunar – dijo Guillermo

- Yo lo siento, y no me disculpó por que tú me lo digas  - refunfuñó Alex

El desayuno paso de lo más tranquilo posible, a excepción de las pequeñas, pero necesarias discusiones de Alex y Guillermo.

Al poco rato, percibieron unas camionetas Egipcias, llena de hombres para la excavación, obviamente todos los hombre eran de origen egipcio, con sus capuchas y todo lo demás para cubrirse de el intenso sol.    

- Me alegro que por fin hayan llegado – dijo Alex al jefe de los trabajadores

- Nos fue muy difícil encontrarlos señor –

- Bueno no hay problema, si estamos listos, partamos a las ruinas a buscar al Faraón

Alex, Guillermo y Ángel se fueron en su camioneta, mientras que los demás trabajadores se fueron detrás de ellos. No estaban muy lejos, pero debían de transportar todo el material y con sus manos no lo lograrían rápido.

- De acuerdo, pónganse a excavar – les ordenó Alex

 

- Podrías ser más sutil – lo regaño Guillermo

- Déjame de molestar y ponte a estudiar las medidas de las ruinas –

- ¡¿No pueden llevarse bien, por un minuto?!– dijo Ángel ya molesto

- Por ti yo hago lo que sea, amor mío – decía Guillermo riéndose de Alex

- Bien pongámonos a trabajar – dijo Ángel

Los trabajadores egipcios solo iban a excavar, se les tenía prohibido entrar a las ruinas; estás normas las había puesto Alexander, ya que el no quería que pudieran enfermarse debido a que el lugar estaba muy encerrado.

Pasaron seis horas, ya eran las tres de la tarde y aún no podían encontrar la entrada a la cámara mortuoria de el faraón; la paciencia de Alex ya se estaba acabando, hasta que se escuchó un grito.

-  ahhhhhhhh – era el grito de un trabajador egipcio

- ¿Qué es lo que sucede aquí? – llegó Alex al lugar de los hechos.

- Un trabajador cayó en un pozo – dijo el jefe de los egipcios – pero al parecer está bien

- Hey, ¿Te encuentras bien? – gritó Alex hacia el pozo

- Si, estoy bien – se escuchó la voz – creo que ésta es la entrada de la tumba del faraón.

Al escuchar eso, la mirada de Alex se tornó en una expresión de fascinación, por fin había encontrado a ese famoso faraón; no lo pensó dos veces y se aventó al pozo para comprobar si era verdad lo que le decía aquel hombre.

-  Alex, ¿estás bien? – gritó Ángel

- Ese tipo esta loco – dijo Guillermo

- Si, estoy bien Ángel – respondió Alex – Y dile al “demonio” que si lo escuché

- ¡Ese tipo! Tiene un sentido del oído súper desarrollado – musitó Guillermo sorprendido por que Alex lo hubiera escuchado

- Bueno, ¿Esa es la entrada? – preguntó el jefe de todos los trabajadores a el chico de ojos amatista

- Al parecer si, necesito que lancen una cuerda para salir y preparar mi equipo – gritó Alex

Al poco rato estaba afuera preparando su equipo de trabajo; a las ruinas solo entrarían, Guillermo para conocer las dimensiones de las ruinas, Ángel por que el sabía mucho de reliquias antiguas, el jefe de los trabajadores para saber si había trampas en las tumbas, (N/A: Recuerden que los egipcios, ponían trampas en las tumbas para desorientar a los “asalta tumbas”), y por supuesto Alex, por que él era muy bueno para descifrar jeroglíficos. Además de que era el jefe de la expedición.

Todos ellos llevaban ropa fresca, por que sabían que haría mucho calor, cada quien portaba su mochila con su equipo y una mascarilla para cubrirse la cara, como medida de precaución contra los virus de las tumbas.

- De acuerdo con las dimensiones de estás ruinas, la cámara mortuoria no debe de estar muy lejos – dijo Guillermo

- Hay que tener cuidado con las paredes, con el techo y con el piso, nunca se sabe donde puede estar una trampa – dijo Ali Bu Jalad, el jefe de los trabajadores

- Si – respondió Ángel

Caminaron durante aproximadamente cinco minutos, hasta que se toparon con una pared que les impedía el paso.

- Esta puede ser una trampa – dijo Ali Bu Jalad

- ¿Y cómo vamos hacer para pasar? – dijo Guillermo

- Eso es elemental – comenzó a decir Alex – la tiraremos con cuidado, por que al tirarla se puede abrir un pozo en el suelo

- Bueno, pues empecemos – comentó Ángel

Alex, que llevaba una pequeña pala de mano, empezó a golpear la pared que estorbaba su camino, lo hacía con mucho cuidado ya que no sólo podría caérsele una pared encima, sino que podía activar otra trampa.

Por fortuna, no había pasado nada, después de que Alex destruyera la pared de piedra, ahora solo esperaban a que el humo de despejará para ver que era lo que escondía la dichosa pared.

Al disiparse el humo todos se quedaron sorprendidos, ya que había estatuas de tamaño humano, de oro, oro puro; éstas estaban alrededor de un sarcófago grandísimo igualmente de oro. A las orillas se encontraban unos cofres llenos  de oro y de joyas, que probablemente sería de faraón que estaba ahí dentro. Lo que más les asombro fue que en las paredes no estaba el nombre de ese faraón, estaba borrado, pero lo realmente fue extraño es que si hubieran estado ahí los asalta tumbas y ellos hubieran borrado el nombre ¿Por qué no se llevaron los tesoros?

- Esto es extraño, todo esta en orden – empezó a decir Ángel -  pero el nombre de este faraón no esta

 

- Es realmente extraño, los egipcios ponía el nombre para que el espíritu del faraón llegara con Osiris – empezó a relatar Ali Bu Jalad – ya que si no lo ponían el espíritu de este no descansaría en paz.

- Es maravilloso – comentaba Guillermo que estaba asombrado por las maravillosas cuatro estatuas que estaban un poco más bajas que el, como de la estatura de Ángel, cuando estaba apunto de llegar a la tercer estatua se tropezó con algo.

- ¡Auch! – exclamó Guillermo por el golpe - ¿Qué es esto? – dijo levantando el objeto con el cual se había tropezado

- Es un papiro – dijo Alex – dámelo quiero ver lo que dice

Guillermo le dio el papiro y este comenzó a observarlo para tratar de penetrar en los enigmáticos símbolos egipcios.

- ¿Y bien que dice Alex? – le preguntó Ángel que cargaba una pequeña linterna para que Alex pudiera ver mejor.

- Bueno dice algo más o menos así: “Esta es la tumba de dos grandes faraones, uno está muerto, otro está en un profundo sueño, quien logre despertarlo lo amará por siempre...”

- ¿Qué es lo que quiere decir? – preguntó Guillermo

- Que en esta tumba, hay dos faraones, puede ser que uno sea el padre y el otro el hijo – decía Ali – Uno esta muerto, el otro puede estar maldito con las maldiciones del libro de los muertos

- Debe de haber más papiros, que nos digan exactamente quién es él y dónde está el otro faraón – dijo Ángel buscando por toda la tumba

- Aquí hay otro – señaló Ali a una de las estatuas

- Mira cada una de las estatuas tiene un papiro – decía Guillermo – la que levante del suelo era de esta estatua.

- Juntémoslos para poder leer sus inscripciones – ordenó Alex

- Bueno este dice: “El primer sarcófago es del gran Faraón Amón I, que sólo tuvo un hijo: Deia Mon, que se encuentra debajo de él” – terminó de leer Alex

- ¿Amón I y Deia Mon?, vaya que sorpresa comentó Ángel – comentó Ángel

- Pásame el otro papiro – dijo Alex y comenzó a leer – “Amón I, faraón hermoso que era mediador entre los dioses y los humanos, su cuerpo era algo pequeño, pero su mirada infundía pánico, su carácter era algo fuerte pero siempre ayudo a su pueblo, su ojos color miel era algo muy atrayente, su esposa Lee, era una chica de igual estatura que el, con los ojos color gris y la piel del mismo color que su marido, blanca. Él tenía 18 años de edad cuando subió al trono, ella contaba con 17 años. Desgraciadamente ella murió a los dos años de matrimonio y solo tuvieron un hijo Deia Mon” – finalizó Alex

- Ese papiro si que decía mucho, es el más largo de los cuatro – dijo Ali

- Bueno, denme el otro para poder leerlo – ordenó Alex y empezó a leer: “Deia Mon, hijo del Faraón Amón I y la reina Lee Isthar. Joven de estatura alta, 1.73 m, todo lo contrario de sus padres. Desde joven se interesó por la cacería y el ejército, cuando cumplió 17 años de edad, subió al trono tras la muerte de su joven padre, por desgracia sus primos querían también el poder y su madrastra ayudo para que lo maldijeran con ayuda el libro de los muertos Él se encuentra en……”. Rayos – dijo Alex muy molesto

- Si que lástima, el último es el que leíste primero – le dijo Ali

- El último decía que Deia Mon está bajo su padre – comentó Ángel

- Eso quiere decir que debajo de este sarcófago esta Deia Mon – finalizó Guillermo

-Bueno quitemos este monumento, para ver si hay otro abajo – dijo Alex

- Y ¿cómo lo haremos? – Dijo Guillermo

- No lo sé – le contestó Alex

Alex, contemplaba el primer sarcófago, sentía algo de pena que a ese Amón I se le hubiera muerto su esposa, tan rápido; con su mano derecha empezó a frotar el sarcófago, cuando paso su mano por el pecho de este, de originó un temblor.

- ¿Qué…qué sucede? – dijo Ángel abrazándose de Guillermo

- El sarcófago se está moviendo – gritó Guillermo

- Hay que retroceder un poco, puede ser una trampa – les advirtió Ali

Todos retrocedieron y se tiraron al suelo, no querían morir ahí, no sin antes descubrir a los faraones. Esperaron a que el humo se disipara para ver lo que había ocurrido.

- ¿Están todos bien? – dijo Alex

- Si – respondieron juntos Ángel y Guillermo

- ¿Ali, estás bien? – preguntó Ángel

- Si, estoy bien –

- Vaya es el sarcófago de Deia Mon – comentó Alex al verlo aquel monumento

 

- Mira aquí esta un papiro, léelo –dijo Ali

- “Aquí esta Deia Mon, maldito en un profundo sueño, cuando nazca un corazón que lo ame el podrá despertar….”  - terminó de leer Alex

- ¿Está dormido?, Pero ¿Quién va a amar a una momia? – dijo Guillermo

- No lo sé – dijo Alex

Alexander investigaba la tumba de Deia Mon cuando de pronto esta empezó a brillar como el oro y se abrió.

Algo temeroso Alex se acerba y pudo ver ahí un cuerpo en perfectas condiciones, solo con unas cuantas vendas en la cara.

- Rop nif eh odatrepsed – dijo en egipcio antiguo* tratando de levantarse.

- ¡Es Deia Mon! – gritó Alex al ver a la momia cubierta con vendas

Todos estaban sorprendidos y miraban atónitos como la momia trataba de quitarse las vendas del rostro. Con esfuerzo se las quito y al momento de quitar la última venda pudieron apreciar el bellísimo rostro de Deia Mon, sus ojos verdes esmeralda, su tez blanca y una mirada inocente.

- Ut em sah odatrepsed. Sere al arto etrap ed im res – dijo Deia Mon apuntando a un sorprendido Alex.

Continuará…

Notas finales:

1.  Como se dieron cuenta Deia Mon ha despertado y habla otro idioma, no se espanten no es otro idioma,  lo que dice si lo leen al revés (palabra por palabra) se darán cuenta que lo que dijo fue: 1. Por fin he despertado. 2. Tú me has despertado. Eres la otra parte de mí ser. ¿Complicado? Para nada. Así que ya saben como hacerle en el tercer capítulo por que Deia Mon, hablará un poco en su “idioma”.


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Gracias por leer.


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