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¿Un simple amor de verano...? por SorarioOmoe

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Notas del capitulo: x______x! Lo logre, lo terminé x'DU

Ya tenía listo lo de Jairo, pero Abel es an difícil escribir sobre él x.x no se porque.

Y no pude escribir porque estuve realmente enferma, me dio una infección en las vías urinarias por tantas bebidas azucaradas que tomo xDU y ya me estaba afectando los riñones.

Eran horrendas fiebres de más de 40°, temblores violentos, dos días seguidos que no podía comer, vómito, insomnio, dolor de cabeza y lo peor :'c beber agua natural y jamaica sin azucar, fuchi xD

Pero aquí esta, con todo mi amor y un chingo de sorpresas c': gózen, un nuevo brillo de esperanza entre Jairo y Abel se enciende... ¿O no? ¡Uuuiiiuuu!
La noticia se corrió rápido por la escuela, y a pesar de que la nueva y tan esperada pareja actuaba con total naturalidad enfrente de todos, ya era más que asegurado que Joseph y Jairo eran novios. Tal vez en las personas que más impacto causo fue en sus amigos, y aunque ahora se sentían “vigilados” ambos no se arrepentían de nada de lo que pasaba.

- Un nuevo chisme que escuche hoy- le comento Joseph con una sonrisa a Jairo.

- ¿Qué dicen ahora?-.

- Que me engañas saliendo los fines de semana con otras personas-.

- ¿Sabes que es mentira verdad?-.

- Claro que si-.

Joseph se recostó en la amplia banca del patio y utilizó las piernas de Jairo como almohadas volteándolo a ver a los ojos, sin decir nada, las palabras sobraban.

Joseph llevaba ya dos días sin ir a la escuela, lo cual había preocupado a más de uno de sus amigos, entre ellos Jairo, por no saber nada de él, así que ese día después de clase se decidió a ir de visita.

Jairo llego a esa deteriorada casa y tocó la puerta, no recibió respuesta, por ver si tenía suerte decidió girar el picaporte de la puerta y este cedió ante el movimiento de su mano y entro a la casa, desordenada como siempre, la recorrió rápidamente con la mirada y por el tamaño de la casa notó rápidamente que estaba vacía, solo había una habitación que estaba cerrada.

Entro al cuarto de Joseph y lo encontró dormido en su cama completamente cubierto por las sábanas.

- Vaya flojo, tu nunca faltas a clases- se sentó en la orilla de la cama acariciando su cabello y viendo como despertaba lentamente.

Al frotar su cabello pudo sentirlo un poco húmedo y al rozar su frente con la palma de su mano notó que estaba demasiado caliente.

- ¿Joseph te sientes bien?-.

- No- le respondió débilmente abriendo los ojos y mirándolo con tristeza- tengo mucho frío-.

- Pero si se ve que tienes fiebre, descobíjate un poco- Jairo jalo levemente las cobijas descubriendo su cuello y pecho y notó una extraña hinchazón en su cuello- ¿Cómo te hiciste esto?

- ¿Qué es?- se asusto un poco Joseph tocando su cuello y sintiendo muchos pequeños granitos alrededor de su cuello, bajo un poco su mano y descubrió que el camino seguía hasta su nuca.

Con algo de dolor al sentir el cuerpo cortado, Joseph se incorporó en la cama bajo la mirada de Jairo.

- ¿Cómo se ve?- le pregunto Joseph levantándose la camisa de pijama y dándole la espalda.

- Parece un sarpullido-.

- ¿Cómo acné?-.
- No diferente, se ve asqueroso-.

- Me duele- se quejo Joseph con una mueca de disgusto y se volvió a recostar en la cama-.

- Creó que lo mejor sería llevarte al doctor-.

- No seas doña Jairo, ya se me pasará-.

- Bueno, pero si te sientes de verdad mal promete decirme-.

- Eres un amor cuando te lo propones- se burlo Joseph al notar la preocupación de Jairo.

- Cállate o te dejo aquí solo- se defendió Jairo al sentirse un poco avergonzado- ¿Ya comiste algo?-.

- Trate de comer en la mañana pero lo vomité todo, desde hace unos días que estoy muy mareado-.

- ¿Y desde cuando la fiebre?-.

- Ayer en la noche-.

- Llamaré a mi abuela y le diré que me quedaré a cuidarte-.

Joseph sonrió al ver salir a Jairo de la habitación marcando el teléfono de su casa, muy rara vez lo veía tan preocupado por alguien, incluso con él eran contadas con los dedos de la mano de un veterano de guerra las veces en que en esos 8 años de conocerse había demostrado preocupación por él. Sin poder evitarlo, sus parpados empezaron a caer por el cansancio de lo que fuera que estuviera enfermo, cerró sus ojos y se perdió en la oscuridad de sus párpados.

Jairo estaba sentado impacientemente sosteniendo la mano de Joseph mientras este se mostraba tranquilo, pero con una gran inquietud, la razón, hace unas horas Joseph había presentado mucha fiebre esa tarde y se vio obligado a llevarlo al hospital, ni siquiera Joseph se opuso a ser llevado, habían controlado su fiebre y llevaban ya varias horas esperando ver de nuevo al doctor viendo enfermeras ir y venir.

Por la mente de Jairo empezaron a pasar los síntomas de Joseph, fiebre, mareos vomito, y consecuentemente pensar en Abel, Abel esperaba un hijo, aunque sabía que era tan poco probable, pero su mente estaba descontrolada con esos pensamientos.

En el lapso realidad, e imaginación, el doctor al fin apareció en la habitación de urgencias y miro a la pareja que solo lo observaban esperando la respuesta.

- Esto es algo malo- empezó a decir el doctor y su mirada ahora solo se enfoco en Joseph- hemos hecho las pruebas y, eres seropositivo-.

Tantas ilusiones, tantos sueños, toda una vida destrozados en dos simples palabras.


Jairo se encontraba solo en el patio de recreo sumido en sus pensamientos, el diagnóstico de Joseph era algo demasiado distinto a lo que se paso por unos segundos en su mente, su mundo estaba totalmente destrozado, y conociendo a Joseph no era el tipo de persona que se preocupada por su salud.

A lo lejos pudo ver a Renoir, un amigo de Joseph y de él, acercarse lentamente pero no le dio mucha importancia, incluso cuando su tomo asiento a su lado.

- ¿Cómo se encuentra Joseph?- le preguntó preocupado.

- Sigue mejor gracias al medicamento, pero su ánimo es otro tema aparte-.

- ¿Te hiciste tu también el examen?-.

- Sí, he dado negativo- Jairo se froto el rostro con frustración- ¿Sabes? En el fondo me hubiera gustado también que me hubiera dado sida, así podría comprenderlo mejor y tener más garantía de poder estar a su lado “siempre”, pero no, ahora él parece tan delicado y…-.

- Efímero- concluyo su amigo con una sonrisa triste- ¿Cómo reaccionó su madre?-.

- Ella ni siquiera sabe que él es gay, esa maldita vieja no sabe nada sobre él y solo busca pretextos para deshacerse de Joseph, no quiero imaginar cómo reaccionará cuando se enteré de esto, porque a pesar de todo lo que ha hecho esa zorra Joseph aún la quiere-.

- Así es él, es incapaz de guardar odio y rencor en su corazón-.

Jairo guardo silencio y contemplo el patio de recreo, Joseph era diferente a él, tenía sueños y grandes aspiraciones en la vida, si pudiera cambiaría de lugar con él, porque ante sus ojos el no es más que basura comparado con una persona tan especial.

- Como sea Jairo, yo y todos hemos hablado de esto- Jairo volvió a mirar a su amigo esta vez algo intrigado y un poco a la defensiva para lo que fuera a decirle- no hagas ninguna estupidez, eres muy autodestructivo ante los problemas y Joseph lo que necesita ahora es tranquilidad y si tú haces algo extraño solo harás que él se sienta peor-.

- Renoir, no tienen por qué decirme que hacer- Jairo se levanto ofendido dispuesto a marcharse- es mi vida y Joseph es mi novio, haré lo que considere correcto sin consultarles y no tienen ni porque juzgarme-.

Renoir solo suspiró con pesadez y lo vio marcharse a lo lejos. Jairo sin pensarlo mucho salió por la parte de atrás de la escuela, no pensaba seguir más tiempo ahí cuando Joseph sufría en su ausencia. Sin dudarlo se dirigió a casa de su amigo.

Abel se encontraba recostado en su habitación mirando hacia el techo, en unos meses se casaría por el civil con Alex y después se irían a vivir a un pequeño apartamento, esa sin duda no era la vida que planeo nunca y lamentaba hundir a Alex junto con él aunque hubiera sido su propia decisión y en realidad ni siquiera estuvieran enamorados, todo era tan raro.

- Abel- llamo a la puerta su mamá y se limito a voltear hacia ella y ver como se abría- necesito hablar contigo.

- ¿Qué es lo que pasa?-.

- En unos días será nuestro viaje a casa de tu abuela y Jairo, y quería ver si podrías invitar a Alex para que ellos lo conocieran, antes de que nazca el bebé-.

Abel no supo que contestar y solo palideció imaginando la imagen si Alex y Jairo se conocieran, su primo era bastante celoso y lo último que supo que de él fue que estaba furioso y dolido por todo lo que pasaba al decirle por teléfono, pero decir que no quería que Alex fuera sería sospechoso, y su familia debía de saber quién era el “padre” de su hijo.

- Le diré mañana cuando salgamos, estoy seguro de que aceptará- trato de sonreír, pero no funciono, solo fue una incómoda mueca de frustración.
Su madre salió de la habitación y cerró la puerta. Abel dio una vuelta a la cama dándole la espalda a la puerta y derramo pequeñas lagrimas sin importarle el destino en el que acabarían, llorar era algo cotidiano y la tristeza un estado normal para el últimamente. Como extrañaba a Jairo, y cuanto anhelaba estar en ese momento entre sus brazos, aunque la realidad lo impedía.

Al llegar notó que la puerta estaba cerrada con llave así que toco el timbre y al abrirse la puerta salió esa horrenda señora que el tanto detestaba.

- Vine por…- empezó a hablar Jairo.

- Ya sé porque viniste- lo interrumpió bruscamente mientras entraba a la casa por una gran bolsa negra y se la aventaba- ese bastardo ya no vive aquí, estas son sus últimas pertenencias, y recuérdale que no quiero volver a verlo en mi vida-.

La madre de Joseph cerró la puerta de un golpe y Jairo se quedo en estado de shock, ¿Lo había corrido de su casa? Salió corriendo en dirección a su propia casa y al llegar como espero estaba Joseph sentado en la puerta afuera de su casa.

- ¿No te abrió mi abuela?- se sentó Jairo alado de él.

- No quise arriesgarme a interrumpirla, además sabía que no tardabas en llegar- Joseph volteó a ver a Jairo y notó que tenía una bolsa en su mano- ¿Qué es eso?-.

- No lo sé, es tuyo, me lo dio tu madre-.

La expresión de Joseph se torno un poco triste y volteó hacia el suelo.

- Ya te diste cuenta- hizo una pausa meditando sobre todo lo que pasaba- me dijo que me depositaría $500 a la semana en mi cuenta, pero que no la volviera a ver, que no quería saber nada sobre mí, al fin encontró el pretexto perfecto para deshacerse de mí y ahora ni siquiera tengo donde vivir.

Jairo se quedo en silencio unos segundos y suspiro pesadamente.

- Idiota, sabes que tienes mi casa para vivir el tiempo que quieras-.

- No podría causar tantas molestias-.

- No son molestias, mi abuela te adora y dice que eres el novio perfecto para mí, tu solo tendría que pagar tu comida y no tienes porque apurarte por lo demás-.

- No lo sé, podría alquilar un cuarto o algo-.

- Joseph, no digas tonterías, eres una persona enferma que necesita que lo cuiden, debes quedarte en mi casa, por favor-.

Joseph se recargo en el hombro de Jairo y rodeo su brazo con el suyo mientras Jairo recargo su cabeza contra la de su querido novio y acaricio su espalda con cariño.

- Mi vida en estos momentos es una completa porquería- sonrió melancólicamente Joseph al decir eso.
- Sé que no es mucho, pero me tienes a mi- Jairo corto el contacto entre Joseph y él para poder rodearlo con sus brazos- vamos adentro, hay que decirle a mi abuela lo que paso, además creó que todavía tienes un poco de fiebre y con este frío no te hará bien-.

Jairo se estaba a punto de levantarse cuando sintió el brazo de Joseph tomar su mano impidiéndole ponerse de pie.

- Jairo, tu eres todo lo que necesito y más-.

Ambos sonrieron y entraron a la casa cargando todas las pertenencias de Joseph. Después de haberlas dejado en la sala se empezó a escuchar el teléfono y Jairo fue despacio y sin preocupaciones a atenderlo.

- ¿Quién?- contesto tranquilamente esperando la respuesta.

- Hola Jairo, soy yo Caty, quería hablar con tu abuela sobre nuestra visita en navidad a su casa- la madre de Abel al otro lado de la línea.





Abel y Alex estaban sentados tranquilamente sin hablar y sin preocupaciones tomando unos flotantes de nieve de limón y coca-cola, ninguno de los dos hablaba y se dedicaban a mirar irreverentemente el agua que salía de la fuente de enfrente y como los pájaros llegaban y se bañaban en ella.

- Alex, ¿Te podría pedir un favor?-.

- ¿Otro?- lo miro fijamente por el cinismo de la pregunta.

- ¡Bah! No te pongas así, has sido tú el que acepto-.

- Ya, que es lo que quieres- guardo silencio con una sonrisa de burla.

- Mi mamá cree, y yo también, que es buena idea que vengas con nosotros en Navidad a visitar a Jairo y mi abuela-.

- Me da miedo-.

- ¿Qué cosa?-.

- Conocer a Jairo-.

- No es tan malo-.

- Por lo que me has dicho, como reacciono cuando le dijiste de mi y sabiendo que es más fuerte que yo no me dan ganas de ir-.

- Pero tú eres más alto-.

- ¿Eso qué? Podría matarme si quisiera-.

- Roñoso, solo te gusta quejarte y al final siempre terminas aceptando-.

Volvieron a guardar silencio pero esta vez olvidando los flotantes, Alex observo la nieve de limón derretirse en el refresco.

- Eso lo hará sufrir más- le dijo Alex destruyendo la nieve de limón con su popote.

- Tal vez-.

- ¿Te has puesto a pensar alguna vez que tal vez tu decisión no fue la correcta?-.

- A veces, ¿Tu qué piensas?-.

- Que la verdad siempre es lo mejor-.

- Pero me da miedo decirle y lo que vaya a pasar-.

- Solo dile, tienes que decírselo algún día y cuanto antes mejor-.

Alex contemplo la mirada pensativa y triste de Abel sabiendo que con las palabras que le dijo se arriesgaba a perderlo para siempre, y saber que casarse, vivir juntos, y todas esas mentiras con las que él se conformaría irían de nuevo hacia sus sueños, pero la verdad es mejor.

- Gracias, tienes toda la razón-.

- ¿Entonces llegando a su casa le dirás que el bebé en realidad es suyo y lo nuestro… Una mentira?-.

- Si, y así ya no me arriesgaré a que te mate- le sonrió un poco divertido recibiendo la obviamente forzada sonrisa de su amigo.

- También prepárate para lo que diga tu familia-.

- Lo único que me importa es lo que diga Jairo- Alex sin ganas de fingir estar feliz solo puso su típica cara de seriedad y observo a Abel feliz por primera vez en varios meses- Alex, gracias por hacerme ver las cosas con claridad-.

- No hay de que-.

Su expresión cambio al instante al sentir los brazos de Abel rodearle y sentir su cálida respiración sobre su cuello, debía de ser muy tonto para haber alejado de esa forma a la persona que amaba, pero ese brillo en sus ojos y su sonrisa lo valían.

- Tu barriga se empieza a notar- se burlo tiernamente Alex.

- ¡Cálla!- se sonrojo Abel cubriéndose el abdomen.

- De seguro ya se te salto el ombligo-.

- Ya basta- lo empujo riendo junto con su amigo totalmente avergonzado.
Notas finales:

¡¿Que tal?! -w- Joseph con sida y sin hogar, Jairo enamorado, Alex abandona su única oportunidad, Abel va a confesarle todo a Jairo y siguiente capítulo... ¡N-A-V-I-D-A-D!

 

x-x Y trataré de no tardar en actualizar, pero ya ven, estas cosas de la vida :B Que pasan, y el diplomado, y así, tengo un chingo de tarea y a mis maestros les valdra concha que haya estado enferma xDU -llora-.

 

Los amito TuT Gracias por seguir mi historia toda triste y soportar mis laaaargas notas de autor, joJO, son mi diario, joJO, porque toodos saben que si haces un diaro, y lo pones en tu cuarto alguien lo leera, y tu sabes que siempre pasa y ya tu sabe que no es bonito c:

 

Bye bye, dejen review >///< <3 Gracias de nuevo por leer.


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