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¿Un simple amor de verano...? por SorarioOmoe

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Notas del capitulo:

¡Holi! Bueno, Aquí esta el nuevo capítulo, ojala les guste y no se pierdan lo que pasa acontinuación en el siguiente, dejen sus reviews por favor c: Sería un lindo detalle de su parte.

Abel despertó sintiéndose apresado por dos bellos brazos y la respiración, recordó lo que había pasado anoche, lo hicieron en la alberca y después subieron y lo volvieron a hacer sobre esa cama, ambos estaban desnudos cubiertos por las sábanas. Abel trato de incorporarse sobre la cama y no pudo evitar despertar a Jairo.

- Buenos días- le dijo Jairo atrayéndolo hacia él y besando sus labios.

- Buenos días- le contestó con una sonrisa.

- ¿Cómo dormiste?-.

- -De maravilla- al terminar de decir esto se acercó y deposito otro beso en sus labios- pensaba traerte el desayuno a la cama-.

- Lamento haber arruinado tu sorpresa-.

- No hay problema, de cualquier forma estoy feliz-.


Aunque su mundo perfecto no duraría mucho, ambos siguieron abrazados y platicando recostados en sus camas, porque ambos sabían, que esa noche, ese día, sería el último de sus vacaciones, y se darían cuenta, de que su mundo perfecto en realidad no existe.

Se levantaron de sus camas y fueron al comedor, donde el inmenso buffet de todos los días esperaba ya listo sobre las charolas. Entre pláticas, fueron a servirse sus respetivos desayunos y fueron a sentarse con los padres de Abel.

- Cariño, te he visto cojear un poco mientras caminabas, ¿Te pasa algo malo?- Le pregunto Katy la madre de Abel a su hijo.

La reacción de Abel, fue quedarse mudo sin saber que contestar mientras Jairo, tuvo que ahogar su tos, al casi ahogarse con el jugo por el comentario de su tía.

- ¿De qué hablas mamá? Estoy bien-.

- Yo también te vi caminar un poco extraño hijo, ¿Seguro estas bien?-.

- ¡Papá, mamá! Estoy bien-.

Jairo detrás de su vaso sonreía con malicia dirigiéndole una mirada seductora a su primo que Abel no paso por alto y volteó a verlo al tiempo que Jairo le guiñaba un ojo aumentado aún más el sonrojo del pobre Abel.

Al terminar el desayuno Jairo y Abel salieron a la zona de la alberca y se sentaron a platicar, sentados al borde de la alberca con los pies sumergidos en el agua.

No tardaron más de 5 minutos cuando Abel notó la mirada de unas chicas hacia ellos, muy atractivas.

- Nos están observando…- Le dijo disimuladamente a Jairo.

- Lo sé, desde hace un rato, ¿Te incomoda?-.

- Un poco-.

- ¿Y por qué?-.

- No lo sé, es algo incómodo-.

Aunque Jairo sabía muy bien cuál era la razón de su incomodidad, hasta hace unos días, Abel se masturbaba como cualquier adolecente normal pensando en alguna chica, tal vez había tenido una que otra novia o una tipa en la escuela que le gustara y ver porno de lesbianas en las noches. Pero el, toda su vida había sabido que era homosexual, Jairo toda su vida había estado enamorado de su primo y a lo largo de su adolescencia se había acostado con varios hombres.

- Ahora vuelvo- le dijo un poco serio Jairo.

Abel se sorprendió un poco por la reacción de su primo y se sorprendió aún más, al ver hacia donde se dirigía. Ahí estaba Jairo, hablando con las chicas que los observaban, los tres reían y conversaban mientras la mente de Abel no procesaba muy bien lo que pasaba.

A los pocos segundos, tal vez máximo dos minutos, Jairo se acerco con las dos chicas, parecían ser hermanas.

- Abel, quiero presentarte a Ani y Melissa-.

- Hola, un placer- la primera en saludarlo fue Melissa dándole un beso en la mejilla y tomando asiento a su lado.

- El placer es mío- le contesto Abel casi robóticamente aún sin comprender muy bien lo que pasaba.

Ani se sentó alado de Jairo y platicaron fluidamente, al parecer Jairo tenía una cualidad especial para hablar con la gente, pero eso no le agradaba, estaban muy cerca, reían juntos, y al parecer esa “zorra” como tal vez la hubiera descrito Abel en esos momentos, le coqueteaba a su novio, a su primo, a su…

- ¿Tu nombre es Abel cierto?- escucho una voz alado suyo.

- Si, es mi nombre, dime, “esa” de allá ¿Qué es de ti?-.

- Es mi hermana Ani, al parecer ella y tu primo se llevan bastante bien- dijo con cierto tono de picardía.

- Demasiado…- susurro Abel entre dientes fingiendo una leve sonrisa- ¿A tu hermana le gusta mi primo?- En ese momento, la boca de Abel funcionaba más rápido que sus pensamientos, cosa rara en el.

- Al parecer si, ella es muy coqueta-.

Yo utilizaría otros términos, pensó Abel tratando lo mejor posible de no voltear a ver a esa mujerzuela y su primo… ¡Un segundo! ¿Acaso lo que Jairo intentaba hacer era provocarle celos? ¿Qué otros motivos tendría para traer a esas dos con ellos? No había terminado de formular esas teorías en su mente cuando sus ojos presenciaron como esa maldita zorra rodeaba el brazo de Jairo con sus brazos y se acercaba un poco más a él y seguían hablando.

- ¿Y qué te gusta hacer?- escucho de nuevo la suave voz de Melissa.

“Es tiempo del contraataque”.

- Me fascina leer libros, es mi pasatiempo favorito-.

- ¿En serio? A mí también me gusta mucho leer-.

- ¿Cuáles son tus libros favoritos?-.


Jairo de percibir aquellos silencios incómodos entre Melissa y Abel, pudo escuchar una fluida plática entre los dos, y como compartían pequeñas risas.

- ¿Me estas escuchando?- le pregunto sin mucha decencia Ani a Jairo.

- ¿Cómo no prestarte atención?-.

Aunque en esos momentos, su mente estaba demasiado concentrada en la conversación de Abel y Melissa.

- “Porque la luna no luce sin traerme sueños, de la hermosa Annabel Lee; ni brilla una estrella sin que vea los ojos brillantes de la hermosa Annabel Lee; y así paso la noche acostado al lado de mi querida, mi querida, mi vida, mi novia en su sepulcro junto al mar— en su tumba a orillas del mar.”- recito Abel para Melissa.

- Oh, Dios, que bien recitas el poema-.

- ¿No esperabas que me lo supiera? ¿Cierto?- .

- Jajaja no, pero te salió tan hermoso-.

- También podría recitar para ti decimas de la muerte-.

- “¿Qué prueba de la existencia habrá mayor que la suerte de estar viviendo sin verte y muriendo en tu presencia?”- Se adelanto Melissa.

Eso era horrendo, Jairo no esperaba que su primo fuera así, ¿Qué no era un chico tímido?... ¿Por qué a él nunca le recito un poema?

- Parece que se están llevando muy bien- le comento Ani sin recibir respuesta de Jairo.

- ¡Vaya! No conocía ese lado tuyo Abel- exclamo Jairo alzando la voz haciendo que Melissa y su primo voltearan.

- ¿De qué hablas?-.

- Esos poemas, tu manera tan fluida y romántica de actuar, ¿Por qué nunca me habías dicho que eras tan bueno conquistando?-.

- ¿Y porque habría de decírtelo a ti?- le contestó Abel dándole la espalda para seguir hablando con Melissa.

“¿Y porque habría de decírtelo a ti?” Retumbó en la mente de Jairo.

- ¿Y si vamos a otro lado Melissa?-.

- Claro, ¿Por qué no?-.

Ambos se levantaron dejando a Jairo y Ani solos.

- ¿Te encuentras bien?- le pregunto Ani.

Jairo no contesto y siguió con la mirada a Abel y Melissa. Ambos se sentaron en una barda de rocas a seguir conversando sobre libros, poesía, música, de todo un poco.

- Abel, me agradas mucho-.

- Y tú a mi- algo en su interior se sentía raro, de alguna forma, y lo sabía, estaba engañando a Jairo, pero él se lo merecía.

- ¡Abel! Tienes una mancha en tu camisa-.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por esas palabras y volteó torpemente a ver su camisa.

- ¡¿Dónde?!- no alcanzo a terminar de voltear la vista de nuevo hacia arriba cuando sintió unos labios sobre los suyos y unos brazos rodear su cuello… Ella, le había robado un beso.

Ese acto no paso desapercibido por los ojos de Jairo, que se levantó furioso de su lugar y fue hacia a Abel empujándolo cortando la distancia entre él y Melissa.

- ¡¿Qué carajo crees que haces?!- le grito violentamente a Abel.

- ¿Qué te sucede?- no veía ese comportamiento en Jairo desde que empezaron a llevarse bien, Jairo no se comportaba así con él hasta que se confesaron sus sentimientos, no le gustaba ese comportamiento.

Antes de hacer cualquier otra estupidez, Jairo salió a paso veloz del lugar siendo seguido por Abel. Llegaron a un lugar en la playa algo apartado de la gente, pero no mucho.

- ¿Qué fue lo que acaba de pasar?- lo cuestiono Abel.

- Lo que paso, fue que te besaste con una completa desconocida, que te fuiste de puta a besarte y coquetear con una mujer-.

- ¡¿Y es mi culpa?!- por mas que le dolieran las palabras de su primo debía ser fuerte y seguir discutiendo- yo estaba tranquilamente platicando contigo cuando tú fuiste quien las trajo y dejaste que esa barbie oxigenada te… ¡”Zorreara”! justo enfrente de mis ojos, ¿Por qué?- esa última pregunta la dijo bajando la mirada y con un tono más triste.

- Desde un principio te gustaron, lo vi en tu mirada, tú no eres como yo, te gustan los coños y he quedado como un completo imbécil-.

- ¿Esa es la razón? ¿Creíste que me gustaron?-.

- ¡Por supuesto que te gustaron! Y quede como un imbécil al creer que estabas enamorado de mí-.

- Si quedaste como imbécil fue por tu comportamiento primitivo, no por otra cosa, claro que me gustaron, me han gustado las mujeres toda mi vida, pero solo hay una persona en estos momentos de la que estoy enamorado y eres tu- hizo una pequeña pausa sintiendo como las lágrimas amenazaban con salir- maldición, Jairo, eres un completo idiota insensible-.


Sin poder aguantar más rompió en llanto frente a los ojos de su primo sin importarle su orgullo, ganar la pelea o cualquier otra cosa, solo se alejo unos metros de él y se sentó en la arena a llorar.

Jairo lo contemplo lo que había hecho, todo eso era su culpa, el era así, impulsivo, un completo idiota. Se acerco hacia Abel y se sentó enfrente de él.

- Yo, siempre he sido muy desconfiado, ¿Sabes? Mi carácter es muy fuerte e impulsivo, como tú dices soy un completo idiota, y no sé que hice para enamorarte, y no tengo perdón por lo que hice, pero al imaginarme la idea de perderte, el verte besándote con otra, no supe cómo reaccionar, lo lamento Abel, en verdad lo lamento-.

- Idiota… Ella me robó el beso, y todo es tu culpa, eres una bestia-.

- Abel, por favor perdóname, sé que no lo merezco, pero por favor, perdóname-.


Jairo solo pudo sentir como dos brazos lo envolvían, y él se dedico a abrazar a aquella pequeña figura, dueña de esas extremidades.

- Nunca me has leído poesía ahora que lo pienso- le dijo de forma divertida Jairo.

- Creí que yo era la “mujer” en la relación-.


Ambos rieron levemente, solo eso, y luego silencio, sin necesidad de palabras que arruinaran el momento.

Se quedaron sentados un buen rato en la arena observando el mar y platicando, ninguno lo decía, pero ambos lo sabían, son las 4 de la tarde, del último día, ninguno sabía que pasaría después, y ambos creían que era mejor no comentar nada, y pasar ese día lo mejor posible.
Después de un buen rato, decidieron levantarse e ir a dar una vuelta por el hotel, en su camino cerca de la alberca, un pequeño un cartel llamo su atención.

- “Noche de Karaoke”- leyó Abel lo que decía el colorido cartel.

- Nunca me ha gustado mucho el karaoke- le contesto secamente Jairo.

- ¡Anda! Será divertido, y no necesariamente tiene tienes que cantar tu-.

- Pero el ambiente tal vez no me agrade mucho-.

- Aguafiestas-.

- Tal vez solo un poco-.

Ambos sonrieron y continuaron caminando, en varias ocasiones se encontraron a Melissa y Ani, pero solo hubo un pequeño intercambio de miradas a lo lejos.

- ¡Abel, Jairo!- escucharon una voz femenina detrás de ellos.

Al voltear se encontraron con la madre de Abel.

- Chicos, quería decirles que antes de que anochezca tenemos que tener listas las maletas, el auto-bus llega temprano en la mañana-.

- Si mamá, las ordenaremos en la noche-.

- No, debe de ser antes de la noche de karaoke, ¿Irán cierto?-.

- Si-.

- Tal vez…-.

- ¿Por qué “tal vez” Jairo?- lo cuestiono su tía.

- No me gusta mucho el karaoke-.

- Jairo, pero será la última noche en el hotel, y estoy segura de que a Abel le gustaría que nos acompañaras-.

- Lo pensaré-.

Después de unos casi eternos minutos, la madre de Abel se fue, dejándolos solos.

- La última noche, que rápido se paso el tiempo- susurro levemente Abel.

- Un poco- Jairo dio la media vuelta.

- ¿A dónde vas?- le pregunto Abel al ver que se iba sin él.

- Iré a dar un paseo, nos vemos en la habitación-.

Abel algo triste por no saber a qué hora volvería a ver a su primo, se dirigió con pesadez a su habitación a ordenar su maleta. Al entrar en la habitación pudo divisar la maleta de Jairo, estaba toda su ropa hecha bulto sobre la maleta, tanto ropa sucia como fría. Después volteó a ver su maleta, estaba guardada, con ropa limpia adentro, la ropa sucia en una bolsa al lado y su ropa mojada colgada en el balcón. Ellos dos eran tan diferentes, pero no importaba, de cualquier forma, Abel lo amaba… A pesar de todo.

Después de ordenar su maleta y objetos personales, Abel se metió a bañar, y se puso su ropa para ir a la noche de karaoke, justo había terminado de cambiarse cuando entro Jairo al cuarto.

- Me hubiera gustado bañarme contigo- le dijo recostándose en la cama y encendiendo el televisor.

- ¿Dónde estabas?- lo cuestiono Abel tranquilamente sentándose al borde de la cama.

- Salí a caminar, ¿Irás a la noche de karaoke?-.

- Si, le prometí a mis papas que iría, ¿Y tú?-.

- No lo sé, estoy cansado, pensaba quedarme a ver la tele-.

- Está bien, nos veremos más noche-.


Abel ya se dirigía a la puerta cuando escucho una voz detrás de él.

- Se te está olvidando algo- le dijo Jairo.

- ¿Qué?-.

- Darme un beso de despedida- le contestó con una sonrisa un poco burlona.

- ¡Oh, vamos! Te veré en unas dos horas-.

- Me pondré triste si no me das mi beso-.


Jairo hizo un pequeño puchero a forma de broma pero que a Abel no pudo evitar parecerle adorable. Se acerco hacia donde estaba Jairo y le dio un beso en los labios.

- Divierte en el karaoke-.

- Lo haré-.

- Si cantas que alguien tome video-.

Abel rió levemente.

- Está bien-.

Se despidieron con la mirada y ambos siguieron con lo que hacían.

- Con que, es la última noche- se dijo para sí mismo Jairo en la solitaria habitación.

Jairo dejo la televisión encendida y se recostó en su cama cerrando los ojos.

Abel en cambio se dirigió solo hacia el salón, al entrar divisó una buena cantidad de gente y entre la multitud, pudo ver a sus padres sentados en unas sillas y tomó asiento alado de ellos.

- ¿No va a venir Jairo?- lo cuestionó su madre al ver que venía solo

- Dijo que estaba muy cansado y mejor se quedaría a descansar-.

La noche transcurrió tranquila, había gente ebria, niños, enamorados, familias de todo cantando, iban todos por turno y en un par de ocasiones sus padres se subieron a cantar y el solo se limito a cubrirse el rostro y desear que la tierra se lo tragara. Pero a pesar de todo se la estaba pasando muy bien, a excepción de una cosa, no estaba Jairo. Abel no pudo evitar pensar a lo largo de la noche como sería la voz de Jairo al cantar, Jairo tenía una voz grave, pero no demasiado, era simplemente hermosa, y lo derretía de tan solo oírla.

- ¿Abel no piensas cantar una canción?- le pregunto su padre recién bajando del escenario.

- Prefiero solo observar y escuchar-.

- ¡Anda! Tan solo una canción- insistió su madre-.

- En verdad no quiero cantar-.

- ¡Oiga!- su madre levanto la mano y llamo al empleado del hotel a cargo del karaoke.


El joven se acerco ante el llamado de la madre de Abel.

- ¿Quiere cantar de nuevo?- le pregunto amablemente.

- No, esta vez mi hijo- dijo señalando a un apenado Abel.

- Aquí te dejo la lista de las canciones, solo faltan dos turnos para que tú cantes, me avisas en el siguiente-.

- Pero yo…- no pudo terminar cuando el empleado del hotel se fue atender a otras personas.


Con algo de resignación, Abel empezó a hojear la lista, ya había acabado ese turno, solo faltaba otro y pasaría él. Se sentía muy nervioso, y su corazón latía rápidamente, no sabía todavía que canción elegir, ¿Y si hacia el ridículo? ¿Si se le olvidaba la canción? El no era el tipo de persona que cantaba en un karaoke, él era el tipo de persona que…

- ¡¿Jairo?!- escucho exclamar a su mamá sacándolo de sus pensamientos.

Efectivamente, a unos metros de ellos, sobre el pequeño e improvisado escenario, estaba Jairo sosteniendo el micrófono, a pesar de no estar tan cerca de él, Abel pudo percibir un leve sonrojo en sus mejillas y como, tal vez, lo buscaba con la mirada entre las personas.

La música empezó a sonar, y un intimidado Jairo acercó el micrófono a sus labios.

- Nos ahogaremos juntos, en aguas que todos quieren probar, sin importarnos como es el final, no hay otras vidas tierra nada mas-.

La voz de Jairo era hermosa, Abel no podía dejar de mirarlo. Además su rostro con expresión de nerviosismo, era una nueva faceta para el vista en su primo que siempre se mostraba tan seguro.

- Caminaremos juntos, escaparemos de la realidad, si tropezamos no nos dolerá, no existen tierras mentes nada mas-.

Abel pudo ver como el encargado del karaoke se acercaba a preguntarle sobre su canción, pero en ese momento solo tenía mente para escuchar a Jairo cantar.

- ¡Eres sangre tibia y yo, me siento vivo! Uh-oh-oh-oh-oh. Transformaremos mundos, inventaremos mares que cruzar, si nos perdemos nada pasará, ahora entiendo amar es liberar ¡Eres sangre tibia y yo, me siento vivo! Uh-oh-oh-oh-oh ¡Me siento vivo! Uh-oh-oh-oh-oh-.

Las lágrimas empezaron a amenazar con salir de sus ojos, y en un pequeño instante sin saber muy bien cuando, su mirada y la de Jairo se encontraron. Entre los gritos de chicas del hotel al ver a Jairo, voces de la gente y demás, para Jairo solo había alguien que importaba entre toda esa gente y era Abel, la persona en la pensó al elegir la canción.

- Transformaremos mundos, inventaremos mares que cruzar, si nos perdemos nada pasará, ahora entiendo amar es liberar ¡Eres sangre tibia y yo, me siento vivo! Uh-oh-oh-oh-oh, ¡Me siento vivo! Uh-oh-oh-oh-oh ¡Me siento vivo!-.

La música acabo y Jairo seguía observando a Abel y le dirigió una pequeña sonrisa. Abel se levanto de su silla y fue corriendo afuera del salón. Jairo entregó rápidamente el micrófono y fue tras él. Llegaron corriendo hasta la playa, fue cuando Abel se detuvo exhausto por haber corrido esa distancia. Abel cayó de rodillas al suelo inhalando aire lo más que podía y Jairo observándolo tranquilamente atrás de él.

- ¿Te gusto la canción?-.

- Es hermosa, me gusto, aunque creí que no irías-.

- Al final me gano la curiosidad, y quería darte un lindo detalle esta última noche-.


Abel se levanto de la arena y camino hacia Jairo, se paro enfrente de él volteando a verlo a los ojos.

- Desearía que estas vacaciones nunca acabaran- le dijo Abel bajando la mirada y tratando de evitar que las lágrimas se desbordarán de sus ojos.

- Yo también, pero este es el fin-.

Abel lo abrazo fuertemente y oculto su rostro en su pecho llorando, Jairo sentía su corazón derrumbarse, sentir las lagrimas de Abel y escuchar sus sollozos, teniéndolo entre sus brazos pero sin poder hacer nada, y el también, con lágrimas amenazantes, pero no lo haría, no lloraría, no añadiría mas tristeza a los ojos de Abel, delicadamente, Jairo levanto su rostro y seco las lágrimas de su bello rostro y depositó un beso en los labios.

- Por favor no llores, me parte el corazón verte así-.

- No puedo evitarlo, tal vez esta sea la última vez que nos veamos-.

- Siempre nos vemos en para Navidad y año nuevo-.

- No creó poder esperar tanto tiempo-.

- Yo lo haré solo por ti, estaré esperándote, te esperaré el tiempo que sea suficiente, incluso años, estaría esperándote con tal de verte tan solo unos minutos-.

- Yo también, esperare por ti, para nuestro próximo encuentro-.

- Vayamos al cuarto- le susurró Jairo levemente al oído haciendo que a Abel se le enchinará la piel.


A pasos silenciosos y sujetados de la mano, recorrieron el solitario camino hacia su cuarto, entre besos apasionados en el elevador, Jairo metiendo su mano por debajo de la camisa de Abel, acariciando su abdomen y su pecho sintiendo como sus pezones se endurecían y un bulto aparecía por debajo de sus pantalones.

El ascensor llego a su piso y ambos bajaron, abrieron apresuradamente la puerta del cuarto y la cerraron de un portazo. Al estar dentro de la habitación ambos se voltearon a ver deseosamente. Jairo tiró gentilmente a Abel sobre la cama y se colocó encima de él quitándole la ropa entre besos, recorriendo sus lenguas en el interior de sus bocas, sintiendo el sabor de sus salivas mezclarse al son de sus caricias.

Una vez que los dos estuvieron completamente desnudos, Jairo se acerco hacia la entrada de Abel. Abel cerró fuertemente sus ojos esperando la primera estocada, cuando escucho unos ruidos, Jairo estaba buscando algo en cajón de la mesita de alado, después de unos segundos, pudo ver que sacó un pequeño frasco.

- ¿Qué es eso?-.

- Es lubricante, vi que te dolió mucho la última vez, así que fui a comprar para que los disfrutes mas-.


Abel se sonrojo un poco y vio como Jairo levantaba sus piernas y sintió algo frió en su ano, y escurrirse por sus nalgas, después pudo sentir como dos dedos entraban en su interior lubricando suavemente, entrando y saliendo, moviéndose en su interior. Jairo no pudo contenerse más, bajo las piernas de su primo y empezó a introducirse lentamente dentro de él.

Esta vez Abel lo sintió mejor, más placentero, era una sensación única. Jairo comenzó embestirlo fuertemente, sintiendo el apretado interior de Abel, sacando su miembro una y otra vez, sintiendo un placer inigualable. Jairo, alzo a Abel en sus brazos y colocó sobre sus piernas introduciendo su miembro de nuevo, Abel rodeo el cuello de Jairo con los brazos y se sostuvo de él para hacer pequeñas. Duraron así varios minutos cambiando de posiciones, Abel encajando sus uñas en la hermosa espalda de Jairo hasta que se corrió entre sus abdómenes, y unos minutos después siguió Jairo, pero el derramando su semilla en el interior de Abel llenándolo por completo.

Ambos se recostaron exhaustos en la cama con la respiración agitada. Abel volteó hacia donde estaba Jairo, el estaba ahora tranquilo mirando hacia el techo. Abel se acerco lentamente y lo rodeo con sus brazos apoyando su cabeza en su pecho.

- Ordené tu maleta en la tarde mientras no estabas- le dijo suavemente.

- Muchas gracias- Jairo empezó a acariciar el cabello de Abel y volteó a verlo- tengo tanta suerte de tener a alguien como tú a mi lado-.


Termino de decir esta oración y abrazo a Abel fuertemente entre sus brazos, Abel pudo sentir como unas lágrimas se deslizaban por su espalda y volteó a ver el rostro de Jairo. Al ver sus ojos húmedos y su expresión de timidez a ser visto de ese modo hicieron que Abel también soltará un par de lágrimas.

- Lo lamento, te hice llorar- Jairo se seco sus lagrimas bruscamente.

- No puedo creer que mañana tenga que decirte adiós- Abel se aferró fuertemente al cuello de su primo- Jairo, te amo, te amo demasiado, no me abandones- Abel sollozaba fuertemente haciendo que el corazón de su primo se partiera en dos quien también derramaba lágrimas mas tranquilamente.

- Nunca te abandonaré, te amo.


A las 12 del día de la mañana siguiente, dos camiones partieron en diferentes rumbos, dejando separados a dos desconsolados corazones.

Notas finales:

¿A que me quedo hermoso el capítulo? *-*

 

Como notaron o tal vez no notaron, es mas largo que los demás capitulos, con aproximadamente 3,000 palabras mas de lo usual.

 

Para los que no leyeron la ADVERTENCIA del fic, este fanfic sontiene Mpreg, embarazo masculino si no te gusta entonces da por concluida la historia aquí, y si te gana la curiosidad por ver lo que pasa... Te estaré esperando el próximo capítulo.


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