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El que persigue, consigue por Athan_Anubis

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo, aquí está el capítulo 3.

Ójalas les guste.

Por cierto, voy a entrar en exámenes, por lo cual tal vez no pueda subir pronto. Es más, no sé cómo me he dado una escapada para subir la continuación. Pero apenas salga de ellos, subo la continuación.

 

El que persigue, consigue

 

 

 

 

 

 

 

Capítulo 3: No se tiene todo lo que uno quiere.

 

 

 

 

 

 

 

Uno puede desear mucho, pero no por ello obtener lo que desea.

 

 

 

 

 

¿Como es que ahora se encontraba allí?

 

 

 

Hace solo unas horas regresaba de una misión completamente exitosa, y ahora estaba siendo acusado de ser un… ¿frígido y… asexual?.

 

 

 

 

 

-¿Estás seguro Naruto?, no es por ofender Uchiha, pero seamos francos, eres un frígido asexual.

 

 

 

 

 

Cuántas veces no había oído la misma pregunta para tan poco tiempo. Era molesto y sorprendente. No es como que él fuera tan malo, ¿verdad?, después de todo, la  mayoría de la población femenina le acosaba. Tenía entendido que hasta tenía un club.  

 

 

 

 

 

Pero aún así, lo que más le asombraba era la respuesta. Una respuesta tan segura de sí, como que dos más dos eran cuatro. Siempre con aquella determinación que caracterizara al rubio desde pequeño.

 

 

 

 

 

-Claro que sí, Sai. Y voy a lograr que Sasuke se sienta de igual manera - contestó Naruto con una gran sonrisa, para luego levantar la mano en forma de puño y continuar diciendo.- Como que voy a ser el próximo Rokudaime. Ttebayo.

 

 

 

 

 

En ese momento se encontraban en la oficina de Tsunade-sama, quien miraba todo con ojo clínico. Al parecer sin intenciones de interrumpir.

 

 

 

 

 

Para Sasuke la respuesta dada de forma tan segura, era un tanto desconcertante e inquietante. Extraña. Realmente no tenía intenciones de rebatir o aceptar aquellas frases, por mientras. Lo que hiciera o dejara de hacer nada tenía que ver con todos… esos. La gran mayoría de los ninjas de la Aldea oculta entre las hojas estaban ahí, rodeándolos. Qué situación más absurda, no era un maldito espectáculo.

 

 

 

 

 

Él solo estaba ahí para poder entregar el informe acerca de la misión, y no lo podía hacer, por el simple hecho de que no le dejaban. La información era, hasta cierto punto, clasificada; por lo que no podía decirle nada hasta que se encontraran a solas, cosa que deseaba con todas sus ganas, pero al parecer a la Hokage no le importaba en lo más mínimo que quizás quisiera irse a descansar o bañarse o cualquier otra cosa, pues no hacía intento de que los ajenos a la misión se fueran.

 

 

 

 

 

Estaba a punto de irse de ahí sin informar aunque se considerara desacato.

 

 

 

 

 

 

 

En lo que respectaba a Naruto, tuvo cinco largos días para pensar acerca de que debería de hacer, la situación era un tanto complicada.

 

 

 

 

 

Antes de irse de la aldea, ya se había dado cuenta que solo habían dos personas en todo el planeta tierra que consideraba un tanto… “especiales”, para ese entonces. Una de ellas era su hermano, aquélla con la que tenía un vínculo sanguíneo y un pasado bastante entrelazado, por no decir enredado.

 

 

 

 

 

Itachi lo hubo representado todo en su niñez. Era su punto de apoyo; así que, tras los acontecimientos ocurridos con sus padres, decidió centrarse en él, era su objetivo. En el camino para llegar hasta su hermano, tuvo contacto con la segunda persona que consideraba “alguien” en su propio mundo de herramientas para conseguir sus objetivos, Naruto Uzumaki.

 

 

 

 

 

Por ese entonces describía a Naruto como un rubio idiota que tenía sueños aún más idiotas. Es decir, el ojiazul era odiado por casi todos en la aldea, no tenía familia, no tenía ningún vínculo con nadie que pudiera apoyarle en ese camino, por lo cual, su sueño se veía casi irrealizable; pero a pesar de ello, no se dejaba amilanar ni vencer por las circunstancias. Puntos a su favor por la idiotez.

 

 

 

 

 

Y aún siendo de caracteres tan diferentes, sintió cierto apego por él.

 

 

 

 

 

Se reflejaba en el ojiazul. También tenía una meta que quería cumplir a costa de todo, a pesar de que nadie le apoyaba y sus posibilidades eran escazas.

 

 

 

 

 

Así, Naruto se convirtió en un rival y amigo a la vez.

 

 

 

 

 

Y ahora, volviendo a la actualidad, se había acostado con él, claro que sin su total consentimiento pues en ese momento no estaba en todas sus facultades, pero lo había hecho. Al haberse dado cuenta de ello, deseó desaparecerlo, pero después de haberlo pensado por los días que se fue de misión, decidió que eso no debía pasar a mayores.

 

 

 

 

 

Olvidaría aquello. Haría como si nunca hubiera ocurrido, y Naruto, él, tendría que hacer lo mismo y asunto solucionado. Es decir, lo hecho, hecho está y el pasado no se puede modificar; lo que sí se podía solucionar era el futuro. Ya se encargaría él de que todo quedara en el pasado y su plan de vida, fuera tal y como lo había previsto.

 

 

 

 

 

Su relación con Naruto, tampoco variaría, a excepción claro de que se vengaría de alguna forma, aún no lo había meditado completamente, pero, lo haría, tarde o temprano. Así todo volvería a su monotonía.

 

 

 

 

 

Naruto seguiría siendo su amigo y rival.

 

 

 

 

 

No por nada era uno de los motivos por los cuáles regresó a la aldea. Porque tenía un lazo con Naruto que a pesar de que se esforzó en romper, seguía siendo fuerte.

 

 

 

 

 

Mas las cosas no siempre van como uno quiere, aún más, teniendo en cuenta que una de las personas involucradas era aquél rubio hiperactivo.

 

 

 

 

 

*****

 

 

 

 

 

 

 

Ya estaba atravesando aquélla enorme puerta que resguardaba la Aldea Oculta de la Hoja, cuando vio al rubio mirando hacia la entrada. Se sintió amenazado ante la idea de que quizás dijera algo, pero eso no era posible, puesto que ya le había “advertido" al ojiazul y éste había aceptado y  dudaba que rompiera una promesa. Naruto no era de los que no cumplen su palabra.

 

 

 

 

 

Y técnicamente así lo hizo, no mencionó nada acerca de lo sucedido aquella noche. Pero algo tenía que decir, no se podía quedar con la boca callada. Y a pesar de saber que su idiota amigo siempre salía con nuevas sorpresitas no se esperó para nada esas palabras. Es decir, esa noche, según Sasuke, solo fue producto del alcohol y de las hormonas, más significado no tenía.

 

 

 

 

 

Pero no. Había escuchado unas palabras que jamás en su vida pensó serían dichas por Naruto hacia su persona.

 

 

 

 

 

Amor.

 

 

 

 

 

Eso no podía ser plausible, desde que conocía a Naruto no le vio ese tipo de tendencias, tendencias que él mismo no tenía. Bueno, en realidad, no le habían gustado ni mujeres ni hombres. Desde el incidente con sus padres y clan su vida se había limitado a perseguir a su hermano y luego a matar a Danzou.

 

 

 

Cuando lo hubo escuchado, se sintió en shock. Eso era especialmente extraño. Una sensación rara. Algo se sintió raro dentro de él.

 

 

 

 

 

Después de aquella… declaración, simplemente pasó de frente en dirección a la torre de la Hokage para entregarle el informe de la misión, sin hacer ningún comentario, ni gesto. Nada, absolutamente nada. Por el contrario, el resto de la población hubo tenido diferentes reacciones.

 

 

 

 

 

Por un lado, Sakura veía a Naruto como si le hubiesen salido dos cabezas más. Por su parte, Sai, no había sonreído falsamente como era costumbre, parece que meditaba si todos los lazos se convertirían en “amor”. Los aldeanos, habían comenzado a cuchichear. Kakashi sensei, que definitivamente nada tenía que hacer por allí, parecía querer darse de cabezazos contra un poste, qué raro.

 

 

 

 

 

Pero lo que más molesto le había sido a Sasuke, era que después del primer shock inicial, todos, es decir todos, a excepción de Kakashi, se habían acercado al rubio y comenzado a lamentarse por él, otros habían dicho que era admirable y algunos que era un masoquista. No es como si que le gustase a alguien fuera tan malo, es decir, no había mejor persona para ello. Era inteligente, tranquilo, sagaz, fuerte, astuto, muy buen ninja, de buena apariencia y muchas otras cosas más, mucho en un paquete. Todos estaban mal, en vez de lamentarse por Naruto deberían de pensar que era completamente razonable ¿Quién mejor qué él en todo Konoha?

 

 

 

 

 

Y Naruto, él, después de su declaración, solo se hubo acercado hasta Sasuke y había caminado a su costado, extrañamente callado con una muy grande sonrisa en su cara. De qué se alegraba tanto, él no había respondido, es más, le estaba ignorando.

 

 

 

 

 

El azabache, lo hubo mirado de reojo, para luego seguir su camino como si fuera solo, siendo seguido por todos los que ahora se encontraban a su alrededor en la oficina de la Hokage.

 

 

 

 

 

Ya había sido suficiente estupidez por un día.

 

 

 

 

 

Se movió de donde se encontraba y con paso calmado se acercó a la Hokage y se puso delante de ella, para luego extenderle unos documentos. Hizo un pequeño asentimiento con la cabeza en muestra de respeto y luego desapareció del lugar dejando una  voluta de humo. Todos los presentes lo observaron con detenimiento.

 

 

 

 

 

Llegó a su casa. Por un momento pensó que Naruto iría detrás de él, y es que el rubio era tan arrebatado. Aunque debiera aceptar que había madurado, y que cuando las situaciones lo requerían, actuaba diligentemente. Pero aún así, no había perdido la costumbre de hacer lo primero que se le ocurriese. Pero no. No se había aparecido.

 

 

 

 

 

No le dio más importancia y decidió ir a tomar un baño para echarse a dormir por unas dos horas. Estaba cansado. Luego regresaría con Tsunade-sama para darle el informe de la misión. Ya en la noche comería.

 

 

 

 

 

 

 

*******

 

 

 

 

 

Lo había visto pararse y sintió el impulso de ir detrás de él y hablar acerca de lo que pensaba con respecto a sus sentimientos. Aunque lo más seguro fuera que le diera un rotundo no, pero no por ello pensaba rendirse. No estaba en sus planes. Sea como sea, conseguiría que Sasuke también le quisiese.

 

 

 

Mas no hizo caso a su impulso, sabía que no debía de ser fácil de asimilar. Debía de darle un poco de espacio. Pero muy poco, no más del estrictamente necesario. Además hubo otro factor que le hizo quedarse en el mismo lugar, Tsunade oba chan le había dado una mirada significativa que le indicaba que deseaba hablar con él a solas.

 

 

 

 

 

Después de ello, los presentes comenzaron a retirarse a excepción de Sakura, Sai, Yamato y Kakashi, como indicando que ellos también querían explicaciones. Pero la Hokage, con un movimiento de mano en dirección a la puerta, les indicó que ellos nada tenían que ver ahí. Ese no era un asunto que les incumbiese a ellos.

 

 

 

 

 

Una vez estuvieron solos, Tsunade fue la primera en hablar.

 

 

 

 

 

-¿Estás seguro? - dijo dejando salir un suspiro.

 

 

 

 

 

-Sí - respondió con la misma determinación que tenía desde que descubriera sus sentimientos.

 

 

 

 

 

La Hokage se paró de su asiento y se acercó al joven, y como muy pocas veces, en una muestra de cariño, posó su mano en el hombro de Naruto.

 

 

 

 

 

-Sabes que te aprecio como si fueras de mi familia.- carraspeó.- como si fueras mi hijo. No quisiera verte deprimido, y dudo que Sasuke vaya a saltar a tus brazos con una gran sonrisa en su cara, como tú lo haces.

 

 

 

 

 

Ambos rubios, rieron ante la idea. Para nada. Sasuke no encajaba en esa idea. La mujer, apretó un poco el agarre y luego con una gran sonrisa, le tiró un golpe leve, con su mano cerrada en un puño, en la cabeza.

 

 

 

 

 

Inmediatamente, Naruto se llevó las manos a la cabeza, vaya que a pesar de controlarse la vieja tenía fuerza.

 

 

 

 

 

-¿Por qué hiciste eso? Debe ser la edad, esto es grave, ya estás senil - dijo sonriendo y esperando otro golpe.

 

 

 

 

 

Un golpe que no llegó. La mujer solo lo miraba.

 

 

 

 

 

-Te voy a ayudar en lo que necesites - dijo, para luego callar por unos minutos y observar detenidamente al rubio que se encontraba delante de él.- Desde ahora, te reintegras al grupo 7.

 

 

 

 

 

 

 

*******

 

 

 

 

 

 

 

Se despertó más descansado. Giró su cabeza en dirección a la ventana de su habitación, estaba oscureciendo. Se sentó en la cama, y se pasó las manos por el cabello y cuello.

 

Se daría una ducha y luego iría con la Hokage para darle el informe.

 

 

 

Rápidamente se quitó la ropa y se fue en dirección a la ducha. Abrió la llave y sin reparar en el agua helada se metió debajo del chorro de agua. Era refrescante. Cogió su jabón y comenzó a pasarlo por sus hombros, para luego descender por sus brazos. Qué sensación. Era casi excitante.

 

 

 

 

 

Por extraño que fuera, comenzó a recordar la noche que pasó con Naruto. Anteriormente al rubio, no había tenido otro encuentro de tipo sexual con absolutamente nadie, solo se había dedicado a entrenar, por lo cual esa había sido su primera experiencia. Para que negarlo, totalmente magnífica.

 

 

 

 

 

Cuando uno prueba el sexo, es como probar una droga. O al menos eso fue lo que pensó. Una vez lo has experimentado, deseas volver a hacerlo, hasta que tus sentidos se satisfagan, deseas llegar hasta el límite de lo que se puede llegar, pero ahí está el problema, no tiene límites.

 

 

 

Sus sentidos, rápidamente se encendían ante los recuerdos. 

 

 

 

La sensación de algo grande, duro, caliente, invadiéndolo, llenándolo, moviéndose, haciéndole sentir corrientes eléctricas desde el interior de sí mismo que eran enviadas a diversas partes de su cuerpo, embotaba su mente, nublaba su sentido.

 

 

 

 

 

La sensación del miembro de Naruto dentro de él.

 

 

 

 

 

Sin darse cuenta, la mano que sostenía el jabón, ahora se encontraba fuertemente cerrada alrededor  de su miembro erecto, grande y caliente, exigiéndole que acelerara el ritmo, que le dejara de torturar, que le hiciera llegar al éxtasis.  Bajó su otra mano, pasándola primero por su pecho, encima de una de sus tetillas, para pellizcarla con algo de brusquedad, un ligero suspiro salió de su boca, siguió su camino hasta llegar a la base de su pene donde cogió sus testículos, ahora hinchados de semen deseoso de salir al exterior, y los manipuló a su gusto, jugando con ellos, mientras su otra mano aceleraba el ritmo e intensidad en su turgente miembro.

 

 

 

 

 

Apremiante, le llegó un orgasmo explosivo, acompañado de un gruñido potente.

 

 

 

 

 

Se quedó inmóvil durante un rato, esperando a recuperarse de la sensación post-orgásmica. Luego terminó de bañarse, y un tanto abochornado por su acción se cambió rápidamente, para salir en dirección a la Torre de la Hokage.

 

 

 

 

 

*******

 

 

 

 

 

Naruto iba caminando distraído, sin rumbo a ningún lugar. Estaba pensando en la noche que pasó con Sasuke. Cada vez que la recordaba, se sentía absurdamente feliz. Esa fue la mejor noche de su vida, no tanto por el hecho de haber tenido relaciones, era más que todo porque había sido con el de ojos negros. Recordaba cada gesto, movimiento y actitud que tuvo. Justo en esos momentos tenía un deseo incontrolable por verlo. Y aunque por más absurdamente cursi le pareciera, deseaba poder ver sus ojos, escuchar su voz y abrazarlo tan fuerte que fuera capaz de fundirlo a su cuerpo.

 

 

 

 

 

Por las historias que antes escribía el viejo pervertido, Jiraiya, había entendido que las personas parecían estúpidas cuando estaban enamoradas. Algunas veces hasta cambiaban totalmente su personalidad y podían llegar hasta matar. No lo hubo comprendido en aquel momento, pero ahora, lo sabía. El amor se podía describir con una palabra.

 

 

 

 

 

Insaciable.

 

 

 

 

 

Porque era así como se sentía.

 

 

 

 

 

Insaciable de Sasuke.

 

 

 

 

 

 

 

*******

 

 

 

 

 

Rápidamente llegó a la torre de la Hokage, ya delante de la puerta de Tsunade-sama, tocó la puerta y tras una indicación  de aceptación, se adentró en el lugar. Habló acerca de lo que habían descubierto, pues la misión había sido de rastreo e investigación.

 

 

 

Debían rastrear a un grupo de ninjas calificados en el rango S del libro bingo. Se presumía que deseaban atacar a la Hokage.

 

 

 

Descubrieron varias cosas, éstos ninjas eran de la Aldea Oculta de la Roca, en el país de la Tierra, y se estaban preparando para atacar, pero no a la Hokage. Iban a atacar al Kazekage. Eran bastante fuertes y alrededor de unos 10. Atacarían en 1 semana.

 

 

 

Tsunade-sama le dijo que había sido un buen trabajo y que al día siguiente se acercara en la mañana pues les daría una nueva misión.

 

 

 

 

 

*******

 

 

 

 

 

Una vez hubo informado, salió de la Torre en dirección a Ichikaru. Si bien es cierto que antes no gustaba de ese alimento, ahora se podría decir que era uno de sus preferidos. Otra cosa por la que había que darle crédito a Naruto.

 

 

 

 

 

 

 

FLASH BACK

 

 

 

Al principio, cuando el azabache recién había vuelto, todos los aldeanos y la mayoría de los ninjas no lo aceptaban. Y con justa razón. Aún así, eso a él no le importaba. Los aldeanos podrían hacer lo que quisieran, siempre y cuando, no intervinieran directamente en algo que le vinculase. No le importaba ninguno de ellos, por lo cual su opinión, le importaba menos de lo que sería normal.

 

 

 

 

 

Mas no todos pensaban de la misma manera. Naruto no aceptaba esas miradas. Siempre que Sasuke salía a comprar para llenar su despensa, entrenar, comprar armas shinobis o cualquier otra cosa, se aparecía cerca del azabache, “de casualidad”, para luego acompañarlo en lo que iba a hacer. Y como siempre, el azabache le decía algo como “¿no tienes nada que hacer?, entrenar por ejemplo. Dobe”, claramente se daba cuenta de lo que el rubio intentaba hacer, pero eso no venía al caso, pues a él no le molestaba ni un poco la actitud de los aldeanos. Y como siempre, recibía la misma respuesta, “Si tuviera algo mejor que hacer, no me aburriría aquí contigo. Teme.”, pero aún así iba con él. Luego de haber hecho lo que tenían que hacer, terminaban en Ichikaru, por pedido de Naruto como “recompensa por la compañía”, a lo que Sasuke indicaba que no se lo había pedido. Aún así, siempre iba con él.

 

 

 

 

 

Así, casi todos los días que no se encontraba de misión, iba a comer Ramen a Ichikaru con Naruto.

 

 

 

 

 

FIN DEL FLASH BACK

 

 

 

 

 

Ya cerca del puesto escuchó una voz bastante conocida.

 

 

 

 

 

Naruto.

 

 

 

 

 

Por un momento sopesó la idea de irse a otro lugar a comer. Pero, si había decidido que las cosas volverían a ser “normales”, pues ir a comer con Naruto sería lo que debía hacer.

 

 

 

 

 

Respiró hondo y luego entró en el local y se sentó en una silla al lado de Naruto. Todo era un tanto raro.

 

 

 

 

 

-Dobe -dijo el azabache a modo de saludo.

 

 

 

 

 

-Pensé que te irías - dijo el rubio sonriendo a todo lo que los músculos faciales y todos los fideos que tenía en su boca le permitían.

 

 

 

 

 

Seguro había sentido su presencia cuando estaba cerca. Entonces se fijó en la cara del rubio y se dio cuenta de que se había metido casi todos los fideos de un solo golpe.

 

 

 

 

 

Sonrió de medio lado y con superioridad.

 

 

 

 

 

-Pensabas seguirme - afirmó Sasuke.

 

 

 

 

 

Entonces lo vio, Naruto se había sentido abochornado por haber sido descubierto. Pero se recuperó rápidamente.

 

 

 

 

 

-Claro que sí. No te voy a dejar escapar de mí, Sasuke.

 

 

 

 

Notas finales:

 

Gracias por leer, espero les guste.

Nos vemos.

 


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