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Nuevo Colegio por AkikoYaoi

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Notas del capitulo:

Los hechos narrados en este fic son de exclusiva responsabilidad del Pelirrojo y no representan necesariamente el pensamiento de la autora xD.

5.- Un chico sumiso

 

Despertó temprano. Miró la cama de al lado y ahí estaba su compañero, durmiendo como si nada. Era como ver dormir a un niño pequeño totalmente ajeno a toda la maldad del mundo que lo rodea. Suspiró.

Él era parte de la maldad. O como mínimo, no era parte de la bondad. Su compañero seguía siendo tan puro como cuando llegó a ese lugar y él había tenido sexo con otro hombre en el baño y solo por una calentura.

No se lo había dicho y no estaba en sus planes hacerlo. No quería que pensara mal de él, lo consideraba su único amigo en ese lugar y no quería perderlo. Si tenía que callarlo, lo haría. Aunque eso lo carcomiera por dentro.

No se arrepentía de lo que había hecho. Se mantenía firme en esa pastura. Pero viéndolo a él dormir, se sintió sucio. No tenía cara para mirarlo. Primero tenía que hacerse a la idea de lo que había pasado y ya luego podría quizás volver a mirarlo a los ojos sin sentir que le ocultaba algo. Si tenía suerte, podría llegar a contárselo en un tiempo no muy lejano.

Con esa idea fija en su cabeza se decidió por levantarse lo más calladamente posible, después se bañó y salió lo más rápido que pudo de la habitación. Aún quedaban unos minutos para que Rukawa se despertara y él no quería estar ahí. Luego le inventaría algo.

 

˜*˜

 

-No me esperaste, Torpe.

Faltaban un par de minutos para que empezaran las clases y él se encontraba mirando por la ventana, por eso no lo vio llegar. Hasta que le habló. Se giró lentamente para contestarle.

-Lo siento, me desperté temprano y no pude volver a dormir. No te quise despertar por eso salí.

-¿Has tenido pesadillas? -se sentía curioso.

-No. No precisamente -no sabía cómo explicarle sin explicarle.

-¿A qué te refieres?

-Nada, no importa. Ya llegó el profesor -salvado por la campana.

Se giró hacia el frente fingiendo poner atención para evitar más preguntas de Rukawa. Aún no tenía respuestas para darle.

 

˜*˜

 

Se pasó la semana evitando en lo posible al Zorro. Ahora, estaba solo y aburrido. Rukawa había ido a pasar el fin de semana a su casa y él había decidido quedarse en el internado. Necesitaba estudiar y en su casa en Kanagawa sus amigos no lo dejarían. Y en casa de su tía, en Tokio, la pequeña Airi no se lo permitiría.

Miró sus libros. No sabía por cuál de todos los ramos empezar. Meditó unos momentos y se decidió: historia. No había puesto atención a nada de las clases pero tenía bastante claro que como no empezara a ver pronto las fechas, lugares y hechos no conseguiría aprenderse todo para el día del examen que ya estaba próximo.

Una hora. Llevaba ahí sentado intentando aprender algo una hora y lo único que había conseguido fue memorizarse las fechas y los lugares. Esto estaba mal, pésimo. No tenía sentido si no sabía que es lo que había pasado ese día en ese lugar.

Necesitaba ayuda. De ser posible necesitaba volver a asistir a esas clases y ahora sí, poner algo de atención. Pero eso era imposible. Bien que lo sabía.

Bostezó. Le estaba dando sueño y no podía dormir. Tenía que aprovechar bien el poco tiempo que le quedaba para estudiar. Decidió que podía darse un descansito. Algo pequeño, una cosa poca. Solo para despejar su mente. Miró por la ventana y se decidió.

El otoño hacía los días más llevaderos. Ya no tenían que soportar el calor todo el día. Ahora había días que incluso buscaba los rayos del sol. Este  sería uno de esos días. Saldría al jardín, había pocos estudiantes en el Internado así que todo estaría tranquilo.

 

˜*˜

 

Evitó la sombra de los árboles para ubicarse en un lugarcito donde llegaba el sol de lleno. Se tiró al pasto con los brazos y los pies abiertos. Cerró los ojos disfrutando del calor.

-Hola, Pelirrojo.

-Hola, Michi -contestó abriendo los ojos.

-¿Qué haces aquí?

-Descanso un momento.

-Jajaja no me refiero a eso. Yo decía aquí, en el Internado.

-¡Ah! Bueno, pues me quedé porque tenía que estudiar y es más fácil hacerlo aquí que en mi casa o en casa de mi tía -contestó-. ¿Y tú?

-Lo mismo, tengo problemas en casi todos los ramos.

-¡Jajajajajaja! ¡Pero Michi! A ver, dime en que no tienes problemas -dijo burlón.

-Pues Lenguaje e Historia.

-¡Wow! Solo dos ramos -lo molestó.

-¡Ah! Y en Educación física tampoco.

-¡Jajajajajajaja! Eso no se vale. Este es una Preparatoria de tipo deportiva, no creo que haya un alumno que tenga problemas en eso.

-Puede ser -dijo algo avergonzado.

-Ya, tranquilo, Michi. Sé que podrás conseguirlo -lo animó.

-Gracias, Pelirrojo.

Se quedaron unos minutos más hablando. Descansando cada uno de su fin de semana de estudios. El pelirrojo miró su reloj.

-Creo que ya es hora de volver.

-Sí. Lástima, se estaba bien.

-Sí, el sol estaba relajante.

-La compañía también -dijo mirando hacia otro lado.

-¡Jajajajaja! Vamos, Michi -dijo pasándole el brazo por los hombros-. Si hay algo que mi compañía no es, eso es relajante.

-A mí me agrada -dijo mientras comenzaban a caminar.

-A mí también me agrada tu compañía -le correspondió.

Hanamichi siempre se preguntaba dónde había quedado el chico pandillero que irrumpió el año anterior en el gimnasio de la preparatoria Shohoku para acabar con el equipo de basquetbol. Sabía que no era un muchacho precisamente tranquilo, pero con él se comportaba de lo más sereno y dócil.

Los pisos del Internado estaban asignados según los cursos. Ya habían llegado al segundo, lugar donde el pelirrojo tenía su habitación cuando se le ocurrió algo.

-¿Michi?

-Dime.

-Me contaste que no tenías problemas ni en Historia ni en Lenguaje.

-Sí, de hecho me va bastante bien en esos ramos.

-¿Me ayudarías con Historia? -preguntó con cara de borrego a medio morir.

-… -levantó una ceja más que nada por la forma en que el pelirrojo lo miraba.

-Por favor… -suplicó.

-No es necesario que me mires así. Lo haré encantado solo porque eres tú.

-Gracias, Michi.

-No agradezcas. Ya te lo dije. Solo porque eres tú.

-Vamos -dijo mientras se acercaba a la puerta de su habitación y lo invitaba a pasar.

Mitsui se sorprendió. Aquel lugar estaba bastante ordenado. Pensaba que siendo como era Sakuragi de alborotador e intranquilo le costaría dejar las cosas en su lugar. Pero no, ahí estaba todo donde tenía que estar.

El pelirrojo acercó las sillas de ambos escritorios hasta el suyo, donde tenía sus cosas. Se pasaron el resto de la tarde estudiando en ese reducido espacio con ambas cabezas metidas en los apuntes, los cuadernos y los libros.

-Fue una tarde agotadora -dijo Mitsui sentándose en el borde de la cama.

-Sí que lo fue -le dio la razón mientras se sentaba junto a él-. Muchas gracias por todo, Michi.

«La vida es demasiado corta, no la pierda estando molesto por algo o con alguien. Goce el momento presente, actúe de acuerdo a lo que sienta, no se reprima de sus deseos y sufra del placer de estar vivo. La oportunidad perdida no vuelve, por eso no la pierda… hágalo todo y no se arrepentirá de nada.»

Recordó mientras colocaba su mano izquierda en el muslo derecho de su compañero. Podía haberse considerado una muestra de aprecio o agradecimiento si no hubiese sido porque su mano estaba más cerca de su entrepierna que de cualquier otra parte.

Buscó la mirada de Mitsui, pero él la tenía fija en el piso. Sus mejillas estaban visiblemente sonrojadas, pero no decía nada. Habían varias opciones: se lo tomaba como algo normal entre compañeros, no quería comentarle algo que podía ser solo un mal entendido, o le gustaba.

El pelirrojo se inclinaba por la última, creía que Mitsui sentía algo por él. Aunque sutilmente, se lo había dado a entender esa tarde. Y si ya no le había apartado la mano de un manotazo era bastante probable que quisiera algo más. Y él se lo daría.

Se inclinó hacia su izquierda besando dulcemente su cuello. Escuchó como un pequeño gemido de sorpresa salía de sus labios. Y cuando su compañero se giró para mirarlo atrapó sus labios con delicadeza para besarlo.

Continuó con el beso casi sin darle tiempo a reaccionar. Suavemente lo fue recostando en la cama para posicionarse sobre él sin llegar a aplastarlo con su cuerpo. Metió sus manos bajo su polera para acariciar su abdomen, decidió quitársela para tener mejor acceso a su piel, que para su sorpresa era bastante suave. Pellizcó sus pezones y comenzó a escuchar gemidos casi inaudibles.

Le estaba dando calor, así que se sacó su polera para luego volver a los pantalones de su compañero que terminaron haciendo compañía a la ropa de que ya antes habían sido despojados. Acarició su sexo por sobre sus bóxer mientras lamía y mordía su oreja. Los gemidos eran ya bastante perceptibles, pero poco les importaba.

La fuerza de voluntad se le estaba empezando a acabar así que terminó de desvestirlo para comenzar a prepararlo. Verlo así, desnudo en la cama, visiblemente excitado y con un notorio sonrojo le provocó ternura, quizás se estaba aprovechando de él. Quería hacerlo, pero Mitsui se había comportado siempre muy bien con él, casi lo consideraba su amigo, no quería hacerle daño. El Puercoespín le daba lo mismo, pero Michi era otro asunto.

-Michi, no quiero hacerte daño -esperaba que entendiera que se refería al daño emocional, no al físico- así que si quieres que me detenga tienes que decirlo ahora, después no podré -intentó dejárselo claro.

-Mira, estúpido Pelirrojo, si no te detuve antes es porque quiero que sigas -le dijo, pero al ver que no se movía, agregó algo más- ¡Continua! No me dejes así.

No necesitó más. Él ya se lo había advertido. Se terminó de sacar lo que traía para quedar en iguales condiciones que su compañero. Se abalanzó sobre el pene de Michi para lamerlo y besarlo con delicadeza. Lo escuchaba suspirar de placer.

Mientras se dedicaba a eso con su boca, uno de sus dedos intentó abrirse paso en su interior. No quería hacérselo doloroso. Para cuando, luego de tanto succionar, logró que su compañero expulsara su bendito semen, él ya había introducido tres dedos en su ano.

Lo besó dulcemente para luego voltearlo, dejándolo apoyado en la cama con las manos y las rodillas. Se posicionó detrás de él y comenzó a presionar pacientemente. Lo vio empuñar sus manos en un claro gesto de dolor, pero de su boca no salió una sola queja. Se asombró.

Cuando estuvo totalmente dentro, decidió esperar a que Mitsui se relajara un poco. Estaba seguro que si lo embestía así como estaba, le causaría daño.

-Puedes continuar… -escuchó que murmuraba luego de un rato.

-¿Seguro?

-Sí.

-Bien.

Llevó una de sus manos a su miembro y luego de unas cuantas maniobras logró que comenzara a despertar. Ahora si inició sus embestidas. Primero suaves para luego hacerse más intensas.

Fuertes gemidos se escucharon cuando tocó ese punto tan sensible que era su próstata. El pelirrojo se esmeró en golpear una y otra vez ese lugar hasta que llevó a su compañero al inminente orgasmo. Continuó un par de arremetidas más y él también terminó.

Antes de caer sobre su compañero con las pocas fuerzas que le quedaban salió lentamente de su interior y se arrojó a la cama a un lado de Mitsui, tiró de una punta de las sábanas para cubrirse. Mitsui había caído tal como había terminado sobre la cama, su respiración se regularizaba poco a poco, pero no dormía.

El pelirrojo lo atrajo sobre su pecho y lo cubrió con la sábana. Sintió como pasaba uno de sus brazos por sobre su pecho y luego de unos minutos le hablaba.

-¿Pelirrojo?

-¿Si, Michi?

-Sé que para ti fue solo sexo, tranquilo.

-Lo siento -entendió que para su compañero había sido algo más.

-No lo hagas. Sé donde me estaba metiendo, me lo advertiste. Además… -se calló abruptamente.

-¿Además qué?

-Nada.

-Vamos, Michi. Dilo.

-Además… -suspiró derrotado- me gustó, mucho. Estuvo genial. Gracias.

-Michi… -comenzaba a sentirse mal por su compañero.

-Prométeme que nuestra relación no va a cambiar solo porque hayamos tenido un revolcón.

-Podría prometértelo. Pero yo preferiría que cambiara, que fuera mejor de lo que ya era.

-Me gusta más tu oferta -dijo con una sonrisa.

-Entonces que así sea. A partir de ahora serás mi amigo -dijo mientras estrechaba el abrazo.

-Gracias, Hana -dijo con dulzura.

-Gracias a ti, Hisashi -le respondió.

 

˜*˜

 

Hanamichi miró el cuarto. Era medio día del domingo. Mitsui había pasado la noche con él aunque no volvieron a tener sexo. Solo durmieron juntos. Ahora había llegado la hora de sacar cuentas.

En cuanto se levantó, lo primero que pensó fue “¡quiero morirme!”. En el momento del sexo no pensaba, por eso no lo notó. Luego estaba tan cansado que solo se tapó para dormir. Pues ahora que despertaba se daba cuenta que estaba en la cama del Zorro.

Sabanas, frazadas y cubrecamas revueltos por todos lados. Las cabeceras en el suelo cerca de la ropa que había terminado desparramada por toda la habitación. Solo esperaba a que el Zorrito le diera el tiempo suficiente para ordenar antes de que llegara.

Mientras se dedicaba a eso pensaba. Había sido todo muy extraño, totalmente distinto de la primera vez. Aunque Sendoh le había dicho que lo quería, a él poco le importaba, solo quería desestresarse como el mismo Sendoh se lo dijera. Mitsui no había dicho nada, pero no era necesario, él sabía que algo pasaba y si le importaba, por eso lo trató con tanto cuidado, ternura y porque no decirlo, cariño.

A pesar de saber que no era correspondido, él se le había entregado por completo, sin inhibiciones, incluso con cierta sumisión. Y todo eso había despertado en él las ansias de cuidarlo, solo que no podía ofrecerle más que una amistad.

Aún así debía de haber alguien para ese muchachito con fama de rebelde, pero que en el fondo era demasiado frágil. Y cuando ese chico llegara, él se encargaría de ver si era el adecuado para Mitsui.

-Hola -escuchó que lo saludaban.

-Hola -agradecía al cielo haber terminado de ordenar antes de la llegada de su compañero.

-¿Qué hiciste durante todo el fin de semana? -curioseó el Zorro.

-Nada del otro mundo. Solo estudiar -mentalmente se maldijo por no sentirse capaz de decirle la verdad.

Aún no es el momento, se dijo. Eso lo dejaba un poco más tranquilo. Ya encontraría el instante preciso para sincerarse.

 

Notas finales:

Por favor no me maten. Gracias por los Review que han dejado, espero que lo sigan haciendo. Me gustaría saber que piensan… aparte de querer colgarme xD


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