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Nuevo Colegio por AkikoYaoi

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8.- Información irrelevante


 


-Buenos días, Mono Salvaje -saludó a su compañero que llegó antes que él.


-Buenos días, Mono Pelirrojo -contestó desviando la vista.


El profesor estaba entrando en ese instante a la sala, por tanto Sakuragi se sentó sin decir nada más. Durante todo el transcurso de la primera clase pudo notar como su compañero giraba de vez en cuando su cabeza para mirarlo, luego cambió su estrategia. Sakuragi miró el reflejo de la ventana y vio a Kyota mirándolo atentamente, quien al verse descubierto enterró su cabeza en el cuaderno avergonzado.


Hanamichi sufría de un ataque de risa mental. Se le hacía gracioso que el chico no supiera cómo reaccionar luego de lo que había pasado la tarde anterior. Quizás se entretuviera molestándolo un poco, como lo hacía con Mitsui.


Miró hacia su derecha y vio el puesto vacío de Rukawa. Esa mañana lo había dejado dormido en la habitación, salió lo más silenciosamente posible luego de dejarle en el velador el jarro antes vacío, con una nueva bebida isotónica.


Aún sentía cierto peso de conciencia por no poder sincerarse con su compañero. Y no entendía por qué. La última decisión que había tomado consistía en dejar de pensar que le contaría la verdad cuando fuera el momento preciso. Porque para empezar no sabía que diferenciaba un momento normal del momento preciso.


Si algún día se enteraba, pues le contaría todos los detalles que quisiera saber. Y si no se enteraba, pues no tendría nada que contarle. Solo esperaba que de llegar a comprender su situación, le perdonara el hecho de no habérselo dicho antes.


 


˜*˜


 


Se pasó la mañana pensando en todo.


«La vida es demasiado corta, no la pierda estando molesto por algo o con alguien. Goce el momento presente, actúe de acuerdo a lo que sienta, no se reprima de sus deseos y sufra del placer de estar vivo. La oportunidad perdida no vuelve, por eso no la pierda… hágalo todo y no se arrepentirá de nada.»


Hiroto y su consejo había sido el principal culpable de que ahora fuera amigo del Zorrito. También estaba el hecho de que cada vez que se encontraba en condiciones de tener sexo con un chico se le venía a la mente la frase. Había seguido al pie de la letra eso de «sufra del placer de estar vivo».


«Tienes que relajarte, desestresarte. Busca otras cosas aparte de los estudios y el basquetbol.»


Necesitaba un detonante y ahí estaba. En cuanto Sendoh pronunció esas palabras fue como una invitación al pecado. Y él no se negó. Después de eso ya no podía resistir y tampoco es que lo intentara tanto.


«A mí me agradas.» «No es necesario que me mires así. Lo haré encantado solo porque eres tú.»


Y luego había aparecido Mitsui. El chico que se le había entregado en algo más que en cuerpo. Ya desde antes le agradaba, o más específicamente le agradaba la actitud que tenía con él, porque no se comportaba así con todos. El sexo fue como una especie de pacto de sangre, algo que los unió de una manera muy especial. Y si bien le gustaba molestarlo, no quería hacerle daño.


«No te olvides que me debes un favor, Hanamichi. Algún día me lo deberás pagar.»


Hazuki era una chica muy guapa, pensó que el sexo sería fantástico y de paso le pagaba el favor y se podría abrir a futuros favores. Pero no, su cuerpo no estaba totalmente de acuerdo con su mente, si bien no fue mal sexo, tampoco fue el mejor. No cambiaba nada, no para él por lo menos. La chica estaría en serios problemas si se descubría lo que había pasado. La adrenalina de lo prohibido fue quizás lo que lo hizo más tentador.


«Cómo voy a estar celoso»


Y ahí estaba Kyota, tan rojo como un tomate y avergonzado hasta el tuétano luego de haberle dado un agarrón. De todos sus amantes era quizás el menos preparado, porque aún podía sentir su mirada a través del reflejo de la ventana. El chico, o no sabía que era gay, o era virgen. Para el caso era lo mismo, nada iba a cambiar. Él se atenía a la idea de solo sexo y de ser posible solo una vez.


Suspiró y miró el reflejo de su compañero en el vidrio. Lo vio mirándolo concentrado y le cerró un ojo.  Apreció el sonrojo que lo invadió hasta las orejas nuevamente para volver inmediatamente su vista al frente y atender al profesor. Se sonrió, le causaba gracia turbarlo.


 


˜*˜


 


-¡Hana! -lo llamó Mitsui-. Siéntate aquí y almuerza con nosotros.


Caminó hasta la mesa donde estaba Mitsui, dos personas más lo acompañaban. Kyota y Jin.


-Hola, Jin, Michi -saludó sentándose.


-Hola -saludó seco Jin que era el único al que no había visto en todo el día.


Comían mientras hablaban. Aunque más que una conversación en grupo, era una pareja la que hablaba: Hanamichi y Mitsui.


-¿Por qué no comes, Kyota? -preguntó Jin.


-No tengo hambre -dijo mirando su plato.


-Deberías comer -dijo Sakuragi- o podrías desmayarte como Rukawa y alguien tendría que cuidarte.


-No necesito que nadie me cuide -dijo levantando la cabeza. Entonces Sakuragi lo vio.


-¿Qué es eso que tienes en el cuello? -preguntó con una sonrisilla.


-No tengo nada -contestó rápidamente llevándose la mano al lugar indicado.


-Yo también lo vi -dijo Mitsui-. Y sé perfectamente lo que es.


-¿Qué tienes, Kyota? -preguntó Jin mientras sacaba la mano de su compañero del cuello.


-Na… nada… no es nada.


-Wow. Es un chupón y bastante grande y visible -dijo Jin sorprendido.


-Y además ahora tartamudea -se burló Sakuragi.


-Yo no tar… tartamudeo -dijo azorado.


-Claro, Mono Salvaje. Lo que digas.


Estuvieron el resto del almuerzo burlándose de Kyota. Especialmente de su notoria marca y de su sonrojo y tartamudeo.


 


˜*˜


 


Hanamichi había decidido ir al baño antes del entrenamiento. El trío con el que almorzó ya iba al gimnasio aunque aún faltaban unos 15 minutos.


Entró al baño al tiempo que otro muchacho. Ambos se dirigieron a los urinarios. Hanamichi sentía una mirada sobre si, al levantarla vio al otro chico mirándolo fijamente. Le mantuvo la mirada durante varios segundos.


«La vida es demasiado corta, no la pierda estando molesto por algo o con alguien. Goce el momento presente, actúe de acuerdo a lo que sienta, no se reprima de sus deseos y sufra del placer de estar vivo. La oportunidad perdida no vuelve, por eso no la pierda… hágalo todo y no se arrepentirá de nada.»


Una nueva oportunidad, era un desconocido, pero… ¿qué importaba? La aprovecharía al igual que todas las anteriores. Tomó al chico de un brazo y lo metió dentro de uno de los baños con puerta. Pero antes de que pudiese hacer nada el chico había tomado la iniciativa.


Se había arrodillado en el suelo y ahora succionaba su miembro con maestría. El pelirrojo sintió que había hecho un descubrimiento con este chico. Solo Hazuki le había hecho algo así y no estaba ni cerca de tener la experiencia del chico con el que estaba ahora.


Succionaba, lamía, mordía, apretaba, volvía a succionar, lamer, morder y apretar, repitiendo el proceso varias veces más. Nunca había intentado prolongar tanto una eyaculación como esta vez, pero es que lo estaba sintiendo demasiado bien. Luego de unos momentos fue inevitable. La liberación llegó.


El chico a sus pies tomó hasta la última gota del semen del pelirrojo. Y luego se puso de pie para besarlo. Cuando se les acabó el aire escuchó que le hablaba.


-¿Cómo te llamas? -dijo el chico misterioso.


-Eso es irrelevante.


-Yo me llamo…


-No importa -le cortó el pelirrojo.


-¿Eh?


-Demonios, me atrasé -dijo luego de mirar su reloj para posteriormente arreglarse la ropa.


Abrió la puerta del baño y salió con un simple “adiós” dejando tras de sí a aquel chiquillo del que no quiso saber su nombre. Para qué si no lo repetirían y no tenía intenciones de hacerse su amigo.


Le gustaba tomar. No pensaba dejarse tomar por ninguno de sus amantes. Pero lo que acababa de pasar había sido liberador por decirlo de alguna forma. Había estado tenso toda la mañana, sentía que le faltaba algo y sabía perfectamente qué es lo que era: le faltaba su amigo que en este momento se encantaba en el dormitorio descansando y recuperando energías.


No estaba en sus planes andar por la vida teniendo sexo con desconocidos. Lo que acababa de pasar lo consideraba una especie de break. Con esa idea ingresó al gimnasio.


 


˜*˜


 


-¿Cómo te encuentras? -dijo el pelirrojo al entrar en la habitación.


-Mejor -contestó escueto.


-¿Necesitas algo?


-Qué me entretengas ¿puede ser?


«La vida es demasiado corta, no la pierda estando molesto por algo o con alguien. Goce el momento presente, actúe de acuerdo a lo que sienta, no se reprima de sus deseos y sufra del placer de estar vivo. La oportunidad perdida no vuelve, por eso no la pierda… hágalo todo y no se arrepentirá de nada.»


Dio un par de pasos y se detuvo en seco. No, no, él era su amigo. El Zorrito no se lo tomaría tan bien como Mitsui y tampoco se quedaría callado como Sendoh o Kyota. Suspiró.


-¿Torpe? -no entendía que se hubiese detenido de pronto.


-¿Eh? Ah, sí. Debes estar muy aburrido, entretente con esto, toma -dijo extendiéndole sus cuadernos con los apuntes del día-. Me voy a bañar.


 


˜*˜


 


-Ah… ah… ah… ah… -gemía suavemente Hanamichi en la ducha.


Después de tener un pensamiento libidinoso con su amigo y compañero de habitación había tenido que terminar masturbándose en la ducha. No podía ser tan despreciable para hacerle algo así al Zorro. Mucho menos después de todo lo que les había costado construir esa amistad y toda la confianza que habían depositado en ella.


-Agg… -con este último murmullo logró la liberación final.


En los casi dos meses de convivencia que llevaba con Rukawa nunca había tenido que recurrir a esto pensando en él. Se sentía de lo peor, había tenido una serie de ideas lujuriosas que se moría por llevar a la práctica con su compañero, pero tendría que contar hasta diez y aguantarse, ya tendría la oportunidad de encontrarse con otro chico y desfogarse. Esta idea lo dejó un poco más tranquilo.


 


˜*˜


 


-¿Qué hiciste hoy, Torpe? -preguntó aún acostado.


-Aburrirme -contestó desde su cama.


-¿Por qué? -no entendía su respuesta.


-Sentía que me faltaba algo, me faltabas tú -fue sincero-. Me acostumbré a estar contigo durante todo el día.


-Me… me pasó lo mismo -a pesar de ser su amigo seguía costándole expresar sus sentimientos.


-¿Zorro? Sabes que eres mi amigo y que pase lo que pase lo seguirás siendo ¿cierto?


-¿Por qué lo dices? -le agradó escucharlo, pero lo decía como si fuese a pasar algo malo.


-Por nada, solo quería que lo tuvieras claro. Buenas noches, Zorrito.


-Buenas noches, Torpe.


Sumergido cada uno en sus pensamientos, se durmieron.


 


˜*˜


 


Al otro día, Hanamichi y Rukawa continuaron con su rutina tal cual la habían dejado antes de que el pelinegro se enfermara y precisara de reposo.


-Hola, Mono Salvaje -saludó Sakuragi al llegar a la sala de clases.


-Hola -dijo mirando hacia la ventana levemente sonrojado.


Rukawa miró al pelirrojo y movió la cabeza apuntando a Kyota, recibió por contestación un leve alzamiento de los hombros de su compañero indicándole así que no tenía idea de lo que le pasaba al chico.


Cuando salieron los tres en dirección al comedor, Rukawa vio algo y no pudo evitarse el comentario.


-Parece que tuviste un encuentro muy apasionado -dijo burlesco.


-¿Eh? -dijo volviéndose totalmente rojo en un segundo.


-¡Jajajajajajajajajajaja! -Sakuragi reía escandaloso.


-¿A… a qué te… te refieres? -preguntó Kyota aún sabiendo de lo que hablaba.


-¿Ya te volviste tartamudo, Mono Salvaje? -preguntó irónico el pelirrojo-. Es obvio que se refiere a tu chupón -dijo mientras le tocaba el cuello en el lugar de la marca.


-Tú no me molestes -susurró casi inaudiblemente-. Y quita tu mano de mi cuello.


Entraron al comedor, uno con ataque de risa, otro rojo como la grana y el último con una pequeña mueca que indicaba lo divertido que estaba con la situación. Se sentaron junto a Mitsui y Jin que ya se les habían adelantado.


-¿Qué ocurre? -preguntó Jin.


-Solo que el Zorro descubrió la pequeña marca de Kyota -contestó el pelirrojo.


-Así que es eso -dijo Mitsui.


-Yo quiero saber ¿hasta cuando me van a molestar? -preguntó Kyota.


-Supongo que hasta que desaparezca -dijo el pelirrojo indicando su cuello-. O quizás un poco más -agregó irónico.


-No entiendo cual es el problema -dijo Kyota evitando la mirada del pelirrojo.


-No es un problema, solo es curioso -habló Rukawa.


-¿Qué quieres decir? -dijo Jin.


-Que este es un Internado de hombres.


Silencio. Al parecer nadie había pensado muy bien en quien pudo haber dejado esa huella en Kyota, pero ahora que Rukawa lo decía era obvio que había sido un hombre.


-Oh, vamos. No me digan que son homofóbicos -dijo el pelirrojo.


-No -Rukawa nunca se había enamorado así que bien podía ser homosexual y no tener idea, por eso no le molestaba.


-De hecho me acosté con un hombre -respondió Mitsui sincero. Todos lo miraron.


-¿Y? -preguntó Kyota.


-Fue mejor que genial -completó sincero.


-Ya me lo parecía -dijo el pelirrojo con una sonrisa.


-¿Y tú, Jin? -preguntó Mitsui para desviar las miradas de él.


-Pues, me gusta un chico. Y no pregunten más que no contestaré -respondió lo que sentía que era prudente.


-¿Torpe?


-Puedo decir que perdí mi virginidad con un hombre -evitó mencionar que en realidad ya había estado con cuatro hombres, tres con los cuales había tenido sexo y uno sexo oral además de haber estado también con una mujer.


Rukawa se quedó pálido en su asiento. El pelirrojo nunca se lo había dicho. Y si hasta hace unas semanas era virgen eso significaba que había sido en el Internado y no se lo había contado.


Después de ese momento de sinceridad cada uno continuó con su almuerzo y sumergido en sus pensamientos. El único que continuaba tan impasible como al principio de la mañana era el pelirrojo.


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