Cuando Draco se despertó con el ruido del callejón, miró hacia el sofá, Potter seguía ahí.
Hacía tres días que lo había encontrado y Harry se había negado a irse le aseguró que no lo molestaría así que Draco, sin entender ni él porque, lo dejo quedarse y lo miró mientras se trataba las heridas de todo su cuerpo al estilo muggle.
El rubio no podía evitar sentir lastima por el chico e incluso curiosidad por saber porque estaba tan malherido pero no se atrevía a preguntar ya que había sido él, después de que Potter le preguntase por sus motivos para estar allí, el que impuso la segunda norma de la habitación después de la de no molestar. No hacer preguntas.
Al día siguiente al entrar en la habitación Draco escuchó una lechuza y al entrar pensando que era la suya que quería salir se encontró con el baúl y la lechuza blanca del Gryffindor.
-¿Así que decides mudarte del todo a MI habitación?-preguntó arrastrando las palabras y con su frío tono habitual.
-No quiero molestarte… Pero no quedan más habitaciones libres y no quiero volver a la casa de mis tíos.
-Haz lo que quieras, pero luego no presumas de que pasaste el final de las vacaciones con Draco Malfoy.
-Descuida, es algo que pienso negar si preguntan.-aseguró el pelinegro enfrentándose por primera vez al rubio después de que el otro no parase de pincharlo.
Después de eso no volvieron a hablar más, viviendo ahí los dos juntos pero ignorándose el uno al otro. Sin embargo esa mañana, la del tercer día, Draco tuvo que despertar al pelinegro cuando llegaron las cartas de Hogwarts.
-Potter.-lo llamó desde lejos, pero ya había entendido que cuando Harry dormía profundamente era difícil despertarlo, así que se acercó al sofá que servía como cama del de ojos verdes.
-Potter.-volvió a llamarlo, pero como no se despertaba lo zarandeó un poco mientras le pasaba la carta por la cara y al ver que seguía sin hacerle caso le dio un fuerte tirón para levantarlo, aunque sabía que eso le dolería pues aun no estaba curado, y al hacerlo choco con el baúl haciendo un gran escándalo.
Harry se despertó asustado por el ruido que le hizo pensar que seguía en casa de los Dursley, temía seguir allí y que su intento de huída hubiese sido un sueño. Temía verlo de pie ante él, pero con lo que se encontró fue con un no tan elegante Malfoy tirando en el suelo cubierto por toda su ropa. El pelinegro no pudo evitar reír de alivio, pero Malfoy lo malinterpreto.
-¿De que te ríes Potter?-le preguntó malhumorado al sentirse el chiste del Gryffindor al que más odiaba.
Harry calló ante el enfado de su compañero e intentó ayudarlo a levantarse pero este lo esquivo y lo dejó recogiendo la ropa que había salido del baúl.
-Aquí esta tu carta.-le dijo lanzándosela.-Dubledore sabe que estas aquí.
Harry abrió el sobre que ese año llevaba un papel más aparte de la lista de libros que fue lo primero que leyó para relajarte y después de casi memorizar la lista de libros para el nuevo curso, saco el otro papel. Las notas de sus timos:
TÍTULO INDISPENSABLE DE LA MÁGIA ORDINARIA
Aprobados: Extraordinario (E)
Supera las expectativas (S)
Aceptable (A)
Suspensos: Insatisfactorio (I)
Desastroso (D)
Trol (T)
-Astronomía: (A)
-Cuidados de Criaturas Mágicas: (S)
-Encantamientos: (S)
-Defensa Contra las Artes Oscuras: (E)
-Adivinación: (I)
-Herboligía: (S)
-Historia de la Magia: (D)
-Pociones: (S)
-Transformaciones: (S)
Harry suspiro solo había suspendido Adivinación, pero a cambio tenía un Extraordinario en DCAO y eso le hacía sentirse bien, en ese momento sintió una respiración tras él y al alzar la vista se encontró con la de Draco que se asomaba para ver sus notas o eso creía Harry.
-¿Tú que has sacado?-le preguntó el pelinegro sobresaltando al rubio que no podía creerse lo que había estado pensando.
Primero al verlo ahí sentado con la cabeza ladeada para ver sus notas había deseado besar el cuello del Gryffindor y cuando se giró y sus miradas se encontraron quiso lanzarse sobre él para besarlo y acariciar su cuello y besarlo, su torso, su espalda…Sin entender como alguien podía haber hecho daño al alguien tan hermoso. ¿Hermoso? Draco se asustó de sus propios pensamientos y se alejo del pelinegro.
-Por supuesto que todo Excelentes, un Malfoy no se conforma con menos Potter.-aclaró doblando sus notas, no quería admitir que tenía un Aceptable Astronomía y un Supera las Expectativas en DCAO.
-Ya…
-Deberíamos ir a comprar los libros y otras cosas que necesitemos.
-Yo tengo que pasar antes por Gringotts, necesito dinero.
-Voy contigo.
Harry se dirigió a Gringotts siguiendo a Malfoy que iba a paso rápido, con su mirada fría que dirigía a todo el que se acercaba a él y con la cabeza bien alta demostrando que estaba por encima de todo ellos mientras esquivaba a la gente con elegancia.
A diferencia de él Harry se chocaba con todo el mundo y al hacerlo la ropa se pegaba a sus heridas lo que le hacía ir más lento.
“Por suerte”.-pensó.-“Ya no se ven las de la cara, nadie tendrá que ver al-niño-que-vivo con esas pintas”.-pensó con ironía, podía enfrentarse a tantas cosas en el mundo mágico pero no a eso… No a la persona que más odiaba, incluso por encima de los Malfoy y que más de una vez había pensado incluso al mismo nivel que el mismísimo Voldemort.
-Potter si no te das prisa conmigo no vienes.-le gritó el rubio que lo esperaba ya en la puerta del banco mágico.
-Lo siento.
El rubio puso los ojos en blanco, era la decimoquinta vez que le escuchaba disculparse en tres días, lo hacía por todo hasta porque su lechuza hiciese el más mínimo sonido coso que a Malfoy, porque la costumbre de estar con su propia lechuza, ni le molestaba.
Cuando entraron los condujeron a sus cámaras y allí ambos cogieron todo el dinero que necesitaban para sus compras del curso y algo más.
-Pensé que no tendrías dinero si habías huido de casa.-preguntó el Gryffindor mientras salían del banco.
-Para tu información Potter esa cámara es solo mía y por supuesto tengo derecho a acceder a ella aunque no pueda entrar a la de mis padres.
-¿Y por qué vives en “El Caldero Chorreante” si puedes pagar algo mejor?
-Potter dije que nada de preguntas, pero si lo hago es porque aquí estoy a gusto ya que es el último sitio en el que mis padres me buscarían si es que me están buscando, puede que solo esperen a que regrese.
-¿Y por qué no fuiste a casa de tu padrino?
-Por el mismo motivo que tu no fuiste a la del tuyo, Snape esta viviendo con Black.
Draco tenía razón ese era uno de los motivos por el que no había ido a casa de Sirius, después de que Snape lo salvase de caer por el velo en la lucha contra los mortífagos en el Ministerio de Magia el año pasado y después le confesase que estaba enamorado de él y desde entonces ambos vivían juntos y enamorados, el otro motivo era que Harry no quería que su padrino supiese lo que sucedía en la casa de sus tíos… No podía contárselo y estropear su felicidad.
Cuando entraron en Flourish y Blotts para comprar sus libros se separaron, Malfoy no dejaría que los Slytherin que había ahí lo viesen junto a Potter.
El pelinegro corrió a coger todos los libros sin mirar nada más pues la librería estaba llena de estudiantes de Hogwarts y él no quería que lo viesen, sin embargo, su intento se quedo solo en eso cuando escucho el chillido de una chica entre la multitud de gente.
-¡Harry!-gritó Hermione corriendo hacia él junto con Ron y el resto de la familia Weasley.
-Tesoro.-dijo la Sra. Weasly abrazando al amigo de su hijo.-¿Por qué no nos dijiste que vendrías a por tus cosas? Podrías haber venido con nosotros.
-Es verdad, y tampoco contestaste a mis cartas, te podías haber quedado el final del verano con nosotros.-le reprochó Ron.
-Ya es que mis tíos no me dejaban sacar a Hedwig y me quitaron las cartas.-mintió Harry.
-Que crueles.
Harry reprimió una sonrisa triste, si supiesen la verdad…
-¿Tienes que volver ahora con ellos?-preguntó un animado Ron contento por estar con sus amigos.
-Em no… A partir de hoy me quedo en “El Cardero Chorreante.”
-Entonces ven con nosotros a hacer el resto de las compras.-le ordeno la castaña amarrándolo del brazo.
-Eso y después iremos a la tienda de mis hermanos.-sugirió Ron.
Y sin dejar que el chico protestase sus dos amigos lo sacaron a rastras de la tienda y juntos se fueron a recorrer el resto de los establecimientos del callejón Diagon.
-Podías haberte ido con ellos.-dijo Draco cuando ambos se encontraban de nuevo en su habitación. Él había llegado primero pues cuando perdió a Harry de vista y luego lo vio con sus amigos en otra tienda decidió terminar rápido con sus compras e irse, no quería tener que dar explicaciones a sus amigos de porque se había ido de casa.
-Lo siento si te molesta que me quede, pero no quería causarles problemas. Este año todos los Weasley están en casa de Ron junto con sus parejas, ni siquiera Hermione se quedara con ellos.
-Oh, como no, San Potter como siempre preocupándose por sus amigos y, como no, mintiéndoles.
-Eso no es asunto tuyo Malfoy.
Draco lo fulmino con la mirada, pero el pelinegro no lo vio pues ya se había girado para guardar sus cosas. El Slytherin sabía que su compañero tenía razón no era cosa suya, ni le interesaba pero no sabía porque le molestaba que Harry no les hubiese contado que había pasado esos días con él.
“Qué tontería, como si quisiera que supiesen que he pasado mis vacaciones con él, además fui yo el que le dijo a Harry que no quería que nadie lo supiese, ¿Harry? ¿Lo he llamado Harry? Esto de estar encerrado con él me esta volviendo loco.”-pensó el rubio mientras de dejaba caer en la cama.