Zona residencial.
Ciudad de Shibuya, Tokio.
.- ¡Estamos en casa! – proclamó Inoichi Yamanaka mientras abría con felicidad la entrada principal de su nueva casa. Sasuke solo se limito a bufar en respuesta. Para él su casa seguía estando en París, en su pequeño apartamento de clase media. La casa donde había crecido, en donde había adquirido su identidad.
.- Es preciosa – la elogio Ino mientras arrastraba tras ella su equipaje de mano color morado pálido – Es muy bonita y muy espaciosa, papá – la voz de la chica sonaba nerviosa, dudosa de que con todo lo que había gastado ya, aquella casa fuera demasiado para su corto presupuesto.
.- ¡Oh! Bueno – la risa tenue de Takara inundo el pasillo de entrada mientras depositaba su bolso en el suelo y se aventuraba por el – Lo que sucede es que su padre y yo estuvimos pensando y decidimos que les daríamos el gusto ahora que estamos empezando de nuevo – río la rubia mujer mientras les miraba con la picardía asomándose en sus ojos.
.- ¿El gusto? – gruño mientras también entraba; para él, que le dieran el gusto significaba que le dejaran en París, con todo lo que había construido ahí.
.- Así es – guiño el ojo derecho su padre – Su madre y yo, y bueno, Itachi también… Hemos decidido que con esta casa, con este espacio: Podremos tener por fin una mascota, tal como querían de pequeños.
Sasuke casi podía asegurar que el grito de felicidad que Ino dio se pudo escuchar en Francia. Él solo se limito a dejar que una sonrisa vagara por sus labios.
Instituto Elite Konoha
Ciudad de Bunkyō, Tokio.
.- Es enserio – gruño un joven de cabello negro mientras comía un poco de su almuerzo – Mi padre me lo dijo esta mañana, Naruto… Sasuke Uchiha regreso esta mañana en un vuelo matutino desde Francia.
.- Es algo raro, Lee pero no digo que se mentira – respondió con total calma un joven de cabello rubio mientras apresaba con fuerza la cintura de la chica sobre sus piernas, frente a él Lee parecía a punto de contraatacar - ¿Tu que opinas, Sakura?
.- Que sería genial que Sasuke regresara – fue todo lo que ella respondió mientras continuaba hojeando una revista y acariciaba de forma esporádica el cabello del rubio.
.- Seguro Aburame lo sabe… - Naruto no dijo nada más mientras dejaba vagar sus ojos por el amplio espacio del comedor institucional, hasta posarlos del todo en un joven de gafas oscuras que se mantenía serio mientras su compañero de mesa parecía a punto de subirse a la mesa – Pero conociéndolo, no dirá nada… Así que solo nos queda esperar.
…
.- ¿Entonces es verdad? – Cuestiono con voz demasiado baja una joven de cabello negro con tonos azulados mientras dejaba caer su bandeja contra la mesa - ¿Uchiha Sasuke regreso a Tokio? – pregunto con miedo a parecer demasiado interesada mientras clavaba su mirada en la figura de su mejor amigo.
.- No ha querido decírmelo – gimió molesto un joven de cabello castaño que permanecía recostado contra la mesa y jugaba con su almuerzo – Anda, Shino… Después de todo, lo sabremos pronto.
.- Si lo sabrán pronto… ¿Entonces para que preguntas, Kiba? – Fue la rápida respuesta del otro joven, que luego se limito a comer en silencio su almuerzo.
.- Porque si y ya – gruño el otro – ¡Solo dilo! ¿Regreso o no? ¿Y por qué?
.- No voy a decírtelo, Kiba – soltó con voz firme mientras se levantaba de su lugar – Creo que eso es algo que sabrás en su debido momento y en cuanto al porque de su regreso… Es algo que Sasuke me confió y por lo tanto, no pienso decírtelo.
Zona residencial.
Ciudad de Shibuya, Tokio.
Sasuke suspiro mientras se dejaba caer sobre la pequeña cama de sabanas blancas y dejaba vagar sus ojos por el paisaje que se le mostraba tras su ventana. No podía evitar extrañar el paisaje urbano pero elegante de Paris, ni el sonido que llegaba de las calles. Dejaba su vida en pausa en la ciudad del amor y de un momento a otro regresaría para retomarlo de nuevo… Solo podía desear que fuera así.
Se sentía como un extraño en aquel lugar, aún cuando solo llevaba un poco más de cuatro horas en Tokio. Lo cierto es que tenía miedo de enfrentarse a sus recuerdos y a la vida que dejo al irse de niño; no era agradable para él enfrentarse a todo eso solo. Las calles abarrotadas de gente, las extravagantes luces y el sonido ajetreado le parecían surrealistas en comparación a su tranquila vida parisense.
.- ¿Sasuke? – La voz suave de su hermana le trajo de nuevo a la realidad mientras se adentraba con paso inseguro a su habitación - ¿Te sientes bien con todo esto? – Ino dejo caer su sutil peso a su lado mientras tomaba su mano entre las suyas, sus ojos celestes realmente mostraban la preocupación que sentía hacia la apatía – bastante común – de su hermano mayor.
.- ¿Por qué no lo estaría, Ma chérie*? – le respondió con tono suave mientras dejaba que ella se apoyara en su hombro y depositara su cabeza contra él. Ella solo se limito a suspirar tras su respuesta.
.- Te conozco, Sasuke – fue la tenue respuesta que ella le dio - Ne mentent pas* - murmuro luego de unos segundos de silencio.
.- Ino – le llamo con suavidad mientras la alejaba de él y miraba sus ojos inundados en preocupación – No me siento a gusto con todo esto y realmente preferiría regresar de inmediato a Paris pero…
.- ¿Pero? – murmuro ella mientras mordía su labio. Él no contesto de inmediato y la chica ladeo la cabeza, tratando de reprimir su impaciencia por la falta de expresividad de quien consideraba y amaba, como a un hermano.
.- Pero se que es lo mejor y lo acepto…
Luego de eso, Ino solo se limito a lanzarse contra él y abrazarlo con todas sus fuerzas. Su mayor miedo era tener que enfrentar la tristeza y desolación que Sasuke cargo con él cuando niño y llego a vivir con ellos, los mismos sentimientos que lo azotaron cuando la noticia de su regreso a Japón les fue dicha.
Se había acostumbrado al aura misteriosa de los dos Uchiha desde que los había conocido y había tratado de romper con sus barreras cuando ambos pasaron a ser parte de su pequeña familia. El dolor y el resentimiento se habían ido olvidando con el tiempo y el amor y el apoyo habían dado forma a la vida de los dos Uchiha dentro de la familia Yamanaka. Ino se convirtió en su amiga, en su hermana y en alguien indispensable para los dos.
Itachi se convirtió pronto en su compañero de juegos y en su protector de todas las cosas, era su hermano mayor en todos los sentidos y era consiente de que él la apoyaría y entendería en cada unas de sus decisiones, así como ella lo haría con él. Sasuke había sido él más difícil de los dos pero Ino había logrado romper poco a poco todos sus escudos y pronto se convirtieron en mejor amigos, en verdaderos hermanos. Sabían todo el uno del otro y para Ino no era difícil adivinar al verdadero Sasuke tras las mascaras que este mostraba.
El tiempo había dado paso a una verdadera familia y aún con el dolor, Sasuke sabía que esa pequeña familia estaría para él aún en el peor de los casos. Eso fue lo que pensó mientras apretaba a Ino contra si mismo y depositaba un suave beso en su pálida cabellera.
Amaba a su hermana, a su madre y a su padre; aún cuando le fuera demasiado difícil decirlo en voz alta.
.- Bien – soltó ella cuando se separaron de su apretado y poco común, abrazo – Iré a llamar a Itachi y bueno… Yo… - de nuevo la inseguridad la invadió mientras baja su mirada hacia el suelo, incapaz de observar a Sasuke con lo que estaba a punto de decirle.
.- Dímelo, Ino – la invito con su típico tono frío mientras dejaba caer su espalda contra el colchón, teniendo así, una vista perfecta del rostro sonrojado de la chica – No me molestare, te lo prometo.
.- Es solo que… Mamá quiere que empecemos desde mañana el instituto y pues… Yo le dije que ambos estábamos de acuerdo en ir a partir de mañana – Ino suspiro resignada mientras esperaba la reprimenda del moreno pero esta nunca llego – Incluso le dijo a Shino que pasara por nosotros – trato de arreglar el asunto al mencionar el único lazo que su hermano y ella mantenían con Japón, el único amigo de una vida pasada que conservaban con cariño; pero Sasuke se mantuvo en silencio y ella comenzaba a asustarse.
Alzo sus ojos y clavo su mirada en el rostro sereno de Sasuke, que había cerrado los ojos y respiraba con tranquilidad. No lucía molesto pero ella no podía asegurarlo. La melodía de una guitarra siendo rasgada con furia inundo la habitación y el celular de Sasuke vibro desde su sitio en el escritorio.
Ino respiro aliviada, aquella llamada realmente la había salvado de la posible furia de su hermano.
Zona Residencial.
Ciudad de Shinjuku, Tokio.
.- ¡Papá! ¡Papá! – La voz alegre de Naruto inundo el amplio comedor mientras entraba con paso apresurado y se sentaba ansioso frente a su padre - ¡¿Es cierto?! – casi dejo salir su voz en un grito mientras miraba esperanzado la sonrisa divertida que su padre le dirigía.
.- ¿Que es cierto, Naruto? – Fue lo que se limitó a decir su padre mientras cerraba sus ojos y ahogaba una risa – Y por cierto, hijo... Yo también he tenido un buen día, por si me lo preguntas.
.- Limítate a responderle, Minato – gruño una voz femenina desde la cabecera contraria de la larga mesa, el tono amarillo de su cabello era lo único que se distinguía de la pila de documentos que tenia por revisar – Que no ves que tu hijo esta a punto de tener un ataque de ansiedad y de paso, hiperactividad.
El hombre soltó a reírse mientras observaba el gesto indignado de su hijo. Era la misma expresión de su difunta esposa y esos eran los momentos que más feliz lo hacían. Reconocer en Naruto a Kushina y al mismo tiempo ser consiente que este era lo único que le quedaba de la mujer de su vida.
.- ¿Sasuke regreso, papá? – Naruto se aferro a los bordes de la mesa mientras la empleada de servicio depositaba un plato de humeante ramen frente él - ¿Realmente esta aquí de nuevo? – estaba a punto de que su corazón detuviese sus agitados latidos, ansioso de escuchar la respuesta de su padre. Su mejor amigo de la infancia, la única persona en el mundo que sentía realmente cercana a su corazón a pesar de los años de separación y falta de comunicación.
.- Así es, Naruto – se limito a decir antes de que su hijo cayese sobre el asiento en un grito de alivio – Los Uchiha llegaron esta mañana… Sasuke esta de nuevo en casa.
Minato Namikaze sonrió entonces mientras observaba a su hijo devorar la comida. Sus ojos se fijaron entonces en el pequeño marco que se encontraba tras la espalda de su hijo. El rostro serio de quien fue su mejor amigo le saludo mientras la sonrisa cándida de una de las mujeres más bellas que había visto iluminaba la imagen. Entre ellos habían dos niños: El mayor, su ahijado y el menor, quien había tenido la desgracia de encontrar sus cuerpos.
Los Uchiha habían regresado y no sabía si eso era bueno o malo. Solo sabía que por amor y respeto a la memoria de quienes habían sido sus mejores amigos, debía apoyar en todo lo que pudiese a los últimos Uchiha.
Y sabía, con alegría, que Naruto movería cielo y tierra por Sasuke, aunque este no recordase quien era con exactitud.
En algún lugar de Japón.
La estancia se encontraba a oscuras y la débil luz provenía del televisor que no emitía ningún sonido pero que pasaba las imágenes del noticiero del medio día. Las persianas estaban echadas y lo único que lograba percibirse era el sonido del tráfico del otro lado de las ventanas. Todos seguían con su vida normal al otro lado mientras en ese oscuro cuarto, las dos personas parecían entenderse en silencio.
.- Así que los Uchiha se han dignado a regresar… - el tono divertido inundo la amplia estancia mientras su dueño se extendía por completo en su sillón de cuero negro y a sus pies un joven de cabello con tonos blancos asentía en respuesta – Bien... Será sin duda un juego divertido. Vamos a ver cual cae primero – fue lo último que dijo antes de clavar sus ojos en la fotografía de un joven de cabello negro que caminaba junto a una joven de cabello rubio por el pasillo del aeropuerto; una sonrisa cruel cruzo sus labios – Vamos a ver... ¡Uchiha Sasuke, ten cuidado! ¡Mucho cuidado!
(...)