El camino era totalmente desconocido para mi, no sabia para donde dirigirme, tras varias horas de caminar llegue a una iglesia demasiado antigua, se oian aleteos mire hacia arriba eran gárgolas que cuidaban una vieja capilla, me acerque a su placa “A honor de nuestro rey, que viva por siempre. 1403” se leia
El sol comenzaba a asomarse, tenia que esconderme de sus rayos, la única construcción que se veía cerca era esa condenada capilla, pero las gárgolas no me dejarían esconderme, su deber era protegerla, a hurtadillas me acerque a su gran puerta apenas si acerque mi mano
-Que es lo que buscáis criatura de la noche-A mis espaldas había una gran gárgola que se veía muy antigua-Tu no eres bienvenido a este nuestro hogar
-Lo se-empecé a temblar, sabia que para las gárgolas los de mi especie eran un peligro y por supuesto que eran enemigos a muerte de los vampiros-Os pido disculpas por mi atrevimiento, pero les pido que por su bondad me dejen quedáis en este su hogar
-Que te hace pensar monstro que te daremos nuestra bondad, es que acaso tienes miedo de quedáis reducido a cenizas cuando el sol toque tu piel muerta
-Se que nuestra especie no es de vuestro agrado pero…le ofreceré un trato-empezaba a creer que si no moria por el sol lo haría a manos de la gárgola, la gárgola se enderezo y me miro fijamente dándome a entender que hablara-Y se que vuestra sangre es un gran nutriente para sus cuerpos, se las dare con tal de que me dejen pasar el dia aquí hoy por la noche dejare esta capilla
-Porque confiaríamos en tu palabra-la gárgola se acerco a mi en forma de ataque, ya no tenia mucho tiempo para que el sol me alcanzara
-Porque, estoy a unos minutos de extinguirme con el sol-con una de mis propias uñas, raje mi antebrazo, comenzó a escurrir un hilo de sangre-Tenga bébala
-Te creo chico, llena con esa suculenta sangre tuya una pequeña botella, de las tantas que hay haya dentro, y me la dejas antes de irte por la noche, será mejor que cumplas tu palabra si no juro por lo mas sagrado de esta vida que te matare-La gárgola subió a tomar posición antes de que se hiciera piedra, entre, las ventanas estaban cubiertas con tablas de madera, estaba sumergida en la oscuridad, busque una botella y la llene a la mitad, para que después se la diera a la gárgola, no estaba en condiciones para romper un trato con una gárgola y menos tan antigua, tenia suerte de que aceptara mi trato, en una de las escaleras quede sumergido en el sueño, hace tiempo que no dormía por la preocupación que me producía el ir con Alcide y Eric, ahora esos dos me pasaban por igual, después de todo los dos eran unos patanes
-¡Hijo del inframundo, será mejor que salgas!-se oyo un rugido estremecedor, que recorrió todo el interior de la capilla, el cual me despertó, mire a una de las ventanas, ya no entraba nada de sol, y por el grito de la gárgola, supuse que ya era de noche, Sali con la botella de sangre-Pense que te habías ido hijo del mal
-Penso mal-Le entregue la botella y me retire antes del que la gárgola se arrepintiera de irme dejar, no sabia si ir de nuevo a Blood o seguir vagando, lo mejor era regresar si, era lo mejor, tome camino de regreso
-Con que aquí estabas-dijo de una voz a lo lejos-¿A que se debe tu ausencia?
-Señor Miller, que tal-el padre de Alcide estaba oculto detrás de un árbol-¿En que puedo ayudarlo?
-¿Cómo en que? Te desapareces, y mira a donde te vengo a encontrar
-Señor Miller- como es que sabia que estaba “desaparecido”-¿Cómo es que sabe que no regrese a la ciudad? Solo fue una noche
-Pues por Alcide, por quien mas-el señor Miller se acerco a mi, puso una mano sobre mi hombro
-¿Por el? Le pido que no me engañe
-Vamos ven-comenzamos a caminar-No te engaño querido Jackson
-Podria saber…
-Que paso exactamente-me interrumpió el padre de Alcide, asentí con la cabeza-Claro hijo, mira ayer que salieron a pasear, o al menos eso me dijo Alcide, unas dos horas antes del amanecer llego Alcide muy alterado diciendo que te habías ido a quien sabe donde y que ya iba a amanecer, pidió mi ayuda para encontrarte, no buscamos mucho, hasta hoy y mira aquí estas
-Me va a decir, que Alcide pidió ayuda, es algo difícil de creer, no me lo tome a mal, pero me cuesta trabajo aceptarlo, y mas que el se preocupara tanto por mi-“Despues de tratar de matarme” Alcide no era ese tipo de gente que doblegaba su orgullo
-¡Como crees que reaccione yo! Es cierto mi hijo no se caracteriza por pedir ayuda, pero tampoco es estúpido, Jackson no se como por tu mente pasa que el no se preocupa por ti, todo lo contrario hijo, el te quiere mucho, mas bien debería decir que te ama mucho, de echo no lo había visto asi desde que era humano, el era distante si pero no cruel todo cambio desde que “murió”, o mi hijo, pero tu lo haces reaccionar, antes casi por todo quería matar a alguien, pero ahora es mas…paciente, nunca en la vida lo vi preocuparse por alguien como anoche
-Yo lo note de otra forma-el señor Miller me miro en forma de pregunta-Despues se lo contare, será mejor llegar pronto- acelere el paso hasta llegar a la puerta de la ciudad