Salí del vagón de los perfectos. Después de un encuentro con Malfoy. Ese maldito orgullo que tenia, lo hacia mas insoportable. No habían llegado a Hogwarts y ya habían empezado casi una pelea. Pensé que después de lo pasado en la guerra y que le hubiera salvado en la sala de los menesteres, se vería agradecido, pero me equivocaba, lo de salvarle parecía que en vez de relajar el odio que siente hacia mi, lo único que había conseguido era hacer que este aumentara. Abrí la puerta compartimiento donde estaban Ginny, Luna y Neville. Y me deje caer en el asiento.
-Bueno Harry-dijo Hermione- Nos vemos en el colegio y recuerda no te petas en ninguna pelea antes de llegar con Malfoy.-después de decir eso se marcho cerrando la puerta del compartimiento.
Todos me miraron con una mirada que me decía que lo contara porque Hermione me había advertido sobre las peleas con Malfoy. Suspire y les conté que fui a acompañar a Ron y a Hermione al vagón de los perfectos, y que cuando me iba a marchar, apareció Malfoy con su prepotencia, se había quedado mirándome como matándome con esos ojos color mercurio liquido. Un escalofrió recorrió mi espina dorsal, les dije como le pedí amablemente que me dejara pasar. Y como el me había atacado verbalmente.
-Déjalo estar.-dijo Neville- Al fin y al cabo es un Slytherin y no deberías buscarte problemas antes de tiempo.
-Neville, tiene razón Harry, no es necesario que te alteres por una retorcida serpiente.
-Supongo que tenéis razón.-dije recostándome en asiento.
Mire hacia la ventana, pensando en como estaría Hogwarts, después de la guerra. Recodaba que había quedado casi destruido, tras la batalla. No pude evitar que una lágrima recorriera mi rostro al recordar cuantas vidas se habían perdido en esa guerra. Ron había perdido a Fred, Ted había perdido a sus padres. Limpié la lágrima que me recorría el rostro con la manga, cuando Ginny me dijo que ya habíamos llegado. Baje del tren y vi venir a Ron y a Hermione riendo entre dientes. Llegaron con nosotros en un momento.
-¿Qué os hace reír así?-dije mirándolos sin comprender.
-Malfoy-Ron volvió a reír- El habla en sueños y se ve que mientras veníamos a soñado con unos intensos ojos color esmeralda.-mi amigo volvió a romper a reír.
-¿Qué tiene eso de gracioso?-pregunto Luna.
-Pues que cuando Pansy, lo ha ido a despertar por poco se cae. Y la cara que ha puesto pagaría por volver a verla una vez más.
Ron imito la cara que Malfoy había puesto. Y no pudimos evitar romper a reír, a lo lejos pude ver como un ojiplata me miraba con cara de querer matarme allí mismo. Les hice una señal a mis amigos y nos subimos al carro que nos llevaría a Hogwarts, al estar apunto de llegar al Gran Comedor una masa de alumnos se me echo encima, pidiéndome un autógrafo o cosas así. Tuve que entrar a tientas al Gran Comedor y me senté como pude. La cena fue tranquila y a la salida con ayuda de Ron y Hermione me pude escabullir sin ningún problema asta la sala común de Gryffindor, me dirigí a mi habitación y cogi el mapa del merodeador y la capa de invisibilidad, y me dirigí hacia la torre de astronomía. Me recosté en uno de los muros y mire al cielo estrellado. En esos momentos lo único que deseaba era escapar de allí. Estar en Hogwarts me traía tantos recuerdos de la guerra y de la gente que había muerto por protegerme o ayudarme de algún modo. Mi mente se dirijo hacia el recuerdo del pensadero y en como Snape me había ayudado todos estos años y yo creyendo que me odiaba. Solo quería protegerme. Recordé a mi padrino Sirius al que había recuperado y había perdido tan rápido. Pero bueno al menos tenía el consuelo de saber que esas personas habían dado su vida por ayudarme. Me levante y limpie el polvo de mis pantalones y volví hacia la torre de Gryffindor para descansar dado que mañana seria un día muy largo.