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¡¿Me QUE?! por Arkady Nekozukii

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¡¿ME QUE?!

Episodio 1.- Espera lo inesperado. Así es la vida Duo-kun.



- ¡Shini! ¡Shini! ¡No huyas, Shini!

El muchacho trenzado bajaba corriendo las escaleras, un traste con comida no identificada en su mano izquierda. Bajaba los escalones de dos en dos, con el claro peligro de caer estrepitosamente. Finalmente llego hasta piso firme y liso sin problema alguno y miro a quien perseguía. Duo hizo un puchero.

- ¡Vamos, Shin, no estuvo tan mal! – una fría mirada verde fue su respuesta.

- Duo, - asomo la cabeza desde la puerta de la cocina su padre – deja al gato en paz, hijo. – pidió calmadamente.

- Pero papá – se quejo con un chillido su hijo. – Shini no quiere comerse lo que le prepare.

- No se le puede culpar – murmuro el hombre al ver lo que llevaba su hijo en el traste.

El gato lamió su pata indiferentemente, como si el asunto no le concerniera en lo absoluto. Duo fue a tirar los contenidos del traste murmurando todo el camino sobre lo inconsiderado que era el minino.

Christopher Maxwell sonrió afablemente mientras miraba a su hijo sentarse a desayunar. Se sentía muy orgulloso de su muchacho y le aliviaba ver que pese a haber crecido sin su madre, Duo hubiera resultado un muchacho alegre, simpático y vivaz. Su pequeño de verdad que disfrutaba de la vida, si bien a veces se le pasaba la mano. Y hablando de eso...

- La Directora Une hablo a la oficina ayer en la tarde – soltó Chris de repente, causando que su hijo casi se atragantará en medio bocado. – Algo relacionado con la cafetería de la escuela.... ¿hay algo que quieras decirme, hijo? – cuestiono, levantando la ceja derecha inquisitivamente.

"Maldición, la ceja no, la ceja noooo!" pensaba Duo frenéticamente, tratando de darle a su padre la sonrisa mas inocente del mundo. Desgraciadamente, uno no vivía 16 años con Duo Maxwell sin aprender una o dos cosas sobre él.

- Duo – advirtió entre dientes su padre.

El joven dio un suspiro derrotado. Pero enseguida se irguió y miro a su padre fijamente.

- ¡Te juro que no se como llegaron todos esos grillos al puré de papas de la cafeta! – estallo finalmente – La escuela habría de checar mejor la comida cuando les llega. He estado pensando muy seriamente en demandarlos con salubridad. – se defendió acaloradamente el muchacho. – Y claro que para justificar su error buscan a los inocentes que estaban de casualidad por ahí, sin molestar a nadie--

- Duo Casimiro Maxwell. – interrumpió con firmeza su padre.

Por su parte, Duo no pudo evitar un gesto de disgusto al oír su nombre completo. Su madre de verdad que era rara, a quien se le ocurría ponerle ese nombre a su hijo? Ese era un secreto que le había costado mucho trabajo ocultar a través de los años. Oh, si tan solo Wufei lo supiera... no pararía de reír en años. Duo muchas veces se pregunto si su madre lo odiaba.

- ¿Si señor? – pregunto tímidamente, anticipándose al sermón de dos horas sobre la responsabilidad, madurez y demás cosas a cualquier adolescente normal no le interesaban.

Chris se disponía a regañar a su hijo, cuando el timbre del teléfono lo cortó. Extrañado, descolgó el teléfono y contesto. Duo que, pese a la creencia popular en su escuela, no era ningún tonto vio su oportunidad y la aprovecho.

- ¡Se me hace tarde para la escuela, te veo al rato pa’! – se despidió, ignorando la mirada que le lanzo su padre.

^_^' ^_^' ^_^'

- ¡Ya llegue! – anuncio a todo pulmón el joven trenzado apenas y entro a su salón.

Quatre lo volteo a ver con una sonrisa un tanto confundida.

- ¿Duo? – pregunto con extrañeza - ¿Qué haces aquí? Aún es temprano.

Duo se encogió de hombros.

- La bruja Une le aviso a papá sobre el incidente en la cafetería. – comenzó a explicar – Ahorita me lo acaba de decir mi viejo y estaba apunto de darme el sermón de siempre cuando sonó el teléfono. Decidí emprender la retirada. Prefiero estar en la escuela a estar con papá en estos momentos.

- Eso no te servirá de nada – señalo su rubio amigo – Al fin que lo tendrás que enfrentar tarde o temprano

Duo frunció el ceño. Odiaba esa frase.... tarde o temprano. Siempre que trataba de librarse de sus responsabilidades, todo el mundo le decía eso 'Pero Duo, tarde o temprano tienes que hacerlo...' ¡Bah!

- Quizás, – finalmente contesto – pero al menos mañana en la mañana ya no estará tan molesto.

Esa era una de las ventajas que tenía Duo de no tener a su madre. Cuando Duo salía de la escuela su padre ya estaba en el trabajo y se quedaba hasta muy tarde, así que no había quien lo regañara en casa. No que Duo no quisiera pasar mas tiempo con su padre.... pero en esos momentos se sintió afortunado.

- Y a todo esto Duo, ¿cómo le hiciste para que no te descubrieran hasta que fuera demasiado tarde? Las cocinas de la escuela están repletas de gente trabajando y no creo que ninguna te viera... o reconociera – agrego, sabiendo que su amigo tenía la reputación de 'peligro andante' entre el personal de la escuela.

"Creo que hasta tienen su foto pegada en la sala de maestros" pensó el rubio con una sonrisita divertida.

- Oh, déjame darte todos los jugosos detalles, Q. – sonrió con malicia Duo, tirando su mochila junto a su asiento y volteándose hacia Quatre.

Pronto ambos se sumergieron en una profunda conversación, aunque era claro que quien mas hablaba era Duo, relatando su historia con gritos y pantomimas, ocasionalmente saliendo de su asiento para saltar, lanzar patadas o hacer alguna demostración karateka. Quatre simplemente lo escuchaba con una sonrisa, sabiendo de antemano que los cuentos de Duo eran mitad verdad, mitad mentira y un poco de fantasía.

Ambos eran los chicos más populares del salón y aunque no lo eran tanto en toda la escuela, la gente ciertamente los reconocía. Mientras Quatre se había ganado la simpatía de todos con su paciencia y gentil sonrisa, Duo lo había logrado mediante sus bromas, cinismo e inagotable energía.

La conversación de los chicos se vio interrumpida por un chillido emocionado.

- ¡Duito!

Esa fue la única advertencia que tuvo Duo antes de encontrarse en el suelo con una muy feliz rubia abrazándolo.

- ¡Relena, suéltame! – grito, tratándose de zafarse del agarre de la chica. Para ser una mujer, era bastante fuerte.

- ¡Duito, llegaste temprano! – se emociono la chica, ignorando por completo las quejas cada vez mas enfadadas de Duo. – Me hubieras dicho y te hubiera recibido. Es una fortuna que viniera a ver a Dotty ahorita, peligro y no te veo sino hasta mas tarde mi tesorito.

- Buenos días señorita Relena – saludo Quatre con una gentil sonrisa.

- Buenos días – murmuro con recelo Relena, abrazando aun con mas fuerza Duo, para desesperación de este.

Desde el asiento de la última fila, Dorothy rodó los ojos. Relena tenía la loca idea de que Quatre le quería 'robar a su corazoncito'. Después de un año, Dorothy ya no se molestaba en corregir a su enfatuada amiga y decirle que Duo ni siquiera era su novio, mucho menos 'suyo'. Viendo que Duo cada vez lucía mas desesperado, la chica se apiado de él y decidió intervenir.

- Relena, será mejor que se levanten del suelo. – le ordeno fríamente, señalando la posición un tanto comprometedora en la que ambos adolescentes se encontraban.

Algo dudosa Relena la obedeció, sonrojándose ligeramente. Nuevamente Dorothy rodó los ojos. Sabía perfectamente bien que su amiga estaba actuando, además si en realidad le diera pena no lo haría en primer lugar.

Relena Peacecraft a.k.a. Relela era una muchacha admirada en la escuela por otras chicas por ser inteligente, responsable y con los pies en la tierra... al menos hasta que encontraba un chico que le interesase, porque cuando eso pasaba se volvía una boba de primera, la verdadera definición de bimbo (y no, no el pan). Dorothy, quien había tenido la desgracia de ser su compañera desde el kinder, simplemente la ignoraba lo mejor que podía cuando estaba en esas fases. En verdad no entendía porque Relena se comportaba así, los chicos a los que acosaba (porque en realidad no se le podía llamar a eso de otra manera) les agradaría mas si no fuera tan obsesiva con sus 'muestras de afecto'. Es decir, fue comprensible que cuando Relena tapizo el salón completo con carteles que declaraban su amor por Duo, poemas, canciones y corazones, en vez de sentirse halagado el trenzado casi se desmaya del susto al pensar que alguien lo suficientemente loco para hacer todo eso tenía alguna clase de interés en él. Aunque no conocía al muchacho, Dorothy sentía lastima por él.

Meneando la cabeza, Dorothy Catalonia siguió viendo como su mejor amiga seguía atosigando al pobre de Duo, quien le gritaba a todo pulmón que lo dejará en paz.

-_-U -_-U -_-U

Duo tarareaba una canción de HIM mientras caminaba a su casa. Al llegar a su destino tuvo la sensación de que lo observaban y volteo a su derecha, pero no había nadie. Aun así noto con interés que la casa continua a la suya ya había sido vendida.

"Ya era hora" reflexiono el chico "Hace como cuatro meses que no vive nadie ahí."

Sacando la llave de su casa y abriendo la puerta Duo se congelo al ver a su padre justamente frente a él.

- Papá – exclamo sorprendido.

"¿De verdad tiene tantas ganas de regañarme?" se angustió el muchacho.

Su padre lo miro con expresión grave. Haciendo una seña para que lo siguiera se dio media vuelta y avanzo hacia la sala.

- Siéntate Duo. – pidió, señalando un sillón frente al que se había sentado. Algo cauteloso su hijo así lo hizo.

- Ergh... ¿es esto por lo del puré de papas? – se quiso asegurar Duo. Su padre ya estaba algo acostumbrado a las bromas que jugaba en la escuela Duo. No le agradaba mucho cuando se salían de control, pero era algo tolerante con ellas. Por supuesto que lo regañaba y dependiendo de la situación lo castigaba, pero nunca había faltado al trabajo para hacerlo.

- No hijo, esto es algo más importante.

Duo miro a su padre entre asustado y curioso.

- Duo, ya se que eres gay.

Ante esta abierta declaración Duo abrió mucho los ojos.

- ¡Si es por las revistas porno con hombres en ella, te juro que no son mías! – se apresuro a decir. – Unos muchachos las metieron en mi mochila... ¡me gastaron una broma! Las tuve que sacar y pues, se me olvido tirarlas supongo. Pero no me puedes culpar por--

- Duo – lo corto su padre. – He sabido que eres gay desde que tienes 14 años, que es por esas fechas cuando lo descubriste tú. La única razón por la que no lo he mencionado es porque quería darte tu privacidad.

- ¿Uh? – musito inteligentemente el muchacho, frenando sus explicaciones.

- De cualquier manera – prosiguió Chris – Tu sexualidad es muy tuya y si prefieres a los muchachos que a las chicas... es muy tu gusto.

- Ok – murmuro el muchacho, algo sorprendido de que su padre supiera algo de esa magnitud y no le importase en lo absoluto.

- Sin embargo tengo que preguntarte algo hijo....

- ¿Si? – alentó Duo.

- ¿Tienes novio?

Duo se sonrojo ligeramente. Rápidamente meneo la cabeza. Christopher sonrió.

- ¿Pretendiente? ¿Alguien que te guste?

Cada vez más extrañado, Duo siguió negando con la cabeza.

- Bien.

- ¿Bien? – repitió el muchacho.

- Si, eso es bueno. Es que verás, hay algo que tengo que confesarte. – Chris suspiro. – ¿Recuerdas a Kaori Kobayashi?

- Algo – replico Duo. Solo recordaba que le gustaba mucho bailar... tanto que hasta lo hacía en la calle. Era una señora simpática en opinión de Duo, si bien algo rara.

- Pues verás, la conozco desde ya hace muchos años. Somos casi como hermanos y luego de que nació su hijo y lo trajo a que lo conociera, ambos hicimos una promesa. Una promesa que significo mucho para ella y también para mí. No se como decirlo pero... – después de dudar unos instantes, finalmente Chris se decidió a soltarlo de una buena vez – Duo, te vas a casar con su hijo Heero.

- ¡¿Eh?! – Duo estaba seguro de que había escuchado mal.

Su padre se encogió de hombros un tanto avergonzado.

- Kaori y yo prometimos que si nuestros hijos resultaban ser gays, los comprometeríamos en matrimonio. Yo ya sabía que tú lo eras y se lo comente a Kaori. Y pues ahora resulta que su hijo le confesó anteayer que también lo era.... así es que tenemos que comprometerlos.

- ¡Que tenemos ni que mis narices chatas! – grito molesto su hijo. - ¡Papá, esto es una broma de mal gusto y creí que aquí yo era el único en jugarlas!

- Esto no es ninguna broma hijo.

Duo gimoteo.

- Sabía que estabas molesto por lo de la cafetería... pero no pensé que te fueras a ir a los extremos para castigarme.

- Esto no es un castigo Duo, es simplemente algo que tengo que hacer. Tú sabes lo importante que es para mí cumplir con mi palabra.

- Si, pero yo que culpa tengo.

- Se que tienes razón, hijo – se disculpo su padre, pero en opinión de Duo no lucía muy consternado. – Pero debo cumplir la promesa que le hice a Kaori, por lo tanto a partir de este momento Heero es tu prometido.

Duo lo miro largo rato hasta que por fin dejo caer su cabeza contra la mesa de centro.

*thud*

- ¡Esto...

*thud*

- ... no...

*thud*

- ... puede...

*thud*

- ... estar...

*thud*

- ... sucediéndome...

*thud*

- ... a mí!

*thud**thud*

Cuando su padre vio que ya no iba a seguir dándose de golpes contra la mesa, se levanto del sillón. Mirando ligeramente entretenido a su hijo, pregunto.

- ¿Terminaste?

- Er... si. – murmuro Duo, notando lo infantil que había sido su reacción... no que realmente le importase, casi todo el tiempo se comportaba infantilmente.

- Ven, Kaori y su hijo llegaron hace una hora. Será mejor ir a verlos.

- ¡¿Ahora?! – vociferó Duo.

- Por supuesto hijo, lo mejor es que los veamos de una vez. Después de todo, debes de conocer a tu prometido.

Duo le lanzo una mirada fulminante a su padre, como rara vez lo hacía. Ignorando la molestia de su hijo, Chris comenzó a caminar. Aún algo atontado por las repentinas noticias (¡¿lo culpan?!) Duo lo siguió obedientemente. Ya afuera Duo noto que padre no se dirigía hacia donde estaba el coche y apenas le iba a preguntar cuando vio a una mujer acercarse a toda velocidad. No pudo evitar la exclamación que salio de sus labios cuando la desconocida lo envolvió en un emotivo abrazo

- ¡Duo! – rió la mujer. - ¡Como has crecido!

Pestañeando, el muchacho se separo un poco de ella y la vio con detenimiento.

- ¿Señora Kobayashi? – hablo inquisitivamente, aun no muy seguro si de verdad esta era la misma mujer. Cuando ella asintió efusivamente, Duo levanto una ceja - ¿Se cambio el peinado? – murmuro extrañado.

Kaori soltó una alegre risotada.

- ¡Ay mi niño, me lo cambio cada semana! – fue todo lo que dijo la mujer, antes de voltear a ver a Chris – No me dijiste lo guapo que se había puesto Duo, Chris.

- ¿En donde esta Heero? – pregunto su amigo, ignorando por completo lo dicho por Kaori.

- Oh, en casa con esa maldita máquina como siempre – Kaori hizo un gesto enfadado, pero luego le sonrió sugestivamente a Duo – Espero que dentro de poco lo entretengas en otras... actividades, ¿eh?

- ¡¿Qu-Que?! – exclamo el trenzado.

Duo no era tímido. De hecho su comportamiento rayaba en lo desvergonzado. Pero el que un adulto le dijera esas cosas frente a su padre lo dejaba algo cortado.

- Íbamos a verlos, Duo se acaba de enterar de las noticias.

- Ya veo – sonrió Kaori - ¿Y que piensas muchacho?

Duo, quien para ese momento ya se había recuperado del comentario de Kaori, la miro desafiantemente.

- Pues honestamente pienso que usted y mi padre están locos de remate. ¡¿Quién demonios compromete a sus hijos en estos días?!

Kaori soltó una estridente carcajada.

- ¡Ay pequeño! ¡Te vas a llevar de maravilla con mi Heero! – le sonrió con humor – Cuando mi hijo me dijo que era gay, lo felicite y le informe que ni se preocupará en buscar novio porque ya tenía prometido. – la mujer soltó otra risotada - ¡Lo hubieran visto! Casi amenaza con suicidarse si lo obligaba a cumplir con la promesa. Se encerró en su cuarto por un buen tiempo. Cuando por fin salió me dijo que no podía ser el prometido de un desconocido y le dije que eso era magnífico porque nos mudábamos para acá al día siguiente para que lo conociera. Me amenazo de muerte cada minuto, pero ya parece más calmado. Ahora solo lo hace cada hora.

Duo la vio horrorizado mientras su padre suspiraba ligeramente.

- Vayamos a conocerlo Duo – urgió Chris a su hijo.

- ¿No llevaremos el coche? – pregunto Duo confundido.

Chris lució ligeramente confundido por unos instantes, hasta que finalmente pareció comprender. Vio a su hijo con algo de pena.

- Hijo... – comenzó, pero Kaori lo corto.

- ¿Coche? ¡Para que! Si somos vecinos – informo la mujer, señalando la casa que se encontraba aun lado de la de Duo.

Duo abrió enormemente los ojos e hizo algo que debió haber hecho desde que su padre le dio las noticias.

Se desmayó.



Notas del autor:

En el numero de Agosto de Newtype USA salieron dos hojas con pequeños comentarios de un nuevo anime cómico llamado Kyou Kara Maou, una serie shonen-ai sobre un chico que es transportado a otra dimensión a través de un retrete. En el segundo episodio este muchacho conoce a un rubio de nombre Wolfram, quien es un grosero de primera; al final Wolfram termina exasperando a Yuri y este le da una bofetada. El pobre ignoraba que en esa dimensión, una bofetada en la mejilla izquierda, significaba una propuesta de matrimonio y, aceptando la madre de Wolfram (quien estaba presente en ese instante) la propuesta, ambos quedan comprometidos. Y fue este loco anime quien me inspiro a escribir este fic.

Ok, ya que leyeron todo esto, quisiera disculparme para quienes estén leyendo mí otro fic “La Diferencia Entre Tú y Yo”. No desesperen, pronto publicare más capítulos. A diferencia del fic antes mencionado, esta historia esta pensada a ser corta, a lo más que llega (y es algo dudoso) será a los diez capítulos. Se darán cuenta que el estilo es muy diferente y notarán que este fanfic será mas veloz en cuanto al desarrollo de la relación entre Duo y Heero.... esto es porque (en mi opinión) en una comedia el romance no tiene que tener sentido.

Si desean mandarme sugerencias, comentarios, escenas que deseen ver con locura o algo más, favor de escribirme a: arkady_littlegirl@hotmail.com


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