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Nuestra Pequeña Rutina por lakyday

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Notas del capitulo:

holass, traigo un nuevo capitulo :)) me ha picado el bichito! jajaja

este capitulo personalmente me gutó... el rollo de Ryu con Meioei me apasiona!! epero poder hacerlo bien

Capítulo 19: "La Sombra de lo Inevitable”.

 

Al llegar en la tarde a la DDS Kintaron y Kazuma ya estaban allí, esperando a Kyu para distraerlo. Y tan enorme como grata fue su sorpresa cuando lo vieron aparecer en el salón de clases con su querido peliazul a su lado.

 

-¡¡¡Ryu-kun!!! -gritó kintaro mientras se acercaba a él, con  los ojos llorosos como un samurái que vuelve a ver a un amigo que creyó muerto en la guerra.

- ¡¡te quedaste!! -exclamó Kazuma con una gran sonrisa, muy feliz porque todo estaba en su lugar.

- s-sí... -respondió tímidamente el azulino que no se esperaba tanta efusividad de parte de ellos.

- ¡y cómo fue que pasó? -preguntó el menor, queriendo saber cuándo se había enterado el peliverde del regreso del dragón.

 

kinta le dio un codazo para que no hiciera preguntas innecesarias e hiciera sentir incómodo a sus amigos.

 

- ah... esto... -Ryu no sabía que decir y si explicar que todo fue porque Kyu se le había declarado en el aeropuerto.

- m-me refiero a que cuándo se arregló todo -corrigió el rumbo el menor sintiendo la incomodidad en el aire.

- Ryu fue a mi casa anoche y hablamos... entre otras cosas -murmuró esto último ya que además se había presentado yurie, haciendo malentender a los chicos que se sonrojaron avergonzados- y todo se solucionó. Eh? Qué les pasa?

-n-nada...

- y entonces... Ya son novios o algo?? -preguntó kinta a quien le gustaba hablar las cosas directamente.

 

La pareja quedó helada, muda y sonrojada... Todos allí estaban sonrojados, en realidad, pero era una situación que como amigos debían atravesar.

 

- ¡¡¡¿¿C-C-Cómo lo saben??!!! -gritó un acomplejadisimo Kyu.

- es... demasiado evidente...  -respondió el menor  arrastrando el demasiado.

- sip, todo tuvo sentido cuando lo pensamos así -agregó el mayor- las miradas que se dan...

- su telepatía

- como Kyu-kun brilla cuando Ryu-kun le hace un cumplido...

- la atmósfera impenetrable que surge cuando no nos prestan atención…

- el ligeramente excesivo contacto físico que normalmente KYU-KUN no puede evitar

- ¡¡¿oye a qué te refieres, Kinta?!!

- ¿que no te das cuenta? pero qué digo, claro que no, si eres tan impulsivo. Al principio creí que Ryu-kun  te regañaría en cualquier momento porque siempre lo andabas agarrando y abrazando por cualquier estupidez...

- ¡sí! ¿Recuerdas es vez que estábamos en clases de judo?

- ¡claro! Esa vez que Kyu-kun pidió ayuda a Ryu-kun para que amarrara su cinturón y después de que lo hizo...

- jajaja Kyu-kun lo tomó de las manos a la altura del pecho y le dijo "¿qué haría yo si Ryu no estuviera conmigo?"

 

Los dos chicos se lanzaron a reír a carcajadas.

 

- sí... yo también lo recuerdo -murmuró el azulino sombríamente sin querer volver a pasar por eso otra vez.

- ¿eh? ¡No fue para tanto! -exclamó el peliverde agitando los brazos de arriba a abajo.

- la verdad creo que todas las chicas presentes te odiaron por eso -dictó Kazuma.

- ¡ah, si! Y en el festival en la playa al que fuimos...

- es verdad... estaban tomados de la mano

- ¡ok, ok, ya entendimos que somos demasiado evidentes!

- ¡¡TÚ eres demasiado evidente!! -le gritaron al unísono.

-pero en fin - dijo kintaro- nos alegra que las cosas entre ustedes se hayan arreglado y espero que sean felices juntos, pero... -su expresión y la de todos se tornó decaída cuando agregó- qué pasará con megu-chan?...

 

Un silencio se hizo en el salón, tras el cual la chica apareció por la puerta. Al entrar notó como todos la quedaron mirando y se sintió humillada. Entonces rápidamente Ryu se acercó a ella y le pidió si podían hablar. Ella aceptó de mala gana y dejaron el salón de clases. Kyu deseaba que todo saliera bien.

 

Entraron a otra sala y cerraron la puerta para tener privacidad.

 

-y bien?... Qué quieres decirme? -preguntó la pelirrosa a la defensiva.

- quiero disculparme por todos las cosas horribles que te dije... me sobrepasé y no medí mis palabras, por eso lo siento.

- yo lo siento... lo siento, pero no puedo perdonarte y haré todo lo que pueda para recuperar a Kyu.

- ya para con eso, Megumi-san. Por favor, nada lograrás con odiarme, sólo herir a Kyu. Yo quiero que las cosas se arreglen entre nosotros, que volvamos a ser amigos... todos.

 

Se hizo una breve pausa donde el dragón esperó la respuesta positiva que tendría la pelirrosa. Y ella respondió, sin embargo, como nunca pensó que lo haría:

 

- ¡sólo estás mintiendo!... -le dijo con una expresión sombría que no era propia de ella, dejando sin palabras al dragón- a ti no te importo yo, ni kinta, ni kazuma... el único que vale la pena para ti es Kyu-kun.

 

El azulino mantuvo silencio para saber a dónde quería llegar la chica.

 

- crees que soy estúpida? Tú no tienes amigos -le espetó con repulsión- todo lo que haces es fingir, fingir para complacer a Kyu-kun. ¡Si no fuera por él ni siquiera nos mirarías!... ¿Y sabes? -agregó con fría y malvada calma- si no fuera por él  a nosotros ni siquiera nos importaría.

 

El espíritu de Ryu se quebró un poco al escucharla. Sabía que Kyu era su conexión con el mundo exterior, también con las personas que allí existían y gracias a él había logrado salir de su pequeño mundo. Sin embargo, sus afiladas palabras le hacían dudar... ¿Acaso era cierto? ¿Sólo le importaba Kyu y todos los demás eran simples cargas estorbosas? Claro que haría lo que fuera para complacerlo... Incluso si eso significaba lidiar con gentuza estúpida e inservible. Su expresión se ensombreció. ¿Podía ser esa la verdad? ¿Era esa su verdadera naturaleza? Ahora lo entendía... era tan bueno fingiendo que hasta se había engañado a sí mismo.

 

- estás pensando en tus verdaderas intenciones, ¿no es así? -dijo la chica, acertando plenamente- sólo estás pensando en tu motivación y ni siquiera  llamó tu atención el que te dijera que a nosotros no nos importas...

 

Ryu reaccionó sorprendido. Era verdad, eso lo había pasado por alto. Entonces... ¿en serio no le importaba nadie más que Kyu? ¿Ni siquiera sus compañeros, sus camaradas, a los que había estado llamando amigos?

 

- ¿ves Ryu?... Ese es quien eres tú de verdad. Y déjame decirte otra cosa: Tú no puedes querer a nadie. Kyu es un simple capricho.

 

El azulino frunció el ceño muy enojado. Nadie tenía derecho a poner en duda su amor por el de mirada dorada.

 

- no me crees ya lo sé, pero sólo deja que te lo explique. Tú no perteneces aquí. Naciste en un mundo de sombras donde sólo tienes una misión.

 

Ryu sintió revolverse su estómago. Lo que Megumi le decía le parecía muy familiar y su seguridad en lo que hablaba era muy alarmante. ¿Acaso sabía su secreto?

 

-  tú naciste para esa misión. Y esa misión no requiere de sentimientos, por eso tú no los tienes, sólo un vago capricho. No requiere de amigos así como tú tampoco los necesitas a ellos. No requiere de nadie del exterior, por eso tú nunca llegaste a ser importante para alguien. Sin embargo, eres una persona curiosa y caprichosa, Amakusa-sama, por eso te empeñaste en conocer el despreciable mundo de las personas comunes y corrientes. Por eso también escogiste a quien llamó tu atención para crear a su alrededor todo lo que dictaban tus caprichosos deseos...

 

El azulino ya no respiraba con normalidad.  Su mente estaba confusa. Esas palabras, eran justo... Casi podía oír su voz.

 

- Kyu sólo es una manera que inventaste para demostrar tu voluntad y oponerte. Demostrar que tus deseos prevalecen por sobre cualquier orden o misión. ¡Y eso está bien! Eso es justo lo que se espera de un gran príncipe, que sea más poderoso que cualquier predestinación, porque de esa manera no caerá nunca cuando se prediga que lo hará.

 

Ryu temblaba de miedo, la angustia lo paralizó y sintió que no estaba seguro en ninguna parte, que no había forma de escapar.

 

-Pero el berrinche terminó -dicto dura y gravemente la chica - ya demostró lo que quería y es hora de que  vuelva co...

 

Antes de que pudiera terminar, la pelirrosa estaba  inconsciente en los brazos del dragón. Éste ágilmente se había acercado y le había propinado un golpe seco en la nuca, adormeciéndola. Aún temblaba y sudaba frío. Su respiración todavía agitada y su mente en pánico. Sin embargo, sabía cómo solían terminar esos ejercicios: con el mensajero degollándose a sí mismo o apuntando a su corazón y no podía permitir que Megumi se suicidara.

¿Cómo?... ¡¡¿Cómo había llegado hasta ella?!! Y entonces el pánico lo abandonó y el odio surgió al rumiar su nombre:

 

- no te saldrás con la tuya... Anubis.

 

 

Cargó a la chica en brazos hasta el salón de clases donde todos quedaron impactados sin saber qué había ocurrido. Luego kinta la tomó y fueron a buscar ayuda. Entrando al edificio venían el profesor Dan y la profesora Katagiri quienes la llevaron de inmediato a la enfermería. Ryu les contó como de pronto había empezado a decir cosas extrañas, pero mintió sobre lo que hablaron y la intención que tenía el mensaje, diciéndoles en su lugar que lo había atacado probablemente para matarlo y luego suicidarse. No tuvo muchos problemas para que le creyeran dado que anteriormente también lo habían atacado en el caso de la violinista, donde en realidad había protegido a Kyu. Sin embargo, el gran detective quedó muy descompuesto por lo vulnerables que estaban sus alumnos privilegiados. Sintiendo la culpa de su desprotección el profesor Dan llamó a un experto hipnotista amigo suyo para ayudar a Megumi. Afortunadamente el mensaje no podía ser replicado y se había borrado instantáneamente cuando Ryu la golpeó, una técnica que el mismo causante del desastre le había enseñado. Indagaron en su mente sin obtener más que lagunas mentales o mentiras, pero lograron remover la orden de suicidio. Luego de eso, la dejaron descansar.

Megumi despertó cuarenta minutos después sin recordar nada después de que salió del salón tras Ryu. Y luego del infructífero interrogatorio del profesor Dan pudo ver a sus amigos.

 

- entonces no sabes quién lo hizo, ¿ni siquiera hay algún extraño que te resulte sospechoso? -preguntó kinta.

-no... no recuerdo haber hablado con nadie desconocido en estos días...

- al menos ya te curaron y estás mejor... -dijo kazuma un poco más aliviado.

- el profesor Dan pondrá vigilancia en tu casa y tu escuela para que te sientas más segura y atrapar al tipo que te hizo ésto si trata de acercarse a ti de nuevo... -exclamó muy serio Kyu para darle seguridad.

- me alegra oír eso, Kyu-kun... -sonrió tímidamente la chica.

- ¿entonces te sientes mejor? -preguntó kinta y la chica asintió con la cabeza- yosh! ¡De ser así salgamos de aquí que este lugar es deprimente!

- sí, sólo fue un mal susto -respondió la pelirrosa con una honesta sonrisa.

- antes de eso... -habló Ryu- ¿podemos hablar a solas, Megumi-san?

 

La chica lo miró como si hubiera estado esperando el momento y asintió.

 

- h-hi...

 

Los demás salieron de la sala algo preocupados. Mientras Ryu estaba sumido en sus pensamientos.

¿Cómo era posible? Nadie se había dado cuenta de algo extraño. Nunca fue raptada o retenida para hacerle la hipnosis. ¿Cómo era posible que en apenas una vista hayan logrado adueñarse de su mente?

 

- sé que te lo han preguntado muchas veces, pero necesito hacerlo una vez más, concéntrate y dime si recuerdas algo de la persona que te hizo esto o en qué momento lo hizo…

- no puedo... trato de hacerlo, pero no puedo... Es extraño, se siente como si estuviera a punto de recordarlo, pero todo es confuso...

- está bien... no te sobre esfuerces, pero piensa en ello y quizás lo recuerdes en algún momento.

-lo haré... no podemos dejar suelto a ese criminal de meiosei.

- otra cosa... ¿recuerdas algo... de lo que hablamos?

- tampoco recuerdo eso, así que por favor lo que sea que dije no era yo... -le suplicó triste.

-tranquila... -le sonrió con compasión- lo sé...

 

Después de todo, él era el gran culpable del desastre

 

- no dejes que te lo quiten... -dijo de pronto la pelirrosa con aire sombrío- si lo pierdes estás acabada, mejor estar muerta...

 

Ryu tragó en seco ante la siniestra declaración.

 

- eso... estaba en mi cabeza y se repetía una y otra vez...

- ¿desde cuándo?

- desde siempre...

 

Un escalofrío recorrió la espalda del azulino.

 

- desde hace mucho que la escucho, pero como si fuera dicha desde muy lejos... No me había dado cuenta de ese pensamiento hasta que Kyu me confesó lo que sentía por ti... y ahora que he sido manipulada con hipnosis, sé que ese pensamiento no era mío... alguien... lo puso... ahí.

 

¿Desde siempre? Eso tenía menos sentido aún. ¿Acaso Anubis sabía sobre su amor por Kyu? ¿Acaso lo sabía incluso antes de que llegaran a conocerse? ¿Lo había predicho? No podía ser...

Basta.

No estaba pensando con claridad. Era imposible que Anubis predijera algo así. Le estaba otorgando características inhumanas a causa de la angustia. Probablemente en algún momento aquel hombre se dio cuenta del riesgo que corría la organización si él empezaba a forjar lazos con sus compañeros, se dio cuenta de que era inevitable para él ser arrastrado por Kyu y trató de hacer algo para que no se saliera de control, manteniendo el cariño de Kyu enfocado en otra persona. Sin embargo, no contaba con que desarrollarían sentimientos tan fuertes el uno por el otro, igualmente muy a pesar de ellos mismos.

 

- lo siento, Ryu-kun... -habló en un susurro la chica- yo no quería estar en medio de Kyu-kun y tú. Es cierto que aún lo quiero, eso fue genuino. Pero soy una persona razonable y por mi cariño por Kyu-kun yo hubiera estado dispuesta a ayudarle a conquistarte...

- eso ya está en el pasado... –respondió aliviado con la cabeza gacha y una tímida sonrisa- pero gracias.

- yo... en serio...

 

El dragón miró entonces a la pelirrosa y vio que tenía los ojos cerrados fuertemente y los puños apretados con todas sus fuerzas agarrando la sabana entre ellos, mientras que las lágrimas corrían a caudal por su rostro.

 

- en serio... en serio lo siento mucho...

-megu...

- y-yo sé... Yo sé cuánto lo quieres... cuán desesperadamente lo necesitas... sé que es la única persona a la que amarás en toda tu vida... yo... de alguna manera lo sé... Y mi cariño... es apenas un berrinche en comparación...

 

Ryu no pudo evitar abrazar a Megumi y cobijarla en su pecho mientras sus propios ojos se llenaban de lágrimas, por el dolor de los sentimientos no correspondidos de megumi y por notar, sin que pudiera hacer nada para evitarlo, cómo se cernía sobre él la sombra de su terrible maldición que algún día haría que todos lo abandonaran y que Kyu lo aborreciera. Entonces lo comprendió y se quitó un gran peso del corazón: sus amigos sí le importaban.

 

"Estoy condenado, Megumi- pensaba- y desearía no ser yo... o por lo menos no haber arrastrado a Kyu y a ustedes conmigo..."

 

Cuando salieron de la enfermería Kyu, Kazuma y Kintaro los esperaban fuera. Al verlos, supieron que todo estaba mejor y se sintieron aliviados.

 

-entonces... ¿Te sientes mejor megu-chan?- preguntó kinta con una sonrisa.

-¡mucho mucho mejor! - respondió la chica con otra sonrisa.

- el profesor Dan nos dio la tarde libre... Sería bueno aprovecharlo e ir a celebrar que Ryu -kun se quedó con nosotros -propuso Kazuma para distraer al grupo del accidente y que pudieran vigilar más de cerca a la chica.

- ¡estoy sorprendido! En serio tienes corazón, enano, yo pensé que te irías a encerrar con tus juguetitos -le molestó el mayor.

- ¡cállate kinta idiota! Si fueras tú el que estuviera en la posición de Ryu-kun entonces celebraría que nunca más vería tu cara de idiota -replicó berrinchudamente.

-mira si eres malagradecido, mocoso.

 

Y así continuaron peleando en dirección al viejo edificio, hasta que se les acabaron los insultos y se les acalambró la lengua. Mientras que tras ellos Megumi se acercó disimuladamente al lado de Kyu y le susurró un lo siento.

 

- ¡no sé de qué me hablas, megu-chan! Jajaja!

 

 Rio el moreno alegremente mientras le pasaba un brazo por los hombros. Entonces ella subió su mano, tomó la que Kyu tenía colgando desde su hombro y la apretó en señal de compañerismo al tiempo le sonreía tímidamente. Ryu no pudo evitar mirar hacia otro lado un poco celoso y sonrojado por saberse en esa condición. Curioso sentimiento que no conocía razones ni pretextos.

 

Luego los dos chicos se separaron y la pelirrosa se adelantó hasta donde iban Kinta y Kazuma para detener su absurda pelea y discutir donde podrían ir a celebrar.

 

- ¡no te pongas celoso... Ryu-chan!...

 

Le habló Kyu con una sonrisa al tiempo que le pasaba un brazo por los hombros, aunque como era ligeramente más bajo se veía un tanto gracioso.

 

- n-no estoy celoso -replicó avergonzado el azulino, totalmente descubierto.

- no.te.creo. -le respondió melódicamente, luego le robó un pequeño beso de sus labios y huyó rápidamente hacia los demás.

-¡¡Kyu!! -gritó sorprendido, enojado y avergonzado el dragón mientras se tapaba la boca con ambas manos y su pálida piel se teñía rojiza.

 

Por suerte o esa fue la razón, no había nadie más que ellos transitando el pasillo, así que nadie notó esa fugaz caricia. Ryu miró a Kyu a la distancia. No podía dejar pasar algo así nuevamente, no si los rumores eran ciertos y había un espía de Meiosei en la DDS. Nadie más que sus amigos podía saber cuán importante era el peliverde para él, no podía ponerlo en peligro... aún más. Suspiró con cansancio. Cada vez era más difícil enfrentar a Meiosei y ocultar la verdad. Y vivía con el constante temor de que de un momento a otro las sombras lo cubrirían todo... y entonces nunca podría recuperarse de lo que perdiese.

Esa sombra lo sabía, era Anubis.

 

Continuará…

 

Notas finales:

ojala que les haya gustado :) 

los comentarios siempre SIEMPRE son bienvenidos


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