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Nuestra Pequeña Rutina por lakyday

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Notas del capitulo:

holas, por fin tengo tiempo e inspiracion asi que actualizo esta historia :)

siento tardar tanto >n< trataré de avanzar esta semana que tengo algo de tiempo libre

Capítulo 22: "Una traición en el corazón y el gran lazo roto"

 

- qué haces aquí, Anubis? -le espetó ante la desagradable sorpresa.

- quisiera que me saludara apropiadamente alguna vez -  confesó calmadamente, pero con su expresión altanera de siempre.

- yo quisiera no volver a ver tu cara en mi vida, pero no siempre se obtiene lo que se quiere -le respondió audazmente- ahora explícame qué haces aquí.

- en serio quiere discutir ese asunto en el pasillo? -observó el hombre con media sonrisa, totalmente agradado con el comentario del dragón.

- n-no, claro que no.

 

Se hizo a un lado dejándole un espacio libre para que entrara a la habitación. El hombre avanzó luego de asentir brevemente con un pestañeo.

 

- disculpe la intrusión.

 

Ryu cerró la puerta tras ellos y se volvió rápidamente hacia el hombre para recibir su respuesta.

 

- mi presencia es causa de su abuelo, quien me ha ordenado asistirlo en los asuntos que ha estado resolviendo hasta hoy...  -le explicó elocuentemente- y ahora que ya he calmado su ansiedad -agregó con devoción- seré digno de recibir invitación a tomar asiento?

El azulino dudó un segundo, pero luego se regañó a si mismo por tener miedo a esa figura en el fondo de su corazón y le ofreció asiento armándose de valor y nervios de acero. El hombre agradeció y ocupó el gran sofá del medio. Al sentarse  cruzó su pierna derecha sobre la otra y descansó el brazo izquierdo sobre el borde del respaldo en una estilizada postura. Por su parte, Ryu ocupó el impetuoso asiento individual descansando ambos brazos sobre las respectivas posaderas, alerta de lo que aquella persona iba a decirle a continuación pues sabía que la conversación aún no acababa.

 

- particularmente, mi señor, me han dado libertad para venir a buscarlo personalmente y llevarlo frente al Rey Hades. Por lo cual, esta es la oportunidad perfecta para cumplir la misión que me fue encomendado por  mi estimadísima estudiante.

 

El hombre metió la mano dentro de su chaqueta y sacó una delgada caja rectangular forrada en cuero negro, la cual ofreció sumisamente con el brazo estirado y la cabeza gacha. Ryu la recibió y una vez en sus manos la abrió. Dentro encontró  una hermosa y lustrosa pluma de color azul con delineaciones en plateado, junto a un pequeño papel bien doblado, el cual estiró y leyó. No era en absoluto extenso, sólo dos líneas escritas con bella letra femenina que ponía:

 

"Bienvenido de vuelta.

Creo en ti. Yukiko."

 

El corazón del dragón saltó en su pecho y se abandonó a latir aceleradamente con horrible angustia.

 

- ella... aún es tu estudiante? -preguntó en un susurro.

- así es y en cuanto se enteró de la noticia me pidió que se lo hiciera llegar.

 

En tan solo un relampagueo la mente del dragón ató cabos sueltos. Yukiko y él habían sido estudiantes de Anubis hace unos años. Él les debía enseñar hipnosis por órdenes de su abuelo, sin embargo, no pasó mucho tiempo para que Ryu odiara practicar una disciplina tan sucia y malintencionada por lo cual insistió a su abuelo para que lo liberara de tal responsabilidad. El hombre al fin le escuchó y le permitió abandonarlo y dedicarse a aprender otras cosas. Pero al parecer Yukiko había continuado con todo ella sola e incluso había llegado al punto de adoptar a Anubis como su mentor todos esos años. Ahora entendía por qué estaba tan segura de sí misma cuando le dijo que podía dirigir a Meiosei con sus propias manos. Esa chica era excepcionalmente astuta. Si ella se encargaba de las tareas que él desechaba, entonces se volvería indispensable para la organización y nadie podría quitarle su lugar, por eso había llegado tan lejos con Anubis. Pero eso no era lo que le preocupaba, la angustia que sentía se debía a que la única persona que sabía la verdad sobre su amor por Kyu, era la que estaba más cerca de quien nunca debía averiguarlo. Qué pasaba si Anubis se planteaba hipnotizarla para sacarle información y descubriera lo que había en su corazón? Ese sería el fin.  

Las manos del dragón comenzaban a temblar y estaba a punto de dejar caer su máscara cuandoKerberosagregó:

 

- hubiera preferido entregárselo personalmente aunque eso no fue posible. Estaba muy desconsolada ya que al haber pasado años desde que se reunieron, ésta era la excusa perfecta para venir a visitarlo, sin embargo, su padrastro no se lo permitió.

 

Al oír estas palabras Ryu se sintió tremendamente aliviado y recuperó la calma. Astuta definitivamente, pensó. Había ocultado a Anubis y a todos que ellos se habían visto hace unos días, en efecto, había fingido una gran rabieta para aparentar que realmente no se habían visto desde hace mucho. Si Anubis no sospechaba de ella y lo que pudiera ocultar entonces no había nada que temer, Yukiko estaba alerta y defendiendo su secreto.

 

- no debió haberse molestado... -habló el dragón tranquilamente- es realmente un hermoso obsequio...

 

Sacó la pluma del estuche y la estudió. Pronto descubrió que no era una lapicera común y corriente, ya que por el otro extremo que solía ser no funcional se escondía una pequeña hoja afilada y silenciosa.

 

- una daga... -susurró con un brillo infantil en los ojos.

- le gusta?

- está increíble.

- me alegro por la señorita.

 

Así que Yukiko sabía de su afición por tales instrumentos, estaba sorprendido. No por nada era la estudiante estrella de Anubis, seguramente él había potenciado esa innata capacidad de manipulación y tantas otras habilidades con que siempre le sorprendía. Como el hecho de que se había escabullido a verlo hace unos días aprovechando que Anubis estaba acompañando a su abuelo y previsoramente lo había ocultado en caso de descubrir  algo que los pusiera a ambos en peligro. Definitivamente podía confiar en ella y, según lo que deducía de la nota, ella prefería confiar en él y creer que de verdad se había resignado a volver.

Ryu estaba de buen humor y hubiera querido probar su juguete nuevo, pero había algo que no le calzaba en esta historia.

 

- si te pidió entregármelo tan urgentemente entonces por qué no lo hiciste aquel día en que nos visitaste? -interrogó agresivamente.

 

Kerberos sonrió con resignación y respondió:

- en esa oportunidad no era pertinente hacerlo -luego lo miró a los ojos intensamente- esa era MÍ ocasión para darle la bienvenida, mi señor. No la compartiría con nadie más...

 

El dragón desvío la mirada incómodo e irritado. Odiaba cuando aquel sujeto hacía eso.Por su parte, Kerberos sonrió de medio lado con el deseo brillándole en sus malvados ojos dorados. Sin embargo, aún había algo que quería decir, así que controló cualquier arrebato que pudiera estar  tomando fuerza en su interior y habló con un peligroso tono de voz:

 

-debo confesarle que a pesar de la gran alegría que siento por su regreso al camino divino de su destino, no pienso que esté arrepentido de lo que hizo...  

- te aseguro que lo estoy -mintió fríamente el azulino encarándolo - era justo como ustedes me decían, no hay nada para  mí ahí afuera.

- me complace oír eso...

 

Respondió para luego meditar con los ojos cerrados, entonces los abriónuevamente para exclamar:

 

- qué lástima que me complace demasiado...  

- qué quieres decir? -preguntó el dragón con una angustia creciendo en su pecho al ver el brillo peligroso en esa mirada acechante.

- me es difícil explicarlo... Verá, es sólo mi instinto que me insiste en que sólo nos está diciendo lo que queremos oír...

 

Ryu quedó sin palabras mientras que el hombre miró su elegante reloj de pulsera y se puso de pie.

 

- ya es hora, goushijinsama -le avisó - lo llevaré con el Rey Hades... sígame por favor.

 

Ryu le obedeció un tanto aliviado y fueron hacia la salida. Sin embargo, frente a la puerta y con el pomo en su mano derecha, justo antes de abandonar el lugar, Kerberos le dijo unas últimas palabras:

 

- es una pena no poder continuar nuestra conversación, pero esto es lo que quiero que sepa: sospecho que su corazón aún no ha regresado con nosotros y no descansaré hasta averiguar la razón y revertir esa condición.

 

Después cruzaron la puerta y se dirigieron al lugar donde el Rey Hades los estaba esperando. El dragón detrás del perro infernal, maldiciendo su ridícula audacia y su despreciable obsesión por él.

 

 

 

Kerberos guió al heredero por todo el hotel sumido en un silencio ceremonial hasta que llegaron al restaurante ubicado dentro del mismo recinto, en el piso mas alto. El lugar era asombrosamente amplio,  las paredes eran altas  y dos de ellas, las que daban al exterior, estaban compuesta por ventanales cuadrados e inmensos que permitían ver el hermoso paisaje. La infraestructura y la decoración eran elegantes y estilizadas igual que lo era la gran cantidad de mesas. En cuanto cruzaron la puerta hacia el interior, Kerberosle condujo a la discreta mesa que ocupaba su abuelo en el fondo del recinto.  

Al llegar a su lado Ryu hizo una cordial reverencia saludándolo, la cual el hombre respondió con una leve inclinación de cabeza y luego ordenó a Kerberosdejarlos solos. El dragón tomó asiento frente a su abuelo con una mezcla de sentimientos que afloraban en él cada vez que lo veía.

 

- ya ordené por ambos. -le informó con su porte autoritario y elegante.

- uh, está bien...

 

Podría ser alegría, algo inevitable. Quizás también un poco de nervios debido a que eran escasos los momentos especiales como ese  en que compartían y porque no sabía si sería regañado por haber huido de casa.

 

- Cuéntame, Ryu, cómo te has sentido al volver a tu hogar.

- he estado bien... aunque, etto... me ha costado un poco acostumbrarme a la rutina, es decir, son muchas mas clases que antes así qu-

- Yo le he ordenado a Yurie explícitamente que no te deje tiempo alguno para andar vagando con tus compañeros de la sección Q -le interrumpió alzando la voz - es tu castigo por dejar que te metieran ideas ridículas en la cabeza.

 

El ambiente se puso también tenso en aquel momento.

 

- y-ya veo... -susurró el dragón agachando la  mirada con remordimiento.

- pero... si en verdad es demasiado para ti -agregó con tono más acogedor- quizás decida alivianarte la carga... después de todo tu preocupación principal debe ser la DDS.

-u-uh, arigatou...

 

El hombre se llevó a la boca la copa de vino frente a él y bebió mientras el azulino permanecía en silencio.

 

- y cuando te quedabas en la casa de ese chiquillo, viviste bien? Te trataron bien?

- sí, por supuesto -respondió escuetamente debido al nerviosismo.

"Han sido los mejores días de mi vida..." hubiera querido agregar, pero por obvias razones no dijo más.

- bien... bien...

 

Entonces llegó el mesero con los platos. Depositando uno frente al dragón y otro frente al anciano. Olían muy bien y Ryu pudo ver que había pedido lo mismo para ambos, lo que siempre comían juntos cuando se reunían desde que era pequeño. Eso como siempre le dio un poco de alegria, pero más que nada le embargó la nostalgia, porque ya no se sentía el mismo de siempre, ya no era un niño y ya no veía las cosas de la misma manera... Kyu lo había cambiado todo.

 

- Kerberos me dijo que tenía algo entregarte.

- sí, un presente de parte de Doi-san para darme la bienvenida, puesto que he regresado.

- bien, eso me alegra mucho. La muchacha Doi, sobre todo por el lado de su madre, es digna de ti. Realmente fue una buena decisión...

 

Su abuelo siguió hablando de la chica y lo bien que lo estaba haciendo, mientras Ryu decidía si contarle de la persecución y el acoso que estaba sufriendo de parte de Anubis. Si su abuelo estaba convencido de que todo estaba en orden quizás haría algo al respecto.

 

- j-jisan... hay algosobre Anubis-

 

De pronto, el hombre golpeó la mesa con una expresión iracunda, haciendo temblar todo sobre ella. Ryu quedó totalmente mudo y desconcertado con el corazón latiendo a mil por hora.

 

- No quiero volver a oír ese apodo en mi presencia, Ryu -le advirtió lenta y amenazadoramente.

 

El dragón tragó en seco sin entender qué pasaba.

 

- l-lo siento... yo... no sabía... no sé...

 

El hombre comprendió y recuperó la compostura.

 

- sabes qué significa Anubis?

- sí...es un diosen la cultura egipcia.

- exacto. Un dios tal como Hades. Yo no le di ese apodo, se lo han dado las malas lenguas que piensan que Kerberos desea apoderarse de la organización. Dime a caso Yurie es de esa clase de peste?

 

El azulino quedó atónito, Yurie siempre le llamaba Anubis cuando estaban a solas y ahora caía en cuenta de ese pequeño detalle.   

 

- n-no es eso... yo siempre lo he llamado así... -respondió sin querer perjudicar a la mujer.

- y él lo acepta?! -exclamó incrédulo.

-nunca... me lo ha prohibido...

 

El hombre movió la cabeza con decepción.

 

- Kerberos, Ryu, el perro guardián. Eso es lo que es.... -le aclaró aún algo molesto- Por otra parte, estoy sorprendido de lo permisivo que puede llegar a ser aquel muchacho. Definitivamente es demasiado permisivo contigo. Incluso diría que te está malcriando.

 

El dragón no podía creer que estuvieran hablando de la misma persona.

 

- permitirte que lo llames de una manera tan denigrante -negó otra vez con la cabeza- Y además sino fuera por él nunca te hubiera permitido tal ofensa como marcharte de casa. En cuanto supe que habías huido yo planeaba mandar a alguien para traerte de vuelta a cualquier costo -un escalofrío bajó por la espalda del azulino- pero fueKerberosquien me aconsejó que esperara y te tuviera paciencia. Me dijo que no valía la pena arrastrarte por la fuerza sino que era más conveniente que volvieras por tu cuenta. Me aseguró que volverías. Y al final tenía razón...

 

Kerberos, el perroguardián. Realmente era eso para su abuelo, por lo tanto, no podía contarle sobre su acoso ya que, si es que aún no sabía sobre su corazonada, podría ponerse del lado del perro y tal como él comenzar a sospechar de sus verdaderas intenciones. Tendría que enfrentarlo solo. Sin embargo, estaba confundido. ¿Aquella persona lo protegía o lo exponía? Ya no sabía qué pensar, solo tenía clara dos cosas: primero, no podía bajar la guardia con él. Y segundo, que ya no soportaba vivir así. Quería estar con Kyu y dejar atrás todo esto. Necesitaba a Kyu desesperadamente, porque ya no tenía nada más a qué aferrarse.

 

Continuará...

Notas finales:

espero que les haya parecido intresante, kerberos y el rey hades. No salen en el anime asi que me tuve que esforzar sobre todo con el abuelo de ryu para imaginarme cómo podrían ser :/


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