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Nuestra Pequeña Rutina por lakyday

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Notas del capitulo:

estoy segura que nadie lee esta parte pero da igual jajaja...

sólo agregar que me costó un montón la parte de Ryu... me puse a escuchar musica triste y todo para inspirarme (cortesia de soundtrack de naruto jojojo!) y la parte de Kyu me dio más risa que nada, pero esto aún no acaba ;)

ahora el capitulo:

 

Capítulo 6: “Lo que hay en el lado oculto del corazón, parte III”.

 

Al anochecer Kyu y Ryu se fueron a su habitación. Las cosas entre ellos aún no estaban claras. El dragón tenía la sospecha de que el moreno le había estado evitando, lo cual era cierto ya que Kyu se sentía tan avergonzado de su comportamiento al ser su fundamento un injustificado ataque de celos, que había tratado de no encontrarse con su amigo, o por lo menos no a solas, todo el resto de la tarde.

La luz había sido apagada hace bastante tiempo luego de un arisco “buenas noches”, quedando la habitación en penumbras. Y a pesar de lo agotador que había sido el día ninguno podía conciliar el sueño.

La noche era silenciosa. Sólo se oía el romper de las olas a lo lejos y la respiración de la persona alojada en la otra cama. Hasta que una voz se filtró suavemente en aquel silencio.

 

- ¿Ryu… estás despierto?

 

Para el peliazul fue un gran descanso escuchar ese llamado como el de cada noche, ese que le indicaba que era hora de cumplir aquella rutina que había entre ellos. Fue por eso que se movió para hacerle un espacio a su amigo en su cama, tremendamente aliviado porque Kyu ya no estaba molesto con él y muy feliz en su interior de sentir que tenía un lugar especial en el corazón del peliverde, el cual ni megu ni nadie podía robarle.

 

- Ryu… ¿estás despierto? –reiteró la pregunta al no recibir una respuesta a pesar de escuchar movimiento en la otra cama.

- lo estoy… -le respondió el dragón un poco desorientado ante la inusual insistencia del moreno por obtener una respuesta, ya que normalmente bastaba nada más con decir su nombre.

- oye… voy al cuarto de megu ¿podrías cubrirme con los demás?...

 

El corazón de Ryu se detuvo por unas milésimas de segundo. Luego… sólo comenzó a doler mucho.

 

- ¿Ryu?...

- sí… lo haré… -respondió con el último aliento que le quedaba.

- gracias, amigo…

 

Era extraño… precisamente ahora ser llamado “amigo” no hacía más que agudizar esa presión en su pecho.

En seguida vio a Kyu salir de la habitación. En el preciso instante en que la puerta fue totalmente cerrada, aquella sensación de dolor se hizo insoportable. Se removió bajo la ropa de cama en un acto reflejo por tratar de atenuar esa emoción. ¿Qué le ocurría?... Estaba confundido. Nunca se había sentido tan horriblemente mal. Era algo que le superaba, mucho peor que cualquier dolor físico que hubiera experimentado.  Sin poder resistir más, se vistió y salió a caminar a la playa para intentar despejar su cabeza y descubrir de qué iba todo eso tan repentino.

En la playa hacía algo de frío. El viento era helado y húmedo y en lo alto del cielo la luna brillaba débilmente entre las nubes. Se sentó en la arena con las piernas flexionadas, los brazos rodeándolas en un abrazo y la frente apoyada en las rodillas…

 

¿Qué era esa sensación? Le dolía el pecho a tal punto que incluso le costaba respirar. Y lo único en lo que pensaba era en Kyu…

Kyu su gran amigo…

Quien ahora, justo ahora… estaba más lejos q nunca…

Tan lejos, que volvía a sentirse solo…

… Muy solo…

Y recibía de nuevo en su corazón a aquella soledad que, durante lo que parecía un largo período, había dejado atrás…

Antes estaba acostumbrado a esa sensación, pero ahora que volvía para reclamar su lugar le causaba dolor… ¿acaso se había vuelto débil?...

Toda su vida había luchado para resistir… resistir tantas cosas… tantas emociones que le hacían daño y la inmensa y profunda soledad que le había acompañado era una remarcable entre ellas…

Sin embargo, sus años de lucha ahora parecían en vano, porque al parecer se había desacostumbrado a ella y qué fácil había sido…

Únicamente debido a Kyu…

Él le había mostrado otra realidad, otras emociones…

Su amistad y compañía habían suplantado aquella soledad tan rápidamente que no lo había notado…

Hasta ahora….

 

Cerró con fuerza sus manos en puños.

 

Se sentía tan débil…

Se despreciaba por ello…

Todo su trabajo ahora estaba arruinado… esa barrera que había puesto entre las circunstancias y sus emociones se había caído… por eso ahora…

Sentía tanta soledad…

 

Apretó la quijada.

 

Y rabia…

Tanta rabia, porque Kyu había evadido todas sus protecciones sin importarle que al final…

Al final lo iba abandonar…

Al final siempre quedaría solo…

Pero Kyu…

No, él nunca sabría lo que era la soledad…  Él no tenía idea de lo doloroso que era…

Se sentía tan tonto por haberle permitido entrar en su corazón… tan ingenuo por pensar que aquellas maravillosas sensaciones tendrían algún día cabida en su miserable vida…

 

Su línea de pensamiento se cortó en un momento de lucidez.

 

Ahora que lo pensaba con más detenimiento… nada había cambiado entre Kyu y él esa noche…

solamente…

esa rutina…

rota…

 

Movió la cabeza enérgicamente en negación.

 

¡Rayos! ¡¿por qué se sentía como si hubiera sido desplazado por megu?!

No podía evitar sentirse así… y no tenía lógica, porque no estaban en la misma posición…

Megumi era la novia de Kyu y él era su amigo…

Para Kyu…

Megu siempre sería la primera… la persona más importante para él… y si su relación terminaba entonces encontraría a alguien más… incluso podría a futuro darse un desfile de personas número uno a lo largo de su vida…

Pero él…

Nunca estaría entre ellas… Siempre tendría un segundo o tercero o cuarto, incluso último lugar…

Y aquello era triste… se compadecía a sí mismo puesto que, por el contrario, Kyu siempre sería el primero para él…

Lo sabía…

Sabía que su amigo era la persona más importante en su vida y que nadie jamás podría reemplazarlo…

Kyu había influido tanto en él que nunca nadie podría algún día apoderarse tanto de su corazón… los demás estaban a kilómetros de siquiera tocarlo…

Mas Kyu…

De él era entero…

Y le dolía…

Le dolía tanto que aquel sentimiento fuera unilateral…

Él deseaba tanto, ¡pero tanto!, significar lo mismo…

Tener en sus manos el corazón de Kyu de la misma manera en que el suyo le pertenecía a él…

Y le quemaba por dentro la frustración, la rabia, la tristeza de saber que no era así… siendo que por su parte estaba dispuesto a cualquier cosa por ganarse ese lugar…

Lo deseaba tanto…

Ser lo más importante para Kyu… así como Kyu era todo para él…

A tal punto de que si alguna vez era necesario, si Meiosei trataba de hacerle algo… no dudaría ni un segundo en dar su vida por él…

 

Ese pensamiento hizo mella en su conciencia y ese fue justo el momento en que su interior cambió.  Era tan consciente de la fortaleza de su resolución y de lo que ésta implicaba, que ni siquiera pudo negarse la verdad. Ahora lo veía tan claro que se avergonzaba de haber sido tan ciego…

 

Se había enamorado de Kyu.

 

Sin embargo, no hubo tiempo para ilusionarse o fantasear, ni siquiera para ruborizarse. Porque en el mismo instante en que se dio cuenta de que estaba enamorado, supo que nunca sería correspondido. Y esto era quizá el más desafortunado hecho que agregar a su generosa lista de desdichas sufridas a lo largo de su miserable existencia.

Esa era la respuesta, la clave de la tempestad en su interior.  ¿Pero por qué? ¿Cómo había pasado? Nunca antes había sospechado de algo extraño dentro de él. Nunca se había sentido atraído hacia su mismo sexo y ahora resultaba estar enamorado de su amigo. ¿Qué debía hacer? ¿Debía decirle a Kyu cómo se sentía?... para qué en realidad… no haría más que perturbarlo y cortar por completo el débil lazo que los unía. Además se sentía tan avergonzado. Sentía que había traicionado su amistad. Kyu le había dado el cariño que nunca tuvo y él lo recibió de manera tan retorcida que había acabado por desarrollar esa clase de sentimientos. Se sentía una persona repugnante. ¿Con qué cara le miraría a partir de ahora? ¿Cómo podría acoger sus gestos de amistad sin sentir que se estaba aprovechando de su ingenuidad? Definitivamente en adelante no se permitiría a sí mismo acercarse tanto a Kyu, en adelante sólo deberían ser compañeros de clase como siempre debió ser. ¡Dios, cuánta razón tuvo Yurie cuando le advirtió que no se apegara a esas personas de la clase Q!  Había sido tan arrogante y confiado. Y ahora éstas eran las consecuencias…

Sin embargo, lo único que le quedaba para reivindicarse frente a sí mismo, era seguir adelante con su cometido de cortar cualquier relación con Meiosei. Si lograba dejar eso atrás probablemente algún día podría mirar a los ojos a Kyu nuevamente. Esa sería la prueba de su amistad.

A pesar de que la noche avanzaba, se quedó un tiempo más allí, paseando por todos sus recuerdos con Kyu. Reuniendo todos los momentos que le habían llevado hasta ese punto. Y apreciaba cada uno de ellos, porque sencillamente eran los momentos más felices de su vida. Después de por fin encontrarle algo de sentido a sus emociones decidió volver al hotel.  Al entrar a la habitación se dio cuenta de que el peliverde se encontraba acostado en la cama vecina justo como antes, pero ya cansado mental y emocionalmente ignoró la curiosidad que sentía y se metió entre las cobijas para quedar profundamente dormido, casi al instante.

 

 

...

 

 

Iba de camino de camino al cuarto de Megumi cuando se detuvo en medio del pasillo. Se sentía un poco culpable de omitir por primera vez el pasarse a la cama de Ryu, rompiendo así aquella pequeña rutina que llevaban. Pero en el día habían sucedido muchas cosas -el accidente donde casi se ahoga, ese beso que el dragón le había dado, descubrir que estaba celoso, la vergüenza que ello le provocaba, haber sido besado por Ryu, sí, eso sobre todo- y su límite de hacer el tonto había sido sobrepasado por los hechos esta noche.  Así que por unos momentos se escabullía a la habitación de la pelirrosa para escapar de su amigo y sólo perder el tiempo un rato con ella, sin malas intenciones, aunque como se lo había dicho al peliazul realmente sonaba mal. Hizo una mueca ante este último pensamiento.

Tocó a la puerta del cuarto, rogando porque le abriera y le dejara pasar en vez de golpearle por ser un aprovechado. La joven le abrió en pijamas y para su fortuna le ofreció pasar.

 

- ¿no te estarás escapando de Ryu, o sí? –le preguntó un poco molesta.

-no… claro que no… je je  -le respondió sobándose la nuca, sabiéndose totalmente pillado.

 

Megu se arropó y salió al balcón de la habitación, desde el cual se podía ver la playa y la luna. Kyu la siguió.

 

- supongo que al menos le diste las gracias… -le miró con un tic en el ojo y una vena latiendo en su frente.

- esto…

- ¡Kyu! –le reprochó.

- ¡gomen, gomen… mañana lo haré lo juro!

 

La muchacha suspiró resignada y luego cambió completamente de tema:

 

- Oye… los demás van a pensar muy mal de nosotros si saben que estás aquí ahora –le dijo avergonzada y a punto de echarlo a pataditas.

- no pasa nada…-le sonrió confiado aunque ruborizado por la insinuante situación- le pedí a Ryu que me cubriera las espaldas…

- ¡baka! ¡Ahora Ryu-kun va a pensar mal de mí!- exclamó lloriqueando.

- ups…. Creo que aclarar eso también es tarea pendiente para mí mañana…

- más vale que lo hagas, baka baka baka –le insultó en broma mientras le golpeaba el pecho con los puños, a lo cual el peliverde sólo sonrió- aunque… me alegra que estemos juntos ahora… -continuó con otra expresión más dulce mientras le abrazaba por el cuello.

- a mí también –le sonrió, tomándole de la cintura.

 

Luego acercaron sus rostros y juntaron sus labios en un beso.

El moreno estaba correspondiendo a la caricia cuando abrió levemente los ojos y vio por el rabillo que una persona iba hacia la playa. De pronto reconoció que era Ryu. Decidido a abandonar la curiosidad por saber qué estaba haciendo su amigo afuera a esas horas de la noche, volvió a cerrar sus ojos para concentrarse en el beso. Sin embargo, en un instante todos sus pensamientos fueron ocupados por el peliazul y no pudo evitar recordar lo sucedido esa tarde bajo el agua, cuando Ryu había juntado sus bocas para dale un poco de oxígeno, lo cual le había venido genial en ese momento y… ahora que lo pensaba, se había sentido  un tanto placentero…

 

Frunció el ceño ante ese extraño pensamiento.

 

Aunque claro probablemente fue porque realmente necesitaba respirar en ese momento y el dragón le alivió esa necesidad… sí, eso era lo más lógico y certero de pensar…

Volvió su atención al beso nuevamente. Los labios de Megu eran tan suaves. Le provocaban un calorcito placentero en todo su cuerpo. Se sentía muy bien…

¿Eran así de suaves los labios de Ryu?... si recordaba bien, le parecía que sí… entonces… ¿Se sentiría así de bien besar sus labios también?… bueno, probablemente no, porque Ryu era un chico al igual que él…

 

Recordó el beso que se habían dado los compañeros del peliazul.

 

Eso no le había parecido nada agradable de ver… No, definitivamente a él esas cosas no le iban… aunque… si se trataba de Ryu… Ryu que era algo así como de otro mundo… con esa aura tan misteriosa que siempre llevaba… si se trataba de él… la idea no le parecía tan desagradable… de hecho, era algo un poco tentador…

 

Se detuvo en seco.

 

“¡¡¡¿¿¿Qué demonios estoy pensando???!!!”-gritó desesperado en su mente.

 

-¿Kyu? ¿pasa algo?

-uhm… creo que me estoy congelando… -respondió tratando de evadir a la pelirrosa.

 

Ambos entraron en la habitación, pero el moreno previamente había barrido el paisaje con la mirada, en un acto involuntario, sin éxito al no ver a Ryu. Luego se sentó en un banquito que había a los pies de la cama.

No podía creer en qué estaba pensando mientras besaba a su novia. ¿Qué clase de persona hace tal cosa? Qué pensamientos más raros había tenido… seguramente le había entrado agua al cerebro como escuchó decir a Kintaro… bien, no había nada de qué alarmarse en realidad, sólo estaba cansado, habían sucedido muchas cosas, aún estaba medio traumado por la escena del beso que vio y porque casi se había ahogado, todo eso le estaba pasando la cuenta y por eso… por eso… había pensado tan raro. Sí, definitivamente.

 

-¿Kyu?

- Megu… creo que por hoy ya no puedo seguir en pie… estoy divagando seriamente así que… mejor me voy a dormir…

- ah… claro… -dijo un poco desilusionada.

- buenas noches, gracias por dejarme estar aquí un rato –le agradeció con una sonrisa y luego le dio un corto beso.

- buenas noches, Kyu.

 

Le acompañó hasta la puerta, luego cerró y se fue a la cama preguntándose qué pasaría por la mente de su novio.

((n/A: pobre ingenua jijiji  ))

Por su parte, el moreno confirmó la veracidad de su visión al entrar en la habitación y no ver a Ryu en su cama. Le picó nuevamente la curiosidad, mas él mismo se puso un alto y decidió que era suficiente por ese día, por lo cual se acostó en la cama y se dispuso a dormir.

 

 

Continuará... 

Notas finales:

en fin, por ultimo agrego que son las 7 de la mañana y estoy desde las doce de la noche aquí sentada escribiendo.... así que no le pidan mucho a la ortografía que hice lo que más pude... y... me gusta trasnochar así que no es gran cosa je je!


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