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DULCE ATRACCIÓN por nyappy_neko

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Notas del capitulo:

Cumpliendo con mi reto de dejar un cap semanalmente >w< dejo este ºwº/

 

 

 

Ya era la mañana y Grimmjow a penas se vistió fue al siguiente piso a confirmar si todo lo que había escuchado en la noche era lo que pensaba. Estando frente a la puerta no dudó ni un segundo en tocarla a golpes. Viendo que no había respuesta, apretó el timbre tan fuerte que si quisiera sería capaz de romperla.

 

- ¡Ulquiorra, abre la puerta! - ordenaba molesto. No respondieron - Tsk… se fue -

No le quedó de otra más que irse al trabajo.

 

 Eran ya las 9:00 a. m. Estaba aburrido en su trabajo, como siempre: revisar algunos documentos, corregir información, dirigir las reuniones de la directiva, etc. Bueno, si lo pensaba mejor todo lo anterior no era nada, cosas fáciles para él (tanto que lo aburrían) pero lo ÚNICO malo que tenía que en ese lugar era tener que aguantar a esa loca descontrolada de Luppi.

 

- Hola inútil ¿Ya te rendiste? - era Luppi apareciendo de la nada como siempre.

 

-Ya deja de joderme por todos los cielos… y jamás me rendiré, además Ulquiorra para tu información ya regresó - 

 

- ¿Y qué importa? ¡Dos está bien pero tres es perfecto! - a veces Grimmjow creía que podía llegar a ser peor que Aporro… pero luego lo pensaba mejor y esa idea se le iba.

 

- ¡¿De qué cojones estás hablando?! -     

 

- Vamos no te hagas,  por las fotos que he visto ese Ulquiorra es un buen partido, tú eres demasiado sexy y yo… bueno qué puedo decir, ¡Soy perfecto! ¡¡Por eso hay que hacer un trío!! - exclamó alzando los brazos alegremente.

 

- Grábate esto muy bien en tu hueca cabeza - le golpeó la frente con un dedo para alejarlo de su rostro, cuanto más lejos mejor - Ulquiorra es mío y no pienso compartirlo con nadie -   

  

- Pff… sigues siendo un aguafiestas - dijo malhumorado.

 

- Me importa un carajo tu opinión - se levantó del asiento pensando irse y dejarlo pero  cuando se iba a pasar de frente notó que Luppi se quedó muy callado viéndolo casi congelado - ¿Qué sucede? - preguntó de mala gana, no le gustaba que lo observaran pero esta vez se sentía diferente. Su rostro marcaba sorpresa.

 

- ¿Ul-Ulquiorra? - titubeó a la vez que lo señalaba temblorosamente.

 

- ¿“Ulquiorra”? - repitió - ¿De qué estás hablando? - volteó desconcertado para darse con la sorpresa de que el mencionado se encontraba parado detrás suyo - ¡Ulquiorra! ¡¿Pero qué haces aquí?! - se le veía contento.

 

- ¿Que qué hago aquí? Pues es obvio que estoy aquí por… -

 

- Así que tú eres el famoso Ulquiorra - lo interrumpió Luppi ahora con la confianza regresada.

 

- Y tú eres… -

 

- Luppi, el compañero de Grimmchin -

 

- ¿“Grimmchin”?  - repitió mirando a Grimmjow exigiendo una explicación lógica a ese absurdo apodo.

 

- ¡¿Ey, a quién mierda llamas así?! - lo empujó lejos de Ulquiorra.

 

- Tsk… -     

     

- Grimmjow vine aquí para - quiso continuar con lo que decía pero de nuevo fue interrumpido por el altavoz.

 

- “. Al empleado Grimmjow Jaegerjaquez se le necesita urgente en la oficina del director Al empleado Grimmjow Jaegerjaquez se le necesita urgente en la oficina del director. Repito.” – la voz sonaba ronca.

 

- Mierda… no importa. ¿Qué ibas a decirme? -    

  

- Primero anda. No está en mis planes que te despidan -    

 

El peliazul gruño un poco. No quería aceptarlo tan libremente pero tenía razón, no era buena idea que fuera despedido. Así que le dio un beso en la mejilla y se fue.

 

Ulquiorra nomás se limitó a verlo irse.

 

Cuando el otro dio vuelta a la puerta de la nada apareció Luppi para darle una palmada al trasero, y apenas sintió el tacto le tiró un puñetazo tumbándolo al suelo. Caminó más rápido y luego corrió, lo que menos quería era dejar solo a Ulquiorra con ese loco.

 

Llego a la oficina y vio que la silla del director le daba la espalda. No le tomó importancia, ese tipo siempre hacía lo que se le venía en gana.

 

- ¿Barragan qué es lo que quieres? Tengo prisa así que habla rápido -    

     

Si. Sonaba impertinente y maleducado pero NADIE podía mandar sobre él, ni siquiera su jefe. Y él también se daba la confianza que quería puesto que era pieza clave para la continúa racha de éxito de la empresa. Por eso siempre hacía lo que quería (también midiéndose por supuesto) y si algo no le gustaba amenazaba con irse para que todo se acomodara como él quería. No necesitaba nada más. Aunque siempre le quedaba la duda de el por qué nunca lo ascendían ¿Si él rendía mucho más que los otros por qué sigue en el mismo maldito puesto? ¡Eso no era justo!  

 

El hombre no respondía nada.

 

Barragan, un hombre mayor de 67 años de edad, piel bronceada, contextura grande, cabello y bigotes canosos u de una actitud muy desagradable. Se creía gobernador de todo, y claro nunca faltaban los aduladores….

 

- Grimmjow, me alegra que estés aquí… - la voz era distinta. No era la voz de un viejo sino a la de un joven.

 

La silla giró lentamente para que la extraña persona se diera a conocer.

 

- ¡¿ARTURO QUÉ DEMONIOS HACES AQUÍ?! -   

 

- Vine acompañando a Ulquiorra para verificar algunas cosas - 

 

- ¿Verificar? - no tenía sentido ¿Qué cosa tenía que estar verificando en ese lugar? ¿A él? ¿Sería Ulquiorra tan celoso como para ir a vigilarlo? …. Lo mandó a investigar antes así que esa idea podía ser creíble… pero aún así no era necesario - ¿Y para qué te trajo? -

 

- No podía dejarme solo en casa -  

   

- Tiene razón, no puede dejar a un enano como tú solo en casa -     

         

- Además que quería que viera como trabajaba - 

 

¡Ahora resulta que acosar es un trabajo!   

 

- ¿Trabajo? ¿Qué, Ulquiorra comenzará a trabajar aquí? - eso sería espléndido. Trabajar juntos, almorzar juntos, regresar a casa juntos, “escaparse” juntos del trabajo. Todo le sonaba fantástico.

 

- ¿Eres idiota verdad? - dijo serio - Debes serlo. No saber si siquiera para quien trabajas… - prosiguió a levantarse del asiento.

 

- ¿Ah? No me digas que… -

 

- Tu jefe. Uno de los dos dueños de esta gran empresa Las Noches es por supuesto Ulquiorra Cifer -  

 

- Ulquiorra es el dueño… -

    

- Si idiota. No puedo creer que no lo supieras ¡Es increíble! -    

     

Se quedó unos segundos parado, razonando lo que acababa de suceder. “Tu jefe” “Dueño de Las Noches” era lo único que sonaba en su cabeza.

 

- Y bien. ¿Vas a quedarte ahí parado o qué? - lo llamó Arturo esperándolo en la puerta.

 

- ¡Un momento! ¿No será otra de tus bromas, no? - quería asegurarse.

 

- ¿No estas seguro? - sonrió - Vayamos entonces a preguntárselo -    

 

Regresaron. Grimmjow seguía con su pelea interna sobre quién era Ulquiorra. Ambos se contaron lo que querían, él le habló sobre su familia y de todo lo que creía necesario, en cambio Ulquiorra había hablado muy poco sobre su familia. Conocía muy bien a su madre y a su hermano Muramasa pero casi nunca mencionaba a su padre (que por respeto nunca preguntó), además que jamás mencionó cuál era el trabajo familiar. Siempre decía que era de una familia adinerada pero nada más. Tenía la idea de que el negocio sería un restaurante, una constructora o algo que explicara tanta extravagancia con su estilo de vida. Ahora lo sabía. Ulquiorra Cifer era dueño de la mitad de la empresa más importante de todo el país y una de las más importantes del mundo: Las Noches. De seguro por eso tanta privacidad y cuidado con mencionarlo. También el por qué no era muy famoso el apellido del dueño original. Todo por seguridad.

 

Cuando ya estaban casi llegando se toparon con un tipo con cajas en la mano. Era Luppi con un semblante triste, molesto y picón. En cuanto éste lo miró le mandó una mirada de odio a muerte, se notaba que quería matarlo con la vista. Pero no lo hizo, solo dio un soplido y continuó su camino. Con todas esas cajas llenas de sus pertenencias se fue directo a la puerta de salida.

 

¿Qué fue lo que sucedió? No lo sabía muy bien, pero era seguro que había sido despedido.

 

Llegaron a su encuentro y vieron a un Ulquiorra rodeado de personas. Estaba firmando algunos documentos, y Grimmjow pensó que se veía como todo un ejecutivo.

 

- Está ocupado - dijo.

 

- ¿Y? si quieres hablarle solo ve y díselo. No se va a molestar -

 

- Sí que eres todo un idiota. Esos tipos deben ser abogados y representantes de otras empresas. Son como animales esperando a que bajemos la guardia para acabarnos - respondió sin dejar de ver a esos hombres - Si quieres sobrevivir en este negocio tienes que ser más listo y astuto que los demás, sino ya eres hombre muerto - 

     

Ulquiorra seguía firmando y conversando con aquellos sujetos de terno hasta que vio a Grimmjow y a Arturo parados observándolos. Se dio cuenta de que lo estaban esperando. Se disculpó y dejó para más tarde lo que estaban hablando.

 

 - ¿Ulquiorra, de qué tanto hablabas? - preguntó el menor de mal humor.

 

- De negocios -      

 

- ¿Por qué no me dijiste que ésta era tu empresa? -        

 

- Una promesa que le hice a mi padre antes de que falleciera -  

 

- Nunca me contaste de eso - dijo con celo.

 

- Oigan yo también estoy aquí - interrumpió Arturo metiéndose entre ellos dos.

 

- Si, ya nos dimos cuenta -  

 

- Como sea - lo ignoró - ¿Ulquiorra ya le contaste las nuevas? -     

 

- ¿Eh? ¿Qué nuevas? -    

 

¿Nuevas? ¿Qué otra sorpresa habría ese día? Ya era demasiado.

 

- Grimmjow - comenzó El ojiverde - Desde hoy eres el nuevo jefe -

 

- ¿Qué? - esa sí que fue una sorpresa. Celebró para sus adentros - ¡Bien! ¿Pero que pasó con Barragan? - En realidad no le importó mucho lo que sucediera con el viejo pero preguntó por preguntar - … No me digas que por ser tu novio tú… por que si fuera así me encabronarías… - dijo molesto.

 

No quería ascender sólo por el hecho de estar saliendo con el dueño de la empresa. No, su meta era conseguirlo por sí mismo, y burlarse de los de abajo por su logro. Sonará cruel y arrogante pero así era él.

 

El pelinegro lo miró molesto. Lo amaba no había duda de ello pero jamás pensaría contratar a alguien solo por tener una amistad. Eso no sería profesional.

 

- Idiota, no lo hice por esa razón -          

 

- ¿A no? -   

 

- Barragan estaba cometiendo varios errores que podríamos considerarlos como corrupción desde hace mucho. Tenía que ser despedido pero al parecer movió algunos hilos para aferrarse a su silla… -    

 

- Eso explica las ocasiones en que encontraba algunos huecos en las cuentas y las veces que casi perdíamos contratos muy importantes -   

 

- Y tú fuiste quien arreglo todos esos errores - dio una corta pausa - La verdad, desde un comienzo tenía planeado que tú fueras el jefe -

    

- ¡Un momento! - lo interrumpió - ¿Cómo que desde un comienzo? -       

       

- Grimmjow ¿Quién crees que te contrató? -   

 

- La empresa -    

 

- ¿Y quién es el dueño? -     

 

- Pues tú…. -    

 

- Yo fui quien ordenó buscarte y enviarte esa carta de contrato. ¿En serio creías que una empresa como Las Noches andaría contratando a personas nuevas son experiencia? - el ojiazul quedó asombrado - No vuelvas a pensar esa tontería de que por ser novios.

Desde que nos conocimos en la universidad, aunque no lo parecieras, mostrabas ser muy capaz y listo para este tipo de trabajos. Por eso cuando me dijeron que tenía que encontrar un reemplazo para el puesto en quien primero pensé fue en ti -    

 

- ¡Pues claro, soy el mejor! -   

 

- Dile la segunda noticia - exigió Arturo nuevamente.

 

- ¿Hay más? -    

 

- Aporro realizará una fiesta celebrando mi regreso - suspiró - Y será esta noche -   

 

- Ese idiota planeando siempre las cosas a última hora - 

  

- Y dile lo mejor -        

 

- Llevaremos a Arturo a la reunión, será una buena oportunidad para presentarlo -   

       

Arturo sonrió orgulloso.

 

- Si, una buena oportunidad para presentarlo como nuestro hijo - lo despeinó haciendo que al otro se le borrara la sonrisa. Eso alegró a Grimmjow.

 

- Si - se fijó la hora en su reloj de muñeca - Son las 12:47 p. m. y la reunión comenzará a las 6:00 p. m. - pensó en voz alta - Salgamos de una vez que tenemos que alistarnos -    

 

- ¡Oi! Yo feliz de largarme de aquí contigo pero firmé un contrato en el que tengo que respetar un horario -      

 

- El puesto del que estás a cargo ahora no te restringe de irte, puedes salir cuando quieras o cuando sea necesario -

 

- ¿Puedo hacerlo? ¡Genial! Ya me estaba aburriendo de estar todos los días en estas estúpidas oficinas -    

 

- Unas de las ventajas de tu cargo es que eres mi mano derecha -     

 

- Y eso quiere decir…. ¿Que tendré que trabajar a tu lado todo el tiempo? - preguntó animado, eso era lo único que faltaba para tener el trabajo perfecto. Ulquiorra asintió - ¿Oíste eso Arturo? Tus padres trabajarán juntos - quería fastidiarlo pero él ya no estaba con ellos - ¿En dónde está? -    

 

- ¡Waaaa! ¡Mira Ulquiorra! ¡Mira cuantas fotos tuyas tiene en su computadora! ¡El gato idiota demostró ser todo un pervertido acosador! -

 

Cuando nadie veía Arturo se había colado a la oficina de Grimmjow y prendió su computadora. Grimmjow corrió a su oficina y al entrar vio que en la pantalla del monitor mostraba justo la foto de Ulquiorra dormido después de tomar una ducha. Estaba recostado en el sofá sólo con una toalla cubriéndole de la cintura para abajo. Apoyaba su cabeza en su antebrazo derecho mientras que su otro brazo colgaba en el aire. Dormía de espaldas, con sus largas y estilizadas piernas y su espalda desnuda a la vista suya. Era de por sí una de sus fotos favoritas.

 

Grimmjow actuó rápido, de un empujón lo sacó de su computadora y en un segundo apagó el monitor.

 

- ¿Qué era esa foto? - recién llegaba Ulquiorra. No llegó a ver por completo la imagen.

 

- ¡Nada! ¡No era nada! -   

 

- ¡Mentira! ¡Este pervertido tenía varias fotos tuyas!.... por cierto, ¿Me las podrías pasar? -    

 

- Se pasa la hora. Ya tenemos que irnos y bien arreglados -

 

- ¿Qué, acaso no estoy presentable o qué? -         

         

- Grimmjow llevas puesto un polo con el símbolo de los Avengers debajo de la camisa. Si Aporro te viera te mataría -  

 

- Aporro no sabe nada de moda Ulquiorra -

 

- Eso es lo que crees… te sorprenderías si supieras en qué trabaja ahora -    

 

 

Notas finales:

Gracias por leer! 


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