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MI VIDA SIN TI por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, en este capítulo se sabe que decide Shura con respecto a su vida y Death Mask hace una aparición sorpresa, espero que les guste, y May... feliz cumpleaños!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! (felicitaciones atrasadísimas pero con mucho cariño)

Capítulo 2.- Prioridades equivocadas

 

La pasantía de Seiya en la empresa causó revuelo en muchos aspectos, el joven castaño era muy diferente a su padre en varias cosas y las cosas fluían bien con él en la oficina, Shura era la persona con la que mas hablaba y bromeaba, se podía decir que eran amigos porque el pelinegro era el que mas le enseñaba al practicante los flujogramas de los procesos, la vida universitaria no tiene nada que ver con la laboral y como Seiya sabía decir: “Lo que aprendí en la Universidad no es para nada lo que necesito ahora”, entonces Shura era el que lo ayudaba con todo y le enseñaba todo, a la mayoría de los compañeros de oficina del economista les parecía gracioso que de vez en cuando el hijo del dueño le trajera el café al ejecutivo, eso era digno de una foto

 

Aioros estaba contento con los reportes de Saga, Seiya algún día tomaría las riendas de la empresa y al dueño le gustaba el empeño de su hijo de empezar desde abajo, eso era lo que él le había enseñado, por lo que una tarde de esas a lo que bajó al Departamento Financiero a ver a su hijo y lo encontró sentado frente al computador de uno de los funcionarios, vio a un pelinegro que le estaba explicando como ingresar la información en una matriz que calculaba riesgos, el mayor sonrió, eso no se lo había dicho Saga… vaya…

- Wow… que serios… espero que mis empresas no vayan a quebrar – dijo muy divertido el castaño mayor acercándose hasta besar la frente de su hijo y estrechar la mano del funcionario de cabellos negros que saltó un poco de la sorpresa

- No papá, Shura me estaba enseñando como funcionan las herramientas que él utiliza para lo de la determinación de márgenes de utilidad, riesgos y todas esas cosas – dijo el castaño poniéndose de pie

- Siendo así no dejen que los interrumpa, y muchas gracias Shura por tomarse la molestia de ayudar a mi hijo

- Oh no es molestia, Seiya es buen estudiante

- Genial… oh y antes de que lo olvide, juegas tenis Shura?

- Un poco… lo jugaba cuando estaba en la Universidad

- Bueno, pues prepara tu mejor raqueta que este sábado habrá un partido en el club campestre, espero verte por ahí… a las 10 de la mañana, ahí podremos hablar un poco mas sobre tus matrices, me gustó mucho el modelo de las proyecciones

- Gracias señor… ahí estaré

- Eso espero

 

Y ese fue el comienzo del fin para el economista porque ahora que era “amigo” del hijo del jefe lo empezaron a invitar a todos los sábados campestres, a cenas de negocios en la casa de Aioros, lo tomaban mas en cuenta en las juntas y había una relación directa con el padre de Seiya porque el joven castaño le hablaba mucho a su papá del único que lo trataba como persona y profesional dentro de ese departamento, que no lo trataba solo como el hijo del jefe, todo esto tenía muy contento al pelinegro porque su vida laboral estaba despegando, al fin le daban la valía como profesional que él buscaba pero todo esto empezaba a afectar su vida familiar

 

Las llegadas tarde del economista y su constante ausentismo en casa molestaba a su pareja que trataba de comprenderlo todo pero no era fácil porque siempre él era relegado de los programas, cenas y demás cosas a las que Shura asistía en su tiempo libre, el pelinegro nunca llevaba a Afrodita a ninguna parte y hasta le había pedido que no lo pase a buscar a la oficina, ahora él salía un poco mas tarde de lo usual entonces ya no era práctico irse juntos a casa, todo esto entristecía sobre manera al peliturquesa que se dedicaba al hogar y a su trabajo hasta que uno de esos días le llegó un chisme nada alentador

 

En la fila del almuerzo Dita estaba conversando tranquilamente con Milo, él era uno de sus compañeros que como quien no quiere la cosa le dijo

- Y Shura?, no lo hemos visto últimamente

- Si… está algo ocupado

- Tan ocupado que ya no puede tomarse una cerveza con nosotros?

- Está saliendo mas tarde del trabajo, dice que siempre tiene reuniones y esas cosas

- Antes no tenía reuniones

- Si… eso es cierto pero recién lo ascendieron y ahora debe quedarse mas tiempo, tiene mas responsabilidades y cosas

- Ajá…

- Por qué me lo preguntas Milo?

- Por nada

- Yo te conozco, ya dímelo, si algo están diciendo de Shura yo tengo el derecho de saberlo no?

- Ok., ok., si ves a aquel muchacho que está allá comiendo con el jefe de tu novio?

- Si…

- Ese en Seiya, el hijo del dueño, y bueno… me contaron por ahí que es muy amigo de tu novio

- Y?

- Ok., que es muy amigo, “amigo” de tu novio

- No… no no no no no, Shura no me engañaría nunca y menos con ese niño, quién te dijo eso Milo?

- Eso no importa, yo solo te lo digo porque tu eres mi amigo y no me gustaría  verte sufrir, es todo

Dita no pudo comer ese día y solo se sentó en una de las mesas de la cafetería y miraba insistentemente a ese muchacho castaño que comía tranquilamente en compañía de Saga, al hacerlo el obrero estaba intentando recordar si Shura lo había mencionado pero no.,.. Shura nunca le había mencionado al hijo del jefe, sería cierto lo que dijo Milo?, será que Shura si lo estaba engañando?, Dita solo jugaba con su comida y miraba al castaño ausentemente, si eso era así sería… terrible…

 

Shura estaba en su oficina, ahora el ejecutivo tenía una oficina para el solo con ventana y toda la cosa, estaba de pie frente a su ventana mientras comía su ensalada, ahora él ya no bajaba al comedor, Saga tenía razón y era mejor no mostrarse con Dita o con los otros obreros, entonces para no armar escándalos ni hacer sentir mal a su pareja el economista optó por no bajar a la cafetería a almorzar, pero ese medio día recibió una visita en su oficina, como no había nadie el pelinegro se sorprendió al escuchar unos golpes suaves en su puerta, al abrir se encontró con Dita que lo miraba un tanto nervioso

- Dita que haces aquí?

- Nada… solo quería verte

- No en conveniente que hayas venido, recuerdas que quedamos que no me vas a venir a buscar aquí?

- Si… lo se pero… me haces falta

- Dita por todos los dioses… vete antes de que alguien vuelva, nos vemos esta noche en casa está bien?

- Ok., te amo Shura

- Nos vemos en casa… bye

Dita caminó por el pasillo con la cabeza baja, las cosas no estaban bien con su pareja, aunque Shura lo quisiera esconder o disfrazar de todas las formas posibles la verdad que estaba frente a sus ojos y que se negaba a aceptar era que su novio, el flamante ejecutivo, se avergonzaba de él, nunca lo llevaba a ninguna parte, ahora ya ni comían juntos, no podía ni ir a su oficina para que nadie lo vea, esta situación estaba matando al que antes era un muy alegre y risueño obrero, le había robado la alegría y lo tenía sumido en la tristeza

 

Esa noche Shura llegó para encontrar a Dita en la sala de su casa, claramente lo estaba esperando y se podía notar la tristeza en los ojos del hermoso peliturquesa

- Es tarde Shura

- Lo siento… tuve una reunión

- Si, últimamente siempre tienes reuniones – el tono de Dita era bajo, como de resignación y dolor

- Ahora si me puedes decir por qué fuiste a mi oficina? – Shura en cambio estaba molesto lo que causó que Dita también se molestara y empezaran a discutir

- Que no puedo?, soy tu pareja Shura, antes yo te iba a buscar todos los días y no había ningún problema, no entiendo lo que está pasando

- Ya hemos hablado de esto Dita – dijo Shura con cansancio

- El que me lo hayas dicho no significa que yo esté de acuerdo, no me gusta cuando me haces a un lado y últimamente me haces a un lado en todo lo que se refiere a las cosas de la empresa, yo se que las cenas a las que vas no son únicamente para ejecutivos, yo he visto como los invitados van con sus esposos y esposas

- Eso no es así Dita…

- Si es así, reconócelo de una vez… tu te avergüenzas de mi, por eso no me quieres llevar a ninguna parte, por eso no vas conmigo a ninguna parte ni me dejas acompañarte, que soy tan feo e impresentable que me tienes que tener escondido de todo y de todos?

- Claro que no mi amor – Dita había tocado un punto neurálgico por lo que Shura intentó tomar sus manos para tratar de tranquilizarlo pero el joven peliturquesa no se dejó

- Mi amor?, mi amor?, hace semanas que no me dices que me amas, yo te lo digo todos los días y tu solo me evades, hace semanas que no me tocas, ni me miras siquiera, yo me he sentido mal y a ti no te importa, yo no te importo en lo mas mínimo

- Te has sentido mal?, estás enfermo?

- Ves lo que te digo, ni siquiera te has dado cuenta pero te importa acaso?, tu ya no me tomas en cuenta para nada pero lo que mas me duele es que me niegues y me quieras tener alejado de tu vida

- Dita…

- No insultes mi inteligencia diciéndome que no es cierto, pueda que yo no tenga un título universitario como tu pero eso no quiere decir que sea un idiota

- Yo nunca he dicho eso Dita

- Bien… nunca lo has dicho pero igual crees que soy un idiota

- No Dita, por qué lo dices?

- Por qué no me has hablado de Seiya? – Shura se quedó mudo, cómo se enteró Dita de Seiya?

- Qué tiene que ver Seiya en todo esto?

- No lo vas a negar entonces?, me dijeron que eres muy amigo del hijo del jefe y tengo que enterarme de eso por extraños, es por eso que finalmente te ascendieron?

- Algo de eso hay pero si no te comenté nada de Seiya es porque no es importante

- No es importante… no es importante?, ahora ya no se lo que es importante para ti, has cambiado mucho Shura, lo único que te importa es ese maldito empleo

- Si me importa tanto mi empleo es porque con eso tenemos mejores ingresos y podemos vivir mas cómodamente, si hago lo que hago y me mato trabajando es por ti

- Y quién te dijo a ti que yo necesito dinero para ser feliz?, yo lo único que quiero es a ti, te amo y te extraño, me siento solo porque tu nunca estás conmigo ni me dejas estar contigo, que no lo vez? – Dita estaba al borde de las lágrimas pero Shura ahí fue que se acabó de enfurecer, que su pareja no reconociera sus esfuerzos para vivir mejor eso si no lo podía tolerar

- Basta!!!... esta conversación no tiene sentido, me voy a la cama, estoy cansado

 

Shura pasó por el lado de Afrodita que no se movió y lo vio entrar a la habitación, sacarse la ropa y entrar en el cuarto de baño, el joven obrero suspiró y fue a la habitación, tomó una almohada y una manta para acomodarse en el sillón, en los precisos momentos no se sentía de ánimos de seguir peleando con Shura y menos de dormir a su lado, y en esta dinámica la pareja estuvo por mas o menos 15 días en los que apenas se hablaban, Dita quería que Shura dejara de avergonzarse de él o por lo menos que le explicara las razones que tenía para ello, Shura en cambio alegaba demencia y se ponía todo hermético y molesto

 

Una tarde Dita estaba de pie en la fábrica y sudaba frío, se había sentido mal por algunas horas, estaba mareado y pálido, desde hace un mes mas o menos su estómago le estaba haciendo ver luces, no podía comer es nada y todo le daba asco, ese día en particular ni agua pudo tomar por lo que se sentía débil, tal débil que se desmayó en medio de la planta, Milo que era uno de sus compañeros que estaba mas cerca corrió en su auxilio y lo llevó al centro médico de la empresa, trató de llamar a Shura pero el pelinegro tenía el teléfono apagado, de cualquier manera el médico revisó al joven y aparte de presión baja no encontró nada mas, por lo que ya cuando Dita recuperó la conciencia el médico lo tuvo en la camilla y le ordenó hacerse algunos exámenes de sangre y al escuchar las molestias del joven también le ordenó un eco abdominal para salir de dudas y comprobar si su teoría era correcta

 

Milo acompañó a Dita a hacerse los exámenes porque cuando pudieron hablar con Shura, él solamente dijo que estaba muy ocupado para poder salirse de la empresa, además esa noche había un coctel en honor a unos inversionistas americanos que estaban de paso por Japón por lo que todos en esa empresa estaban corriendo de aquí para allá para tenerlo todo listo, Shura fue a casa a cambiarse y esperaba encontrar a Dita pero el joven no estaba, trató de llamarlo por teléfono pero no contestaba, esto era por demás extraño pero aurita el ejecutivo no tenía tiempo para preocuparse de esto, simplemente Shura se puso su traje y fue al coctel

 

El salón del hotel en el que se llevó a cabo el evento estaba decorado magníficamente, había champagne y bocaditos, todos los invitados estaban de traje y las señoras y señoritas de vestido largo y tacones, era un evento muy elegante y sobrio, en medio de esto estaba Shura junto a Seiya en medio del salón hablando animadamente, hubo un brindis y empezó a sonar música suave, pronto sería servida la cena y en eso estaban cuando lo impensable pasó…

 

Dita salió de la oficina del médico con una hermosa sonrisa en su rostro, el joven estaba feliz y lo primero que tenía que hacer antes de hacer nada era encontrar a Shura para decirle las buenas noticias, su amor se pondría igual de feliz que él, cuando llegó al departamento recordó que esa noche Shura tenía un coctel en uno de los hoteles del centro así que lo llamó por teléfono pero el pelinegro no contestaba, seguramente por el ruido del salón no oía el teléfono, pero Dita estaba todo inquieto y no podía estar tranquilo por lo que solo se puso un abrigo y salió rumbo al hotel, le costó sangre, sudor y lágrimas convencer al portero del evento para que lo dejara pasar pero lo hizo y entró algo inseguro al salón, ahí Dita cayó en cuenta de que no estaba vestido acorde a la situación, aún estaba usando su overol del trabajo pero lo que tenía que hacer era mas importante que todo y Shura cuando lo escuchara así lo vería, el peliturquesa caminó por el salón atrayendo las miradas de todos (y no en el buen sentido de la palabra) hasta que en el centro vio a su Shura que estaba charlando con aquel muchacho castaño que había visto en la cafetería, Dita sonrió y apresuró el paso pero se detuvo en seco cuando vio como Shura tomaba el mentón del mas joven para levantar su rostro y lo besaba en los labios suavemente

 

Dita estaba de pie en medio del salón y no podía moverse, el joven sentía como si alguien le estuviera oprimiendo los pulmones desde adentro y no podía respirar, Dita sintió que sus piernas le iban a fallar y ni siquiera se dio cuenta que amargas lágrimas corrían por su rostro

- Shura… Shura no… - esto lo dijo el peliturquesa llevándose una mano al pecho y en un susurro pero fue lo suficientemente audible para atraer la atención de la pareja que rompió el beso, Shura se puso pálido al ver a Dita que lo miraba con el corazón roto y estaba mas pálido que la muerte

- Qué haces aquí? – Shura dio un paso hacia adelante pero se detuvo porque Seiya lo tomó del brazo

- Lo conoces? – preguntó el castaño mirando de arriba hacia abajo al intruso

- Regreso en un momento Seiya – Shura apretó la mano del castaño que lo soltó y solo sostuvo su copa sin perder de vista a aquel hermoso joven que lloraba pero que se dejó llevar fuera del salón, Shura lo arrastraba del brazo y Dita de la humillación y la vergüenza no podía dejar de llorar y ya en el parqueadero se soltó del fuerte agarre de su pareja y le reclamó con amargura

- Solo es tu amigo eh?, besas en la boca a todos tus amigos?

- Dita….

- Cállate… cómo pude creer en ti?, cómo fui tan estúpido para enamorarme así de ti?, yo te lo entregué todo y tu así me pagas?

- Ahora no es ni el momento ni el lugar Dita

- No represento nada en tu vida?, ahora que te enredaste con el hijo del dueño solo soy un estorbo verdad?, debí haberlo sabido… pero no te preocupes… no volverás a verme

- Dita espera

- Para qué?, para que me sigas mintiendo?, para que te sigas burlando de mi?, de ti… de ti no lo esperé Shura… yo confié en ti, te entregué todo de mi… ve… regresa con el niño rico aquel, él te puede dar todo el dinero con el que siempre soñaste, él puede asegurar tu posición en sociedad, él es tu boleto hacia la bonanza, espero que seas feliz…

- No Dita…

 

Pero fue tarde, el joven de cabellos turquesas corrió por el parqueadero hacia la calle en donde llovía a cántaros pero eso no le importó al obrero que lloraba y corría con el alma destrozada, lo único que quería ahora era desaparecer, que ese dolor tan grande que le aprisionaba el corazón se detuviera, que esa desesperación que lo embargaba se esfumara y así luego de tanto correr llegó a un puente en el que un río corría embravecido en el fondo, la lluvia estaba disminuyendo pero nada lograría acabar con ese frío que ahora él tenía en el alma por lo que no lo pensó mucho y con cuidado se subió a la baranda del puente y allí estuvo de pie unos cuantos segundos, luego extendió los brazos y se dejó caer…

 

***

No era tan tarde en la noche pero por la lluvia había un tráfico del demonio y habían cientos de autos atascados en el puente, un hombre de cabellos azules y ojos del mismo color estaba jugando ausentemente cambiando las estaciones de radio cuando distinguió claramente una figura que estaba de pie junto a la baranda del puente, aquella persona miraba el agua abajo como hipnotizado, el hombre del auto solo lo miraba pero entró en pánico cuando lo vio trepar a la baranda, ahí salió del auto y corrió lo mas rápido que pudo pero no pudo detenerlo, así que se sacó el saco, los zapatos y se lanzó tras el misterioso clavadista que cayó al río…

 

Dita despertó y sentía un sopor extraño, era como si despertara de un muy extraño sueño, al abrir los ojos se dio cuenta que estaba en un hospital, tenía un suero conectado y en la silla de alado de su cama estaba profundamente dormido un hombre al que nunca había visto en su vida pero abrió los ojos al sentir que él había saltado en la cama de hospital

- Al fin despiertas… cómo te sientes? – preguntó el extraño

- Quién eres tu?

- No te asustes, estás en un hospital, yo te traje anoche, recuerdas lo que pasó anoche? – Dita solo asintió y empezó a llorar suavemente otra vez al recordar todo lo que había pasado

- Cómo? – fue todo lo que pudo el paciente preguntar

- Te vi saltar así que salté

- Saltaste del puente?, estás loco?

- Mira quien habla… tu saltaste primero – dijo el extraño en un tono divertido tratando de hacer reír al paciente que se limpió las lágrimas y trató de explicarse aunque no le salían las palabras

- Si pero… es que yo…

- Hey… no te pongas así, estoy seguro de que lo que sea que te esté atormentando se podrá solucionar, además no solo eres tu, hablé con tu médico y me dijo que tu bebé está bien, digo… por si lo querías saber – Dita abrió mucho los ojos y se llevó ambas manos al vientre, empezó a hiperventilar y se puso pálido, cómo pudo ser tan estúpido?, de la desesperación la noche pasada olvidó que estaba de encargo, olvidó que otra vida dependía de él, su dolor fue tan grande que se olvidó de todo

- Mi bebé… oh por dios… que he hecho? – la desesperación del joven era palpable por lo que el médico se sentó junto a él en la cama y lo abrazó, le decía que respire… que se tranquilice y estuvo largo rato consolándolo

- No has hecho nada, tu estás bien, tu bebé también… quieres que llame a alguien?, para que te vengan a recoger cuando te den de alta?

- No… yo no tengo a nadie – negó el paciente limpiado una nueva lágrima que rodaba por su mejilla

- Ohhh… bueno, me tienes a mi, me llamo Ángelo por cierto aunque mis residentes me dicen DM, me apodaron Death Mask, lo puedes creer?

- Residentes?

- Soy médico de este hospital, trabajo en neurología, estoy haciendo un estudio clínico para tratar tumores cerebrales, el problema es que como son tumores cerebrales la mayoría de mis pacientes mueren, gajes del oficio… pero tu aún no me dices como te llamas

- Afrodita, pero mis amigos me dicen Dita

- Muy bien Dita… hablaré con tu médico, me gustaría tenerte en observación no quiero que te me escapes, prométemelo – dijo el peliazul médico apretando la mano de su paciente, sus manos en contra de todo pronóstico estaban tibias al tacto, los doctores siempre tienen las manos heladas

- No me voy a escapar – Dita trató de sonreír

- Prométemelo

- Está bien… te lo prometo

El médico besó la mano del paciente y se fue para los casilleros a ducharse y a cambiarse de ropa, era una pena que un muchacho tan joven y de apariencia tan frágil estuviera solo en el mundo, sin duda alguna el padre de su hijo era el causante de su deseo de acabar con su propia vida, pero la vida no es lo que se dice justa y casos como este habían muchos…

 

Dita estuvo en el hospital por dos días mas, Ángelo le pidió todos sus números de contacto para llamarlo, el propósito del médico era chequearlo de vez en cuando para que no vaya a intentar lanzarse otra vez de otro puente aunque Dita le había prometido que no lo haría, en estos dos días si se había notado un cambio, la preocupación por su embarazo tranquilizó al médico y con la promesa de sus amigos de cuidarlo lo dejó ir

 

Dita cumplió su palabra en otros aspectos y evitó ver a Shura por todos los medios, Milo fue de gran ayuda porque él se había ofrecido a ir con Camus al departamento que su amigo compartía con el pelinegro y recoger sus cosas además Dita se estaba quedando con su pareja de amigos que lo recibieron con una sonrisa y lo acomodaron en la sala de su departamentito, Shura ahora había empezado una relación con Seiya y el castaño no tenía ningún empacho en anunciar a los cuatro vientos que estaba saliendo con él, el hijo del dueño sabía que Shura había tenido algo con uno de los obreros de la fábrica pero Shura le había asegurado que fue una aventurilla sin consecuencia, de cualquier manera las horas del almuerzo eran las mas incomodas para Shura en especial porque a lo lejos veía a Dita que hacía sus mejores esfuerzos para ignorarlo, pero al cabo de unas semanas el peliturquesa no lo resistió, no podía soportar ver al hombre que amaba del brazo de aquel muchacho castaño que a la final así le doliera no tenía la culpa de lo que había pasado, Shura era el único responsable de toda esta situación tan horrible, así que Dita decidido renunció la mañana de un Jueves y se fue de esa fábrica para no volver, no tenía mucho dinero ahorrado y no tenía necesariamente a donde ir pero su paz y salud mental era lo primero y el someterse a una tortura diaria al ver a Shura en brazos de otro no era bueno para su salud ni la de su bebé

 

Dita estaba buscando trabajo en todos lados pero precisamente por su estado no lo podía conseguir y la tarde que fue a su chequeo médico estaba entrando en franco plan de desesperación, Milo y Camus eran sus amigos y le habían dicho que no se preocupara, que la salud de su ahijado era lo primero y ellos no lo iban a botar de la casa ni mucho menos, que se estrecharían un poco y que donde comen dos pues comen tres y medio, pero Dita no podía vivir eternamente de la caridad ajena, ya casi no tenía ahorros y como había perdido el seguro médico cuando renunció ahora le tocaría costearse la cesárea en la clínica en donde estaba su médico o ir a los hospitales públicos, pero el joven tenía miedo, la salud pública en su país no era lo que le pudiera llamar buena, y en esa disyuntiva estaba cuando a su lado se sentó aquel doctor que le había salvado la vida, el neurocirujano al que apodaban Death Mask

- Dita… esperando turno para tu chequeo?

- Hola Ángelo, si… es el último chequeo

- Cómo que el último?, de cuántas semanas estás?

- 18, pero ya no puedo costear los chequeos, se me suspendió el seguro y pues… este es el último que me cubre – dijo el joven con tristeza acariciando su pancita

- Por qué se te suspendió el seguro?

- Es que… me quedé sin empleo, no quieres escuchar mis problemas… mejor dime cómo va tu estudio clínico

- Tengo tres sobrevivientes, no es mucho pero es algo, osea que estás buscando empleo eh?

- Si… pero por mi estado no lo puedo conseguir, ya habrá días mejores – dijo el joven acariciando su pequeña barriga

- Puedo? – dijo el peliazul con la obvia intención de acariciar la barriga de Dita que sonrió y retiró sus manos para dar paso a las del médico que sonrió cuando lo hizo

- Cómo has estado?, te has sentido mejor?

- Si… dentro de lo que cabe si, tu me hiciste ver que en verdad no soy solo yo, es mi bebé del que soy responsable ahora, él no pidió venir al mundo pero no puedo ser yo el que trunque su vida cuando ya está en camino

- Me alegro… oye… pasa por mi consulta cuando salgas si?, quiero mostrarte algo que se que te va a gustar, mi consultorio es en este mismo piso al fondo del pasillo, vendrás?

- Claro

- Te espero entonces

 

Dita salió de la consulta de su ginecólogo y caminó hasta la del neurólogo que estaba hablando con otro médico que meneaba la cabeza y sonreía

- … y es necesario tener un personal extra en la guardería para poder tenerla abierta las tardes también, todo el personal médico te lo agradecerá con el alma Shaka y si no tienes presupuesto yo creo que nadie se va a negar a colaborar para que puedas pagar el sueldo al auxiliar que contratarías – decía DM pero al ver al joven de pie en la puerta lo llamó con la mano para que entrara al consultorio

- Ok., de ser así de dónde diablos voy a sacar a alguien que quiera ese trabajo por el sueldo mínimo básico y que pueda empezar mañana

- Bueno para que veas que he pensado en todo te presento a Dita, lo recuerdas verdad? – el rubio médico miró al joven y arqueó una ceja al reconocerlo

- El puente?

- Ajá… entonces que dices?, es una situación en donde todos ganan, además quien mejor para cuidar bebés que alguien que está a punto de tener uno y antes de que digas nada te recuerdo que por ley no le puedes negar el puesto solo por su estado

- Yo no he dicho eso

- Perfecto… solo tienes que notificar a la junta y estamos listos, Shaka… eres el mejor director administrativo que este hospital ha tenido – dijo DM en tono de broma haciendo reir al serio doctor que estaba considerando las posibilidades

- Si si si, pero y si no puedo conseguir el dinero para financiar la partida?

- Luego hablamos de eso, este es un hospital en verdad grande, no me digas que no tienes de donde sacar el dinero?, Shaka… usa esa cabeza y con esto solucionarás la vida de mas del 45% del personal que trabaja en este hospital

- Ok., ok., voy a ver como lo resuelvo y te aviso, me ha dado mucho gusto verte tan bien Dita y si todo sale bien pues… bienvenido al Hospital

- Gra-gracias…

- Quiero ver los últimos reportes de tus pacientes y un informe de tus avances en el ensayo clínico Ángelo… es muy importante para el futuro del hospital

- Lo tendrás en tu escritorio en la mañana

Sin decir nada mas el Director del hospital que era un hombre joven muy atractivo y de largos cabellos rubios salió del consultorio dejando a Dita muy confundido y a Ángelo todo sonriente

- Es en serio? – preguntó el joven aún sin poder creer que todo en su vida se pudiera solucionar así de fácil y rápido

- Si… ven conmigo… - Death tomó la mano de Dita y caminaron por los pasillos hasta la sala de neonatología en donde estaban los recién nacidos y mas allá estaba la guardería para los hijos de los doctores, enfermeros y demás empleados, algunos de los pequeñitos estaban jugando en una piscina de pelotas, otros estaban jugando con bloques suaves, otros comían, otros dormían, habían como unos veinte niños en total, Dita sonrió y acarició inconscientemente su pancita

- Sabía que te iba a gustar – dijo el médico tomando la mano del joven y acercándola a sus labios para besarla, Dita solo sonrió, la verdad él no creía en los ángeles pero a su vida había llegado un doctor que si fue el ángel que necesitaba para salir adelante, y de ahí en adelante todo mejoró para el futuro padre, las cosas en el hospital se cristalizaron y consiguió el empleo, Dita siguió viviendo con Camus y Milo que dijeron que no lo iban a dejar ir, por lo menos hasta que su bebé esté grandecito

 

Tres meses pasaron en los que a Dita le llegó la calma y la paz a su vida, Ángelo lo llevaba en su auto en las noches a casa de Camus y Milo porque decía que tenía que cuidarse en su embarazo que ahora estaba casi de siete meses, la amistad con aquel doctor constituyó una renovada alegría y ganas de vivir en el joven de cabellos turquesas que poco a poco fue saliendo del hoyo depresivo en el que se encontraba y por eso se armó del valor suficiente para una mañana de sábado poner punto final a un capitulo muy doloroso a su vida y se encontraba de pie en el parque central de la ciudad camuflado entre la gente que allí paseaba, Dita estaba allí para poder decir adiós al amor tan grande que tenía por el padre de su hijo cuando lo vio salir de la Catedral de la mano de su nuevo esposo, Dita no lo pudo evitar y un par de lágrimas resbalaron por su mejilla cuando dijo en un susurro mas para si mismo que para que nadie lo oyera: “Adiós Shura… espero que seas feliz”, dicho esto Dita se volteó y caminó de vuelta a su casa, en medio de la plaza se detuvo, tenía los ojos cerrados pero respiraba tranquilo permitiendo que el sol bañara su rostro, ya no importaba, ya nada importaba, la vida continua… él y su hijito estarían bien…

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, mañana se ve que tan bien le va a Shura en su vida, y a Dita también, muchas gracias por leer, saludos, bye


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