Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The Person Who Once Loved Me por JiWook970207

[Reviews - 30]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

OMG OMG OMG!! LO SIENTO MUCHO!!

Se que dije que actualizaria cada semana,  y que ya pasó más de una semana!!

por eso, aquí traigo mi pretexto XDD
Reescribí el capítulo dos.
Por qué?

después de leerlo por millonesima vez, me dí cuenta de que rebasaba las 15 mil palabras, y que al menos la mitad hablaba del LuLay. shjadfashdfhjasgdfhasgd es que no puedo! los amo juntos XDD y y y bueno, tuve que repetir el cap, sólo dejando una parte de la escencia inicial XD

y bueno, como quedé insatisfecha con eso, inevitablemente corrí a hacer un oneshot LuLay XDDD que por cierto ya llevo 15 mil palabras XD aunque ya me falta poco para acabarlo, creo que tendrá que ser two shot ./.

otra cosa. por los reviews, MUCHÍSIMAS GRACIAS!
no tienen idea de cuánto se aprecian TTuTT dan ganas de seguir y seguir!! pero como dije, esto es un Three shot + epílogo, y esto se acaba !! U.U el próximo cap es el final TTnTT 
ya me fuí muy larga XD sin más, disfruten!

Miraba cada dos segundos la pantalla de su móvil, esperando con ansias que terminara la clase. Claro, eso no cambiaba nada. Seguían siendo las once y siete. Tres minutos. Tres malditos minutos. Lamió sus labios, nervioso. Necesitaba ver a Jong In. No era suficiente con mirar como acosador a Tae Min. Se parecían demasiado, y últimamente, por su afán de ver a Jong In, fantaseaba con que Tae Min era en realidad el moreno, pero los demás, inclusive el mismo Tae Min se habían dado cuenta, y comenzaban a pensar que a Se Hun le gustaba Tae Min. El  encuentro anterior con el moreno no había terminado muy bien que digamos. Se Hun era testarudo, y Jong In tenía un genio insoportable algunas veces. Cuando ambos explotaban al mismo tiempo, todo era un caos. “Estúpido Jong In, por su culpa ando como colegiala enamorada”. Y es que no era normal. Si estaba con Jong In, se olvidaba del resto del mundo. Si hablaba con Jong In, se sentía pleno. Si su mirada chocaba con la de Jong In, su felicidad duraba el resto del día. Si Jong In sonreía, una risita estúpida se escapada de sus labios cada dos por tres. Y las pocas veces que tenía contacto físico con Jong In eran más que suficientes para dejarlo en un estado de estupidez permanente por días enteros.

En parte se sentía culpable. Los primeros días sólo estaba con Lu Han y los demás, pero ahora, ahora su rutina era; clases, receso con Jong In, más clases, volarse una clase para ver a Jong In, segundo receso con Jong In, taller, y el final de las clases, Jong In. Se Hun solía ser egoísta a veces, y cuando se trataba del moreno, no pensaba en nadie que no fuera él. Ese chico, de verdad que tenía algo. La necesidad que tenía por él era tan natural como la de los seres vivos por el agua… O como la atracción de las moscas por la mierda, como solía reclamar dolido Lu Han. El rubio, más que todos, estaba muy resentido con él. Le perseguía siempre, preguntando cuál era el nombre de la chica que lo tenía en ese estado. Se Hun nunca contestaba, sólo sonreía como idiota y salía corriendo hacia la biblioteca, su nuevo refugio. Ninguno de sus amigos se atrevía a seguirle hasta allá, y nunca había nadie a excepción de Jong In. ¿Kai? ¿Cuál era el problema con Kai? Ese pobre chico había tenido una suerte horrible, pero era obvio que no existía tal fantasma. A veces, sin embargo, no podía evitar pensar que Jong In era como uno. Muy sigiloso, misterioso y frío. Por más que preguntaba para saber más del mayor, su familia, su vida en general, el moreno le respondía siempre lo mismo; Preocúpate por tus asuntos. Si hubiese sido otra persona, tal vez se la pasaría deprimido por culpa de la frialdad de Jong In, pero estaba acostumbrado, y era aún mejor tratar con su carácter a no verlo. Ya suficiente tenía con los fines de semana como para aparte dejar de verlo por más tiempo. Nunca se imaginó que los fines de semana se convirtieran en los días más odiados para él.
Además, a pesar de que no lo pareciera, Se Hun podía asegurar que su relación con el moreno era cercana. Jong In era frío y arrogante siempre, Se Hun era alegre y paciente… y a pesar de que la mayor parte del tiempo estaban en silencio, ambos se sentían cómodos con la presencia del otro. Era suficiente, porque estaban bien, porque eran amigos. Tampoco le importaba que el moreno le escondiera o no le quisiera decir algunas cosas, como ese papel, del que se acababa de dar cuenta. Jong In siempre leía el mismo libro, el mismo capítulo, y siempre utilizaba de separador lo que parecía ser una carta. La carta tenía un nombre en pequeñas y apenas visibles letras, pero cada vez que Se Hun se acercaba a ver qué era, Jong In lo corría, y nunca le decía para quién era esa carta, o quién se la había enviado, o  por qué siempre leía el mismo capítulo del mismo libro. “Una promesa a un amigo que aún no he podido cumplir” Respondía siempre, pero eso no explicaba casi nada.

Volvió en sí justo cuando la campana sonó, dándole su tan ansiado descanso de treinta minutos. Treinta valiosos minutos que no podía desperdiciar por más tiempo.
Se levantó precipitadamente de su pupitre sin molestarse en levantar las cosas que había tirado, y corrió hacia la puerta, hasta que su cuerpo se impactó con otro más alto que él... Mucho más alto que él.

—Lo siento —se disculpó rápidamente, sin siquiera levantar la vista. La persona le tomó del brazo para que no se fuera. Resopló frustrado —Lo siento pero tengo pr…
—Tú no vas a ningún lado, Oh Se Hun —habló la grave voz de Wu Yi Fan. Levantó la mirada asustado. Si se trataba de él no podía hacer nada. Se dejó arrastrar, visiblemente molesto.

 

—Gracias Wu Fan —dijo Lu Han cuando el alto llegó con Se Hun fuertemente agarrado del brazo izquierdo.
—Hyung, déjame, tengo que irme —bufó.
—Nada, esa chica puede esperar.
—No, no puede, ni yo tampoco —trató de soltarse, pero Wu Fan era muy fuerte. Soltó una sarta de blasfemias. Kyung Soo lo miró con mala cara.
—Pues lo siento mucho. De aquí no te vas hasta que nos des una disculpa como debe ser y nos expliques qué te pasó —advirtió Jong Dae con una sonrisa irónica en el rostro. Se Hun pataleó con furia como niño caprichoso.
— ¡Mierda, que no tengo tiempo para eso! —chilló.
— ¿No para nosotros pero sí para ella? —inquirió con resentimiento Kyung Soo. Si no hacía algo, el descanso acabaría. Resopló mientras murmuraba un leve "Está bien". Wu Fan aflojó el agarre.
—Lo siento, ¿Vale? Lamento tenerlos tan abandonados, lamento haberlos ignorado por las últimas semanas…
— ¡Dos meses! —se quejó Chan Yeol.
—… Y lamento no poderles decir nada más. Prometo pasar más tiempo con ustedes. ¿Qué tal si salimos un fin de semana? —el gesto de sus amigos se ablandó. Oportunidad. Tenía que ser en ese momento —Y ya que aclaramos todo, me voy... si no voy pronto a verlo, el descanso terminará, así que…

Salió pitando del lugar. Los chicos estaban distraídos, y los agarró por sorpresa cuando dijo “Verlo”, ya que todos hablaban de "Su novia", y no se imaginaban que se tratara de un él y no de ella.
Antes de que pudieran ir por él de nuevo, Se Hun ya había salido de la cafetería y corría rápidamente hacia la biblioteca.

 

Esa vez ni siquiera se molestó en no hacer tanto ruido. En cuanto llegó azotó la puerta.

—Jong In —jadeó tomándose las costillas. Le dolían las piernas por la carrera, pero ya no le importaba mucho. Caminó rápido buscando a Jong In en todos lados, sin embargo, no podía verlo por ninguna parte. “Tiene que estar aquí… siempre está aquí” —Jong In, sé que estás enojado, pero anda, sal, hay que arreglarlo —exclamó. Al no obtener respuesta, siguió buscando al moreno por otro rato hasta que finalmente lo encontró en la pista de baile, sentado con una pierna extendida y otra doblada, con un brazo reposando sobre su rodilla, en una alejada esquina. Sonrió inconscientemente. Se dirigió hacia él.
—Jong In —repitió, sentándose a su lado, cerca de él. El aludido fingió no haber escuchado nada. Se molestó, pero trató de tranquilizarse. No era buena idea explotar de nuevo. —Jong In ah —dudoso, extendió una mano para poder posarla en su hombro. De inmediato Jong In volteó y le dio un manotazo.
— ¿Qué rayos crees que haces? —espetó con desdén. Le miró con un poco de temor. Jong In siempre era así. Indiferente. No le importaba herir a los demás. Si Se Hun intentaba tocarlo, se enojaba y lo corría. Las pocas veces que habían tenido contacto físico habían sido meros accidentes. Le miró con tristeza. Eso le recordaba a la absurda pelea que habían tenido.

Ambos estaban en la pista de baile, recostados en el piso. Jong In leía ese libro de manera aburrida, y Se Hun simplemente le observaba con avidez, mientras sus manos se movían expertas sobre el papel.
— ¿Qué acaso no te cansas de dibujarme? —musitó el moreno. Se miraron directamente a los ojos por unos instantes que le parecieron eternos.
—No. Eres la mejor opción. Nadie puede quedarse así de quieto por tanto tiempo como tú —argumentó. Jong In sonrió imperceptiblemente, y volvió a su pose de siempre. Espalda recostada en la pared, una pierna extendida y otra doblada. El moreno agachó la cabeza. De esa manera su rostro quedaba escondido entre el libro.
—No hagas eso, no puedo verte bien —Se Hun le tomó delicadamente de la barbilla para poder apreciarlo mejor. Al instante un frío tremendo le recorrió, seguido de un escalofrío. Se Hun abrió los ojos con sorpresa. Fue como una sensación de vacío, muy extraña. Jong In también lo miró, con el miedo reflejado. Se giró violentamente. Aventó el libro y empujó a Se Hun por el pecho con una brusquedad innecesaria, con todo y cosas. Se levantó nervioso y se alejó lo más que pudo del menor.

— ¡Qué te pasa! —se quejó Se Hun irritado — ¡Sólo tenías que decirme que dejara de hacerlo, no era necesario ese comportamiento!
— ¡Te he repetido millones de veces que odio que me toquen, idiota! —le gritó furioso el moreno, fulminándolo con la mirada. Eso sólo lo cabreó más. Se levantó también, y fue hacia Jong In.
— ¡Es absurdo! ¡Eres un maldito delicado! —se defendió.
— ¡Y tú un caprichoso! ¿¡Acaso eres estúpido, necesitas que te lo repita todo millones de veces!? —eso le dolió. Sus ojos se aguaron.
—No tienes ningún derecho a hablarme así —susurró. Por un momento la mirada de Jong In vaciló —Estás exagerando, apenas y te toqué…
—No me gusta, lo odio. No lo hagas nunca —la manera tan fría con que lo dijo hizo que unas cuantas lágrimas se escaparan de sus ojos —Y no llores, eres insoportable.
—Sólo quería que nos hiciéramos cercanos —elevó de nuevo la voz. “Estúpido Jong In” más lágrimas amenazaban por salir. No quería llorar. No le daría ese placer al mayor.
—Pues yo no quiero —espetó. Apretó sus manos en puños. Era una pelea estúpida por una razón estúpida entre dos personas estúpidas.
—Eres horrible. ¡Siempre he sido muy amable contigo! ¡Fui muy tolerante sólo porque no quería perder tu amistad!
—Y dime, ¿Cuándo te pedí que nos hiciéramos amigos? —soltó violentamente, venenoso, con intenciones de herir. Sintió como si le estrujaran el pecho — ¡Nunca te dije que quería tu amistad! ¡Eras tú el que siempre venía de pesado a molestarme! ¡He estado muy tranquilo yo sólo por mucho tiempo, para que luego vengas tú a joderlo, mocoso de mierda!
Se desmoronó ahí mismo. Las ganas de pelea desaparecieron, y quiso llorar como el niño que era. Jong In había sido cruel. Muy cruel, y Se Hun era sensible desde siempre.

—Lo siento —fue lo único que dijo. Sin mirarlo. Tomó sus cosas, ignorando las lágrimas que ahora caían libremente, y Salió corriendo del lugar, sin detenerse a ver cuál era la reacción de Jong In.
           

 

Se quedó con la mirada perdida, olvidando por un momento a qué había ido. Sintió la mirada de Jong In sobre su nuca, y volteó a verlo, pero éste seguía mirando hacia la nada.
Jong In no quería hablar, era obvio. De nuevo ponía esa barrera de frialdad de la que se sentía tan frustrado. Suspiró resignado.
—Está bien, si no quieres hablar, no lo hagas. Es suficiente con que me escuches —se rindió —… Lamento lo del otra vez —comenzó, inseguro —Sé que a veces puedo llegar a ser una lata, pero… —dudó. En realidad no tenía idea de qué decir —Yo… creo que fui muy entusiasta, porque en verdad quería que nos hiciéramos amigos. —miró tímidamente a Jong In. Seguía sin mostrar reacción alguna —Perdón… es tan sólo que disfruto demasiado de tu compañía, aún si es sólo por un pequeño rato… o aunque tú no hables. Enserio, lo disfruto aún más que la compañía de Lu Han, o de Kyung Soo, o que el club de baile… —Entonces Jong In lo volteó a ver. Una mezcla extraña de sorpresa, tristeza y enojo.
— ¿Lu Han? —preguntó. Se Hun se mordió el labio inferior.
— ¿Lo conoces?
— ¿Son amigos? —le ignoró.
—Sí… él, Yi Xing, Baek Hyun, Chan Yeol, Tae Min, Min Ho, Ki Bum, Tao, Kyung Soo, Joon Myeon, Min Seok, Jong Dae, Wu Fan… todos ellos son mis amigos. ¿Los conoces? Son muy populares…

Al parecer sí que les conocía. Su rostro reflejó una felicidad tremenda durante unos segundos.

— ¿Estás en el club de baile? —preguntó con interés.
—Sí… soy bailarín principal, junto a Yi Xing y Tae Min —Jong In no volvió a decir nada. Se quedó pensativo, pasando del tema —Jong In —decir su nombre… se sentía tan bien —Yo… te aprecio demasiado, más de lo que los aprecio a ellos. Me gusta estar contigo… Porque eres importante —preocupado, bajó la cabeza. Esperaba sus palabras no hubieran sonado tan desesperadas, y que Jong In no se enojara por ello.

Se sumieron en un silencio que le pareció eterno.

—Lo siento —dijo por fin. Parecía que no hablaba con él. Jong In había dejado de lado su orgullo para disculparse. Se quedó muy quieto, esperando ver si podía alegrarse de las palabras del mayor o no. —Verás… no acostumbro a ser cercano a la gente, ¿Me entiendes? No… no es bueno. Cuando te encariñas mucho con alguien, inevitablemente se tiene que sufrir, y eventualmente, odiamos —Jong In se escuchaba triste, como si de verdad hubiese pasado por todo aquello alguna vez. Se le formó un molesto nudo en la garganta. Frunció el ceño para no llorar. ¿Por qué rayos tenía que ser así de sensible siempre? —Las personas… sufren, por lo menos alguna vez en su vida, experimentan la soledad… no quiero volver a sufrir. Estoy solo, pero es mejor así… si alguien está conmigo, sufriré, y esa persona lo hará también —entonces lo miró. Fue como si se le parara el corazón. La intensidad que emanaba era perturbadora. Sintió su cuerpo como gelatina, cuando se dio cuenta de lo asustado y vulnerable que lucía Jong In, como si le pidiera en gritos silenciosos que se quedara. Era sincero. Sintió su labio inferior temblar —Se Hun… —Jong In estiró una mano, y muy delicadamente, como si ante el más mínimo atisbo de brusquedad su piel se fuera a romper, rozó con el torso de su mano derecha la mejilla de Se Hun. Dejó de respirar. Su corazón estaba vuelto loco. ¿Y qué si Jong In lo escuchaba? A la mierda todo. Sus ojos seguían teniendo contacto, el ambiente era muy intenso, y Se Hun sentía que se derretiría en cualquier instante. Inconscientemente se acercaron más, de tal manera que Jong In podía sentir el cálido aliento de Se Hun chocar contra su rostro —No te odio. Nunca lo he hecho… me he acostumbrado tanto a ti, que sin darme cuenta espero a diario que estés aquí, retratándome como siempre —la mano de Jong In bajó sutilmente hasta su cuello, comenzando a dibujar su nuez —Me gusta tu compañía más de lo que debería, por eso soy así… Me estoy encariñando contigo, y eso no está bien. Creí que siendo grosero te alejarías, pero no entiendes —sonaba frustrado —y la verdad es que ya me estoy cansando de jugar al chico malo —Jong In volvió a subir su mano. Sólo con el dedo índice, recorrió sus mejillas —Tienes que ser más listo, irte… no quiero que sufras tú también —por último, posó su dedo sobre sus labios, completamente resecos.

Le tomó un rato poder regular su respiración. El contacto de Jong In nublaba su mente por completo. Al hablar de nuevo, su voz temblaba.
—No importa... si me alejo de ti, sufriré también… Prefiero sufrir contigo —musitó intensamente. Inclinó su rostro un poco más al de Jong In. Ninguno de los dos se apartó.
—No Se Hun… ¿Es que no entiendes? Estás siendo egoísta —susurró con una desesperación que también se reflejaba en sus ojos —no puedes pensar sólo en ti.
—Se trata de mí, está bien —replicó testarudamente.
—Si se trata de ti entonces también se trata de mí —declaró Jong In. Un escalofrío le recorrió el cuerpo.
—Te digo lo mismo… si eres tú, entonces también soy yo —insistió —No me importa correr los riesgos, mientras los corra a tu lado.

Jong In se mordió el labio, y sus ojos brillaron por un instante, bajando a sus labios. Pero fuera lo que fuese que pensaba, se arrepintió, y agachó la cabeza y soltó una risita nerviosa.
—Eres imposible —le susurró para posteriormente tomar a Se Hun de la nuca y recargar la cabeza en sus hombros. Jong In pasó un brazo por los hombros del contrario y la giró, depositando un casi imperceptible beso en la nuca de Se Hun, quedándose en esa posición.
Se Hun cerró los ojos y soltó un suspiro. Dejó que parte de su cuerpo reposara sobre el frío y duro pecho del moreno y que éste enredara cariñosamente sus manos entre sus cabellos, haciéndole una linda caricia.

Sin miedo a que el moreno le reclamara nada esta vez, deslizó su mano hasta la de Jong In, y posó su mano sobre la de él. Jong In no se quejó, sino que entrelazó sus dedos con los de Se Hun.
A lo lejos escuchó el débil sonido de la campana, anunciando el final del descanso, pero no le importó. Ese día lo dedicaría por completo a estar con Kim Jong In.

 

° ° ° ° °

 

— ¿Nos vamos?
—Adelante.

Caminó junto a Kyung Soo y los demás hasta el lugar donde irían a pasar el rato. Chan Yeol, Jong Dae, Joon Myeon y Min Ho no podrían ir por razones personales. Cumpliría con la promesa de pasar más tiempo con sus amigos. Al menos durante los fines de semana podrían estar todo el día juntos. En la escuela, bueno, Lu Han lo había molestado hasta el cansancio, y al final terminó accediendo a pasar un receso a lado de ellos. Eso, sumado a las actividades del club, era suficiente. Le molestó un poco. Aunque había escogido el receso de veinte minutos para andar con ellos, él quería pasar su tiempo con Jong In.

 

— ¿Cómo quedarán los equipos? —preguntó a Yi Xing cuando llegaron al gotcha. Éste ni le puso atención. Estaba muy ocupado fulminando la figura de Min Seok, que iba colgada del cuello de un alegre Lu Han que le tomaba por la cintura de manera cariñosa. Se Hun sólo rodó los ojos, comprendiendo al instante y mirando de soslayo al chino. Ya estaba acostumbrado a esas situaciones.
Todos estaban al tanto lo que sentían Lu Han y Yi Xing el uno por el otro, menos ellos. Lu Han era muy cariñoso con los demás, sobre todo con Min Seok y con él. Sabía que su amigo lo hacía a propósito, para darle celos a Yi Xing, porque eso lo ponía mal. Otras veces, Lu Han lo hacía por mera venganza. Yi Xing era la persona más distraída que jamás había conocido, y también era muy cercano a Wu Fan… ahí el hecho de que Lu Han fuese tan caprichoso. Yi Xing, a diferencia de Lu Han, no se daba cuenta de cuánto odiaba el rubio eso, y muchas veces se abrazaban entre sí, susurraban muy cerca el uno del otro y se lanzaban miradas cómplices. A Se Hun siempre le tocaba soportar los celos del mayor, y por ende, participar involuntariamente en la venganza. Min Seok se divertía con eso, pero Se Hun no. Sentía como si traicionara a Yi Xing, además no se le hacía nada justo. Yi Xing era muy puro, amable y grandioso, y el diablo de su mejor amigo siempre lo hacía sentir mal. Decidió ayudar un poco al castaño.

—Espera, ya te ayudo —le susurró a Yi Xing, sobresaltándolo — ¡Min Seok hyung, vente a nuestro equipo! —Min Seok y Lu Han pararon de susurrarse cosas y lo miraron.
—Min Seok está en mi equipo —reclamó Lu Han aferrándose más al mayor. Tae Min comprendió al instante la situación, y al ver que Wu Fan caminaba hacia Yi Xing, habló:
—entonces Lu Han, Yi Xing, Baek Hyun, Tao y Kyung Soo un equipo. Wu Fan, Se Hun, Min Seok, Ki Bum y yo en otro. ¡Listo! —todos parecieron de acuerdo. Se Hun le guiñó un ojo a Yi Xing antes de salir corriendo.  Alcanzó a ver cómo los hoyuelos del bailarín hacían aparición antes de caminar hasta Lu Han.

 

° ° ° ° °

 

Cuando salieron de la sala de ensayos, ya pasaban de las cinco.
Se despidió con cansancio de Yi Xing, Tae Min, Min Seok y Lu Han y fue último a las duchas.
Se acercaba la semana cultural y como siempre la escuela daría un espectáculo tremendo no solo para los alumnos de ahí, sino también de otras escuelas y personas en general que fueran a verlo. Esa escuela era muy famosa por ser la mejor especializada en Humanidades de todo el país. La mayoría de los alumnos que salían de esa escuela eran pintores, bailarines, escritores, cantantes, actores, músicos…
Se Hun se sentía muy presionado. Al ser él uno de los bailarines principales, la parte que les tocaba era mucho más difícil que la ya de por sí complicada coreografía que había escogido Tae Min para los demás, como si todos fuesen tan privilegiados en el baile como él.

Lu Han y Min Seok bailarían con ellos también. Todos ya llevaban la mitad de la coreografía aprendida. Se Hun era malísimo para memorizar coreografías, sabía más o menos los pasos, pero no la armaba como los otros dos, era por eso que había decidido quedarse más tiempo para ensayar. No podría quedarse en esa sala, ya que los alumnos de teatro lo necesitarían, por lo que había optado por ir a donde siempre, a la biblioteca.

Ni siquiera se paseó para buscar a Jong In, como de costumbre. Iban a dar las seis de la tarde, ya no debía de estar ahí.
Se dirigió directamente a la pista de baile conectó unas pequeñas bocinas a su móvil y puso las canciones que tenían que aprenderse.  Una de ellas, Maxstep, ya la conocían todos. Al parecer, el año pasado iban a bailarla, pero después de la muerte de Kai todos los eventos quedaron cancelados. Ese año sí iban a presentarla, por lo que Se Hun ya iba en desventaja. Era el único que no se la sabía, y a pesar de parecer fácil, seguía pensando que no la bailaba con nada de gracia. Le sorprendía la facilidad con la que Min Seok y Lu Han bailaban esa canción. Eran muy buenos, a veces no comprendía por qué alguno de ellos no era bailarín principal. Se sentía completamente fuera de lugar al verlos.
Bailó con algo de dificultad la primera parte de la canción. Repitió varias veces un movimiento que iba demasiado rápido, pero no alcanzaba el ritmo, además de que necesitaba tener a Yi Xing bailando enfrente de él para poder acordarse de la coreografía.

—Maldita coreografía de mierda —renegó. Al llegar a la parte después del coro, todo su trabajo se iba al diablo. Descansó un rato y repasó lentamente la coreografía, para luego volver al ataque. Cuatro, cinco, hasta seis veces, y seguía sin dar con bolas. Se llevó ambas manos a la cabeza y tiró de los cabellos. Resopló fuertemente, irritado — ¡Es inútil! —se quejó. Una risita detrás de él le siguió.
Giró violentamente para darse cuenta de que Jong In estaba sentado en la primera escalera, en una esquina, con un rostro que denotaba burla. Se Hun sospechó que estaba disfrutando de lo lindo
— ¡J-Jong In, qué haces aquí! ¡Deberías de estar en casa! —gritó muerto de vergüenza. El aludido rio igual que antes.

—Tenía cosas que hacer, escuché una canción y bueno, heme aquí. Sólo disfruto del ridículo que haces —sintió su rostro enrojecer. Eso sólo hizo que Jong In riera más fuerte.
— ¡N-no te burles! —chilló cada vez más enojado. Jong In lo percibió y dejó de reír, mirándolo con malévola diversión.
—Es que es imposible, deberías de verte… bailas horrible, y aun así conseguiste ser bailarín principal —se mofó. Se Hun infló los cachetes, ofendido.
—Yo no bailo mal, ¡Sólo que esa canción no me queda tan bien como el resto!
—Si claro, que excusa tan patética.
—Apuesto a que tú no lo harías mejor —le retó. Jong In era muy orgulloso, lo picaría un rato de manera de venganza.
—No creo que nadie baile peor que tú —siguió burlándose el moreno, caminando hacia Se Hun de manera lenta y provocativa. Se mordió el labio inferior. Jong In tendía a ser muy sensual con una frecuencia absurda.
— ¿Si tan bueno te crees por qué no vienes y me enseñas cómo hacerlo, eh? —recriminó. Jong In ladeó arrogantemente la cabeza y sonrió de lado. Se acercó más a él, dejándolo por un momento con la respiración cortada. Jong In se inclinó en su dirección y con mucho cuidado, rozó con su nariz su frente.
—Será un placer —susurró seductoramente. “Oh dios…”

Al ver que Se Hun no reaccionaba, el mayor se colocó de cuclillas y puso la canción desde el inicio.
Jong In comenzó a mover sus manos al compás del instrumental, y entonces, cuando la canción comenzó en serio, Se Hun se quedó petrificado. Si Tae Min bailaba perfectamente, entonces no tenía ni idea de cómo describir lo que hacía Jong In en ese momento.

Sus movimientos eran precisos y agresivos, perfectos. Jong In parecía uno con la música. Se sabía la coreografía. Nunca había visto un baile tan… atrayente. El moreno hacía suya la canción, le daba un toque único. Un toque intimidante, arrogante, sensual… como todo en Jong In. La gracia con la que se movía era realmente única. Se Hun se sintió hipnotizado por el ágil cuerpo del moreno. De pronto se apoderó de él un calor sofocante, y se escandalizó al darse cuenta de que se estaba excitando con sólo verlo bailar. Tragó saliva, con los labios repentinamente secos. No podía despegar la vista de su figura, y Jong In… le miraba retadoramente, como diciendo te lo dije. Pensó que era profundamente estúpido al retar a Jong In a bailar. Era imposible, jamás le ganaría, necesitaría años y años de entrenamiento.

Ni siquiera se dio cuenta de cuándo acabó la música, pues seguía perdido en los oscuros orbes del moreno.
—Creo —habló Jong In como si nada, caminando de nuevo hacia él —que me debes una disculpa…
— ¿C-cómo es que sabes la coreografía?
—También era bailarín principal —tras esa declaración, algo en su interior se revolvió inquieto. “¿Bailarín principal? No puede ser, a parte de mí, sólo ha habido otros tres…” Su estómago se revolvió de manera perturbadora, como si su cabeza intentara prevenirle de algo, mientras una única palabra acudía a su mente. Kai — Ahora, tu disculpa —aguardó.
—… ehh… ¿P-podrías enseñarme cómo hacerlo?
Jong In sonrió con superioridad por toda respuesta.

 

° ° ° ° °

 

Estar a solas con Jong In era más doloroso a esas alturas.                        
Empezaba un nuevo semestre. Lu Han, Min Seok y Wu Fan comenzaban la universidad, anexa al instituto, después de recuperar el año que habían perdido por haber estudiado un semestre en China. Se Hun jamás creyó odiar tanto las vacaciones. Los últimos meses del semestre pasado fueron maravillosos. Su relación con Jong In había avanzado tanto que ahora no le cabía ni la menor duda de lo que sentía por él, y que además, había muchas posibilidades de que fuera correspondido. Ahora que conocía a la perfección a Jong In (a pesar de seguir sin saber nada de su familia, a excepción de que tenía dos hermanas mayores) podía decir sin ningún miedo que eran íntimos.
La razón por la que estar con Jong In le resultaba doloroso era porque, su relación había avanzado tanto, que algunas veces el chico se pegaba a él y le susurraba directamente al oído, haciendo que sus nervios y excitación afloraran. O sino, de vez en cuando dejaba que Se Hun le abrazara, o que entrelazara sus manos, y luego lo acariciaba. El rostro, el cuello, y recientemente, los brazos, las clavículas y las piernas. Cuando el ambiente se tornaba acalorado, recorría con su nariz todo su rostro, incluidos los labios. Para finalmente besar su frente. Inclusive una vez había mordido su cuello. Se Hun recuerda haber suspirado pesadamente, disfrutando de las sensaciones que eso le provocaba. Tal pareció que a Jong In le había gustado su reacción, pues lo tomó por las caderas y mordió una vez más, para luego dejar que Se Hun recargara la cabeza en su pecho y se tranquilizara… Porque Jong In podía hacer con Se Hun lo que quisiera, pero Se Hun  nunca podía hacer ningún movimiento, a menos que el moreno se lo permitiera.


Con todas esas buenas nuevas, también vinieron las cosas malas.
Tenía el horrible presentimiento de que algo muy malo le pasaba a Jong In, sin embargo, el contexto exacto de malo aún no lo tenía muy bien definido.

Según Tae Min, aparte de Yi Xing y él, el único bailarín principal que había tenido la escuela en esa generación había sido Kai. Jong In le había mencionado que él había sido bailarín principal también. Y tenía que serlo, porque conocía a la perfección Maxstep y todas las mañas de Tae Min. Además, a pesar de que ambos iban a la misma escuela, por más que se paseaba por los pasillos, buscando en todos los salones, nunca lo veía en clases, ni en ningún club, ni en ningún otro lugar que no fuera aquella lóbrega biblioteca. Nunca comía, era muy silencioso, su aspecto siempre era exactamente el mismo y siempre estaba frío. Todo eso sumado a que a pesar de lo bien que la pasaban ahora, Jong In parecía lanzarle unas extrañas indirectas que aún no comprendía, y seguía diciéndole que no era bueno seguir con eso, aun si no hacía nada por evitarlo. El miedo inicial por Kai había vuelto de repente.
A veces tenía la horrible idea de que Jong In y Kai eran una misma persona, pero luego de estar un rato con el mayor, toda preocupación se desvanecía.

Durante las vacaciones muchas cosas extrañas habían pasado también. Lu Han admitió finalmente lo que sentía por Yi Xing cuando Wu Fan intentó besarle una vez, ebrio por haber tomado tanto durante la fiesta de cumpleaños de Tae Min. Wu Fan no recordaba nada de eso, pero sospechaba que algo extraño sucedía, porque Yi Xing ya no se comportaba con él como solía hacerlo.
Lu Han había salido de vacaciones con sus padres. Yi Xing, debido a la situación económica de su familia, no había podido viajar a verlos. Antes de que Lu Han se fuera, Yi Xing había besado castamente a Lu Han en los labios. El rubio regresó mucho antes de lo esperado y nada más llegar se había lanzado a Yi Xing, dispuesto a arrancarle los labios. Cuando Wu Fan vio la escena, casi se suelta a llorar, pero era un gran actor, y nadie, a excepción de Kyung Soo y él, se había dado cuenta. Baek Hyun seguía rechazando sutilmente a Chan Yeol. El castaño seguía enganchado de un amor nunca correspondido e imposible (todos sabían que se trataba de Kai). Tao y Min Seok se habían vuelto mucho más cercanos, pero su relación era un poco inmadura, más como de hermanos, al igual que Tae Min y Ki Bum.

 

—Aquí tienes —Kyung Soo puso un viejo álbum fotográfico en sus manos.                     
—Gracias. Prometo devolvértelo en cuando acabe de dibujar todo lo que necesito —declaró, tomando el álbum que le prestaba Kyung Soo.                                                 
—No te preocupes, sólo no lo maltrates mucho.
—No lo haré. Nos vemos más tarde hyung —se despidió para ir a ver a Jong In. “Por fin, después de tanto tiempo…” sonrió emocionado, y salió corriendo en dirección al ya conocido lugar.

 

— ¡Jong In! —gritó nada más llegar. Corrió hacia esa estantería en la que siempre estaba el moreno. No le extrañó verlo sentado, leyendo el libro que leía siempre que adivinó, no le importaba en lo absoluto. Se detuvo para admirarlo. Sus facciones, igual de varoniles y perfectas que de costumbre, su cuerpo esbelto, su tez, su cabello, su intimidante mirada, sus labios carnosos… todo como siempre. No había cambiado en lo absoluto.
— ¿Tan temprano y ya andas haciendo escándalo? —se quejó alegremente, dejando el libro a lado y lanzando una sonrisa radiante en su dirección. Su corazón dio un salto de felicidad.
— ¡Jong In! —repitió, corriendo hacia el mayor y colgándosele del cuello. Jong In se quejó y se quedó quieto, ligeramente serio, sin abrazarlo pero tampoco sin apartarlo. Se Hun no le tomó importancia, siguió abrazándolo. Se notaba que Jong In estaba de buen humor, no iba a desperdiciar su oportunidad. Se separó de él, prestando atención en que sus labios se rozaran cuando se alejara, sin dejar de hacer contacto visual. Antes de que pudiera alejarse por completo. Jong In le paró, y rozó con su nariz sus labios.
No era la primera vez que lo hacía, pero sabía que eso a Se Hun le volvía loco, y le encantaba provocarlo, para luego alejarse y mirar divertido la expresión de decepción de Se Hun. Así era siempre. Le permitía por unos momentos ver el paraíso, para luego cerrar las puertas en sus narices.
Se miraron con intensidad por unos instantes, hasta que Jong In bajó la mirada y se separó de él. Se Hun suspiró resignado.
            
— ¿Qué tal estuvieron tus vacaciones? —preguntó para romper el incómodo silencio que se había formado entre ellos.
—Supongo que bien… nada nuevo —dijo restándole importancia — ¿Y las tuyas?
— ¿Por qué siempre tenemos que evitar hablar sobre ti? —se quejó. Jong In ignoró su pregunta y siguió mirándolo de manera indiferente, como si no hubiera dicho nada. Puso los ojos en blanco —Bien, pasaron muchas cosas… ¿Sabes? ¡Lu Han y Yi Xing están saliendo! —gritó emocionado. Jong In abrió los ojos sorprendido.
— ¿E-es enserio? ¡Por fin, Lu Han está que se muere por Yi Xing desde hace años! Apuesto lo que sea a que Yi Xing es el pasivo —Se Hun se echó a reír por su comentario — ¿Y cómo lo tomó Wu Fan hyung? —preguntó más emocionado que él.
— ¿Wu Fan?
—No me digas que no te has dado cuenta de lo que siente por Xing, ¡Lo adora desde hace años! —inquirió escéptico.
—B-bueno, yo creía que a Wu Fan en realidad le gustaba Tao.
—Tao depende mucho de Wu Fan, pero creo que Tao podría estar interesado en Baek Hyunnie... ese par se traen algo, yo lo sé —dijo pensativo. Se Hun se sorprendió.
— ¿Baek Hyun y Tao? No lo creo, Baek Hyun sigue enamorado de Kai —Jong In se puso rígido de manera repentina, y su mirada se oscureció de manera tétrica.
—Baek Hyunnie es un tonto —susurró. Entonces Se Hun notó que por la manera en la que Jong In hablaba de sus amigos, parecía que los conociera inclusive mejor que él. Un molesto presentimiento lo recorrió.
— ¿Baek Hyunnie? ¿Y tú por qué los conoces tan bien? Es como si fueran más amigos tuyos que míos… —comentó perspicaz. El moreno se tensó,  pero no dijo nada para defenderse. El miedo le embargó de nueva cuenta —Jong In, ¿Por qué los conoces tan bien?
—No es tu problema —espetó.
—Sí lo es… Jong In, —dudó si decirlo o no. Si lo decía, o Jong In le respondería para que todo fuera mejor entre ellos, o se molestaría y ya no le hablaría. “Maldita sea Jong In, por qué todo el tiempo tienes que ser así” —A veces… pienso que te comportas de esa manera porque me ocultas algo —soltó de otra forma lo que pensaba. Tampoco era que fuese a decirle “Lo siento, pero sospecho que eres Kai” así como si nada. Jong In ni siquiera se inmutó.
— ¿Y según tú, qué es lo que oculto? —le retó.
— ¿Conociste a Kai? —se atrevió. Por un momento le pareció ver el miedo y dolor reflejados en la mirada de Jong In.
—Todos conocen a Kai…

 

° ° ° ° °

 

—Ya deja de molestar y vete a hacer cualquier cosa que tengas que hacer.
—Hyung, por favor, nadie quiere decirme, y tú eres la mejor opción —Tae Min se echó a reir.
— ¿La mejor opción?
—Min Seok y Chan Yeol sólo se rieron de mí, Lu Han y Yi Xing casi me golpean por interrumpirlos, Wu Fan no se ha parado por el instituto, Min Ho y Ki Bum no están por ninguna parte, Joon Myeon está muy ocupado organizando no sé qué, Tao y Jong Dae no lo conocieron y a Baek Hyun y Kyung Soo les afecta mucho el tema —argumentó de manera rápida y atropellada. Tae Min parecía inseguro.
—Se Hunnie, estás obsesionándote demasiado con Kai —le advirtió.
—Sólo quiero saber cómo era físicamente,  o lo que sea —rogó desesperado. Últimamente siempre que sacaba a relucir el tema de Kai en presencia de Jong In, éste sólo sonreía melancólico o le miraba de manera tierna y le decía que no se preocupara… pero eso no era normal en el moreno. Lo normal era que se enojara, le gritara y se negara a hablarle por un tiempo, por eso estaba preocupado.
—Si te lo digo, ¿Dejarás de dar lata con el tema? —inquirió entrecerrando los ojos. Le lanzó su mejor sonrisa.
—Lo prometo.
—Mmm… veamos, Kai era muy parecido a mí —un golpe nervioso en la boca del estómago —y era alto, guapo, labios carnosos… —otro golpe más fuerte, y un cosquilleo de ansiedad en su cuello —Delgado, mirada profunda, quijada marcada, piel morena —un sudor frío perló su frente, y un escalofrío en su espalda seguido por unas tremendas ganas de vomitar hicieron que se balanceara. Tae Min se alarmó — ¿E-estás bien? —preguntó asustado. Se Hun se apoyó en el hombro del mayor hasta que el pulso y la respiración se volvieron a normalizar, y ese nudo molesto desapareció.
—S-sí… —Tae Min no pareció muy convencido, pero dejó de insistir —Hyung, una última cosa… —pidió. Tae Min aguardó en silencio. — ¿Cuál era su nombre? —prácticamente sentía el corazón en la garganta. Ignoró las ganas de ahorcar al bailarín por su tardada respuesta.
—Supongo que no pasará nada si te lo digo —cedió al fin. Se Hun esperó, ansioso —Su nombre era Kim J…
— ¡Tae Min ah! —la voz de un agitado y despeinado Kim Ki Bum interrumpió estrepitosamente las palabras del más bajo, quien calló y le miró de inmediato — ¡Rápido, Hyuk Jae sunbae está aquí, dice que te trae buenas noticias sobre el casting! —el rostro de Tae Min se iluminó de inmediato.
— ¡¿Enserio?! —de manera torpe se colgó la mochila y desapareció casi al instante, tras decir un: — ¡Nos vemos luego Se Hun ah!

Ki Bum le miró por un rato de manera inocente, sin darse cuenta de lo que acababa de interrumpir. Se Hun se encargó de poner toda la fuerza en su ya de por sí dura mirada, fulminándolo como nunca había hecho con alguien en su vida, asegurándose de darle una lenta y dolorosa muerte imaginaria al despistado muchacho.
— ¿Ocurre algo Se Hun? —inquirió amablemente el chico. Esa fue la gota que derramó el vaso.
— ¡Vete al demonio! —espetó con todo toda la furia que le fue posible, dejando sólo a un confundido y asustado Ki Bum en la sala de prácticas.

 

° ° ° ° °

 

—Lu Han, vete —protestó molesto.
—No —repitió por enésima vez el rubio.
— ¡Aléjate, vete con Yi Xing y a mí déjame en paz!
—Yi Xing se fue con Joon. ¡Además quiero conocer a la persona que te tiene tan mal!

Esta vez no dijo nada. Estaba tan enojado con el mayor, pero no quería arruinar su amistad… además, si Lu Han iba con él hasta la biblioteca podría darse cuenta si Jong In era en realidad Kai o no.
Siguió con Lu Han colgado de su cuello hasta llegar a la biblioteca. Pudo notar cómo Lu Han se estremecía levemente cuando Se Hun abrió la puerta y esta chirrió como siempre. Escuchó un ruido proveniente de la estantería en donde siempre encontraba sentado a Jong In.

—No me gusta este lugar —dijo con voz temblorosa el rubio.  Le ignoró. En parte le daba gusto que sintiera temor. Se lo había buscado, por andar de metido.
—Tú querías saber de quién se trataba, ahora te aguantas.

Jong In no estaba ahí. Por primera vez desde que lo había conocido, iba a la biblioteca y esta se encontraba completamente desierta. Frunció el ceño. Precisamente en esa ocasión el moreno se negaba a aparecer.
—Parece que se aferra en hacerme sentir confundido —susurró apenas audiblemente para sí mismo. Se giró desilusionado al otro, que no se había movido de la puerta —Tranquilo, no hay nadie, no está —le dijo. Lu Han ladeó la cabeza confundido.
— ¿Qué quieres decir con eso? ¿Qué vine hasta acá para que tu novio no esté? —refunfuñó.
—Tampoco es que me guste mucho la idea —replicó el menor. El rubio entrecerró los ojos, sin creerle nada.
—Sólo tengo dos teorías. Una, tu supuesto novio no existe y es producto de tu retorcida mente, o dos, te enamoraste del fantasma de Kai.

Se Hun se tensó repentinamente. No quería hablar, sería mejor no agobiar a Lu Han con sus cosas, creería que se volvió loco, pero necesitaba hacerlo, desahogarse aunque sea un poco.

—Yo también espero que no se trate de Kai… que él sea real, y que no haya estado enamorado de un fantasma todo este tiempo —dijo a la “nada”, sorprendiendo al chino.

Lu Han le hizo volver junto a él rápidamente. Parecía pedirle una explicación, pero Se Hun no le prestó atención. Le preocupaba Jong In, y no necesariamente porque le hubiera pasado algo… en la biblioteca se escuchó un ruido. Es que Jong In estaba ahí, lo sabía, Jong In lo había escuchado, y por eso le preocupaba, más que asustarlo…

Le preocupaba que Lu Han tuviera la razón.

El par de tristes ojos oscuros que pudo notar entre los libros cuando cerraba la puerta, y el suave “Lo siento” que sólo él pudo escuchar, hicieron que quisiera gritar y llorar como un niño.

 

° ° ° ° °

 

En el gigante y moderno ordenador de Lu Han, Se Hun no paraba de presionar teclas como loco buscando y buscando información que de algo le sirviera, ignorando por completo a los demás, que o bien, jugaban en la consola, platicaban, cocinaban, hacían el tonto, leían o simplemente observaban a los demás, disfrutando ese fin de semana en la lujosa casa de Lu Han.
"El alma es una marioneta dominada por el ego fuera de su esencia original que evidentemente no se ve." Eso era pura mierda. Poltergeist, Fantasmas invisibles, sombras,  espíritus… “Fenómeno parapsicológico que consiste generalmente en ruidos, movimientos…”
“Alma racional, don sobrenatural dado por Dios…”
“Entidad no corpórea…”
“...Un fantasma no puede tocarte físicamente, mas sí se puede sentir y por lo tanto, ver.”
“Los espíritus son muy diferentes de los fantasmas, ya que los espíritus generalmente sólo pueden ser localizados presencialmente, ya sea por olor, color, o algo que recuerde al ser fallecido… ”

—Internet está lleno de mierda —se quejó en voz alta, frustrado por no poder encontrar algo que le sirviera.
—Ya deja el tema —le regañó Min Ho.
— ¡Es que nada de esto me sirve!
—No te sirve porque los fantasmas no existen —expresó Jong Dae como si fuera lógico.
— ¿Y tú qué sabes? No puedes decir con esa seguridad que no existen. ¿Acaso has visto alguno? —debatió Ki Bum.
—Claro que no he visto ninguno, porque no existen —respondió poniendo los ojos en blanco.
—Hyung, no todo necesita una explicación lógica, Hay cosas que la ciencia no puede averiguar —comentó Tao.
—No seas tonto, no hay nada que la ciencia no pueda saber —se quejó el azabache.

— ¿Por qué buscas todo eso de pronto? —le preguntó amablemente Yi Xing, acercándose a él.
—… Tengo dudas —fue lo único que dijo. Yi Xing no preguntó más, sólo sonrió de manera comprensiva. Era por eso, porque Yi Xing sabía cuándo tenía que decir algo y cuándo quedarse callado y simplemente apoyar, que era la persona preferida de Se Hun. En verdad le gustaba el chino.
—Se Hun, a veces es mejor no andarse con rodeos, y decir abiertamente lo que piensas. Te evitas preocupaciones, engaños y dolor —respondió con ternura. Se Hun se dio el lujo de perderse en ese par de pozos castaños que eran sus orbes, que tanto le llenaban de tranquilidad y confianza.
—Gracias Hyung —Yi Xing le dejó sólo, pero podía percibir la mirada preocupada del mayor en su nuca cuando se giró, y su mirada captó la figura de Baek Hyun.

El castaño leía un libro que de alguna manera le parecía familiar.
Se dio cuenta que era el mismo que leía Jong In todos los días cuando notó que él también parecía utilizar una carta de manera de separador.

—Baek Hyun —lo llamó. El mencionado sólo agitó la cabeza — ¿Cómo se llama ese libro?
—En busca del tiempo perdido, parte cinco, de Marcel Proust —respondió sin apartar la vista.
— ¿Alguien más leía el libro contigo? —inquirió. Entonces Baek Hyun sí que lo miró, con una mezcla de desconfianza y sorpresa.
—Si… pero esa persona ya no está aquí —dijo escuetamente. Una intensa sensación de frío lo recorrió de pies a cabeza.
—El separador, ¿Es una carta?
—Sí.
— ¿Para la persona que leía el libro contigo? —Baek Hyun le miró molesto.
—Deja de hacer preguntas.
Más inquieto que antes, los nervios le obligaron a seguir buscando información.

“Los fantasmas se manifiestan a través de recados, voces, materializaciones o moviendo cosas” No.
“Las sombras pueden cambiar la temperatura en el lugar donde se aparecen”
“Los fantasmas translúcidos cambian su carácter en un instante, pasando de ser bondadosos a malhumorados. Son muy pesados y burlones. Se manifiestan principalmente en cementerios o bibliotecas, y no suelen mostrar la parte inferior de su cuerpo” la mayoría de eso le servía, a excepción de la última parte y lo de translúcidos. Finalmente, y después de poner en el buscador todo lo que se le ocurriera que tuviera algo de relación con el tema, encontró un artículo con todo lo que buscaba. Desesperado, abrió la página:
“Fantasmas de apariencia humana. Les gusta la notoriedad y ser reconocidos como superiores. Los fantasmas no son más que figuras distorsionadas condenadas a repetirse una y otra vez hasta reparar el mal que han hecho. Las razones principales de manifestaciones se deben a una muerte rápida sin dar tiempo a la asimilación o aceptación o por el sentimiento de que falta algo por hacer... por lo que generalmente los fantasmas se quedan en el lugar donde murieron.”

Sintió un doloroso nudo en la garganta, y un familiar escozor en los ojos. Reprimió un sollozo. Si eso era cierto, y si Jong In…
Inevitablemente soltó un pequeño quejido. Se frotó los ojos violentamente y agachó la cabeza para que los mayores no se dieran cuenta de su estado. Sin embargo, como siempre, Joon Myeon lo notó al instante.
—Se Hunnie, ¿Estás bien? —se preocupó. Antes de que se acercara y los demás se le vinieran encima también, se levantó rápidamente y corrió hasta el baño.

Se aseguró de cerrar bien la puerta para que nadie lo molestara. Lentamente, dejó que su cuerpo resbalara por la puerta, hasta quedar sentado de manera torpe en el suelo.
—Jong In… —susurró, dejando que las lágrimas corrieran por libre cuenta, y sin forzarse siquiera en esconder ya los sollozos, que ahora parecían interminables.
No tardaron en escucharse unos pasos en su dirección, seguidos de unos suaves golpes en la puerta.
—Déjenme solo —protestó. Los golpecillos siguieron —Estoy bien —continuó. Más golpes del otro lado — ¡He dicho que estoy…!
—Se Hun ah…

“Esa voz…”

No podía más. Las ganas de llorar como crío en los brazos de su madre eran insoportables. Necesitaba a alguien en quien apoyarse, alguien que le consolara sin juzgarle. Abrió la puerta de un jalón y se lanzó temblando incontrolablemente a los cálidos brazos de Yi Xing, escondiendo el rostro en el espacio entre el hombro y el cuello, y llorando libremente, aceptando ese abrazo que necesitaba más que nunca.
Yi Xing le dejó desahogarse hasta que prácticamente sintió que se quedaba seco mientras le acariciaba la espalda y la cabeza, sin decir absolutamente nada.

Se sentía fatal. El amor era muy doloroso. Se Hun dejó de escuchar sus propios sollozos cuando los latidos de su corazón se volvieron tan fuertes que era lo único oía. El miedo comenzó a llenar cada uno de los poros de su cuerpo, porque ¡No podía ser! ¡No podía perder de esa manera a la única persona de la que se había enamorado! Jong In debía de ser real, tenía que ser real. No había una explicación lógica a todas esas sensaciones que el moreno producía en él. Jong In no podía ser etiquetado como persona o fantasma, Jong In era simplemente Jong In, un chico en apariencia arrogante, frío y calculador que podía derribar hasta la más fuerte barrera mental que su cerebro pudiera tener. Un chico que ocultaba sus preocupaciones bajo una máscara de indiferencia. Un chico que en realidad era mucho más inmaduro de lo que parecía. Un chico que hacía mohines cada vez que no conseguía lo que quería, porque era muy testarudo. Un chico que disfrutaba burlarse de la desgracia ajena. Un chico que mostraba su sonrisa, tan deslumbrante, cálida y perfecta, en las situaciones menos esperadas.

No podía dejar de pensar eso, que Jong In era Jong In, y eso le bastaba a Se Hun, eso era suficiente para él, porque no necesitaba más razones para amarlo como lo hacía… porque lo necesitaba… la idea de no poder estar a su lado le parecía en ese momento insoportable, inimaginable…

 

Una vez que se hubo tranquilizado, Yi Xing se encargó de limpiarle el rostro.
—Así está mejor. No llores más —pidió mirándolo paternalmente —cuando lloras tu nariz se pone roja, y te salen puntos rojos por toda la cara —Se Hun soltó una risa que sonó más como un quejido, pero sincera.
—Hyung, de verdad no sé qué haría sin ti —agradeció. La gratitud que sentía por Zhang Yi Xing, ese pequeño, talentoso, amable, atolondrado, brillante y perfecto chino de sonrisa con hoyuelos, era tan inmensa que no pudo pensar en ninguna palabra lo suficientemente buena para describirla. Su corazón se agrandó por ese sentimiento, y de nuevo sintió un nudo formarse en su garganta. Si se hubiera enamorado de él, todo sería más sencillo. Esperó a que la molestia desapareciera para volver a hablar —Gracias por todo… no tienes ni la más mínima idea de lo afortunado que es Lu Han por tenerte a su lado —su voz se quebró. Yi Xing lo tomó de la mano y sonrió de manera agradecida, con un lindo sonrojo cubriendo sus mejillas.
—Siempre estaré ahí para ti, sólo recuerda tenerme un poco de confianza, y no cargar con todo tú solo…
Una vez que Yi Xing se cercioró de que estaba mejor, se giró para dejarlo. Una idea surcó por su cabeza de manera repentina. Estaban solos. Antes no pudo lograrlo con Lu Han, ahora lo intentaría con Yi Xing.

—Hyung —lo llamó. El mayor giró la cabeza.
— ¿Sí? —al ver que Se Hun tardaba demasiado en contestar, Yi Xing dio vuelta para seguir de nuevo. Bajó un solo escalón cuando volvió a hablar, con la voz temblando por la excitación;
—… ¿Conoces a Kim Jong In?
Yi Xing se paralizó. Sus manos, temblorosas, se cerraron en puños cuando se dio cuenta de lo que hacía.
No se volteó, por lo tanto no pudo ver su expresión. Tampoco respondió. Se Hun le miró descender lentamente, como si de pronto hubiera entrado en un estado de trance.


° ° ° ° °

Pasaron días, semanas, meses tal vez, y Jong In no daba señales de existencia. Se Hun no podía ocultar su estado de ánimo. Ahora él parecía el fantasma, andando de aquí para allá como un zombie, sin prestar atención a nada.
Después de ese “Lo siento” sólo vio a Jong In otras pocas veces. Ya no sonreía, ya no se enojaba, ya ni siquiera lo miraba. Le evitaba, y parecía suplicarle con la mirada que lo dejara sólo, pero que lo sentía demasiado. La manera en la que el moreno pasaba de él era tan dolorosa, que Se Hun prefería mil veces  más su carácter tan difícil. Por más que Se Hun le rogara que hablaran, que dejaran las cosas en claro, Jong In lo trataba como si no existiera, hasta que un día, dejó de estar en la biblioteca.

Prácticamente desapareció.

¿Cuándo sus amigos dejaron de preguntar qué era lo que le pasaba para sólo estar con él silenciosamente? No tenía idea. ¿Cuándo sus maestros dejaron de prestarle atención y de recordarle que sus notas había dado tal giro que podría repetir año? Tampoco tenía idea.
El tiempo dejó de importarle después del primer mes de la desaparición del moreno. Ahora… ahora no tenía ni idea de en qué mes estaban, qué día era, nada. Por inercia… costumbre, iba a la biblioteca a diario. Había dejado de gritar y buscar, había dejado de llorar, sólo se sentaba en ese lugar, en el estante de Jong In, o de Kai, ya no lo sabía, a hacer nada, pudiendo pasar horas.

Kyung Soo era el único que aun hablaba regularmente con él, sin importarle su estado, y le recordaba seguido también que tenía que ir al club de arte. Era lo único que lograba regresarlo a la realidad. Kyung Soo lo sabía, y por eso diariamente le hacía dibujar algo, ya sea del álbum fotográfico que le había prestado tiempo atrás, o cualquier cosa. Quería mucho a Kyung Soo, podía considerarlo su mejor amigo, incluso.

—Desde siempre has sido una monada —comentó Se Hun al ver una imagen de la infancia del mayor. Era inconfundible. Esos ojitos saltones no podían ser de otra persona.
—Oh, calla —se ruborizó el chico. Se Hun rio ligeramente. Ese día Kyung Soo había decidido quedarse con él un rato — ¿Puedo verlo? —preguntó señalando el bloc que yacía cobre el caballete.
—Adelante —Se Hun, en cambio, comenzó a hojear el álbum de Kyung Soo.

Se notaba que había tenido una buena infancia. Había fotos por doquier de él sonriendo encantadoramente, divirtiéndose en todas y cada una de las fotografías. Kyung Soo ponía fechas y el nombre de las personas con las que estaba en cada una de ellas. Las primeras diez páginas fueron sobre su infancia. A partir de ahí, pudo distinguir a más personas.
Kyung Soo y Chan Yeol se conocían desde la escuela primaria. Sonrió con ternura al ver que Chan Yeol era gordito. Poco después, fueron apareciendo fotografías de Baek Hyun, Joon Myeon, Tae Min, Min Seok y Wu Fan. Casi suelta una carcajada al ver al último. No había cambiado en nada. Desde su infancia, tenía ese rostro de superioridad infinita. Pasó lentamente a la siguiente página, y la sorpresa fue tal que su corazón dejó de latir por un instante, y el álbum impactó en el piso casi al mismo tiempo que Kyung Soo dejaba caer su bloc.

Kim Jong In.

Una versión miniatura de Kim Jong In le devolvía la mirada. Kyung Soo sonreía, sentado en el suelo de lo que parecía una cancha de futbol, con las piernas cruzadas, apoyando su peso en los brazos, mientras un niño de unos nueve años, de tez morena, rostro atractivo y mirada alegre reposaba sus piernas en las del contrario. Jong In hacía la señal de paz con una de sus manitas, y tenía la mitad de su torso recargado en los muslos del que reconoció como a Baek Hyun, sonrojado, con una sonrisa boba y una mirada tímida hacia el joven Jong In. Chan Yeol y Joon Myeon estaban parados al fondo, extendiendo sus brazos y abriendo sus bocas de manera exagerada. Todos parecían felices. Jong In… sólo pocas veces le había visto sonreír de esa manera. En la foto se ponía; Chan Yeol, Joon, Baek Hyunnie, Jong Innie y yo. 12/07/2002. Campeonato de futbol.

Desvió la vista hacia las demás fotografías. Jong In y Min Ho en otro campeonato de futbol, Jong In y Tae Min en el coro de la escuela, Jong In y Tae Min en el hospital, Jong In y Tae Min en un concurso de baile, Jong In y Tae Min, Jong In y Tae Min, juntos por todos lados.
Giró página, y entonces aparecieron Yi Xing, Min Ho y Ki Bum. Atinó, estaban en la escuela secundaria. Jong In siempre estaba en todas las fotos. Con una ansiedad que hacía que su cuerpo temblara incontrolablemente cambió y cambió las páginas. Lu Han, y luego Jong Dae y Tao. Chan Yeol siempre muy cerca de Baek Hyun, Baek Hyun siempre mirando a Jong In, Jong In siempre a lado de Tae Min y Kyung Soo.
No se dio cuenta de cuándo las lágrimas empañaron su vista. Dejó que cayeran libremente, sin callar sus sollozos.

La última fotografía en la que aparecía Jong In, era una donde los catorce chicos estaban arreglando lo que reconoció como el auditorio para la semana cultural. Wu Fan, Tao, Lu Han, Yi Xing, Chan Yeol, Baek Hyun, yo, Jong Innie, Tae Min, Ki Bum, Min Ho, Min Seok, Joon Myeon y Jong Dae. 06/03/2009. Semana Cultural. El corazón de Se Hun se contrajo de manera dolorosa, al notar la leyenda de la siguiente y deprimente fotografía: 

 Wu Fan, Tao, Lu Han, Yi Xing, Chan Yeol, Baek Hyun, yo, Tae Min, Ki Bum, Min Ho, Min Seok, Joon Myeon y Jong Dae. 14/03/2009. Funeral de Jong Innie.

Leyó y releyó esa última leyenda al menos diez veces, para poder asimilar lo que veía. Ya lo sabía, ya lo presentía, pero la confirmación era aún más dolorosa de lo que parecía. Destrozado, miró a Kyung Soo en busca de una respuesta.

Kyung Soo también lloraba. Tenía los ojos desencajados y la boca ligeramente entreabierta. Al igual que él, temblaba de forma incontrolable.
Preguntándose qué era eso que lo ponía tan mal, miró el bloc.
Un dibujo que había hecho tiempo atrás de Jong In sentado en la biblioteca, recargando de manera floja su espalda en una estantería enorme, con un libro en mano, sonrisa y mirada amable. Jong In. 23/10/2010. Jong In estaba de buen humor hoy. Sonrió para mí.

Entonces lo comprendió todo.

—S-Se Hunnie… —Kyung Soo se aclaró la garganta mientras trataba de controlarse. — ¿C-cómo es q-que tú… e-esto… c-cómo…?
—E-es Jong In… é-él, me dejó retratarlo… e-estaba contento e-ese día…
—Se Hun, p-para ya la b-broma —espetó Kyung Soo llorando cada vez más fuerte.
— ¡No es ninguna broma, conozco a Jong In desde hace meses, él es la persona a la que siempre visito! —gritó fuera de control. Era tan extraño, una parte de él siempre lo había sabido, y ahora que lo confirmaba, no quería aceptarlo, porque no era verdad. Jong In era real.
—Se Hun… Jong In está muerto.

Esas palabras le cayeron como un baldazo de agua fría. Negó rotundamente con la cabeza, y fuera de control, corrió hacia la biblioteca.

 

 

— ¡Jong In, Jong In! —chilló, buscando por todos lados —¡JONG IN, JONGIN! ¡Por favor, sé que estás aquí Jong In, tenemos que hablar!—poco a poco sintió cómo las fuerzas lo iban abandonando. Dejó que su peso sucumbiera, y se tiró al piso. Gritó, golpeó el suelo y maldijo hasta que no pudo más.

—Kai, por favor… te necesito —susurró como último recurso. Al no recibir respuesta, dejó, una vez más, que las lágrimas acudieran. Quería gritar hasta que la garganta se le desgarrara. Correr hasta que sus piernas colapsaran. Apretó los dientes con fuerza. Respiró pesadamente para calmar su corazón —Jong In, no me hagas esto, Kai…
sintió cómo la mano de alguien se posaba sobre su hombro izquierdo. Dejó de sollozar. Ese tacto… esa sensación de vacío cada vez que él lo tocaba. Sin necesidad de voltear, sintió cómo Jong In se arrodillaba detrás de él, y acercaba sus labios hasta su oído. Como siempre.

—Eres un verdadero idiota… —le susurró. Su voz… sintió cómo algo dentro de él cobraba vida nuevamente — ¿Te has visto a un espejo últimamente? Pareces un panda anoréxico…
—Tú y tu estúpido sentido del humor —dijo entre risas y lágrimas. Se giró lo más rápido que pudo y sin perder tiempo se lanzó a los brazos del  moreno.

Nunca había notado que su pecho no producía sonido alguno, ni tampoco había estado tan consciente de su constante estado de frialdad corporal. No le importó. Jong In correspondió el abrazo aún más fuerte. Colocó una mano en su nuca, y otra en su espalda, y lo atrajo tanto a él que no se podía distinguir donde terminaba un cuerpo y comenzaba otro. Se Hun dejó que sus labios depositaran un beso en el moreno cuello, y que sus manos se pasearan libremente por su espalda, hasta llegar al inicio de la playera, y meter sus manos por dentro de esta, para tener contacto directo con la piel de Jong In. Una placentera ola de calor lo recorrió, independientemente de la fría piel del moreno.

—Perdóname… Se Hun ah, lo siento tanto… por mi culpa estás así —le decía con voz quebrada —Yo… te lo advertí, que te alejaras de mí… esto está mal, ¿No te das cuenta? —susurraba suplicante.
—No está mal… Jong In —volvió a dejar un beso en el cuello del moreno, esta vez más cerca de la oreja — para mí, no existe absolutamente nada más importante que tú… te a…
—No lo digas… —suplicó.
—Pero…
—No lo merezco, no soy real. Soy un maldito…
—Jong In —Se Hun se separó de mala gana del mayor, y lo tomó por las mejillas. Verlo lo destrozó un poco más. El rostro de Jong In era la perfecta representación de la angustia. Podía ver miedo y tristeza en su mirada, y eso no le gustaba nada. Le partía el alma verlo así —Jong In… Te amo… te necesito, no puedes volver a dejarme sólo, no lo hagas…
— ¿Cómo puedes amar a alguien que no existe? —espetó con frustración.
Acercó su rostro al de Jong In, apoyando su frente en la contraria, hasta que sus labios rozaron inocentemente. Pudo ver cómo Jong In abría los ojos en demasía, sorprendido.
—Puedo tocarte, eres real… eres Jong In, es por eso por lo que te…

No pudo continuar. Los labios de Jong In acallaron los suyos, encontrándose por primera vez.

Era la sensación más extraña y placentera que jamás había experimentado. Estaba seguro de que los besos normales no se sentían así. Cerró los ojos, y poco a poco abrió sus labios, comenzando a moverlos sobre los de Jong In.
Tímida y lentamente, Jong In fue acostumbrándose, hasta que de una manera brusca tomó a Se Hun por el rostro y profundizó el beso. El moreno movía lenta y tortuosamente su boca sobre la de Se Hun. Lamía el labio inferior, dejaba de besarlo, suspiraba pesadamente sobre Se Hun y con su nariz bajaba hasta la barbilla. Depositaba un suave beso y subía hasta el lóbulo. Lamía, mordía. Se Hun suspiraba, repitiendo su nombre una y otra vez. Jong In lo acalló, volviendo a acortar distancias.
El moreno mordió su labio inferior. Se Hun gimió levemente. Abrió la boca para que Jong In comenzara a jugar a su gusto con su lengua, en medio de una danza lenta y placentera. Se separaban sólo un poco para que Se Hun pudiera coger aire. En cuando daba una bocanada, Jong In se lanzaba de nuevo a comerle los labios.
Se Hun puso las manos en las caderas del moreno. Le abrazó mientras dejaba que Jong In explorara toda su cavidad. Volvió a suspirar, perdiendo la cabeza. El mayor fue bajando una de sus manos, acariciando de manera insoportable su brazo derecho, de arriba abajo, mientras no paraba de besarlo. Se separaron de nuevo. Antes de proseguir, Jong In le miró de manera tierna, acariciando levemente su abdomen.

—Te amo.

Jong In volvió a besarlo por toda respuesta.

 

 

Notas finales:

lo siento si tiene errores gramaticales o de ortografía. me apuré en subirlo, pero luego le daré una corregida XD

 el último cap lo subiré pronto, y el epílogo igual n.n pero tengo un concurso de animación y mi profeson me encargó millones de dibujos para ya u.u trataré de publicar muy rápido n.n recuerden, si quieren hacer una petición para otro fanfic, sean libres de hacerlo n.n cofcofmenoskrayamenosqueincluyaaluhancofcof XD
por cierto, vallan a ver Mama, es una pelicula hermosa . "no son más que figuras distorsionadas condenadas a repetirse una y otra vez hasta reparar el mal que han hecho" sale de esa peli TTuTT

Reviews?
L@s amo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).