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Nuestro deseo de crecer ni gakki por shanakamiya

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Notas del capitulo:

Hola! espero que estén bien, por lo menos mejor que yo ¬¬

Este mes me fue de locos, primero me enferme de la garganta, lo que es malo por que en mi trabajo tengo que hablar mucho y bueno por forzarme, me quede sin voz durante algunos días, lo que es desesperante, por que desesperas a las personas a tu alrededor; después me encuentro con la no muy agradable sorpresa de que Yuo tube me censuro algunos videos ¬¬, incluyendo el que subí con mucha ilusión el mes pasado, ese de ali project que les había platicado ...y después atros cuantos problemas en el trabajo, no precisamente míos, pero eso no evita que me sintiera mal u.u

Pero bueno, ya me regreso la voz, los problemas del trabajo ya se están resolviendo de poquito en poquito y volveré a subir en yuo tube dentro de una semana que se alce mi advertencia n.n

Sin mas por el momento los dejo con el capitulo n.n espero que les guste n.n

 Capitulo nueve: Primer aniversario

Ese sábado Cody llego corriendo a casa y después de saludar a su madre, entro en su habitación y comenzó a meter varios libros y cosas en una pequeña mochila.

Corrió a su armario y saco un cambio de ropa, se vistió con la misma camisa a cuadros blanca y negra que había usado en su primera cita, aun le quedaba algo grande; ademas uso un par de pantaloncillos a petición callada de su senpai, por que sabia —aun que este no le dijera nada— que eran de su predilección, claro estaba después de su amor por las yukatas; acomodo su cabello, tomo sus cosas y salio de su dormitorio.

—Ya me voy, madre —aviso asomándose a la cocina.

—Con cuidado —respondio su madre secándose las manos en el delantal, mientras se acercaba a su hijo—¿llevas todos tus libros? —tomo la mochila del niño y la reviso—. Esta bien. Ve con cuidado y trata de no causarle molestias Kido.

—Si. No te preocupes. Adios —se despidió el castaño, salio del departamento y paso a la tienda de los Inoue a ver a Yolei.

—Cody te ves muy bien —elogio ella.

—Gracias—contesto ruborizándose ¿me puedes dar lo que te encargue ayer?

—Si, déjame ver... ¿donde lo puse? —ella comenzo a buscar debajo del mostrador de un lado al otro.

—Si buscas el paquete que te encargo Cody, lo guardaste en el mismo lugar donde guardas el almuerzo —dijo Ichijouji acercándose al mostrador.

—¡Es cierto! Voy por el —y así lo hizo ella, al cabo de unos minutos regreso con una caja color blanco adornado con un moño rojo—. Aqui tienes—le dio la caja al niño, quien la guardo en la mochila, notando como la chica estiraba el cuello y la mirada para ver que llevaba.

—No viste lo que había dentro de la caja ¿verdad? —pregunto el menor cerrando su mochila con recelo.

—No —contesto ella desviando la mirada—Ken no me dejo ver que era. Así que dime, ¿que es lo que le regalaras al superior.

—Yolei —llamo la atención Ken.

—No tiene nada de malo que me lo diga.

Sin embargo el niño contesto:

—Es un secreto.

—Es major que te vayas ya o se te hará tarde —le indico ichijouji con una sonrisa amable—, no querrás hacer esperar al superior ¿verdad?

—Si, gracias por todo—se despidio Hida y salio del local.

—No deberias presionar tanto a Cody, sabes como es su manera de ser —le comento el chico a inoue.

—No lo presiono, solo quiero saber que ambos están bien —contesto Yolei poniendo sus manos en la cadera—, es normal que me preocupe, conozco a Cody desde hace mucho tiempo.

—Lo sé.

—Un año... ¿recuerdas cuando tú y yo cumplimos un año de novios?

—Si —sonrrio Ken—. la gente no podía creerlo.

—Exacto, las personas siempre te hacían bromas respecto a eso, en especial Daisuke, por eso… —bajo un poco la voz—me preocupan Cody y el superior Joe, como decirlo, tengo un extraño presentimiento.

—Entiendo —le dijo Ichijouji acomodando el cabello de ella tras la oreja—. No te preocupes, ambos estarán bien —pego su frente contra la de su novia—. Ademas estamos nosotros para ayudarlos en cualquier cosa.

—Si, tienes razón.

Contesto ella sonriendo con tranquilidad.

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—Perdon por hacerte esperar —llegaba Joe al lugar acordado con su pequeño, afuera de la estación de Shibuya— ¿me esperaste mucho? Es que tuve que pasar a mi casa después de salir de la universidad y…

—No te preocupes —le sonrió Cody.

—Si. Bueno hoy es un día especial así que pideme todo lo que quieras —le tomo de la mano y comenzaron a caminar—. Dame tu mochila para que la cargue —indico el mayor.

—No, yo puedo llevarla, ademas tu ya llevas una.

—No importa ¿que es lo que llevas en ella?

—Mis libros —contesto taciturno el niño.

—¿Libros?

—Rescuera que le dijimos a mi madre que estaríamos estudiando en tu casa, solo así podía pasar la noche contigo.

—Lo sé, pero no tenias que traerlos en verdad.

—Mi madre revisa últimamente mis cosas a escondidas, ella piensa que yo no me doy cuenta, pero si lo hago —dijo el niño con cierto disgusto.

—Ya veo. Creo que lo hace por que ya eres un adolescente.

—Pues no me gusta que mire mis cosas sin mi permiso.

—¿Sera? A mi me gustaría tener una madre que se preocupe así por mi —confeso el muchacho.

—Ummm… Joe. ¿recuerdas algo de tu mamá?

—No estoy seguro, yo también era muy pequeño cuando mi madre falleció.

—Lo siento —se disculpò el castaño sintiendo un nudo en la garganta como si hubiera preguntado algo que no debería.

—No, no te preocupes, y tú ¿recuerdas algo de tu papá, Cody?

—Yo tampoco estoy seguro. Pero mi abuelo siempre me dice que mi padre esta cuidandome desde el cielo, eso también quiere decir que tu madre esta a su lado cuidandote —le sonrió Hida sinceramente a lo que Kido regreso el gesto y sujeto con mas fuerza su mano.

Caminaron por las calles de Shibuya riendo, observando los escaparates de las tiendas, ver una película, teniendo una sita normal como las demás parejas, esa era la ventaja de estar en un lugar tan concurrido, ya que todos ocupados en lo suyo, fácilmente la pareja podía pasar desapercibida.

—Esta muy rica, gracias —dijo Cody dándole una mordida a una crepa de fresas con crema que acababa de comprarle su amado senpai, ese era el tercer bocadillo que le compraba en el dia— ¿puedo probar de la tuya?

—Esta bien —contesto Kido ofreciéndole de su crepa de chocolate y el niño le dio una mordida.

—¿Quieres probar de la mía? —ahora ofresio el castaño.

Kido no dijo nada solo se agachó rápidamente y le dio una mordida al postre cerca de los labios de su niño.

—¡Oiga! ¡Usted! ¡¿Que le esta haciendo a ese niño?! —grito un policía que iba pasando.

—¿Disculpe? —volteo Joe confundido con la boca llena de crema.

—¡Vamonos! —Cody lo tomo de la mano y salieron corriendo, jalando a su senpài de la mano quien trataba de seguir el paso, con el policía detrás de ellos agitando su macana.

Corrieron hasta llegar a un callejón donde se escabulleron, replegándose a la pared. El policía paso de largo sin verlos por fortuna.

—Eso estubo cerca —suspiro el mayor cansado.

—Creo que esta bien, ven vamos por aquí —señalo Cody el lado opuesto—. Entremos en aquella librería un momento en lo que se calman las cosas.

—Esta bien —suspiro cansado—. No entiendo, si esta vez no estaba haciendo nada malo.

—No importa, vamonos —le jalo el menor de la mano.

Entraron en aquella librería la cual era enorme, llena de libros de todas clases acomodados en libreros pegados a la pared y en hileras una seguida de otra; el lugar estaba relativamente lleno.

El menor se puso junto a la ventana para observar que todo estuviera en calma y que efectivamente aquel policía ya nos los perseguía.

—Creo que todo esta bien —suspiro alibiado Cody y luego pensó— "Quisiera terminar una cita sin que alguien nos mirara raro o hiciera un alboroto" —suspiro de nuevo. Esta no era la primera vez que pasaba algo así.

—¡Hida! ¡Hida eres tu! ¡¿Que haces aquí?! —escucho la enérgica voz de Natsumi-sensei.

—¡¿Kurumine-sensei?! ¿que hace aquí? —dijo mirando a la maestra que cargaba una pila de unos siete libros entre gruesos y delgados.

—En cuento salí de la escuela vine aquí por unos libro que había encargado, son para la clase de la próxima semana. Dime ¿vienes con alguien?

—¿He? Si.

—En serio. ¿con quien? En la clase dicen que tienes una novia ¿vienes con ella?

—Bueno… si —contesto tímido el menor desviando la mirada, intentando allar a su senpai quien se había escondido.

—¿En serio? ¿Donde? ¿Donde? ¿Donde?—pregunto Natsumi-sensei estirandose y viendo para todas partes, a ver si encontraba a alguien que podía encajar en el perfil de la novia de Hida.

—Fue al baño.

—Ya veo, la estas esperando —dijo ella y el niño asintió con la cabeza—. Por cierto Hida, no… ¿sabes si hay algún rumor que corra por el salón de clases sobre un compañero o algo parecido?

—¿Rumor? —pregunto el niño extrañado.

—No, no, nada —sonrrio la maestra—. Un chico como tú nunca estaría escuchando ese tipo de cosas. Mejor olvidado.

El castaño se quedo en silencio, ahora que lo recordaba los maestros habían actuado extraño estos días, llamándolos a final de clases uno a uno como si intentaran encontrar algo, y que decir si algún chico salia con un comentario subido de tono respecto a una chica, eran llamados de emergencia o regañados a mitad del pasillo.

Ahora que lo piensa mejor, recuerda que Suzumiya le menciono algo sobre no decir nada si las personas comenzaban a hacerle preguntas personales, en especial si se trataba de su "novia", aun que no era la primera vez que le decía eso, pareciera que aun no le gustaba que otros supieran ciertas cosas antes que ella.

La verdad él no era bueno para escuchar a escondidas, creía que eso era de mala educación, sin embargo ese era el mismo motivo por el cual aveces no se daba cuenta de lo que pasaba en su salón de clases, hasta mucho después que los demás.

—"Ummm, me pregunto a que se refirió con eso" —penso Cody.

La mujer por su parte observo como el castaño se quedaba en silencio, hundido en sus pensamientos, sin embargo ella creyó que estaba mirando los libros que llevaba cargando y dijo:

—No, no —volteo su cuerpo tratando de ocultar los libros—, no mires, haré examen después sobre estos libros, no querrás hacer trampa ¿verdad?. Sera mejor que baya a pagar. Luego me presentaras a tu novia ¿verdad?—le giño el ojo y se retiro.

El niño suspiro y se dio la vuelta buscando a su senpai, quien oculto detrás de un librero, le llamo con la voz baja y la mano.

—¿Estubiste alli todo el tiempo? perdón —se disculpo Hida acercándose al lado del mayor.

—No importa ¿era tu maestra titular? —pregunto Kido

—Si. ¿te sorprende?

—Un poco… ella no…

—Umm umm —Cody nego—. Es muy buena maestra, aun que aveces es un poco extraña.

—Me alegro —sonrio el mayor.

—¿Que es? —el niño señalo el libro que traía en mano su senpai— ¿te gusta?

—¿He? Si, bueno solo me trajo recuerdos y lo leí un poco mientras te esperaba —metio el libro en el estante frente a él.

—"Genji monogatari" —penso el niño de ojos verdes quien había alcanzado a leer el titulo del libro. Se acerco al estante y lo saco de nuevo—. ¿me lo compras?

—¿He? Pero… —el chico se ruborizó ligero sin aparente motivo.

—¿No puedo? Tú me habías dicho que me comprarías todo lo que yo quisiera.

—Bueno… —Joe lo pensó y miro los dulces ojos esmeraldas de su niño, tenían esa mirada irresistiblemente inocente—. Esta bien… de todos maneras lo ibas a leer cuando estuvieras en preparatoria —fue a pagar el libro y después regresaron a Odaiba en metro.

Kido se quedo dormido recargado en el asiento al lado de Cody en el camino, mientras este leyó un poco su libro nuevo.

Era la historia —a primera vista— de un príncipe de nueve años que se enamoraba de su madrastra cinco años mayor que él, todo esto ambientado en el Heian.

—"Cinco años mayor" —penso Cody, era casi la misma diferencia de edad que tenían su senpai y él. instantáneamente quedo atrapado, por el simple echo de sentirse un poco identificado con la historia, y comenzó a devorar pagina tras pagina encontrando incluso, la razón de la vergüenza de su senpai— "No sabia que a Joe le gustaran este clase de libros"— penso ligeramente ruborizado, cerrando el libro lentamente. No pudo ignorara aquella pequeña escena sexual a la mitad del capitulo, que esta leyendo ya. Aun que debía admitir que el libro era muy bonito y romántico, a pesar de tener algunas palabras complicadas que no sabia como leerlas, comenzaba a entender el fanatismo de su senpai ante el Heian y las ropas tradicionales.

Se anuncio la siguiente estación.

Hida despertó al mayor agitándolo cuidadosamente.

—Me quede dormido —dijo Joe despertándose aun somnoliento.

—No importa, vamonos —lo tomo de la muñeca y en cuento freno el tren se bajaron—. Ahora ¿A donde vamos?

—Tienes hambre? Quiero llevarte a comer a un lugar especial.

—Si, llévame.

Salieron de la estación y se dirigieron a la torre de Tokio.

—No sabia que había restaurantes aquí, pensé que solo había un mirador —comento el chiquillo viendo la torre.

—Si. Siempre he tenido curiosidad de comer aquí, así que quise traerte.

Ambos subieron y se dirigieron la zona de comida, había varios comedores de todas las marcas, desde comida rápida hasta comida cara y elegante. Joe llevo a Cody a uno que se podía decir que estaba en medio, ni tan barato, ni tan lujoso; se sentaron cerca de la ventana.

—Que impresionante, se ve toda la ciudad pintada de naranja por el atardecer —sonrrio el castaño al ver.

—Aquí tienen lo que ordenaron —La camarera puso la comida sobre la mesa.

—Gracias —le dijo Kido y ella se retiro—. Cody—llamo—, vamos a comer.

—Si—volteo el niño sentándose derecho y mirando los exquisitos platos—. Se ve un poco caro ¿Esta bien que gastes tanto? —pregunto tomando los cubiertos con timidez.

—Es una ocasión especial, así que esta bien—dijo el muchacho con una sonrisa, Cody tomo el primer bocado, la comida era deliciosa.

—Eres muy malo —dijo el pequeño en voz baja y desviando la mirada avergonzado.

—¿P-por que?

—Siempre me compras todo lo que quiero y haces lo que yo quiero, me cocientes mucho, eso no esta bien. Te prometo que cuando tenga dinero pagaré la mitad de todo cuando salgamos.

—No es necesario.

—No. En serio lo haré.

—Como quieras —le sonrió Joe—, pero hasta entonces haremos las cosas a mi manera , y si yo quiero consentirte entonces lo haré —y se llevo un trozo de comida a la boca.

Comieron tranquilamente o eso pensaba el mayor, ya que por momentos, Cody lucia incomodo.

—¿Pasa algo? No te gusto —Pregunto joe.

—No, estaba muy rico, gracias. Nos podemos ir ahora.

—Si, aun tengo otro lugar a donde quiero llevarte —se levanto y fue a pagar la cuenta.

Hida tomo ambas mochilas y fue al lado de su senpai, la verdad ya no soportaba la conversación que se llevaba a cabo en la mesa detrás de él, su senpai no era ningún aprovechado, ni ningún pervertido y definitivamente no lo estaba chantajeando, ellos no saben nada.

Aun que ahora Cody, ya no sabia que era peor, antes se molestaba mucho cuando las personas decían que él y Joe eran hermanos, ahora que estaba creciendo y que era mas notoria su relación real, se enojaba por la manera en que juzgaban a su amado senpai, como si lo que estuvieran haciendo estuviera mal, cuando no era así. Por un segundo recordó lo que Joe le había dicho respecto a lo único que quería es que estuviera tranquilo.

—"Se refería a esto" —penso, mientras el mayor le llamaba y él lo alcanzaba en el mostrador.

Por ultimo el chico de gafas, llevo a su pequeño al mirador de la torre, para ese momento el atardecer comenzaba a pagarse sobre la ciudad.

—¿Estas bien?, luces muy serio desde la comida.

—Si, no pasa nada —contesto taciturno el niño de ojos verdes, quizás su amado senpai no se daba cuenta que últimamente las personas hablaban mal de él, al pasar a su lado, pero Cody no podía evitar sentirse mal por ese motivo, sentía que tenia la culpa de ello.

Kido al notar el semblante de Hida lo tomo de la mano y lo llevo cerca de los ventanales.

—Ven quiero enseñarte algo —dijo Joe tratando de contentarlo, distraerlo de lo malo que paso, por que si, él ya se había dado cuenta de las preocupaciones de su amado y querido niño. Este ultimo miro por la ventana, la ciudad lucia linda, pero no le parecía especial; el mayor continuo—. Mira allá arriba —señalo el cielo.

Cody alzo su rostro y dibujo una enorme sonrisa mientras su ojos brillaban, arriba cientos de estrellas tintilando como pequeños cristales, esparcidos sobre terciopelo negro.

Joe se acerco a Cody lentamente rodeandolo con su brazo por la cintura, en ese momento —a pesar de haber mas parejas en el mirador— para él, solo eran ellos dos y nadie mas.

El muchacho lo vio afablemente, para él, ese niño resplandecía mas que ese mar de estrellas.

—Joe… —llamo Hida al notar el dulce mirada de su senpai, este ultimo miro el cielo y luego a él, y mientras le sujetaba el mentón con la punta de sus dedos, le recito.

—En un mundo sin sonido, el viento danza y el agua juega con las estrellas y en la quietud me contemplan, como tú lo haces … espero no haberme oído muy cursi—se rio con discreción mientras ponía una mano tras la cabeza.

—No. eso fue muy bonito—contesto Hida ruborizado.

Kido le acarició el cabello y dijo:

—Eso fue un fragmento de uno de los poemas que vienen en el libro que te compre —sonrrio—. Cunado tenia nueve años encontré ese libro entre las cosas de mi hermano Shin, admito que fue difícil leerlo al principio, la primera vez, creo que te diste cuente por que ¿vedad? Aun así me gusta mucho.

Quizás me oiga muy tonto si digo que yo quería ser un poco como el protagonista de ese libro, por que no encaja mucho mi personalidad con la de él —sonrió de lado.

—Para mi… —dijo en voz baja el mas joven— si eres como un príncipe —agacho su mirada tímido.

El mayor enrojecido, nunca pensó que alguien le fuera a decir eso a una persona como a él, que nunca había destacado entre los demás. Sonrió.

—Gracias —lo abrazo con fuerza.

—Joe, la gente esta comenzando a voltear a vernos —advirtio el niño avergonzado.

—Esta bien, no me importa. Que vean cuanto te quiero —contesto sincero.

El niño sonrió y correspondió el brazo.

—Tonto... — voltearon a ver el cielo, el castaño menciono—. Me gusto mucho que me trajieras aquí, ¿me trairias de nuevo para ver las estrellas contigo?

—Si, te prometo que vendremos juntos de nuevo a verlas.

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Llegaron al departamento de Joe. El mayor se tumbo en la cama y el niño se sentó a su lado.

—Estoy agotado —dijo cerrando los ojos y quitándose las gafas.

—¿Puedo darme un baño antes de acostarme? —pregunto Hida.

—Si, claro. Lo sabes —se sento en la cama— ¿Quieres que te preste algo de ropa?

—No, así esta bien. Ahora vengo no me tardo —Salió corriendo.

Tomo una ducha rápida y después salio del baño solo cubierto con una toalla en la cintura y otra en los hombros.

—Joe, ya termine —dijo asomandose por la puerta de la habitación del mayor—, quieres… —se quedo en silencio, el chico de gafas había apagado la luz de la habitación, solo dejando prendida una lampara sobre buro, que al mismo tiempo era la cabecera de la cama.

En la cama vestido con su pijama, el mayor lo esperaba sentado.

—Ven, te voy a secar el cabello —extendio los brazos.

El menor obedeció, ah, podía leer tan fácil os pensamientos de su senpai.

Primero, se sentó entre sus piernas para que le secara el cabello cariñosamente, cuando termino, el muchacho le olfateo el cabello y acarició sus hombros, después beso su mejilla con sutileza y le llamo por su nombre suave al oído.

Cody se sintió estremecer:

—Joe….

—Acuestate en la cama —le susurro Kido al oído, dándole un beso tras otro detrás de la oreja.

El chiquillo obedeció:

—Pense que estabas cansado —comento con una sonrisa lisiosa.

—Ummm… yo también pensé eso —regreso el pícaro gesto— ¿que ocurre? —acarició su cabello— ¿estas nervioso?

El niño desvió la mirada ruborizado y negó con la cabeza.

—Lo siento —dijo—, mi cuerpo es muy raro —toco su garganta avergonsado—. Soy el mas bajo del grado y mi voz aun no a cambiado —deslizo su mano por el pecho—; aveces hay gente que me confunde con una niña y… —abrio lentamente la toalla en la que estaba envuelto— aqui aun no a crecido nada. Quería ser tan siquiera un poco mas alto antes de hoy pero…

—A mi no me importa —interrumpio Joe acariciándole el rostro—, a mi me gustas tal como eres —beso su mejilla—, no me importa tu tamaño si no tú —beso sus labios con amor, con deseo, queriendo devorara a ese pequeño.

Lamió sus labios, lo saboreó y por ultimo introdujo su lengua, robándole el aliento, la saliva, dulce, dulce, tan dulce.

Cody cerro los ojos entregándose, oliendo el delicioso aroma de su senpai, mientras que este recorría con su mano: su cintura, vientre, al llegar al suave, pequeño y sensible pubis, su cadera hosilo con lentitud.

—Ahhh… Joe… —el castaño dejo escapar el nombre de su senpai junto con un quejido, sentía su piel electrizada, quería mas.

Adivinando sus pensamientos, Kido enterró su cabeza en la parte baja del cuerpo de Hida, mientras se abría los botones de la camisa, y después de besarle el vientre, abrió y alzo las piernas del niño colocando los pequeños pies de este, sobre sus hombros.

—Eres muy dulce —murmuro y lamió el delicado miembro de su pequeño, quien ante la creciente sensibilidad de su ser, hizo asomar unas lagrimas de sus ojos.

—La… la… la lengua de Joe… esta muy caliente y humeda… se siente muy rico —gimio con la respiración entre cortada, a la vez que apretaba los dedos de los pies, arrugando las prendas de su senpai.

El ultimo entretenido, ebrio en la miel de su pasión, chupo, degustó y amo la pequeña fruta rosada; paso su lengua por debajo, por arriba, por debajo de nuevo y beso en el perineo.

El menor se retorció de sobremaneramente excitado, ruborizado, apretando los extremos de la almohada con las manos:

—Ah… ahhhh… ahh… n-n Joe me esta lamiendo ahora en mi…. ¡Nya! su lengua esta dentro y se mueve… ah… ah… ah…

El castaño se lleno de calor, la mano del chico rodeo su sexo y comenzó a masturbarlo. Sintió un hormigueo agradable y un hilo de sus propios fluidos caer sobre su vientre.

A continuación el mayor ascendió a lamidas y chupetones por el cuerpo del castaño, bajando sus pies, acomodándolo debajo de él, sin dejar el trabajo en su mano.

El chiquillo le abrazo por el cuello y culmino sobre su vientre, con esa expresión en su cara de satisfacción total, con la boca abierta, los ojos entre abiertos y el rubor en su cara adorándolo al cien.

Kido beso su mejilla y aprovechando el delirio de su pequeño, se despojo de la ropa que le restaba; abrazo a Cody y lo devoro a besos, estrujándolo con sus grandes manos por todos lados, su piel estaba tan suave como la seda; sus lindos pezones duros como ricas frambuesas.

—¡Ah! mi pecho —gimio el menor—, no lo chupes tan fuerte, ahhh… ummm…

—Ahh, lo siento …pero eres tan lindo, no sé, no puedo evitarlo, me gustas tanto —contesto— "Ah, qué digo, me estoy escuchando como si fuera un pervertido …no importa" —penso con una sonrisa.

El pequeño comenzó a frotarse contra el cuerpo del mayor con cierta desesperación —a un escaso de experiencia— solo quería ser devorado por su amado senpai, sentir todo ese calor envolviéndolo, ser impregnado por el aroma del chico que esta sobre él; entrelazo sus deditos en las hebras azules presionando la cabeza de Joe —indicandole contradictoria— donde debía chuparlo o lamerlo, como adoraba que su senpai lo hiciera, se sentía perder, nublar; deslizo su mano izquierda por la ancha espalda comenzando a bañarse en sudor, tan caliente, recorrió de arriba hacia abajo, escuchando lo que parecía una quejido.

Por un breve momento, para Cody, era como si sus cuerpos fueran igual, aun que aun sea pequeño, aun que Joe sea mayor, solo era en ese momento de intimidad cuando se sentía iguales, no había altura, no había edad.

—Te amo —gimio Kido con dulzura en su oído, restregandose de abajo hacia arriba para estremeciendo su cuerpo con el de su pequeño.

—Joe… — llamo el castaño intentando voltearlo—, arriba, quiero estar arriba —Kido al escucharlo cambio la posición sonriente, cargándolo con un solo brazo, se giro; ahora era él, el que estaba acostado sobre la cama con el niño encima, quien lo beso, acarició sus hombros, solo para después meter la mano detrás de la almohada—¿Que es esto? —pregunto travieso, sacando un tubo de lubricante y sentándose sobre su senpai—, en verdad que siempre estas preparado, pensabas usarlo conmigo ¿verdad? —sonrrio lisioso—. Esta bien, tengo curiosidad de ver si funciona alrevez.

—¿A-alrevez? —pregunto el chico un poco nervioso y acomodándose las gafas.

—Si. Así —afirmo Hida y vertió el gel sobre el grueso pistilo de su senpai, quien se estremeció:

—Esta frío.

—Vez, siempre te lo digo —el castaño esparció el gel con ambas manos, parecía mas que estaba jugando—. Eh… se puso muy resbaloso, el pene de senpai esta muy resbaloso.

—Aque biene eso derrepente —pregunto Joe ruborizado, agitado, el lubricante comenzaba a calentarse agradablemente entre los deditos de su pequeño.

El niño lo miro con inocencia fingida:

—¿No puedo? ¿esta mal? ¿no pudo decirte senpai?

—No me refiero a eso …ummm

—No te entiendo—contesto candido el niño, jugando a hacer círculitos con su dedo, estimulando la uretra del mayor—. Te gusta cuando estoy arriba ¿no es así?

—Cuanta audacia—Dijo Kido atrapado en el cálido oleaje de sensaciones y que comenzaba a recorrer su cuerpo.

Fue entonces que el juego llego a su cenit; el castaño alzo su cuerpo y se llevo una mano atrás, untándose el gel sobrante, no era la primera vez que jugaba con sus dedos en su pequeña entrada, pero hacerlo frente a la persona que le gustaba era un poco vergonzoso pero a la vez excitante, y sabia que por la mirada atenta del mayor este estaba disfrutando del espectáculo.

—Bien… ah, estoy listo—murmuro el menor ruborizado.

Tomo el duro miembro de Joe y lo ubico en su corola, frotó un poco para relajarse y luego lo introdujo tanto como pudo dentro de su ser, sintiéndose vibrar de placer.

—Eso f-fiue un poco rapido…

—Se siente muy bien.

—¿Te duele?—pregunto Kido acariciando con una mano el rostro del pequeño, mientras que con la otra la deslizaba por su pecho y lo sujetaba firme de la cadera . El niño negó con la cabeza con la mirada nublada de placer—. Que bueno.

Y comenzaron el movimiento, lento y tan exquisitamente delicioso.

"Para cambiar, intercambio las razones de la suerte de esta existencia,

permitiré que mi flor madure …solo por esta hermosa persona."

Después sus cuerpos se funden en metamorfosis, solo se escucha el fuelle de las respiraciones de ambos, el chasquido de sus bocas y el chapoteo del falo de Joe deslizándose entre las blanduras de Cody, explotando en la bendita delicia del amor.

—Feliz primr aniversario —beso el castaño acostándose en el pecho de su senpai, aun agitado—. Te quiero mucho.

—Yo tambien, feliz primer aniversario —acaricio el cabello chocolate.

Esa noche Cody se movió mucho mientras dormían.

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Al día siguiente.

—Buenos dias Cody ¿dormiste bien —Joe acaricio el cabello del niño acostado a su lado, despertandolo.

—Umm… si —Hida se tallo los ojos despabilandose y acurrucandose en el pecho del mayor—. Dormí muy bien. ¿Por que? —el mayor se puso sus gafas, negó con la cabeza y beso la mejilla de su pequeño—. Espera me haces cosquillas —se rio el castaño —. Es cierto —se levanto de la cama y fue a buscar algo a su mochila.

El muchacho se sentó en la cama mirando de reojo la delgada y linda silueta de su pareja —. Aquí esta —Exclamo Hida— .Te… te compre algo —se acerco a Joe—. No estaba seguro de que darte y tampoco tenia mucho dinero… espero que te guste —entrego el obsequio.

Kido abrió la caja con ilusión, sacando de ella una taza de café color verde con diseño de conejito rosa.

—Es muy lindo me gusto mucho, gracias —sonrrio el chico de cabello azulado, este era el primer regalo que le hacia Cody. Coloco la taza en su buro y abrió el cajón que había abajo— Ummm… yo también te compre algo —hizo que el niño extendiera la mano y puso una pequeña caja negra encima.

—¿Qué es? —pregunto el niño.

—Quizas no te guste —Joe agacho temido la mirada—, quiero decir, quizás me precipite un poco al comprarte algo así, pero… yo solo quiero que sepas… yo… ¿Q-quieres quedarte conmigo para siempre?

El castaño abrió la cajita y miro el contenido, sonrió dulcemente.

El mayor enrojecido avergonzado, se había precipitado y metido la pata, solo esperaba no haberse oído desesperado, agachando aun mas la mirada comenzó a balbucear algo sobre haberle hecho caso a Nejima y comprarle dulces o algo por el estilo.

—Si, si quiero estar contigo. Me gusto mucho —dijo el niño sacando una cadena plateada con un anillo colgando de un extremo—. Eso fue muy lindo. En verdad que eres todo un romántico —sonrió mientras se lo colgaba al cuello.

El mayor alzo el rostro aun ruborizado, dijo:

—Sabes que así es mi manera de ser.

—Lo sé —robo un beso— Ven, vamos a vestirnos —lo jalo de la mano con una enorme sonrisa de felicidad, le había encantado su regalo.

Se arreglaron en el baño, y mientras el niño se acomodaba el cabello frente al espejo el mayor se acerco a él por la espalda y le pregunto:

—¿Quieres ir a desayunar o quieres pedir algo?

—Pidamos algo.

Sin embargo el mayor no le contestó, en lugar de eso su cara de sorpresa se reflejaba en el espejo. Cody se quedo un segundo observando su reflejo junto al del mayor, tratando de encontrar el por que de la sorpresa de su senpai.

—Estas mas alto —por fin dijo el chico de gafas.

—Es cierto, estoy mas alto —dijo el el niño mas que contento.

Inmediatamente hizo que su senpai comparara su altura con la suya con el clásico "espalda contra espalda", dos centímetros eso era lo que había crecido, realmente no parecía mucho, ahora casi le llegaba al hombro al mayor, pero con eso esta feliz.

—Ven vamos —jalaba de la mano a Joe divertido a su habitación.

—Espera ¿a donde vamos?

—A tu habitación. Ven, solo vamos.

—Para qué —pregunto el mayor divertido. El niño solo lo miro con una sonrrisa— Ah, ya entiendo —se dijo mientras cerraba las puertas detrás de el.

Continuara...

Notas finales:

Respecto a fic: "Genji monogatari" o historia de genji es una novela de principios del siglo Xl, cerca del cenit del periodo del heian escrita por Murasaki Shikibu. Es considerada la primera novela, en el sentido moderno, umm... su lectura si es algo difícil y larga, dado que tiene un vocabulario "antiguo", en español, cuenta con un glosario de mas de cien paginas sobre términos usados dentro de la misma.

La historia trata sobre el príncipe Genji —considerado en japón como el yamato damashii por exelecia— el hombre perfecto, su vida y sus amores, siendo el primero su madrastra de catorce años —él tenia nueve— Kiritsubo, un romance muy tórrido, que conyeba a genji a tener muchos romances con las mujeres de la corte desde muy corta edad. 

La novela es dramática, en el sentido estricto de la palabra y aun así demuestra mucha belleza, esta llena de pequeños haikus (poemas), de los cuales agregue dos. También cuenta con escenas de sexo magistralmente llevadas, con un buen gusto, aun que son cortas.

En cuanto a Genji se podría decir que es el estereotipo de hombre perfecto japones: fuerte, ingenioso, poderoso, puro, amante de las mujeres perfectas —yamato nadeshiko— seguros de si mismo, buscadores la fuerza del espíritu y orgullosos de su nacionalidad. Pero por otra Genji demuestra mucho sufrimiento ante la falta de su madre y consentimiento de su padre, incluso me atrevo a decir que tiene cierto complejo edipico, que se manifiesta con cierta obsesión por Kuritsubu y su amor sin poder ser consumado al cien.

Un libro verdaderamente recomendable, ahora que si bien, no tienen tiempo de leerlo o no lo encuentras, (la versión en español es un poco costosa), siempre pueden ver la versión de anime, recomiendo que si no saben nada de esta historia vean la versión del 2009 "Genji monogatari sennenki"

Bueno, espero que esta explicación haya servido n.nU....

Espero que les haiga gustado y nos vemos hasta la próxima ^3^


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