Capitulo quince: Otros pensamientos, también enredados.
Cuando Nejima fue tras Joe, no pensó que terminaría en un famoso restaurante de comida rápida de los arcos dorados.
Mirándolo mientras este comía una hamburguesa tras otra.
—Oye —llamo— sabes que la mayoría de los hombres beben cuando tienen problemas de pareja ¿verdad? — observo a Joe darle dos mordidas a lo que quedaba de una hamburguesa y se la terminaba.
—A mi no me gusta mucho eso —contesto el chico de cabello azul, desenvolviendo otra hamburguesa para comersela—. Ademas te dije que tenia hambre.
—Como sea.
—Ademas, tuve la cortesía de invitarte y no has comido nada —le dio una mordida a la hamburguesa.
Nejima tomo una del montón que tenían frente a ellos, la desenvolvió resignado, volvió a mirar a Joe y luego a la hamburguesa. Kido seguía siendo la única persona que conocía, que podía comerse diez hamburguesas, cuatro ordenes de papas fritas y cinco malteadas de una sentada, y seguir tan delgado y como si nada.
Dio una mordida a la hamburguesa y dijo:
—Sepultar tu frustración en una pila de papas fritas y carne, no resolverá tus problemas —dio otra mordida y con la boca llena dijo de nuevo—. Aun no me acabas de contar tus traumas por lo de ser pasivo.
—¿No te enseñaron a no hablar con la boca llena? —reclamo el chico de gafas y después dio un sorbo a su cuarta malteada de vainilla del día. Medito un momento y dijo —. Creo que el otro motivo por el que consiento mucho a Cody, es por que yo no tenia quien me consintiera cuando yo tenia su dad. Todos estaban tan ocupados, que yo fácilmente pasaba desapercibido.
Últimamente he estado descuidando un poco a Cody por la el colegio. Por eso no puedo evitar ver sus lindos ojos y pensar en todo eso, y hacer todo lo que quiera. Incluso. Cuando fue nuestro aniversario me regaño por eso ¿puedes creerlo?
Nejima quien sorbió de su bebida contesto:
—Entiendo. No quieres que él sienta la misma soledad que tuviste, pero… no quiero que te enfades por lo que te diré, pero, así es tu forma de ser. En lo personal, creo que eres de ese tipo de chicos que esta mas cómodo, cuando le dicen que hacer. Supongo que es por eso que Cody, es quien impone las reglas con todo, incluso en la cama —dijo con normalidad, sin mala intensión incluso y sorbió su bebida.
Pero para Kido esto no fue así. Escupió su malteada, casi atragantado pregunto:
—¿Q-Que acabas de decir? —rojo como un tomate.
—Lo que escuchaste. Cody te dice acuéstate y lo demás. Por eso lo de pasivo ¿no? —lo dijo de nuevo sin mala intención, sin querer ofender.
—¡Callate! ¡No te permitiré que hables así de Cody! De mi puedes decir lo que quieras, pero no hables de él como si fuera un pervertido. ¡Me escuchaste!
—¡Oye. No, cálmate! ¡Yo no dije nada de eso! ¡No me malinterpretes! Pero eres tú, el que lo hace parecer así.
Joe no supo que contestar ante eso y le desvío la mirada. Dijo después de un momento:
—Él no hace nada malo. Ya no es un niño.
—Ya lo sé. Tú tampoco. Estamos hablando entre adultos sobre una relación madura, pero te alteras en cuanto escuchas algo que no te parece.
—Lo siento —se disculpo Joe mas calmado.
—Esta bien —contesto Nejima. La verdad pensaba que Kido lo iba a golear en cualquier momento, pero tenia que seguir con su actitud de siempre, calmada y suelta.
—Ummm… ¿por que estoy hablando de esto contigo? —se reclamo Joe así mismo.
—No lo negaste así que es cierto ¿Verdad?
—¡Shhhh! ¡Baja la voz!
—Tú eres el que esta gritando.
—¡No! mas o menos… —ruborizo el chico de gafas. Ya no tenia idea de lo que estaba diciendo— ¡Que te importa! ¡Ah!
—Clama, calma es un chiste —intento calmar Takeshi, dándole unas palmaditas en la espalda a Kido —es una broma, ya sabes como soy. Solo me gusta molestarte.
—No me parece gracioso —el chico de gafas comenzó a comer una papa frita tras otra, fulminando al de pelo negro con la mirada.
—Ya. Te preocupas mucho. Bueno, pero no me mires de esa forma. Que no dije nada del otro mundo.
—Tú no lo entiendes. Sansemi y tú no tienen el mismo problema que Cody y yo.
—¿Te refieres a la diferencia de edades?
—Tú sabes la edad que tiene él —dijo Kido acomodándose las gafas, como si acabara de decir algo que incluso para él esta prohibido.
—Ha… y eso qué ¿te preocupa que llame a la policía o algo? O que comience a pensar cosas horribles de ti. Eso no va a pasar ¿sabes? ¿quien crees que soy? —Aclaro Nejima con seriedad.
—No me refería a eso.
—Ahi esta tu problema, Kido. Nunca dices las cosas claras.
—Es que… ha… —suspiro— creo que estoy asustado o nervioso… si eso, nervioso. Es que al principio yo pensaba que si Cody y yo, llegábamos a dar ese paso, cuando aun fuera menor, las cosas entre nosotros ya no serian normales. Es que —bajo la mirada —mi primera relación, si es que se le puede llamar a si, no fue lo que yo esperaba. No quería que Cody se sintiera como yo en ese entonces y bueno… también pensaba que mi alma se resquebrajaría junto con mi conciencia. Pero, no fue así.
Cuando estoy con él, no sé, es maravilloso. Me encanta ¡Entiende que no solo me refiero a eso! … él es lo mas hermoso que yo jamas pensé ver. Hay, debo de estar escuchándome como un loco o un pervertido, por solo hablar así de él.
—Te escuchas como un chico enamorado —contesto Nejima mientras Kido le dibujaba una pequeña sonrisa. Agrego —. Eso si. Cursi pero enamorado.
—Que tonto eres —El chico de gafas le da un pequeño puñetazo en el brazo a su compañero y termina diciendo —lo que me pone nervioso es lo rápido que él crece, es decir , el va mas rápido que yo, en ciertas cosas y siento que no puedo ir a su paso. Quiero ir con el, pero siento que si lo hago, algo puede salir mal. Si, creo que es eso. —no estaba seguro de haberse dado a entender, después d todo, era algo muy personal.
Nejima se quedo mirando a un punto fijo en el horizonte pensando y contesto después de un rato:
—No cres que Cody, puede estar pensando lo mismo que tú. Que también es difícil para él.
—¿Que?
—Si. Es decir. Para él, tú eres el que va a un paso adelante, por tu edad. A esa edad, ya sabes lo raros que somos, queremos hacerlo todo, pero sentimos que no podemos, por que no somos lo suficientemente mayores. Bueno que es mejor eso, que sentir que lo puedes hacer todo, y hacer tontería y media. El caso, es que decir lo que quieres es difícil, por que piensas que te van a decir que no —alzo los hombros— Y ya tú me dijiste que eres de los que se ponen obstinados cuando se ponen nerviosos, así que ya solo te puedes dar una vista con esta conversación de como reaccionas a lo que te parece diferente. Es normal querer probar cosas nuevas, no importa en que sea, pero si tienes tantas preocupaciones y prejuicios en la cabeza, no disfrutarás mucho de la vida. Tan sencillo como eso —tomo de su bebida—. Necesitas hablar con él. No sabes que la base de una buena relación es la comunicación. —sonrrio— Mizuho-chan me enseño eso —rio taimado— uno nunca sabe.
—Siempre dices todo con tanta facilidad, como si fuera así de sencillo —dijo el chico de gafas recargándose en su mano.
—Por supuesto. Si pensara tanto como tú, se me endurecería el cerebro —se señalo la cabeza con una papa frita —. Ademas. Mientras uno, siga el camino que escoja, todo estará bien, aun que aveces solo sea una corazonada ¿no?
—Eso tambien te lo enseño Sansemi.
—No —nego Nejima— . Eso me lo has enseñado tú, hace mucho tiempo.
—¿He?
—Vez —asoto su mano contra la espalda de Kido— hasta tú puedes decir feraces tan geniales, cuando quieres. ¿por que no las respetas? Se fiel hasta el final a tus ideas.
—Perdon por molestarte con mis problemas siempre. Pero gracias —sonrrio Kido.
—No. Para eso somos lo amigos —Takshi puso su mano en el hombro del chico a su lado —pero me debes una ¡he! Así que cuando tenga problemas te tocara escuchar a ti. Y yo si te voy a llevar a un bar de verdad.
—Esta bien. Beberé contigo —contesto Joe.
Nejima se quedo con la boca medio abierta, pensó que el chico de pelo azulado se negaría.
Bueno, aveces Joe Kido podía sorprenderlo con el mínimo de esfuerzo. Quizás no era solo a él, al que sorprendería ese día.
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Mientras tanto Cody caminaba con una pila de papeles en las manos, a un lado de su profesora.
—Gracias por ayudarme a llevar estas copias al salón de maestros —agradecio Kurumine-sensei, quien llevaba un mayor número de hojas en sus manos.
—No, esta bien. Últimamente tiene mucho trabajo —contesto Cody, sin embargo murmuró —. Esto es lo menos que puedo hacer por usted.
—Ummm… ¿dijiste algo? —pregunto la maestra.
—No, nada.
—Esta bien —sonrrio Natsumi— ¡Ha! Sawada-kun —llamo llamo a un niño con una bendita en la nariz, que iba con su grupito de amigo caminando.
El menor se acerco.
—Si —dijo limpiandose el oído con su dedo meñique.
—Se bueno y abre la puerta —pidio la maestra, el niño así lo hizo—. Dame las copias, Hida.
—¿He? Si, Aquí tiene —el castaño las apiló sobre las que ya llevaba su profesora
— Muchas gracias por ayudarme chicos —sonrrio Natasumi-sensei y con sumo cuidado entro al salón.
Cody asomo la cabeza por la puerta vigilando que su maestras no tuviera problemas, conociéndola, solo faltaba que tropezara y tirara todas las hojas en el piso. Sin embargo no fue así, Obata-sensei muy amable, la ayudo a ponerlas en el escritorio.
El castaño suspiro aliviado y miro frente suyo como Sawada lo imitaba.
—Tambien estabas preocupado por Kurumine-sensei.
—¡¿Qué?! ¡No! —respondio con un ligero rubor en sus mejillas— solo quería ver que estabas viendo, Hida —excuso en una evidente mentira — ¡Hey! Suzumiya aun esta enfadada conmigo, por lo que le dije la otra vez.
—Umm… No.
—Perfecto —sonrrio y le grito a uno de sus amigos —¡Hey Michi! ¡Ya oiste! ¡Puedes hablar con ella de nuevo! —aquel chico llamado Michi ruborizó negando con las manos.
Sawada le dijo a Hida:
—Sabes a Michi le gusta Suzumiya. Así que si puedes interferir por él, hacerle una pequeña mención a ella, no estaría mal —guiño el ojo.
—Ha. Si.
—Bien. Contamos contigo —sonrio y se dio la vuelta dispuesto a irse.
—Hey ¡Espera!
—¿Que pasa, Hida? No me digas que ella ya esta saliendo con alguien ¿o si?. Qué le voy a decir a Michi —dramatizo un poco el chico de la bendita en la nariz.
—¿Que? No es eso. Es que… —el niño de ojos verdes de le quedo pensando, no lo había hecho a propósito, en primer lugar, simplemente tenia curiosidad por un asunto que le estaba molestando.
Sawada comenzó a desesperarse, limpiando su otra oreja con el meñique mientras enchueca la boca.
Al ver esto Hida le dijo:
—¿Puedo preguntarte algo?
—¿Hee? Si ¿qué cosa?
—P-por que no me delataron ese día. Cuando paso lo de Kurumine-sensei, si saben que yo soy él que esta saliendo con alguien mayor.
—Qué. Vamos Hida ¿quien crees que somos? —contesto Sawada con una sonrisa picaresca —. Tal vez no tengamos mucho tiempo de conocernos. Pero no somos ningunos delatores. Ademas, qué, piensas que tú eres él único que puede salir con una One-san mayor ¿o que? — diciendo esto ultimo se fue con sus amigos.
Ciertamente ese hecho hacia eco en la cabeza de Cody. Aquella vez estuvo seca y todo por sus culpa. Si él, hubiera alzado la mano en ese momento ¿que hubiera pasado?
Definitivamente, era algo que no se quería imaginar.
Suspiro.
Sus pensamientos estaban revuelto, por una parte estaba enfadado por la manera tan infantil en como lo trataba sus madre. Quería decirle, decirle que tenia una relación seria con Joe, y al mismo tiempo, estaba arrepentido de pensar esto.
Seria sumamente imprudente de sus parte, por que seria su senpai, él que tendría la mayor carga.
Por otra lado, había estado portándose mal con Joe, por ese y otros motivos.
Estaba siendo injusto con él. Su senpai siempre lo trataba dulce y respetuosamente ¿que mas podía pedir?
Es decir, Joe siempre le procuraba atención siempre que podía, tenia detalles con él, por ejemplo: todos los Jueves en la noche le traía un pedazo de pastel de chocolate con fresas, de ese local que le gustaba mucho.
Le acariciaba la cabello cálidamente, de esa forma que lo hacia sentir derretirse, para él, esa caricia tenia un significado especial y por eso era feliz con ello; le decía cosas lindas al oído, dejaba que se acostara en su regazo cuando veían una película; y cuando tenían ese maravillosos momento de intimidad, aprendían juntos los secretos del otro.
Ah, aveces de solo recordar como aveces suele despertar tapado con las suaves sabanas de la cama del mayor, mira aun acostado, como este, a lo lejos, medio vestido y sentado en sus escritorio, estudiaba solo con la luz de la lampara de mesa encendida para no molestarlo; se quedaba quietecito mirando los esfuerzos de su senpai para darle algún día un bello futuro. Su pecho se llenaba de una inmenso sentimiento que solo podía describir como felicidad…
Y cuando dormían juntos, y solía despertar sobresaltado a causa de una pesadilla, Joe aun que estuviera medio dormido, lo tomaba entre sus brazos y lo calmaba; sé sabia seguro y que nada lo dañaría.
Disfrutaba de su sonrisa cuando lo hacia feliz, le encantaba el rojo de sus mejillas cuando lo avergonzaba por cualquier nimiedad del cual era él, el culpable y reía al verlo hacer un de sus particulares alborotos.
Si. Eso amaba de Joe y mucho mas.
Quizás estaba mal querer cambiar lo que en primer lugar le había gustado de su senpai.
Sin embargo, cuando el mayor mostraba esa parte de él, esa fuerte, decidida y atrevida, que Joe solo lo dejo conocer a él. Esa que lo hacia sentir temblar de los pies a la cabeza, quería verla una vez mas.
Sin embargo y por otra lado, era culpa suya, tal vez no estaba haciendo su parte. Le dijo a Joe que se portara atrevido, pero… pero como su pareja, el Cody, no lo intentaba o quizás si lo hacia y mucho, como antes, cunado las cosas no avanzaban solo por ser testarudo y no entender lo que su senpai quería o pensaba respecto a las cosas.
Otra vez tenia los pensamientos revueltos.
¿Su senpai siempre pensaba tanto como lo acaba de hacer? ¿ como le hacia para no terminar con dolor de cabeza? Aun que comenzaba a entender por que este se preocupaba y hacia un pequeño escándalo de todo.
Suspiro:
—“Suzumiya dijo que hiciera lo que a él le gustaba, pero… —penso— creo que me da pena —sacudio sus cabeza — “No, yo are mi parte. No quiero que este enojado conmigo”
Después de clases fue directamente a casa y a su armario, busco en unas cajas, y cuando encontró lo que buscaba lo guardo todo dentro de una pequeña mochila.
Suspiro, y con el corazón latiendo a mil por hora salio en dirección a casa de su senpai.
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Joe llego a casa tarde ese día, había sido largo después de sus pequeña charla con Nejima.
Entro a sus departamento y se sobó los hombros, se sentía tan cansado. Suspiro, se acomodo las gafas y observo que aun lado suyo había un par de pequeños zapatos café.
Tuvo una extraña corazonada, obvio, su niño no acostumbraba ir a verlo dos días seguidos y menos después de haberlo hecho enfadar.
Kido fue directo a sus habitación sigilosamente. Tomo la perilla de la puerta y entonces escucho la voz de su niño:
—T-talvez fue una mala idea. No me veo bien, Se va a enfadar mas conmigo por esto. ¿Por que siempre soy yo el que termina haciendo este tipo de cosas? Aun no ha llegado, es mejor que me cambie, no quiero que él me odie.
Al ir la voz triste de su pequeño, Kido no lo pensó y abrió la puerta de par en par.
—¡Cody!
—¿He? —exclamo el niño sorprendido —J-joe…
Llamo, pero su senpai no dijo nada, en lugar de eso lo miro fijo.
El hermoso niño ruborizó avergonzado, le habían visto así, vestido de esa manera.
Continuara...