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Nuestro deseo de crecer ni gakki por shanakamiya

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Notas del capitulo:

Hola a todos!

Primero. Lamento el retraso. Pero estos ultimo mes fue muy pesado para mi. Primero sufri una fuerte infeccion y tuve que estar en reposo con antibioticos de alto espectro y anestesicos. Ya me encuentro mejor no se preocupen.

Mi sorpresa fue aun mayor al regresar a la pagina y ver que uno de mis escritores favoritos decidio retirarse total y completamente de esta pagina. Fue una shock bastante fuerte para mi, por que este chico tenia mucho talento. Su historia principal me encantaba. Pero sobre todo que él... él lei esta historia. Y sus comentarios me asin notar que conecto de manera especial con esta. Sus comentarios me eran un gran apoyo para mi.

Asi que gracias a quien gracias merece. Por que aunque él tal vez no valla a leer los ultimos dos capitulos de este fic. Fue en buena parte por él por que esta historia llego hasta aqui.

Asi que ¡Gracias Gaib, por haberme apoyado todo este tiempo. Muchas, muchas gracias!

Sin mas el capitulo. 

Capitulo treinta y dos: Paraíso dulce.

 

Terminaron su baño. Cody fue el primero en salir corriendo desnudo a la cama, solo con una toalla en los hombros.

—No corras. No bayas a caerte —Joe salía tras él con una toalla en la cintura secándose el cabello largo con otra.

—Estoy bien —Cody salta a la cama y toma de la cabecera la caja de pocky que habia dejado abierta, y se lleva un palillo a la boca.

—Sécate el cabello —indico al menor y se puso las gafas, a la vez que se peinaba con su mano libre los cabellos hacia atrás—. Te va a ser daño salir así.

—Ya me lo seque.

—Voy a ver si es cierto —advierte Kido acercándose a Cody despacio. Se sentó a su lado en la enorme cama y paso su mano por las hebras color chocolate—. Cierto. Es verdad.

—Vez. Te lo dije.

Cody seguía chupando el palillo de galleta sin sacarlo de su boca.

—Dame —pidió Joe. El niño le ofreció la caja, sin embargo el mayor tomo el palillo de la boca del niño, deslizándolo con suavidad.

—Era mío —se quejo Cody inflando las mejillas. Se abalanzo contra su senpai, tomando con los dientes el extremo libre del palillo, tronando por la mitad.

—Ya. Esta bien. Toma otro —Joe indico con cariño relamiendo el dulce los labios, a la vez que tomaba otro palillo de la caja y se lo entregaba directamente en la boca a su pequeño— Di ¡Haa!

—¡Haaa! —recibió divertido el niño.

Kido por su lado, miraba entretenido al pequeño desnudo. Parecía un ángel, con su piel blanca y tersa, las mejillas chapeadas. Desapareciendo a pequeños mordiscos la galleta, mientras frotaba uno sobre el otro sus pequeños pies.

—Rico —dice el castaño lamiendo el extremo de sus dedos, solo con la punta de la lengua — ¿Joe?

El mayor no contesto. Se abalanzo y beso profundamente al chiquillo. Robándole el aliento, revoloteando su lengua en el interior. Disfrutando del sabor dulce de la saliva a leche, plátano y chocolate.

Cody solo se vio acostado en la cama de un momento al otro. Su senpai atacaba rápido y feroz ¿A donde habia ido a para esa toalla en la cintura?  Su boca aun pegada a la suya robándole todo el aire y sin embargo moviendo la lengua para no dejarlo ganar tan fácilmente.

—¡Aaahh!

Soltó al sentir la mano grande del mayor escapar hacia su pecho y  masajeando uno de sus lindos pezones rosados.

—Tan lindo.

Se escucha de Joe embelesado. Con su izquierda recorre la cintura y cadera de su niño, que oscila calentado. Y se un solo movimiento aprovechado, le abre las piernas y se acomoda entre ellas.

—¡Para! ¡E-es muy rápido! —ruega el castaño con voz temblorosa. Sus mejillas rojas evidencian la extraña mezcla de excitación y vergüenza que experimentaba en ese momento. Al sentir los dientes de Joe clavarse en la piel desnuda de su hombro, y la rigidez de su miembro chocar contra su perineo —¡E-espera! ¡Aaahhhh! De verdad…. Espera. Espera.

Aparta débilmente el cuerpo de sus senpai del suyo, mientras sus piernas tiritaban intentando cerrarlas. Inconscientemente tapa su pecho con un de sus brazos.

Entonces es cuando Joe regresa. Mira a Cody ruborizado y agitado con el cuerpo encogido.

—L-lo siento. ¿te asuste? —dice el mas alto un poco apenado de sus actos y frota cariñoso el cabello chocolate de sus niño. Se acuesta de costado a un lado, pero no se aleja del niño ni un milímetro.

—¡N-no es eso! —expresa rápidamente Hida. No quería hacer sentir mal a su senpai, por el repentino sensibilizar de su cuerpo y su pudor.

—Ya. Esta bien —acerca a Cody hasta su pecho y sonriendo le dijo—. No te preocupes. No paso nada malo. Tratare de ser mas gentil desde ahora.

Y beso su frente.

Cody tiembla. Repentinamente su corazón se estremece. Su senpai lucia tan atractivo y lo hacia sentir tan amado, que era como si algo dentro de él se fundiera como mantequilla de la pura emoción y felicidad.

—Joe… a… yo… —se muestra tímido. Algo que no es habitual en él.

Kido sin embargo acaricio de nuevo el cabello chocolate y beso en la frente.

—Ya —le calma—. Mira —dijo buscando en el buró detrás de él, algo pequeño y de envoltura morada—. Aquí esta. Te gusta mucho ¿no es verdad? —abre el pequeño dulce hi-chew—. Di ¡Haaa!

El niño obedece, recibiendo el caramelo suave que Kido deposito en su boca. Besándole la punta de los dedos.

—Buen chico.

Sonríe Kido al ver como el pequeño comienza a comer feliz y sonrojado el dulce.

Casi instantáneamente, Cody, estira su brazo derecho hacia atrás con cuidado de no desacomodarse, hasta encontrar la caja de pocky. Abrazándola casi contra su pecho, saco un palillo y se lo ofreció a su senpai, el cual lo toma con los labios curveados en una sonrisa.

Se dieron unas caricias discretas e incluso jugaron a hacerse cosquillas entre risas. Abrazados, así desnudos.

—¡¡Haaa…!

Abría la boca Joe a lo que Cody respondía igual. Esta vez. El mayor mete una pequeña galletita Hello panda sabor fresa, y mientras el castaño la desasía con el calor de su boca. Tomo el ultimo palillo de pocky y se lo sedlo a su senpai.

Kido esta vez procuro lamer solo el chocolate, humedeciendo sin retirarlo o quebrar la varita:

—Cody —saco el pocky de su boca—. Te quiero mucho.

Besa la frente del niño. Solo tomo la galleta de nuevo entre sus labios para arrebatar la caja de las manos de su pequeño y acomodarse. Atrayendo el pequeño cuerpo hacia él.

—Joe…

—Tranquilo. Shhh… —lo calla con un toque del palillo en sus labios de malvavisco—. Te prometí que seria mas gentil.

Y beso atrevidamente en la boca mezclando los sabores a fresa y plátano con un toque de mantequilla, cada vez que tocaban sus lenguas.

—¡Ahhh… !

Cody rompe el beso en un gemido escandaloso. Su senpai tocaba uno de sus pequeños y duros pezones con el extremo húmedo del pocky. Estimulando con pequeños ruedos.

—¿Te gusta?

—Ahh… J-joe… ah…

—Que rico sabes aquí… huumm…

Retiro  velozmente la golosina y pega su boca al pequeño botón rosa. Succionando para no dejar rastro del dulzor. Y enseguida, froto le otro capullo con cuidado, esta vez con el largo del palillo. Provocando pequeños gemidos y movimientos en el niño.

—Ahhh… ¡Ummm!

Joe chupaba con encanto usando la lengua hábilmente arriba, abajo, en circulo y succionando de nuevo. Cambio al poco tiempo, y repitió en el izquierdo. Cody respiraba agitado, soltando suspiros quedos. Sentia que se derretía. Abrazo lentamente la cabeza de Joe con cariño para que no se despegara de él.

Sin embargo su acción fue interrumpida por el entrar del pocky en su boca de un solo movimiento.

—Así. Anda. Comete el palillo —indico Joe con cariño .

Cody enrojeció y cerro los ojos avergonzado al tiempo que desaparecía la galleta a pequeñas mordiditas.

—Bien hecho, Cody. Abre la boca ¡Haa…!

Esta vez el mayor le hizo comer un pequeño hongito de chocolate y galleta. Solo para después, acariciar su cabello y depositar un beso en su frente.

—Joe… —llamo el niño avergonzado.

—¿Que ocurre? —pregunta el mas alto, pero se come la respuesta con un beso. Asegurándose de saborear con su lengua el interior dulce. Se separaron lentamente y pregunta —¿quieres que te haga algo especial? Lo que tú quieras. —toca la punta de la nariz del niño al final.

El pequeño pestañea un par de veces, desvía la mirada, se encoge apenado y mueve las piernas, balbuceando.

Joe besa su mejilla sonriente y un dulce Hi-chew de melón fue a dar a su boca en lo que esperaba la respuesta de su niño.

—Chu… —murmura el pequeño.

—¿Chu? ¿un beso? —pregunta el mas grande con una risita y ofrece un Flower Kiss de cerezo al castaño, quien lo acepta.

Kido admira a su niño. A tal bella criatura que ama tanto. Tan pequeño, tan suave. Hundido en las sabanas blancas de la cama, en inocencia inmaculada. Su linda carita ruborizada, jugando el dulce en la boca. Esa noche, Joe habia notado muy tímido a Cody una vez estando en la cama. Pero eso no le sorprendía. Después de todo, habían tenido un momento de separación. Y habia cometido el error de hacerlo sonar como un abandono, un cruel abandono. Habia lastimado los sentimientos de Cody y quebrado un poco la confianza. Ellos no habían cambiado. Seguían amándose, anhelando. Aun habia mariposas en el estomago y sonrisas espontáneas al estar con el otro. Pero, si. Algo era diferente, se sentia un poquito diferente en cuanto a la intimidad. Era algo como una presión en el pecho o un peso. Uno que él ya habia sentido antes y tal vez por eso podía entender mejor lo que esta ocurriendo. Cody, quizás no era capas de dares cuenta aun. No. Mejor dicho, saber que era eso. Solo se sentia tímido, avergonzado. A pesar de querer que su senpai lo tocara y lo poseyera con dulzura. Pero Joe, él si se daba cuenta. Estaban apenados, nerviosos, ansiosos, temblando. Anhelantes de el otro en ese momento pero tan cautelosos. Si, esto era parecido a aquella primera vez.

—Tranquilo —dijo el mayor susurrante besando la frente de Cody.

Kido lo entendía. Después de mucho tiempo de esperar, se entregaban una vez mas al otro. Pero al mismo tiempo era diferente. Es algo que no sabia explicar con palabras. Pero de lo que si estaba mas que seguro, era que quería que su pequeño y él disfrutaran de ese momento.

—Joe…

Llamo el despacio al terminar el caramelo.

—¿Que ocurre? ¿Ya sabes que es lo que quieres?  —contesta el alto en una sonrisa—. Sabes que lo que quieres esta bien.

Cody solo extiende los brazos suplicante. Fue entonces que Kido lo envuelve en brazos portentosamente y roba un beso sabor a flores de cerezo. Puro, suave y dulce como primavera. Acaricia despacio de arriba hacia abajo el cuerpo del castaño, del cual sentia sus pequeñas manos recorrer su espalda con timidez.

—Joe…

llama una vez mas el menor a la vez que lo acuestan boca arriba en la cama.

—Te quiero.

—Joe yo… yo quiero que… ha… ummm…

Hida esta avergonzado, se sonrojaba mas a cada palabra con un suspiro, como si las palabras se atoraran en su pecho.

Kido acaricio gentilmente su cabello, sonrió:

—Tranquilo. Iremos despacio —Cody niega con la cabeza— ¿No? ¿no quieres ir despacio? —de nuevo el pequeño mueve la cabeza una y otra vez negando. Abre la boca pero se detiene en cuanto sube el ardor en su cara—. Esta bien —continua Joe diciendo. Paseando la mirada en la cabecera de la cama, observando cada uno de los dulces sobre ella. Toma una bolita de chocolate con leche. Sonríe y con un solo dedo la mete en la boca de Cody—. Soy muy paciente lo sabes. Pero mientras espero. Quiero comer un poco de flan.

El niño solo miro curioso cuando su senpai tomaba el postre detrás suyo, quitaba la tapa con cuidado y de repente… ¡Zazzz! Lo desmoldaba sobre su vientrecito.

—¡Esta escurriendo! —sale de su boca sorprendido.

—¿Que? ¿Donde? ¡Aquí! —el chico de gafas se inclina y succiona el caramelo que se resbalaba travieso por el pubis de Cody.

—¡Ahhh! —el niño gime por el cosquilleo. Se mueve por impulso haciendo temblar el flan sobre su vientre —¡E-escurre! Je je je…

—¿Donde? ¿Aquí? ¿o por aquí?

Respondía el mayor divertido a la vez que lamia alrededor o en las orillas de la cintura de Cody. Asegurándose de limpiar por completo el caramelo.

—Ja ja ja ¡Me haces cosquillas!

—Quieto o desharás el flan.

—Ja ja ja…

Cody se reía divertido y ruborizado. Sin dejar de moverse hace que el postre se menee suave y encantadamente.

—Quieeeto ¡Ham! ¡Ham! ¡Ham!

Ordeno Joe a la vez que de tres bocados grandes se comía el flan. El pequeño se retorció en las sabanas gozosamente con una sonrisa alegre en sus labios. Sus senpai movía la boca lento, a lamidas largas procurando de no dejar nada del postre.

—Me vas a dejar todo pegajoso. Y apenas nos acabamos de bañar.

Menciona Cody mas relajado, abrazando la cabeza de Kido y acariciando las hebras azules.

—No importa —Joe le da un beso debajo del ombligo—. Nos bañamos otra vez.

Dijo. A continuación subió de una lamida lengüetada larga. Friccionando deliciosamente su cuerpo con el del niño. Ambos soltaron un respiro a la vez que se les erizaban todos los bellos del cuerpo.

—Entonces… —Joe da un beso suave y fugas— ¿ya sabes que es lo que quieres?

El niño asienta con la cabeza tímido y ruborizado.

—Chu… chu… —balbuceo.

—Quieres otro flower kiss? ¡Amhp! —antes de que pudiera decir otra cosa. Cody le habia metido una galletita Hello panda de sorpresa a la boca.

—Me-me-me-me ¡¿Me la chupas?! —pide Cody rojo esta las orejas, completamente avergonzado. Por fin lo dijo. Le habia dado mucha pena pedir  eso,  pero la ultima vez que lo hizo así, se sintió muy rico y quería probar de nuevo.

Escucho como Joe tronaba la galleta en su boca y se la pasaba:

—Claro. Todo lo que quieras —contesto galante. Haciendo que el corazón de Cody se acelero. Y para rematar el seductor acto, metió un kinoko no yama a su boca y le dijo—. Disfruta del chocolate mientras yo disfruto de ti —sonrió.

A continuación Kido, descendido por el cuerpo de Cody. Deposita un beso en el pecho, otro en el vientre y muy pausadamente un ultimo, en el pequeño pubis de su niño. Provocando que se oscilara ligeramente. Tomo con su mano gentilmente el sexo despierto, masajeando un poco y beso cálidamente en el espacio entre el tronquito y el saquito. Incitando un gemido dulce y encantador del niño.

—¿Aquí? ¿aquí te gusta? —pregunto sensual y repitió el acto con todo el lujo de chupar delicadamente.

—¡Ahhh! ¡se siente rico!

Gime Cody sintiendo como cada célula de su ser se calienta. Aspira profundo y suspira largo. Tiene escalofríos extraños y maravillosos por todos lados.— ¡Ahhhh! ….ummm ¡Ah!

Joe continua con la felación. Deslizando la lengua por todo el pistilo y con un deleite notorio.

—Tu lengua se siente caliente y húmeda ¡Que bien se siente!

—Y…. ¡Aquí!

Escucha de Joe. Pero antes de poder contestar, este habia pegado sus labios en sus redondos tesoros. Queriendo incrementar la intensidad de sus placeres, chupo con furor a la vez que su mano derecha masturbaba. Despega sus boca de un suspiro. Tomando aire, acomodando al precioso niño. Agarro con las manos la tersa y firme carne de los muslos, levantando un poco. Chupeteando los maravillosos carrizos. Agarrando mejor y besando el objeto de sus deseo. De repente se metió todo a la boca.

Cody soltó un gemido alto arqueando l espalda:

—¡Esta c-caliente! ¡Ahhh!

El niño no pudo evitar gemir fuertemente. Apretaba las sabanas con las manos a la vez que las empujaba con los pies, apretando sus dedos. Con toda la boca abierta, ojos cerraron y mejillas rojas. Ataque tan certero recibió que juraría haber sentido como sus pezones endurecieron a la apara que masajeaban la punta rosada de su miembro con la lengua en círculos.

El mayor continuo sin pausar. Movió de arriba habia abajo y un y otra vez, soltando la pequeña fruta. Lamia un par de veces y volvía a meter todo a su boca y el movimiento. Repitiendo todo de nuevo.

—Ah… ah… ah… Joe… ¡Ah! ¡Mas! ¡Ah.. así mas! ¡Nya!

Su saliva caliente escurriendo entre la fisura de sus muslos. Calentándose avergonzado ante un toque maravilloso en su entrada. La cual fue aprovechada por Kido. De un solo movimiento introdujo el dedo medio y comenzó a sacudirlo lujuriosamente sin detener su vaivén.

Cuando Cody suspiro de un modo especial. Inhalando grande y secando el aire despacio. Joe supo que llegaría pronto su clímax. El joven abrió la boca liberando su objetivo; y despacio se acomodo, sin sacar el dedo del ardiente interior, tal manera que el chiquillo le abrazara la espalda. Y entonces el pequeño culmino, deliciosamente dibujando una sonrisa grata. Joe habia recordado que le gustaba de ser abrazado cuando llegaba ese momento. La sensación duro unos segundos extras de lo habitual. Gimió, se retorció y después vino la calma.

—Te quiero —susurro Joe a lo bajo. Retiro su dedo con cuidado y abrazo mejor al castaño. Dio otro beso fugas y sonrió.

Se dieron una pausa. El castaño estaba satisfecho, calmado y tranquilo. Se habia relajado mucho. Su senpai lo amaba tanto, acariciaba su cabello y frotaba su mejilla, oliéndolo. No lo soltaba para nada.

—Joe…

—Di ¡Haaa!

—¡Haaa!

Y el mayor metió otro flower kiss a su boca. Era de flor de ciruelo. Beso escarlata y maduro.

Lo abrazo con firmeza, acariciando la espalda sutilmente, frotando su rostro en el amplio pecho. Alzo su rostro y paro sus labios esperando que Joe le robara un beso real. Y así lo hizo el muchacho. Al principio, eran roces inocentes, uno tras otro, hasta que el mayor sintió el pequeño caramelo chocar contra sus dientes. Se sorprendió en un principio, pero luego pensó que seria divertido. Abrió la boca aceptando el dulce chupado y después de otro beso lo regreso a su dueño. Así estuvieron un momento, pasando a besos el dulcesito uno al otro, hasta que Cody, incitado por el juego, sobo con su mano el hombro y brazo de Joe provocándole hormigueo. El chico se rió a la par que pasaba el caramelo. Al darse cuanta de eso Cody, ahora, le hacia cosquillas en las cosquillas a su senpai.

—Espera… ja ja ja… espera… ja ja —ruega Joe sin evitar moverse chistoso—. Me haces cosquillas ja ja ja… Espera. Chico malo je je ¡Ya!

El pequeño siguió un rato. Le gustaba torturar a su senpai de esta manera. Su piel era tan caliente y suave.  Y de repente se repego a él.

—Mejor dime que soy un buen chico —pidio Cody como si fuera un consentido.

—Claro. Eres un niño muy bueno —abraza Joe. Acaricia el cabello chocolate—. Aun que aveces eres muy travieso. Pero hoy… as estado muy tranquilo.

—¡Ah! N-no…. no es cierto… —niega Cody sonrojado y agacho la cara para que su senpai no lo mirara.

Es verdad. Hoy Cody habia estado tranquilo. No le habia hecho bromas a Joe o lo habia provocado de alguna manera para hacerlo sonrojar. Eso se debía a que todo este proceso era nuevo para él. Quería portarse bien y hacer la transición fácil respecto a que sus familias conocían lo suyo. Así que debía de estar quieto. Pero esa no era la única razón. Por que por alguna razón, por alguna extraña causa, sentia diferente desde que entro en la cama con su senpai. Sentia algo raro en el pecho. No es que estuviera asustado o tuviera miedo; tampoco que fuera una situación en la que no supiera que hacer. Solo se sentia muy avergonzado. Cuando juguetearon en el baño se sentia mas confiado y que tenia el control, por que Joe no traía sus gafas. Pero en ese momento lo podía ver así. Tan apenado e indefenso. No lo entendía bien. Joe seguía siendo Joe y él seguía siendo él. Se conocen bien, lo habían hecho mucho. Sabe que su senpai lo ama. Pero tenia la necesidad de que se lo digieran mucho, que lo consientan, que sea gentil, que le diga que hace un buen trabajo. Que es un buen niño… que lo  haga sentir especial.

—¿Que ocurre —pregunta Joe.

—Nada —contesta el niño.

—Cody ¿Quieres detenerte aquí? Esta bien. No tenemos porque precipitarnos. —Joe vuelve a preguntar con toda calma.

Pero Cody niega con la cabeza todo ruborizado. Para nada. El pequeño no quería para ahí, es decir, habia disfrutado de todo lo que le habían dicho y hecho hasta ese momento. En especial que su senpai le haya dado placer de esa manera, escuchando y atendiendo sus peticiones. Solo era… ha… es que… pronto llegarían a esa parte y ….

—Joe… —llamo y se abrazo fuerte al mayor. Este le miro, acaricio su cabello y sonriendo comprensiblemente le pregunto:

—Cody ¿Estas nervioso?

—¿He?

—Por eso me preguntaste antes que si yo estaba nervioso ¿verdad? Perdón. Como te dije que no, no pudiste decirme que tú si te sentías así.

—¡No es eso! Solo…

—Sshhhh… —Joe lo silencia con un toque de su dedo—. Entiendo. Eres un buen niño. Muy, muy bueno. Te quiero —lentamente lo atrae subiéndolo.  Agachándose ligero y tomando dulcemente el rostro del niño entre sus manos besa en la nariz, frente y mejillas— Te amo mucho. Nunca voy a dejarte solo de nuevo. Ya estoy aquí ¿no me sientes? —abraza con fuerza. Cody solo se sentia azorado. Joe es muy cálido—. Mira escucha aquí —el mayor lo acerca a su pecho.

El niño abre los ojos sorprendido. El corazón de Kido latía desbocado.

—Se escucha muy fuerte.

—Así es. La verdad… yo también estoy algo nervioso. Desde el principio… —confiesa el mayor ruborizado.

—Joe…

—Pero lo único que yo quiero es que nos sintamos bien juntos. Demostrarnos cuanto nos amamos, por eso… si no te sientes a gusto yo…

—¡Joe, tú… ! ¡Tú también me haces sentir así! —interrumpe el niño temblando nervioso.

—¿He?

—Tú también fuiste el primero en hacerme sentir especial… lindo… importante… querido. Tú también sacas lo mejor de mi. Por eso no pienses que solo yo hago cosas por ti.

—Claro. Lo sé —Kido le besa en la frente sonriente.

—Joe… ha… también... —comenzó a temblar— ¡Estoy nervioso! ¡Me gusto todo lo que hiciste hace un momento! ¡I-incluso me sentí feliz y satisfecho y tranquilo! Pero… es raro.. siento raro aquí —toca su pecho con la mano—. ¡S-solo se bueno conmigo! ¡¡ Es mi primera vez !!

Inmediatamente se tapo la boca con ambas manos. No podía sentirse mas abochornado. Habia dicho una tontería muy grande, una mentira. Eso no era cierto y aun así lo habia gritado. Pero era así como se sentia, como si no supiera como era el amor físico, como si nunca hubieran tenido ese lazo antes.

Cody esta muy apenado, tanto que no podía mirar a Joe. Sin embargo este, desvío su mirada un segundo y dijo colorado:

–S-sabes. También es mi primera vez.

Hida sube despacio su mirada.

Ambos se quedaron en silencio, brazados y mirándose mutuamente. El habiente habia cambiado, era extraño. Se acababan de decir una mentira, que no era del todo una mentira. Pero era diferente como cuando jugaban a fantasear; como aquella vez que Cody habia enfermado y Joe fue su doctor. A pesar de eso. La presión en el pecho de ambos, en especial del castaño, se habia marchado.

Joe se adelanto y dio un beso fugas en la mejilla del chiquillo.

—Cody…. Te amo mucho. De verdad, de verdad.

—Yo también —contesta lindo y chapeadito el castaño—. Te amo mucho. Me siento muy feliz de estar contigo —su senpai le besa la frente—. Gracias por haberte enamorado de mi.

—Yo soy… el que debería decirte eso. Mi principito.

Estando tan conmovido Kido ofreció un beso en los labios. Fue tan cálido y perfecto que Cody deseo entregarse por completo en es momento.

Así, empezaron con leves caricias y besos cálidos, reanudaron el acto amoroso. La excitación regreso rápido al cuerpo de ambos, inundados de pasión. El lazo de nuevo estaba ahí. atando muy fuerte.

—Je je je Me haces cosquillas —rió Joe indiscreto sobre el cuerpo de su pequeño.

—ji ji ¿de verdad?—el castaño contesta divertido apretando ligero la cintura alta de su senpai—. Eres muy blandito aquí. Me gusta ¡Ah!

Termino abriendo la boca ligeramente invitando a su senpai a meter la lengua y frotarla.

El muchacho beso de inmediato. Chupando la boca, friccionando y chocando la lengua. Aun sentia la fragancia de los dulces que habían comido. Hasta que el niño se separo sin aire.

—Ah… ah… Joe… m-me chupas el p-pe.. ah… pecho… ah… por favor…

—Todo lo que quieras.

Contagiado de placer el mayor, primero, examino el bello cuerpo de Cody con sus manos grandes, delineando la delgada cintura. Pero fueron esos pezones calientes  y erguidos los que fueron una tentación para sus labios. Queriendo complacer tanto como se lo habían pedido. Rindió homenaje con su lengua a tan ricos botones.

Palpitando de deseo Cody, abrazo la cabeza de su senpai y sus piernas alrededor de la cintura. Todo su cuerpo chispeaba deliciosamente, sin dejar de gemir.

—Joe… ah… Joe…

Llamaba delirante.

—¿Que ocurre? —pregunto el muchacho sin dejar de acariciar tiernamente el pecho de Cody —.Lo siento. Estoy siendo muy rudo de nuevo contigo. Es que me vuelves loco. Que siento que no me puedo controlar.

—No. Siento bien...  ah… me gusta mucho… ah… Es lindo…. Siempre me haces cosas para hacerme sentir bien… ah… incluso comiste pudín sobre mi.

—¡Ha! Eso… fue divertido, pero me dio un poco de pena hacerlo je je.

—Ya. Pero yo también quiero… quiero hacer algo para hacer sentir bien a Joe… así que dime ¿que quieres que haga por ti? —el castaño sonrió y bajo su mirada llena de picardía. Joe se levanto. hincado frente a su niño. Besa su mano y después, mientras se acomodaba las gafas, contesto:

—Bueno… mas que hacerme. Es que me dejes hacer algo.

—¿Que es? Lo que quieras esta bien —Cody se muestra todo coqueto.

—Bueno… —Kido comienza a hacer un caminito con sus dedos desde pierna de Cody hasta su tobillo —. Déjame… be… ha… besarte los pies…

—Esta bien —dio su permiso el menor levantando lento su pie derecho, hasta quedar frente al rostro de Joe. Apenado agacho la mirada, ruborizo y tapando su pecho con su brazo, dijo —. Pero… se delicado.

—Gracias, mi principito.

Y como si fuera su fiel sirviente beso la punta de los dedos.

—¡Ahhh! —Exclamo Kido con toda devoción — ¡tienes los pies mas lindos que jamas aya visto! —mientras decía esto, apretaba ligeramente el pequeño pie, lo acerca a su mejilla y lo frota con cariño.

—Joe…

El chiquillo enrojece aun mas al ver como era amada esa parte de su cuerpo. Baya, en momento como estos en los que su senpai se veía tan feliz y satisfecho con tan poco. No sabia si era por que su senpai era una persona muy sencilla o muy fetichista.

Atrevidamente Joe lame el arco de la palma con su lengua.

—Ji ji ji —río el castaño—. Me haces cosquillas. No lo hagas así, es un lugar muy sucio.

—¡Claro que no! —negó el mayor rotundamente.

—Pero… mis pies no son nada lindos. Sabes  que siempre practico kendo con los pies descalzos. Así que están un poco…

Confiesa el menor apenado. Sus pies no eran la parte que mas le gustaba de su cuerpo.

—Para nada —besa de nuevo Joe con amor, esta vez en el costado—. Son hermosos. Son suaves y siempre huelen muy rico. A mi me gustan —olió entre los dedos encantado.

Esos pies para Kido, son una de las tantas partes lindas que tenia su pequeño. Suaves y fragantes como pétalos de flores, inclusive sus pequeñas uñas rosas eran como pequeñas conchas de mar—. ¿Puedo preguntarte algo? He querido saberlo desde hace mucho tiempo. Dime ¿cuanto miden tus pies?

—¿He? Bueno… ah… vein… ¡Ahhh!

El joven acababa de morder ligerito el talón del niño:

—¿Veintitrés centímetros? —pero Cody niega con la cabeza. Intento adivinar de nuevo sintiendo mariposas en el estomago—. ¿veintidós centímetros?

Pero Cody niega de nuevo. Avergonzado confiesa al fin, uno de sus mas grandes secretos:

—… ve-veintiuno.

—¡¡ Veintiún centímetros !!

El mayor expresa en completa emoción. Al mismo tiempo levanta ambos pies y besa en la punta. Baja despacio el pie derecho de Cody y se dedico al izquierdo, pregonando la atención debida. Besando la planta y mordiendo ligerito en las partes gorditas.

Por instantes Cody se reía por las cosquillas o gemía ligerito. No sabia que los pies eran un lugar que se sintieran así de bien. Esta es la segunda vez que descubría este nuevo mar de sensaciones. Disfrutando sobre todo la lengua sobre su arco o que le mordisquearan los talones. Lentamente subió su pie derecho, pasando en el hombro de Joe. Al ver como este se sacudía divertido, a Cody  se le ocurrió una idea. Deslizo así la punta del pie por el largo del pecho.

—¿Q-que haces? —pregunta el muchacho.

—¿S-se siente bien? —pregunto Cody. Esta vez acariciando el costado.

—Siento un hormigueo agradable.

—Ya veo.

El pequeño aprovecha un descuido de su senpai para zafar su pie izquierdo, deslizando despacio, aprieta el pecho. Mientras que con el derecho froto el interior de los muslos —. ¿Que tal así? —pregunta tímido —¿Te gusta?

—Si. Es agradable.

Joe dijo leve tras un suspiro y cerrando los ojos.

Así con candidez, Cody desliza su pie izquierdo un mas, recorriendo por fin, la pétrea longitud del miembro viril.

—Ummm… Cody…

El mayor se yergue por completo. El suave tacto del pie de su niño, le elevaba hasta el cielo. Prefiere no abrir los ojos. Quiere  disfrutar de cada detalle.

—N-no te muevas mucho, por favor.

Escucha la petición del chiquillo a la vez que algo pequeño se desliza por debajo de sus testículos y acaricia.  El calor sube a su rostro, sin embargo se queda firme, sin moverse.

La maniobra dio inicio. Cody presionaba ligero su pie derecho contra ese sexo erguido, de arriba hacia abajo, lentamente. Sintiendo ese trozo de carne calentarse  en su planta. Así, cuando toco la punta inflamada con los dedos, soltó un suspiro. Suspiro que fue apocado por el ronco gemido de Kido. Y, cuando cerro los dedos apretando, el muchacho gimió mas alto. Un choque eléctrico le recorrió la espina retumbando. El pequeño pie derecho no se quedo inmóvil por mucho tiempo, con el dedo pulgar, y asegurándose de hacerlo con toda la sutileza que podía, presionaba, frotaba y estimulaba el saco carnoso en su poder.

—¿Lo hago bien? ¿te gusta?

Escucho Kido aun con los ojos cerrados, para ese momento se habia encorvado, respirando agitado, ruborizado. Sensaciones nuevas despertaban ante la particular experiencia. Que solo se habia quedado en sus fantasías hasta ese momento.

—Si —susurra—. Se siente muy bien…

Despacio, el muchacho abre los ojos. Encontrándose de frente con una de las imagines mas encantadoras y excitantes que jamas pensó ver. Ahí, su niño, su hermoso niño, Sentado, recargándose con su mano izquierda en el colchón, mientras que con la derecha se friccionaba lentamente, jugando con su delicado miembro. Tenia la cabeza agachada y la mirada clavada en su ejecución.

—Esta caliente. Siento cosquillas en mi pie.

Murmuro curioso y presionando ligerito el ardiente trozo de carne.

—Tus pies son muy lindos. Se siente muy bien —halago Joe.

Sin embargo Cody al percatarse de la profunda mirada se su senpai. Ruborizo. Despacito quito sus pies y los bajo apoyándolos en la cama.

—¡Ha! No me mires —pide avergonzado. Soltó su propio beneplácito y acostándose en la cama, termino—. Me da pena . Cierra los ojos.

—No quiero —contesto el mayor recostándose sobre el pequeño—.  Eres tan lindo.

Y beso gentilmente en la frente.

—Joe…

El castaño abraza cariñoso la espalda de su querido senpai, acariciándola de arriba hacia abajo. Entreteniéndose pasando la punta de sus dedos por el largo de esta, justo por el centro.

—Cody…

El mayor por su lado besa el delgado cuello de su pareja. Estremeciendo.

Se entregaron besos y caricias finas. Para terminar de elevar su temperatura. Susurrándose secretos amorosos al oído y sellándolas con pequeñas sonrisa de complicidad.

—Joe… —el niño llama con dulzura. Aparta lentamente el cuerpo de su senpai—. ..  por favor…

—¿Seguro?

—Aja… estoy listo…

—Esta bien —responde el muchacho amorosamente acariciando el rostro del menor con el dorso de su mano. Toma otro dulce. Un flower kiss. Lo coloca en sus labios, sin introducirlo por completo, se inclina y se lo ofrece a su pequeño, quien lo toma en un beso. Esta vez era uno sabor a durazno, suave y dulce. El muchacho acaricio el cabello castaño una vez mas y con voz tenue le indica—. Entonces. Vamos despacio. Voltéate.

Y giro al niño de lado delicadamente. Asiendo que Cody se acostara boca abajo, a lo largo de una almohada y levantara las caderas estando de rodillas— ¿estas cómodo?

—Aja…

Respondió Cody ruborizándose y abrazando la almohada. Esa posición era la misma que optaba últimamente para tocarse cuando estaba solo. Así que, el hecho de que Joe lo colocara de esa misma manera. Le llenaba de calor y estruendo. El sabor del dulce hacia a un mas excitante ese momento.

Kido por su lado. Pierde el aliento, se le hacia agua la boca. Él tenia servido el mejor dulce de la noche. Sin titubear se acerco por detrás. Besa el centro de la espalda y estruja los suaves muslos del pequeño. El cual solo suspira y se queja agradable:

—¡Ahhhh! ¡Joe!

Grita excitado con toda la boca abierta asomando el pequeño dulce. El mayor habia acercado sus labios al altar de sus pasiones. Besando con dulzura, cada vez mas, fuertemente se abrió paso con su lengua en el interior de la pequeña entrada.

—¡Ahhh! ¡Joe… tu lengua… ah… esta caliente… ah.. ah ah…! ¡Nya!

Cody se restriega con la almohada estimulándose así mismo su pecho y su pequeño miembro. Maullando y gimiendo como gatito en celo.

El muchacho termino el apasionado beso:

—Eres muy dulce. ¡Ah! Estas muy apretadito aquí dentro —menciona con cierto dejo de inocencia. La verdad que ya lo habia notado desde su primera intromisión. Pero no quiso hacerlo notar hasta ese momento. Jugo entonces con todo su dedo dentro de la rozada corola de tulipán.

El niño solo volteo su rostro en completo carmesí, mostrando el pequeño caramelo en su lengua. Joe se inclina lo suficiente y toma el caramelo en un beso profundo. Se separaron.

El pequeño tiembla y dice avergonzado:

—Es que… no… no me he tocado desde… ¡Ah! la ultima vez que estuvimos… juntos… ¡Ah! no de esta manera… mmm… ¡ah!

—Ya veo. ¿te duele? —y profundiza delicadamente la penetración.

—¡Ahhh! Ah ah ah no… siento raro.

—¿Raro bueno o raro malo?

—Je je je… —Cody ríe ligero y abraza mas fuertemente la almohada, escondiendo su rostro—. Hace mucho que no me lo preguntas así.

—¿Así como?

—Ah… ah… como… como en las primeras veces… ah…

—¿En serio? —Kido sonríe e introduce el Segundo dedo—. Es que es como en la primeras veces.

—¡Ahhh!

Cody grita fuerte y se aferra a su almohada. Tenia toda la piel erizada, sus rodillas temblaban, su pequeño pasaje húmedo ardía un poco. Aun estaba un algo nervioso. Es cierto. Esto era como en la primeras veces. Pensar así hacia que revoloteara su pecho de felicidad.

—Relájate un poco. Estas muy apretado ¿seguro que quieres que continúe?

—Si… ah… comienzo a sentir rico.

—Esta bien —acepta dócilmente Joe. Se acerca despacio por detrás y recarga su pecho contra la espalda del castaño. Le besa el hombro, la nuca y le huele el cabello.

Cody oscila las caderas. El ardor desaparecía a la par que unas ansia urgentes llenaban su ser:

—¡Ahhhh! — se ergio por completo a cuatro— ¡Mas!

Atendiendo la orden de su pequeño, Joe, sacudió sus dedos intensamente. Aprovechando, con su mano libre de acariciar el pecho, vientre, glúteos y entre los muslos de su niño. Amando y pellizcando por momentos las partes blandas que le excitaban a el chiquillo. Para el menor cientos de sensaciones revoloteaban en su interior, por fuera por todos lados. Se sentia mojado y sin control.

Kido por su lado respiraba agitado, sus pasiones ardían en su pecho. El calor en sus dedos era suficiente para hacerlo alucinar. Húmedo, rico. Quería hundirse tan rápido y de un solo embiste en esa deliciosa cavidad excitadora. Parecía adolescente, ansioso por tenerlo dentro.

Frotaba su pecho por la espalda del castaño, sudando, entretenido. Fue entonces que noto al niño absuelto. Habia dejado de hacer ruido y se limitaba a resoplar con la mirada perdida sobre el buró lleno de golosinas y tras cositas.

Pregunto suave al ido de Hida:

—¿Que ocurre? —sonríe un poco y besa la orejita de su niño—. ¿Quieres que use condón esta vez?

—¿He? —el niño expresa sorprendido. ¿su senpai se lo preguntaba acaso porque miraba los condones sobre el buró? No. Él no miraba eso. Sonrío, recargo su cabeza en la almohada y le dijo a Joe—No.  Hoy no tengo clase de kendo… ¡Ahhhh!

Grito en un gemido haciendo para atrás la cadera profundizando la penetración, a la vez que frotaba su pequeño miembro con la almohada.

Joe se sonríe:

—Es cierto verdad —ladeo su rostro y lo deslizo en el sedoso cabello.—¿Entonces?

—…Ahh… cho.. ah choco… chocolate…

—¡Ha! quieres un chocolate. Entendido.

Respondió Kido bajito a la vez que retiraba sus dedos con cuidado. Cody dejo ir un ligero gritito y se quedo en esa posición unos segundos descansando. Para después lentamente acostarse boca arriba con las rodillas levantadas y las piernas ligeramente abiertas, invitando.

Joe por su lado habia tomado la caja con bolitas de chocolate. Él se comió una y la otra la sostuvo en la punta de sus dedos. En cuanto Cody suspiro abriendo la boca, metió el chocolate de un empujón de su dedo. Cody mastico el chocolate. Inmediatamente Kido se puso sobre el uniéndose en un nuevo beso. Disfrutando de comer el chocolate de la boca del otro. Fue entonces que el mayor se acomodo entre las piernas del niño. Ya habiendo humedecido convenientemente el pequeño y rosado orificio, inserto su miembro lenta y deliberadamente hasta llegar al tope. Un aturdimiento delicioso se apodero de todo el cuerpo de ambos. Los nervios del placer estaban al descubierto. En cuanto rompieron el beso. Joe abrazo a su pequeño soltando un suspiro apasionado, mientras Cody, se aferraba a la espalda del mayor con un melodioso gemido. La entrada habia sido suave y húmeda, igual que chocolate espeso. E iniciaron el movimiento.

—Ahhh… Cody te amo… ah… ¡Te amo!

—¡Ahhh!… ¡Joe! Ahh… ah... ahhh...

Sudaban, gemían, clamaban. No solo queriendo compartir el éxtasis que sus cuerpos podían proporcionar, si no también, sus pensamientos, sus anhelos… sus emociones.

Joe entre la finura de ese bello cuerpo con hoyuelos. Cody entrelazado en l madures de la firme carne.

La pasión era mas fuerte que ninguna otra cosa, y el deseo se habia impuesto sobre la espera y la separación que habían tenido.

El muchacho cambio la posición de instante al otro. Ahora estaban de lado, Cody dando la espalda a Joe, quien introdujo de nueva cuenta su rígida lanza en el estrecho portal.

—Estas tan caliente y suave.

Susurra divertido en el oído del niño a la par que acaricia el vientre bajo de este, solo con la punta de sus dedos.

Hida no respondió mas que con melodiosos y acalorados gemidos y la tensión de sus cuerpo que apretaba por dentro y escurría de enfrente. Se rodeo del brazo libre de su senpai. Contoneando sus caderas, intentando satisfacer.

Kido le besa la mejilla, aprieta el cuerpecito con sus manos grandes e invistió fuertemente satisfecho. Sabia bien que esa era la posición favorita que enloquecía a su pequeño. No habia manera mas fácil de llevarlo al orgasmo. Respiro hondo y fue mas lento. De solo imaginarlo, él seria el que terminaría antes de tiempo. Ese niño, su niño era mas que perfecto.

—J-joe.. m-mas… ¡Mas!

Cody apenas podía articular. El rubor en su cara llegaba hasta las orejas y de su boquita abierta se asomaba un hilito de saliva. El sudor lo bañaba por completo

Posesionado, el mayor bufa desesperado. Todo ardía dentro de su cabeza. Solo quedando el deseo bestial de complacer a su compañero. Furtivamente sus manos se pocisionaron estratégicamente en el cuerpo de su amado. La derecha en la cadera, la izquierda en el hombro. E impacto poderosamente, sacudiendo y alzando de arriba hacia abajo el ligero cuerpo del niño.

Cody se sentia perder. El vibrante  gozo proyectado del instrumento que se sacudía en su interior. Provocaba una descarga de adrenalina de los pies a la cabeza. Pero en esa sensación, ahora, mas que nunca, habia placer, cariño, satisfacción y compartimiento. Anudados armoniosamente.

El calor del amor y lujuria se convertían en perfume de éxtasis que inundaba la habitación. Llevándolos a ambos a ambos a su paraíso personal e imperturbable. Dulce muy dulce.

Kido desplazo su mano derecha, de la cadera de Cody a su miembro friccionando rápido y continuo. El niño no habia parado de moverse auto penetrándose.

—Te amo.

—Te amo.

Resonaba a la par del chillido de la cama. Y cuando llego el momento, los gritos y los gemidos no fueron suficientes para expresarse. Y fue perfecto. Un orgasmo perfecto, escandaloso y mojado. El primero en ser exactamente simultáneo.

Sin romper la posicion. El mayor apapacho al pequeño, entrelazando sus manos y quedándose quietos, agitados, sudando. Aun disfrutando del momento. Sin decirse nada y diciendo todo.

 

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Y ahí estaban en su propio paraíso dulce encontrado en esa pequeña abitacion.

La cama tenia las sabanas revueltas hechas casi un ovillo. Apenas cubriendo a los amantes, que se dedicaban contentos adorables besos. Endulzándose mutuamente la vida con pequeños caramelos, galletas y chocolates. Las envolturas de colores esparcidas por todas partes mas encantadores que pétalos de flores.

Ambos se sentaron en la cama. El mayor por detrás sin dejar de abrazar al pequeño acomodado entre sus piernas. El chiquillo envuelto en los brazos de su senpai. Miraban en el televisor un programa que les gustaba a ambos, en completa calma. Como si absolutamente todo desapareciera y fuera hecho un pequeño mundo para ellos dos. En una felicidad indescriptible.

Joe dio el ultimo chocolatito de hongo a Cody en la boca, y este ultimo, el hi-chew de fresas al muchacho.

Se sonrieron mutuamente y el castaño hablo:

—Gracias…

—¿He? ¿porque?

—Por hacerme sentir tan feliz —aparecieron un par de chapitas en su cara.

—Tú también haces que me sienta inmensamente feliz —contesta el muchacho y besa por detrás de la cabeza del chiquillo.

Hida se voltea lentamente hasta quedarse frente a Kido. Sujeta el rostro con ambas manos. Ruboriza y mueve los labios como si tratara de decir algo. Pero en su lugar se abrazo al cuello de Joe. El cual tras una pequeña sorpresa correspondió el abrazo.

—No vuelvas a asustarme así —Cody hablo—. No vuelvas a dejarme solo tanto tiempo.

—Ummm —Joe sonríe—. No lo volveré a hacer.

—¿De verdad?

—De verdad. De verdad.

—¿Lo prometes? —Cody le mira caprichoso directo a los ojos y después le estiro las mejillas de su senpai —¿lo prometes?

—Lo prometo. Lo prometo —segura Joe con voz voz chistosa.

El castaño lo mira tímido y ruborizado:

—Mas te vale —y lo suelta.

—Si. Claro que si.

Kido solo se soba las mejillas rojas con ambas manos mientras sonríe. Después besa la mejilla del castaño:

—Cody, te amo.

El pequeño solo se sacude divertido y sonríe cándidamente.

Así Joe Kido busca el collar que le habia regalado a su niño. Lo extendió abriendo,  y como en aquella  ocasión. Pregunto:

—¿Quieres quedarte conmigo para siempre?

—Si.

La respuesta fue breve pero clara. Entonces el mayor coloca el collar con el anillo, alrededor del cuello de su joven pareja.

—En ese caso —Cody sonríe y mientras apretaba con su mano izquierda el anillo que colgaba de la cadena. Estiro la otra mano buscando la pulsera tejida que le habia hecho a su senpai. Presentándosela al mayor, le dijo contento sin dejar su lindura—. ¡Joe! ¡¿Quieres quedarte conmigo para siempre?!

—Por supuesto que si.

Respondió el joven sonriente y estirando su mano derecha, dejando que el pequeño Cody le colocara la alhaja. Antes de lanzarse sobre él, entrelazando sus manos….

 Continuara...

Notas finales:

Respecto al fic:

Varios de los dulces presentados durante el capitulo, son muy conocidos.

Los pockys como muchos saben son golosina que consiste de un palito de pan cubierto con chocolate de sabores. Los de platano son de mis favoritos por no te empalagan tanto como los de chocolate regular n.n

El Hi-chew es caramelo suave tipo chicloso a sabores de fruta, usualmente uva, melon, platano, manzana verde, fresa. Es super suavecito. Y no importa cuanto lo masques nunca se te pega en los dientes o el paladar.

Las Hello Panda son pequeñas galletitas redondas de mantequilla rellenas con chocolate, son muy lindas porque cada galleta tiene una ilustracion de un pandita.

El Kusagai Flower Kiss es caramelo masiso con un delicado sabor a flores. Casi siempre son de ciruelo, cerezo y durazno aun que tambin an sacado sabor a jazmines. Con este dulce hice un pequeño juego de palabras entre la palabra chu (beso en japones ) kiss (beso en ingles) y chu (primera silaba de chupar)

El kinoko no yama son pequeños chocolate con galleta muy deliciosos con forma de honguito.

Bien con esto, solo nos falta el epilogo donde cerraremos algunas cositas que faltan y terminaremos con esta temporada.

Cuidense y abrazos a todos n.n 


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