Me quedé completamente solo sentado en medio de la sala con el corazón en la mano y los ojos llenos de lágrimas, no esperaba sin duda que las cosas salieran como habían resultado pero ya no había remedio… no podía entenderlo… ¿Por qué no estaba feliz de saber que sería padre? Sujeté mi vientre aún plano mientras mis ojos llenos de lágrimas las dejaban fluir libremente hasta la fina alfombra que Ji tenía puesta en la sala.
No quería perderlo…en verdad que no quería perder a Ji, por eso le había gritado que no podría deshacerse de mí, que lo demandaría…y solo-dios-sabe cuántas estupideces que se me ocurrieron en aquel momento…obviamente no haría nada de eso porque lo que más quería era que el hombre que amaba y futuro padre de mi hijo –lo quisiera o no- estuviera a salvo, fuera feliz…y si eso no era conmigo y con el bebé que esperaba…entonces no había remedio posible.
Hacía ya casi una hora de que había escuchado su auto salir de la propiedad como impulsado por el diablo y ahora yo ahí, sentado sobre el sofá… me di cuenta que ya no tenía un lugar en aquella casa. Me levanté y guarde las pocas cosas que tenía y eran mías, no iba a llevarme las cosas que Ji me había comprado…no necesitaba de su lastima y mi bebé tampoco. Armé mi pequeña maleta y con paso firme salí de la propiedad.
Caminé durante horas hasta que llegué a un parque, estaba sucio y algo abandonado pero pensé que si no tenía un lugar para pasar la noche al menos una de las bancas de aquel parque sería un buen lugar para sentarme. Me senté en una orilla contando con los dedos dentro de mi bolsillo las pocas monedas que tenía, era apenas el suficiente dinero para desayunar decentemente y quizás comer algo no muy sano mañana pero por esos momentos me estaba congelando…sentía el frío calarme hasta los huesos y no pude evitar temblar un poco más.
- No tienes nada de qué preocuparte, bebé, mami y tu van a estar bien… - dije mientras sujetaba mi vientre seguro de que no era ni el único ni el primero tan jodido
Me quedé sentado contemplando la estatua que estaba en el centro del parque y tracé todo un plan malvado en mi mente, por la mañana buscaría un periódico y buscaría un taxi que me llevara a la asociación médica de caridad más cercana, seguramente ahí podrían ayudarme un poco con el embarazo y si tenía suerte podría comer bien. La otra opción de mi vida a futuro me hizo derramar unas cuantas lágrimas. La opción era comprar el periódico, pagar el taxi y usar la tarjeta que Ji me había dado -y que sin querer no había sacado de mi bolsillo- para pagar un aborto.
Un aborto…
Mi pecho se estremeció de solo pensarlo, aquella criatura que crecía en mi vientre con dos meses de edad era lo mejor de mi vida hasta ahora…no tenía el valor para deshacerme de algo que había hecho con tanto amor e inocencia.
Hacía ya casi dos meses que no veía a TOP y a su pareja, aquel muchacho hospitalizado…mientras Ji y yo éramos muy felices me había hablado del avance de Daesung….aparentemente habían estado realizándole pruebas y más pruebas, algunas cirugías aquí y allá para corregir una malformación de nacimiento en su corazón…más de una vez había estado a punto de morir y yo lo sabía porque esos días TOP iba a mi hogar y lloraba en el hombro de Ji (…) }
Pudiera ser que mi madre no estuviera de acuerdo con el hecho de que me marche con un extraño pero sabía que me defendería si volvía a la casa….lo que no estaba seguro era de que mi padre no quisiera asesinarme apenas me viera cruzar la puerta (…)
No tenía muchas opciones desde donde lo veía y a pesar de eso ya había llorado lo suficiente como para darme cuenta de que las cosas no mejorarían, me quedé sentado en la banca hasta que amaneció y después sin pensar y con el trasero completamente helado caminé de regreso hasta la casa de Ji, de nuevo para rogarle que me amara puesto que si no lo hacía…la vida para mí se tornaba gris…lo necesitaba y dejó de importar si quería al bebé o no quería al bebé, si me quería o no me quería…este bebé que llevaba conmigo me hacía estar seguro de que se iba a quedar a mi lado por siempre…de lo contrario tenía mucho de qué hablar con la prensa.
Cuando regresé a la mansión no estaba Ji, no estaba su auto y pensé que quizás aún no volvía y no había notado siquiera que me había marchado, desempaque mis cosas de nuevo y me puse un pijama para disponerme a dormir, fuera como fuera la verdad era que necesitaba descansar.
Estaba ya durmiendo cuando el sonido de un portazo en mi habitación me hizo despertar, me incorporé casi de un salto solo para encontrarme con Ji, tenía el rostro colorado y las gotas de sudor le resbalaban por la cara, se notaba que había estado corriendo como perseguido por el mismo diablo. Yo lo miré quedándome helado por su estado…él sonreía tan enormemente que no entendía nada ¿había perdido la razón?
- ¿Jiyong? ¿estás bien? – pregunté preocupado
- Ahora lo estoy… ¡¿Dónde estabas?! ¡te busque por media ciudad! ¡me moría de angustia! – gritó antes de lanzarse sobre mí y llenarme la cara de besos – tonto… -susurró
- Tu eres el tonto… - dije más fríamente de lo que hubiera deseado, él me miró directo a los ojos con una sonrisa radiante y me besó la frente.
- Tendremos al bebé juntos, cariño….no tienes que preocuparte por ello…aquí estoy yo y las cosas van a salir bien… -dijo con esa cara de felicidad mientras ponía su mano en mi vientre
Me pareció por demás extraño su forma de actuar y como el desconfiado que soy siempre creí que había vuelto y había dicho todo eso solo por miedo a que hablara con la prensa o que lo convirtiera todo en un circo.
Después de aquello estuvimos hablando más sobre cómo era que yo podía embarazarme, le contaba todo con emoción muy seguro de que ahora no podría marcharse de mi lado y que siempre lo iba a tener…claro que yo no contaba con que ese deseo mío fuera el plan de Ji, él realmente había vuelto para estar conmigo y mi bebé. Nos dormimos ya entradas las 9 y no nos importó despertar solo por el calor de la tarde, él me besaba y yo a él….justo como una pareja normal.
- Antes de que se te note debemos casarnos…entre más pronto mejor… ¿Qué prefieres? ¿rosas rojas o azules? – pregunto mirando al techo y dejándome completamente boquiabierto.
¿Casarnos?
Eso era mucho mejor de lo que yo había planeado que sería….por mucho.