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~ Me construyes un mundo rosa, amor ~ por Hagen Anfallen Sixx

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Notas del capitulo:

Despues de algo así como un millón de años regresé para terminar esto, lo que pasa es que perdí el escrito al menos tres veces y hasta hoy tuve tiempo de ponerme a escribir todo de nuevo, yo sé, este capítulo suena apresurado pero lo es porque tenía que contar mucho en poco espacio, ojalá que les guste, besos y amor.

Narrado por el panda.

Hagen fuera ~~

La luna de miel iba de maravilla, las hermosas calles y los bellos paisajes nos rodeaban todo el tiempo, el olor del amor, el olor embriagante de una felicidad que sinceramente pensaba que no podría tener nunca al alcance de mi mano, todas esas cosas siempre hacían los días más y más hermosos.

Ji como esposo era todo un sueño, siempre me respetaba y era todo un caballero, me tomaba de la mano al andar, me abría la puerta de los autos y de cada lugar al que íbamos, me hacía sentir abochornado con los pequeños y los grandes detalles que tenía conmigo como regalarme una flor por ninguna razón en especifico. La luna de miel era mejor de lo que en mis mejores sueños había logrado concebir, hacíamos el amor cada noche, despacio, con cuidado porque ambos sabíamos que mi embarazo requería de especiales atenciones, que no era como con una mujer.

Ji lo sabía mejor que yo pues incluso había puesto alarmas en su teléfono y reloj solo para que le avisaran cuando llegaba la hora en que yo debía tomar alguna de mis píldoras, él siempre las llevaba en su bolsillo y se aseguraba de dármelas… quizás por eso es que me volví tan descuidado con eso después.

La luna de miel terminó en algún punto, era lógico que no podía seguir por siempre y cuando volvimos a casa nos encontramos con que T.O.P. estaba en su casa con el corazón muy roto como para hacer nada, mi madre y Ji hablaron durante horas por teléfono sobre el estado de su amigo, aparentemente no había querido decirnos lo que estaba pasando porque no quería arruinarnos la luna de miel, me sentí un poco egoísta pero lo agradecí mentalmente mientras escuchaba la conversación por el altavoz. Al día siguiente de nuestra llegada Ji fue a ver a su amigo y su estado lo debió sacudir bastante como para que me dijera que se haría cargo del negocio solo por algunos días y que esperaría un tiempo para que Seung se repusiera, yo lo entendí en ese entonces pero con el paso de los días las cosas comenzaron a ponerse peor.

Entendía que Seung estaba atravesando por un mal momento, que su ruptura final con DaeSung dada no hace mucho tiempo había sido la gota que derramaba el vaso, no me habían querido contar las razones de esa ruptura ni si había habido un aparente culpable, eso no me importaba fuera como fuera, lo único importante de todo eso era que estábamos todos apoyando al mejor amigo de mi novio. Pero como ya dije las cosas se deterioraron con el tiempo.

Ji era bueno haciéndose cargo del negocio, demasiado bueno quizás, pasaba casi todos los días metido en el restaurante atendiendo de primera mano a gente muy respetable y con mucho dinero que siempre gustaba de ir a comer al lugar. Ji estaba feliz del éxito del restaurante pero se esforzaba mucho en llevar las finanzas junto con el contador, en asegurarse que los embarques fueran los mejores… con el tiempo dejé de verlo por casa. A veces por la mañana se deslizaba a la cama y siempre me despertaba su alarma solo un par de horas después, él estaba poniendo todo su corazón en el restaurante principal y también en las sucursales que ahora estaban abriendo por un lado y otro de la ciudad.

Fue justo en una de las inauguraciones cuando las cosas para mi comenzaron a ponerse feas, no me di cuenta de que estaba pasando hasta que me encontré en la alfombra roja sacudido por las luces, no me di cuenta de nada hasta que me encontré en el auto, Ji me había llevado hasta allá antes de que aparecieran más fotos filtradas en revistas e internet, el escándalo fue grave, pero no tan grave como el regaño que me dio Ji cuando después de la consulta con el doctor resolvieron que lo que me tenía mal es que había olvidado tomar las pastillas por un par de días, el doctor me explicó muy claramente que no podía hacer eso, que mi embarazo dependía completamente de que yo tomara mi medicamento porque eso era lo que mantenía a mi bebé dentro de mi cuerpo y nutriéndose de mí, también me dijo que el bebé estaba bien por ahora pero que tenía un riesgo de aborto grande así que tenía que quedarme en casa, en cama, descansar lo más posible y seguir tomando mis pastillas… yo investigué un poco y un riesgo de aborto tan temprano en mi embarazo no era una buena señal así que sin rechistar para nada comencé a obedecer quedarme en casa y tomar las píldoras.

La primera semana fue llevadera, el verdadero problema comenzó después cuando me cansé de permanecer solo en casa, cuando estaba cansado de los juegos de video y de las películas del cable, las cosas no me gustaban así, sobre todo porque extrañaba muchísimo a Ji, al principio trataba de llamarlo un par de veces al día, el siempre contestaba haciendo honor a la promesa que en algún punto me había hecho diciendo que siempre iba a estar para mí cuando yo lo necesitara, pero cuando comencé a incrementar las llamadas a cinco o seis diarias él comenzó a dejar de contestar, siempre había una razón y yo lo entendía, estaba en una junta, estaba terminando unos detalles, estaba con un proveedor, estaba con un cliente, siempre parecía estar con alguien mientras yo me moría de aburrimiento en casa.

Después las llamadas se incrementaron aún más y comencé a llamarle de forma insoportable hasta quince veces al día, entonces fue cuando los verdaderos problemas comenzaron, él llegaba de noche a casa, siempre molesto porque su día no era bueno a veces y otras veces porque sencillamente estaba cansado de mi insistencia, comenzaron los gritos y los reclamos, siempre gritaba yo primero y luego él, a veces se iba de la habitación solo para no dormir conmigo, por la mañana antes de irse me decía que esperaba que por la noche habláramos y que no era bueno para mi condición tantos gritos, así que yo esperaba.

Para cuando cumplí 5 meses la cantidad de restaurantes era de cuatro por lo que cuando Seung se levantó de la cama al fin para ayudar con los negocios las cosas no mejoraron para mi, cierto que el humor de Ji mejoró bastante y las peleas disminuyeron pero también era cierto que el trabajo seguía siendo bastante. Ese mismo mes el doctor me dijo que mi embarazo iba muy bien y me permitió levantarme de la cama para hacer pequeñas tareas, hacía las compras con frecuencia y algunas veces me gustaba meterme a la cocina para yo mismo hacer la cena, algunas veces Ji la comía, otras veces decía que estaba mareado del olor de la comida.

Me sentía solo, me sentía muy abandonado, era como un juguete que en algún momento deja de ser novedad y que se pone sobre la repisa solo porque se ve muy bien, no me di cuenta de que lo que en verdad pasaba era que me estaba deprimiendo a consecuencia del embarazo, no se lo dije a nadie, ni siquiera a mi madre que cada vez iba a verme con más frecuencia. Eso fue lo que nos llevó hasta el día en que comencé a contarles la historia ¿saben? ahí fue cuando todo se jodió.

Ese día por la mañana había peleado con Ji, no recuerdo siquiera la razón exacta, creo que tuvo algo que ver con que le reclamé por más tiempo juntos, que pasara más tiempo conmigo y su bebé y él me había contestado que hacía todo lo que hacía justo y exacto por nuestro bebé, porque quería que tuviera un buen futuro, una cosa llevo a la otra y de pronto ya estábamos peleando de nuevo, él salió de casa dando un portazo y yo me quedé sentado en el sofá llorando bastante. Por la tarde me decidí a tomar un baño y salir a despejar mi mente, fui de compras por algo de despensa para hacer una pasta de la que tenía antojo, compré un helado y finalmente me fui a casa, el chofer me dejó en la puerta y me ayudó a subir los escalones, le insistí a la mujer de servicio en que me dejara llevar la bolsa hasta la cocina, ella se negó al principio pero finalmente aceptó, puse la bolsa con las compras sobre la barra del desayunador, moví la pequeña escalera para acomodar un par de botellas de salsa en la despensa y entonces, justo cuando estaba arriba con los brazos estirados y una botella en cada mano… sentí el dolor más horrible que en mi vida me hubiera dado, me encogí sobre mí mismo y sin tiempo de más perdí el equilibrio cayendo por delante, sobre mi ya gordo abdomen…

Así fue como perdí a mi bebé.

Notas finales:

¿revs? Gracias por leer.


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