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No te olvides de mí... por Juuri Kiryu

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Notas del capitulo:

¡He vuelto! esta semanita le he tenido relajadita...

Pero no puedo decir mucho de mi imaginación. y supongo que se darán cuenta de que, esto está por acabar, que me han venido unas ideas para Vampire Knight... y eso no me permite avanzar XD.

Días después se encontraban en camino hacia Minas Tirit y el ambiente que se había caldeado no era precisamente el mejor. Tras el beso de ellos dos Legolas evitaba encontrarse con él a solas, y cuando lo hacía, huía a la mínima. Aragorn por su parte ahora se hallaba seguro del amor que le profesaba al rubio. Porque no se sentía, ni se había sentido de esa manera con nadie más que con el elfo. También sabía que su cruz sería el daño y las palabras que había dirigido al príncipe. También sabía que era totalmente injusto reclamar algo que bien podría ya no pertenecerle.

El príncipe, debido a su naturaleza atraía fácilmente a otros hombres, lo cual al inicio lo cabreaba con creces. Pero luego Boromir le ayudó a mantenerlos a raya. Y aunque no entendía que era lo que tenía en mente el gondoriano, no rechazaba la ayuda. Un día antes de llegar a los puertos notó a Boromir callado. Y eso le preocupó. Se había encariñado con el hijo de Denethor.

-          ¿me vas a contar que te pasa? – pregunto el montaraz antes de recargarse en la madera del barco - ¿o prefieres que adivine?

-          …- el hombre más joven lo miró dubitativo, no sabía si contarle… pero finalmente, luego de un largo suspiro habló - … Legolas me recuerda mucho a una persona. Por eso inicialmente nuestra relación fue… - Boromir parecía buscar con cuidado las palabras- rara. Yo fui quien cortó lo poco que tuvimos.

Aragorn lo miró con sorpresa. Nunca había tenido la certeza acerca de que tipo de relación llevaban esos dos. Pero fue paciente. En especial porque era consciente de que el querer del menor era diferente al suyo con respecto al rubio.

-          Legolas entendió muy bien. Y me ha ayudado mucho. Porque esa persona, a pesar de ser prohibida para mí, se merece lo mejor, y gracias a él ahora sé que puedo luchar por dárselo – una sonrisa surco el rostro de Boromir ante la mención de la persona - pero cuando me fui, la dejé sola, sin ningún apoyo. Espero que me pueda perdonar por eso.

-          Lo comprenderá. – soltó de repente Aragorn luego de un corto silencio – si logró captar tu atención entonces puede comprender que tu no has elegido esto. Legolas lo entiende. Pero también tiene miedo – el otro rio nasalmente – a decir verdad yo estoy aterrado.

-          ¿tú? ¿por qué?

-          Porque no he podido demostrarle a él lo que siento. Y por si fuera poco, también puedo perderlo en un instante. Si estuviera en mi poder…

-          Lo encerraría en el lugar más lejano de aquí, un lugar que solo yo conociera, en donde nunca la oscuridad pudiera tocarlo – completo Boromir

-          Algo así. Pero él es tan… tan él, que aunque se pudiera, me mandaría al diablo…

-          Y más lejos, tontos – oyeron la voz del rubio – son unos románticos sin remedio. En primer lugar, no piensen en cosas como éstas antes de una batalla. En segundo, Boromir, ya lo hablamos; el entenderá, no te preocupes por algo que no ha pasado aun.

-          Si. Yo iré a…- suspiro, porque en verdad no tenía ánimos de inventarse algo- a quien engaño,  los dejó solos.

-          ¡no! ¡si! – se oyeron las voces al mismo tiempo, pero el otro las ignoró y salió pensando en esa persona.

-          …-

-          …-

Ninguno de los dos tenía ánimos de iniciar una conversación. Pero Legolas sabía que había ido a “eso”. No quería acobardarse, pero el montaraz era el único que podía desarmarlo de esa manera.

-          Este… ¿todo eso fue…?

-          No mentí. En ningún momento, así que no  importa como lo veas o desde que momento hayas escuchado. Me gustas, te amo, y no me preguntes cómo o por qué, que ni yo mismo lo sé.

-          Eras más romántico hablando con Boromir. Voy a pensar que te gusta él si no me besas ahora. – simplifico las cosas el rubio. Aragorn lo miró con sorpresa, cariño, esperanza y… ¿hambre?

 

 

 

-------------------------------------….-¨-….-¨-….

Legolas juraba que no había sido su intención. En serio lo juraba por todos los valar… pero el miedo y los nervios le ganaron. Por eso, cuando Boromir se hubo ido, y Aragorn le miró con esas peligrosas lunas, comenzó a retroceder la misma cantidad de pasos que el otro avanzaba. Hasta que se le acabó el piso y la pared burlona lo acorralaba. Esbozó una sonrisa nerviosa, buscando con sus manos alguna manera de escapar. Pero nada.

Mientras buscaba una forma de escabullirse, se vio acorralado entre la puta pared y el maldito de Aragorn. El maldito montaraz con su sensual sonrisa, con su olor embriagante, con su mirada hechizante, y sus labios resecos, pero a la vez excitantes. Ese idiota lo tenía entre la pared y… bueno… su espada. Legolas cerró los ojos, concentrándose, rogando a Eru por no permitirle hacer una tontería. Inspiró fuerte, profundo y lento. Y entonces Aragorn aprovecho.

Lo beso con delicadeza, pero seguro, pasando mas tarde a algo rudo, hambriento, totalmente sexual,  muy húmedo, ruidoso…. Un beso que enloqueció a ambos. Legolas  mando todo al carajo ¿por qué no probar ese elixir antes de morir? Entonces movió sus brazos a la espalda del moreno. Comenzó a acariciarla largamente. Pudo sentir como  el moreno se desesperaba por encontrar un lugar en donde recostarse.

-          En mi cuarto, vamos – susurró el rubio, recibiendo un gruñido como respuesta, además de que sus labios fueron inmediatamente ocupados

Subieron hasta los aposentos del mayor. Allí ambos se devoraban, no daban paso al miedo. No en ese momento. Legolas se sacó las prendas y el morocho lo imitó inmediatamente. El mayor observó la erección del ojigris. Sonrió, pues la encontró demasiado… apetecible. Sentó a Aragorn en la orilla de la cama, y se colocó a horcajadas sobre él.

Tomo con sus manos el rostro embelesado del heredero de Isildur, y lo besó con gula, mientras el hombre lo sujetaba de las caderas, haciéndolo rozar sus hombrías, duras y calientes. Sin embargo el menor hacía sus movimientos dudando, no estaba seguro de que hacer, solo seguía su instinto. Por lo que comprensivo el rubio le sonrió.

-          No tienes idea de cómo hacerlo con un hombre, ¿me equivoco? – le afirmó en un susurro

-          ¿es tan obvio? – gruño el menor desviando el rostro

-          No te enfades – rio levente el elfo, mientras besaba el cuello del moreno – déjate llevar. Yo haré todo.

-          Hnn…- contesto, el menor, pues no le agradaba del todo la idea de no hacer nada

-          ¿arriba o abajo? – preguntó el oji azul, pero el otro parecía no entender, a lo que el mayor suspiro – supongo que arriba.

Y dicho esto comenzó a besar los muslos de su compañero, acercándose al vientre plano del moreno. Este solo tragó duro, e impaciente, sabía lo que vendría, por ello se encontraba expectante, tenso, esperando que el otro siguiera. Y cuando lo hizo no pudo reprimir una exclamación de placer.

-          ¡oh! – dio un leve respingo al sentir la respiración del mayor sobre su miembro seguida de una calidez húmeda. Una calidez húmeda que aprisionaba su carne, y lo hacía vibrar. Cuando sintió las primeras mamadas echó su cabeza hacia atrás. Llevó sus manos al pelo sedoso y rubio, para marcarle un ritmo

-          Tranquilo, o me vas a ahogar – rio levemente Legolas. Aragorn tiró levemente de su cabello como reproche – es broma, no te pongas así – le miró tiernamente, mientras abandonaba la hombría del otro, y lo besaba hambrientamente.

Tomó las manos del montaraz y las colocó en su trasero. Gimió levemente al sentir como el menor lo estrujaba. Ciertamente le producía cierto morbo el enseñarle al otro a tocarle. Por lo que sin tapujos dirigió una  de las falanges del menor a su entrada, el otro lo miró extrañado.

-          O me preparas, o me rompes – le explicó con simpleza – anda, inténtalo – lo alentó para luego jadear al sentir que el otro adentraba su dedo en su interior… realmente tenía tiempo de no disfrutar aquella sensación.

-          ¿estará bien si meto otros? – pregunto Aragorn luego de sentir que la entrada se iba acostumbrando

-          Tienes que hacerlo – suspiró placenteramente Legolas – vamos, hazlo

El menor hacía lo que el rubio pedía, con sorpresa observó como la antes apretada entrada ahora se mostraba hambrienta y palpitante. Eso lo animó, metió un dedo más, y entonces notó un sobresalto en el otro que cerraba los ojos y se tomaba un momento. Asustado ante la idea de lastimar al elfo pregunto:

-          ¿hice algo mal? – mientras sacaba uno de sus dedos

-          Ni se te ocurra quitar de ahí uno de esos dedos.

-          Pero…

-          Te lo he dicho –cortó el rubio mientras movía su trasero buscando de nuevo ese punto. Soltó un gritito al reencontrarlo, y entonces se incorporó.

Acostó a Aragorn, quien lo miraba con devoción. El ver esa piel blanca y sensible, que era acompañada por la suave melena rubio, un rostro totalmente diferente a cualquier expresión que antes le hubo visto al rubio, y ese miembro duro y húmedo. Se relamió ante la idea de saborearlo justo como antes había hecho el otro con su hombría.

Pero lo siguiente no tenía nombre. El canijo rubio sí que sabía provocarlo. Poco a poco se iba sentando sobre su dureza, atrapándola en su interior. Ambos amantes cerraron los ojos y echaron la cabeza atrás de puro gozo. Legolas comenzó a moverse. Para Aragorn era algo nuevo y también muy extraño: se sentía totalmente dominado a pesar de ser el quien tomaba el rol activo… pero no quería que fuera de otra forma...

Notas finales:

Mis amores... por favor, espero sus comentarios, insultos, indultos, monstruos, nekos, Zeros, Aragorn´s, Legolas, lo que quieran XD

Ok no .-. tengan en cuenta que estoy un poco sensible

Bueno en fin, me despido guapuras


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