Una plaga es desatada en el mundo tras una excavación. Las ciudades caen, los parásitos proliferan y las personas son condenadas a sobrevivir en un mundo que ya no existe.

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Algo terrible surge desde las entrañas de la tierra en el continente de Norteamérica.

Los medios nos advirtieron de criaturas prehistóricas, ocultas en el subsuelo desde el carbonífero. Habían mencionado al estado de Alabama como el epicentro de la invasión, más específicamente, en medio de una excavación con el fin descubrir una nueva especie encapsulada tras una capa de terreno cohesivo kilómetros bajo la superficie. El problema con eso, es que no eran precisamente fósiles aquello enterrado debajo.

Horas después, las calles fueron asaltadas por parásitos parecidos a insectos de veinte veces su tamaño. No solo se diferenciaban de ellos por su apariencia, ni sus antojos insaciables de carne. Su mordedura venía acompaña de un poderoso veneno el cual aceleró la reducción poblacional.

Sin comunicación o respuestas concisas por parte de las autoridades, el pánico invadió a la población para abrir paso al caos. El resultado: Miles de parásitos pululando hasta convertir los centros en vestigios de lo que alguna vez fueron ciudades.