6.- UNA COMIDA ALGO DIFICIL.
La cara de Tatsuha, de Rikku y sobre todo de Sota era un verdadero poema, nunca esperaron que de la noche a la mañana Yuki se atreviera a besar a Shu, el cual estaba completamente con sus ojos abiertos, en estado de shock, de todas las cosas que esperaba del escritor, desde insultos hasta algunos golpes, lo que menos creía era que lo besara, por su parte el escritor sonreía internamente, veía como el pelirrosa no movía ni un dedo pero sus labios bailaban al compas que él había impuesto, era como si estuviera hipnotizado.
- ¡Papa! – los dos niños fueron los primeros en reaccionar, gritándoles a sus respectivos padres, uno por tocar a su “mamá” y el otro por no separarse del que lo besaba, el grito hizo que Shuichi reaccionara separándose rápidamente del escritor, empujándolo, se tapo la boca con una mano y miraba entre muy sorprendido y confundido al rubio.
-¿¡ ¡Po-por-PORQUE ME BESASTE!!?
El rubio delineo sus propios labios con las yemas de sus dedos y después paso su lengua también saboreando la escancia que se impregno de los labios de Shuichi, sonrió y lo miro arrogantemente, causándole escalofríos al pelirrosa – cada vez – comenzó a hablar, acercándose al pelirrosa – que tú me hagas alguna de tus “bromitas”, que hagas algo que me moleste o simplemente algo algo que me encante... – a un paso de distancia del pelirrosa, estiro su mano, hasta posarla en su mentón y le levanto la mirada hasta que los ojos se enfrentasen – serás, ya sea sancionado, o recompensado de esta manera o… de otras formas más interesantes.
- ¡¡¿QUE?!! – grito alterado por la respuesta, vio como Yuki se acerco de nueva cuenta con una sonrisa petulante entonces se imagino que de nueva cuenta lo besaría y se hizo hacia atrás para que no lo hiciera.
El escritor rio un – ya, ya, no te emociones, al parecer te gusto – el pelirrosa iba a renegar pero vio como el rubio sonreía de lado y levantaba una ceja, al parecer esperando que se atreviera a decir algo para de nueva cuenta besarlo o hacerle cualquier cosa, el sonrojo no se desaparecería de su rostro, pero ahora no se sabía si era por la vergüenza o por la ira de tener que contenerse y no decirle hasta de lo que se iba a morir – bueno…. – el escritor miro a su hermano – supongo que ya podemos pasar a comer, ya deseo dar una probada a ese sabroso pastel – decía mientras caminaba hacia el comedor.
Tatsuha veía todo con una sonrisa en sus labios, Shuichi no despegaba la vista del rubio y los niños intentaban llamarle la atención y el solo afirmaba pero sin préstales atención, el moreno tenía que admitir que su hermano sabia como invadir la mente de las personas mediante el contacto físico, pero esperaba que eso solo fuera el principio, de lo contrario, daría la impresión completamente equivocada y entonces Shuichi fácilmente le daría una patada en el trasero, mandándolo a volar.
- Bueno, pasemos al comedor o me temo que mi hermano se comerá el pastel y nada de lo que preparé – dijo mientras alejaba a los niños de Shu y los empujaba hacia el comedor, por otro lado, el pelirrosa era un caos, sobretodo molesto, aunque no sabía con quien, si con el escritor que lo beso, o siendo sinceros, consigo mismo por que respondió al beso y le gusto.
Camino atrás de los demás y se sentó en su lugar de siempre, que era a un lado de la cabecera de la mesa donde se sentaba Tatsuha, Yuki se sentaba enfrente de el, la cuestión era que tanto Sota como Riku querían sentarse a un lado de el, por lo que cuando iban a tomar la silla que permitiría eso lo hicieron al mismo tiempo, y obviamente comenzaron a discutir.
- Ni siquiera lo pienses rubio mal teñido – dijo Sota mientras jalaba la silla hacia donde estaba el.
- Me voy a sentar a un lado de “mama” – Riku jalo la silla hacia el.
- olvídalo y no es tu “mama”.
- ¡no!
- ¡si!
- ¡no!
- ¡si!
- ¡no!
- ¡si! – Riku de nueva cuenta iba a jalar la silla, Sota la soltó provocando que el rubio se fuera de espaldas con todo y silla.
-¡Sota! Pero qué hiciste – Shuichi se levanta y va hacia Riku para ayudarlo a pararse y acomodar la silla – vamos hijo, no seas así, siéntate seguido de Riku, recién llega y tenemos mucho sin verlo, se mas amable.
- Pero…
- Nada, anda y siéntate en la que sigue – a Sota no le quedo de otra más que hacer lo que su papá decía, claro con evidente molestia por lo que simplemente se sentó cruzado de brazos y, mirando hacia otro lado, Tatsuha salió de la cocina con toda la comida, Shuichi le ayudo ya que el escritor estaba demasiado ocupado viendo el pastel de frutilla.
La comida consistía en una pechuga rellena de queso y algo de jamón, un delicioso puré de papa, los niños y los adultos comían con ganas sus platillos.
- vaya tío Tat, has mejorado mucho con la comida – decía Riku muy contento.
- Gracias sobrinito, tuve un muy buen maestro – miro a Shuichi, guiñándole un ojo, haciendo reír al pelirrosa.
- La verdad no está nada mal, antes eras un completo inútil – la gentileza de Yuki y de dar cumplidos no tenia comparación según la percepción de Shu – y bueno, cual es la noticia maravillosa que nos tenias que dar – pregunto mirando a Tat.
- ¡Pues bien! – Bastante emocionado dejo la comida de lado y comenzó a contar- ya tengo trabajo! – Los dos rubios junto con el pequeño Sota lo miraron sorprendidos y porque no decirlo, bastante contentos por Tatsuha – gracias a Shuichi tengo trabajo en su editorial, aparte de otras cosas que parecen gran impulsor para mi carrera, bueno, aun falta que me confirmen los otros dos, pero por mientras empezare con Shu.
- ¡¡Felicidades Tat!! – dijo un muy emocionado Sota.
- Así es tío, muchas felicidades.
- Felicidades Tatsuha, ya era hora que consiguieras algo – el moreno miro a su hermano, este le miraba con una sonrisa en sus labios, en realidad estaba contento por el, la mirada del escritor se poso después en el pelirrosa y apenas pudo escucharse en un susurro – gracias – Tatsuha estaba tan feliz recibiendo las felicitaciones de los niños que se le paso ese detalle, pero Shuichi que miraba atento el rostro del rubio se sorprendió y sin comprenderlo se sonrojo al instante.
-¿Bueno Shu y tú? ¿Tienes alguna novedad? – pregunto Tatsuha
- Pues si… al fin tengo el tiempo completo en la editorial – dijo de lo más feliz haciendo que Sota lo mirara con una sonrisa en el rostro, quería lanzarse a sus brazos pero como estaba Riku en medio no pudo, hizo un puchero y le dio un golpe en el brazo al rubio para después voltearse a seguir comiendo, el otro niño solo se sobo y lo miro con algo de enfado por el golpe, pero no dijo nada para que no hubiera algún problema y alterara el buen ambiente que había – así que Yuki… - el escritor lo miro – te tengo noticias, seré definitivamente tu editor.
- Vaya, debo decir que me alegro de ello, la verdad no me gusta eso de andar de editor en editor, es demasiado molesto.
- Si, entiendo perfectamente eso, la verdad yo no estaba muy contento cuando me dijeron que me pondrían de provisional ya que un escritor de tu categoría no se le deben de poner ninguna complicación en lo más mínimo, sé que no es muy importante el cambio de editor pero es molesto ya que uno se acopla a las personas y estar cambiando no es algo muy agradable.
- En eso tienes razón, sobre todo porque el editor es el que debe de dar la comodidad entre el y su escritor.
- Estoy completamente de acuerdo y no te preocupes, se que eres de los escritores que no les gusta ser constantemente molestado con los asuntos de la editorial, por lo que eh estado teniendo en mente un plan de trabajo que te librara de nosotros la mayoría de los meses del año, solo que cuando tengamos que trabajar, trabajamos – dijo de forma decidida.
- Yo trabajo la mayoría de los días del año…
- Si, pero lo que te corresponde a ti – lo señalo – yo también trabajo lo que me corresponde a mi todos los días del año, pero lo que nos corresponde a los dos debemos de hacerlo lo mejor que podamos y sin tener problemas ninguno de los dos, ¿no te parece?
- La verdad es que mientras no me hagas ir a fiestas estúpidas a cada rato…
- No te preocupes por eso, solo a las necesarias, veras a las personas que debes ver lo más rápido que pueda conseguirlo, no creo que sea más de una hora y podrás retirarte después de eso a la hora que mejor te convenga a menos que no sea algo que realmente amerite tu presencia más tiempo.
- Vaya Shindou creo que tu y yo nos vamos a llevar muy bien – sonrió de lado, no solo iba a ser placentero trabajar con Shu, sino que también al parecer será de lo mas cómodo, Shuichi por su parte sonrió de orgullo propio, si ponía todo de forma como lo tenía en la mente no tendría ningún problema.
Tatsuha miraba como al hablar de trabajo lo hacían de una manera fluida y sobre todo cómoda, ese era un gran paso, Shuichi sabia como era Yuki con su trabajo, por lo que dudaba que discutieran en un futuro sobre ello.
- Eso es bueno Shu, que lo tengas todo ya medio ordenado en tu mente porque mi aniki es un poco especial y pesado con sus editores cuando no se organizan bien y sacan de la nada proyectos de trabajo, les hace como quien dice la vida imposible – comento Tatsuha – y dime, que paso con el restaurante, renunciaste me imagino.
- Pues si… - su mirada se mostro nostálgica – pero está bien, en realidad solo entre a trabajar para aprender a cocinar para Sota, me duele porque mi jefe me ayudo mucho y tuvo una paciencia infinita conmigo, bueno me gritaba a más no poder pero logro enseñarme a cocinar – termino con una linda sonrisa haciendo sonreír discretamente al rubio.
- Pues en parte me alegro mucho por ti y Sota, así la mayoría de las tardes tendrán tiempo libre para que pases con tu hijo – menciono Tat.
- Si, aparte creo que es más estable para mí – le sonrió Shu – y Sota está creciendo cada vez mas y mas, creo que va a necesitarme cada vez más tiempo – miro a su hijo que peleaba a cada rato con el niño rubio.
- Pues yo también tengo algo que decirles – hablo repentinamente el escritor.
- De que se trata aniki.
- Pues que ya conseguí departamento, es el que está aquí al lado.
- Creo que la encargada me comento que era el único libre – dijo Shu.
- Lo sé, al principio me dijo que el que está al lado tuyo – refiriéndose al pelirrosa – estaba libre, pero recordó que una mujer vive en él y que el único vacante es el que esta seguido de este, solo que no esta amueblado, pero mejor para mi, así lo arreglare a mi gusto.
- En eso tienes razón hermano… y ahora que lo mencionas – miro al pelirrosa – que has sabido de Nami-chan.
- ¿Quien es esa? – pregunto el escritor.
- Ella es mi vecina, su nombre es Nami Kobayashi, es una persona... emm… - se quedo pensando un momento el pelirrosa, la verdad es que no sabía cómo definir a esa mujer – bueno… bastante peculiar – dijo al fin – ella trabaja en el Departamento Metropolitano de la policía de Tokio, estudio Psicología y tiene una maestría en criminología, ella investiga el porqué de los crímenes y ayuda a capturarlos con los perfiles que ella hace, es muy buena en ello según se…
- Vaya… - el escritor le llamo la atención que supiera mucho de esa mujer, acaso seria otra molestia? Pero bueno, ella no estaba, así que no había porque preocuparse.
- Si, ella se fue a ayudar a investigar sobre un criminal que recientemente estaba causando muchos problemas a los jóvenes, lo más seguro es que regrese cuando lo atrapen.
- Pero bueno, lo más probable es que sea pronto no crees? – Pregunto Tat – ella se fue hace cuatro meses y es buena en lo que hace.
- Aunque se llevo a Tabata – comento Shu.
- Es verdad, siempre se la lleva cuando no sabe cuánto podrá durar el caso…
Tatsuha y Shuichi seguían platicando de esa mujer, obviamente eso no le gusto en lo mas mínimo al escritor, así que de la nada se paró de su asiento agarrando su plato – voy por el pastel – los otros lo miraron y asintieron, su hermano le acompaño para llevar los platos ya utilizados con la cena y traer nuevos para el postre.
El escritor en cuanto vio el pastel sonrió como niño chiquito, él y su hermano regresaron al comedor, Yuki era quien se encargaría de la repartición, con mala cara les dio una porción comercial a los dos niños y una muy delgada rebanada a su hermano, mientras que a Shu le daba una un poco más grande para después quedarse el con lo que quedo del pastel, el pelirrosa miraba la cara de felicidad del rubio mientras comía tranquilamente su pastel, no pudo evitar esbozar una sonrisa por ello.
- Sabes hermano, si te gusta ese pastel deberías probar el de Shu, es mucho mejor, con creces.
El rubio le miro y sonrió de lado – me lo imagino – el pelirrosa lo miro confundido un momento hasta que capto que había tomado el doble sentido de lo que dijo Tatsuha, se puso rojo y frunció el seño.
- ¡¡El pastel!! – dijo rápidamente el pelirrosa.
- Ah, claro, espero que algún día me hagas uno.
- ¿Cuando te cambias?
- Lo más seguro es que en menos de una semana lo haga.
- Ah, pues que te parece si para celebrar que ya tienes departamento, aparte de que Riku nos visita - sonrió alborotando los cabellos rubios del niño a su lado – les cocino yo, y como postre hago un pastel de frutilla para celebrar.
- ¡¡¡Eso sería grandioso!!! – grito el niño bastante feliz abalanzándose hacia el pelirrosa para abrazarle – gracias “mamá”.
- ¡Cállate! – grito enojado Sota y ya bastante harto de que el rubio le dijera “mamá” a su papá, así que se paró de su silla de un salto tirándola en el proceso – ya basta, deja de abrazar a mi padre y de decirle “mamá” porque no lo es!
- “Mamá” me quiere, porque te molesta tanto que este junto a él? – decía el rubio menor ya algo cansado de tener que estar peleando con alguien que no le cae mal, que mas bien, quisiera llevarse bien con él, el rubio también se puso de pie para quedar frente a frente con Sota.
- Eso no es verdad, solo te tiene lástima porque tu verdadera madre se murió, pero es de comprender como vivir con alguien que es tan molesto como tu – señalo al escritor – tu padre ni siquiera te habla… - no pudo seguir hablando porque el puño del pequeño rubio se estrello en su cara haciendo que callera de espaldas, Sota miro a quien lo golpeo mientras que con una mano se sobaba la zona afectada, pero al ver el rostro lloroso de Riku decidió mirar hacia otro lado.
- ¡SOTA!, ¡RIKU! – grito el pelirrosa en son de regaño –¡ pero que creen que hacen! – el rubio menor no dijo nada y salió corriendo al cuarto que le había dado su tío –¡ Riku! – Trato de detenerle pero el chico no se detuvo, entonces miro a su hijo con bastante enojo – no puedo creer lo que le dijiste a Riku.
- Tu eres mi padre, no tiene porque decirte mamá y estar pegado a ti! – contesto Sota mirándole con los ojos cristalinos, pronto se podría a llorar.
- Sota, lo que hiciste no estuvo correcto así que estas castigado y hablaremos en el departamento…
- Pero…
- ¡Pero nada! – el pelirrosa giro su rostro para hablar con Tatsuha, pero se fijo de reojo que el escritor no se había movido de su sitio, había decidido disculparse con el moreno e ir a casa pero al parecer lo mejor era quedarse y hablar con Riku – lo siento Tat, crees que podrías hacerme el favor de llevar a Sota al departamento y esperarme hasta que yo vaya?
- Claro Shu – el moreno se paro y fue hacia el menor que miro a Shu bastante molesto pero sin decir nada acompaño a Tat a su departamento.
Cuando los dos salieron, Shuichi y Yuki se quedaron solos, el pelirrosa no miraba al escritor, el cual se quedo un poco pasmado por lo sucedido, nunca había visto una situación como esa con relación a su hijo y para ser sincero consigo mismo, no sabía que hacer, tenía claro que debía ir con él, pero no sabía que decirle, sabia a la perfección que no era un buen padre, la verdad es que ni siquiera lo había planeado, salió de sus cavilaciones cuando el pelirrosa le hablo.
- No piensas ir con tu hijo? – pregunto aun sin mirarle.
- …Como es que…
- Como es que se que es tu hijo? – completo la pregunta – Tatsuha me lo conto hace tiempo, una vez él llego muy preocupado después de visitarte, me dijo que tenias un niño y que casi no lo veías, aparte de que su madre había muerto y al no casarte con ella Rikku adopto su apellido, él quería que el pequeño estuviera más ligado a ti y que hubiera una forma de que ustedes convivieran mas, así que yo le sugerí que era bueno que se pusiera en contacto con el y que de vez en cuando el pequeño visitara a su tío, es por ello que Riku viene a Japón de vez en cuando, era una sorpresa que te quería dar cuando vinieras.
- Ya veo…
- Te repito, no piensas ir con tu hijo?
Esta vez el rubio no dijo nada y siguió sentado donde estaba, Shuichi negó con la cabeza y camino hacia donde había salido corriendo el rubio menor, por suerte o no, los sollozos del pequeño lo guiaron correctamente a donde estaba, entro encontrándose al pequeño acostado boca abajo, llorando. Esbozo una sonrisa triste y fue a sentarse a un lado del pequeño, acaricio esos hermosos cabellos dorados provocando que el niño se estremeciera.
- Riku, lamento muchísimo lo que Sota te dijo, es un pequeño muy celoso.
-…Tu…me tienes… lastima? – dijo el pequeño con su cara aun escondida en la almohada.
- Por supuesto que no Riku…anda mírame – el pequeño se incorporo y lo miro con sus ojitos rojizos por tanto llorar – te quiero, eres muy buen niño y no te tengo lastima, lo que dijo Sota está completamente mal, nunca debió decirte esas cosas ni aunque estuviera muy celoso.
- Pero lo que dijo de mi papá es verdad… - dijo el chico tristemente y bajando la mirada - … el no me quiere.
- Claro que te quiere Riku, a su manera pero te quiere y mucho, lo que sucede es que para el es un poco difícil tratarte porque esta medio amargado, pero no te preocupes, no hay nada que un montón de pasteles de frutilla no arreglen, pero entonces tendríamos el problema de que tendrías sobrepeso.
- Jajaja – al parecer el niño se lo imagino.
- Ten paciencia Riku, algún día tu padre se comportara como debe ser y si no llegase a pasar, en el más recóndito de los casos, tu no estás solo, tienes a tus tíos, a mi y créeme que Sota también, solo que él es bastante celoso y bueno… para él tampoco ah sido fácil – esto último lo dijo en un susurro.
- Te puedo decir algo y no te enojas? – le dijo el niño acercándose a el y mirándolo como un cachorrito.
- Dime – le dijo curioso.
- A mi... bueno… a mi me agrada mucho Sota… no debí pegarle y la verdad es que pues... yo no soy muy violento, es solo que me dolió que la persona que me gusta me dijera esas cosas…
- Si, duele más cuando la persona que a uno nos gusta nos diga cosas malas… - se detuvo un momento analizando lo que había dicho Riku – te gusta Sota?! – pregunto sorprendido.
- Te vas a enojar verdad? – el chico bajo la mirada entre asustado por la reacción del pelirrosa y triste.
- Pues…no…es solo que… me sorprende – decía nerviosamente – no me lo esperaba – miro al chico y acaricio sus cabellos – … pero él no te trata muy bien…
- Lo sé, soy maquista… - decía el niño con pena.
- ¿Maquista?
- Algo así escuche decir a mi tía, dijo que hay persona que les gusta que les peguen y los traten mal, que esas personas se les llama ¡maquistas!
- Jajaja no Riku, es masoquistas y si, conociendo a Sota tu eres uno, pero en fin, no te preocupes, no me molesta, supongo que quieres que esto quede entre nosotros?
- Si, aun no estoy listo para declararme – decía muy afligido causándole gracia al pelirrosa.
- Entiendo, bien, será mejor que duermas, hablaré con tu padre para que no se coma tu rebanada de pastel.
El niño se rio por el comentario y se despidió del pelirrosa, este salió de la habitación y camino hacia el rubio que estaba en la sala, este había estado escuchando la conversación de los dos, le dio mucha intriga de cómo es que se tratan ciertas cosas con sus hijos, se sintió internamente patético por estar aterrado y no experimentarlo por sí mismo, cuando vio al pelirrosa le llamo mucho la atención el porqué hacia lo que hacía.
- Dime, ¿porque hablaste con él?, ¿porque lo haces?, no es nada tuyo – el pelirrosa camino hacia él y se sentó a un lado de donde estaba el rubio.
- Es verdad, el no es nada mío, no compartimos ningún vinculo sanguíneo pero no por ello no me va a agradar o no lo voy a querer.
- Entiendo.
- Sabes, yo tengo un hermano, mis padres lo doran, lo tienen casi en un altar – sonrió nostálgico por aquellos tiempos – toda su atención siempre fue para él, el es mayor que yo, es el hijo que planearon y yo el que decidieron abortar – el escritor lo miro sorprendió por lo dicho – si, cuando yo me caía nadie me levantaba, cuando lloraba nadie me consolaba, cuando me sacaba un diez en matemáticas, y créeme que para mí era casi el apocalipsis… nadie me felicitaba y ten por seguro que en ese tiempo hubiera querido aunque fuera un desconocido me hubiera dado un poco de ese afecto que tu no le estas dando a Riku.
El escritor no era una persona que hablara fácilmente de las cosas pero extrañamente decidió hablar – yo nunca desee tener un hijo y la verdad es que solo le hice un favor a una amiga…
- ¿Qué? – lo miro sorprendido por ese comentario.
- Yuki Kitasawa es su madre que ya falleció por una enfermedad, ella lo que más deseaba en el mundo era tener una familia – sonrió tristemente – ella me ayudo en muchas cosas cuando decidí hacerme escritor, fue un gran apoyo, ella y yo siempre supimos que solo podíamos ser solo amigos, aparte ella estaba casada, el no quería hijos y cuando se entero de la enfermedad de Yuki, el muy cabron la abandono, no le quedaba mucho tiempo y yo…
- Le diste lo que deseaba…un hijo…
- Si, ella y yo solo nos acostamos una vez, yo me fui por un tiempo por las firmas de mis libros y cuando regrese a su vida ella ya tenía a Rikku, no te voy a mentir, me emociono verlo pero tú puedes ver como soy, no lo demostré, creo que si ella me lo hubiera exigido, me habría quedado a su lado hasta el último día de su vida y el niño siempre viviría conmigo, nunca de aquí para allá como ahora.
- ¿Tú la amaste? – esa pregunta para el pelirrosa fue extrañamente difícil hacerla.
- La quise mucho, nunca la llegue amar, solo fuimos amigos.
-¿ Y ella a ti?
- No, ella amaba a su ex.
- Llevas su nombre como seudónimo.
- Es por agradecimiento de las veces que me ayudo – el pelirrosa asintió y el escritor volteo a verlo, estaban a poca distancia el uno del otro, estiro su brazo hasta llegar a la nuca del pelirrosa y jalarlo hasta su rostro, muy cerca de sus labios y mirándose a los ojos intensamente.
- ¿Qué haces? – pregunto sorprendido y algo nervioso por la repentina cercanía.
-¿Estas celoso?
- Porque lo estaría…
- Así es, no deberías, ella solo fue mi amiga y como escuchaste solo le hice un favor.
- Y por eso te desentiendes de Rikku.
- No lo hago, solo que no tengo ni la menor idea de que hacer.
- Que sincero.
- Tú me haces serlo.
- No digas tonterías – dijo nervioso.
- No lo son – sonrió de lado – es extraño – y en realidad lo era, el carácter de Shuichi y su belleza lo atraían de sobremanera, nunca se había sentido así por nadie, se preguntaba que sería – eres hermoso – esas palabras sorprendieron al pelirrosa, aunque no tanto como tener los labios del escritor sobre los suyos.
Intento separarlo de él, pero el escritor era más fuerte, era un beso arrebatador y exigente, poco a poco la resistencia disminuyo y cerro sus ojos dejándose llevar, el escrito le fue recostando poco a poco en el sofá, donde estaban sentados, se separo de sus labios por falta de aire y le miro sus labios un poco rojizos por la fuerza del beso, sus mejillas sonrojadas y sus ojos entrecerrados, era muy hermoso para su vista, acaricio tiernamente sus labios.
- Si, eres hermoso Shuichi – y de nuevo le beso, pero más calmado, degustando del sabor del pelirrosa, este se dejaba llevar por las sensaciones que le provocaba el escritor, pero cuando sintió como una de sus manos comenzaban acariciarlo por debajo de la camisa empujo al escritor y se puso de pie rápidamente, el rubio solo chasqueo la lengua molesto por perder tan placentero contacto con Shuichi.
-¡ Pero quién demonios te has creído! – estaba completamente rojo y porque no decirlo, algo acalorado.
- No te enojes, simplemente no pude evitarlo.
- Mejor ponle atención a tu hijo en vez de quererme ligar.
- No te creas tanto, fue simplemente el momento – el pelirrosa lo miro molesto – además es verdad, no tengo idea de cómo actuar con él, es difícil porque es pequeño y aunque no lo fuera no trato con la gente, no me gusta la gente.
- Pero es tu hijo.
- Lo sé, por eso… ayúdame.
- Que? – le miro incrédulo.
- Que me ayudes.
- Y porque lo haría?
- Por él, yo no sé cómo tratarlo, tú tienes un hijo, ayúdame a saber cómo tratarlo, que hacer y lo que no, no lo hagas por mí, hazlo por él.
- … - el pelirrosa no sabía que responder, por otro lado el escritor internamente rogaba que aceptara por el hecho de que así mataba dos pájaros de un solo tiro, mas cercanía con el pelirrosa para conquistarlo y arreglar las cosas con el mocoso de su hijo, aunque no lo quiera admitir, quería a su hijo y era verdad que era un cero con respecto a la paternidad ya que siempre fue la madre del niño quien se encargaba de el – de acuerdo, pero solo lo hago por él y ya me voy, ya deje mucho tiempo a Tatsuha cuidando a Sota.
- Claro, y Shuichi… - el pelirrosa lo miro desde la puerta – gracias.
- Claro, y sobre el beso – dijo algo sonrojado – no lo hagas de nuevo – salió despavorido.
- Hasta crees… - sonrió de lado.
Shuichi estaba tan confundido, nunca nadie lo había atacado de una manera tan directa y excitante como le hacia el escritor, entre palabras bonitas y despectivas, desinteresadas e interesadas a la vez, tenía que admitir que estaba preocupado por caer en sus redes completamente enamorado, aparte de que no tenia cabeza para ello por Sota y sobre todo porque tenía miedo de convertirse en uno más de la lista que adivinaba tenía el escritor.
Cuando salió del elevador vio a Tatsuha fuera de su casa junto con su hijo el cual jugaba con una gatita atigrada muy hermosa, aunque algo chonchita.
- ¿Tabata? Eso significa que… ¿Nami?