9.- DONDE ESTAN LOS UKES?
Una mujer imponente de atributos grandes estaba sentada con sus brazos cruzados, mirando hacia su escritorio, sus cabellos rubios estaban algo despeinado de tanto que había pasado entre ellos sus dedos, tratando de entender bien que era lo que había pasado en tan poco, poco tiempo.
- como demonios es que todo se volvió tan… desastroso… solo ver sus caras, sus ojos que mostraban su corazón destrozado… me hicieron tener escalofríos – dijo la mujer para sí.
Miraba su escritorio en el cual se encontraban seis cartas, seis despedidas, seis corazones rotos, negó con la cabeza, aun no podía creer que algo como eso hubiera pasado, pero no quedaba más, ahora tenía que esperar a las seis personas que se les debe entregar esa carta, a los seis de quienes se despiden y los seis que rompieron corazones.
En otro lado en la mansión Uchiha, en la habitación secreta donde se llevaba el “entrenamiento”, se podía ver cómo iban despertando poco a poco, unos más lastimados que otros por la intensidad con que habían decidido terminar con las reuniones para “entrenar”, algunos de su entrada salía un poco de sangre, otros solo la tenían irritada, sus caderas completamente marcadas de los dedos con que fueron agarradas fuertemente para intensificar los movimientos y penetraciones que le daban a sus cuerpo.
- creo que ahora si nos pasamos, no podre desvestirme delante de Gaara, mi cadera está completamente amoratada – dijo Sai poniéndose los pantalones.
- ahora que lo pienso, nuestras pieles son demasiado claras, así que son fáciles de marcar – comento Neji mirando su pecho y cadera igual de marcadas.
- lo que sucede es que Sai es una nena quejumbrosa – dijo Sasuke quien ya se había terminado de vestir y por lo que Sai no pudo decir nada, pero no conto con la mueca dolorosa que puso al sentarse un una de las sillas que tenían en la habitación.
- claro Uchiha bastardo, por cierto, tienes la mitad de tu trasero volando en la silla, deja te ayudo a sentarte bien – se acerco Sasuke listo para sentarlo bien en la silla, a sabiendas que le dolería.
- No! – Dijo rápidamente el azabache para ponerse de pie y tapar el hecho de que incluso para él fue demasiado pesado lo recién sucedido – no es necesario, ya me iba a parar…
- claro ototo – Itachi no pudo evitar burlase también de Sasuke – bueno – se puso serio mirando a todos – esto ha terminado, ya no nos volveremos a juntar para hacer esta estupidez, por lo menos yo ya no, tengo lo que necesito en casa.
- igual para mí, no sé ni cuando me volveré a atrever a tocar a Iruka por lo que he hecho, pero no volveré a tocar a nadie que no sea el – el peliplata estaba decidido.
- no puedo permitir ser descubierto por Kiba, el jamás me perdonara esto, el no puede enterarse, no quiero perderlo – Shino se sentía un poco angustiado, es por ello que había decidido dejar esa estupidez.
- Lee me ha dado tanto, se que no debí hacer esto y la gran parte de mi se arrepiente, pero por la que no, se que no volveré a serle infiel, lo amo, no quiero perderlo – Neji sonrió ante el recuerdo de su linda bestia verde recibiéndolo siempre con una sonrisa.
- yo quería terminarlo desde antes, pero como habíamos decidido que esto no terminaría hasta que todos estuviéramos de acuerdo pues no podía echarme para atrás, aunque aun no pueda mirar a Gaara a los ojos, estoy feliz de que terminara, se que algún día volverá todo a lo hermoso que era al principio – Sai estaba convencido de ello.
- Naruto… - pensó en su esposo el menor de los Uchiha - esto nunca volverá a pasar, definitivamente término, esto nunca debió empezar.
- pero bueno, ya no podemos hacer nada – hablo Itachi – así que mejor seguir con nuestras vidas, tenemos que seguir siendo amigos, mas no se confundan, me agradan pero no los quiero en mi casa para tomar cerveza.
- seamos sincero, algunos de nosotros no nos llevamos, pero tenemos que aparentar por un tiempo – dijo Neji mirando de mala gana a Sasuke y a Itachi – no cabe duda que esto solo era puro sexo.
- así es, para hacer el amor seria con mi esposo – dijo Shino.
- esto fue simplemente curiosidad, desde un principio se supo, así que no hay que preocuparnos porque nuestros sentimientos sean heridos – hablo esta vez Sasuke.
- porque no hay sentimientos de por medio – finalizo Kakashi.
- pues… - Sai se acerco a la puerta - … a ser felices con nuestros esposos, como debió ser – abrió de par en par la puerta, pero no se movió en su lugar, todos lo miraron extrañados, mas con las preguntas que comenzó a hacer – se… se supone… que nadie sabe de este lugar, verdad? – pregunto sin voltear a verlos.
- nadie conoce como entrar aquí, por consecuencia nadie sabe de este lugar – hablo Sasuke.
- … quien fue el último en entrar? – pregunto de nuevo.
- Shino, porque? – contesto Kakashi.
- sabe cerrar el pasadizo hacia aquí? – pregunto de nuevo.
- no, no lo sé, ya que siempre Sasuke o Itachi iban a cerrarla – respondió Shino.
- que día es hoy? – esta vez su pregunta fue casi en un susurro pero audible para los chicos.
-ocho de mayo… - dijo Itachi, sabía que algo estaba olvidando, ya desesperado fue hacia donde estaba Sai y lo quito de la puerta para ver qué era lo que lo detenía de salir.
Detrás de la puerta, en el piso, había un pastel desecho y una bolsa llena de lo que parecía carne, Itachi entonces, se quedo pensando en las preguntas de Sai, no era muy difícil adivinar quien había tirado esas cosas y había entrado a ese lugar del cual ya no solo sabían ellos, tal parece que por la idiotez de no haber cerrado el pasadizo, las personas que menos le hubiera gustado que se enteraran de ese lugar y de lo que se hacía en el, lo habían hecho, habían contemplado la traición, los asquerosos que eran las personas con las que compartían.
- ocho de mayo… nuestro aniversario – todos se sorprendieron ante las palabras de Sai, habían olvidado algo tan sumamente importante – ellos, estuvieron aquí…nuestros esposos estuvieron aquí…
- QUE? – Neji y Sasuke casi quitan los otros dos azabaches de un solo golpe seguidos de Kakashi y Shino – que hace un pastel aquí? – decía en tono ansioso el Uchiha menor.
- no necesitas ser muy inteligente Sasuke, para saber quiénes fueron los que vinieron – Itachi salió rápidamente seguido de Neji y Shino, Sasuke y Kakashi se quedaron mirando lo que parecía un hermoso pastel.
Los cuerpos de los tres semes temblaban, estaban en pánico aunque su mente aun no lo captaba, sus labios temblaban y el sudor de sus frentes comenzaba a correr a gota gruesa, el primero en reaccionar fue Kakashi.
- el lo prometió…el no me dejara… él lo prometió… - repitiendo estas palabras y caminando a paso lento salió rumbo al departamento que compartía con su esposo, rogando que Iruka hubiera cumplido su promesa.
- el no me lo va a perdonar – hablo Sai para el mismo, la ansiedad, el miedo, su respiración errática, el terror, muchos sentimientos que creyó jamás experimentar lo estaban volviendo loco, si Gaara se había enterado de que le era infiel, nunca lo iba a perdonar, jamás lo haría, lo conocía a la perfección para saber algo como eso – tengo que ir… - salió corriendo hacia su casa, necesitaba saber si Gaara lo sabía.
Sasuke tenía apretado fuertemente sus manos, sabía que tenía que haber terminado con esas reuniones desde antes, desde que la tristeza adornaba el rostro de Naruto, no, nunca debieron comenzar esos “entrenamientos”, amaba al rubio, no necesitaba nada a su lado, pero aun así había comenzado con esa estupidez y lo peor es que ahora que decidía acabarlo, su esposo se enteraba, no quería perderlo por algo que no valía la pena – Naruto… - salió corriendo hacia dentro de la mansión, con la esperanza de encontrarlo.
- Naruto… Naruto! – entro su casa gritando el nombre de su esposo, busco en la cocina, en la sala, después subió rápidamente las escaleras entro al cuarto que compartía con el rubio, estaba vacío, no había nadie en la mansión más que el, miro la cama, en medio de esta una cajita de terciopelo, iba a tomarla pero vio de reojo la puerta del closet, esta se encontraba abierta, fue rápidamente y no encontró la ropa de su rubio, tampoco la maleta naranja con la que llego cuando le había propuesto vivir juntos, su rubio se había marchado con lo que había llegado y eso no lo podía permitir, así que salió de su casa y saltando los tejado comenzó a buscarlo por todos lados.
Itachi por su parte estaba contemplando un regalo con un moño blanco que estaba sobre la mesa, al parecer Deidara había dejado el regalo mientras se marchaba de la casa, había buscado por todos lados, y ni una pista del rubio, ni de sus cosas, así que decidió salir, debía estar por alguna parte y al igual que su hermano salió rápidamente por los tejados buscándolo, no podía permitir que Deidara se fuera, sin el no tenia vida alguna.
Lo mismo pasaba con Neji y Shino, los dos fueron corriendo hasta sus casas que quedaban en la misma zona, entraron desesperados buscando a sus respectivos esposos, el sudor corría por sus frentes por la ansiedad y nerviosismo, mas al ver el closet, exactamente el lado que les correspondía a sus ukes, vacio, sin las pertenencias de sus amados.
Por otra parte Sai estaba demasiado nervioso, había llegado a casa pero se encontró con la puerta abierta, podría ser que Gaara estuviera dentro, trago duro y entro – Gaara?! – entro gritando el nombre de su esposo con la esperanza de encontrarlo dentro, pero no estaba por ningún lado, busco su maleta y no encontró nada, estaba preocupado de que se hubiera regresado a Suna en cuanto descubrió la infamia que cometía en contra de su matrimonio al acostarse con otros, no podía permitirse que le dejara, su única opción era la Hokage lo más seguro es que ella supiera donde estaba el pelirrojo.
Mientras Kakashi despeinaba sus cabellos con desesperación, Iruka no estaba en la casa y lo único que había eran dos regalos en la pequeña mesa de centro de la sala, no se atrevía a tocarlos ni por error, temiendo que con hacerlo los manchara tanto como había manchado su relación con su esposo, si es que aun existía algún tipo de relación, sabía que iba ser imposible para que el moreno no cumpliera su promesa de dejarle y no podía culparle, después de todo él fue quien lo destruyo todo, Iruka fue una víctima de su estupidez, pero el que moriría seria él, ya que sin su delfín no podría vivir más, tenía que encontrarlo y si era necesario arrastrarse por toda Konoha pidiendo perdón tan solo para poder seguir viéndolo aunque sea de lejos.
Todos los semes estaban como locos buscando a sus parejas, preguntando a gente si los habían visto por algún lado…
- hola! Disculpa has visto a Lee? – preguntaba Neji a una chica de la tienda de golosinas ya que le gustaban mucho.
- no has visto a Kiba, no ha vendió por aquí – Shino estaba desesperado preguntándole al encargado de la tienda de mascotas.
- Naruto!!... – el azabache había perdido casi el porte y el orgullo en unos minutos ante la desesperación de no encontrarlo, tanto que comenzó a gritar su nombre.
- …disculpen, han visto a Deidara? – inclusive para Itachi era difícil preguntarle a gente que ni por error había volteado a ver.
- Iruka?...donde estas? – Kakashi estaba desesperado buscando en la escuela, todos los semes fueron al último lugar que se les ocurrió buscar, la torre de la Hokage, todos se encontraron fuera de la oficina de la rubia.
-alguien ha visto a Naruto? – pregunto el azabache a los otros chicos.
- nadie ha visto a ninguna de nuestras parejas Sasuke, me temo que todos se fueron… - decía en tono adolorido Itachi.
- los…hemos perdido…verdad? – Kakashi se recargo en una de las paredes de la torre con semblante perdido.
- Tsunade-sama podría saber algo – dijo Sai adentrándose a la torre seguido de los demás, prácticamente entraron sin tocar la puerta de la oficina de la Hokage.
- lamentamos entrar de esta manera Tsunade-sama pero necesitábamos preguntarle si… - Neji hablaba presurosamente, pero de esa misma manera guardo silencio al ver el semblante de la mujer.
La rubia estaba sentada del otro lado del escritorio, sus brazos estaban cruzados y su mirada era algo sombría, pero no estaba dirigida a ellos, más bien a los seis sobres que estaban en su escritorio – ya era momento que aparecieran, pero saben que es lo que no entiendo, ¿Por qué si iban a terminar tan desesperados buscando a sus parejas para pedirles perdón mientras lloran como bebes, hicieron la asquerosidad de engañarlos? – la mujer por fin les miro de una manera decepcionada – lo peor del caso es que podría esperarlo de Neji, Sai e inclusive de Shino por ser tan jóvenes y no saber qué es lo que quieren de la vida, pero de Itachi y Kakashi que ya tienen la suficiente edad para discernir entre lo bueno y lo malo, además de Sasuke que tanto pregonabas que odiabas la traición de Konoha y tu hermano hacia tu familia terminaste siendo el traicionero, es decepcionante.
Los labios de Sasuke temblaron ante una verdad intachable, el odiaba la traición y había traicionado a la única que jamás lo traiciono y ni lo haría, un nudo en la garganta fue evidente cuando hablo – ust…usted sabe?...
- si los hubieran visto como yo los vi… - dijo la mujer recordando a los ukes completamente destrozados – como se atrevieron a hacer algo como esto?, ni ganas me dan de golpearlos o encerrarlos, estoy tan decepcionada de todos ustedes, después de todo lo que sus parejas han hecho por ustedes y miren con que les pagan, son tan… asquerosos.
Las palabras dirigidas a ellos eran tan pesadas y lo peor es que no tenían una escusa que los eximiera de los cargos, incluso sabían que si decían el porqué lo habían iniciado lo más seguro es que terminarían siendo más odiados de lo que ya apostaban que eran.
- por favor Tsunade, le pido por lo que más quiera, dígame donde está Iruka? – Kakashi cayó de rodillas con la mirada gacha.
- mira nada mas, quien diría que te vería en esta situación Kakashi, un famoso héroe de Konoha suplicando de rodillas por saber el paradero de su esposo, el cual perdió por los errores que el mismo cometió, patético, simplemente patético, mas no eres el único que quisiera arrodillarse y suplicar por el paradero de su esposo – dijo mirando a Sasuke y a Itachi.
- si quiere que este de rodillas suplicándole lo estaré, pero dígame donde está Deidara? – hablo Itachi.
-no te lo diré, lo sé pero no te lo diré…
- no me obligue a… - esta vez fue Sasuke el que hablo pero con su sharingan listo para usarlo si era necesario.
- olvídalo, puede que el Kyubi no pueda protegerse el mismo de tus ojos pero puede proteger a otros, me ha enseñado como ya que el mismo Naruto no quiere verte, algo que debías de esperar no? – Sasuke estaba incrédulo antes sus palabras, sus ojos de nuevo fueron negros pero había suplica en ellos – estas cartas son para ustedes, cada una tiene sus nombres así que tómenlas y lárguense, no los busque y ni se atrevan a salir de la villa o serán puestos en la lista de renegados y cuando ellos regresen ustedes no podrán volver a verlos, Kakashi y Sai, mas les vale que no se crucen por mi camino en un buen tiempo o regresaran al ambu – esa amenaza hizo estremecer a los dos nombrados.
- pero…!!! - Shino quería saber donde estaban su esposo.
- NO PUEDES HACERNOS ESTO VIEJA – grito desesperado Sasuke.
- tranquilo ototo, mejor vámonos, de todas maneras ellos no están en Konoha y si salimos a buscarlos nos meteremos en serios problemas…
- que…? – Sasuke no podía creer que Itachi se rindiera tan fácilmente.
- hazle caso antes de que te encierre Uchiha – la voz de la mujer no dejaba para discusión, Itachi junto con los demás salieron.
- PERO Itachi!! – ya fuera Sasuke comenzó a pelear con su hermano – que acaso no te interesa donde está Deidara?!
- CLARO QUE ME INTERESA – Itachi había perdido la compostura – pero gritarle y amenazar a Tsunade no arreglara nada, además dime, que demonios le vas a decir a Naruto cuando lo tengas frente a ti?!
Esa pregunta no solo agarro en curva a Sasuke, si no que a todos los demás los hizo pensar en que era lo que les pudieran decir a sus parejas, no había nada que los hiciera volver con ellos.
- al igual que tu, encerraría a Deidara, no lo dejaría ir nunca y le diría lo arrepentido que esto, se lo mostraría al igual que le mostraría que no significo nada para lo sucedido, pero eso no significa que me perdone, menos tendría oportunidad si me convierto en un renegado, menos podría estar con él, así que por el momento, todos leamos las cartas en casa y pensemos la forma de dar con ellos siguiendo las reglas que nos impuso Tsunade, no tenemos más opciones, nosotros mismos no las quitamos con la idiotez que hicimos.
- pero… - la voz de Sai se escucho – donde estarán, todos desaparecieron juntos al parecer, donde pueden estar?
- lee tu carta para ti, dinos si dice algo de en donde estarán – dijo Itachi – si en la tuya no dice nada ninguna de las cartas dirá nada, entonces nos iremos a casa a pensar que hacer.
Sai asintió y abrió su carta…
“Sai…
No puedo creer que me hicieras esta bajeza, si lo que te pasaba es que ya te había aburrido, lo mejor era que me lo hubieras dicho y habría desaparecido para siempre de tu vida, no que en cambio tenias que andar a escondidas de mi para irte a revolcar con esos… no tengo palabras para describirlos, incluso al parecer tenias que soportarme a mi aun mas, te hubieras ahorrado tantas cosas, tal vez incluso no deseabas ni casarte conmigo, pero claro, fui mi culpa por comportarme tan puritano y pedir que nuestra primera vez fuera como esposos, que patético te he de haber resultado, pero no te preocupes, regresare a Suna en cuanto pueda hacerlo, nos olvidaremos y esto solo será un amargo recuerdo y lo siento pero no puedo evitar odiarte como nunca he odiado nadie, espero no volverte a ver.”
- no dice… donde esta…solo que no ha regresado a Suna… - dijo con sus ojos bañados en lagrimas y sin darse cuenta de ello.
Para Itachi lo más lógico es que Gaara debía de haber regresado a Suna, pero al parecer no era así, así que le pidió a Shino que leyera la de él, claro para el mismo.
“Shino…
Kiba no está en condiciones para hablar o hacer algo, por lo que él no te ha escrito esta carta, está completamente en shock, aun no reacciona ante lo que vio en ese lugar, ninguno ha podido salir de esta pesadilla ya que es nuestra realidad, no volveremos en mucho tiempo y no queremos verlos, solo espero que Kiba no haga ninguna locura porque si algo le sucede a mi amigo, te matare… por cierto, soy Lee, uno de tus amigos quien tenía un esposo con el cual también te acostaste y uno más con quien engañaste a Kiba.”
- no dice…solo que al parecer si están juntos… - Shino cubrió su rostro avergonzado por las palabras que Lee escribió en ellas, el era uno de sus mejores amigos y le ayudo mucho para que Kiba aceptara sus sentimientos por él y ahora no solo engaño a la persona que amaba si no que se acostó con el esposo de su mejor amigo – entre todos… destruimos el matrimonio de todos…
Esas palabras calaron muy dentro de los demás semes… la situación era mucho más complicada que una simple infidelidad… sentían que jamás serian perdonados y solo serian odiados, esta vez sentían que habían perdido para siempre a las personas que amaban…