Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un bal au loin por Mel_01

[Reviews - 59]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Por acá de nuevo~ sé que tardé, pero es lo mismo de siempre, el "tiempo". Es cortito pero es que no puede ser más. Ya se darán cuenta porqué. A leer~

Después de casi ocho  meses de no saber ni de su sombra aparece frente a mí como si el destino estuviera jugando y riéndose de nosotros, como si fuéramos simples vecinos que se ven cada día. Quise hacer tantas cosas pero lo único que al final hice fue voltearme y tomar la puerta para irme hasta que las palabras de Sulli hicieron eco en mi mente:“Deberías salir, si quieres puedes ir solo… a encontrarte”. La verdad es que siempre dije que Kibum era mi vida, mi todo, era yo mismo y lo había encontrado otra vez, e independiente de la razón o el motivo que nos reunió otra vez, lo importante es que estábamos ahí, juntos, con la esencia de lo que parecía ser una nueva posibilidad para nosotros y por primera vez no había nada que se interpusiera.  “¿Quieres ir a beber un café, como antes?”

No creí tener esta posibilidad de nuevo, y lo había soñado miles de veces, pero creía que mi “nueva vida” con Jinki hyung y Sulli era mejor… me bastó verlo para saber que no era así. Entramos a una cafetería desconocida para mí, seguro la frecuentaba con otras personas o con ese hombre que lo vi aquella vez. Saludó al barista como si lo conociera de antes, eso reafirmó mi teoría de que si lo frecuentaba. Y es normal, es lo más normal del mundo salir con tus amigos, pero me inquietaba, pensar que otro estaba en el terreno que me pertenecía me ponía nervioso. ¿Y si tenía a alguien más? ¿se habría olvidado de mí? ¿seré el único que aún quiere intentar algo más? Eso me llenaba más de inseguridad y alejaba las palabras de mi boca.

Intentó entablar una conversación sin muchos resultados de parte mía, quería saber de su vida pero me aterraba preguntarle algo y obtener una respuesta que no deseaba escuchar. “Si, me cambié de departamento, ahora vivo con mi novio”. “Estoy feliz, llevó unos días viviendo con mi novio y es mejor de lo que pensaba”.  “Me dijo que me ama, es muy pronto lo sé, pero creo que también lo amo”. Colapsé. Me llamó por mi nombre intentando despertarme de mis pesadillas y como reflejo posé mi mano sobre la suya y dije seco “No puedes”. Me miró confundido y avergonzado de mi acto, retirando la mano de la mesa. “¿No puedo… qué?”, dijo tímido, con voz baja tomando la taza para beber el café que habíamos pedido y que ni cuenta me di cuando nos lo trajeron. Le pedí que me ignorara, estaba paranoico, le inventé que estaba cansado y cosas así.

Pagó él impidiéndome pagar por mis gastos, sonrió a la cajera y deseé que me dedicara una sonrisa así, a pesar de estar muy calmado me estaba rechazando, algo había entre nosotros que no nos permitía hablar como antes, quizás todas las palabras que no dijimos se hacían presente y nos castigaban con más silencio.  Sonó mi teléfono, era Sulli, un mensaje hacía notar su preocupación por mi horario de llegada y me advertía que dormiría sin mí, Jinki al parecer ya había llegado de su fallida cita.  “¿Es tu… tienes que irte?”  Lo miré aguantando las ganas de llorar y tragándome la angustia, asentí. “Pero… ¿de verdad tienes que irte?”. Su insistencia llegó directo a mi corazón.

“Pasa, está algo desordenado”. Mire rápidamente y al parecer vivía sólo, pero eso aún no descartaba si tenía o no alguien más en su vida.  Retrasé mi caminar mientras dirigía la mirada a lo que parecía su habitación, no alcanzando a divisar nada importante. Volteé a verlo para no ser tan obvio y me encontré con sus manos en mi camisa haciéndome pestañear confundido y paso siguiente fueron sus labios sobre los míos. Fue un beso tan amargo que me dolió, fue tosco y para nada como lo había imaginado y aparte de eso también fue corto, pero aún así perfecto. Se alejó rápido pidiendo perdón y caminó unos tres pasos hacia atrás quedando inmóvil. Caminé hacia él y pasé de su persona preguntando por el baño, estaba asustado, no quería que nuestro encuentro de tanto tiempo fuera sólo sexo y eso se contrarrestaba con las inmensas ganas que tenía de estrecharlo contra mi cuerpo y no decir nada más. Me contestó casi a punto de llorar, indicándome el lugar.

Vi mi rostro reflejado en el espejo, nunca antes me parecí tan viejo, era demasiada la presión. Abrí la llave dejando caer el agua con la que lavé mi rostro y mojé un poco mi cabello. Salí del cuarto, con la intención de preguntar sobre comida para comenzar esto de una forma más amena y cotidiana, pero para mi sorpresa el recibimiento fue de lo más hostil. “Vete”. No entendía nada. Gesticulé un “ah” casi incrédulo por su petición. “Vete, por favor, no debiste venir”. ¡Maldición! Su ir y venir ya me traía loco, ¿y por qué supuestamente no debí ir con él? Ya no tenía la misma idea de la charla acogedora de antes. Fui invasivo y me acerqué rápido a él, estaba sentado en el sofá de piernas cruzadas apoyando el rostro con su mano que formaba un puño. Me senté a su lado y lo obligué a mirarme tomando sus brazos, presionándolos por la desesperación, no había tiempo ni ánimos para entablar una conversación, no pensaba irme y se lo haría saber. Sólo calló. Por más que rogué por alguna respuesta, siquiera una palabra, aguantó todos mis remezones sin hacer un sonido. “Maldición Kibum… ¿porqué eres así conmigo? Sigues haciéndome sufrir….”. Parecía gato abatido rogándole mientras que mi mano recorría su mejilla helada y mi pulgar se encargaba de conocer la textura de sus labios. Bajé mi mano a su cuello y el abrió los ojos por instantes, contempló mis rostro antes de cerrarlos de nuevo durante el rodeo que hice sobre sus labios, previo al beso que iba a robarle. Siguió tal cual, no se quejó, sus labios tímidos me rechazaron en un principio, pero más bien parecía que caían derrotados ante mí porque luego se separaron ansiosos de recibir los míos. Esta vez el beso tenía más emoción, más sentimientos, cargaba todas esas palabras no dichas, olvidadas en el pasado que ya no se podían repetir.

No podía contenerlo más, tan solo me separé centímetros para observar sus ojos en el momento en que lo dijera. “Te amo, te sigo amando como antes, no… más que antes…”. Devoraba sus labios con una expresión triste en mis ojos entre mi confesión. Sollozó de inmediato, como si esas palabras fueran lo único que deseaba escuchar. Sus lágrimas no detuvieron mi actuar, besé su cuello dedicándole miradas cargadas de curiosidad y timidez, como si fuese nuestra primera vez, como si no supiera qué hacer. Quité su remera y lo contemplé con mis labios sobre su piel, me parecía inusualmente precioso, níveo, entregado. Lo llevé entre besos y tropezones a la habitación, más bien él me dirigió. Me colocó tras la puerta para quitar mi camisa, sus dedos temblaban aún hasta el último botón. Cuando terminó besé sus manos con delicadeza y los sujeté entre mis brazos dejándonos caer sobre la cama. Me excitó de inmediato verle así, indefenso, sabiéndome el dueño de él. Apoyé mis manos en la cama levantando mi cuerpo, levantando también sus muslos con mis piernas entre ellos. Sus delicados dedos se posaron a los costados de mi pecho tocando parte de mi espalda y alcanzó mis labios, mordiéndome el inferior. Deslicé mi cuerpo sobre el suyo frotándome contra él, alcanzando a morder su cuello, provocando que dulces y suaves gemidos suyos vibraran en mi oído izquierdo. Me sentía contenido y aprisionado por las telas y en cada oportunidad intentaba quitármelas, pero tampoco deseaba perderme un segundo de él. Susurraba en su oído palabras sucias con el único fin de excitarlo tanto como lo estaba yo y así pasaba. “Minho… ahh… m-me duele…”, se quejó haciéndome ver que mis mordidas en su piel le provocaban dolor, pero el tono de placer en que lo dijo me indicaba que debía continuar presionado su piel con mis dientes. Me sostuvo por el cuello y buscó mis labios tiernamente, pero yo no podía controlar mis instintos y cortaba el ritmo del beso por mi impaciencia. Bajé mis manos en busca de su pantalón pero me detuvo al instante con un “espera” muy agitado que termino por explotarme los nervios.

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

Espero y les haya gustado. Nos leemos pronto~ 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).