Grell bajo del tejado hacia la blanca nieve ensangrentada donde yacía el cuerpo inerte del pobre Thomas Wallis, reunió las hojas de la novela del rubio, una vez completo el documento el pelirrojo salio corriendo tras de su compañero de examen William, el moreno ya iba varios metros por delante de Grell.
-Will!- el pelirrojo por fin alcanzo a su compañero, una vez que igualo su paso, este se aferro al brazo de William, recargando la cabeza en el hombro del joven.
William estaba algo sorprendido, se sentía incomodo en compañía de Grell Sutcliff, hace un mes este chico intento matarlo, durante toda la investigación el pelirrojo no estuvo presente más que en ciertas ocasiones y no dejaba de elogiar a Thomas, hace unas horas intento atacarlo nuevamente y hace unos minutos lo llamo "su hombre", no solo eso ahora este niño se prendía a su brazo cual simio monosilábico llamándolo "Will", uso patético de su nombre. William bufo con fastidio, trato de soltarse sutil mente de las garras del pelirrojo, arriesgándose a provocar la ira del niño mimado, pero ya no le importaba, la misión había sido terminada, para su suerte, cuando menos lo imagino ya estaba de nuevo en la academia, no se había percatado de cuando Sutcliff abrió un portal para regresar a casa.
Grell libero el brazo de William y corrió hacia la puerta de sus superiores, alegremente tomo el pomo de la puerta y la abrió sin llamar antes, Grell entro sin ser invitado, nadie se sorprendió por los malos modales del chico. Pronto William entro también, a diferencia de su compañero el si llamo antes de pasar, el hombre mayor recibió la misión asignada de los jóvenes, la analizo un corto lapso de tiempo, una hojeada rápida para leer los motivos de los alumnos para cosechar el alma de Thomas, todo estaba perfectamente hecho, el hombre sonrió y sello la misión como completada, les felicito y los invito a ir al departamento de gafas, ambos ya eran "shinigamis de élite".
Grell mostró una sonrisa engreída estaba orgulloso de el mismo, este día había logrado más de lo planeado, termino su misión con creces, había salvado la vida de su nuevo amor ademas de que por fin conocería a "Padre" "Lawrence Anderson" en persona, el pelirrojo iba muy concentrado en sus propios pensamientos, cuando de repente William lo saco de su ensoñación, habían llegado, estaban frente a la magnifica puerta del departamento de gafas.
Un rubor intenso ataco las pálidas mejillas de la joven parca carmesí, ambos hombres entraron a la sala, Grell fue el primero en hacer su examen de la vista, las gafas estarían rápido, justo las recibirían ese día, se lo habían ganado.
Los anteojos formaban parte de la esencia de los dioses de la muerte, al igual que sus guadañas, representaban toda la personalidad de sus portadores, una extensión de su "alma".
-"El hermoso shinigami Grell ha nacido"- el pelirrojo dice con orgullo haciendo una pose rebelde, unas gafas de montura roja y muy moderna ahora enmarcan sus finas facciones juveniles, pequeños cráneos cuelgan de una cadena de seguridad para evitar que los anteojos caigan de su rostro, algo muy inteligente decisión tomada después de la experiencia vivida hace unas horas.
"Solo a los shinigamis que sepan el significado de la vida se le otorgaran los anteojos shinigami, los anteojos de la vida". William lo aprendió muy bien este día, jamas olvidaría su encuentro con el registro vengativo de Thomas Wallis. Spears se tomo muy enserio el cuidado de sus gafas, desde ese día en adelante el joven siempre rectificaría que los anteojos estuvieran bien seguros en su rostro, más si se sentía incomodo o estrenado, siempre ajustaría las gafas, con sus manos o con su guadaña, el tic se hizo propio del segador obscuro. Y se encargaría de que todos los aspirantes a shinigami aprendieran la lección.