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L'EAU ET LE FEU por karenka sutcliff

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William ha encontrado su lugar especial, lejos del caos de la oficina, lejos del papeleo, lejos del "rojo", si, no soportaba convivir mucho con Grell, tal vez se estaba comportando algo infantil y rencoroso, después de todo el pelirrojo había cambiado su actitud violenta con el y ahora solo quería simpatizar le y ser su amigo, aunque dicha amistad consistía de muestras de afecto imprudentes y molestas.

-Honestamente.- William suspira y mira el atardecer, se pregunta que ¿estará pasando en el despacho? y ¿que diría su tutor de verlo aquí? , seguramente le aplaudiría el anciano de cabellos plateados siempre ha sido muy liberal, nada que ver con los shinigamis.

Este lugar no es nuevo para William, de hecho esta en el reino humano, hacia mucho años que no venia aquí, su ultima visita no fue nada grata, fue el ultimo lugar que vio antes de morir por culpa de "ella", a veces justificaba la violencia de su padre.

XxX

William T. Spears, hijo del oficial ingles Thomas Spears, eran de buena posición económica, no ricos pero si vivían bastante bien, bueno eso parecía, el padre de William era un hombre de admirar, muy responsable pero muy estricto, llegando a la exageración, todo debía ser perfecto y si las cosas no se cumplían en el tiempo indicado habría consecuencias "malas". Su padre solía golpear a su madre por no hacer las cosas "bien", después que pasaba su ira, se disculpaba con su mujer diciéndole que la amaba y que era por su bien, que debía educarla pues su mujer debía ser la mejor, el hombre cuando estaba feliz siempre alagaba a su mujer y la presumía con sus conocidos, pero Dios libre la hora en que algo estaba mal.

-Hijo, si quieres las cosas bien hechas siempre debes tener mano firme, más tratándose de las mujeres, si eres dócil te verán la cara de idiota, más vale un buen golpe a tiempo.- siempre fue el consejo de su padre,"dolor es amor" o "golpes son amor".

A William nunca le pareció ese lema de su padre pues no le gustaba ver a su madre con miedo o llorando, William se dijo a sí mismo que el día que conociera a una mujer a la que amara jamas la golpearía.

XxX

Campo abierto, muchas flores de dulce aroma, las aves libres, el ruido del lago, no, nada es nuevo, en su vida humana el solía venir aquí, de niño, para ser más especifico, su padre los traía aquí en compensación por los malos ratos y golpes que le hacia pasar a su amada madre, era un lugar hermoso de verdad, "oh, como amaba William a su madre", un ejemplo de mujer perfecta, lastima que su padre no lo veía así, el hombre era un abusivo con ella. William sacude la cabeza para deshacerse de esos malos recuerdos y toma un libro que yacía junto a el, sera bueno que lea un poco, después de todo, mañana por la mañana la misma rutina lo agobiara, realmente nunca pensó que ser un shinigami fuese de tal laboriosidad, quien diría que la burocracia esta inmiscuida.

Una paloma se acerca al segador de almas, muy cerca para ser sinceros, William la toma con sus manos, es tan bella, a William le gustan los animales, de pequeño su padre nunca le permitió tener ninguno, decía que eran sucios, se conformaba con las avecillas de su madre, las compadecía, tener que vivir enjauladas, prisioneras al igual de ellos, Su madre le contó que si ponía atención, las aves le contarían historias asombrosas pues ellas viajaban mucho, y si era bueno con ellas, ellas serian sus amigas y confidentes, guardarían sus secretos, lo cual parecía ser cierto, varias veces William pudo ver a su madre hablar con sus canarios después de los pleitos con su esposo.

A veces William se pregunta ¿que fue de su madre después de que el se suicido?

William suspira nuevamente, al parecer son pocos los buenos recuerdos que guarda de su vida humana, deja a un lado a la paloma, se levanta y se marcha, es tarde y debe volver al reino shinigami.


Al volver a su reino, William descubre todo un caos, no es que le interese mucho, seguramente son tonterías para perder el valioso tiempo, aunque no es su intención, puede escuchar lo que todos murmuran, "un demonio se ha infiltrado en el despacho" "parece ser que se trata de los Sutcliff". William presta más atención a la historia que relatan sus compañeros, aunque pretende ser discreto.

Spears se entera del incidente durante la practica de una cosecha en el reino humano, "era de esperarse, ese pelirrojo solo causa problemas" dice para sus adentros el moreno, de pronto los murmullos cesan, todo es silencio, uno que otro chico sale corriendo derribando algunos escritorios, al ser novatos, no cuentan con oficinas propias, todos están en cubículos fuera de la oficina del gerente. William solo niega con la cabeza, le impresiona que ciertas personas inmaduras lograran llegar a unirse al despacho aunque le intriga el porque de esa reacción, de repente siente unas manos que lo toman por los hombros, inclina la cabeza y nota que unas uñas rojas se aferran a su saco, un suspiro de fastidio y el moreno alza la mirada, Grell se hizo presente, así que esa fue la razón por la cual se hizo silencio y el otro chico salio huyendo.

-Grell Sutcliff san.- dice Will como saludo.

-Mhf.- Grell bufa con fastidio y suelta a William.

-¿Donde has estado Will?, ¿a caso te escondes de mi?-se nota que el pelirrojo esta molesto por algo.

-Grell san, no tengo porque esconderme, he estado muy ocupado.- el moreno miente, no es como que le tema a su compañero, solo esta cansado y no quiere otra palea innecesaria, para formar parte de los rumores.

-Y deberías de dejar de hacer eso, asustar a tus compañeros es poco profesional.- dijo William sin voltear a ver a su compañero. Grell levanto una ceja ante el comentario, se molesto un poco, el no tenia la culpa de estar rodeado por idiotas. Grell giro sobre sus talones y se marcho sin decir más.


Pasan los meses, con velocidad, muchos cambios están ocurriendo en el despacho y en las vidas de los shinigamis que laboran ahí, almorzar con Grell se ha hecho una costumbre, no es que William ansié la compañía del pelirrojo, pero este se invita solo y William no podía seguir evadiendo a su colega, en varias ocasiones les ha tocado trabajar juntos, además de que el moreno es un hombre de costumbres, tal vez se debe a su TOC por el orden, al joven no le gustan los cambios repentinos pero se esta adaptando a la compañía de Grell, al parecer no esta mal, al principio el pelirrojo no dejaba de parlotear "tonterías" según William, ademas de atacar a las personas que se acercaran a "su hombre", pronto al ver que William no le prestaba atención este se rindió y decidió ser más sutil, las comidas pasaban tranquilas, después de todo ya se había acostumbrado a que la presencia de Grell era mejor a la compañía de sus colegas que solo hablan de la próxima fiesta, las mujeres y las borracheras.

No solo el almuerzo cambia, también las cosechas, nadie desea cosechar en compañía del pelirrojo, al parecer Spears es el único que funciona bien a su lado, todas las misiones las hacen en equipo, por falta de personal, los superiores no pueden darse el lujo de acompañar novatos, todos tiene trabajo y parece ser que el pelirrojo esta cerca de un asenso, se le confían novatos siempre que estos acceden, hasta el desgraciado momento que que provocan la ira de su mayor, a Grell no le gusta trabajar con niños, a pesar de que el es uno aun y aunque trabajar con Grell no es lo que William desea, el es un buen empleado y no piensa renegar como sus compañeros. No solo se quejan con sus jefes y superiores pidiendo ser emparejados con otros o transferidos de sucursal, también hablan mal del pelirrojo a sus espaldas, creen que el no se entera, pero William en más de una ocasión ha visto como el corazón del pelirrojo se hace trizas ante tales burlas cuando llegan a sus oídos.

Aun que no son amigos a William nunca le ha parecido que hablen mal de las personas cuando estas no se encuentran para defenderse.


El trabajo funcionaba bien en compañía del jengibre, las cosechas son tranquilas y eficientes, ademas de rápidas, Grell coopera más con William, casi obedientemente aunque el moreno se siente incomodo con las muestras de afecto desmedidas de su compañero. Tener a Grell a su lado es conveniente, si algún demonio se hace presente Sutcliff lo erradica aunque eso signifique un baño de sangre para el carmín, al parecer eso le gusta, lamentablemente William tiene que soportar las nauseas que le provoca la peste del infierno que emana su socio, hasta que están de regreso en la cede y se separan.

William solo lo observa con algo de curiosidad, no entiende que clase de satisfacción puede encontrar Grell al jugar con las entrañas de las alimañas, aunque no puede negar que siente placer al escuchar a esos monstruos roba almas berrear, llorar y pedir clemencia a la sádica parca roja.

A William nunca le ha gustado mucho el contacto físico innecesario, aun tratándose de un abrazo proporcionado por sus superiores, como muestra de felicitación, todo eso molesta en cierto grado al moreno, aunque últimamente permite que Grell le tome del brazo, William no veía nada malo en esto, después de todo, así logra que Grell se comporte y coopere, todo marcha bien hasta que Grell comienza a volverse posesivo sobre el y lo llama con más frecuencia "su hombre" en presencia de superiores y colegas.

XxX

-Sutcliff, ¿no entiendes?, no me gustas, no te quiero, eres desordenado, eres un salvaje sanguinario al que nadie quiere cerca, estoy condenado a ser tu compañero de cosechas, estoy pensando pedir mi cambio de división, no te quiero cerca.- la paciencia de William se agota con cada burla silenciosa, con cada rumor de pasillo, ya era la burla de la oficina a causa de ser el Romeo de Sutcliff y el no quería ser herido otra vez.

Grell se queda en un estado casi catatónico mientras observa a un molesto William marcharse. El pelirrojo no tiene palabras, siente un nudo en la garganta, su mirada es ensombrecida por sus rojos cabellos que cubren su rostro impidiendo ver sus facciones.

Grell salio corriendo, alguien pagaría por tal humillación y pagaría con sangre. El pobre incauto fue un joven nuevo que se cruzo y choco con el descontrolado Grell en el momento equivocado.

-¿Como te atreves?.- Grell lo tomo por el cuello, parecía querer rompérselo estrello al chico contra el suelo y le propino una gran golpiza, el muchacho tenia mucho miedo como para moverse.

-Mírame, marica, te atreves a empujarme y ahora no me das la cara.- El pelirrojo estaba fuera de sí, tomo la guadaña el niño, su intención era matarlo, todas sus frustraciones y rencores estaban listos para salir.

-Dime, ¿por dentro eres igual a los humanos?.- una sonrisa enferma y sádica se dibujo en el rostro de Grell, al fin sabría si los shinigamis son iguales a los humanos en las entrañas, saciaría su curiosidad, su intención era abrir en canal al chico y examinar su interior como lo hizo con los humanos a los que cosecho y como cuando mataba a los demonios, su instinto demoníaco se apoderaba de el cuando se enfurecía. El chico ya no se movía había sangre mucha sangre, en eso como un milagro para el muchacho paso un profesor y tomo a Grell por el brazo y se lo llevo, esa noche el pelirrojo paso la noche en una celda.


William estaba molesto, al llegar al trabajo, se entero de lo sucedido, aunque sabia que el no era responsable, se sentía culpable. Pasos firmes y rápidos, el ruido de sus zapatos contra la loza dura era lo único que se escuchaba, a pesar de estar muy adelantados para su época, los segadores de almas contaban con celdas muy primitivas, húmedas y sombrías sin iluminación adecuada. Finalmente el moreno llega a su destino, un ovillo rojo aparentemente dormido yace en el suelo.

El castigo de Grell ha terminado, a pesar de la mala noche, el pelirrojo debe agradecer la intercesión de su tío, algo peor le hubiera esperado. El gurda le permite la entrada a William a la celda, Grell esta despierto, de hecho no durmió en toda la noche, pero se queda quieto, finge seguir durmiendo.

-Grell san.- William llama suavemente.

-Grell, se que esta despierto, ¿podríamos hablar?- William insiste, aunque no sabe porque le preocupa su compañero, siente un peso sobre su espalda.

-De acuerdo, solo... quería disculparme por lo de ayer, su castigo ha terminado, según tengo entendido, debo retirarme, lo veré en el almuerzo.- William toca afectuosa mente el hombro del pelirrojo y se retira al ver que este ni se inmuta por el contacto físico.

Una vez que William salio de la celda, Grell se sentó sobre sus piernas, estaba algo adolorido del cuerpo por no dormir en un colchón, el carmín tenia los ojos rojos, por no dormir y por llorar, pero ahora un rubor ataco sus mejillas, "William se había disculpado y le había tocado".

Esa tarde William comió solo, Grell no se hizo presente como de costumbre, esto estaba mal, un cambio imprevisto a su rutina, algo imperdonable, el moreno espero 10 minutos más y se retiro, se sentía frustrado, "¿extrañaba al pelirrojo?", "no, ni siquiera eran amigos, solo colegas", William saco de su mente esos pensamientos y se dirigió al reino de los vivos, a ese lugar donde se sentía tranquilo y en paz.

No es que Grell le guardara rencor, estaba ansioso por hacerle compañía a su "amigo", el único que tenia, pero antes tuvo que hacerle una visita a su tío para recibir una "platica".


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