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L'EAU ET LE FEU por karenka sutcliff

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Grell salio de la oficina de su tío, con su mano enguantada sobaba su mejilla hinchada que ahora mostraba una gran marca roja, como odiaba las "conferencias" con su tío. El pelirrojo, sonrió e hizo a un lado los malos pensamientos, ahora tenia que alcanzar a William, la hora del almuerzo llegaba a su fin en unos minutos, no es que la academia quedara muy lejos del despacho, pero aun así Grell salio corriendo.


El carmín, llego a la sala de descanso, no vio a William, lo busco solo un poco, era obvio que el moreno se había marchado, "¿a alguna misión tal vez?", Grell suspiro decepcionado, "su Will" no lo espero, el pelirrojo salio de la sede y diviso a unos metros de distancia de las puertas del despacho a William, que parecía voltear a los lados y mirar a su alrededor como para percatarse de que nadie lo siguiera, esto intrigo al pelirrojo, ¿a donde se dirigía su "amor platónico?".




Cual gato que acecha a su presa, Grell sigue sigilosamente a su compañero de trabajo, trata de ser discreto, tan ligero como una pluma, pero..." ¿si William voltea?, William se detiene un momento, parece pensativo, ya es hora, Grell sube a un árbol, es mejor seguir por lo alto, pero no contó conque es más pesado de lo que el desearía, la rama no resiste mucho tiempo su peso, esta cruje y se desprende del tronco seco, el pelirrojo se maldice por ser tan goloso, deberá hacer dieta otra vez.


William se aseguro de que nadie le siguiera, no quería preguntas tontas ni impertinentes, nunca le gusto que se metieran en su vida, y al ser este su lugar especial para relajarse, no quería invitados molestos que después trajeran más invitados molestos y que finalmente sus superiores le negaran la libertad de visitar el reino humanos aunque no le simpatizan los inferiores humanos, este era un lugar donde podía relajarse, que sus jefes se enteraran solo causaría problemas, las parcas no deben convivir con los vivos.


William caminaba tranquilamente por un sendero rodeado de campos verdes y floridos, todo era tan tranquilo y agradable, solo se escuchaba el trinar de las aves. William se detiene un instante e inhala profundamente para llenar sus pulmones del vital y refrescante oxigeno, no lo necesitaba, pero era una costumbre arraigada de su vida como humano, le hacia sentirse tranquilo y "vivo", "libre", no le molestaba su trabajo, de hecho le gustaba mucho le hacia sentir importante, "la vida de una persona depende de su buen juicio" pero aunque era agradable, el jamas se imagino trabajando tanto ni agobiado por torres de documentos, "los gajes del oficio", Will torció la boca ante este pensamiento, el no deseaba tanta responsabilidad, quería... tal vez... solamente "vivir". William, finalmente abrió un portal rumbo al reino de los vivos y desapareció, aparentemente pues no se había percatado de que Grell la seguía.


Avecillas que cantan, ardillas correlonas que suben altos arboles con las bocas llenas de nueces, el silbido del viento entre las hojas de los arboles frondosos y el tronar de las hojas secas siendo aplastadas por sus siempre relucientes y bien lustrados zapatos, pero el crujir de una rama grande, que hace un ruido en seco al golpear el suelo y un quejido de dolor, hacen que William se ponga en guardia, rápidamente invoca su siempre confiable death scythe y ataca a su acechante.


-Aaawwh!- Grell llora de dolor, tiene las filosas tijeras de la guadaña de William encajándose en su cuello, ahora yace atrapado entre el arma mortal y un árbol.


-Grell Sutcliff.- William dice entre dientes y algo molesto, retrae su arma liberando a su socio y dejándolo caer, Grell solo se toma del cuello para calmar el ardor, realmente no fue una herida grave, pero el jengibre suele dramatizar demasiado, William se le acerca y lo ayuda a levantarse.


-Will, ¿que haces aquí?- cuestiono Grell.


-Tengo que hacerte la misma pregunta Sutcliff.- dijo Will con el ceño fruncido.


-¿Aquí es donde vienes para ocultarte de mi Wii..ill?.- hablo coquetamente Grell mientras se prendía de su brazo.


William continua con su andar sin esperar a Grell, este corre rápido tras el cual cachorro que esta siendo abandonado.


Después de un rato de caminar y escuchar los quejidos de Grell respecto a la distancia y el maltrato a sus tacones finos, la vista de un hermoso y pacifico lago se abrió paso ante los segadores de almas.


-Oh Will, es hermoso- alago Grell aferrándose más al brazo de su compañero. William frunció el ceño ante el contacto y la mala pronunciación de su nombre pero no dijo nada.


-Hey Will, ¿como es que conoces este lugar?- cuestiona curioso Grell, arrancando un suspiro de fastidio por parte de William, es por eso que a el moreno no le gusta la compañía, siempre hay preguntas moletas.


-Hace muchos años...- comienza William pero es interrumpido.


-Will, tengo una idea, este sera nuestro lugar, donde daremos rienda suelta a un tórrido romance prohibido, donde la doncella... -Grell divaga, causando la molestia de William.


-Grell Sutcliff!- grita William conteniéndose de atacar a su compañero.


-¿Eh?, lo siento Will- dice avergonzado Grell con un leve rubor, pero simplemente no puede controlarse, de alguna forma u otra siempre logra sobreexcitarse.


-Will, ¿puedo acompañarte cuando vengas aquí?- pregunta tímidamente el pelirrojo, casi como un murmullo.


-Ya veremos Sutcliff.- responde fríamente el moreno.


A excepción del parloteo innecesario de Grell, el cual fue silenciado por una mirada que congelaría el mismo infierno, la tarde paso tranquila, de hecho se podría decir que fue agradable. El sol se metía entre las colinas, dando un hermoso atardecer de un cielo anaranjado, era hora de volver a casa. Ambos hombres se levantaron del lugar donde yacían cómodamente sentados, se sacudieron la ropa y comenzaron el regreso a su reino.


-Sutcliff.- William llamo a su compañero


-Si prometes no decirle a nadie sobre este lugar y eres discreto entonces aceptare tu compañía cuando venga aquí.- William hablo sin ver a su compañero, con la vista hacia el horizonte, tal vez para ocultar su vergüenza.


-Kyyyyyyaaaaa!, Will, me haces tan feliz, no se lo diré a nadie, lo prometo, este sera nuestro secreto, un lugar para nosotros solos.- Grell abrazo fuertemente a William, no podía contener su emoción, causándole un rubor al segador obscuro. Tal vez William estaba listo para más cambios en su vida, empezando con aceptar la amistad del pelirrojo.




-¿Donde estabas?- pregunta molesto Brendan al ver llegar a Grell a su departamento, el hombre no toleraba que Grell se escapara de su control, el era un hombre enfermo, de hecho no soportaba que su sobrino se escapara de sus garras para ser feliz.


-Con mis amigos.- contesta el pelirrojo sin mirar a su tío, de hecho actúa como si este fuera un trapo viejo y estorboso.


-¿Amigos?, tu no tienes amigos, ¿quien podría querer estar contigo?- escupe el mal hombre, Grell solo suspira y camina hacia su habitación, dándole la espalda a su tío, sin esperar un ataque de su parte.


Brendan estaba muy molesto, Grell ya no era el niñito al que podía tener sometido, ya era un hombre que podía defenderse, aun así, el hombre se armo de valor y tomo al chico por sus cortos y rojos cabellos para detenerlo.


-¿Con quien estabas?- exigió de nuevo el mayor.


-Aaah!, William, estaba con William- Grell grito de dolor, su tío tiraba de su cabello con fuerza, el pelirrojo hablo con tal de ser liberado, después de todo no había hecho nada malo que debiera ocultar, ... oh, pero es cierto, debía mantener todo en secreto.


-¿William?...- cuestiono curioso el anciano.


-...¡Spears!- casi en un grito es mencionado el moreno, cuando Brendan cae en la cuenta de con quien se junta su sobrino.


-Si- dice casi con alivio Grell al sentir su cabello liberado del fuerte agarre, una vez hecho esto Brendan gira sobre sus talones y decide irse pero el pelirrojo lo detiene.


-Hey Brendan.- llama Grell.


Brendan se detiene, algo sorprendido por la falta de respeto de su sobrino, "el chico es valiente", a su mente viene el recuerdo de un niño de 10 años lloroso y asustado pidiendo piedad ante un castigo injusto.


XxX


-¿Lo has entendido?- habla el mayor, sin remordimientos dirigiéndose a un pequeño ovillo rojo en el suelo, el castigo ha terminado.


-S.. si señor, lo señor.- Grell no debe referirse a su tío como tal, el hombre se avergüenza de emparentar con un híbrido, Grell siempre debe ser respetuoso con Brendan, o sera castigado.


XxX


Pero Grell ya no es un niño y mucho menos siente respeto por el viejo.


-¿Brendan?, donde esta el respeto muchacho.- pregunta el hombre tratando de intimidar a Grell pero eso ya no funciona.


-Brendan, ¿alguna vez has sido feliz?- Grell dice con una sonrisa socarrona en sus labios, ya no le teme a su tutor, el es listo y sabe que puntos tocar para incomodar a la gente, aprendió del mejor maestro, "su tío".


Brendan se queda pensativo, un silencio incomodo, la verdad, por más que piense el hombre, es que no hay momentos felices en su vida, ni uno, todos son recuerdos amargos y malos, no porque la vida le haya tratado mal, no, más bien porque la envidia siempre lo ha corroído.


-¿Tu has sido feliz Grell querido?.- responde con una pregunta.


-Claro que soy feliz, tengo a mi padre que me ama y yo lo amo, destruyo demonios y todos me admiran, tengo a Will, ademas, soy más feliz de ver tu miserable rostro consumido por la ira y la envidia, el odio hacia mi te consume, ¡me envidias Brendan?, morirás solo y olvidado.- Grell fue muy valiente, arriesgándose a morir, pero valdría la pena morir con tal de ver la expresión del anciano decrepito.


-Vete a dormir muchacho, es tarde ya.- Brendan ordeno al pelirrojo, estaba en una especie de shock, este se marcho sin decir nada, seria una noche intranquila para ambos.


 


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