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L'EAU ET LE FEU por karenka sutcliff

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Notas del capitulo:

 

MUCHAS GRACIAS POR SEGUIR ESTA HISTORIA Y POR SUS COMENTARIOS, AUNQUE NO SIEMPRE DEJEN JAJA, BUENO, ESTOY FELIZ, PUES ESTE FIC PRINCIPALMENTE ERA SOLO SOBRE WILLIAM Y GRELL “EN LA ACADEMIA”, PERO HA IDO CRECIENDO Y AUN LE FALTA BASTANTE PARA CONCLUIR

GRACIAS Y FELIZ LECTURA.


 

 


Fueron dos semanas difíciles para William, el trabajo se acumulo un poco, tenia la tranquilidad que siempre pidió pero ahora era una paz no deseada, había comentarios de los otros empleados respecto a la ausencia de Sutcliff, todos sabían donde estaba y porque se había ido, pero nunca falto el irrespetuoso que comento respecto a la parca roja y sus actividades sexuales, otro de los empleados alegres por la ausencia de Grell era Eric, ahora podía pasar más tiempo con su amigo y kouhai Alan Humphries, el escoses hacia comentarios agradecido de que Sutcliff se marcho lejos y pedía que no regresara, causando el enfado de William, por otro lado Alan trataba de ser el mediador, el siempre tan empático con los demás motivo por el cual ahora estaba enfermo, siempre con un promedio de excelencia en ética, con pequeñas llamadas de atención para su senpai Slingby trataba de persuadirlo para que callara y evitarle un castigo por parte de su jefe, fue un pequeño infierno para Spears.

Por alguna extraña razón, William visito al tío de Grell, al principio no le permitieron la entrada, pero una vez que se identifico como el “tutor” de Sutcliff, no tuvo más problemas en el sanatorio.

William entro a la habitación de Brendan, le saludo respetuosamente con una reverencia y se sentó a un lado de su cama, el hombre se sorprendió con su presencia, esperaba ver a su hipócritamente amoroso sobrino pelirrojo, pero en cambio tenia enfrente al estúpidamente correcto Spears, Brendan lo ignoro por completo, William comenzó con una pequeña platica, se sentía incomodo, una vez que Spears le contó al tío de Sutcliff que el pelirrojo estaba solo en Francia, William hubiera jurado que el hombre intento moverse y de poder hacerlo seguramente lo habría atacado, los ojos de Brendan Sutcliff estaban llenos de odio, muy parecidos a la mirada de un Grell Sutcliff enojado, William se pregunto que si cuando Grell envejeciera se parecería a su tío, después de meditarlo, concluyo que era imposible, Grell era muy “lindo”, tanto como una chica, como para convertirse en un viejo desagradable.

William no vio ningún sentido en seguir ahí, se levanto y se despidió del viejo, antes de alejarse sintió como una mano débil lo detenía miro sobre su hombre y se percato de la mirada suplicante de Brendan, aun sin palabras William sabia lo que significaba.

-Lo traeré de vuelta- concluyo William y se retiro.


No fue distinto para el despacho de Francia, Grell Sutcliff no es alguien fácil de dominar; todos los días a la misma hora el corazón de William se aceleraba, más cuando escucha el ruido de las botas de tacón sobre la losa fría, pero se relaja al ver que es una falsa alarma, ya era una costumbre que a la hora del almuerzo Grell se presentara felizmente para invitarlo a salir, lo abrazara y le dijera cuanto lo quería, lo manoseara un poco e incluso besara provocando que el gerente lo golpeara pero aun así Grell sonreiría para su jefe, pero esa rutina se vio truncada, Spears suspira y se ajusta los anteojos, aun no hay señales de que Grell regrese pronto, todos los días le envía una carta, hasta la fecha William no a contestado ninguna, realmente no sabe que decir, pero… sinceramente que se le puede decir a Grell Sutcliff, “¿que lo extraña?, ¿que le hace falta?”,no, por supuesto que no, William suspira y coloca la pluma sobre su escritorio, observa una vez más el papel destinado a ser el receptor de sus sentimientos, niega con la cabeza y guarda todo en su gaveta.

Otra semana difícil paso, William estaba decidido a esta vez si contestar la carta de su amigo, para su sorpresa ese mismo día dos cartas, una “alarmante”, o por lo menos para William así fue; llegaron a sus manos, la de Grell con el mismo contenido de siempre, profesándole todo su amor y cuanto lo extrañaba, pero esta vez contenía un extra…

(…) Will, sera tu culpa si me enamoro de un galante Francés y no vuelvo a Londres, no debiste enviarme lejos, pero no te preocupes, realmente siempre pienso en tí.

Por cierto, el señor Wickham es muy cortes y desinteresado, me dio un bono extra por mi trabajo, también conoce muy buenos restaurantes caros y prometió llevarme a París en su próximo día libre, comprare cosas lindas para ti Will.

siempre “tuya” Grell.

William se tenso por completo, arrugo entre sus manos la carta de Grell y la tiro a la basura, para proceder con la siguiente postal, esta era del despacho de Francia, del gerente Wickham para ser más específicos, el hombre le alababa por su dominio sobre Sutcliff y su buen desempeño como supervisor de Londres, aunque detrás de toda esa habladuría lame botas, las verdaderas intenciones salieron al aire, el viejo le solicita a Spears hacer un cambio de empleados, diez de los mejores franceses a cambio de su “hermoso pelirrojo coqueto”, palabras literales escritas del puño y letra del viejo francés, incluso el hombre tuvo el descaro de enviar los documentos necesarios para la transferencia permanente. En ese momento William T. Spears, el supervisor del despacho de la sociedad de shinigamis sucursal Londres decidió ir a recuperar a su empleado.


Al principio Grell trato a su nuevo jefe con desdén nadie era digno de el, al igual que en la academia, solo un hombre… William, pero este lo había rechazado más de una vez y ahora se deshacía de el de una forma cruel, Grell les haría pagar a todos esa afrenta, su comportamiento era pésimo, registros destruidos, almas extraviadas, cadáveres desmembrados y apariciones en publico. pero sorprendente mente el gerente de Francia no castigo a Grell, el viejo tenia otros planes ganarse al pelirrojo era su meta, Sutcliff era famoso en casi todo el reino shinigami, por su fuerza y valor, pero principalmente por su poca ética, por alguna razón los hombres creían que era una “mujer fácil”.

El señor Wickham, supervisor de Francia, tenia un interés especial en Grell, no le importaba que el pelirrojo fuese hombre ni le importaba estar casado, ahora que Sutcliff estaba relativamente solo, sin ningún familiar o tutor, era su oportunidad de conquistar a la parca roja, el francés era un hombre atractivo, a pesar de su avanzada edad era una virtud de los dioses de la muerte el no envejecer, su aspecto era fresco y juvenil, aunque no tanto como el de Grell. Pero el hombre no contaba con que Grell no estaba solo y que tenia a William para cuidar de el.

Hoy era el día libre de Wickham, hoy, más que llevar a pasear a Sutcliff, el viejo ya tenia todo planeado, confiando en los rumores, el francés se llevaría a Grell a un hotel, el hombre se arreglo lo mejor posible, esta algo nervioso, ya se encontraba frente a la puerta del apartamento temporal del pelirrojo, suspiro, se ajusto la corbata y llamo a la puerta, se escuchaban voces dentro, no le extraño a Wickham, el pelirrojo era muy popular el el despacho y rápido hizo amigos, después de un poco rato la puerta finalmente se abrió, de no ser porque era inmortal el francés hubiera muerto de un infarto, la puerta fue abierta por William, la mirada del moreno se ensombreció al ver al gerente, pero por dentro se regocijaba de ver la cara de estúpido que puso aquel anciano.

-¡Spears!- grito asombrado el francés, de verdad no se esperaba encontrar al moreno, el viejo se molesto, conocía los rumores sobre la relación entre Sutcliff y Spears, pero eso no lo detendría, Wickham hizo a un lado a William y paso al pequeño departamento sin ser invitado, busco con la mirada al pelirrojo pero no lo encontró miro sobre su hombro para ver a un William serio que le siguió y entrego una carpeta.

-Buenos días señor Wickham- saludo el Ingles para hacer notar la falta de modales del Francés promiscuo, mientras extendía la mano para hacerle entrega de unos documentos.

Wickham enarco una ceja, no se esperaba ver a Spears aquí, tal ves los rumores era cierto, sobre que el y el pelirrojo eran amantes. el gerente francés tomo los papeles y los leyó con atención, el tiempo de Sutcliff en Francia se había agotado. el gerente estuvo a punto de replicar pero fue interrumpido por un alegre Grell que se disculpo por no poder acompañarlo a París, acto seguido Grell se prendió del brazo de William entregándole una maleta, se despidieron y ambos ingleses se marcharon, en la soledad del apartamento el gerente de la división de Francia encolerizo y destruyo algunos muebles, ya le enviaría a Spears un aviso para hacer el descuento del cheque de Sutcliff.


El regreso a Londres fue rápido, Grell no dejo de hablar de lo genial que fue su estancia en Francia gracias al señor Wickham, todos los obsequios que le hizo y el dinero extra que le dio, la paciencia de William se agotaba, pero se contuvo hasta llegar a la casa de su empleado, una vez en el departamento del pelirrojo Spears se despidió de su subordinado y se dio la media vuelta para marcharse pero Grell se lo impidió, no era forma de tratar a un amigo que recién regresa, aun tenia cosas que hablar con el ademas de mostrarle su obsequio, William ya estaba harto de escuchar al pelirrojo parlotear sin sentido, invoco su guadaña y perforo la cabeza del carmín provocando que la sangre saliera sin control, Grell grito y lloro, intento golpear a William pero se detuvo, al escuchar algo que fue música para sus oídos.

-Deja de hablar de ese viejo, por los dioses de la muerte, que no es más que un pervertido asqueroso- grito William tratando de controlarse Grell detuvo su llanto y sus ojos se iluminaron de alegría, aunque aun tenia sangre en la cabeza.

-Oh Will, estas celoso- Grell se abalanzo sobre William y le dio un profundo beso, inesperado para el gerente.

-Por supuesto que no- William rompió el beso forzado y alejo a sus subordinado.

-No me parece correcto que alabes tanto a un hombre que solo quería tener sexo contigo- William dijo sin mirar a la cara a Grell, su atención falsamente estaba en el equipaje de la parca roja.

-Oh Will, ya te lo he dicho ¿no?, siempre seré tuya, no tienes de que preocuparte.- Grell recargo sumisamente la cabeza sobre el pecho de William, de algún modo ese comentario hizo sentir bien al shinigami obscuro. William suspiro, finalmente dejo instalado a su subordinado en su casa y se dispuso a irse, pero fue detenido.

-Will, podrías quedarte, aun no te he mostrado tu regalo- Invita el pelirrojo con una sonrisas a la cual William no puede rehusarse.

Ambos entraron al apartamento de Grell, muy distinto a los tiempos en que el viejo Brendan vivía ahí, ahora todo era “rojo”, literalmente rojo, a donde miraras el rojo reinaba en todas sus tonalidades. William tomo asiento en un gran sofá, de un tono rojo vino y espero a que Grell regresara de la cocina. El pelirrojo regreso y entrego una taza de té negro a William para acto seguido tomar asiento a su lado.

-Gracias Will- Grell dijo en un susurro y recargo su cabeza sobre el hombre de William para tomar una posición más cómoda a su lado.

-¿Por que?- William pregunto aun serio.

-Me salvaste- una sola respuesta, Grell le dio un rápido beso y se re-acomodo ahora colocando su cabeza sobre las piernas de William.

-Tus “vacaciones” se habían terminado Sutcliff, tenias que regresar ya- explico William, Grell suspiro algo triste, pero no lo demostró y siguió hablando.

-Yo se que puedo confiar en ti Will, no permitirás que nada malo me pase ¿cierto?- Grell miro con ojos esperanzados hacia William, pero el rostro del moreno miraba hacia otro lado, de verdad Spears se sentía incomodo.

-Tengo una deuda contigo Sutcliff, me salvaste el día de nuestro examen- William sigue sin hacer contacto visual, Grell sonrió ampliamente e hizo algo que el gerente no se imagino ni en sus más pervertidos sueños, Grell giro sobre su estomago para quedar con la cara pegada a la intimidad de William, comenzó a dar pequeños besos sobre la tela del pantalón, William inmediatamente intento alejarlo, pero el pelirrojo se mantuvo firme.

-Will, no tienes ninguna deuda- Grell dijo mientras intentaba bajar la bragueta del pantalón de su jefe. Aunque William no lo quisiera, su cuerpo estaba reaccionando a las caricias de su compañero, su rostro se sentía muy caliente, su entre pierna igual, finalmente una briza fría golpeo su miembro, bajo la mirada y vio como Grell masajeaba su pene logrando ponerlo duro, William se sonrojo intensamente, pero trato de mantener la calma, se levanto del sillón empujando a Grell y dejándolo caer al suelo.

-¡Sutcliff!, ¿que demonios crees que estas haciendo?- grito mientras se acomodaba los pantalones nuevamente.

-¡Pero Will!- Grell se levanto y se lanzó hacia las piernas de su jefe enterrando el rostro en la entrepierna de William, esto no le ayudo a su jefe, el hombre seguía un poco excitado.

-Will, yo quiero, ¿que tiene de malo?, yo- dijo en un tono algo suplicante.

-¿Que tiene de malo?, eres hombre, somos hombres, es anti natural, no es normal- William pateo al pelirrojo para alejarlo y se marcho del lugar, estaba confundido y molesto, muy molesto.

-Yo te amo… siempre lo haré dijo en un tono lastimero en la soledad de su casa.


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