Después de una larga conferencia sobre el uso apropiado de las instalaciones en el despacho, William finalmente libera a Grell, aunque mientras "le daban un uso inapropiado al escritorio" el gerente no reprendió a su empleado, más bien lo gozo mucho.
William trata de mantener distancia de Grell, cuando esta a su lado todo es irracional,sin cordura, no hay lógica, un impulso sin sentido lo hace permanecer a su lado y correr en su auxilio pues el rojo no deja de meterse en problemas, se merece un castigo, pero ¿que haría William sin Grell?. El pelirrojo le hace mal y lo sabe, con ese humor enfermo de la parca escarlata, sabe que si continua ya no podrá volver nunca más, su mundo perfecto se vendrá abajo, no hay forma de luchar contra Sutcliff, ni física ni emocionalmente.
William reta a su suerte, esta jugando con fuego, pero no puede evitar querer a Grell, el pelirrojo lo besa haciéndolo caer en su juego, escucha su voz estridente y chillona maldiciendo su presencia pero cuando este no se encuentra algo le falta a la vida monótona del gerente.
Es como un hechizo que lo mantiene hipnotizado y atado a su lado, desde la academia sabia que estaban destinados a cruzar juntos el laberinto de la "vida/muerte", la barrera contra sentimientos que el moro construyo ha sido derribada por aquel tornado rojo.
Grell da un rápido y casto beso sobre los labios de William, se despide y sale de la oficina de su jefe, en la salida se topa con un chico nuevo, su cabello es de dos tonos, rubia la coronilla y el largo, y negra la nuca, el joven porta unas gafas de montura gruesa y negra, le dan un aspecto algo infantil, aunque no se puede negar el joven es muy guapo, el galán le brinda una sonrisa coqueta a Grell y entra a la oficina de William. Grell lo mira con indiferencia y sigue su camino, nunca le han interesado los "niños".
El rubio pasa al interior del despacho pero se entretiene mirando algo embobado al pelirrojo que acaba de salir, tiene un buen trasero, contonea un poco en exceso las caderas, pero se ve bien para una noche de diversión, piensa para sus adentros.
-Ah! señor Spears, lo siento, mi nombre es Ronald Knox- finalmente se presenta el rubio.
-Llega tarde señor Knox, la puntualidad en este oficio es más que importante, nadie debe vivir más de lo previsto y mucho menos esta permitido perder almas.-William reprende al joven, es el primer día de Ronald y ya dio una mala impresión.
-Lo siento Señor, no volverá a pasar- Ronald se disculpa y frota la parte trasera de su cabeza, trata de sonar simpático.
-Pensé que no había mujeres trabajando en el área de recolección, es una linda pelirrojo ¿no señor?, le faltan pechos, pero tiene un bello trasero- habla con una sonrisa idiota que molesta William, pero el gerente no revela el verdadero sexo de su amigo, prefiere que el novato se lleve una sorpresa.
-Diríjase a la oficina del señor Sutcliff, el sera su tutor, estará bajo su guía, cualquier problema o convenientemente no dude en consultármelo a mi o a Sutcliff- William termina de dar unas explicaciones más, despide al muchacho y una vez que Ronald se retira, el gerente continua revisando su papeleo. Ronald sale entusiasmado y camina por los pasillos, es su primer día y ya se lleva bien con casi todo el despacho, conoció a dos nuevos senpais, Eric Slingby y Alan Humphries, son simpáticos y amigables, los reconoció de la academia, en especial a Alan, que era mayor que el pero cursaron juntos hasta que el castaño se graduó, recordó haber visto juntos a sus senpais, maestro y alumno, muy buenos amigos, el joven ya conocía los rumores sobre el escoses.
Finalmente llega a la puerta indicada, que es adornada por una placa grande y reluciente con letras rojas que anuncian a su propietario, "GRELL SUTCLIFF"; Ronald esta ansioso por conocer personalmente a la parca roja, es un ídolo en la academia, después de el nadie ha obtenido AAA; toca la puerta con los nudillos, espera un rato y una voz aguda le da la bienvenida, Ronald abre mucho los ojos, es la "pelirroja".
-¿Señora Sutcliff?- cuestiona el rubio, Grell sonríe profundamente feliz.
-¿Que pasa?, parece que viste un monstruo- se burla el pelirrojo del joven que lo mira con asombro y apenado.
-¿Eh?, ah no, lo siento es solo que yo esperaba ver al señor Sutcliff, ¿es su esposo?- el chico trata de ordenar sus pensamientos, no es la primera vez que coquetea mujeres casadas, de hecho es la razón por la que murió.
-No, no tengo esposo- dice con una sonrisa. Ronald suspira de alivio y toma asiento frente a Grell, pero de repente escucha algo que le hace perder el color por completo.
-Yo soy varón, aunque preferiría que me llames "señorita Sutcliff", no es de buena educación decirle "señora" a una dama soltera- Ronald se paralizo, quedo en shock, le ¡coqueteo a un hombre!, ¿como no lo noto antes?, bueno, según las fotografías y rumores Grell Sutcliff era un chico arrogante, muy fuerte y de cabello rojo rebelde, nada afeminado.
Ronald recibió más instrucciones de su nuevo jefe y salio de la oficina aun asombrado, una ves fuera Grell rió con fuerza, pobre niño tonto.
Ronald pronto se hizo amigo de Eric Slingby, fiesta a la que iban, se convertía en grandes juergas y borracheras, lo más importante para Ronald era convertirse en un gran shinigami, y no defraudar a sus mayores, de verdad respetaba a William y admiraba a Grell, aunque al principio le fue raro tratar con el afeminado shinigami, terminaron llevándose bien, Grell era un hombre innovador y al notar que Ronald era igual, su interés en el chico creció, era como su hermano menor, Grell quedo impresionado, al ver al chico con zapatos Oxford blancos impecables, un gran contraste con el aburrido uniforme negro, Ronald portaba un reloj de pulsera era más practico, El pelirrojo quedo prendido de el, incluso le recomendó que tipo de guadaña usar, todo iba bien, hasta que la parca roja desapareció.
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-Will, ¿porque siempre tengo que cosechar a las sucias rameras?.- Dijo el pelirrojo con un mohín de disgusto, a el no le agradaban las prostitutas, en realidad ningún humano le agradaba, eran sucios e inferiores, pero las prostitutas en especial a ellas las odiaba, eran "mujeres" que no respetaban sus cuerpos y podían tener "hijos" a los cuales mataban. ¿Que no daría Grell por tener un bello cuerpo con curvas pronunciadas y un hijo del hombre que amaba?. Grell si tenia un lindo cuerpo, para ser hombre tenia un cuerpo pequeño y muy delgado, unas muy largas piernas bien torneadas y no era musculoso, tenia las curvas justas, pero eso no es lo que buscan los otros hombres, podía engañarlos con su bello rostro maquillado pero al quitarle el vestido y el corsé se encontraban con unas caderas estrechas y un pecho plano y con algo entre las piernas que las mujeres no tienen ni por error. Ademas no todos los hombres se dejaban ser perforados, NO, a los hombres les gustaba estar arriba.
-Sutcliff, nadie más quiere hacer ese trabajo, además es en tu zona asignada, haz tu trabajo y deja de quejarte, a ti te gusta ver esas cosas ¿no? .- ¿quien diría que William se arrepentiría de haberla asignado esa misión a su subordinado?.
Grell ya había llegado al lugar donde sucedería la muerte, estaba en lo más alto de una construcción, la luna era roja, era una noche muy fría, estaba esperando que el asesinato sucediera, según su libro la ramera moriría en manos del medico que le practico un aborto hace unos días, Pronto todo comenzó, el doctor era una mujer, una bella pelirroja ataco a la prostituta, la acuchillo barias veces, Grell estaba fascinado esta belleza roja estaba pintando a la ramera de rojo con sus entrañas, era lo más hermoso que nunca antes había visto, la ira, la furia, el dolor y el rojo de la sangre. El segador debía felicitar a la autora de esta bella obra de arte, Sutcliff bajo de su lugar y se acerco a la desquiciada mujer roja, ella estaba muy asustada al verlo, pero el la abrazo y la consoló, "ellas se lo merecían", desde ese día Grell no se separo de la mujer, es más, hasta comenzó a ayudarla a matar a las prostitutas, ambos compartían la misma pena, ambos deseaban parir a sus propios hijos, pero ninguno podía, la doctora debido a un accidente en el pasado y Grell a causa de nacer varón, ¿pero como ayudarla y pasar desapercibido, un SHINIGAMI en el reino de los vivos no era común, si William se enteraba lo castigaría horriblemente, no se lo perdonaría, pero bueno, "¿que de malo hay en divertirse un poco durante el trabajo?"
Después de esa noche Grell volvió a su reino, tenia que preparar todo para poder marcharse con su nuevo amor, entrego su lista de muertes asignadas a su jefe.
-Todo esta listo Will, gracias por esta misión.- el pelirrojo dijo con una sonrisa que mostraba todos sus dientes de tiburón
-Muy bien Sutcliff- William hablo tranquilamente como siempre, pero ¿que no estaba Grell muy molesto por aquel trabajo?
Will cariño, fue una muy buena noche.- El pelirrojo salio de la oficina de su jefe no sin antes guiñarle un ojo y mandarle un beso, se marcho a su casa, tenia mucho por preparar. Grell continuo unos días más trabajando como si nada, pero sin dejar de ver a su nueva amante roja, no quería levantar sospechas, aunque su actitud cambio un poco, se volvió menos acosador hacia William y empezó a hacer preguntas extrañas.
-Will, ¿que pensarías sí cambio el color de mi cabello?, ¿crees que me quede bien un tono obscuro?- Spears enarco una ceja ante la pregunta, era un cuestionamiento absurdo, ¿porque el pelirrojo hace esos cuestionamientos?, obviamente a William le gusta Grell tal cual es, tal ves si le agradaría que fuese más responsable y menos coqueto con otros hombres, pero físicamente le gusta como era.
Una semana había pasado y Grell no se había presentado a trabajar, tampoco se había reportado enfermo o alguna excusa ridícula como "que estaba en sus días ". William estaba furioso, "¿que tramaba este inepto shinigami?".
Ronald Knox, el chico estaba muy emocionado de trabajar con Sutcliff , había escuchado mucho de el, era de los mas fuertes shinigamis, con AAA en técnica y practica pero C en ética, seria interesante trabajar con el pelirrojo.
Las semanas siguieron pasando y no había rastro de Sutcliff, William se tuvo que hacer cargo de Ronald, con todo el trabajo extra que tenia, más y más muertes sin programar estaban sucediendo en el área de Yorkshire, alguien mataba a las prostitutas de Londres, ¿un demonio? y aun así debía entrenar al muchacho. El Gerente del despacho se canso y decidió ir a buscar a su empleado.
Pronto ya estaba frente a la puerta del apartamento de Sutcliff, estaba en una de las mejores zonas, de las mejor ubicadas, eran departamentos lujosos y grandes, Grell era un agente con privilegios, de los mejor pagados, ademas de haber heredado el apartamento de su tío.
William llamo a la puerta pero nadie respondió, William uso la llave que el pelirrojo le había dado tiempo atrás por si se animaba a vivir con el o "hacerle una visita nocturna", William entro y se encontró con un gran infierno rojo, aun que no era para sorprenderse, ya conocía bien el lugar, "rojo" por todas partes, los muros, el techo, las cortinas, la alfombra, la sala, la cocina, el comedor, la alcoba, el baño, no había un centímetro donde el rojo no reinara en ese apartamento, William entro a ese limbo rojo y comenzó a buscar indicios de donde estaba el pelirrojo, al entrar a la recamara el moreno se dio cuenta de que el armario de Sutcliff estaba casi vacío, le faltaban prendas, se notaba que hacía tiempo que el hombre no estaba en su casa, había algo de polvo en los muebles. William encontró una nota en el tocador de Grell dirigida a el:
PARA MI QUERIDO WILLIAM...
WILL, HE ENCONTRADO AL AMOR DE MI VIDA, DEBO CONTARTE QUE ES LA MUJER MÁS BELLA QUE HE CONOCIDO, Y ES UN MONUMENTO AL ROJO, CABELLO, ROPA LABIOS, UÑAS, TODA ELLA ES PERFECTA, ME COMPLEMENTA.
¿SABES?, ES MUY DIVERTIDO ESTAR ARRIBA EN CUESTIONES DEL AMOR EN LA CAMA. DIME WILL, ¿ESTAS CELOSO?.
TE VOY A EXTRAÑAR WILL, SE QUE TE PORTARAS BIEN.
PERO NO TE DESILUSIONES CARIÑO, NO IMPORTA CUANTAS VECES ME ENAMORE, YO SIEMPRE SERÉ TUYO, AUN EN LA DISTANCIA.
CON TODO MI AMOR GRELL SUTCLIFF.
La carta tenia el aroma del perfume de Grell y la marca de sus labios.
-"Sinvergüenza" "estúpido" "promiscuo". William hizo bola la nota, la arrugo y la rompió, estaba furioso.