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No hay otra manera por Cucuxumusu

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Notas del capitulo:

Weno os dejo el siguiente. Gracias por los reviews

Kakashi se despertó con un impresionante dolor de cabeza, como si le hubiesen metido la paliza de su vida, pero, aun así, se sentía a gusto. Con cuidado se fue levantando, observando la pequeña habitación con las esteras de lino que no reconocía y los imponentes cuadros hasta que fue consciente de la figura que estaba a su lado.

—Jiraiya-sama— murmuro haciendo una ligera reverencia.

El viejo sonrió cansado y con un gesto le insto a que se volviese a tumbar.

—Kakashi, si no me equivoco—murmuro el anciano, el albino asintió e intento preguntar algo pero el mayor le interrumpió antes de que dijese nada. —No te preocupes el chico está bien, mi nieto se está ocupando de él, sin embargo hay ciertas cosas que me gustaría hablar contigo—

Kakashi asintió.

—¿Por qué os estaban persiguiendo los de tu propio clan?—comenzó directo.

El albino bajo la cabeza serio.

—Yo…les traicione—su voz sonó demasiado ronca incluso para su gusto.

—¿Por qué?—murmuro como si aquel fuese el kit de la cuestión.

Kakashi se pensó la respuesta un momento.

Yo no estaba de acuerdo con la alianza— murmuro tímidamente— ya había hablado con uno de los Uchiha antes de la alianza y realmente no concuerdo con su forma de pensar—

El mayor suspiro como si se hubiese quitado un peso de encima, mientras le dedicaba una cálida y cariñosa sonrisa.

—Te entiendo, yo tampoco lo aguanto— luego le acerco una bandeja de comida— come un poco necesitas recuperarte, llevas una semana dormido. Al parecer te habían atacado con un arma envenenada asique la herida a tardado de más en curarse—

—¿Una semana?—

—Sí, la guerra será pasado mañana, ahora estamos en mi casa de verano al lado del campo de batalla preparándonos para ello—

Kakashi se levanto de golpe totalmente alterado.

—Yo no me puedo quedar aquí…tenemos que planear la estrategia y —

Jiraiya le cogió del brazo y le estampó contra la cama obligándole a quedarse tumbado. Kakashi se quedo de piedra ¿Cuánta fuerza tenía el anciano?

—Relájate chico, realmente crees que me revelaría contra los Uchiha sin un segundo plan— sonrió— esta todo controlado.

Kakashi le miro y luego miro al plato de comida que casi había volcado al levantarse. No lo entendía, definitivamente no podía quedarse allí sin hacer nada. El mayor le tomo del hombro con complicidad y le sonrió.

—Relájate Kakashi no pasa nada— Y el albino se relajo totalmente al oír esas palabras, como si realmente pudiese confiar en ellas

. Luego  el anciano cambio el tono a uno un poco más serio y preguntó:

— oye ¿por alguna casualidad no serás adoptado?—

Kakashi le miro sin comprender y en cierto modo sorprendido. No entendía a que venía aquello. Era cierto que no se parecía nada a su familia del clan Suna y que podía levantar sospechas, pero eso no significaba nada.

 Lentamente asintió.

—Lo que suponía— murmuro el anciano serio

Levantándose se dirigió hacia la puerta sin decirle nada más. Nada mas entreabrirla dos remolinos invadieron la habitación histéricos. Uno de melena rubia arrastrando a otro pelirrojo.

—Kakashi-sensei— murmuro Gaara sentándose a su lado nada más verle.—¿Estás bien?—

El mayor sonrió y le revolvió el pelo al pelirrojo.

—Si perfectamente ¿Y tú qué tal?—

El menor se esforzó en controlar la expresión de su cara, no quería que Kakashi le viese llorar, pero falló estrepitosamente  cuando sus hombros empezaron a temblar y bajo la cabeza avergonzado. Entonces Naruto que había entrado con él, le paso un brazo por los hombros y le sonrió cariñosamente.

Parecía que aquellos dos se habían hecho muy buenos amigos.

—Kakashi sensei —murmuro el rubio imitando el nombre que Gaara le había dado— ¿es cierto que envenenaste a Obito-san?—pregunto con la curiosidad surcando su mirada.

—Naruto— protesto Gaara alarmado pero con la misma mirada de curiosidad que el otro.

Kakashi sonrió al par

—No le envenene literalmente, solamente le paralice durante un rato—

Gaara le miro boquiabierto sabiendo lo complicado que era aquello. Matar a una persona era fácil, pero provocar una parálisis momentánea sin que el corazón ni la respiración se detuviesen era lo complicado. Naruto también le miraba boquiabierto, pero solo dios sabia porque razón.

—Oye Gaara ¿que es esa marca roja en tu cuello?—comento al menor metiéndose con él.

Gaara se llevo una mano al cuello tapándose la marca y poniéndose tan rojo como su pelo. Naruto estallo en carcajadas.

—Eso debería preguntarte yo también Kakashi, ¿Qué son esas dos marcas rojas en su pecho?—rebatió Gaara intentando mantener su orgullo y señalando su pecho.

Esta vez fue el turno del Kakashi de sonrojarse y intentar taparse con el Kimono, iba a matar a Obito la próxima vez que le viese. Si es que lo volvía a ver algún día, recordó tristemente

Mientras tanto Naruto se partía de risa llorando contra el hombro de Gaara y este simplemente intentaba callarle mirándole raro.

Lentamente fue relajándose con aquellos dos enanos en la habitación mientras iba comiendo la comida de la bandeja y Jiraiya les miraba divertido.

……………………………………………

Madara miro a su familia y aliados reunidos formalmente bajo la improvisada carpa en el campo de batalla, era un consejo de guerra para acabar con los traidores pero estaban de todo menos centrados.

Obito a su derecha parecía un muerto viviente. Nunca había visto a su sobrino así. Cuando había recuperado la consciencia después de que le encontrasen en el baño, había estallado en cólera y destruido el ala izquierda del palacio. Desde entonces llevaba días sin hablar y enfadándose a la mas mínima oportunidad, preguntando todo el rato que cuando se celebraría la maldita guerra.

Sai por su parte tenía unas impresionantes ojeras bajo los ojos, dando cabezadas contra el hombro de su hermano mientras este simplemente apretaba los dientes. Los únicos que parecían tranquilos eran los del clan Suna.

Y aquello le cabreaba, después de todo había sido culpa suya.

—Bien—murmuro llamando la atención—¿Qué información tenemos?— preguntó.

Pain le miro fijamente y haciendo una ligera reverencia comenzó a hablar.

—Jiraiya está reuniendo a su ejército en la parte oeste de la ladera—anuncio—no hay ninguna ventaja natural que podamos utilizar en su contra, ni bosques, ni acantilados ni siquiera un matorral—

Madara asintió. El listo de Jiraiya, seguramente llevaría planeando aquello años.

—¿Y su número?—pregunto.

—Unos cuatro mil, aunque no lo puedo decir exactamente ya que siguen llegando aliados—

—Entiendo—

Y entonces la conversación derivo en como atacarían a los otros, en planes tácticos y estrategias para cualquier situación. Trazaron planes sobre el mapa, planes de escape y ataque, teniendo en cuenta cada factor que pudiese servir a su propósito. Madara iba lanzando órdenes a sus oficiales y su ejército se iba preparando. Absolutamente letal.

Madara se paso una mano por el pelo cansado después de todo aquello, se estaba haciendo viejo para montar guerras.

—Bien, creo que deberíamos dejarlo aquí, ya seguiremos mañana— anuncio despachando a sus aliados con un gesto.

—Señor—le interrumpió Obito—¿puedo hacer una pregunta?—

El mayor asintió curioso ya que su sobrino no había abierto la boca hasta entonces y que lo hiciese ahora era extraño. Conocía a Obito, sabía que era inteligente y atento asique aquello iba a ser bueno.

 Obito por su parte se volvió hacia Pain con una mirada totalmente seria.

—¿Y el ninja que me ataco?—

Madara se dio cuenta de que le había llamado “ninja” ni traidor, ni asesino, ni ningún insulto, simplemente ninja. Pronunciando aquella única palabra con respeto y casi con cariño.

Frunció el ceño.

—Nos ocupamos de él señor—anuncio Pain igual de serio— mande a uno de mis  mejores hombre para que acabase con él y el otro traidor— murmuro señalando al pelirrojo a su lado.

—Si, señor— continuo el pelirrojo—nadie sobrevive a mis venenos, asique no se preocupe, Kakashi ahora debe de estar muerto junto con Gaara—

Madara vio como Obito apretaba imperceptiblemente los puños y tensaba la mandíbula. Luego se levanto de golpe, como queriendo salir corriendo y dándole una profunda reverencia le soltó.

—Entonces, con su permiso, me retiro—

—No—le respondió Madara— Obito me gustaría hablar contigo a solas, el resto—murmuro mirando a los otros— retiraros—

Obito volvió a sentarse y el resto se levanto y se dispuso a irse. Sasuke sujetando disimuladamente a un pálido Sai que se tambaleaba peligrosamente. ¿Qué narices le pasaba a su familia?

—Obito, ¿Qué te pasa?—le espeto a su sobrino una vez estuvieron solos

—Nada señor— murmuro el menor sin dirigirle la mirada y en la más absoluta formalidad.

—Ya claro— murmuro irónico, y luego suspiro—Obito, aquel ninja era un traidor, te podía haber matado en aquel baño—

—Pero no lo hizo— le recrimino su sobrino.

—Era un traidor—le soltó ya sin paciencia—un traidor, que fue a refugiarse en los brazos de tu enemigo y que ya intento matarte una vez, alguien que supuestamente tenía que protegerte y que acabo dejándote más indefenso que un bebe— grito colérico— no podía seguir con vida después de semejante ofensa—

Obito levanto la mirada y le miro. Sus ojos no expresaban absolutamente nada, como si estuviese muerto por dentro, pero sus manos seguían fuertemente apretadas sobre el oscuro Kimono.

—Entiendo—dijo obedientemente Obito.

Madara le devolvió la mirada y se quedaron mirando así, serios, durante varios minutos mientras la tensión aumentaba en la sala, hasta que a Madara le quedo claro que acababa de perder a su sobrino.

—Puedes retirarte— susurro al menor.

Este se levanto y se dirigió a la puerta a grandes zancadas dispuesto a irse de allí a la más mínima oportunidad.

—Se te olvida la reverencia sobrino— le recordó antes de que saliese.

Obito se dio la vuelta y le miro con sus ojos rojos brillando en la penumbra de la sala, totalmente peligrosos y letales. Y luego salió de la sala sin hacer la maldita reverencia.

…………………………………………..

 

Los dos ejércitos se miraron imponentes enfrentándose uno al otro. El tintineo de las armas y el relincho de los caballos era lo único que se escuchaban en el tenso silencio. El clan de los Namikaze, con sus armaduras decoradas con aquella espiral característica estaban rodeados de otros varios clanes cada uno con su insignia pintada sobre sus pechos.

Estaban los Nara, los Senju, Inuzuka, Hyuga…casi todos los clanes del país  estaban aliados con los Namikaze, y sin embargo no conseguían superar en número al clan Uchiha aliado con el clan  Suna.

Kakashi miro a Jiraiya sobre un caballo a su lado. El mismo también montaba en un caballo, pero  a diferencia de la imponente armadura del otro, él llevaba su típica ropa oscura y ajustada, sin embargo, Jiraiya haba insistido en que se pusiese un Kimono de su clan y ahora portaba el emblema del otro a su espalda.

—¿Está seguro de que esto está bien?—pregunto Kakashi al anciano no del todo seguro al ver el impresionante ejercito de los Uchiha.

Jiraiya le miro y le sonrió.

—Confía en mi chico—

Y dando una orden hizo avanzar a su ejército contra el otro.

Ambos ejércitos recorrieron el campo mientras el mundo parecía detenerse conteniendo la respiración. Kakashi siguió a su nuevo señor dispuesto a morir por aquella causa. No tenia remordimientos, su mente le decía que aquello estaba bien. Espoleó su caballo intentando llegar al frente del ejercito mientras este chocaba con el de los Uchiha.

El caos estalló.

Los gritos y alaridos inundaron el campo. Las espadas chocaban, la sangre inundaba el suelo tiñendo el verde esmeralda de la hierba  de rojo sangre.

Kakashi envistió contra todo lo que se le ponía por delante sin fijarse en nada. Reconocía a muchas caras de cuando había estado en la casa de los Uchiha, con mucha gente había intercambiado algunas palabras y risas, pero le daba igual, lo único que importaba en aquellos momentos era sobrevivir y encontrar al moreno.

Veía a Gaara peleando con el rubio a un lado contra los gemelos Uchiha, mientras Jiraiya no dejaba de chillar ordenes a los soldados.

Bajándose del caballo que no le permitia la movilidad que queria, atravesó su espada en el cuello de un chico con armadura y siguió avanzando buscando entre la marabunta de gente a cierto hombre. Sabía que estaría allí y quería verle por lo menos una última vez.

—Obito—chillo una voz que reconocía a su derecha.

El se giro buscando al mencionado, pero no había nada, solo muerte, gente peleando y cadáveres en el suelo. El intentó abrirse paso de nuevo adentrándose en el ejército enemigo y alejándose más de los Namikaze. Sus movimientos se volvieron repetitivos: Paso, esquivar, golpe en la nuca, giro, paso, estocada, paso. Él seguía avanzando y el tiempo pasaba mientras perdía la consciencia de su entorno, solo tenía que partir la carne, clavar en la yugular o partir el hueso.

Ya no sabía cuánto tiempo llevaba haciendo eso.

—Kakashi— le gritó alguien—retrocede, nos retiramos—

Levantó la vista volviendo al mundo al escuchar su nombre y entonces se encontró con los ojos rojos que andaba buscando. Obito. Bañado en sangre como él,  mirándole sorprendido y jadeando por la pelea.

Él sonrió feliz y se acerco a él esquivando cuerpos. El moreno también comenzo a correr hacia él, acercándose con mirada de profundo alivio.

Ya estaba, se había acabado. Le había encontrado y solo tendria que explicarselo. Todo iba a estar bien.

Y entonces una flecha se clavo en su pecho.

Miro la flecha como sorprendido de que esta sobresaliese de su pecho. Luego buscando quien se la había lanzado encontró a Pain con el arco en la mano y Sasori tendiéndole otra flecha.

Obito le gritaba, pero lo le oía.

Cayó al suelo.

………………………..

Jiraiya vio al albino caer en el suelo.

—Kakashi—grito intentando abrirse paso hacia él.

—Señor, déjelo, no puede ir, nos estamos retirando, si vuelve le mataran— murmuro uno de los soldados sujetándole a duras penas.

—Suéltame bastardo, ya perdí un hijo, no pienso volver a perder otro—

Pero otros tres soldados se acercaron a él y le obligaron a retroceder. Gritó y forcejó intentando quitárselos de encima para llegar al albino.

Y entonces escucho los tambores. Un ritmo lento y grave que hacia retumbar el suelo. Se paró en seco y se dio la vuelta hacia la colina por donde habían bajado para atacar. Un ejército enorme  se alzaba sobre ella con cierto moreno al frente.

—Han llegado los refuerzos— chillo alguien.

Los suspiros de alivio de escucharon entre sus tropas.

—Itachi el exiliado—

—Es Itachi—

Jiraiya se relajo al ver al mencionado chico sobre un caballo negro, con aquella cara seria y triste que siempre tenía. Volviendo a recuperar la calma suspiró.

—Este chico… siempre llegando tarde—

 

 

 

Notas finales:

Lamento mi penoso intento de narrar una batalla, lo siento, pero ¿A que se a complicado la cosa? 

Jajaja me acabó de cargar a Kakashi (si matenme)

El proximo capitulo sera el final asique dejen reviews con sus opiniones cielitos mios.

Chauuuus


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