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L'EAU ET LE FEU por karenka sutcliff

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Notas del capitulo:

Lo se, siempre cometo errores al escribir y siempre me disculpo T_T , prometo revisar lo que publico, por favor si ustedes ven algo mal, no duden en hacérmelo saber :).

Estaba algo deprimida, dos de mis autoras favoritos han roto mi corazón, una de ellas cancelo una de mis historias favoritas, no piensa continuarla y ahora vivo en la duda de que hubiera pasado, y la segunda de plano cancelo TODOS sus fic, pues piensa escribir un libro, de verdad yo estaba muy triste pero hoy en la mañana me entere que mis dibujos, que yo pensé no eran buenos, han sido reblogueados, comentados y compartidos EN OTROS PAÍSES, también mis historias, muchas gracias, me llenan de felicidad y me dan mucho animo para continuar, estoy sumamente feliz "LOS AMO" (LITERALMENTE) GRACIAS.

*Estoy preparando un nuevo fic Kuroshitsuji de larga duración, sera completamente diferente a lo que acostumbro escribir, espero no defraudarlos, no sera publicado hasta que L'EAU ET LE FEU concluya, así que tardaran más tiempo en conocerlo pues "agua y fuego" va para largo

DISCULPEN, SOY UNA :FOREVER ALONE: QUE ESTA SOLA EN SU CASA Y NO TIENE CON QUIEN HABLAR HASTA QUE SU MAMÁ REGRESE DEL TRABAJO JAJAJA.

FELIZ LECTURA.


 

 


Grell odia pararse temprano, "una dama necesita su sueño de belleza", además de no haber podido dormir bien, muchos pensamientos atacaron su mente, "¿como lo encontró Eric?", "¿lo delataría ", por supuesto que si, Eric era abusivo con el, ¿porque no iba a acusarlo con William?", el pelirrojo suspira y finalmente se pone de pie y se arregla, Angelina a decidido ir a visitar al mocoso de su sobrino, Grell refunfuña, su paciencia se agota, si esta a lado de esta mujer es solo para matar a las malditas prostitutas no para convivir en familia, aunque... tal vez sea buena idea, podrá ver al guapo de Sebastian, sus mejillas arden ante el pensamiento y su humor mejora, pero no por mucho, baja las escaleras tras Angelina, ya en su forma de mayordomo, frunce el ceño al percibir aquel aroma desagradable, gira la vista hacia ese hombre, "Lau", es un noble chino y un miembro de la mafia de Shanghai, jefe de un fumadero de opio y director de la compañía de comercio Kon Ron. Grell no entiende las amistades de su señora, pero suspira y sonríe, frente a este hombre también debe aparentar.

Lo que originalmente seria una visita casual se convirtió en un viaje de negocios, Lau pretende convencer a Ciel de unirse al negocio del opio, así que acompaña a Madam Red en el viaje, ambos suben al carruaje mientras Grell de mala gana toma las riendas de los caballos, es un viaje largo y caluroso, Grell masculla para sus adentros mostrando sus filosos dientes, no esta de humor para cambiarlos, después de todo el nunca habla con nadie y considera que esto es un insulto, el sol no es bueno para su pálida piel.

Ciel revela cierta información respecto al caso de Jack el destripador, las heridas son hechas con arma desconocida, Grell traga duro, sabía que no debió atacar a la prostituta con su guadaña, pero no pudo evitarlo, simplemente se dejo llevar por la emoción, la parca se impresiona de lo fuerte y valiente que es el niño por haber visto a dichos cadáveres, pero como perro guardián de la reina de Inglaterra es su deber, además, en su corta vida ha visto y vivido cosas peores.

El niño aun tiene trabajo, despide a sus visitas no deseadas, pero estas se le unen, el morbo es poderoso, ademas Angelina es un poco vanidosa, se siente poderosa, está haciendo justicia y aunque para la reina es un crimen, nadie puede detenerla, ni a ella ni a su querido Grell, pocas veces, o más bien nulas veces un mortal tiene en su poder a un shinigami ayudándolo a cubrir sus huellas.

Finalmente llegan a la tienda del sepulturero amigo del conde, el viejo hombre ha ayudado a la familia Phantomhive desde que los padres de Ciel vivían, al ser quien trata los cadáveres el tiene mucha información pero el precio por hacerlo hablar es caro, no todos son buenos contando chistes y hacer reír a un hombre que lleva eones en este planeta y que lo ha visto todo no es fácil.

Al entrar a la tienda, Grell percibe un olor familiar, ¿un shinigami?, bueno, es de esperarse, el hombre trabaja con muertos así que el olor de los dioses de la muerte este impregnado en su ser, al ex-pelirrojo le parece familiar aquel sepulturero, pero no logra recordar de donde. El hombre aunque parece estar loco, tiene mucha información a cerca del caso, pero nada que delate a los amantes pelirrojos. Grell conduce de regreso a la mansión del pequeño conde pero grande es sus sorpresa, el maldito mayordomo negro se lanza de la carroza en movimiento y desaparece sin salir herido, Grell confirma que este hombre no es humano. William lo hubiese matado desde el primer instante en que lo tuvo enfrente, a el y al niño, las almas vendidas al diablo no se juzgan, si no son digeridas por el demonio en servicio estas van directo al infierno.


Esta noche Grell tiene un trabajo especial, mientras Madam va a una fiesta con el mocoso Ciel, la parca secuestrara a la prostituta, así su señora no sera sospechosa de los homicidios. Grell disfruta mucho torturar a la rameras, además, les hará un favor dejándolas bellas antes de morir, las pinta con el lindo color rojo, sangre en realidad, el olor a cobre hace a las rameras entrar en pánico y tratan de luchar y huir pero en ese caso Grell sabe como controlarlas; el cruel ángel de la muerte trata de hacer que estos instantes queden grabados en el alma de sus victimas de por vida, aunque aun en su forma humana el semidiós desea pasar a la historia como la gran actriz que es.

Después de un rato de tortura psicológica Madam se hace presente y procede a desollarlas vivas, aun consientes las mujeres, sin haberse desangrado por completo por el corte en la garganta, ellas pueden sentir como son abiertas en el área del bajo vientre y como sus úteros son arrancados, para después morir en una lenta agonía sin que nadie las pueda ayudar, pero es un acto justo, sus hijos tampoco pudieron salvarse de una horrible muerte para terminar en el basurero o el drenaje, nadie los ayudo, no se les dio la oportunidad de crear un registro cinematográfico. Pero la "justicia" de los pelirrojos llegaría hoy a su fin.


William esta sentado tras su escritorio, su mirada fija hacia la gran ventana de su oficina privada, es de noche y contempla las estrellas que se pueden ver en el limpio cielo de su reino; una de sus amadas palomas llega y pide acceso al interior de la habitación, el animal se ve alterado, parece que es importante el mensaje que trae, el gerente sonríe al ver a su fiel amiga, sus palomas siempre vuelven a el.

El shinigami lee con cuidado y atención la nota, es de parte de Undertaker, le tiene buenas noticias, al parecer sobre Sutcliff, en ese instante el supervisor viaja a la tienda del sepulturero, una vez que se miran el peligris sonríe ampliamente tal como un niño que delata a sus hermano en busca de aprobación de sus padres. Le invita una taza de té, que más bien es uno de los recipientes de medición para embalsamar y le acerca un tarro con galletas en forma de hueso, que aunque cualquiera diría que es comida para perro, tienen un agradable aroma a vainilla, William rechaza la oferta y se sienta sobre uno de los ataúdes de su maestro, en su lugar de siempre.

-¿Sabes algo sobre el caso de las prostitutas?- Undertaker rompe el silencio, el gerente asiente y frunce el ceño al observar a su padre junto a un cadáver es una de sus clientas, un prostituta, la arregla haciéndola parecer aun viva, fue un gran trabajo lograr que se viera bien, William se acerca y la contempla un rato, según el anciano, todas han muerto de la misma forma y a todas les han robado el útero William piensa que debe estar muy loco el asesino, pronto algo llama su atención, un largo cabello rojo perdido entre las ropas de la difunta, Undertaker sonríe es hora de hablar de nuevo, el show comienza.

-¿Sabes Will?, tu lindo pelirrojo me visito hoy, aunque me pareció muy extraño su aspecto, yo hubiera jurado que era pelirrojo natural- dice en tono de burla y trata de contener las carcajadas que le produce ver las reacciones de William, al principio sus ojos brillaron de alegría pero después su mirada se ensombreció. El viejo segador pudo decirle que Grell venia acompañado de un demonio, pero prefirió omitir esa parte, ademas, William no le dio oportunidad de continuar pues en ese instante se marcho más rápido que nada.

Finalmente Grell retoma su forma verdadera, un grave error, ahora puede ser rastreado por su jefe.


Grell se siente extasiado nunca antes había conocido a un demonio bajo contrato, de verdad que era una forma humana preciosa, pero finalmente eran enemigos, ese "amor" no podía ser, un ser divino con un engendro del infierno, lo puro y lo impuro, que combinación tan más maravillosa, las cosas mejoraron una vez que la hermosa guadaña se clavo sobre el hombro del demonio, la sangre resalto su belleza, ahora Grell tenia un objetivo, la muerte los uniría, pero todo se vino abajo cuando cierta persona no pudo cumplir su parte del trato.

Grell sintió su corazón romperse, había sido utilizado, rompió todas las reglas de los dioses de la muerte con tal de ayudar a su amante, y ella no pudo retribuir el favor, en ese momento Grell supo que este show barato del cual fue protagonista había terminado y era hora de dejar caer el telón, En su opinión personal, las relaciones humanas no son de gran importancia, y por lo tanto no entiende la reticencia de un ser humano en matar a otro por el cual llego a preocuparse, en este caso Angelina y Ciel, para la parca son emociones sin sentido que dificultan y oscurecen objetivo de cada uno, el cual era eliminar a las prostitutas.

William llego hasta donde Grell, lo primero que atrapo sus sentidos fue la peste de un demonio, su corazón se agito, Grell podía estar en peligro, pero todo eso quedo atrás una vez que escucho aquella voz chillona del pelirrojo proclamando su "amor" hacia esa alimaña. El gerente tuvo la necesidad de intervenir, pero se mantuvo firme y decidió esperar, contemplo la escena bajos sus pies, finalmente conoció a la "mujerzuela" por la que Grell lo cambio, deseo a travesar el pecho de la mujer con su guadaña y darle fin al romance escarlata. Pronto vio como una lucha entre la parca roja y aquel mayordomo del infierno comenzó, William se alegro, de verdad deseaba que su subordinado lo matara, pero solo se dedico a decir cosas en doble sentido y a comparar su amor con la historia de Romeo y Julieta, "¿en que momento William dejo de ser el Romeo de Grell?".

Después de un breve lapso, el shinigami rojo le dio fin a la vida de Madam Red, lo cual no importaba pues la mujer de todos modos moriría pronto... algún día... de vieja.


Dejar morir a Grell en manos de Michaelis seria muy humanitario, no, William debía de castigar por su propia mano a su subordinado.

En el despacho, durante la ausencia del gerente, muchos se dedicaron a perder el tiempo, se podían escuchar las risa dentro de las oficinas, pero todo se volvió silencio al ver cruzar las grandes puertas de cristal al supervisor William T. Spears con un bulto rojo, el cual dejo caer en el duro suelo causando que todos se sobre saltaran y comenzaran a murmurar cosas, una mirada basto para hacer que se callaran.

-Levántate- ordeno el shinigami obscuro mientras avanzaba a su oficina, pero se detuvo al notar que su empleado no le seguía espero un momento, para acto seguido regresar y tomar por el cabello, muy apretadamente a Grell, causando que su cuero cabelludo comenzara a arder, el pelirrojo sentía que su cabello seria arrancado con todo y piel.

-¿Que es lo que paso?- pregunta Ronald a Eric mientras se acerca con una taza de alguna bebida humeante.

-Spears finalmente encontró a tu mamá- Slingby se encoge de hombros, el joven rubio abre mucho los ojos, da un sorbo a su bebida y continua con su papeleo.


 

El gerente arroja a su subordinado sobre su sofá y cierra la puerta con llave, Grell entra en pánico, William no cierra la puerta de su oficina nunca. El carmín se sienta correctamente sobre el sillón, no sin dejar escapar gemidos de dolor, tiene varios huesos rotos

-Tu te lo buscaste por largarte con esa mujer y coquetear con ese asqueroso demonio- escupe molesto William mientras sostiene con sus dedos la barbilla de Grell para mantener su rostro en alto.

-¿Estas celoso Will?- ni siquiera malherido el shinigami rojo se rinde en sus coqueteos.

-Ahh! William noo!- Grell grita de dolor pues William lo golpea en la cara con su puño, dejándolo tirado en el suelo y dándole una patada en las costillas, el gerente esta furioso, siente un profundo deseo de matarlo en este instante.

-Gracias Will- murmura mientras intenta ponerse de pie, lo cual le es muy difícil William enarca una ceja ante el agradecimiento, se acerca al pelirrojo para levantarlo y colocarlo de nuevo en el sillón Grell al sentir a su jefe cerca le abraza con las pocas fuerzas que le quedan y recarga su rostro en el hombro de William para seguir agradeciendo.

-Gracias por salvarme William- sonríe tristemente aunque el gerente no puede ver su rostro.

Después de dejar a su empleado en un lugar más cómodo el gerente camina directo a su escritorio busca entre sus cajones para después de un rato volver a lado de Grell con una caja de lo que parece ser un botiquín, humedece una gasa con alcohol y comienza a limpiar el rostro de Grell, utiliza barios algodones pues la sangre los empapa rápidamente durante el proceso el moreno no dice ni una palabra, sinceramente no tiene nada que opinar sobre el comportamiento de su empleado.

-¿Will?- Grell pide en un intento de ver que tan en problemas esta, William no le responde, de hecho ni siquiera se puede oír su respiración, la parca herida llama de nuevo pero sin obtener respuesta más que una fría mirada que provoca que un escalofrió recorra su columna vertebral, en los ojos del supervisor se puede ver, nostalgia, tristeza, decepción, ¿odio?, ¿asco?. Grell se hace pequeño en su lugar, una lagrima resbala por su mejilla, muchas cosas pasaron esta noche, nada resulto según lo planeado.

La fría briza roza el cuerpo de Grell, William comiza a quitarle la ropa aunque para desgracia de Grell no se trata de nada romántico Spears necesita revisar las heridas de todo el cuerpo, un grito sale de los labios partidos cubiertos de sangre al sentir el escozor que produce la medicina en su delgada y demacrada piel, William le ignora y continua, pasa los dedos ya sin guantes sobre las costillas rotas, William hace un gesto de desagrado, la antes nívea piel ya porta tonalidades moradas y negras, muy desagradable a la vista, de pronto Grell se deja caer sobre William en un intento de un abrazo, al cual la parca receptora trata de huir pero finalmente cede.

-Lo siento tanto Will- Grell comienza a sollozar e hipar en el abrazo, sorbe su nariz mientras trata de mantener la compostura. William medito un momento, Sutcliff no es de las personas que lloran fácilmente, el era fuerte, o en verdad estaba arrepentido y tenia miedo, o ciertamente era una gran "actriz", William envuelve sus brazos al rededor del lastimado cuerpo y corresponde el abrazo, siente lastima por ese desgraciado, aunque efectivamente el se busco todos esos problemas, era una vergüenza el ser humillado de tal forma por aquel asqueroso demonio.

William termina el abrazo y ofrece su pañuelo a su subordinado, Grell se limpia las lagrimas y suena su nariz para hacer entrega del sucio trapo a su dueño, William lo mira con algo de asco y lo desecha, no es que tenga algo en contra de Grell pero su T.O.C. le hace tener esas reacciones.

-Creo que tengo un pulmón perforado- Grell se queja y lleva sus manos a la boca para comenzar a toser sangre.

-¿Puedes caminar por ti mismo?- cuestiona el shinigami obscuro, Grell niega con la cabeza y hace unos ojos suplicantes William muestra su disgusto pero carga en sus brazos al pelirrojo, de verdad no es que se preocupe por Grell, obviamente por una infección la parca no moriría, pero ciertamente atrasaría su curación y le mantendría débil, y en la actualidad el despacho no esta en posibilidades de dar incapacidades por enfermedad.

William había terminado de curar las heridas de Grell, lo dejo en la cama de la enfermería durmiendo, el policontundido semidiós se mostró renuente a quedarse solo, rogó a su jefe no le dejara, pero William ignoro sus suplicas, por ahora solo quería dormir, además, su empleado le había abandonado también de una forma cruel, Spears se soltó de agarre del pelirrojo y se marcho a su hogar, pudo escuchar desde el pasillo, mientras avanzaba el llanto de Grell, Sutcliff siempre lo hacia estresarse.

El moreno llego a su casa, bebió una tasa de té, "tan reconfortante y cálido como un abrazo", se ducho y se fue a dormir, pero como siempre Grell seguiría causando problemas.

Al día siguiente William regreso a la enfermería para ver a Grell, pero no lo encontró pidió informes con la recepcionista del hospital, Sutcliff fue detenido en la madrugada, unos guardias fueron por l y lo encerraron en una celda, el frío y la humedad no serían buenos para su condición.

William regreso a su oficina y comenzó con su trabajo como todos los días, de verdad no tenia tiempo de cuidar a Grell ni quería hacerse responsable de sus tonterías, no pasado mucho tiempo, un chico joven llamo a la puerta del gerente, William le dio entrada, se trataba de un mensajero, venia de parte de los altos mandos, el rumor de la llegada de Sutcliff corrió como pólvora y peor aun, por alguna razón ya todos estaban enterados de que el pelirrojo era Jack el destripador, el gerente asintió al joven y le invito a retirarse, ya en la soledad de su oficina William sintió un dolor punzante en su cabeza, la migraña volvió y con fuerza, se retiro las gafas y presiono todos los puntos de dolor para tratar de apasiguarlo un poco, suspiro y resignadamente se dirigió hacia la oficina de su jefe.

El supervisor de Londres fue fuertemente reprendido, se sentía humillado, años de trabajo, echados por la borda todo por culpa de un idiota, promiscuo travestí. William apretó los puños y rechino los dientes por la frustración, el siempre fue merecedor de elogios y hoy era la burla de otras divisiones.

-Bueno, señor Spears, si usted ya no es capas de controlar a su subordinado, nosotros tendremos que tomar precauciones ¿sabe a lo que nos referimos?- hablo el anciano, era de los segadores más viejos en el despacho, la experiencia y sabiduría se notaba en su rostro tranquilo.

Ningún shinigami esa indispensable en su reino, al igual que los humanos, todos pueden ser reemplazados, la muerte de un elemento no mellara la perfección de los dioses de la muerte.

Pero William no podía permitir que ejecutaran a Grell, el pelirrojo era parte de su rutina, de su "vida", más cambios inesperados eran inaceptables dentro de su lógica, las parcas habían estado juntos desde la academia, vivieron muchas cosas y el amor de Grell no era nada despreciable, solo había que mantener una correa muy corta y usar mano dura para corregirlo.

Grell había nacido con buena estrella, desde su concepción se salvo de la muerte y hasta la fecha, su amigo y compañero William T. Spears consiguió se realizara un juicio justo, aun aunque su buen nombre estuviera en juego.


Cuando llego a la celda, tuvo problemas para que le permitieran pasar, el pelirrojo estaba en aislamiento, pero William no permitiría que cualquier subordinado de menor rango le dijera que hacer. Al llegar vio a Grell acurrucado en la reja, William golpeo su cabeza con su death scythe, el pelirrojo se alarmo y maldijo, pero al notar que era su jefe sus ojos se iluminaron, estaba realmente feliz.

-Will, oh Will, viniste por mi, esos idiotas me trajeron aquí sin decirme porque.- Grell dijo en tono triste y desconcertado lamentándose, estaba parcialmente ciego, sin sus importantes gafas rojas que fueron rotas por los brutales golpes de aquel mayordomo del infierno.

William noto que las muñecas del pelirrojo estaban heridas y ordeno las aflojaran un poco, el guardia se molesto mucho, les había costado mucho trabajo someterlo, aun lastimado y enfermo ese demonio rojo era muy fuerte, cualquiera diría que finge ser una doncella en peligro siempre que William esta presente.

-Iras a juicio Sutcliff.- dijo William sin emoción en su rostro.

-¿Que?!...

-... No William, no puedes permitir eso...

-... ¿Que sera de mi Will?.- Grell se levanto de inmediato, se acurruco en una esquina de la celda y comenzó a llorar.

William suspiro y pidió le abrieran la celda, entro y se indico junto a su subordinado, aunque quería golpearlo esa no seria la solución.

-Seras juzgado por matar a las prostitutas, no estaban en la lista de muertes programadas, abandonaste tu trabajo y fraternizaste con un demonio.- William explico mientras trataba de no ahorcar a Grell.

-No Will, ellas merecían morir.- Grell dijo secándose las lagrimas.

-Sutcliff.- Will interrumpió, sabia del deseo de Grell por tener hijos pero el sabia que ese deseo en este momento era solo un pretexto para incitar a la mujer a matar sin remordimientos, Grell quería un hijo, pero amaba las la sangre.

-Will, lamento haberme ido y dejarteElla no significo nada para mi, después de todo no pudo matar al mocoso.- el pelirrojo se acurruco sobre el pecho de William, esto incomodo un poco al moreno, Grell no conocía limites ni el respeto por el espacio personal.

-Querías parir a los hijos de esa alimaña.- William no creía en las palabras del pelirrojo, así que lo alejo y se puso de pie.

-Sutcliff, se le insinuó a cada oportunidad al demonio, se acostó con la mujerzuela roja y aun conserva su abrigo.- William dijo mientras se dirigía ala salida de la celda.

-Will, William, sabes que solo te amo a ti, yo solo jugaba con ese demonio.- el pelirrojo se levanto y corrió hasta donde William para abrazarlo.

-Por favor Will, no quiero morir, no me dejes.- Grell enterró su rostro en la espalda de su jefe. William se tenso de inmediato, se dio la vuelta para ver a la cara a Grell.

-Mañana en la mañana inicia el juicio, vendré por ti.- William salio de la celda y se marcho, Grell siempre conseguía lo que quería.

Grell se quedo solo en la celda y se recostó en su cama, tenia una sonrisa en su rostro, William no lo dejaría.


El juicio comenzaría pronto, solo hacia falta el acusado, después de esperar por un rato considerable, Sutcliff se hizo presente, se sintió un poco cohibido, aunque por lo regular amaba ser el centro de atención en esta ocasión las miradas que recibió no le alagaron, para empeorar, el pelirrojo se paralizo al ver entre los espectadores a su tío, "¿porque rayos trajeron a Brendan ?" finalmente Grell encontró su lugar junto a William que sería su defensor, su jefe, como siempre, galante, pulcro y estoicamente hermoso, la parca acusada le sonrió amorosamente a su socio, pero solo recibió una bofetada de cruel indiferencia.

-Llegas tarde- reprochó William.

-"Una dama siempre debe llagar elegantemente tarde"- responde cínica la parca engreída.

William reprime el impulso de golpear a su protegido y se abstiene a solo mirarlo, el muy descarado lleva puesta la maldita gabardina de esa mujerzuela roja, "¿porque si no significo nada para el, sigue usando la estúpida capa?"

El juicio fue largo y tedioso, después de dos días nada de importancia salio de el, después de barias pruebas y pretextos idiotas, el castigo quedo en manos de William, efectivamente, se tenia la intención de ejecutar a Sutcliff, el mestizo puede ser realmente difícil de tratar a veces, pero William siempre logra controlarlo, eso no era un problema, más a su favor, ninguna ramera cambiara el curso de la historia y todas morirían... algún día, de alguna forma, Grell trabajo al igual que los ángeles genocidas, erradicando la impureza de los jardines de Dios, aunque no lo hizo de la forma correcta, Para los shinigamis, ningún humano valía la pena, pero sin los vivos, la existencia de los ángeles de la muerte no seria necesaria, es por eso que todo era un proceso burocrático, perfectamente organizado y sincronizado como un reloj suizo.

Lo único que querían los mayores era burlarse y ver hasta donde llegaría William por su "amigo", era el secreto a voces que el gerente era un maníaco depresivo, es por eso que hacia tan buena pareja con la parca roja. El suicidio esta severamente castigado por Dios, el alma debió ir al infierno, pero Spencer vio algo en William y le otorgo una segunda oportunidad, aun en contra de la opinión de los demás shinigamis veteranos.

Grell sonrió ampliamente, aunque aun tenia algunos dientes astillados, estos no se habían regenerado del todo, se aferro al brazo de William y se dirigieron a su oficina, el pelirrojo estaba de verdad agradecido y como muestra de ello, unió sus labios carnosos a los del gerente en un beso forzado, para terminar en el suelo, el carmín abrió mucho los ojos por la sorpresa, William simplemente lo dejo ahí botado y se dirigió a su asiento tras su escritorio sin decir ni una palabra. Grell se levanto de inmediato y se sentó frente a su patrón, tratando de parecer simpático y sin dejar de sonreír.

-Firma esto- William solicita a su empleado, le entrega unos documentos los cuales Grell mira con fastidio, de verdad odia la burocracia, les da una revisión rápida y comienza a firmar si siquiera leerlos, para regresarlo a su jefe, William los firma también y entrega a Grell una tijeras rojas.

-¿Que es esto?- cuestiona aturdida la parca roja.

-Tu guadaña- responde estoico como siempre William, Grell debería de estar agradecido, pudo haberle dado unas tijeras negras o un alfiler, pero le dio algo del color preferido de Grell, hasta eso el gerente fue muy considerado.

-¿Queeeee?!- grita indignado y ofendido el afeminado semidiós.

-Desaloja tu oficina, trae tus pertenencias y elije un escritorio aya afuera- ordeno William tranquilamente, aunque por dentro esta disfrutando de esto.

-P..pe..¿pero por que William?- Grell esta apunto de llorar de nuevo, lagrimas, no del todo sinceras, más bien son las lagrimas de un niño que ha sido castigado por su padre el cual le quito su juguete favorito, y ahora el mocoso trata de manipular en un berrinche la autoridad de su estricto padre.

-¿Porque?, acabas de firmar el consentimiento de abandonar tu puesto actual, has sido degradado y también renunciaste a la monstruosidad a la que llamas death scythe- explico en un tono molesto el gerente, hoy día fue denigrado y humillado, se hizo ganador de interminables horas extra además de que sufrió terriblemente mal por la ausencia de Grell.

-¡No!- grita retadoramente la muerte roja.

-Tu no puedes hacer eso- recalca su disgusto Grell.

-Parece que no has aprendido ¿cierto?, soy tu jefe y puedo hacer lo que me plazca contigo!- William amenaza en un tono sombro mientras toma por el cuello a Grell forzándolo a verlo a la cara. El shinigami rojo, aunque difuso y algo borroso por la falta de anteojos, puede distinguir la ira en los ojos de su ex-amigo, en ese momento Grell supo que ya nada seria igual. Finalmente William lo soltó Sutcliff se llevo las manos a la garganta para acariciarla y calmar un poco el ardor que le causo la fuerza de la mano grande de su jefe furioso. Grell se levanto de su lugar y se dispuso a marcharse, ya en la puerta William le llamo de nuevo.

-También tienes una reducción salarial del 50%- ante eso Grell se paralizo, eso seria ganar una miseria, no podría cubrir sus gastos, estuvo a punto de volver a quejarse pero prefirió no provocar más a William.

-Si Will- dijo entre dientes y se marcho cerrando la puerta con algo de fuerza.


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