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L'EAU ET LE FEU por karenka sutcliff

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Notas del capitulo:

WOW WOW WO, WOW WOW WO, WOW WOW WO -yari ho-DIE!. Y siguiendo la filosofía de Ronald Knox, nos saltaremos unos meses en la vida de los shinigamis, Will tomo terapia forzada y ya puede ver a Grell de nuevo sin problemas y como siempre Grell supero el hecho de que casi lo mataran XP.

Esto se acerca a su final oh yea!, lamentablemente no soy más que un vil mortal, aunque ya tengo internet en casa, ya estoy trabajando, procurare actualizar rápido, aunque no será tan seguido debido a que ya no tengo tiempo, por lo mismo, los capítulos serán más cortos como antes, las actualizaciones tardaran yyy pronto terminare con este fic, tal vez hasta el capitulo 35 o quizá 40, no prometo nada, todo depende de cómo me organice n_n, gracias y esperen mis futuras historias.

 

 

 

Esta mañana William cumplió su última cita con el doctor Crawford psicólogo del despacho y médico de cabecera de Grell, Crawford ha atendido al pelirrojo desde su infancia, siempre lidió con la agresividad del pequeño shinigami y ahora, aunque no le sorprendió, trató con los problemas existenciales de William, todo el despacho sabia que el moreno explotaría de un momento a otro.

Cada visita al doctor para William fue humillante, jamás le había contado nada de su vida a nadie, y ahora estaba aquí obligado a develar su pasado, tuvo que revivir cada amargo recuerdo, todos los detalles con precisión, pero finalmente esa maldita tortura terminó, William coopero con hipócrita cortesía, todo con tal de terminar con este infierno rápido; el supervisor se despidió del psicólogo haciendo una reverencia, pero el hombre que odiaba los formalismos apretados con sus pacientes, le brindó una brazo afectuoso, William se tensó de inmediato, de verdad detesta que no respeten su espacio personal.

Al fin libre de su castigo por intentar matar a Grell, William se dirigió en busca del pelirrojo, de verdad, el gerente no tenía idea de qué clase de resentimiento pudiera guardarle su empleado, tenía que aclarar las cosas pues todo Londres tenía la idea de que Will intento matarlo realmente, en especial Brendan, seguramente el viejo lleno de ideas retorcidas la cabeza de Grell y hoy siendo un día especial, con más razón tenían que aclarar las cosas, aunque era una fecha no alegre para William, a Grell le gustaba festejar.

Cuando el shinigami de cabello obscuro entro a su oficina, se llevo una gran sorpresa, el hombre no sabía si sonreír o estar molesto, no era solo el hecho de que alguien violó el inmaculado orden de su oficina, se atrevieron a mover cosa, si no también tocarlas, no, no era sólo eso, nadie respetó el amargo luto que guardaba por su fiel amiga y colega… "su paloma", ¿se estaban burlando de él?.

William entro a su oficina y caminó hasta la jaula que yacía sobre su escritorio, en el interior había un pichón de plumas grises y blancas, con tonos marrones, William enarco una ceja y tomó al ave, lo miro detenidamente, era una linda paloma, ¿pero quien trajo a este animal?, William se sobresaltó cuando la puerta de su oficina se abrió de golpe y esa horrenda voz chillona ladró su nombre.

-¡Will!~ ¿te gustó tu regalo?- Grell hizo triunfal entrada al interior de la oficina.

-Grell Sutcliff- William giro y miro a la cara al pelirrojo, debió imaginarse que esto era obra de su empleado.

-Gracias, pero debo pedirte que te lleves a esa paloma fuera de mi oficina- William aun no se reponía por completo sobre la pérdida de su antigua paloma, consideraba una falta de respeto "reemplazar, suplantar" a su vieja amiga.

-Pero Will- Grell se lamento pero no obedeció, caminó hasta su jefe y se recargo en su pecho.

-Por favor Will, la compre para ti, es el símbolo de nuestro amor, no puedes rechazarla, se llama Grelliam- dijo sonriente el pelirrojo.

-¿Grelliam?, ¿qué clase de nombre estúpido es ese?- dijo el shinigami de cabellos negros, Grell hizo un gran puchero y tomo al ave con todo y jaula.

-No es estúpido, es la combinación de nuestros nombres William-Grell dijo lamentándose y con extrema sobreactuación, abrazó apretadamente a la paloma contra su pecho.

- Pero si no la quieres está bien, seré madre soltera- el pelirrojo se dispuso a salir, con ambas manos cargo la gran jaula y el pichón ahora se posó sobre su cabeza.

-Honestamente- William se ajusto las gafas y tomó asiento, estaba dispuesto

-Gyaaaaaagh- la parca roja gritó con fuerza y dejo caer la jaula de metal al suelo, la paloma salió volando despavoridamente y busco refugio con William como si supiera que con él estaría a salvo lejos de la ira del pelirrojo hombre enfurecido.

-¿Y ahora qué te pasa Sutcliff?- William golpeo la mesa con las palmas de sus manos, miro a su subordinado, la cara del Grell era tan roja como su cabello, el vapor salía de su nariz cual toro de lidia y una pasta blanquecina y algo cremosa escurría desde su cabello hasta su frente, William meditó un momento la situación; una sonrisa burlona se dibujo en su antes estoico rostro, tomo a la paloma en sus manos y la acerco a su rostro.

-Creo que nos llevaremos bien- susurro el shinigami a la paloma.

-¡La voy a amatar! – el carmín invoco su death scythe y se dispuso a atacar a la paloma indefensa.

-¡¿Cómo te atreves?! – cuestiono molesto William y detuvo el ataque con su propia guadaña golpeando a su subordinado en la cabeza, al retraer su guadaña, limpió el lolo con la gabardina roja de su empleado.

-Esa rata con alas defecó en mi cabello- chilló Grell aún con ira evidente.

-Termina con tu trabajo Sutcliff- ordenó William, tomó a Grell y lo lanzó fuera de su oficina, al cerrar la puerta se sentó y acaricio a su nueva amiga, pero su soledad no duraría muchos segundos. La puerta de su oficina se abrió nuevamente, sólo un poco, lo suficiente para mostrar un ojo con largas pestañas postizas y unos dedos adornados con largas uñas rojas.

-Will- llamó el pelirrojo.

-Largo – dijo tranquilamente William sin apartar la mirada del plumaje de su nueva paloma.

-Will… sabes porque estoy aquí, por favor- mendigó el hombre tras la puerta.

-Sabes que no me gusta, si tanto quieres festejar, puedes hacerlo tú solo- William se levantó y caminó hasta la puerta para cerrarla, pero le fue imposible, el pelirrojo fue más rápido.

-Por favor Will- Grell suplicó de nuevo, el moreno suspiró con fastidio.

-Al término de la jornada, si cumples puntualmente con tu trabajo, entonces, y sólo entonces, si es que no causaste problemas…- advirtió William e hizo una seña con la mano para indicarle a su subordinado que se podía retirar, Grell chilló de felicidad y corrió fuera de la oficina para terminar pronto su trabajo.

En pocas ocasiones William se permite festejar su cumpleaños, para el moreno esa clase de festividades eran una pérdida de tiempo, "el ruido y los abrazos, los regalos inútiles" William se estremeció ante los recuerdos de sus cumpleaños humanos, pero era mejor ceder un poco para Grell, el pelirrojo jamás festejó una cumpleaños, según para Brendan el día en que Grell nació su vida se vino abajo y para Alexander era una fecha triste, el día en que su hijo nació, su amada fue asesinada por la corte shinigami, el nacimiento de Grell no había traído nada bueno.

Grell supo de las fiestas de cumpleaños después de ver una en un cinematic record y conoció más sobre las costumbres humanas en esa fecha el día en que fue emparejado con Eric, el escoses solía contarle al pelirrojo sobre sus hermanas y las muchas fiestas que tenían de pequeños. Así que Grell se dispuso a festejar todo tipo de fechas importantes, ya sean cumpleaños o aniversarios.

7:30 en punto, una hora más tarde de lo indicado, William colocó su pluma sobre su escritorio y se puso de pie, metió a su paloma en la jaula y se marcho en busca de Grell, al llegar a la oficina del pelirrojo este no estaba, el supervisor se maldijo interiormente, al ver el asiento vacío de su empleado, caminó hasta el escritorio para rectificar que el trabajo estuviera terminado, sobre el mueble de madera fina había una nota con letras rojas, el hombre la tomó y comenzó a leer.

Una sorpresa te espera en casa Will cariño.

Siempre tuya Grell~

-Honestamente-William suspiro y se marchó a su departamento.

William llego a su casa, la puerta estaba sin cerrojo, el hombre apretó los puños y frunció el ceño, ese rojo amanerado entro a su casa. William entro tranquilamente tratando de contener su molestia, colocó a su paloma en la mesa de la sala y tomó un libro para después sentarse y comenzar a leer.

-Will~- una voz seductora llamó desde la recamara principal, William la ignoró y continuo leyendo, no estaba de humor para los juegos de Grell.

-Wiiill~ tengo un regaloo~ mmh~- el pelirrojo gemía y hacia ruidos obscenos desde la otra habitación, William cerró su libro con algo de fastidio y caminó hasta su recamara, al abrir la puerta, en su cama yacía recostado Grell, desnudo con el cabello desparramado por toda la cama y las almohadas como una cascada de sangre, la ceja derecha del moreno se crispó ante tal escena, cuando el pelirrojo vio a su jefe entrar este se comenzó a acariciar provocativamente, un escalofrío recorrió la columna de William, Grell se masturbaba frente a él y sin ningún pudor, William suspiro, se dio la media vuelta y cerró la puerta, estaba cansado y en su mente, la idea de festejar, se trataba más bien de una cena o incluso un pastel, nada ostentoso; William tomó asiento nuevamente en su sillón favorito y junto a su nueva paloma, la miro y sonrió, después de unos cuantos minutos, su paz se vio truncada nuevamente, Grell apareció frente a él, le arrebato el libro que leía y lo arrojó descuidadamente, el shinigami obscuro frunció el ceño y estuvo a punto de protestar, pero Grell fue más rápido.

-William, he venido aquí para tu cumpleaños, me estoy regalando a ti y tú simplemente me desprecias y prefieres leer un estúpido libro- se quejo el pelirrojo, William miró detenidamente a su compañero, este seguía desnudo, se podían ver los rastros de su actividad de autocomplacimiento, su vientre aun estaba manchado con un poco de su semen y sus mejillas estaba sonrojadas, Will analizó las palabras del carmín y el hecho de que este se regalara a él, no le hacía gracia, en primer lugar no era nada nuevo y en segundo, estaba seguro de que este tipo de regalos carnales se los hacía a varios.

William se retiro las gafas y froto sus ojos, tomó otro libro y comenzó a leer o al menos eso intento pues Grell no se daría por vencido, el pelirrojo se hincó frente a su jefe y abrió la bragueta de los pantalones del moreno, acaricio los muslos de este y comenzó con la felación, William hizo a un lado su libro, de repente su humor para el sexo mejoro y mucho. La hábil lengua jugó con su miembro cubriéndolo completamente de saliva caliente, los filosos dientes rasguñaban su sensible piel sin lastimarlo, simplemente brindándole un escozor bastante placentero, Grell succionaba la punta tragando el cristalino liquido que salía de esta, su cabeza comenzó a subir y bajar, el carmín trato de tragar lo más que pudiera el miembro duro de William y comenzó a hacer ruidos guturales, las vibraciones de la garganta del pelirrojo hicieron que un escalofrió como un choque eléctrico recorriera por completo el cuerpo de su amante, los músculos de William se contraían de placer, su mano derecha se aferraba al brazo del sillón rasguñando la tela y la otra mano se enredaba en los risos rojos para ejercer más presión y velocidad en los movimientos de Grell, el pelirrojo obedeció el nuevo ritmo ahora más brusco, se atragantó un poco y paró, una tos seca lo ataco, pero unos segundos le bastaron para calmar su respiración, el rojo hombre miro a los ojos a su dominante amante, esa fría mirada, los verdes ojos de William eran un imán sádico, cual miel para las abejas, para Grell le era imposible no obedecer las demandas del moreno estoico, Grell sonrió dulcemente y continuo con su labor, Grell tomó lo largo del miembro hinchado de William y lo bombeo rápidamente y sin dejar de lamer y succionar, con su mano libre el pelirrojo se dio la atención por la que su adolorido miembro rogaba, William comenzó a mover más las caderas despegándolas de su asiento, quería llegar más profundo, su colega podía ser un inepto con el papeleo pero era realmente muy bueno en el sexo, todas estas ideas confundían a William, el moreno no sabía si estar feliz de tener un amante tan delicioso o estar furioso porque su amante era una puta; una presión extraña pero ya conocida, se presentó en el vientre de Will, estaba muy cerca, unas cuantas embestidas más y llegaría a su tan esperado orgasmo, su piel se erizó, y un temblor invadió su cuerpo, finalmente William se corrió en la boca de Grell, el pelirrojo trago tofo y separo sus labios del falo del moreno, un hilillo de saliva aun conectaba ambos trozos de carne, William con facciones serias aunque no molestas limpio con su pulgar los labios del afeminado hombre, Grell sonrió y recargo su mejilla en la mano de Fría de su amante.

-Siempre tan frío- murmuro el pelirrojo y beso la mano de Will, el moreno levantó a Grell del suelo y lo sentó sobre su regazo, al parecer la parca roja también había terminado, su mano yacía bañada en su propia semilla, William agarro un pañuelo y limpio la mano de Grell, de verdad no quería que este ensuciara sus muebles, Grell frunció el ceño ante el acto pues se imaginaba algo más sensual, por ejemplo que William lamiera su mano para limpiarlo, con un suspiro el pelirrojo recargo su frente sobre el hombro de su amante.

-Hice pastel- susurró el pelirrojo y se levantó de las piernas de William para dirigirse a la cocina, William también se levantó de su asiento y caminó hasta su recamara, buscó entre sus cosas y agarró una camisa grande, salió y se la entrego a Grell, lo cubrió por la espalda y froto sus hombros, Grell llevo las rebanadas de pastel a la mesa y ambos cenaron, para sorpresa de Will, el postre era delicioso y sin ningún percance desagradable.

-Cúbrete- dijo en tono bajo el moreno, Grell sonrió ante el acto amoroso, pero en realidad a William le parecía poco higiénico que Grell se paseara sin ropa en el área de alimentos, otro temor de William era encontrarse un largo cabello rojo en su comida.

-Feliz cumpleaños Will, me alegra estar contigo para felicitarte- Grell dijo sonriente y acaricio los nudillos del moreno mientras seguía comiendo felizmente, William no responde y sigue comiendo.

-Si tanto te gusta celebrar, podrías festejar el tuyo, como sea… gracias- dijo fríamente y se levantó de la mesa, al terminar Grell levanto los platos y limpio solo un poco, en la mente del pelirrojo, su cerebro comenzó a maquinar una fantasía absurda, se imaginaba casado con su hombre (William), en una gran casa, llena de bebés.

William imagino que su invitado se retiraría pronto, pero estaba equivocado, de inmediato Grell entra a su recamara y se acomoda en la cama listo para dormir, William enarca una ceja pero decide no hacer preguntas, está cansado y quiere dormir un poco, el hombre mayor se cambia de ropa, ya con su pijama puesta William se metió bajo las mantas a una distancia considerable de Grell, por alguna razón, William no podía evitar sentir algo de repulsión hacia el pelirrojo pero de manera contratante tampoco lo quería fuera de su vida.

Cerca de la media noche, el sueño de los shinigamis se vio incómodamente interrumpido, Ciel no se daría por vencido, él mataría a Grell a como diera lugar.

El la alcoba obscura, un terrible frío inundó la habitación, el aire helado calaba los huesos dolorosamente, William abrió los ojos y se levantó de la cama en busca de más cobijas para abrigarse, pero no pudo hacerlo, frente a él estaba Ciel Phantomhive, era evidente que era un demonio, "esa ropa vulgar" murmuro el shinigami. Ciel vestía un traje de cuero muy ceñido al cuerpo, provocativo, botas altas y un exceso en mostrar la piel, toda una delicia para los pedófilos, pero el ya no era un niño, era un demonio, un maldito incubo, el joven demonio se relamió los labios y sus ojos escarlata brillaron en la obscuridad, William se estremeció pero mantuvo su máscara de indiferencia y valentía, Ciel caminó hasta Grell y comenzó a acariciar los sedosos risos rojos, dando un fuerte tirón, pero Grell no despertó, el aura maligna invadía todo el cuarto, la peste del infierno era muy fuerte, este demonio ya no residía entre los humanos, volvió al infierno donde era más fuerte.

-¿Por qué lo quieres, no crees que eres egoísta?, evítate de problemas y entrégame a Sutcliff, no voy a parar hasta tenerlo y matarlo- dijo sonriente Ciel, William estaba a punto de atacarlo pero su death scythe no apareció cuando la invocó, unos segundos más y el shinigami despertó, todo fue un maldito sueño, William se limpio el sudor de la frente y miró a Grell que yacía dormido profundamente, se veía tan tranquilo, Will suspiro más tranquilo y giró sobre su espalda para abrazar al pelirrojo.

-No te voy a dejar- William susurro y apretó a Grell contra su cuerpo.

Notas finales:

LAMENTO MUCHO HABEERT TARDADO TANTO EN PUBLICAR, YA TENGO DE NUEVO INTERNET EN CASA, PERO AHORA TODOS QUIEREN USAR LA COMPUTADORA Y CASI NO ME DAN TIEMPO DE ESCRIBIR


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