Los integrantes de la TS Family viajaron a Singapur para despedirse de una de su aliada, el líder había dado órdenes específicas que solo los equipos principales y sus integrantes viajaran, no quería intrusos, deseaba vieran en carne propia lo que les esperaba en el futuro, la guerra con Black no era un juego, no era un capricho, era su prueba final, lamentablemente esta consiente que muchos bandas criminales los veían como personas blandas, alejadas a las acciones crueles que están acostumbradas las mafias, Bang sabía lo importante que era cambiar ese concepto necesitaba el respeto solo de una sección aunque no lo quisiera también necesitaba el miedo de otras personas. El funeral de Lee Hyori se celebrabo en total silencio, HimChan, Bang YonGuk, Zelo y JongUp hacían guardia cada uno en una esquina del féretro, YoungJae abrazaba a un pequeño mientras miraban el evento por la ventana de una gran mansión, las gemelas dormían abrazadas a un castaño quien solo observaba a su pareja, habían decidido no llevarlos al lugar, las niñas era muy pequeñas para vivir el trauma de ver a su madre en un ataúd, para SeungJi era muy difícil mantenerse de pie delante de tantas personas que no conocía, era un ratoncito asustado en medio de un mar de gente.
—Si quieres puedes bajar a despedirte de ella.—Le comentaba al oído el pelinegro.—Para que le digas adiós.
—No quiero, no quiero llorar frente a tantas personas.—Contestaba escondiendo su rostro el abdomen del mayor.—Por favor no quiero que me vean llorar.
El castaño que estaba en la cama se levantó tratando de no despertar a las niñas se acercó a la pareja para tomar el rostro del más pequeño, miraba sus ojos y se veía así mismo, pero su mirada era diferente, el día que su madre murió él sentía, rabia, desesperación, ansias de venganza, en esos bellos ojos no había rastro de esos sentimientos, SeungJi era más fuerte, era diferente, sabía que ese pequeño tenía un futuro diferente al de él, al de YoungJae, al de cualquier integrante de TS, él no se había dejado corromper por el dolor.
—Llorar por tu madre no es muestra de debilidad.—Le comentaba limpiándole las lágrimas.—Si te hace sentir mejor, lloraremos a tu lado para que no te sientas solo.
El pequeño se negó, abrazo más fuerte a YoungJae, le gustaba estar con el pelinegro porque olía como su madre, aunque era joven comprendía lo que había a su alrededor, ellos eran personas “malas” de esas que hablan en la televisión, que hacen daño a otras personas, ¿Dinero? ¿Poder? No lo lograba saber, se aferró más a ese cuerpo, quería crecer rápidamente para protegerlo, la gente también se equivocaba esos hombres que lloraban a su lado, no eran malos, eran cálidos, tal vez no existen suficientes etiquetas que pueda clasificar a todos los seres humanos. Los líderes de TS le rindieron tributo a una de sus aliadas, consientes que en el futuro ese también sería su final, nadie tenía la vida comprada, de alguna manera todos van al mismo lugar, al infierno, donde redimirían cuentas por sus pecados, pero hasta ese día seguirían peleando, defendiendo para lo que ellos era justo, correcto, el mundo está rodeados de distintos colores, no puede existir solo el blanco y el negro, las diferentes tonalidades son las que nos vuelven humanos. Al regreso del entierro los integrantes cenaban en silencio, cada uno metido en su mundo, en sus planes, conversando con su conciencia, el sonido de una copa siendo golpeada los hizo girar hacia donde estaba su líder, EXO, Teen Top, BTS, Vixx, LC9, 15&, GI, SHINee, Nu’est, BAP, todos presentes.
—Tengo que hacer un aviso, he decidido pedir apoyo a Marshall, él me proporcionara grupos de mercenarios para la guerra contra Black.—Hablaba seriamente mientras todos miraban sorprendidos.— Tengo planeado una serie de ataques que a su debido tiempo iré revelando, no quiero arriesgarlos, por eso he decidido usar mercenarios, como buen jugador dejaré que los peones sean carne de cañón mientras mis piezas clave son protegidas deben entender que por encima de mis sueños, de mis deseos ustedes son primero.
—Habías dicho que no dejarías que Marshall se inmiscuyera tanto en nuestros negocios.—Le enfrentaba CAP desde su lugar, el líder de su equipo favorito, de su primer equipo.—Este es nuestro problema, no necesitamos asesinos que cuiden nuestras espaldas, esos hombres no tienen sangre en el cuerpo.
El ambiente se volvió tenso, la mayoría apoyaba las palabras del líder de Teen Top, Marshall era un buen aliado pero era sumamente frio, cruel, sus hombres no trabajaban por honor, por ideales sino por dinero, el detónate de la miseria en la tierra, un nivel superior a ellos, el líder extranjero era una persona de principios que hasta el momento llevaba una buena relación con Bang, pero era ampliamente conocido que solo se mantenía al margen gracias a su esposa Skylar, ella era el único lazo que mantenía alejada la locura de ese hombre.
—Somos fuertes, somos capaces de acabar con Black sin problemas.—Ahora secundaba Suho, retando con la mirada a su líder.—Nos quieres volver como ellos, asesinos, mercenarios, no está en tu código, no está en tus ideales.
—¿Quién quiere ser el siguiente? Miró sus rostros y veo el miedo, temen convertirse en unos ¿Asesinos?, hemos matado a tanta gente que creo nos hemos ganado ese título. —Comentaba Zelo sentado desde su lugar. —Nos llaman blandos, no nos temen, solo nos respetan ¿Quiénes? Personas como Lee, mafiosos que tienen principios pero en el mundo que vivimos sabemos que solo hay un puñado como ellos, el resto son miserables ratas que se irán con el mejor postor.
Los equipos bajaron la cabeza, tragaron en seco, esas palabras no eran propias del maknae, tanta verdad en unas solas frases, todo era verdad, ellos lo sabían.
—Quiero que nos teman, les he dado 2 años para que nos respeten pero veo que no he logrado nada, cientos de familias buscan traicionarnos en la primera oportunidad que tengan, quienes mataron a Lee fueron traidores, personas que me juraron lealtad. —Decía fríamente el líder, su voz notaba decepción, ira, deseo de venganza. —Quiero ver el miedo reflejado en sus ojos, quiero que piensen dos veces antes de traicionarme, quiero que TS Family prevalezca sobre el resto, quiero que ustedes mueran ancianos, quiero que tengan una buena vida, que tengan una familia, que crezcan, que tengan el tiempo de redimir sus pecados en la tierra para no encontrarnos en el infierno, deseo que vivan, no quiero ir al funeral de uno de ustedes, lo hablo claro, tengo miedo a perderlos, si para protegerlos debo volverme un bad man, lo haré. He tomado una decisión quien quiera seguirme lo hará sino conocen que la puerta está abierta, no les daré la espalda, tendrán el mismo destino que G Dragon, un nueva oportunidad pero es un boleto sin regreso.
Todos guardaron silencio, CAP, Suho, JR, N, Rap, todos y cada uno presionaban sus manos con remordimiento, por un segundo dudaron de su líder, de su capacidad, de sus ideales, por él estaban vivos, gracias a él tenían opciones, los integrantes de BAP también miraron el piso, Bang era distinto a cualquier persona que llegaran a conocer, era increíble su manera tan distinta de ver el mundo, sin duda era el pilar de esa inexperta Familia, era el único que gritaría a los cuatro vientos que temía perderlos, él era la razón porque podían caminar seguros, sin miedo, hace dos años les hizo la misma pregunta, ellos respondieron con la misma respuesta, lo seguirían hasta el final, si para sobrevivir en ese mundo debían ser considerados como unos demonios lo harían, cada uno por sus propias razones.
—No hay nada que decir. —Se levantaba Rap junto a Rasa ambos levantaron sus copas. —Has tomado una decisión la respetaremos, confiamos en ti.
—La mayoría estaríamos muertos en este momento, tal vez hundidos en alguna mierda, hemos tenido una buena vida, no existen remordimientos en mi cuerpo, quiero ver caer a Black como cayo SuJu, GG, SM, Junsu. —Decía Onew levantando su copa. —Por qué al final de esta guerra quiero irme, como lo hizo G Dragón, pero pagaré mi deuda contigo antes.
Bang sonrió ante el comentario del líder de SHINee, era el primero en decir que ya estaba cansado de tanta muerte, aunque sabía que solo quería una buena vida ahora que YeRin había aceptado casarse con él, ese siempre fue el objetivo del líder de TS que sus chicos tuvieran un futuro, que en el momento que desearan salirse de ese negocio lo hicieran sin miedo a represalias, que tuvieran hijos, que los vieran correr, crecer, perdurar en ellos, sintió como una mano se entrelazaba en la suya, se fundió en esa mirada, en esos limpios ojos ¿Cómo podía recriminarle algo a su destino? Si gracias a él, tenía a la persona que más amaba, la vida solo era un conjunto de raros caminos que se interconectan, que se entrelazan de extraña manera, siempre hay a un lugar al cual llegar, de donde partir, solo es cuestión de tener fe.
—Brindemos por ustedes, por mi familia. —Ahora hablaba con una sonrisa el pelinegro. —Y por qué Onew y YeRin, próximamente me hagan abuelo.
Los mencionados se sonrojaron a lo que HimChan escupió el contenido de su copa, volteo a ver a su pequeña, estaba tan sonrojada, que sencillamente era hermosa, entrelazo sus manos con las de Moon quien solo sonreía, su pobre pareja había entrado en shock. Cada equipo regreso a su zona, ahora más que nunca debían tener cuidado. HimChan y JongUp viajaron a Malasia ya que el dueño de uno de los puertos por donde iban a pasar armas de Infinite se estaba negando a seguir su contrato cuando llegaron al sitio los dos líderes conversaron con el empresario quien al final acepto prestar su negocio para el contrabando de armas cuando estaban a punto de subir a su auto se les acerco un niño quien iba descalzo, su ropa lucia maltratada, tenía un golpe marcado en su mejilla se acercó al Tastmato con temor, estiro sus manitas dándole un sobre blanco, el mayor lo tomo mientras que Kekemato alcanzaba a sujetar al niño quien se desmayaba.
—¿Entiendes que es una trampa verdad?—Gritaba el líder por el alta voz, se escuchó que una voz le hablaba tratando de tranquilizarlo.—Pero dejare que tu tomes la decisión.
—Estamos conscientes de eso.—Ahora se le enfrentaba JongUp quien tenía en sus brazos al pequeño.—Es una provocación directa y no la rechazaremos.
La pareja estaba en su habitación habían llevado al pequeño a su casa para curar sus heridas, el medico comento que solo estaba desnutrido, que el golpe no era tan grave, la pareja lo baño, lo cambio para después dejarlo dormir en sus cama, HimChan solo seguía aprontando la nota que le habían enviado junto a una fotografía, no podía creer tanta crueldad en un solo ser humano.
—Danos un grupo de los mercenarios y prometo que acabare con Yo Seob de un solo golpe.—Hablaba fríamente el rubio dejando los papeles sobre la mesa.—JongUp y yo nos encargaremos de recordarle a Beast lo que es perder a un ser querido, quiero que nuestro plan comience ahora.
—Está bien, pero quiero que vayan con cuidado.—Suspiraba resignado el mayor.—Deben planear bien su estrategia, entiendan que van a la boca del lobo.
La pareja asintió ll resto de la reunión afinaron los detalles del enfrentamiento, en la nota que JongUp volvía a releer estaba escrito: "Adivinen he encontrado algunos conejitos perdidos pueden venir por ellos si así lo desean, deben de hacerlo rápido ya que la bodega donde están es muy pequeña y el aire se termina. Atte ¿? ", en la imagen se veían un grupo de niños encadenados en fila en una habitación, el corazón del pelirrosa se estremecía, acaricio al pequeño estaba en la cama, era una descarada trampa pero quería liberar a esos pequeños.
—¿Estás seguro de hacerlo?—Le cuestionaba el rubio acercándose a su pareja arropando al bebe.—No sabemos que nos espera.
—A donde vayas iré, donde estés estaré contigo.—Le contestaba el paliazul tomándolo por la barbilla.—Somos una pareja, debemos estar unidos, juntos lograremos vencer cualquier barrera.
Sus labios se rozaron, sus manos se entrelazaron, a diferencia de Dae y Bang, el segundo mayor aceptaba que su pareja participara activamente en las misiones, confiaba en su poder, en su destreza, eran un equipo perfecto al momento de pelear, acaricio ese rostro, junto a él no tenía miedo, se sentía poderoso, fuerte para pelear, rápidamente organizaron el ataque. Sus miradas se cruzaban aunque tres pequeños los separaban podían sentir el calor del contrario aun distanciados, ambos sonrieron torpemente, se encontraban en la pista de uno de los aeropuertos de Japón después del funeral habían viajado a la tierra del Sol naciente donde los niños pudieran distraerse, iniciar una nueva vida, sus miradas se fusionaron el mayor peleaba con su yo interior deseaba detenerlo, no dejarlo ir, guardarlo en sus brazos para que nadie pudiera alejarlo de él, pero debía ser fuerte, dejarlo libre para que pudiera desarrollarse, crecer, unió sus labios, un beso inocente, sencillo, buscaba transmitirle lo mucho que lo amaba, lo importante que era para él.
—Por favor regresa con bien a casa.—Le dijo pegado a sus labios, trataba de mil maneras retener sus lágrimas.—Estaremos esperando por ti, confió en tus habilidades.
—Te amo DaeHyunnie.—Le contestaba regalándole una sonrisa acariciando su rostro para limpiar una rebelde lagrima.—Esperen por mí, prometo que regresare.
Los pequeños abrazaron a su ahora Omma, no querían dejarlo ir, no querían perderlo, el mayor los sujeto para liberar a su pareja de ese agarre, tomo la mano de su esposo las otras tres pequeñas se le unieron, Jae comenzó a caminar para después soltar esas manos, DaeHyun sentía que una parte de su corazón se rompía, tenía miedo, mucho miedo de perderlo, se abrazó más a esos pequeños, algo en su pecho se encendió cuando sintió que las niñas besaban sus mejillas húmedas, era verdad ahora no estaba solo, miro hacia donde su esposo había desaparecido, una sonrisa se formó en sus labios, él regresaría, ahora estaba seguro de eso. YongGuk miraba los planos de los edificios en los que harían el ataque aun no sabía en qué momento efectuarlo debido a que se derramaría demasiada sangre ¿Estaba listo para matar a tanta gente? aunque fueran bandidos seguían siendo humanos, miro su rostro en reflejado de la pantalla de la computadora, cargaba con tantas muertes en su espalda, se estaba convirtiendo en un bad man, en una persona que usaba la violencia para salvar a sus seres queridos, ¿eso era lo correcto? no debía dudar, pero a veces le temía que el destino se cobrara todas sus fechorías.
—Esos sujetos si que eran necios, pero todo quedó claro.—Interrumpía un pelirrosa sentándose en el escritorio.—Hey hazme caso.
—Lo siento cariño.—Contestaba inocentemente besando sus labios.— ¿Aceptaron prestar sus embarcaderos para el transporte de armas?
El chico de piel blanca asintió para después besar esos labios, la pareja se encontraba en China ya que debían conseguir vertientes para poder transportar las armas en su territorio, YongGuk había dejado que Zelo tomara el mando de la Familia mientras él se enfocaba en los contraataques para Black.
—Creo que viajar a Corea hasta que Jae, HimChan y Up hayan realizado sus misiones exitosamente.—Hablaba el pelirrosa escondiendo su rostro en ese varonil cuello.—Así estaré más tranquilo.
—Me parece bien.—Contestaba acariciando su cabello.—Espero todo salga bien, quiero tu opinión sobre esta estrategia.
El mayor le mostro algunos planos y le platicaba sobre los ataques, el menor daba su punto de visa, algunos tips, se sentía importante debido a que su esposo confiaban más en su criterio, ya no era un niño bajo su protección sino era su pareja, un igual además de aprender mucho, lentamente se convirtió en la otra mitad del líder de TS, sus pensamientos eran similares. JokoMato llegaba a una pista improvisada en la Isla Luzon en Filipinas era claramente territorio de Black, gracias a varias investigaciones telefónicas detecto que ahí se encontraba uno de los contactos de los chicos que había asesinado hace unos, averiguaron que era uno grupo que presumía formar parte de Black, aterrorizaba la zona preparándola para crear varios laboratorios de drogas experimentales igual comenzaron a instalar burdeles con chicas secuestradas de la zona, el pelinegro se colocó sus guantes negros escondiendo su sortija, acomodo su arma, bajo del avión, era casi las 7 de la tarde, frente a el había un grupo de 20 mercenarios .
—Ya se les dieron instrucciones de lo que deben hacer, solo mataran a las personas que tengan este tatuaje en su nuca.—Gritaba en perfecto inglés el comandante mostrando la imagen de un diablo con alas extendidas (logo black sabbath).—Solo los quiero a ellos muertos, su otra prioridad es salvar a las víctimas.
—¿Si nos llegamos a equivocar?—Cuestionaba un jefe de una de las plantillas el chico de la máscara amarillad de un rápido movimientos saco su arma disparándole alcanzando rozar su mejilla, el extranjero trago en seco.—No cometeremos errores y claramente no nos equivocaremos
YoungJae tenía miedo pero esa era una prueba para sí mismo, debía dirigir un equipo difícil, asesinos asueldo en un territorio que ni él conocía, subió a su camioneta, cerró los ojos recordando a su familia, a su esposo, a sus nuevos hijos, los hacía por ellos. Llegaron a uno de los burdeles sin previo aviso ingresaron al edificio los chicos de Marshall eran muy buenos ya que mientras los del otro equipo caían como moscas solo uno de ellos era vencido, Jae solo recorría el lugar después de la masacre, Bang le recomendó que dejara que los mercenarios se encargaran de todo, para eso estaban, de pronto escucho gritos de una chica corrió hacia la habitación un integrante de su equipo estaba a punto de dispararle a uno de los integrantes de Black sin importarle que usaba a una joven como escudo, Jae sacó su arma ganándole a disparar, dándole en la frente al secuestrador después se acercó al mercenario clavándole un cuchillo en la pierna.
—Dije que solo mataras a las del tatuaje.—Le hablaba con rabia algunos chicos de su equipo lo miraban con furia.—¿Quien más va desobedecer mis órdenes?
Todos bajaron la cabeza, era claro que nadie se debía meter con el jefe aunque su máscara de conejo diera un aspecto tierno era todo lo contrario, le avisaron que tenían al jefe del grupo, el pelinegro se dirigió a la oficina principal de ese inmundo lugar dando instrucciones que sacaran a las chicas, ya que tenía planeado un final digno para esos sujetos.
—Así que la persona que ha estado asesinando a los chicos rubios es Boa—Concluía Jae al ver al sujeto, era el amante en turno de la líder.—¿Verdad?
—Esto es un ataque directo, se metieron a una zona que no les pertenece.—Gritaba el pelinegro mientras era sujetado por dos mercenarios.—Esto lo vas a pagar muy caro conejo idiota.
Jae le dio un golpe en el abdomen, ahora sabía que BOA era su objetivo, su sangre llego hasta su cabeza, Bang tenía razón todos aquellos que un día le juraron lealtad lo estaban traicionando, le dio otro golpe en el abdomen, estaba furioso, ahora más que nunca anhelaba la venganza, ahora sabia la verdad, conocía a la persona que estaba detrás de todos los asesinatos, comenzó a tirar los objetos del escritorio, la rabia se trasminaba por cada poro de su piel, no se tocaría el pecho, esta vez no tendría piedad.
—¿Dónde está la traidora? —Hablaba con un tono frio sujetando por el cuello al pelinegro.—Entrégame la cabeza de tu noviecita y te daré lo que me pidas como puedes ver no me importa que Black enfurezca esto es la revancha.
—No sé mucho, solo sé que ella planeo la trampa de Lee sabía que le estaba pisando los talones por los muertos.—Hablaba temblando, nunca pensó que los integrantes de TS fueran tan crueles, los creía débiles.—Su hermano es quien ha estado matando a los jovencitos, ella solo hace lo que el pequeño quiere, no se mas, te lo juro.
Jae enfureció, la muy maldita le había tendido una trampa a su mejor amiga, estaba vivo, ahora las piezas se completaban, encajando a la perfección, él era quien estaba detrás de los asesinato, ahora más que nunca deseaba matarlo, haría lo mismo que él, le quitaría lentamente lo que más amaba, encontró el primer objetivo para la cacería que tenía planeada su líder, BoA encabezaba la lista de traidores a destruir.
—Sabes voy a dejarle un mensaje contigo.—Hablaba el joven de mascara sacando una hoja para escribir.—Pero no necesitas estar vivo para entregárselo.
Sin previo aviso saco su arma matándolo, una bala quedo incrustada en la frente de ese sujeto, reunió al resto de los mercenarios indicándoles que quemaran el sitio, lo mismo hicieron con los laboratorios que encontraron, los demás burdeles, limpiaron la zona de gente de Balck. El tercer maknae de BAP estaba sentado en una de las sillas de un viejo restaurant leía las noticias locales, donde comentaban sobre el incendio de varios comercios se sospechaba que eran burdeles donde se tenían a jóvenes secuestradas, también se hablaba de que solo encontraron los cuerpos de los bandidos pero no de las chicas, parecía ser una venganza de TS ya que al final solo dejaron el cuerpo de una persona con el logo de esa familia, las muertes eran innumerables, un golpe serio a la organización dirigida por la narcotraficante BoA ya que se suponía que tenía invertido mucho dinero en ciertos laboratorios.
—¿Matar a tanta gente es lo correcto?—Se cuestionó en voz alta el pelinegro observando la gente pasar.—¿Puedo con tanta sangre en mis manos?
Miró sus manos las cuales temblaron, lo peor de todo es que no sentía remordimientos, ni culpas, ¿se estaba convirtiendo en un monstruo?, en un ser cegado por la venganza, el sonido de su celular lo saco de sus pensamientos.
—Hola cariño, he escuchado que todo fue un éxito.—Hablaba DaeHyun con alegría.—Ciertas personitas quieren decirte buenos días.
—Hola Mommy!! ¿Cuándo regresas?—Se escuchaban las dos voces de dos niñas.—Estamos preparando Cheescake pero Daddy se está comiendo los ingredientes.
Se escuchó un bufido por parte de del castaño a lo que Jae solo rio debido a que parecía que esos cuatro niños estaban peleando por ver quien hablaba, algo en su interior se removió con nostalgia, anhelaba salir corriendo para abrazarlos, para besarlos.
—Regresare hoy en la tarde así que por favor guárdenme un poco de ese delicioso pastel.—Decía dulcemente el pelinegro quien solo escucho un fuerte si del otro lado.—SeungJi espero estés ayudando a tus hermanitas, te quiero mi pequeño.
El pelinegro se despidió con un beso, ahí estaba su respuesta, claro que valía la pena lo que hacía, era un egoísta que solo deseaba proteger a su familia, no le importaban los métodos, ni las decisiones que debía tomar para salvar sus vidas, el decidió ser una bad man, una persona que peleaba para hacer justicia, un hombre que no tenía miedo a matar para lograr traer algo de paz se levantó de su lugar pago la cuenta, metió la manos en sus pantalones, se acomodó el sombrero que traía y comenzó a vagar por el mercado ambulante, compraría regalos para su familia ahora que regresaba a casa. Bang suspiraba más tranquilo al escuchar el resultado de la misión de Jae, había reído cuando le comentaron el incidente del cuchillo pero el líder de TS respaldo su decisión cuando hablaba con Marshall, todo iba perfecto miro a su lado donde su pareja dormía plácidamente aún continuaba hablando entre sueños, beso la punta de su nariz, todo iba perfecto. HimChan y JongUp acomodaban sus armas en su ropa llegaron al lugar donde harían el rescate, era en una fábrica abandonada a mitad de un bosque, estaban seguros que en el momento que tocaran el edificio se verían rodeados por chicos de Beast,.
—¿Estás seguro que quieres ser el señuelo?—Cuestionaba preocupado el rubio acariciando ese bello rostro.—Déjame a mí.
—No, soy más rápido que tu.—Le contestaba besando sus labios.—Necesito cuidándome mis espaldas, te quiero, confía en mí.
HimChan metió la mano en su chamarra sabía que no era el momento indicado solo llevaba la cajita con el anillo para recordarse a su mismo que después de esa misión pasaría al siguiente nivel, casarse con Moon era un sueño efímero que siempre tuvo, lo llevaría a un lugar hermoso, ya tono lo tenía planeado, las palabras que diría, cada detalle había sido elegido por él, anhelaba transmitir todos su amor, cuando alguien toco sus labios regreso el anillo a su chamarra, miro esos bellos ojos, se acomodaron las máscaras mientras el más bajito bajaba primero del auto para dirigirse con un grupo a la entrada de la bodega, al lograr entrar se dieron cuenta que estaba vacío su interior el más joven informaba lo que estaba sucediendo comenzó a buscar en el piso es cuando vieron un escaparate trataron de abrirla pero parecía estar trabada, lo bueno que llevaban una cierra, iban preparado a lo que se les presentara.
—Los niños son nuestra prioridad.—Gritaba JongUp dirigiéndose a su equipo.—No me gustan los errores, si alguno de los niños sale herido mato a uno de ustedes.
—No se preocupe Sir, sabemos lo que hacemos.—Contestaba un mercenario.—Seguiremos sus instrucciones.
Después de unos minutos se dieron cuenta que la pequeña fábrica era rodeada por otro equipo que entraron disparando lo bueno que habían logrado abrir la compuerta, se dieron cuenta que era un sótano lleno de varios túneles.
—Despliéguense, ustedes dos y yo quedaremos a detener que avancen.—Gritaba DadaMato, avisando de la situación a su pareja.—Busquen otra salida ya que parece que TastMato hará una carnicería arriba.
HimChan escuchaba todo lo que pasaba al ver que el los hombres de Beast ingresaban a la fábrica dio la orden para que ahora sus equipos entraran a la pelea.
—Recuerden que nosotros nos encargaremos de eliminar a ese grupo.—Gritaba emocionado el rubio sacando sus dos armas.—No dejen a nadie vivo, al líder me lo dejan, yo mismo lo voy a matar.
Todos asintieron para ingresar al lugar, eran lo doble de personas que habían pensado que serían, lo bueno que los mercenarios eran muy habilidosos, JongUp evitaba que siguieran avanzando ya que aún no encontraban la habitación donde se suponía que estaban los niños, ese factor lo estaba molestando.
—DadaMato hay por lo menos 3 habitaciones repleta de gente.—Hablaba por uno de los comunicadores un mercenario.—Son demasiados deben acabar con todos en lo que logramos abrir las puertas de las habitaciones.
—Vigilen las entradas no dejen que nadie ingrese.—Contestaba el líder de la máscara verde mientras mataba a dos que intentaban avanzar en el sótano.—Entonces debemos acabar con beast.
Junto con los 2 chicos que vigilaban el escaparate decidieron salir para regresar a tapar la entrada, estaban seguros que si dejaban entrar a esos sujetos matarían a los niños de las habitaciones, miraron en el piso superior que una guerra se libraba entre las diferentes maquinas obsoletas que ahí estaban.
—Hola Dada.—Una voz salía de la oscuridad, JongUp levanto su arma apuntando a la nada.—Veamos qué tan rápido eres.
—Deben proteger la entrada que nadie entre.—Gritaba Up apuntando con su pistola a los tres sujetos que comenzaron a rodearle.—Yeob que gusto volverte a ver.
Los 3 chicos cuidaban la entrada al sótano mientras eran rodeados por 8 sujetos que apuntaban a su cabezas, no podían pedir apoyo a HimChan ya que la oscuridad y los disparos ahogarían sus peticiones, solo eran ellos contra el líder, sabían que si dejaban entrar a esas personas harían una masacre, sus armas se apuntaban, claramente estaban en desventaja. Una bala salió de la arma del maknae de Beast para dar en el abdomen del chico de mascara verde, el resto se movió para cubrirse, disparándoles a los atacantes, HimChan corrió para ver como Moon caía, era como volver a revivir una vieja pesadilla, se dio cuenta quien le disparaba camino en silencio hacia al pistolero quien reía, lo sujeto por la espalda para después clavarle un cuchillo en el costado entre la ranura de su chaleco antibalas, de pronto levanto su arma para dispararle a los otros 4 sujetos, dejo caer el cuerpo del makane de Beast.
—Olvidas que siempre somos dos.—Le hablaba fríamente quitándole el chaleco, le clavo otro cuchillo en el pecho.—Nunca perdonare quien hoce quitarme lo que más amo.
El maknae de Beast comenzó a escupir sangre tratando de detener el flujo de sangre que salía de sus heridas, tenía miedo, no de morir sino de la mirada que lograba ver atreves de esa mascara, esa persona tenía la rabia acumulada en sus orbes, era como si dejara de ser él mismo para convertirse en otra persona, una que deseaba ver sangre, alguien que disfrutaba ver morir a la gente, estiro su mano con temor para quitar esa mascara, es cuando conoció el rostro de uno de los comandante de TS.
—BAP. —Comento en un susurro el makanae. —Ahora entiendo todo.
—No te preocupes. —Decía fríamente el rubio acariciando ese rostro, manchándolo de sangre. —El resto de tu equipo te alcanzara pronto.
Un extraño sentimiento apareció en el interior del mayor, anhelaba ver como la vida de ese sujeto escapaba de sus ojos al suceder ese evento recordó a Moon, se levantó corriendo para ver a su pareja quien estaba en medio de un charco de sangre, lo tomo entre sus brazos, le quito la protección para ver la herida, no era de peligro pero si continuaba en ese lugar se desangraría hasta morir, acaricio su rostro, comenzó a temblar, no podía perderlo, no podía pasar por ese infierno una vez más, era su razón de vivir, ese oxigeno que lo hacía respirar todas las mañanas, beso sus labios, es cuando vio formarse una sonrisa, tenía ganas de llorar, en medio del caos aún ese chico sonreía.
—Diablos han comenzado a llegar sujetos por uno de los pasillos.—Gritaba uno de los mercenarios que cuidaban las habitaciones en el sótano.—Parece que entraron por otro lado.
—Bajen todos a los túneles del sótano.—Les gritaba DadaMato con un gesto de molestia ya que parecía que su pareja estaba en shock.—Tats quítate, debemos salvar a los niños.
—No, tú te regresas.—Grito enfadado el mayor, trono los dedos para que dos personas se acercaran, se quitó la chamarra para ponérsela a su pareja.—Lo siento.
Sin previo le dio un leve golpe en la cabeza para noquearlo, beso sus labios, les ordeno a los mercenarios que lo sacaran de ahí para llevarlo a un Hospital, al ver que una camioneta arrancaba con la persona que amaba adentro suspiro aliviado, saco sus armas para meterse donde el resto de mercenarios había ingresado, no dejaría ningún hombre de Beast con vida, ahora esa venganza era persona, dio inicio a una masacre, estaba furioso, no quería que nadie lastimara a la persona que más amaba, habían despertado un recuerdo celosamente dormido, trato tanta veces de olvidar esa imagen y ahora ahí le volvía a vivir, no dejaría que nadie lo lastimara, esa noche una parte del comandante quedo fracturada, por primera vez mato sin piedad, acabo con todos, no los perdono aun cuando les rogaron por algo de piedad. Estaba sentado recargando su cabeza en una puerta, era el único en ese desolado pasillo de Hospital, su ropa se encontraba ensangrentada, miraba sus manos manchadas de un color rojizo, la misión había sido exitosa entre comillas, pero el rubio no tenía el valor para entrar a ese cuarto donde Up se recuperaba, ya no era él, ya no era el mismo HimChan de antes.
BOA miraba las noticias mientras lanzaba todos los objetos que se encontraban a su alcance, no podía creer que su Seung estuviera muerto, era su amante favorito, lo amaba, por primera vez le temió a TS pensó que los tenía bajo su control, los creía débiles, pero la masacre que habían demostrado era todo lo contrario, de pronto alguien entro.
—Madam encontraron este papel en el cuerpo del joven Seung.—Hablaba un extraño entregando el papel.— Va dirigida a usted.
Boa leyó el papel poniendo una mueca de miedo, se suponía que Jae debería estar llorando en un rincón, de mostrar debilidad, ser un inútil, pero esa nota demostraba lo contrario. "Yuki no existe, nunca existió, dile a tu hermano que esta vez no detendré a mi esposo, dejare que lo mate y no solo deje inútil una de sus manos, tenme miedo BoA, tenme mucho miedo. Con cariño el mejor amigo de tu hermano ", la chica soltó el papel con terror ¿cómo podía ese chiquillo saber la verdad? ¿cómo diablos se había enterado de todo? salió corriendo para buscar a su hermano. El líder de Beast removía los dedos nervioso, no sabía dónde diablos se había metido su maknae, le habían asignado una misión sencilla, de pronto uno de sus hombres le indicaba algo, salió corriendo junto al resto del equipo encontrándose un féretro en la sala, lo abrieron para ver que el mas pequeño estaba adentro con un cuchillo en el corazón, solo una nota a lado que decía "¿Quién es el siguiente? Los matare a todos. Atte TastMato ", el resto del equipo se acercó abrazar el cuerpo inerte del más pequeño.
—La gente que Yeo se llevó eran de nuestros mejores equipos. —Interrumpía un subordinado. —Todos están muertos.
—Quiero que maten a tres chiquillos que se parezcan a este. —Extendía al líder una foto del primer niño que HimChan había rescatado. —Manden las fotos a TatsMato, esto es guerra.
El líder se levantó, sus piernas temblaban, tenía miedo de ese conejo rosado.