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El primer y único amor. por KeikoHikari

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Notas del capitulo:

Y después de mucho tiempo... Jajaja

 

Luca ya no me quiso decir nada más por mucho que le molestara. Yo lo seguía llamando por Luca, pero, ¿Qué pasó con su anterior nombre? ¿Por qué se lo cambió? Al pensar aquello la duda me embargó por completo. Quería preguntarle, pero seguramente él no respondería.

Seguí con mi trabajo, intenté no distraerme pensando en todas la preguntas que tenía en mente, cuando Dylan y Marc se fueron junto a Luca, me quedé solo en el departamento y alguien traqueó la puerta pasados 10 minutos.

-         Adelante. – solté. Me picaba la curiosidad de saber quién sería si nadie había allí menos yo.

-         ¿Está el señor Tinsen? – preguntó la misma chica que el primer día me guió.

-         ¿Tinsen? Aquí no hay nadie que se llame así, creo que se ha equivocado. – respondí extraño.

-         ¿Este no es el departamento de periodismo?

-         No, ese departamento está al final del pasillo, este es el de literatura. – expliqué.

-         Oh, es cierto. Disculpe las molestias. – dijo la chica retirándose.

-         No pasa nada señorita. – De repente oí un ruido que provenía de unos de los armarios que había en el departamento. - ¿Q-Quién anda ahí?

-         ¿Se ha ido? ¿Se ha ido ella? – preguntó una voz desde el armario. Un chico, con pintas de extranjero salió de él. – Que pesada, dijo estirando sus músculo.

-         ¿¡Q-Quién eres tú!? Y, ¿qué haces en ese armario? – curioseé un poco asustado.

-         Disculpa, soy Bob Hilsen, soy el hombre al que está buscando esa chica. Se dedica a acosarme, por eso me he escondido, lo siento ya me marcho.

-         Conozco esa situación. No te preocupes, no diré nada de esto, puedes irte tranquilo. – El chico se fue algo calmado. – Siento lo mismo que ese chico. Pobrecito, lo que le espera.

 

Después de una hora continuando mi trabajo vino el director a verme. Me habían aceptado el traspaso al último piso del edificio, donde había una sala vacía donde podría trabajar. Ya podía recoger las cosas. Cuando el director se fue, pude saltar de alegría, ya no iba a ver más a Luca... Pero no estaba del todo feliz.

-         Buenas tardes Onedra.... ¿Sucede algo? No pareces muy feliz... – interrumpió Luca entrando por la puerta.

-         J-Jefe...

-         ¿Estás bien? ¿Tienes fiebre? – preguntó  posando su mano en mi frente. Mi cara enrojeció.

-         S-Sí, estoy bien. – Aparté su mano de mí. Se quedó mirándome sin apartar la vista.

-         Onedra... – Quiso acariciar mi rostro con su mano pero cambié de tema y me puse a recoger los papeles que habían esparcidos por la mesa. Luca me cogió del brazo y me tumbó encima de la mesa. – Dime lo que te pasa.

-         Nada...

-         Mientes... – Comenzó a besar mi cuello. – Dímelo.

-         ¡Que no es nada! – exclamé.

-         Mentiroso. – Me besó en los labios, como si de de miel se tratara.

-         ¡J-Jefe! D-Detente. – dije entre suspiros. Se fijó en los papeles que llevaba en la mano, los que había recogido de la mesa y me los quitó de un tirón. – ¡N-No!

-         Traspaso de personal... Se ha aprobado el traspaso... – leyó. – Te vas... Al final...

-         S-Sí... – respondí evitando su mirada. Susurró algo que no entendí pero no le presté importancia. – Yo...

-         No tienes que explicarme nada. Al fin y al cabo es mi culpa. –  se disculpó. Después me senté mal de haber tomado la decisión de cambiarme de departamento. – M-Me tengo que ir, adiós.

-         ¡L-Luca! – Él se giró y la verdad era que no tenía nada que decirle, pero sentía la urgencia de que no se fuera. Le agarré de la muñeca y lo retuve durante segundos. Se acercó a mi cara, quería besarme, pero antes de hacerlo paró en seco y se fue. - ¿P-Por qué? ¿Por qué no me ha besado? Siempre lo hace... Pero hoy... ¿Será mi aliento? Es imposible, no puede ser por eso. – No pude parar de pensar en ello. Ya estaba anocheciendo, era hora de volver a casa.

 

Lo primero que hice al volver a casa fue admirar la foto que tenía enmarcada, ahora que me fijaba era verdad, Luca y el chico que salía en mi foto se parecían bastante. No tenía ninguna duda de que era él, pero, ¿todo iba a cambiar tan de repente?

Al día siguiente el nuevo departamento ya tenía preparado mi sitio, mis cosas ya estaban traspasadas, no tenía que pulsar el botón 3 del edificio, ahora era el 4. No quise coger el ascensor, directamente me dirigí a las escaleras, tendría que subir 4 pisos, pero eso era lo de menos. Cuando estaba a punto de llegar al piso 3, vi a Luca estaba apoyado en la puerta que daba la entrada al departamento. Tenía unos papeles en la mano, y parecía estar muy concentrado en ellos. Pero hizo una pelota con los papeles y los tiró a una papelera que había en la esquina y después entró al departamento. Subí lentamente, cogí los papeles y  seguí subiendo, pero con más prisa. Entré al departamento y cerré la puerta, me senté en mi mesa y tomé aire. Aquella pelota hecha de papeles me miraba y yo la miraba a ella, la curiosidad terminó embargándome y la abrí. Era la confirmación que un día yo mismo firmé para ser el secretario de Luca, reconocía mi propia firma. Sentí que aquellos papeles daban por finalizado nuestra alianza entre secretario y jefe. Tal y como Luca dijo un día, no pude terminar mi trabajo, otro fracaso más.

Mi nuevo departamento era más pequeño que el anterior, pero el espacio estaba muy bien distribuido. La sorpresa fue que Bob, aquel hombre que estaba dentro del armario, trabajaba allí. Ya que su mesa estaba mi lado nos hicimos amigos muy pronto. Se parecía mucho a Marc, al que tampoco lo vi durante varias semanas. Tampoco vi a Luca en todo el tiempo que estuve trabajando en el nuevo departamento. Había oído que estaba en un viaje por negocios. Pero un día encontré su coche aparcado en la entrada del edificio, aquella puerta que yo había aboyado ya estaba arreglada. No le había pagado el arreglo así que me surgió la prisa por encontrarle para pagarle. Busqué por todos los departamentos, no sé cuántas escaleras subí y bajé, pero no lo encontré. Pregunté a los demás, pero ya se había ido para cuando ellos me respondieron.

Volviendo a casa, pensé en visitar a Luca y comentarle lo del coche, así lo hice.

Traqueé la puerta y me abrió.

-         O-Onedra...

-         Jefe...

-         Ya no me tienes que llamar así. Y, ¿a qué has venido? – preguntó  finalmente.

-         ¡Y-Yo quería pagarte el arreglo de la puerta! – exclamé. - ¿Cuánto te ha costado?

-         ¿Has venido por eso? No te preocupes, no tienes que pagarme nada, puedes volver a casa. – Cerró la puerta antes de que yo pudiera decir algo. Estaba claro que no quería ni hablar conmigo. Salí de allí y un perro empezó a gruñirme al salir de su casa.

-         P-Perrito bonito... – Intenté salir corriendo pero se me lanzó a la pierna y me mordió, en aquel momento Luca salió de su casa y espantó al perro, pero para eso momento mi pierna ya había comenzado a sangrar. – L-Luca...

-         Es el perro de mi vecina, muchas veces se escapa y a los desconocidos los ataca. Debería de haberte dejado entrar en casa, lo siento mucho. – dijo cogiéndome en brazos.

-         A-Ah... – me quejé.

-         ¿Te duele? – curioseó.

-         S-Sí, me ha clavado muy bien los colmillos en la pierna, si no, no sangraría...

-         Te curaré en casa. Sí, llevas la señal de los colmillos aquí, voy a hacer que la hemorragia cese... Con un poco de esto...

-         ¡Ah! E-Escuece.... Loren yo... – Me tapé la boca después de pronunciar su nombre. No me creía que hubiera dicho eso. Él me soltó una sonrisa picarona.

-         Te hechaba de menos. Lo has recordado todo, eso me hace muy feliz – pronunció ajustándome la venda.

-         Poco a poco los recuerdos me van viniendo a la cabeza...

-         Sabía que algún día vendrían... ¿Te has enterado? Me han comentado que dentro de 2 meses puedes volver a tu antigua editorial. Han pasado más de seis meses desde que estás aquí, estarás cansado de mí y deseando volver allí, ¿no?

-         Dos meses... Yo... No quiero volver... – Sin decir nada más me lancé a sus brazos y lo besé sin pensármelo dos veces.

Notas finales:

Disculparme mucho la tardanza, prometo subir más ahora que estoy de vacaciones!


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