Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Como en la vida real. por InuKidGakupo

[Reviews - 385]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Las letras en cursiva son pensamientos de Vegeta…

Harima Kenji es Piccolo

Habían sido dos semanas verdaderamente calmadas, habría creído que no podría haber respirado en ese tiempo dentro del set, o que un misterioso cocodrilo aparecería de pronto afuera de mi casa con un letrero que dijera “Largo de aquí” o “Renuncia” Pero las cosas habían sido bastante normales, solo había ido tres días para filmar mi parte con Nappa y matar a unos pobres enamorados de un plantea feísimo… o algo así… Piccolo tenía razón al decir que era de los monstruos más bonitos…
Claro, he dicho ya que las semanas habían sido tranquilas, hasta hoy… parecía muy bueno para ser verdad… pero finalmente, la batalla entre Goku y Vegeta, estaba por comenzar…

Suspiró, sentando en la silla de su camerino compartido con un tal Krillin, el cual llevaba afuera mucho tiempo atrás. Estaban en una región montañosa a las afueras de Tokyo, era un lugar vacío y lleno de atmosfera para lo que venía. Sí, mientras se miraba al espejo y contemplaba su armadura, podía sentirlo, la batalla estaba cerca.

Para ser precisos, en una hora, la pelea muy literal, era el encuentro entre el poderoso salvador de la tierra y el malévolo invasor sin corazón. Había hecho un par de escenas cortas esa mañana, donde simplemente se sentaba a observar y se burlaba de todos y todo. Era extraño sentirse tan poco compartido con su personaje. Simplemente no llegaba a comprender del todo el comportamiento irracional de ´Vegeta´.

Tocaron la perta de su camper, anunciando que debía salir a prepararse, filmarían en cuestión de nada. Tomó otro profundo suspiro antes de armarse de fuerzas para salir, abriendo la puerta y bajando de su remolque-camerino, donde se había estado moviendo los últimos días. No quería salir, no quería ir y no quería verlo, sobre todo eso, la idea de una batalla contra Goku en la vida real era más peliaguda que dentro de la serie, y seguramente, más mortífera.

Anduvo hasta donde estaban las cámaras, donde Mio regañaba a los sujetos vestidos de Saibanman seguramente por alguna clase de error, levantando los brazos y haciendo sus ridículas poses como si fuera ella misma la que actuará. Eso lo distrajo levemente, pero un escalofrío lo recorrió cuando una gran sobra se situó a su lado. Giró rápidamente, encontrando a su oponente muy sonriente, tranquilamente a uno de sus costados.

-G-Goku…- dijo, caminado un paso al lado contrario sin poder disimular su miedo y su descontento.

-ha, hola Vegeta…- respondió, y el más bajo frunció el ceño al escuchar el tono tan sutil de su voz. -¿Qué sucede? ¿Por qué esa cara?- preguntó amablemente, y Vegeta tardó unos momentos para reaccionar y acomodar su rostro cargado de impresión.

-N-Nada…- respondió, mientras se cerebro corría en shock ante la idea de Goku portándose amablemente.

Aunque no le duró mucho,  Goku se inclinó al frente y sonrió como si anticipara una victoria. –Pareciera como si hubieras visto un fantasma, campesino…-

Vegeta presionó los labios ante el insulto, retrocediendo un paso y mirando la cara de gusto en la expresión de Goku. “Ya sabía yo que eso era muy raro…” pensó, destilando desprecio por los ojos. Giró su cabeza a un lado y trató de distraerse mirando la ´lucha´ entre ese Yamcha y un saibanman.

-Vamos, quita esa cara, yo solo estoy bromeando…- Goku posó una mano sobre el hombro del otro, la cual fue retirada de un brusco movimiento acompañado por un gruñido, como si se tratara de la cosa más repulsiva del universo. –Vegeta, dime, ¿de verdad me quieres tener como tu enemigo?-

El mencionado miró a Goku, tratando de leer algo en esos ojos cambiantes y esa perfecta actuación que lograba hacer. Su voz se escuchaba sincera, al igual que sus facciones, pero sencillamente era imposible poder creer en alguien que había jurado destruirle. –No, yo no te quiero como enemigo, solo esperaba que pudiéramos llevarnos bien…- respondió con un poco más de firmeza en la voz que la primera vez que se vieron.

-Sí, siento lo de antes, ¿sabes? Ese día en el bar creo que te dije cosas, pero estaba algo pasado de copas, ¿entiendes?- Soltó una risita, rascando detrás de su cabeza y mostrándose amable nuevamente. –Así que en verdad me arrepiento, no quise decir lo que dije… en realidad creo que lo haces bien, y como vamos a estar juntos tanto tiempo, supongo que sería buena idea si fuéramos amigos…-

Vegeta quiso pellizcarse para cerciorarse que no estaba soñando, siguiendo con su vista la trayectoria de la mano de Goku, la cual se levantó gentilmente a modo de saludo, acompañado por una sonrisa emocionada. Era imposible, ¿Acaso era el mismo Goku? ¿De  
verdad Goku lo estaba saludando y pidiendo ser su amigo?
Vegeta se permitió dudarlo, extendiendo su mano con desconfianza y esperando incluso que Goku fuese a retirarla antes de que siquiera pudiese tocarlo.

Pero no lo hizo, y su sonrisa se mantuvo mientras se estrechaban las manos. –Supongo que no confías en mi ahora, ¿cierto?- preguntó casi como si le leyera la mente. El más bajo asintió, soltando su agarre y bajando el brazo. –No te culpo, a veces no sé por qué hago cosas como esas, me disculpo…-

Sí, debía ser un sueño, todos en el set le habían dicho que Goku era un ególatra que jamás pedía perdón o era amable. ¿Estaba mintiéndole? ¿Estaba tratando de verle la cara? No lo supo, y por más que miraba los ojos negros no podía determinar nada. Era como si estuviera diciendo la verdad.

-Mira, para demostrar que somos amigos toma esto…- Goku extendió un par de papeles, los cuales Vegeta recibió con desconfianza.

-¿El libreto?- preguntó, mirando las hojas con diálogos y acciones.

-Sí, en esta parte no llevamos el voceador, y como habían cambiado levemente los diálogos, creí que sería bueno practicar un poco, los dos…- Vegeta levantó la vista algo sorprendido, arrugando el entrecejo con la declaración.

-¿Cambiaron los diálogos?- preguntó extrañado, revisando sus partes y encontrando modificaciones e incluso líneas extra.

-Sí… ¿acaso no te lo dijeron?- preguntó, mirando las hojas con curiosidad.

-No…- susurró, observando cambios también en las partes de su rival. -¿Cuándo las hicieron?- Cuestionó, comenzando a leer sus partes y forzándose a memorizar de nuevo.

-Ayer en la tarde nos lo enviaron a nuestra web, ¿acaso no te diste cuenta?- La manos de Vegeta se apretaron alrededor de las hojas, conteniéndose de golpear su propio rostro.

-No, no revisé nada, no lo sabía…- Goku soltó un siseo, tomando un par de hojas y mirándolas atentamente. –Y yo que ya me había aprendido todo lo anterior…- dijo para sí, leyendo nuevamente los diálogos, los cuales había aumentado considerablemente.

 -Vaya, ¿Qué vamos a hacer contigo, Vegeta?- comentó Goku en tono sutil, regresando las hojas y colocando su mano de vuelta en el hombro del otro. –Anda, tenemos unos minutos antes de ir, podemos practicar…- Vegeta quiso llorar, asintiendo brevemente y alejándose un tanto del grupo de cámaras.

Goku comenzó a recitarlos de memoria, mientras Vegeta los leía y repetía, interactuándolo conforme los movimientos especificados. Pasaron más de treinta minutos cuando Mio los llamó a escena, asintiendo y comenzando a dirigirse a la par.

-Gracias…- dijo Vegeta antes de llegar al lugar de filme entre las montañas.

-No te preocupes, te lo debía después de lo que dije…- sonrío, tomando a Vegeta del brazo antes de que pudiera irse. –Por cierto, olvida lo de la amenaza… ¿quieres?-

Vegeta asintió, sintiendo su brazo ser liberado, al igual que una carga pesada que sentía en su interior, una carga que lo tensaba, pero ahora se sentía liviano, con algo aun de pena, pero ya sin miedo de enfrentarse a Goku. Ambos se colocaron en sus posiciones, donde Goku acababa de salvar a su hijo de las garras de Nappa y le vencía de un solo golpe, recuperando a Krillin y Gohan con una semilla milagrosa.

-Vaya, ya era hora de que te aparecieras, cobarde…- dijo Vegeta, mirando retadoramente a Goku, después de haber eliminado a Nappa de un solo ataque.

-No soy ningún cobarde…- respondió con ese tono serio de batalla.

-Bueno, he estado esperando, Kakarotto, espero y no te rehúses a ir conmigo de regreso a Vegita…- Goku parpadeó varias veces, andando un par de pasos hasta Vegeta.

-¿De que estas hablando?- preguntó, siguiendo el hilo de la idea y conteniendo una carcajada.

-Necesitamos que ocupes tu lugar como jefe de las fuerzas especiales y recuperes la memoria…-

Un grito de horror interrumpió la escena, mientras Mio corría en su dirección, golpeándose la cabeza con las palmas y una expresión de incomprensión sobre su rostro. – ¡¿Qué estupideces estas diciendo?!- gritó, azotando los pies contra el suelo.

-Parece que el loco comenzó a inventar sus propios diálogos…- dijo Goku antes de que Vegeta pudiera decir algo.

-¡¿Qué?! ¡¿Cómo dices eso?! ¡Tú mismo me acabas de enseñar el cambio en el guión!- exclamó dirigiéndose al del Gi naranja, notando hasta ese momento la sonrisa maquiavélica sobre sus labios.

-¡¿Qué cambio de Guión?!- explotó Mio, colocando sus manos sobre sus caderas y enfrentando rudamente a Vegeta. -¡No hemos hecho ningún cambio!-

-¡¿Me estás diciendo que no enviaron un cambio anoche en la web?!- la chica casi se desmaya ante la pregunta de Vegeta, llevando sus manos al frente para lanzarse aire ella misma.

-¡Nosotros JAMÁS haríamos un cambio tan drástico y tan inesperadamente!- explicó, y los ojos de Vegeta se fueron furiosos contra Goku. -¿Tú le enseñaste eso de lo que habla, Goku?- preguntó, ahora girándose al otro.

-Por supuesto que no, estuvimos ensayando en libreto que nos diste hace días…- la voz de Goku se escuchaba igual de atónita que la de Mio, mirando como un completo inocente la situación.

-¡No trates de mentir! ¡Tú me dijiste todo eso! ¡No finjas!- gritó Vegeta, completamente descontrolado.

-Mira las hojas si no me crees, Mio…- propuso Goku, señalando un block que yacía sobre su chaqueta y otras cosas.

La pelirroja hizo una señal a uno de sus ayudantes para llevársela, tomándola y leyendo rápidamente de ellas. –Toma Vegeta, ¡Míralas y dime dónde están esas estupideces que estabas diciendo!- gritó, azotando el grupo de hojas contra el pecho del joven.

El chico las tomo, deseando morir cuando se dio cuenta de que era el libreto original, el que él había leído y aprendido. -¡Tu hijo de…!- frenó sus palabras a penas, siendo sostenido por Mio antes de que se lanzara contra Goku, quien miraba con pura inocencia la situación.

-No trates de echarme la culpa, tú eres el que inventa cosas sin sentido…- declaró, llevando sus ojos a mirar a Mio. -¿Ves? Por eso te dije que no debían contratar gente de campo como esta, son agresivos y suelen hacer estupideces como estas… - comentó, y Mio soltó un gruñido, concordando internamente con su declaración.

-Bueno, no es momento para eso ahora, debemos terminar la escena…- soltó entre dientes, llevando sus ojos de fuego contra Vegeta, a quien tomó rudamente por los brazos. –Mira, Vegeta, tú no sabes todo el esfuerzo que es estar detrás de esas malditas cosas…- señaló las cámaras. –Así que deja de joderme y acaba con tu broma estúpida. Te doy CINCO minutos para que te aprendas el dialogo REAL… y espero que lo hagas bien, no me gustaría tener que mencionarle algo sobre esto al señor Toriyama…-

Lanzó las hojas a él, quien apenas pudo sujetarlas apropiadamente, mirando como la mujer se alejaba masajeándose la sien y lanzando más de mil maldiciones. -¿Por qué demonios hiciste eso?- dijo entre dientes, angostando los ojos y dando un paso hacia Goku, quién se reía de brazos cruzados.

–Que lastima, campesino, una más y seguro te sacan a patadas de aquí…- Respondió, mirándolo con desprecio y odio, en los mismos ojos altaneros que la última vez. -Te dije que te arrepentirías…- agregó sonriente antes de alejarse victoriosamente.

En momentos como esos, prefería mil veces el cocodrilo frente a mi casa antes que esto…

----

-Vamos, no estuvo tan mal…- dijo Piccolo, palmeando su hombro amigablemente. –Seguramente todos lo olvidarán, además, la escena ya está casi lista… ¿no?- Vegeta frunció el ceño, girándose para ver de frente a su amigo, quien no traía el maquillaje verde y lucia su cabello negro peinado con su diadema.

-Ese no es el punto, ¡El problema es que Goku me mintió para arruinarme! ¡Me saboteó!- espetó molesto, pasándose la mano por la frente con exasperación.

-Bueno, el suele ser así… creme no eres el primero al que le hace una broma de este tipo…-

-¡Pero es que esto no es una broma! Parece que va en serio, me quiere fuera…- susurró eso último, soltando un suspiro y mirando el reloj de su camper.

-Ya, calma Vegeta, seguro no te volverá a hacer nada…- volvió a insistir, relajándose sobre su asiento y mirando por una pequeña ventanilla. –Además, hoy es un nuevo día, no deberías preocuparte por el ayer…- se puso de pie, colocándose las gafas negras y guardando sus manos en sus bolsillos. –Y en caso de que lo intente, no te preocupes, yo estaré ahí para ayudarte…- agregó extendiendo un pulgar al aire.

Vegeta suspiró, asintiendo y poniéndose de pie también, extendiendo el pulgar como para confirmar. Ambos salieron, andando hasta unos pocos metros antes de que Goku fuese visto en la distancia. –Hey, Piccolo, vamos par otro lado y…- se giró en su dirección, solo para descubrir que estaba completamente solo. –Harima… eres un…- susurró al verlo coquetear con algunas chicas a lo lejos.

-Hey, Vegeta…- una voz interrumpió sus maldiciones, volteándose para rectificar a la persona. -¿Cómo estás?- preguntó Chi-Chi, con un enorme abrigo negro sobre su vestuario.

-Ho-Hola…- saludó, suspirando y haciendo una leve inclinación involuntaria. –Estoy muy bien… gracias…- respondió, mirando en la chica un poco de la pena que el sentía invadirlo en ese momento.

-Bueno, me refería a como estas respecto a lo que hizo mi hermano…- aclaró, juntando sus manos nerviosamente y llevando su mirada a un lado. –S-Sé que nadie te cree… ¡Pero yo sí! ¡Conozco demasiado a Goku y sé que puede ser capaz de eso!- dijo casi gritando, siendo demasiado notorio el temblor en su cuerpo.

-¿E-En serio me crees?- Vegeta no cabía de la emoción. –Aunque no podamos hacer nada, me alegra que exista alguien consiente aquí…- dijo para nadie en particular, pero Chi-Chi asintió sonriente.

-Bueno, Harima parece llevarse bien contigo…- se apresuró a mencionar, como obligándose a quitar su exclusividad.

-Sí, solo que suele ser un poco distraído…- susurró con algo de coraje en la voz, pues había prometido acompañarlo y lo había abandonado solo un momento después.

-Y dime… ¿T-Te gusta la serie?- cambió de tema, mostrándose un tanto distraída en su pensamiento.

-Amm… bueno… si, supongo…- susurró. –Aunque en realidad no la he visto bien desde el principio. Supe que estabas ahí, ¿Verdad?- Chi-Chi se sonrojó, bajando la mirada y dando un leve asentimiento.

-Goku y yo entramos muy niños cuando entramos a esto…- relató con un poco de entusiasmo. -¡P-Pero es mejor así! ¡Sería muy vergonzoso si lo vieras!- exclamó de repente, agitando las manos al frente como si Vegeta fuese a correr en ese momento a verla.

-¿Vergonzoso? Te he visto actuar, Chi-Chi, estoy seguro de que lo hacías igual de bien que ahora…- Ella no se sonrojó más por que no podía, pero Vegeta era inconsciente de ello, observándola distraídamente mientras rogaba al cielo que Harima volviera pronto.  –Además, tu vestuario era muy bonito, según lo recuerdo…- decidió agregar, sorprendido por la repentina negación descontrolada de la chica.

-¡C-Claro que no! ¡No digas eso!- Vegeta se quedó sin comprender, colocando una mano sobre el hombro de Chi-Chi para que volteara a verlo.

-¿Estas…?- no pudo terminar su pregunta cuando un caliente líquido mojó su cara y parte del pecho.

-Hay, perdóname, no te vi…- Goku dijo, usando el tono de voz más falso que hubiese escuchado antes.

Vegeta levantó la vista para enfrentarlo, encontrándolo con su mano aun extendida sobre él, con su vaso de café goteando lo último sobre su cabeza. -¡Goku! ¡¿Por qué demonios hiciste eso?!- gritó ella, jalando el brazo de su hermano hacia abajo y retirando el vaso de plástico de arriba de Vegeta.

-No sé de qué hablas, hermanita… el café se me ha caído sin intención sobre nuestro compañero… he resbalado…- Tanto Chi-Chi como Vegeta sintieron ganas de golpearlo, provocados por su voz cargada de hipocresía, cinismo y burla.

-Vegeta, ¿te encuentras bien?- preguntó preocupada, mirándolo asentir y girándose a su hermano hecha una furia. -Goku… ¡Ya verás! ¡Te hare pagar por esto y…!-

-Está bien…- interrumpió Vegeta, llevando la vista a su traje y negando con la cabeza. –No ha pasado nada, solo iré a cambiarme y todo estará bien de nuevo…- explicó, mientras Goku ensanchaba su sonrisa.

-Pero Vegeta, Goku ha sido quién…- trató de protestar de nuevo Chi-Chi.

-De verdad estoy bien… solo ha sido un accidente…- masculló, sin levantar la vista y hablando con calma, aunque ambos hermanos pudieron notar sus puños apretados al grado que se notaban sus nudillos blancos.

-Anda, hermana, dejémoslo de una vez…-Goku tomó a la mencionada por el brazo, girándola por la fuerza de regreso. –Me disculpo de nuevo, Vegeta…-

El más bajo emitió un gruñido con esa última provocación, girándose para volver a su remolque cuando chocó contra alguien por no ver el suelo. -¡Hey! ¿Por qué no le dijiste nada? ¡Dejaste que se fuera!- exclamó Piccolo algo sorprendido.

-¡¿Qué querías que le dijera?!- pasó de largo, comenzando a zafar la armadura fuera de él. –No puedo hacer nada…- dijo mientras entraban de regreso a su camerino rodante.

-¿Y qué piensas hacer entonces?- cuestionó, mientras Vegeta cambiaba su camisa azul del fondo.

-Creo que lo dejaré hacer lo que quiera, si respondo a sus provocaciones seguro seguirá molestándome…- Piccolo asintió, recargándose en el umbral de la puerta.

-Tal vez funcioné…- razonó. –Sí, de seguro se detendrá si deja de tener un efecto en ti…-

Para mi suerte ese día pasó más rápido que el anterior, grabamos en resto de las escenas que faltaban, en donde es una pelea mano a mano increíblemente sorprendente, según me dijeron. Fallaría en declarar que esa tarde Goku no volvió a atentar en mi contra, pues cada vez que tenía oportunidad, soltaba golpes verdaderos contra mi persona, de los cuales no podía quejarme, porque según él, “Eran actuados”.
No estoy muy seguro, pero creo que me mantuve indiferente, de verdad me hubiera gustado que las cosas se quedaran en un saboteo a mi guión, un café caliente encima y un par de golpes sin verdadero daño… sí, me hubiera gustado quedarme ahí…
Durante una semana más las cosas fueron tranquilas, y en realidad lo fueron por que no había tenido que verlo más, mi personaje se volvía un mono gigante y yo no tenía que hacer otra cosa más que grabar la voz de la digitalización, la parte de mi escape había sido una toma previa.
Volví al set, debía grabar una toma donde volvía a una base y un monstruo feo llamado Kiwi me decía cosas y yo robaba una de esas máquinas… Para mi desgracia, ahí estaba él de nuevo, sentado con su novia a tan solo unos metros de mí… como odio tener que verlo…

-¡Vegeta!- Piccolo exclamó, llamando la atención del chico nuevamente. -¿En qué tanto piensas? Te estaba hablando de algo importante…- reclamó el moreno, quitándose los lentes para enfatizar su punto.

-Lo siento, no pensaba en nada, continua…- pidió, soltando un suspiro y recargándose en la mesa en donde se encontraban.

-Bueno, la cosa es que ahora todo el equipo está buscando al responsable de tomar esas fotografías… Bulma sí que está molesta…- se permitió reír, mirando de reojo a la chica mencionada a una buena distancia de los dos.

-¿Por qué está molesta?- preguntó Vegeta, mirándola y regresando sus ojos a Harima.

-¡¿Acaso no me estás oyendo?!- exclamó. –A Bulma le tomaron unas fotos en la ducha, luego sacaron copias y las pegaron en la puerta de su camerino… está más que furiosa y desea encontrar al culpable para arrancarle los ojos…- masculló, mirando a otro lado y volviendo a colocarse los lentes oscuros.

-¿Es en serio?- inquirió atónito. -¿Quién puede ser ese degenerado?- soltó indignado, suspirando y mirando en escena a Chi-Chi y Óx-satán gritando como desesperados.

-No lo sé… pero lo que verdaderamente me molesta es que las reserve para él solo…- Piccolo comenzó a reír, seguido por Vegeta quien encontró absurdo su punto.

-Oye, Vegeta…- una voz los interrumpió, girándose a un lado con seriedad recién adquirida. –Mio me ha colocado con Yamcha, ahora sí, el sitio es tuyo…-Krillin avisó, sonriendo y alejándose después con un asentimiento.

-Qué suerte, tienes un camerino para ti solo…- comentó Piccolo, bebiendo de su lata y observando unos momentos las cámaras y el fondo.

-Bah, eso no me importa en lo absoluto…- respondió, tomando la lata de su amigo y bebiendo un poco de su soda. –Anda, tengo que ir a casa a alimentar a mi gato…- se puso de pie, seguido por Piccolo, quién solía acompañarlo hasta la salida del lugar.

-¡Vegeta! ¡Espérame un momento!- gritó Mio, dejando de regañar a los actores e indicando que fuera hasta su sitio. -¡Necesito darte algo!- agregó, extendiendo un pack de hojas frente a ella.

Vegeta asintió, indicándole a su amigo que esperara ahí mientras comenzaba a caminar en dirección a la chica. Suspiró cuando le extendió los papeles, notando que se trataba del guión planeado para dentro de dos días. –Sé que tendrás el chícharo* puesto, pero es mejor que practiques un poco antes de que grabemos…- sugirió, pero el chico sabía que lo decía por su “accidente” del otro día.

-De acuerdo, lo leeré, no te preocupes…- respondió, pero no estuvo seguro si lo escuchó, pues rellenos y demás actores comenzaron a invadir la sala y llamar su atención.

-De acuerdo, confío en ti…- finalizó ella antes de sonreírle.

Vegeta se dio la vuelta, dispuesto a salir rápidamente de ahí, pero solo avanzó alrededor de un metro cuando su rostro estampó contra el suelo en una caída. ¡Una originada por un pie en su camino! Todos parecieron guardar silencio mientras se deslizaba sobre el suelo. Piccolo se aproximó a ayudarle, levantándose más rápido de lo que se creyó capaz, animado por las risas que sonaban por todos lados y las miradas que seguramente estaba sobre él.
Sus ojos giraron de regreso, tratando de no alzar la vista para ocultar su pena, buscando la causa de su caía descontroladamente.

Y quiso llorar, gritar y golpear cuando miró a Goku parado ahí, con una sonrisa y su pie aun extendido al lado. –Hay perdona, no te vi venir…- dijo como si de verdad lo sintiera, escuchando aun risas, incluida la de su amigo Harima, sonando a su alrededor.

-Goku…- susurró, creyendo por un momento que sucumbiría ante sus deseos de golpearlo cegado por esa humillación pública. Pero no fue así, asintió y giró sobre sus talones, ignorando la multitud y las preguntas de Piccolo, avanzando a grandes zancadas directo a la salida.

Suspiró profundo, sintiendo hasta ese momento el dolor físico, uno que no fue de relevancia ante el dolor moral que acababa de sufrir, esa humillación pública tan denigrante. “Ese hijo de perra…” pensó,avanzando más rápido y deseando que sus ganas de llorar solo se quedaran en eso. ¡Acababa de caer frente a todo el elenco de la manera más absurda! ¡Incluso había rebotado y deslizado! Y todo por culpa de ese… quería golpearlo…

Pero se recordó a si mismo que no debía, no podía caer en sus absurdos juegos infantiles y provocaciones, por mucho que quisiera regresarse y borrarle esa sonrisa a punta de golpes. Había prometido no actuar, y estaba seguro que lo cumpliría… seguramente empeoraría más las cosas…

-¡Oye! ¡Espera!- escuchó tras él, y jamás había deseado antes con tantas fuerzas que la tierra lo tragara como en ese momento. -¡Vegeta, alto!- una mano lo detuvo del hombro, obligándolo a girarse.

-¿Qué quieres?- preguntó tajante, presionando la quijada para evitar soltar todos los insultos que tenía preparados.

-Bueno, no reaccionaste como me hubiera gustado, vengo a ver por qué…- dijo Goku cínicamente.

-Bueno, dijiste que fue un accidente, lo creo, eso es todo…- respondió, dando media vuelta antes de volver a ser frenado.

-¡Pero no fue un accidente! ¡Lo sabes!- exclamó Goku, girándolo abruptamente del hombro. -¿No te importa? ¿Prefieres sufrir esto a renunciar por las buenas?- preguntó, soltándolo y cruzándose de brazos.

-Sí, definitivamente no caeré en tus juegos…- declaró el más bajo, sonando un poco agresivo al hablar entre dientes.

-Te recuerdo que esto no es un juego…- dijo el otro amenazante. –Pero de acuerdo, como quieras, solo quiero que sepas que estas ñoñerías que te he hecho no son nada. Yo que tú me iba antes de que me pusiera serio…- Vegeta gruñó, volviendo a darle la espalda y alejándose un paso.

-Haz lo que quieras, no cederé ante tus provocaciones…- finalizó, andando con paso firme a las amplias puertas de cristal en la entrada.

-Bien, solo que recuerda, no descansaré hasta verte fuera de esto…- gritó, dándose la vuelta y andando en direcciones opuestas. –Esto apenas comienza… ya veremos si continuas tan tranquilo…-

Salí rápidamente del lugar, tratando de no pensar en nada y llegar pronto a mi casa, intentando borrar las risas de esos sujetos y el bochorno que crecía en mi rostro con el hecho de recordar mi caída. Ese bastardo. Por más que me hiciera enojar y me tratara como basura, definitivamente no caería en sus juegos.

Tomé en tren de regreso a mi departamento, había obtenido mi paga hace unos días, así que pasaría a comprar algo de comida. Algo decente de comida. Como siempre fui el último en el vagón, mirando el sol naranja resplandecer a mis espaldas, avanzando calmadamente al primer supermercado. Compré más de lo necesario, debía admitir, pero en tan solo un pago, mi primer pago, bastaba para mantenerme más de un mes.

La noche comenzaba a sucumbir, y anduve hasta mi casa, trepando en las escaleras escandalosas de metal hasta el tercer piso. –Estoy en casa…- avisé, siendo recibido cariñosamente por mi gato Sakamoto. –Hey, venga Sakamoto, vamos a comer… muero de hambre…- dije, para luego soltar un suspiro frustrado, muy frustrado, intentando calmarme aun, sin mucho éxito. –Hoy no fue mi día…-

----

El teléfono dio otro toque, haciendo que se revolviera entre las sábanas unos momentos, para luego volver a quedar dormido. Sakamoto comenzó a maullar cuando de nuevo el agudo timbre del teléfono sonó, retumbando en el pequeño edificio. Vegeta se quejó bajo las sábanas, deseando quedarse ahí metido hasta la tarde como el día anterior, pero un toque más de ese aparato y de seguro le explotaría la cabeza. Sacó una mano de entre sus cobijas, tomando el auricular y colocándoselo en el oído.

-Bueno… ¿Vegeta?- habló Piccolo al otro lado.

-Hn…- soltó un gruñido gutural en respuesta, manteniendo los ojos cerrados aun.

-¿Acaso olvidaste que ya pasaron dos días y hoy tienes que venir al set?- preguntó con un toque extraño en la voz.

-Claro que no, pero quedé con Mio a las dos… ¿dime que quieres a esta hora?- murmuró algo molesto.

-Creo que tienes que venir en seguida, algo muy malo paso esta mañana… - declaró, liberando todo su tono preocupado en un siseo.

-¿algo malo?- inquirió, separándose de la almohada e incorporándose levemente.

-Algo muy malo… será mejor que vengas ahora mismo…- apenas terminó de decir cuando Vegeta colgó el teléfono, mirando el reloj marcar las diez y poniéndose lo primero que encontró en el suelo.

Jamás había sido tan rápido para atravesar las calles y tomar el tren, inclusive el hambre se le había ido con la preocupación. “¿algo malo?” se preguntaba sin obtener respuesta, temiendo por algún desajuste en el reparto o cosa técnica… había tantas cosas que no entendía que podría ser cualquiera. Pero una idea cruzó su mente. –Goku…- susurró, bajando de la estación y corriendo a toda velocidad al edificio. “Ese infeliz…”

-¡Hey! ¡Vegeta!- llamó Harima, extendiendo los brazos y corriendo en una dirección.

-Dime que pasa…- demandó, obteniendo una mirada de reojo algo disgustada.

-¿Hablas en serio?- dijo como respuesta, andando más rápido por los pasillos y manteniendo a Vegeta al borde de un ataque de ansiedad.

Vegeta tragó duro al notar a donde iban, pues el lugar a donde se dirigían no era otro más que su camerino. Pero eso no fue lo peor, lo peor es que había una aglomeración de personas frente a su puerta, todos murmurando algo que callaron en cuanto el hizo su aparición tan solo unos metros antes de frenar. -¿Qué sucede?- preguntó despacio a Piccolo, pendiente a las miradas que lo veían entre lo curioso y lo despreciable.

-Encontraron algo en tu puerta… y… en tu camerino…- respondió, abriendo paso para que Vegeta se adelantara a todos y observara la imagen sobre la madera.

Quiso morir con todas sus fuerzas, era una foto de Bulma desnuda, pegada debajo de su placa. Estaba seguro de que Piccolo le había dicho algo respecto a eso el otro día, estaban buscando al culpable para que pagara las cuentas pendientes. ¿Qué hacía eso ahí? Asustado, abrió la puerta, entrando agitadamente seguido por su amigo y otros cuantos. –No puede ser…- susurró, mirando todo y sintiendo la fuerza de sus pies desvanecerse.

Había muchas fotos, varias y estaban esparcidas por todo su escritorio, sillas y habitación. Su respiración se agitó al notar algo importante, todas, absolutamente todas, eran originales, no copias como las que se habían filtrado. Toda la evidencia estaba repartida ahí, en su camerino, revueltas entre sus cosas, acusándolo con cada escena y ángulo. Se sintió frito en ese mismo instante.

Avanzó con paso dubitativo a su tocador, donde descansaba un grupo más grande de papel fotográfico, y con la mano temblorosa y en completo Shock, la tomó, apreciando con claridad cada curva y feminidad de Bulma. Ahogó un gemido agónico cuando recordó las palabras de su amigo venir a su mente. Juró que mataría al responsable de semejante acto.

-¿Por qué lo hiciste?- preguntó Piccolo desde atrás, escuchando hasta ese instante los demás murmullos. “Degenerado”, “Es un completo pervertido”, “ese hombre está enfermo”, “¿Cómo puede ser tan cínico?”.

Todo tuvo sentido en ese momento, sí, definitivamente estaba frito, eran las originales, en su camerino, con demasiados testigos. Aunque lo negara seguramente nadie volvería a creerle. Estaría fuera de Dragon Ball, y no solo eso, Bulma se encargaría de arrancarle los ojos y nunca en su vida podría ser actor. Todo estaba tan perfectamente planeado que se hubiese golpeado la cara contra el suelo por ser tan confiado.

Sus manos se presionaron doblando el papel, sintiendo la rabia ascender y el control desparecer de su cuerpo, invadido por nada más que puro odio y deseos de venganza. En realidad, bastante de eso. Su cuerpo temblaba y cada musculo de su cuerpo se tensó. No hacía falta que le dijeran nada, estaba seguro. –Maldito hijo de perra…- siseó entre dientes. –Esto… Esto… ¡Me lo vas a pagar!-

Continuará…

Notas finales:

Ho, Goku es muy malo, hubo mucho de sus “bromas” en este cap, pero la cosa no acaba aquí ahora que Vegeta ha perdido el control. ¿Qué le dirán a Vegeta ahora? ¿Con que cosa saldrá Goku? Y más importante, ¿Cómo se va a vengar Vegeta de todo esto? Bueno, tendremos que esperar a la próxima.

Piccolo es Harima Kenji de School Rumble y pertenece a Kobayashi Jin.

No sé nada de la funcionalidad de un set o un filme, solo estoy inventando todo.

*El micrófono colocado en la oreja que dicta los diálogos a un actor.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).