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Enredados por Princezz Inuyoukai

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Notas del capitulo:

One Piece no me pertenece, es de Eiichiro Oda... al cula le debo de dar gracias por el ultimo capitulo de la semana XD

Y con esto damos fin a tan extraña historia que escribi.

Capítulo 7.- Por Siempre

-Listo, todo ha vuelto a la normalidad- decía Alvida mientras retiraba la última flor que tenía el cabello de Killer –Ahora será mejor que te laves tus manos, es hora de cenar- se levantó de la cama y se dirigió a la salida -Prepare sopa de Avellanas.

Killer no respondió, aún seguía confundido, pero seguía esperando algo que nunca llegaría. Alvida había cumplido su objetivo.

-Cielo, trate de decírtelo, entiende los riesgos que el exterior trae, el mundo es oscuro, cruel y egoísta. El más fino rayo de Sol puede destruirnos- Alvida salió de la habitación de su hijo, Killer nunca más intentaría salir. Salió rumbo a la cocina donde volvería a fingir ser la amorosa y comprensiva madre que era.

Para Killer las palabras de su madre le eran muy difíciles de creer. Aun tenia oculto la bandera del reino, el que Kid le había comprado. Aun recordaba la tarde de ayer, había pasado muchas sorpresas al lado de sus nuevos amigos y de Kid. Se tumbó en su cama, solo quería descansar. Suu se acostó a su lado, demostrando igual la tristeza que su dueño sentía.

Killer acaricio al pequeño zorrito blanco, si en verdad Kid lo hubiera querido nunca lo hubiera dejado a merced de unos ladrones. Aun viendo el techo recordó todas las cosas e incluso cumplió su mayor sueño, pero a un alto precio.

Miro de nuevo el pañuelo, pero lo que antes le había emocionado, ahora le dolía. Decidió volver a ver el techo, las paredes estaban llenas de sus dibujos, busco distraerse entre ellos, encontraría un lugar para poder pintar uno nuevo, y quizás, esta vez sería un barco.

Justo cuando miraba entre todos sus dibujos, un sol resplandeció ante él. Killer primero creyó que era su imaginación, e incluso se quitó un par de mechones que tenía en la frente, a veces su mismo cabello le daba problemas. De repente entre todos sus dibujos, soles empezaron a resplandecer, era el símbolo del Reino.

Sus ojos se abrieron con sorpresa al encontrarse rodeado de varios soles, entre su mente apareció una imagen o quizás un recuerdo.

Había un pequeño sol frente a él, una suave música se escuchaba por todo el lugar. Quería tocarlo y una mujer apareció frente a él. Le sonrió con ternura y felicidad, un hombre a su lado apareció y coloco en su cabeza algo que desde un inicio era suyo. Una corona.

El recuerdo se desvaneció y Killer casi casi sobre el tocador. ¿Por qué los Reyes estaban en sus recuerdos? Sabía que eran ellos, esa imagen en la Plaza y en su recuerdo, eran los mismos.

-¡Killer! ¿Está todo bien?- pregunto Alvida.

Salió de la habitación, aun con la impresión y la sorpresa en sus ojos… De ser cierto que sus padres son los reyes… ¿Quién era Alvida?

-Soy el príncipe perdido- fue lo que pronuncio a Alvida, la mujer que por 18 años ha estado llamando madre.

-¿Puedes hablar bien, Killer? Detesto que susurres.

-Soy el príncipe perdido- dijo con más seguridad y confianza -¿No es cierto?- desafío a Alvida. Un silencio se hizo presente -¿Estoy susurrando ahora, madre? ¿Debo seguir diciéndote así?- el odio se hacía presente en sus palabras.

-Ah… Killer ¿De dónde sacaste esa absurda idea?- ¿Cómo era posible? No contaba con que un solo día, por un solo maldito día que Killer haya pasado en el Reino haya logrado comprender su origen. ¿Qué había ocurrido en ese lugar? Lo que tenía que hacer ahora era rescatar lo que podía, si es que había algo que rescatar.

-¡Fuiste tú!- Killer la empujo al ver como Alvida se acercaba tratando de abrazarlo -¡Tu hiciste todo esto!

Alvida dejo a un lado su cara de comprensión maternal y mostraba ahora una más seria.

-Solo quería protegerte y ya.

Killer bajo las escaleras.

-¡Pase toda mi vida entera ocultándome y teniendo miedo del mundo que explotaría mi poder, cuando en realidad debía de alejarme de ti!

-¿Y a dónde iras?- pregunto con frialdad –Él ya no te esperara, es demasiado tarde- Era hora de cambar sus planes.

-¿Qué… que le hiciste?- pregunto preocupado. Kid no lo había abandonado… ¡Alvida lo había apartado!

-Ese criminal ira a la horca.

¿Cómo? No podía ser ¡No podía estar ocurriendo eso! Debía de salir ahora mismo y liberarlo.

-Ya, ya, tranquilo, escúchame Killer, todo esto tenía que pasar- Alvida trato de volver a acercarse a él y tocar su cabeza.

Killer detuvo su mano.

-No, tu escúchame ahora, el mundo no es como tú dices que es y yo tampoco soy como tú piensas- Alvida trataba de forcejear para soltarse, pero Killer la sujetaba con fuerza –Te aseguro que nunca jamás dejare que vuelvas a usar mi cabello ¿oíste?- cuando al fin pudo liberarse se golpeó con el espejo que estaba detrás de ella, haciendo que cayera y los pedazos de vidrio quedaron esparcidos.

Killer y Alvida se miraban con odio. Tantos años de lucha y esfuerzo para tener por siempre su juventud no se irían al suelo.

-¿Quieres volverme la villana? Bien, seré una buena villana.

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Iba de un lado a otro, parecía un león enjaulado. ¿Por qué creyó que un tonto acuerdo con dos bandidos sería buena idea? La desesperación lo ahogaba, los barrotes eran demasiado gruesos como para poder doblarlos, las paredes eran muy duras y si intentaba romperlas, lo único que rompería seria sus huesos.

Pensó en derribar la puerta de madera en cuanto saliera, pero por favor, estamos hablando del castillo real, los guardias deberían de estar en todas partes. Nunca lograría escapar.

Recordó la tarde de ayer, todo estaba perfectamente guardado en sus recuerdos, recuerdos que atesoraría hasta su muerte, la cual no faltaba mucho para llegar. Imagino el futuro de Killer, a merced de hombres avariciosos… solo le hacía hervir su sangre. Lo quería y si no salía del calabozo nunca se lo podría perdonar.

Los pasos se escucharon acercarse, el sonido de las llaves golpeándose unas con otras, la oscura habitación se abrió dejando entrar al Capitán y a sus soldados.

-Es hora de terminar con esto.

-¿Qué quieres decir?

La fría mirada fue su única respuesta.

-Oh- sus manos fueron esposadas por unas cadenas tan pesadas, atravesó el pasillo rumbo a su muerte. Miraba de un lado a otro, como si pudiera encontrar algo que le diera esperanzas. Y vaya que lo hizo.

En una celda estaban ellos, Doflamingo y Crocodile, fueron atrapados en su inconciencia y los trasladaron a la prisión.

Solo al verlos fue cuando actuó. Golpeo a los dos guardias dejándolos desorientados. Salto sobre sí mismo, sus manos quedaron expuestas frente a él y así fue como pudo agarrar entre los barrotes a uno de ellos.

-¿Quién les conto sobre él? ¡Dímelo ya!- la furia aterrorizo a Crocodile quien titubeo antes de contestar.

-No… no fue nuestra idea… nos dijo la anciana.

-¿Anciana?- ¿Quien era? No tuvo tiempo para poder encontrar una respuesta, los guardias lo arrastraron hacia afuera -¡No, alto! Esos tontos habian caido en una trampa de alguien mucho mas peligroso. Killer estaba en problemas, debia de ayudarlo ¡Tenia que ayudarlo!

Todo el miedo que sentía por la seguridad de Killer se esfumo cuando vio la horca a través de una ventana, fue cuando temió por su vida. No estaba preparado para morir, no aun cuando alguien dependía de él ahora.

Varias ideas cruzaron por su mente, todas con la intención de huir. Pero todas tenían un final, en el cual salir vivo, era imposible.

Un dulce en la ventana le hizo sentir, sin ninguna razón, un intenso alivio.

La puerta de adelante se cerró abruptamente.

-¿Pero que demonios…? ¡Abran la puerta!- grito el capitán.

La ventanita corrediza se abrió, mostrando a una chica pelirroja.

-La contraseña- cerró abruptamente la ventana.

-¿Qué?- se preguntó el capitán sin comprender la situación.

-No

-Ábrela ya- le ordeno a la mujer.

-Tampoco es esa- le saco la lengua y volvió a cerrar la ventana.

-Tienes tres segundos… uno.

Un hombre con una nariz larga bajo un garfio del techo y jalo a uno de los soldados. No grito y su compañero quedo mudo del asombro.

-Dos…

Un hombre rubio apareció y pateo velozmente al otro soldado hacia una habitación la cual cerró rápidamente. Kid conocía al rubio, era el cocinero que había visto en la aldea de los bandidos.

-Tres…- Al terminar su orden el capitán volteo para darle órdenes a sus soldados, extraño caso fue cuando solo estaba Kid. Ni siquiera pensó que estaba ocurriendo.

La puerta se abrió y la mujer pelirroja golpeo con un sartén tan duro su cabeza que lo tumbo dejándolo inconsciente.

-Funciona bien cierto, la sartén es genial- La mujer pelirroja le rompió sus cadenas que sujetaban sus manos.

-Vámonos- le ordeno y corrieron de los guardias que empezaron a aparecer. Una salida había aparecido. Los soldados se empezaron a reunirse en la plaza.

Alguien lo jalo, era un hombre muy grande y musculoso de pelo azul.

-Inclinado.

-Ya está- seguiría sus instrucciones.

-Brazos así.

-Brazos así.

-Rodillas separadas.

-Separa… ¿eh?... ¿Por qué quieres que separe las…?

No termino su pregunta, pues se encontró flotando gracias al impulso de un salto que lo había hecho caer Dios sabrá donde.

-Buen brinco el que hiciste Eusstas-ya- esa voz sarcástica la reconocería donde fuera.

-¡Después quiero intentarlo yo!- gritaba una voz más joven e infantil.

-No creí que funcionaria, es un alivio- suspiraba alguien.

Abrió sus ojos encontrándose con Law, Luffy y Chopper, donde había caído fue encima del reno.

-¿Qué? ¿Cómo?- preguntaba con cierto asombro.

-Dale gracias a Tony-Ya. Márchense de una buena vez- dijo al momento en el que sacaba su nodachi, pues al parecer no faltaría muy poco para que los guardias llegaran.

-Él nos avisó- le dijo Luffy al recordar como Chopper había llegado muy asustado. Ahora era una buena oportunidad, ya tenía mucho tiempo que no peleaba en serio.

-Chopper- lo nombro -¿Tú fuiste por ellos?- señalo a Law y Luffy- Chopper asintió –Gracias.

-Nah no creas que me halagas por eso cabroncete jijiji.

-En serio muchas gracias, tal vez todo este tiempo solo hubo un pequeño malentendido entre los dos y…

La cara de Chopper le hizo comprender la situación en la que estaban, incluso Law y Luffy lo miró algo extrañados. ¡En serio, nunca más volvería a ser amable!

-Sí, es cierto, hay que irnos.

Gracias a la rápida velocidad de Chopper esquivaron a los soldados hasta caer firmes al suelo donde puedo agarrar mejor velocidad, perdiéndose entre las sombras y árboles del bosque.

Chopper era un experto en encontrar a alguien por el olfato, por eso cuando supo que debían de ir directamente por Killer rápidamente empezó a guiarse por el aroma que el rubio traía. No le costó nada encontrar la torre.

Kid rápidamente se bajó de Chopper y corrió hacia la torre.

-¡Killer!- no hubo respuesta -¡Deja caer tu cabello!- grito desesperado, necesitaba saber que él seguía ahí, que estaba a salvo.

Seguía sin una respuesta y eso lo inquietaba más. Estuviera ahí o no, subiría esa torre y buscaría alguna pista de a donde pudo haberse ido. Se propuso a escalar por las piedras usando toda su destreza, no le importaba si se cortaba la mano.

Se detuvo cuando escucho un pequeño ruido arriba ¡Alguien estaba ahí! Una enorme y larga cascada de cabello dorado cayó justo frente a él. Lo atrapo y pudo escalar mejor y fácilmente entro por la ventana.

-Killer, creí que no volvería a verte- apenas dio unos pasos, vio al rubio en una esquina, estaba amordazado -¿Qué te…?- un dolor punzo en su costado y sintió el filo adentrarse en su carne.

La daga salió, dejando dolor y sangre. Cayó al suelo, sosteniendo su herida, la vista se le nublo por un momento y le costaba escuchar alrededor. Estaba mal, había sido herido, pero nunca hasta este punto.

-Mira lo que has hecho Killer, descuida tesoro, nuestro secreto muere con él- escucho la voz de una mujer, levanto la vista y se topó con la que supuestamente debía de ser quien les puso la trampa –En cuanto a los dos- se acercó a Killer y jalo las cadenas –Nos iremos a donde nadie te pueda encontrar.

Veía a Kid en el suelo, agonizando… si el moría en ese momento, el dolor y la culpa seria insoportable.

Debía de ayudarlo, quería sanarlo… saber que estaría bien. Por eso empezó a forcejear contra las cadenas que Alvida trataba de jalar.

-Killer basta ya ¡Para de pelear conmigo!

Todo el cariño y miedo que le tuvo desparecieron dejando solo resentimiento ¿y todo porque? Por su cabello, lo había alejado de todos.

-¡No!- la mordaza había caído -¡No lo hare jamás, por cada minuto de mi vida voy a tratar de pelear, siempre tratare de alejarme de ti!... pero si me dejas salvar su vida, iré contigo.

-No- escucho un hilo de voz.

-No voy a pelear y jamás tratare de escapar, solo quiero sanarlo y me iré contigo, para siempre. Todo será como antes, pero por favor, por favor, déjame sanarlo, madre.

Alvida no era tonta, pero conocía muy bien a Killer y este joven siempre cumplía sus promesas, así fue como lo crio. Libero a Killer y encadeno a Kid, en esos momentos él le preocupaba más.

-En caso de que se te ocurra seguirnos.

-¡Kid!- Killer se inclinó sobre él –Lo lamento, pero ahora todo irá bien.

-No puedo dejarte que lo hagas.

-Yo no puedo dejarte morir así- Killer tomo su mano –Yo voy a estar bien.

Kid sabía que él mentía. No lo estaría, no con ese poderoso cabello. Su bendición era una maldición al mismo tiempo… si solo hubiera algo que pudiera hacer para liberarlo, lo haría sin dudarlo.

-Espera…- lo detuvo antes de que empezara a cantar, su mano había topado con algo filoso. Se inclinó hacia él, dio una suave caricia a su cabeza y en un descuido, en un solo descuido, tomo el cabello que estaba desde su cadera cortándoselo con el trozo de vidrio.

Killer abrió los ojos con fuerza, su cabeza se hacía más ligera y su cabellera hasta la cintura empezaba a volverse un rubio pálido… el dorado se desvanecía.

-Kid ¿pero porque…?

-¡¿Pero qué has hecho?!- grito Alvida –No, no, ¡No!- grito cuando vio su reflejo en el espejo roto. Todo lo que más aborrecía de la vida empezaba a aparecer frente a ella, su verdadera forma, una anciana. La humillación la hicieron desesperarse, caminaba sin rumbo hasta que tropezó con uno de los cabellos de Killer, que la hizo caer por la ventana.

Killer se levantó rápidamente y se acercó a la ventana, lo único que estaba en el césped, era una capa con polvo. Recobro el sentido cuando se dio cuenta de que sin su cabello no podría curar a Killer.

-Respira, estarás conmigo- le suplicaba, poso una de sus manos sobre el cabello pálido que ahora tenía –Flor que das fulgor… con tu brillo fiel, mueve el tiempo…- pero no funcionaba.

-Killer…- el frio ya estaba por todo su cuerpo, sus latidos se hacían más débiles, el dolor cuando respiraba, ya no había marcha atrás, la muerte ya estaba esperándolo. Antes de irse quería que por lo menos Killer supiera porque había hecho esto. –Tu ere mi nuevo sueño.

Killer sonrió al escucharlo –Y tú el mío- Lo llenaron de alivio, aquella mujer estaba muerta y sin su cabello mágico, Killer estaba a salvo, esto valía la pena y mucho.

Todo se oscureció.

El dolor finalmente salió de su pecho, Kid estaba muerto y nunca más volvería a ver sus ojos.

-Quita enfermedad y el destino cruel… trae lo que perdí… volviendo lo que fue… a lo que… fue.

El canto era entonado con una tristeza, las gotas de lágrimas cayeron sobre el cuerpo de Kid. Killer vio un pequeño resplandor nacer de una de las lágrimas, su don no solo estaba en su cabello. La luz se expandió formando una flor dorada y el milagro ocurrió. Aquella magia le había devuelto la vida al inerte cuerpo de Kid.

Kid despertó del más pesado y agotador sueño que pudo haber tenido en toda su vida.

-¿Ya te dije que eres el mocoso más agotador que he visto en toda mi vida?- fue lo primero que se le vino a la mente para aliviar la tensión y tuvo efecto, Killer le había golpeado y después lo abrazo.

-Estas loco.

-Por ti- le levanto la mirada y al fin pudo sentir aquellos labios. Abrazo con fuerza al chico rubio, del cual estaba perdidamente enamorado.

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Ir hacia el castillo no era una buena decisión, Kid era un fugitivo y entrar así al reino era muy riesgoso. Haber sido ayudado a escaparse gracias a los criminales más buscados no ayudaba en su expediente. Al principio los guardias no creyeron en sus palabras, pero de no ser por la intervención de Chopper y el parecido de Killer con los reyes, él ya estuviera en la horca y la verdad, casi morir dos veces en un día te deja muy agotado.

Uno de los soldados salió corriendo rumbo al Salor Real, que era donde los reyes pasaban su tiempo.

Cuando al fin entro al lugar, los reyes lo miraron algo sorprendidos.

-La princesa- fue todo lo que pronuncio, y solo eso basto para que ambos adultos salieran corriendo afuera del palacio.

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-No puedo creerlo, lograron escapar de todos esos guardias- decía Kid al saber que Luffy y los demás habían conseguido derrotar y huir de los guardias, pero más que nada lo hacía para que Killer se distrajera, el chico estaba nervioso.

-No sé qué hacer- se enfrentaría a la realidad, conocería a sus padres. Sabía que sus padres amaban a su hijo perdido, la prueba eran las linternas. Pero las dudas lo asaltaban ¿lo reconocerían? ¿Qué les diría cuando los viera? ¿Lo aceptarían? ¿Qué sería de Kid y los demás ahora que es un príncipe?

Kid veía el miedo en sus ojos, sonrió levemente y tomo una de sus manos.

-Todo estará bien- le aparto unos cuantos mechones largos que tenía en su frente.

La puerta se abrió rápidamente, voltearon enseguida, un par de figuras estaban en el umbral. La reina dio el primer paso, se parecía a Killer, su mismo color de cabello, sus facciones. Killer dio un paso hacia ella. Sus ojos se encontraron, miles de emociones aparecieron entre ellos.

Los reyes y Killer al fin encontraron la respuesta, ellos eran una familia. La Reina abrazo a su hijo y seguido del Rey quien abrazo a ambos.

Kid veía la escena feliz, después de muchos años al fin había hecho algo correcto.

La Reina alzo la vista agradeciéndole con la mirada, extendió una mano hacia él, Kid lo tomo, creyó que sería solo un leve apretón de manos, no conto que lo uniría al abrazo familiar.

Bueno, desde ese día varios sueños empezaron a hacerse realidad.

Se abrió un nuevo restaurante llamado “El Baratie” la comida ahí era deliciosa, el problema era el chef y el cocinero que peleaban en el lugar. Una nueva tienda de bromas y fuegos artificiales fue abierta y es la numero uno en ventas de todo el reino. Una nueva estrella musical había aparecido y su música era la más solicitada por todas las jovencitas.

Law y Luffy cumplieron su sueño, Law es uno de los mejores doctores y Luffy se reunió con sus hermanos. Gracias a Chopper, la actividad criminal estaba casi desaparecida… al igual que los algodones de azúcar. Suu nunca cambio y sigue siendo el mejor amigo que cualquier niño pudiera tener.

En cuanto a Killer al final estaba de vuelta con su familia y no había día en el que no sonriera. Si se preguntan qué paso entre Killer y yo, si nos casamos, después de largos, largos, largos, largos años de propuestas y suplicas, al final accedí.

-¿Kid?

Ok, yo le suplique.

Y ahora vivimos felices para siempre.

Fin

Notas finales:

Colorin colorado este fic se ha acabado.

Esto inicio como un cuento que le lei a mis hermans y decidi traerselo a otras personitas tan locas como yo n.n

Pssttt de esta imagen tambien saque la loca idea: http://iprincezzinuyoukai.tumblr.com/post/74563034344/rooster-kun-my-brain-is-rusty

Solo quiero decirles que me diverti mucho  haciendo esta historia y leyendo los reviews que me dejaban :p

Quiero decirles que esto es solo una de las primeras historias que tengo pensado adaptar de las peliculas con mis OTPS el proximo que viene es Frozen con el ZoSan :D pronto dejare en mi perfil que OTPS tengo pensado escribir XD

OMG aun no puedo creerlo mi primer fic terminado :,D llorare de la alegria TTwTT

Inner: Ahora si, ya puedes seguir con los otros fics ¬¬

¡Asi lo hare!

Espero y les haya gustado dejen sus reviews, mas tarde los contestare, los quiero mucho a todos

Sayonara Minna-san


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