"Sentimientos Revelados"
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— ¡Hokage encogí a mi Dobe!...
— ¿Cómo que tú lo encogiste? —preguntó totalmente furiosa la rubia ignorando la parte en que el azabache dijo “mi Dobe”.
—Bueno, técnicamente, yo no lo encogí, pero fue mi culpa. Unos ninjas misteriosos aparecieron de repente y usaron un jutsu extraño en mí, pero Naruto me aparto antes de que el jutsu me afectara a mí, ocasionando que el quedara de este tamaño —explicó el azabache sintiéndose muy culpable—. Y ahora no sé porque el Dobe se siente tan cansado, ni tampoco sé porque no ha despertado —murmuró el azabache muy preocupado, mientras veía al blondo dormir en sus manos.
—Tranquilo —la Hokage suspiro con cansancio, mientras se disponía a acercarse al diminuto Uzumaki—. Por ahora lo importante es verificar que Naruto se encuentre bien así que pásamelo —dijo un poco calmada.
—Está bien —respondió Sasuke de manera sumisa mientras ponía al blondo con cuidado en el escritorio de Tsunade.
—Bien veamos cómo esta —la rubia se dispuso a revisar que Naruto no estuviera herido y confirmar al cien por ciento sus sospechas acerca de aquel jutsu—. Por el momento Naruto solo está durmiendo y gracias al cielo no tiene heridas —dijo Tsunade aliviada, cosa que alegro al azabache— .Pero sobre el jutsu, yo no puedo removerlo —reveló la rubia totalmente seria.
— ¿Qué?, pero si usted es la mejor ninja médico y también es la Hokage, ¿por qué dice que no puede removerlo? —preguntó el Uchiha completamente alterado.
—La rubia suspiro con preocupación—. Verás, este jutsu es muy antiguo, de hecho se creía que solo era un mito, ya que no muchos lo conocen. Los rumores que se han escuchado acerca de este jutsu, son de que la aldea que lo creo, vivía entre las sombras y que nadie conoce el nombre de dicha aldea, Lo único que se acerca del jutsu de encogimiento es que no solo encoge al oponente, sino que también quita toda habilidad y control de chakra y eso también explicaría porque Naruto está muy cansado ahora —explicó Tsunade en tono serio y preocupado.
—Entonces el Dobe no podrá ni defenderse de los insectos —, murmuró Sasuke en tono alarmante.
—Así es y eso es lo que me preocupa —afirmó Tsunade mientras veía a Naruto—. ¡Shizune! —gritó Tsunade.
— ¿Si?, Tsunade-sama —murmuró la nerviosa asistente de la rubia, mientras entraba a la oficina.
—Acércate y te lo digo al oído —ordenó Tsunade.
—Shizune se acercó y cuando vio a Naruto se sorprendió, pero no dijo nada y se dispuso a escuchar a Tsunade—. ¿Qué necesita Tsunade-sama? —preguntó Shizune.
—Tsunade se acercó a su oído—. Consigue algo de ropa para Naruto —pidió en tono malicioso. Ella mejor que nadie, sabía que en ninguna tienda había ningún tipo de producto para niños y solo había para niñas lo que significaba ropa para muñecas—. Y también consigue la mejor casa de muñecas que haya en la aldea —ordenó burlesca, de alguna manera, debía sacarle provecho a ese inusual jutsu.
—Enseguida vuelvo Tsunade-sama —respondió Shizune y se fue con prisa.
— ¿Ropa?, ¿casa de muñecas? —inquirió con extrañeza el azabache.
—Sí. Una casa de muñecas para que pueda dormir con calma, ya sabes, para que no se altere cada que despierte y vea todo gigante —explicó con calma la rubia—. Y por si no te diste cuenta, Naruto no puede andar por allí con un trozo de tela que casi no le cubre nada, por eso pedí ropa.
—Sasuke se dio cuenta de eso y se sonrojo al saber que él fue el primero en ver al rubio así—. Tiene razón —murmuró, mientras desviaba su mirada hacia otro lado.
—Ahora que lo entendiste, espero que lo puedas cuidar bien con todas estas facilidades que te estoy dando…
— ¿Qué?, yo ni loco cuido al Dobe —alegó en tono frio el azabache.
—Es lo menos que puedes hacer por él —Tsunade estampó su puño con fuerza, muy molesta por la actitud del azabache.
—Yo…yo no quiero esa carga —mencionó en tono frio y molesto.
—Bueno entonces lo dejare con Sai. Sí, creo que el sí cuidaría bien a Naruto —dijo la rubia en tono malicioso, ya que sabía los sentimientos del ambu hacia el Uzumaki y también sabía que Sasuke reventaría de celos.
—No es necesario que llame a esa copia barata, ya que yo lo cuidare. —respondió Sasuke totalmente serio y molesto.
—Eso pensé —susurró la rubia muy divertida por el repentino cambio del azabache—. Bueno será mejo…—pero no pudo terminar de hablar porque, justo el diminuto problema había despertado por fin.
— ¡Oba-chan! —gritó Naruto muy sorprendido al ver el tamaño de Tsunade y recordó todo lo sucedido—. Yo sigo siendo pequeño, entonces no regresare a mi tamaño normal —murmuró preocupado por ese terrible problema.
—Tranquilo Naruto encontraremos la forma de regresarte a la normalidad, pero por ahora te quedaras con Sasuke —informó Tsunade totalmente seria.
—Pero yo no quiero ser una carga —susurró el Uzumaki con preocupación, ya que aún recordaba como lo había tratado Sasuke anteriormente.
—No lo serás y no reproches más —respondió la rubia en tono amenazador—. Ahora a esperar a que llegue Shizune —murmuró en tono malicioso.
— ¡Tsunade-sama ya llegue! —anunció la chica de negros cabellos, mientras entraba—. Aquí está la casita de muñecas que me pidió y es la mejor que encontré —dijo con cansancio, mientras ponía una casita de muñecas de dos pisos en el escritorio—. Y sobre la ropa, pues pude conseguir ropa interior para hombre, pero la ropa para vestir. Solo pude conseguir kimonos, los menos femeninos que pude encontrar —explicó completamente apenada, mientras ponía una pequeña bolsa llena de kimonos para muñecas.
— ¿Para qué es todo esto oba-chan? —preguntó curioso el blondo, por alguna razón, sentía que aquello no era nada bueno para él.
—La casa es para que vivas mientras te regresamos a la normalidad y la ropa es para que la uses —explicó de lo más normal la rubia.
—Me conformo con la casa, pero esa ropa es de niña, ¿qué no había para figuras de acción? —preguntó el blondo mientras se cruzaba de brazos y hacia un mohín.
—Lo siento, pero últimamente solo las niñas compran juguetes y por esa razón los comerciantes no han hecho pedidos para los niños. —explicó de manera nerviosa Shizune.
—Yo no me voy a poner esa ropa —sentenció Naruto con un mohín, aun con ese tamaño, él tenía dignidad, no importaba que fuera un doncel.
—No discutas y ponte este —ordenó Tsunade mientras le daba un kimono naranja con tonalidades negras y con bordados en forma de flores blancas.
—Ya que —murmuró Naruto sin ganas mientras tomaba la ropa y entraba a la casa, sin duda alguna, ahora con ese diminuto tamaño, la rubia Hokage daba más miedo que nunca—. Listo, ¿contenta? —cuestionó el blondo mientras salía de la casita.
—Tsunade lanzo un leve grito al ver lo lindo que lucía ese diminuto rubio—. Te ves tan adorable Naruto —mencionó en tono meloso.
—Sasuke al ver a Naruto casi se le desangra la nariz—. “Maldito Dobe y su cuerpo tentador” —pensaba el azabache mientras veía al Uzumaki lujuriosamente.
—Bien, Sasuke te lo encargo mucho y cuando tenga noticias te llamo entendido —dijo en tono serio la rubia.
—Como sea —respondió Sasuke—. Dobe entra a la casita —ordenó el azabache.
—Sí —susurró Naruto de manera nerviosa, mientras entraba a la casita.
—Toma Sasuke-kun esta es la ropa —mencionó Shizune, mientras le entregaba la bolsita de ropa a Sasuke.
—Sí, si como sea —dijo el azabache mientras agarraba la bolsa y la ponía en la casita—. Bien Dobe sujétate de algo porque no voy a ir lento —advirtió seriamente.
—Sí —respondió el Uzumaki, mientras se agarraba de lo primero que encontró.
Sasuke salió a toda velocidad hacía el barrio Uchiha para ir a su casa y cuando estuvo a punto de llegar alguien lo llamo haciendo que detuviera su apresurado andar.
—Dobe será mejor que te quedes callado y por nada salgas de la casita, ahora vuelvo —ordenó Sasuke mientras asentaba la casita algo lejos de él.
—Sasuke espera yo…—pero dejo de hablar cuando vio que Sasuke ya se había alejado de él para acercarse a Sakura.
—Sasuke-kun que bueno que llegaste —mencionó emocionada la chica en un tono extremadamente meloso, mientras se colgaba del brazo del azabache.
—Sí, si como sea —dijo Sasuke con indiferencia.
— ¿Qué pasa Sasuke-kun?, ¿te dejo de mal humor Naruto? —preguntó con enojo la peli rosa.
—Sí —fue la corta respuesta del azabache.
—“Ese estorbo” —pensó con odio la peli rosa—. Pues ve el lado amable, Naruto no se encuentra aquí con nosotros.
—Sí, eso es lo bueno —respondió Sasuke con indiferencia sin recordar que Naruto no estaba muy lejos de él y que podía escuchar la conversación.
—Naruto veía y escuchaba a la pareja hablar mal de él —. “Si es así como piensa, no quiero que él me cuide” —pensó con mucha tristeza el Uzumaki, mientras salía de la casita—. Mejor voy a buscar a oba-chan para decirle —murmuró, mientras comenzaba a caminar.
Naruto comenzó a caminar y se alejó del lugar y tuvo mucha suerte que no hubiera gente por los alrededores. Continuo caminando hasta llegar a un parque que estaba muy lejos de Sasuke según él, pero en realidad estaba a dos cuadras de donde estaba el Uchiha.
Y de verdad tenía mucha suerte de que en el parque no hubiera nadie, así que decidió entrar, ya que era más rápido cruzarlo que rodearlo.
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Sasuke seguía hablando con Sakura hasta que esta se fue, así que el azabacho, por fin decidió ir por Naruto para seguir su camino, pero cuando agarro la casita, vio que el blondo no estaba en esta.
Se asustó mucho y comenzó a buscarlo, pero era difícil encontrarlo y más si el blondo era tan pequeño como una muñequita, eso hacía que se preocupara mucho y más cuando vio que el cielo quedaba negro, señal de que se avecinaba una gran tormenta. Siguió buscando como loco, temía que algo malo le pasara al blondo.
—Más te vale que estés bien Dobe —murmuró con demasiada preocupación.
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Naruto seguía caminando cando comenzó a llover, así que trato de acelerar el paso, pero se le hacía difícil caminar entre la arena mojada. Sasuke al ver que comenzaba a llover se preocupó aún más y acelero el paso, pero por más que buscara no lograba encontrar a Naruto.
Naruto caminaba con mucho trabajo y la lluvia se lo hacía más difícil ya que había arreciado convirtiéndose en un diluvio para el pobre Uzumaki y todo empeoro para el pobre cuando paso cerca de un hoyo en el cual resbalo y cayó en este que para Naruto se había convertido en un pozo sin fondo.
Sasuke buscaba como loco, pero no encontraba al blondo, por suerte paso por el parque y algo le dijo que entrara, lo cual hizo y cuando entro vio a lo lejos al pequeño blondo luchando para no ahogarse en ese hoyo, corrió a toda velocidad hacia él y cuando llego rápidamente lo tomo entre sus manos; el blondo se veía tan indefenso en esos momentos si no hubiera llegado a tiempo el azabache jamás se lo hubiera perdonado.
—Dobe te dije que te quedaras en la casita —dijo Sasuke en tono frio e indiferente para que el blondo no se diera cuenta cuan preocupado estaba.
—Cof, cof, cof —apenas y recuperaba el aliento—. ¿Y para qué? —preguntó el blondo en tono molesto—. Para que tú y Sakura se burlaran de mí —externó con enojo Naruto, abrazándose a sí mismo mientras temblaba por el frio que tenía en esos momentos—. Mejor llévame con oba-chan —pidió en tono serio—. Pero antes déjame decirte algo, ¡YO TE AMO!, y la razón por la que te rechace fue porque quería que cumplieras tú sueño de renacer tu clan y después de eso me entere de que yo era doncel y que podía darte hijos, quise decirte pero, me trataste como basura —explicó de manera rápida el blondo—. Ahora veo cuanto me amabas —susurró con amargura—. Así que mejor déjame con oba-chan y olvida lo que te dije. Mejor vete con Sakura —término de decir tembloroso.
—Ante la revelación de Naruto y la explicación que le dio para rechazarlo Sasuke se sintió como un completo idiota, ya que por fin entendió que el blondo paso por todo ese sufrimiento, porque lo amaba, también supo que si el Uzumaki lo llegara a perdonar, algún día tendría la oportunidad de tener una familia a lado del blondo—. Naruto, yo lo siento —susurró el azabache—. Es que cuando me rechazaste pensé tantas cosas y luego llego Sakura a declarar sus sentimientos otra vez, así que decidí salir con ella, lo siento, por favor perdóname… y sobre Sakura, yo no la amo ni siquiera la había visto desde ese día que querías hablar conmigo —murmuró Sasuke totalmente arrepentido—. Y sobre las cosas que te dije y el trato que te di… no debí hacerte sufrir por favor perdóname.
—Si es cierto eso respóndeme algo, ¿en verdad me amas? —preguntó Naruto con algo de esperanza de estar con Sasuke.
—Sí, siempre te he amado y siempre te amare —admitió el azabache—. Y ¿tú? —preguntó el azabache que aunque sabía la respuesta quería escucharla otra vez.
—Sí, yo también te amo —respondió el blondo muy sonrojado.
—Entonces ¿nos damos otra oportunidad? —preguntó el azabache algo nervioso.
—Creo que sí —dijo muy feliz el blondo.
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Después de esa revelación Sasuke llevo a Naru a su casa puso la casita encima de su mesa de noche para tener al blondo cerca y preparo agua tibia en un pequeño traste para que el blondo se bañara, mientras él se bañaba en la bañera, luego comieron y se fueron a dormir.
—Dobe, ¿estas cómodo allí? —preguntó el azabache viendo la casita.
—Sí, aunque yo quisiera estar de mi tamaño y dormir en mi cama —murmuró Naruto sin ánimos de hablar.
—No te preocupes si es necesario yo mismo te regresare a tu tamaño —contestó decidido el azabache.
—Yo sé que lo harás —comentó el blondo con una sonrisa—. ¡Buenas noches Sasuke! —susurró, mientras comenzaba a cerrar los ojos.
— ¡Buenas noches Naruto! —susurró Sasuke haciendo lo mismo que el Uzumaki.
Los dos se durmieron sin darse cuenta de que afuera de la casa había alguien que los observaba divertido en especial al pequeño Naruto.
Continuará