Kai camino llevando en brazos a su líder hasta la camioneta, el menor no dejaba de aferrarse a su ropa su pena fue abandonada apenas unos minutos antes, su mirada se encontraba incrustada en la nada, en el vació, dentro del auto se acurruco en el pecho de la única persona que le quedaba, necesitaba saber que aun alguien a su alrededor respiraba, el intenso dolor recorría cada célula de su piel, lo invadía carcomiéndolo desde las entrañas, su respiración se volvió pesada, el único grupo sobreviviente llegó a un viejo departamento solo habían sido unos cuantos sobrevivientes, Kai llevo a Up a la cama de una de las habitaciones donde busco arroparlo.
—No te vayas, no quiero quedarme solo.—Dijo en un susurro el castaño colgándose del cuello del pelinegro quien mantenía su mano en forma de puño.—Dime que todo es mentira, debe serlo, ellos no pueden estar muertos,
—Todo va estar bien.—Logro articular acariciando el cabello del menor. —Déjame tratar tus heridas, debo curarlas.
JongUp se dejo caer en las almohadas girando su rostro hacia la derecha, sus ojos habían perdido el brillo que lo caracterizaban, deseaba creer que todo era otra sucia broma del destino, que sus hijos como su prometido estaban vivos, que lo esperaban sonriendo en algún lugar, cerró los ojos al sentir una punzada en su mano, no podía moverla, la sangre broto de ahí al igual de la herida de la pierna, trataba de ser fuerte pero ya no le quedan fuerzas, ni voluntad, su esperanza se había desvanecido así como sus sueños.
—Debemos movernos rápido me contactare con “kitty” para que venga por nosotros.—Hablo Kai vendado la herida de la rodilla.—Nos esconderemos hasta que todo termine.
—No, quiero al maldito soplón y a Tower, los matare con mis propias manos.—Espeto el menor apretando su mano lastimada.—No me esconderé como un cobarde, quiero ver morir a esos bastardos.
El mayor abrazo nuevamente a Up quien comenzaba a llorar una vez más, no había aguantado más tiempo retener aquel flujo de dolor, Kai se aferro a él como un desesperado, ese no era el futuro que deseaba para la persona que amaba, le dolía verlo de esa manera, tan frágil, tan indefenso, su corazón se quebranto al escuchar una vez más unos sollozos, ese no era el destino que merecía un ser tan maravilloso como su líder, beso su cabello, daría su propia existencia por que HimChan y los niños estuvieran vivos, se sentía culpable, ¿Cómo habían burlado su seguridad? Cómo descubrieron su ubicación? ¿Cómo supieron a qué lugar iban? El de deseo de una venganza se extendía por cada celular de su piel, la infectaba con saña, mataría a cada una de las personas de las que desconfiara, remendaría sus errores.
—Prometo que cumpliré tu deseo.—Hablo dulcemente el pelinegro besando el oído del menor.—No descansare hasta darte tu ansiada venganza.
—Tráeme al traidor.—Grito el menor aferrándose a su espalda.—Te ordeno cumplir tu promesa.
El más alto afirmo con la cabeza, beso la frente del castaño, acaricio sus mejillas, las limpio con un paño húmedo, cada línea en ese bello rostro fue acariciada dulcemente cuando llego a los labios no soporto más, lo beso, al inicio con temor pero poco a poco la valentía se unió a su cuerpo, era el sabor más dulce nunca probado, lo había olvidado, saco una jeringa del botiquín para después inyectarle el contenido, era un calmante que lo obligaría a dormir por un par de horas, observo como Up lentamente caía en los brazos de Morfeo, “HimChan” esa frase escapo del sub consiente del recién dormido.
—Te amo.—Dijo en un susurro tocando nuevamente sus labios aquellos que no dejaban de decir el nombre del líder muerto.—Te amo sobre cualquier cosa en este mundo, yo lo reviviré por ti.
Tomo la ropa manchada así como el collar que le había quitado a su protegido, saco su arma de su pantalón al abrir la puerta lo primero que hizo fue dispararle a la cabeza del resto de los mercenarios que habían sobrevivido, a sangre fría se deshizo de ellos, debía borrar cualquier evidencia que los atara a TS, no podían darse el lujo de seguir teniendo una escolta que tal vez los había vendido, cuando todos cayeron se recargo en la puerta cerrándola con un movimiento de cadera se dejó caer en el piso, las lagrimas escaparon de sus ojos, la ropa como el collar fue a dar con el frio cemento, un crack se escucho llevo su mirada al objeto lo tomo entre sus manos, ahora lo sabía todo, ahora comprendía gran parte de un maquiavélico plan, todo ese tiempo fueron engañados por la persona en quien confiaban, ese maldito medico.
Flashback
Kai tomaba asiento a lado de su líder quien miraba con duda un dije que colgaba de su cuello, lo acaricio con sus manos.
—Es hermoso ¿quién te lo dio?—Cuestiono neutralmente levantando la ceja.—¿HimChan?
—No.—Contesto el castaño guardándolo entre su camisa.—El Dr Kim dice que es un amuleto de la suerte.
El pelinegro torció los labios con fastidio ese hombre no le daba confianza había algo extraño en su sonrisa, es como si la forzara para que fuera dulce pero notaba que era completamente falsa, fingida, ese acto despertaba miles de dudas en su interior.
Fin Flasback
Coloco el dije en la palma de su mano guardándola en un puño rápidamente saco su teléfono celular marcando al único contacto que tenía en su agenda, “kitty” era el sobrenombre, ya tenía el nombre de la persona que pagaría tanto dolor, tanta pena.
—¿Siguen con vida?—Una burlona voz contesto.—Tenemos dos boletos listos para que vuelen al lugar que quieran.
—El destino sigue siendo el mismo.—Hablo fríamente.—Tengo un nuevo plan, sé quién es el traidor.
La llamada finalizo del ese collar saco un pequeño chip, al momento de caer al piso se había abierto mostrando su verdadera naturaleza, era un transmisor que tal vez enviaba su ubicación de esa manera el traidor sabía en qué lugar estaban, a donde se dirigían, todo ese tiempo fueron vigilados por hombres de Black porque el Dr Kim era el traidor, es quien los entrego, quien planeo todo el maquiavélico suceso, ¿Con qué fin? ¿Qué pensaba hacer? recargo su cabeza en la madera de la puerta, había posibilidad que los niños estuvieran vivos y solo tal vez HimChan también.
Mansión TS en Corea.
Bang miraba desde el jardín la ventana de la oficina de Shishimato, su esposo le tenía prohibido entrar, además de que cerraba la puerta con llave, torció los labios molesto, todas sus actividades se vieron limitadas a soportar los mimos de los equipos que ahí vivían, ni BTS , LC9 o Topp Dogg lo dejaban participar en sus misiones o le platicaban sobre sus acciones, se sentía como un verdadero inútil se puso de pie decidido a conversar con su amante cuando lo vio cruzar por el pasillo, se sentía como un delincuente encerrado en un cárcel de oro, al llegar a su objetivo lo jalo del brazo para después tomar su barbilla y depositar un tierno beso, Rasta y RapMon se sonrojaron por ese acto.
—Déjame ayudarte a dirigir nuestra familia. —Hablo sensualmente sumergiéndose una poderosa mirada. —Ya he mejorado, no debes temer por mí.
JunHong se embriago por esos ojos, tan similares, tan idénticos, su mano se poso en el pómulo derecho del mayor, lo acaricio temiendo que desapareciera, ¿Era su Bang YongGuk? Su mente le gritaba que sí, que se permitiera creer en sueños, en fantasías, no soportaba la soledad.
—Prometo que pronto, después que se vaya Ricky y LJoe. —Dijo con una mediana sonrisa, una que dibujaba su melancolía. —Confía en mis palabras pronto volverás a dirigir esta Familia.
—Tómatelas como unas vacaciones Appa. —Comento en tono burlón Rap dándole una palmada en la espalda. —Toda va perfectamente, Appa Zelo es el mejor.
El mayor no tuvo tiempo de debatir aquellas frases debido a que su esposo se comenzó alejar a un paso veloz, noto como se limpiaba la boca con el dorso de su mano, los otros dos chicos no lo notaron ya que iban jugando entre ellos, relamió sus labios, “Eres delicioso” dijo con un lastimero susurro, el juego se había acabado, sabía que aquel rechazo por parte de su esposo no era causado por el trabajo si no por otra cosa, había descubierto la verdad.
—Hey encontramos la película que queríamos ver ayer. —Interrumpió Ricky con una sonrisa en los labios colgándose de la espalda de su líder. —Vamos a verla, LJoe llegara con la botana pronto.
El mayor no tuvo tiempo de oponerse a la oferta ya que se vio arrastrado por el menor, llegaron a un cuarto enorme donde una pantalla gigante estaba colgada, muchos sillones de varios modelos adornaban el lugar, un rubio los recibió con un caluroso abrazo mostrándoles que ya la comida estaba servida en tazones, los dos pequeños de Teen Top era felices por tener a su líder para ellos solos, siempre lo vieron como su padre, su hermano mayor, su madre.
—CAP llamó dijo que este fin de semana debíamos apoyarlo así que aprovecharemos el tiempo que nos queda. —Hablo LJoe colgándose del brazo del pelinegro quien solo trataba de fingir alegría. —Sabemos que nos extrañaras, somos tus consentidos.
El mayor tuvo que esbozar una vez más su sonrisa fingida, todo ese mundo de ternura, amor, delicadeza, le llegaba a enfermar ¿No sé suponía que eran asesinos? Pero en esa mansión el aire mismo olía a dulzura, tomo asiento para dedicarle un vistazo a la película que comenzaba a reproducirse, “Cazadores de Sombra”, puso sus ojos en blanco, no tenía la mínima idea de que se trataba pero claramente no le encontraría gusto a una producción basada en una saga para adolescentes aunque viéndole bien Isabelle era muy hermosa, su hermano lucia bastante simpático, los tres jóvenes se quedaron en silencio viendo el filme, cuando llego el final Ljoe dibujo una mueca de frustración.
—Siento que la película le quedo a deber al libro, cambiaron el tema principal, Valentine quiere acabar con los subterráneos, oh todo es tan confuso. —Dijo Ricky recogiendo la botana esparcida. —Aunque debo admitir que Magnus era muy sexi, también Alec.
—¿Bang comenzaste a leer el libro? —Cuestiono LJoe con ansiedad colgándose de su brazo. —La última vez te platicamos sobre la historia y estabas muy emocionad.
—Lo siento no he tenido tiempo, he estado muy ocupado. —Contesto el pelinegro revolviendo su cabello con nerviosismo. —Me tengo que ir, me dolió un poco la cabeza.
Ricky torció los labios tratando de esconder sus dudas, las cuales volaban en su mente, no era la primera vez que encontraba una discrepancia entre el Bang de ahora y el Bang del pasado, saco su celular observando la última conversación que tuvo con JunHong, la cual estaba fechada con un par de días antes de que ocurriera el atentado en el centro comercial.
“Omma Zelo: YongGuk no se ha despegado del libro que le prestaron XD
Rycky-kun: Lo sé somos los mejores.
Omma Zelo: me ignora, los odio L
Ricky-kun: Lo siento, mejor comienza a leerlos :D
Omma Zelo: Estoy terminando de leer Los juegos del hambre…
Ricky-kun: Mis padres son los mejores, los amo <3
Omma Zelo: Ash tu padre esta gritando habla de un tal Simon secuestrado, de una hermana de Luke.”
Cerro la ventana de la pantalla, por esa conversación podía concluir que Bang leía el tercer libro, no era la primera vez que su líder evadía conversar sobre algunos temas rápidamente salió corriendo hacia su habitación, su novio lo siguió evocando su nombre, pidiéndole que esperara, al llegar a su objetivo corrió hacia las fotos que estaban sobre su cama, ellos investigaban sobre el atentado del centro comercial, observo aquellas donde mostraban a Zelo en la zona de discos, con una chica platicando con ellos, cuando llego Bang y ambos se reunían en el lobby, cuando era arrastrado a un restaurant, continuo con su investigación visual, LJoe arribo al auto tratando de recobrar la respiración.
—¿Qué sucede? —Cuestiono cerrando la puerta detrás de él. —¿Qué te ocurre?
—¿Cuántos hermanos tenía Bang? —Dijo mirando las fotos. —¿Lo recuerdas?
El rubio coloco un dedo sobre su barbilla, los integrantes de Teen Top y BAP eran los únicos que conocían sobre el pasado del líder, los únicos que llegaron a conocer, por medio de viejas fotos, la familia de YongGuk, CAP y algunos chicos de Teen Top crecieron en el mismo lugar donde nació Bang, nadie en TS le llego a importar el pasado de su jefe, ese era un tema que nunca se tocaba, todos olvidaban quienes fueron, su vida comenzaba cuando decidían unirse a la TS Family, desde ese momento todo era nuevo.
—Una hermana y su hermano gemelo. —Dijo torciendo los labios. —Solo lo recuerdo por la vieja foto que vimos cuando eran niños, antes que su madre los abandonara.
—¿No has notado algo extraño en Appa? La manera que Omma lo ve, lo evita. —Dijo dejándose caer en la cama. —Es como si fuera otra persona, nadie se da cuenta porque nadie pasa el suficiente tiempo para averiguarlo, solo tú y yo.
El menor negaba con si cabeza, él también llego a cachar un par de veces a su líder en alguna mentira, nadie ponía atención ya que todos estaban inmersos en la batalla con Black, solo ellos dos estaban investigando sobre el ataque al centro comercial debido a que LC9, BTS y ToppDogg fueron enviados a varios lugares de Corea para reforzar su poder.
—Si no es Appa ¿Quién es? —Cuestiono acostándose a lado de su pareja. —¿Qué quieres dar a entender?
—Debemos investigar más sobre ese día del ataque ¿Por qué Black gasto tanto para fallar? —Hablo acercando su rostro al del rubio. —¿Por qué no se quedaron a comprobar que nuestros padres estaban muertos?
El menor trago en seco, no quería encontrarle significado a la propuesta de su novio, no eran lo bastante agradables para pensar que fueran ciertas, toco la pulsera que estaba en su mano derecha, aquella que Bang le regalo en su último cumpleaños, aquella que representaba que siempre el líder lo protegería, le aterraba pensar que todo ese tiempo estuvieron con un extraño.
—Cuando decidimos buscar a la madre de YongGuk nos encontramos con una rubia hermosa, sus manos estaban llenas de tatuajes pero era amable, liberal, nos recordó a nuestro líder, su madre era apacible pero el Nam no tenía la misma educación. —Hablo acercando más su rostro al menor. —Físicamente eran idénticos pero no tenían los mismos ideales.
—Bang nos ordeno no continuar siguiéndolos, nos prohibió presentarnos ante ellos, no quería tener contacto con ellos. —Hablo LJoe uniendo sus labios a los del pelinegro. —Fuimos unos tontos así que desistimos de nuestra investigación.
Los dos menores pensaron en aquella época, hace unos seis años antes, que sería lindo que su líder conociera a su Familia, por esa razón los buscaron, nadie excepto de ellos tres supo de ese evento pero Bang no quiso ver las fotos que sacaron, no quiso saber de las personas que lo abandonaron, su familia ahora era el recién grupo formado llamado BAP y sus niños de TeenTop, fue muchos antes, que hasta ellos habían olvidado ese recuerdo, un fallido regalo que nunca funciono.
—Debemos colocarle una trampa si es Nam lo sabremos. —Dijo el pelinegro guardando en sus brazos al rubio. —Era un adolescente cuando lo investigamos pero recuerdo algunos detalles.
—Primero corroboraremos nuestras dudas y después hablaremos con el resto. —Contesto con voz quebrada. —Solo tú y yo, sabíamos que el parecido entre Nam y Guk era idéntico, somos los únicos que pueden descifrar el misterio.
Algún lugar de Japón.
Un grupo armado descendía de varias camionetas negras al frente iba YoungJae sin antifaz, dejaba ver su perfecto rostro, caminaba con paso seguro, a su lado derecho iba BaekHo quien solo observaba el lugar con especial atención a las salidas, si algo malo pasaba debía tener un plan de respaldo, era su primera reunión formal con Black, contactar a Woo no fue complicado, es como si esperara aquella llamada, es como si llevara ansiando ese contacto muchos años antes, saco su pistola de la chaqueta cuando las puertas se abrieron, era una vieja maquiladora, en su interior se podía ver la vieja instrumentaría, a sus oídos llegaron algunas sinfonías de música clásica, lograba ver algunos guardias en el segundo piso, le ordeno a su gente propagarse por el edificio, al centro vio algo que realmente lo sorprendió.
—Se nota que moría por verme. —Dijo Jae tronando su cuello con la mano. —Es bueno saber que habrá rosas el día de su muerte.
En el centro estaba Woo Bin sentado en una mesa que tenia encendida una vela al centro color roja, cientos de rosas estaban alrededor, dándole un tono de alegría aquel deprimente lugar, dos platos con sus respectivos cubiertos asomaban por el mantel blanco, dos copas servidas a la mitad, una reunión romántica entre dos viejos amigos, de antiguos amantes.
—Eres más hermoso con esa mueca de odio. —Hablo el hombre poniéndose de pie caminando hacia el recién llegado. —Pensé que una bella cena diluiría la tensión pero me equivoque.
El pelinegro más alto movió la silla invitando a su viejo amigo a sentarse, Jae acepto pero nunca despego su mirada de su rostro, observo la mano herida, las cicatrices del mayor, hacía mucho tiempo que no lo miraba de esa manera, tan pasivo, tal calmado, evocándole a su viejo compañero de Universidad, es como si una ráfaga de recuerdos se acumulara en su mente.
—Observa bien mi rostro es lo último que veras antes de morir. —Dijo Jae con cierto tono de frialdad. —Yo seré quien te mate.
Una torcida sonrisa se formo en los labios de Woo quien ya tomaba asiento del otro extremo de la mesa, estaban frente a frente, hombres de Black como de TS los rodeaban, la pregunta que bailaba en el aire era ¿Quién comenzara la masacre?, tenían presentes que esa noche un grupo caería, uno sería borrado del mapa.
Algún lugar de Asia
Un pelinegro salía de la ducha, solo una toalla cubría su desnudes, el agua corría por su blanca piel, solo unas cuantas cicatrices lograban perturbar tan bella figura, en su marcado abdomen unos recientes rasguños se dibujaron, tomo su celular no dejaba de sonar así que rápidamente lo tomo entre sus manos.
—No había nada en esa bodega cuando íbamos adentrarnos algo exploto. —Dijo con fastidio, su boca estaba amarga. —Logramos salir todos a tiempo pero fue una trampa, ¿Has podido contactarte con Up?
—Lo siento, no sé qué pasaría pero Kitty me mando un sms diciendo que el paquete estaba seguro. —La voz de Zelo decía con nerviosismo. —No me volverán a contactar hasta que todo termine pero eso significa que Uppie está a salvo.
El pelinegro unió los labios hasta formar una línea irregular, agradecía que su prometido no llegará al ataque pero le preocupaba no poder tener contacto con él, anhelaba escuchar su voz aunque el último mensaje le envió fue un aliciente para sus heridas, para sus temores.