▬ C a p í t u l o 0 4 ▬
Entre pollos y pelotas.
Estábamos sobrando y nos dábamos cuenta, este era mi momento, el momento perfecto para llevarlos a la
sala de estar, donde el televisor, frente a nuestro gran sofá estaba esperando a transmitir el partido.
Changmin me había enviado un texto segundos atrás, confirmando el horario de la repetición, asegurando
que había estado excelente en los últimos minutos.
— Dejemos que estén solos. — dije intentando sonar solidario con ellos, pero la verdad es que mi interés
estaba única y exclusivamente en ir a encender el televisor. El menor de los que estaban a mis lados
asintió, siempre me seguía en todas las ocurrencias que tenía, éramos muy cercanos desde hace mucho.
En cambio el mayor quería seguir observando, tenía que continuar ese trabajo, hacerlo bien si quería ver la
repetición del partido.
— ¿Pidamos algo de comer?, así podemos pasar la tarde juntos viendo el partido, tal como quería Taemin,
¿le parece si llamo por pollo apanado?. — lo dije casualmente, de ese modo teniendo como aliados de
inmediato a Onew, junto con el menor, soy un genio.
Tal como estaba previsto, el mayor al oír hablar de aquella comida, la que era su favorita, me prestó
atención, dejando el cuarto primero que nosotros, sin dejar la vista lejana al punto donde estaban los otros,
en aquel mundo propio, que una vez se adentraban, nadie más podía estar allí.
●
Sabía perfectamente que Minho me estaba manipulando, mi fascinación por el pollo era grande, de eso no
cabía duda, pero también era cierto que la fingía un tanto, era divertido que todos creyesen que este
alimento era más importante para mí que algunas personas. A fin de cuentas, tenía intenciones de
abandonar la habitación de Kibum antes de que me hiciera esa propuesta, pero en vista de los hechos
recientes, aceptaría la oferta sacando el mayor provecho a ésta.
— ¿No te parece que deberíamos quedarnos?, no sé si sea buena idea dejarlos solos. — afirmé
devolviéndome sobre mis pasos, una vez los menores me seguían, captando inmediatamente la mirada
levemente molesta del más alto, que al parecer quería abandonar forzosamente el cuarto, mientras que yo
no entendía completamente porqué estaba tan preocupado por la privacidad de nuestros amigos, hasta
que recordé la palabra clave, “fútbol”, Minho había salido aquella tarde con la Kyuline, reuniéndose para
ver el partido de Corea, el que seguramente debido a esta eventualidad, se lo había perdido. Le dirigí una
mirada disimulada a Taemin, con una leve sonrisa pícara, a la que respondió enseguida de la misma
manera, era momento de joder al fanático de aquel deporte, mientras los otros conversaban en su cuarto.
El maknae correspondió de buena forma a mi silenciosa súplica, deteniéndose en mitad del pasillo,
volteando hacia el cuarto del que había pasado la crisis momentos atrás, simulando reflexionar el siguiente
paso que darían.
— ¿No crees que deberíamos quedarnos cerca para ver que pasa?. — soltó finalmente, encontrando su
mirada con la mía, en una maliciosa estrategia por hacerle una jugarreta al más alto, quien prácticamente
parecía haber perdido el alma.
●
Luego de un largo rato molestando a Minho, Jinki y yo decidimos confesarle que estábamos haciendo todo
apropósito, que no había pasado desapercibidas para nadie, sus intenciones de dejar a nuestros amigos
solos, solo por querer ver el partido.
Habíamos ordenado el pollo apanado, el partido había comenzado, por lo que me senté entre mis mayores
y comencé a disfrutar, sobre todo era agradable ver la pasión con la que el de mi derecha disfrutaba de
cada jugada, cada momento, enviando rápidos mensajes de efusividad a sus amigos, los que me encargué
de espiar secretamente, con el afán de encontrar algo para bromearlo luego, pero nada, solo era fútbol lo
que en su mente pasaba en aquel instante.
A mi izquierda se encontraba el mayor de la casa, el que comía con el mismo entusiasmo que el otro
alababa las jugadas, era gracioso estar entre ellos, sin sentir demasiados ánimos por ninguna de las
situaciones que estaban sucediendo allí.
¿Qué es lo que me tiene realmente cómodo en este momento?, la verdad no tengo demasiado claro cuál
de los dos chicos que están a mis costados me fascina más, cada uno con sus cosas, hace que mi interés
se vaya directamente a ellos, los que con sus diferentes personalidades, me hacían estar de su parte
dependiendo de cuál era mi conveniencia.
Kai solía bromearme cuando le confesaba que me creía confundido entre dos miembros de mi banda,
decía que era infantil de mi parte no saber diferenciar entre la amistad, el trabajo y el amor. Mi amigo está
completamente convencido de que es una confusión pasajera, que se debe a que no estoy saliendo con
nadie, argumentando finalmente que una vez salga con una chica de verdad, no como esa farsa del “We
Got Married”, entenderé lo que realmente es estar interesado en una persona. Probablemente mi amigo
tenga razón, intentaba convencerme de eso, pero en esta casa el estar interesado en un chico es algo tan
normal, que realmente a veces olvido que debería pensar en chicas.
Estaba completamente sumergido en mis pensamientos, cuando de pronto un grito y un brinco,
acompañados de un leve empujón al sillón, me hizo volver en sí, Minho estaba protestando por un gol
realizado por el equipo contrario, mientras que a la izquierda me codeaba Onew, riendo por la exageración
del otro, que parecía estaba sufriendo una especie de colapso nervioso, ahora de pie, sujetando su cabeza
y dando vueltas por la sala de estar.
— No exageres, apenas estamos en el primer tiempo. — lo tranquilicé alzando mi voz, pero mis palabras
fueron seguidas casi de inmediato por una risa suave, entrecerrando los ojos, que era acompañada por mi
mayor, que reía conmigo de la efusividad y pasión del que nos acompañaba.
A estas alturas ya nos habíamos olvidado de Jonghyun y Key, cuando un sonido llegó a nosotros, una vez
nos quedamos en silencio, observando el partido. Se escuchaba el rechinar de una cama, seguido de unos
suaves jadeos, ¿de veras estaban teniendo relaciones?, ¿o simplemente yo estaba sobre reaccionando?
Completamente confundido miré a los que estaban a mis lados, que tenían la misma cara de espanto que
yo, mirándonos entre nosotros sin saber qué hacer en ese momento, situación que nos hizo reír
estruendosamente a los tres, compartiendo ese momento de incomodidad con ellos.
Vi como ambos se ponían de pie, traían caras traviesas, contagiándome de esa emoción, siguiéndolos
hasta la puerta que habíamos abandonado, la que ahora se encontraba completamente cerrada.
¿Qué estaría pasando dentro?, el morbo nos llenaba a los tres, incapacitándonos del sentido común que
nos haría mantenernos al margen de una situación como aquella, donde evidentemente el que estaba más
fuera de sí era nuestro líder, quien ya se encontraba intentando observar por la ranura de la puerta,
invitándonos a observar, cubriendo su boca, haciendo un gesto con la mano, incitándonos a imitarlo. No
pude resistir más, fui el primero en seguirlo, descubriendo por fin lo que ellos hacían en ese cuarto.