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Como en la vida real. por InuKidGakupo

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Notas del capitulo:

Sé que no es viernes, pero de verdad que tuve mucho trabajo en la uni. Estudia ingeniería, decían, no será estresante, decía… ¬¬… en fin, ojalá les guste! Por qué a me gustó la emoción jejeje.

Estacionó su vehículo en el primer espacio que encontró disponible, frenando bruscamente y girando el volante tan salvaje que casi se golpea la frente con el tablero del auto. Pero no le importó, se bajó, hecho una furia, avanzando velozmente por los pasillos que ya conocía muy bien, haciendo resonar sus pasos en las escaleras de metal que se tambaleaban bruscamente con su peso y la fuerza que aplicaba a cada escalón. Llegó al tercer piso, buscando la segunda puerta al departamento número 8.

Ni siquiera sintió ganas de tocar, no con tanta desesperación dentro de su mente. Anoche la había llamado, diciendo que iría a buscarlo, pero el muy necio le dijo que fuera al siguiente día, no importaba lo importante que fuera. Pero es que ese muchacho no entendía la importancia de las cosas, los riesgos, las personas malas, había tanto y él se dedicaba a ser un iluso de lo más grande. Tomó la perilla, girándola torpemente, pues las ganas de hacerle saber la verdad lo ponían nervioso y acelerado.

La puerta se abrió, para su suerte, encontrándose con una escena que no esperaba, o más bien, que no deseaba ver. Vegeta estaba ahí, en medio de la sala, cerrando una gran maleta y colocándola al lado de otras dos que yacían ya en el suelo, listas para sacarlas. El joven actor volteó a verlo, algo extrañado y asustado por la repentina entrada sin permiso. –Oh… Harima, hola…- saludó el joven casualmente, pero el semblante de su amigo lucía sombrío y preocupando.

-¿De verdad te vas a ir?- inquirió, interrumpiendo el hilo de la conversación y las ideas.

-Bueno, si… yo… encontré a alguien que…- comenzó a explicar, sonriendo de medio lado al recordar lo de la noche anterior.

-Sé quién es ese ´alguien´… pero quiero que sepas que ese ´alguien´ es un fraude, pase lo que pase no debes irte con él…- explicó apresuradamente, logrando que el rostro amable de Vegeta cambiara a uno de confusión.

-¿Qué? ¿De qué estás hablando?  ¿Por qué dices eso?- preguntó extrañado, dejando su labor y avanzando un poco hasta el más alto, que permanecía en la entrada.

-Lo escuché… lo escuché hablando de ti… hablando de esto, es un plan, no debes irte con Goku, de verdad…- Vegeta frunció el ceño, considerando un momento sus palabras.

-¿Un plan? ¿Un plan para qué?- Harima soltó u n suspiro, pasando su mano por su cabello al sentirse más desesperado.

-No lo sé… ¡No sé para qué quiere que te vayas con él! Pero estoy seguro de que no lo hace con buenas intenciones…- respondió, y su falta de justificación creo una expresión de desconfianza en el rostro del otro.

-¿Para qué me estás diciendo esto? – la pregunta tenía más de un significado, así que Hrima se fue por el camino que alcanzó a comprender por más lógico.

-Para que no te arriesgues, para que no cometas una estupidez y una locura… ese hombre es malo, lo sé, y quiere dañarte…- Vegeta veía incongruentes esas palabras considerando lo que había pasado, y más que nada, guiado y cegado por sus propios sentimientos.

-No puedo hacer nada…- su voz sonó más cortante, deseando acabar con esa hilera de tonterías.

-Sí, sí puedes. No te vayas con él… vente conmigo a mi casa, por favor…- Harima guardaba una esperanza de que aceptara su propuesta, pero el rostro inmutable del otro hacía que se quebraran con facilidad.

-No. No lo haré, te pregunté y me dijiste que no, ahora viviré con Goku, aunque a ti no te parezca…- no podía creer ese grado de necedad, tenía que encontrar el modo de salvarlo.

–No es que no me parezca, es que a ti no te conviene, no estarías a salvo… - respondió, pero parecía que hablaba con una pared. -¿No confías en mí?- quiso saber, soltando su cuestión en un tono allegado a la súplica y lo decepcionante.

-No lo sé, no te entiendo… un día me dices otra cosa, luego otra… creo que sólo por el hecho de que sea Goku con quien me vaya te molesta, ¿Es por qué lo quiero? ¿Es por qué encuentras repulsivo esto? O… ¿es que no crees que alguien como yo pueda ser su amigo antes que tú?- la cuestión dolió, y mucho, considerando que ahí Harima le había dado todo, incluyendo la confianza y un lugar importante en su vida. Tampoco iba a reprochárselo, pero se sintió traicionado de la manera más vil.

-No todos somos envidiosos y egoístas como Goku…- el comentario ahora hirió a la otra parte, quién surcó la frente en disgusto. –Y no, no son celos, ni me interesa si eres gay y no…- retrocedió un paso, pues sentía ganas de estallar. –Lo digo porque me importas tú…- declaró, conservando ese tono ofendido.

-Pues no lo parece, no haces más que insultar a Goku por ´sentirse´ mejor, pero te comportas peor que él… - no era Vegeta quién hablaba, era su corazón reclamando respeto a su adoración.

-Veo que te ha lavado el cerebro…- soltó con cinismo, dejando brevemente con la cabeza. –Y parece que no vas a cambiar de opinión…- pausó, deseando con todas sus fuerzas que cambiara de parecer en ese instante. –Pero te advierto, que no es lo que tú crees. Te lo aseguro, Goku tiene un plan, con Krillin, y van a lastimarte hasta que ya no puedas más…-

-¿Me adviertes? No necesito eso, yo creo en él…- dijo confiado, y Harima sintió estúpidas esas palabras, imaginando el día en que se las tragaría.

-Claro, confía en él, y no en un verdadero amigo…- cada segundo se sentía más ofendido, estaba perdiendo contra una palabra tan falsa como la de Goku, increíble cuando provenía de alguien que conocía su manera cruel de ser.

-Si fueras un amigo de verdad no me dirías esta clase de cosas, esta clase de mentiras, sólo para tener tú la razón… no sé qué tienes en contra de Goku…- replicó exaltándose levemente.

-¿Y quién es un verdadero amigo? Dime, ¿Goku lo es? ¿Lo es de verdad?- la pregunta era ambigua, Vegeta no sabía que sentía Goku por él, ni sabía llamar a lo suyo amistad después de la manera tan extraña de haber llegado a ese punto.

-Sí… él es un amigo de verdad…- declaró, y Harima negó con la cabeza, primero lentamente, pero después aceleró, como si quisiera sacarse esas palabras y esa idea de la mente. Eso era absolutamente estúpido.

-De acuerdo, como quieras, pero cuando te des cuenta quién es realmente él… te darás cuenta quién era el verdadero amigo…- pausó, dándose la vuelta, sin saber si estaba más enojado que cuando llegó, pero no, lo que lo inundaba ahora era pura decepción. –Lástima que para cuando te des cuenta, ese amigo ya no va a estar más para ti… ya no lo está…- y con esas palabras se marchó, dejando a Vegeta sólo, con una posibilidad que se cernía sobre él, aplastante y tenebrosa. No sabía exactamente que acababa de hacer.

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Miraba sus pies al andar, dándole vueltas una y otra vez al asunto, algo dentro de él había creído en lo que Harima había dicho, de hecho, cada vez estaba más convencido de que estaba diciendo la verdad. Pero cada que vez que sus manos temblaban, debido a los nervios y la duda, reiteraba su pensamiento inicial, convenciéndose a sí mismo de que estaba haciendo lo correcto, que estaba convencido y de que confiaba en Goku.

Escuchó el bullicio conocido de set cuando estaban a punto de entrar en escena, era justamente el último día que tenía que ir, para marcharse en una nave a no sé dónde, o algo así, sólo serían escasos minutos con él. Atravesó la puerta, encontrando a Yamcha, Tien, Bulma, y los demás guerreros Z alistados para grabar. Harima también estaba ahí, cruzado de brazos caracterizando ya a Piccolo, parado en una esquina mostrando un rostro sin emoción.

Vegeta se pasó de largo, fingiendo acomodar su armadura agujerada del pecho, mientras se apartaba y se acomodaba en una esquina detrás de una mampara y una puerta, era literalmente un rincón. Cómo si pudiese sentir su presencia, su vista se alzó y sus ojos se cruzaron con la imagen de Goku, quién entraba por la puerta principal, llevando una chamarra negra y unos jeans azules ajustados, pues no le tocaba grabación. Se quedó observando desde su oscuro sitio, preguntándose qué hacía ahí.

De pronto la gente que obstruía su vista interponiéndose entre los dos se disipó, haciéndose a los lados, se extrañó ante eso, pues notó en sus rostros una expresión de miedo, morbo, curiosidad e inclusive indiferencia forzada. Quiso saber si lo miraban a él, pues sus ojos se movían en esa dirección, pero un ruido, o más bien, unos gritos, provenientes del pasillo al cual le daba la espalda y se cubría en el espacio de la puerta abierta, llamaron su atención, girando y mirando por la pequeña ventana que había sobre esta.

Retrocedió ante la escena, escondiéndose más en el rincón, en el cual parecía ser invisible, escuchó los pasos avanzar velozmente en dirección al set, y se estremeció. Mio y Chi-Chi peleaban en el pasillo, parecía que la morena quería ir a como diera lugar, y que la otra chica luchaba por detenerla. Chi-Chi entró en la sala, y todos los que hasta el momento miraban curiosos, desviaron sus ojos a otro lado como si no supieran que había estado peleando con la directora momentos atrás.

Vegeta entendió que todos abrieron camino a Chi en dirección a Goku, quién al mirarla suspiró hastiado y metió las manos en las bolsas de su chamarra de cuero. La chica se movió rápido, azotando los pies y mostrando un rostro deformado por la cólera que sentía, pero a pesar de eso Goku continuó inmutable, esperándola sin nada de miedo.

-¿Cómo te atreves? – preguntó cuándo llegó hasta él, sonando dolida en cada una de sus palabras, ofendida en realidad.

-No sé de qué hablas, pero no es momento ni lugar para discutir…- respondió el chico, fulminando con la mirada a todos los curiosos que observaban la escena.

-No me importa si es momento o no, vamos a hablar, ¡Ahora!- soltó en voz alta, llamando momentáneamente la atención de todos nuevamente.

-De acuerdo, pero vayamos a otro lado…- la tomó del brazo, pero Chi-Chi se zafó de inmediato, surcando la frente en disgusto.

-No pienso ir a ningún lado, quiero que me digas aquí y ahora que planeas hacer llevándote a Vegeta…- el mencionado jadeó por la sorpresa desde su punto de observador. El rostro de Goku cambió radicalmente, tornándose de desinteresado y fastidiado, a molesto y enrabietado.

-Yo no me estoy llevando a nadie…- replicó, centrando sus negros ojos en su hermana de manera fulminante, ignorando ya a los demás que estaban ahí.

-¡No me vas a negar que Vegeta se irá a vivir contigo! – un respingo grupal se escuchó proveniente de los testigos, inclusive se confundió con la misma exclamación que tuvo Vegeta.

-¿Quién te ha dicho eso? – soltó la pregunta con la quijada apretada por la rabia. Vegeta contestó esa cuestión en su mente, sólo lo sabían tres personas incluyendo a Goku y a él mismo, no podía ser nadie más que Harima. Giró los ojos para buscarlo en el sitio en donde lo encontró a su llegada, pero no estaba, había huido y ni siquiera se había dado cuenta. Volvió su atención a los hermanos, que se golpeaban con el rencor que despedían.

-Eso no tiene importancia…- respondió ella en voz baja, pero incluso Goku pudo adivinar la respuesta.

-Claro que tiene importancia, ¡Lo tiene por qué son cosas que a ustedes no les debe importar! ¡Mucho menos a ti!-  exclamó, sintiendo como perdía las cabales rápidamente.

-¡Claro que me importa! - respondió ella con un grito. -¡Me importa porque Vegeta es mi novio! – Goku no pudo disimular su reacción, mostrando en sus facciones el dolor que provocó ese duro golpe en su alma. ¿Novios? ¿Eran novios de verdad? ¿Oficialmente? Sí, lo creía lo suficientemente oficial como para que la loca de su hermana lo gritara enfrente de todos. Hundió de nuevo la frente para borrar su expresión de sorpresa, tratando de aparentar que no le importaba en nada.

-Eso no justifica, si no te lo dijo es por algo, ¿no crees? No vengas a reclamarme a por su desinterés en ti…- tocó una parte sensible para su hermana, y Goku lo sabía bien, se notaba en los ojos que se aguaron al instante. Y de verdad así lo creía, si le reclamaba, era porque Vegeta no había tenido la suficiente confianza como para decírselo a su ´noviecita´.

-¡Lo que me importa saber ahora es que planeas o que quieres ganar llevándotelo contigo! No me vas a decir que por buena persona, porque no te creo…- evadió el tema, pero Goku se vio en el principio nuevamente, acorralado por el plan, sus ideas, su apariencia y sus celos hacia su hermana mayor.

-Qué poca fe tienes en mi… aunque te cueste creerlo, somos amigos… y los amigos se ayudan, yo solo le estoy haciendo un favor…- Chi-Chi comenzó a reír sarcástica ante esa respuesta, dándole una vuelta a sus ojos y volviendo a centrar a su hermano.

-No me hagas reír, tú no haces favores Goku, para ti nada es gratis…- recriminó, y Goku sintió una opresión en el pecho, era aplastado por eso que llaman verdad. Era pesada, y vaya que dolía. -¿De qué manera piensas dañarlo? – cuestionó preocupada.

-Mira, loquita, no sé de donde sacas que quiero dañarlo, pero te diré una cosa, deberías estar agradecida conmigo por ayudar a tu ´novio´ ya que soy el único que se aceptó darle una mano, dime, ¿Por qué no está contigo? ¿Por qué no se fue con tu amiguito ese? ¡Lo abandonaron!- Chi calló unos momentos, no sabía cómo decirle que había rechazado su oferta y que Harima se había negado por culpa de un estúpido plan.

-Nosotros lo intentamos…- respondió sin más ideas en su cabeza, pero Goku la miró con arrogancia desde su altura.

 -Pues no se nota, así que no me vengas a gritonear estupideces, ¿Cuántas veces tengo que decirte que tengo mi propia vida, que no eres mi madre, que no tienes por qué tratar de controlarme ni tratarme como si no supiera que demonios estoy haciendo? ¿Eh? ¡¿Cuantas?! – gritó exasperado, dejando a la chica un poco asustada.

-Goku, no me hables así, tal vez no sea tu madre, pero he tratado de serlo, de llevarte siempre por el buen camino… si te pregunto esto ahora es porque no quiero que cometas más errores…- dijo ella al borde de las lágrimas, tomando sus propias manos para evitar que temblaran.

-Pues te tengo una noticia, Chi, has fallado, no eres, ni te asemejas a una madre, jamás lo serás para mí, no me interesa lo que tengas que decir ni lo que hagas para querer evitarlo, para mí no eres más que una loca…- Goku frenó sus palabras abruptamente, quedando mirando hacia un costado por lo fuerte de la cachetada que su hermana acababa de darle.

-No vuelvas a decir algo como eso…- sollozo ella entre lágrimas, y para todos allí eso ya era una telenovela de primera categoría.

-Yo diré lo que quiera, y más si es algo tan cierto como eso…- La mano de Chi volvió a alzarse, pero Goku la detuvo tomándola fuertemente por la muñeca. –No te atrevas a volverme a pegar, y ten en cuenta que tengo consideración porque eres mujer…- siseó amenazante, liberando la muñeca de la chica nuevamente.

-Eres alguien perverso…- murmuró ella, sobándose la muñeca con su otra mano.

-Entonces si se irá contigo…- una voz proveniente de detrás de los presentes llamó la atención, y Goku no pudo hacer más que apretar la quijada aún más exasperado. –Después de todo te lo llevas a él…- Videl salió de entre los presentes, siendo espectadora desde el principio.

-Videl, maldición, no estoy para tus reclamos de niña caprichosa…- soltó Goku harto de la humillación pública mirando a su novia con el peor de los desprecios.

-¿Niña caprichosa? Bueno, pensé que preferir vivir con un campesino a con tu novia era un motivo digno de reclamar…- dejó ir las palabras hirientes, y más exclamaciones salieron por parte de todos.

-En primer lugar, Vegeta no es un campesino, y en segundo lugar, yo jamás te he pedido que así sea, vivir juntos es un capricho tuyo sin fundamentos…- respondió, y el mencionado se tambaleó en su sitio, deseaba gritar, correr, hacer algo, pero estaba absorto en la escena.

-¿Sin fundamentos? ¿Tiene mayor fundamento volver tu casa un albergue de pobres? – las palabras dolían, Videl era orgullosa, vanidosa, presumida, alzada, interesada y racista, además de que ese Vegeta nunca le había agradado en primer lugar.

Nadie lo esperaba, pero Goku avanzó dos largos pasos hasta tener a Videl frente a frente, acercando su rostro hasta el punto en que casi topan sus frentes. Clavó sus ojos en los de la chica, y gruño, como un animal embravecido, mostrando los dientes, cualquiera habría pensado que la golpearía, incluso que la mordería en el rostro agresivamente, incluso ella misma se encogió de hombros asustada, esperando algo en cualquier momento.

-No le vuelvas a decir así, jamás…- murmuró, soltando su aire entrecortado por la furia sobre el rostro de ella. –Y para mí, o para cualquiera, tiene más sentido meterlo a él a su casa que a alguien como tú…- no estaba seguro de si los demás escuchaban eso, pero era suficiente satisfacción mirar los ojos desorbitados de Videl ante aquellas palabras.

-¡Él no tiene ningún derecho! – gritó una vez que Goku separó los rostros, entre abrió los labios para contestar, pero otra voz tomó la palabra primero.

-Tiene razón…- dijo Vegeta saliendo finalmente de entre las sombras. –No tengo ningún derecho…- agregó acercándose a la escena. Todos lo siguieron con la mirada, impresionados, como si eso fuera una obra emocionante y no la tortuosa realidad que era.

-Vegeta…- soltó Goku en voz baja inconscientemente, debatiendo su mente entre sentirse bien o sentirse más furioso con el resto. –No tienes por qué hacer caso a lo que dice…- dijo de inmediato, sintiendo miedo por la indecisión del muchacho. Él se estaba jugando todo.

-No puedo irme a vivir contigo si tu hermana y tú novia no están de acuerdo, no sería correcto…- explicó, y Videl asintió de inmediato apoyando su punto.

-No tienen por qué estarlo, esto es decisión mía…- declaró el hombre. –… nuestra- corrigió, clavando sus ojos levemente más pasivos en el chico.

-Lo sé, pero es entendible que no quieran, tienen sus razones…- bajó la mirada, sin saber si ya era momento para salir corriendo cobardemente.

-Vegeta, tú… ¿Estás de acuerdo? ¿Harima ya…?- comenzó Chi, pero Vegeta la interrumpió de inmediato.

–Él ha dicho lo que tenía que decirme, a diferencia de ustedes, yo confió en él…- dejó caer, y Chi se sobresaltó, entre apenada y sorprendida.

-Yo… yo… lo siento, comprendo lo que pasó… creí que tu… bueno… - pausó para no seguir balbuceando tonterías. –Perdón, de cierto modo es mi culpa… está bien si te vas con él…- Vegeta no entendió a qué se refería Chi con que era su culpa, tan solo le asintió y la observó marcharse rápidamente por donde había llegado, cubriéndose el rosto para que no la vieran llorar.

-No entiendo tu necedad, Goku…- dijo Videl molesta con la idea de que su amiga se fuera llorando.

-Y yo no entiendo la tuya, Videl…- le respondió el hombre, mirándola desde la orilla de su ojo. –Además, no eres mi esposa para reclamarme nada, de hecho es mi casa, y yo hago lo que quiero, así que te agradecería que no te metas…- su voz se escuchaba más tranquila, pero igualmente eran palabras muy hirientes.

-Haz lo que quieras…- declaró ella finalmente, dándose la vuelta y saliendo por la puerta principal. A través de las sombras se vio salir la figura de Piccolo, avanzando velozmente detrás de Videl. Vegeta sintió una gran ira dentro de sí, le había ido a contar a Videl y a Chi sobre es, y lo peor, había estado observando todo sin intervenir siquiera. En ese momento desconocía a ´su amigo´.

Goku lo tomó del brazo, quizá algo dolorosamente, pero era justificable tomando en cuenta todo lo que había pasado en ese momento. Ambos abrieron paso entre la gente, andando hasta la puerta abierta del pasillo, donde momentos atrás Chi-Chi había abandonado la sala. Parecía que estaban en un embrollo, y había mucho que hacer.

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-Espera por favor…- pidió por treintava vez. –Tan sólo escúchame…- insistió, mirando como el chico frente a él finalmente detenía su paso.

-No quiero escucharte si lo que tienes que decir es que has cambiado de opinión…- dijo Goku, parado frente a su auto, esperando cualquier cosa para abrirlo e irse, o quedarse a charlar.

-No es que yo haya cambiado de opinión, es que todo esto te está metiendo en problemas…- declaró, avanzando lentamente hasta estar frente a frente.

-¿Crees que no lo sé? Fue a mí a quién le reclamaron…- Goku frunció el ceño al recordar la escena, empuñando una de sus manos en impotencia. –Estoy jugándome mucho, así que no vengas a decirme que te arrepientes, no después de la escena que montaron esas locas allá…- extendió su mano señalando el edificio, soltando a través de sus ojos la molestia, y a la vez, el miedo y la desesperación con respecto a sus decisiones.

-Sí… lo sé… es ese exactamente el punto…- Goku cruzó los brazos, haciendo un mohín, sin comprender del todo. –No quiero que pierdas nada ni a nadie por mí, tienen razón, no tengo derecho, no soy… nadie…- la palma empuñada del más alto golpeó el cofre de su auto, tan fuerte que sumió la lámina como si fuera nada.

-¡No puedo creer que tú mismo digas eso! – gritó exasperado. -¡¿Cómo puedes decir que no eres nadie?! ¡¿Acaso no te das cuenta que tu…?!- frenó sus palabras, justo antes de que sus sentires representados en léxico abandonaran su boca, guiado por un arranque cegado por la presión e impotencia. Dio otro leve golpe a la superficie negra de su convertible en exasperación, mordiendo su lengua y haciendo que su cerebro se moviera rápido para continuar con su discurso. -¿No te das cuenta de que cada persona es importante? Nunca dudes de tu lugar en el universo… podrías ser el cambio radical en la historia…- terminó con voz tranquila, moviendo sus ojos para encontrar la vista del otro, quién lo miraba con expresión indescifrable.

-Yo… yo… no creo eso… tu eres el dueño de tu historia, no quiero arruinar la convivencia con los que te rodean…- siguió tratando de convencerlo, sin saber cuál era la razón de tanta insistencia por parte del otro.

-No arruinas nada, así que déjame meterte en esta historia… conviértete en uno de los protagonistas de mi de mi vida…- el sonido de algo que Vegeta identificó como su corazón, resonó en todo su cuerpo, zumbando en su mente de una manera allegada a lo doloroso.

-Yo… yo… no sé qué decirte…- balbuceó sintiendo sus manos temblar y sus mejillas enrojecidas.

-Sólo no me digas que no te iras conmigo…- Vegeta se sintió en el más patético cuento de hadas, pero aun así cada palabra resonaba en su mente de manera entusiasta. No pudo articular palabra por más que quiso contestar, se quedó frío, estático escuchando una y otra vez aquello. Ahora, después de eso, ¿cómo insistir en olvidar lo de la mudanza? Goku sonrió al mirar su rostro consternado, confuso, emocionado, así que avanzó, colocando una mano sobre su hombro y dando un leve apretón para sacarlo del trance auto inducido. –Paso por ti en la noche…- declaró, sonriendo ladinamente y liberando su hombro, para luego sacar las llaves de su bolsa y abrir su auto negro.

Vegeta escuchó el ronroneo del deportivo, fijando los ojos en esa figura masculina detrás del cristal. Su cabeza no daba crédito a lo que sucedía, en su vida se había imaginado que algo así sucedería. ¿Era eso un sueño? ¿Una broma de mal gusto? O… ¿En realidad si era un plan? Fuera cual fuera la respuesta, sabía que a estas alturas, era lo de menos.

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-¿Eres loco o qué?- preguntó enojado. -¿Qué vamos a hacer si te deja?- cuestionó como si fuera a ser el fin del mundo.

-Nada, no importa lo que esa loca quiera hacer, es más ¡Qué lo haga! Estoy harto de ella…- respondió Goku cruzándose de brazos y recargándose en el respaldo de su silla.

-¡¿Qué?! ¿Cómo dices eso? ¿Dónde vamos a conseguir otra chica bonita y manipulable? – insistió el pelón, sobándose la frente con una mano.

-De esas hay muchas Krillin, deja de preocuparte por algo tan absurdo como Videl…- pidió, tronándose el cuello deseando eliminar estrés.

-Sabes que ´tener´ novia es la delgada línea que nos separa de la verdad, ¿no? Ella es pura apariencia… necesitaremos otra…- declaró, pero Goku se incorporó en su lugar, clavando su rostro sin expresión sobre su amigo.

-No necesitamos otra, no quiero otra… y ultimadamente me importa un pepino lo que la gente piense de mí…- expresó, dejando a Krillin con la boca abierta.

-¿De verdad no te importa?- preguntó para reiterar. –Apariencia es lo que hemos buscado los últimos años, una fantasía para que no descubran nuestra verdad…- dejó ir las palabras lenta y suavemente, pero sin importar el tono de voz, a Goku le cayeron muy mal.

-Son cosas diferentes, antes la necesitaba… ahora ya no me importa que sepan quién soy, o como soy…- aseguró, pero el más bajito comenzó a negar con la cabeza.

-¿Ya no te importa que sepan qué clase de persona fuiste? Hasta hace casi tres meses…- los puños de Goku se precipitaron contra la mesa de madera fina de su concina, lugar donde se encontraban en ese momento.

-Dije que no me importaba que supieran lo que soy ahora… quién fui no tiene caso… - Los labios de Krillin se apretaron ante su necedad, mirando retador al más alto.

-Eres un loco… ¿No entiendes que si algo pasa ahora se darán cuenta de lo que sucedió alguna vez?- El sonido de la silla cayendo abruptamente fue lo que Krillin alcanzó a percibir, un momento antes de tener el rostro amenazante del más alto justo enfrente, casi había saltado la mitad de la mesa.

-No tiene por qué pasar nada ahora…- susurró afilando la mirada. –No tiene por qué repetirse ese hecho… y si llegara a pasar algo… te juró que arrancaré los miembros del culpable… esta vez ya no soy un cobarde…- Krillin pasó saliva pesadamente, tratando de mantener un rostro frío. –Es más… te he dicho que eso jamás pasó… así que ni lo menciones…- Goku se irguió, mirándolo amenazante una vez más antes de girarse a levantar su silla del suelo.

-No es como si yo quisiera que se repitiera…- susurró Krillin, clavando sus ojos en el suelo. –Pero algo me dice que deberíamos estar protegidos… más que nada tú y tu imagen…- insistió, y Goku soltó un suspiro, sentándose pesadamente en su silla nuevamente.

-Si tanto insistes, te propongo algo… si Videl no quiere terminar, la conservamos, pero si decide irse, no se lo negaré… ni habrá un remplazo… al menos no por ahora…- dictaminó, Krillin asintió dos veces, para después mirar a su compañero, quien parecía perdido en algún lejano pensamiento. Quizá el mismo que deambulaba por su mente en ese momento.

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-Escucha… por favor…- murmuró, soltando un suspiro y acariciando levemente su frente como muestra de su desesperación. –Deja de llorar, te lo suplico…- pidió, tomando la mano de ella y dándole un leve apretón. –Perdón… lo que hayas pensando, lo que te haya hecho sentir mal, perdón… lo siento, sólo, sólo de llorar, por favor…- insistió, arrugando el entrecejo en congoja, contemplando un momento más a la chica que escondía su rostro con su antebrazo.

-Yo… yo… no tengo nada que perdonarte a ti…- gimió entrecortadamente por su llanto. –Soy yo la que tengo que disculparme… por mi culpa… por mi culpa…- no completó su frase, más lagrimas salieron dispersándose a lo largo de sus mejillas. –Por mi culpa te sentiste solo y… y…- Vegeta la abrazó, hundiendo el rostro de ella en su hombro, para así calmar su angustia.

-No tengo nada que perdonarte, no hiciste nada Chi, todo está bien…- aseguró, acariciando su largo cabello negro suavemente. –No tiene sentido que llores por algo tan absurdo como eso…- le aseguró, pero la cabeza de la chica se movió negativamente en su lugar.

-No es sólo por eso – dijo en un susurro, y Vegeta la tomó por los hombros, separándola lo suficiente para mirarla a los ojos. –Goku… mi pequeño Goku… él… él no me quiere…- se echó a llorar con más ganas, cubriéndose el rostro con ambas manos y recargando su frente en el hombro de él.

-Si te quiere, tenlo por seguro, eres su hermana y te ama como se debe… lo que pasa es que es un poco testarudo… a veces no piensa las cosas que dice…- expresó el muchacho, sin saber realmente que contestar, pues desde que había llegado no notaba una relación muy estrecha entre ellos.

-Tal vez… pero desde hace mucho, él quedó muy resentido conmigo…- Vegeta frunció en incógnita, pues no sabía qué clase de cosa podría hacer que Goku se resintiera con ella, si era amable y se notaba que lo quería.

-¿Resentido? No lo creo… ¿Por qué lo haría? – preguntó extrañado, sosteniéndola en sus brazos un momento más.

-Cuando éramos jóvenes… muy jóvenes… tuve que tomar decisiones difíciles… cosas que en aquel entonces molestaba a Goku… creí que con el tiempo entendería, pero parece que jamás va a perdonarme…- relató cabizbaja, mostrando en sus ojos la negrura de aquellas memorias.

-¿Perdonarte? ¿De qué? – Chi-Chi negó, clavando su mirada en el suelo, de manera perdida.

-Ni yo misma lo sé… nunca quiso decirme que fue exactamente todo eso… luego solo me reclamaba cosas sin sentido… y un buen día se fue de mi lado y comenzó a vivir sólo, lejos de mi… en todo sentido…- Vegeta enmudeció, no sabía eso, comprendía que quizá era la rivalidad natural de hermanos lo que reinaba en ellos, pero ese rencor parecía más que eso, el sufrimiento cavaba más profundo. Había algo enterrado ahí que se podría y acumulaba con los años, pero… ¿qué?

-No pienses en eso, todo está bien… lo que haya pasado no importa, él te quiere, y dijo eso porque se sentía vulnerable, entiéndelo…- Chi-Chi asintió, recargándose en el pecho de él un poco más, disfrutando de ese contacto como ningún otro.

Permanecieron unos minutos más así, hasta que finalmente ella estuvo tranquila. Se despidieron algo distanciados, ella parecía deprimida y él, demasiado culpable por todo. Se marchó a su casa con el tiempo encima, pensando en millones de cosas que iban y venían en su mente sin control, ¿Qué sería ahora? ¿Qué pensarían? ¿Qué dirían? ¿Estaría bien lo que hacía? ¿Algo de lo poco que todos decían sería cierto? ¿Cuál era la razón de esto después de todo? ¿Realmente amistad? ¿O todo el asunto iba más allá?

Eran cerca de las ocho, y no faltaba mucho para que Goku llegase. Sus maletas estaban listas cerca de la puerta, no había ya nada en los cuartos, los aparatos eléctricos del lugar estaban ya desconectados, hasta Sakamoto-san estaba durmiendo en la entrada, aguardando el momento para irse. Todo parecía listo. Todo menos él.

Estaba de pie en medio del cuarto vacío principal, mirando hacia esa puerta de madera, en la cual en cualquier momento tocarían, y por donde inevitablemente se marcharía y abandonaría ese sitio, y no era como si realmente le importara ese lugar, era que tanto le importaba aferrarse a esa vida, a ese estilo y a ese ritmo. ¿Cómo le iría después? Más con la persona con la que viviría… ¿Qué clase de vida llevaría? ¿Valía la pena? ¿Verdaderamente Goku había cambiado de parecer respecto a él?

Recordó la discusión con las dos chicas ese mismo día. Videl lo había insultado, más de una vez, y sinceramente no le importaba en demasía, lo que le había impresionado fue la manera en la que Goku lo defendió. ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué de su novia? ¿No se suponía que debería valorarla más a ella? ¿Por qué entonces sobreponerlo a él? No lo entendía, y lo que entendía no quería creerlo. No quería porque parecía irreal, y si  creía en algo falso, cuando este se desvaneciera, le dolería, y mucho.

Se extrañó de que justamente con las palabras que Goku comenzó a insultarlo cuando lo conoció, fueron las mismas que la chica usó en su contra. ¿Quién diría que alguna vez Goku lucharía en contra de esas mismas frases, jugándose el todo? Seguía sonando falso. ¿Qué pensaba Goku ahora de él, si ya no era más un campesino? ¿Un compañero? ¿Un amigo quizá? O… ¿Es que no era el único loco de ese cuento? Un cuento… Pensó extrañado, una historia como lo había dicho el mismo Goku. ¿Era bueno volverse en un papel importante? ¿Y… si esto resultaba ser una novela trágica y no un cuento de hadas?

Un golpeteo en la puerta irrumpió el hilo de sus pensamientos. Tomó mucho aire, para darse fuerzas suficientes, avanzando con paso firme a la entrada. Abrió la puerta extendiéndola a un lado, para su sorpresa no llegó el chico efusivo de siempre, ese que entraba como si fuera el dueño, soltando estupideces y haciendo comentarios incomodos. Goku se quedó parado detrás del umbral, con un rostro serio, mirando hacia el chico que se postraba frente a él.

-¿Listo? – preguntó en un tono algo apagado, y Vegeta mordió su labio inferior, asintiendo sin ser capaz de responder con apalabras.

Tomó unas maletas, y se sorprendió un poco al ver que Goku tomaba algunas también, avanzando hacia afuera con paso calmo, manteniendo la mirada al frente y el semblante serio, triste, apagado. Vegeta se preocupó un poco, sin saber a qué se debía eso, quizá Goku se había arrepentido, o quizá no, no lo sabía, pero sentía que tampoco era prudente preguntar. Lo siguió en silencio, atravesando los tres pisos de escaleras metálicas hasta el estacionamiento público de la última planta, en donde el deportivo negro aguardaba.

Goku lo abrió, acomodando lo que llevaba en la cajuela. Vegeta lo imitó, y los dos subieron de nuevo a la habitación, tomando un par de maletas más cada uno y regresando al auto para dejarlas. Vegeta entró primero la siguiente vez, y no encontró nada más que su gato. Lo tomó entre sus manos, acomodándolo en un solo brazo y apagando las luces del lugar.

-¿Es todo?- inquirió Goku al llegar hasta la entrada y Vegeta sintió dos veces. Se quedaron en silencio, era extraño, como si hubiese algo más que decir. Atribuyó su indiferencia a la situación, suponía que eso tampoco era fácil para él. Levantó la mano para cerrar la puerta, topándose con la de Goku, quien al mismo tiempo había tomado la perilla. Las dos la quitaron velozmente, como si el otro fuese fuego y quemara con solo un leve contacto.

-Lo siento…- se disculpó sin saber por qué, bajando la mano y mirando al suelo.

-Esa bien…- dijo el otro más calmado, tomando la perilla y cerrando la puerta de una vez. –Andando…- tomó la ventaja, llegando hasta su auto y abriendo la puerta del conductor, aguardando hasta que Vegeta llegara para subirse al coche.

Arrancaron con cautela, avanzando en medio de la noche a través de la ciudad. Anduvieron gran parte del camino en silencio, mientras Vegeta se distraía mirando las luces neón y los anuncios brillantes en todos los sitios. Pero de pronto comenzó a ver algo extraño, parecían estar saliendo de la ciudad, en realidad, acababa de fijarse que estaban yendo en sentido opuesto.

-Oye, Goku… Para acá no queda Tokio…- dijo, y el otro sonrió levemente, por primera vez en la noche, mirándolo sólo por unos momentos antes de volverse al frente.

-Lo sé, no vamos a Tokio – respondió, manteniendo esa mueca ladina.

-¿Qué? Yo sabía que tu departamento quedaba en el centro de la ciudad – explicó confundido, tratando de averiguar a donde se dirigían.

-Sí, mi departamento queda en Tokio – respondió, mirando por el rabillo de su ojo la expresión del chico, cosa que le hizo reír aún más.

-Entonces, ¿A dónde vamos? – tuvo miedo por un segundo, imaginándose que de verdad todo eso había sido una trampa y que estaba secuestrado justo ahora.

-Nunca dije que te llevaría a vivir a mi departamento, te invite a vivir a mi casa… ¿no es así? – Vegeta parpadeó en sorpresa, mirando por la ventanilla que los edificios comenzaban a desaparecer, dando paso a un paisaje más natural.

-Y… ¿a done vamos? – preguntó, sintiendo como la tensión se desvanecía ligeramente.

-Es un pequeño pueblo a las afueras de la ciudad… me gusta la calma… y tendremos un par de semanas por esto de la saga de Garlick… así que espero te guste el campo…- se sorprendió ante aquella pregunta, reiterando lo de unas horas atrás, ¿No era él mismo quién le llamaba campesino?

Vegeta comenzó a reír, asintiendo un momento después, cosa que colocó una sonrisa en el rostro de Goku. El resto del camino transcurrió en silencio, hasta que finalmente, después de conducir un camino de piedra entre un bosque por más de media hora, estuvieron frente a una fachada elegante y grande. Ambos se bajaron, y el más bajo se quedó impresionado, ¿Cómo podía llamarle casa a eso? ¡Si parecía una mansión!

-Andando, necesitamos bajar tus cosas…- dijo Goku sacando unas maletas de la parte trasera. Vegeta asintió, avanzando y tomando muchas en sus brazos, siguiendo a Goku a través del camino en medio del hermoso jardín, embelesado entre tanta elegancia.

El mayor abrió la puerta, la cual no emitía sonidos extraños ni soltaba polvo, era hermosa. Encendió la luz principal, y avanzó hasta estar dentro, dejándola lo suficientemente abierta para que pasara el otro. Quedó boquiabierto ante la increíble arquitectura y diseño interno. –Siéntete como en casa…- dijo Goku al míralo impresionado como un niño.

No cabía duda que eso era el comienzo de un largo, largo tiempo…

Continuará…

Notas finales:

En el siguiente comienzo ya narrando el pasado, desde el principio, principio, porque si no me hago bolas jajajajajaja. Estoy en mis últimas semanas de clases, y dejan proyectos finales y exámenes del diablo, para los cuales debería estudiar jejeje. Espero tener el siguiente para el viernes, pero si no ya saben por qué. En fin, gracias por leer, saludos y suerte! Cuídense!


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