Kai observaba como la persona que amaba dormía tranquilamente sobre la cama, había tratado de explicarle lo que sospechaba pero el menor se negaba a creer en fantasías, se había dejado caer en la desolación, en el abatimiento, no tenía la suficiente fuerza para reparar el daño causado por esas imágenes, el pelinegro se puso de pie para sentarse en el borde, tomo un paño húmedo para secar el sudor, tenia pesadillas, lo sabía, era capaz de sentir su dolor, su ira, su cansancio.
—Prometo que haré que tu sonrisa vuelva. —Comento besando sus labios, acaricio su rostro. —Te amo.
El hombre salió de la habitación topándose con un extraño equipo, solo eran cuatro personas, sus trajes eran llamativos, el líder se acerco dándole una arma, Kai la tomo entre sus manos revisando su interior, trono su cuello fascinado por el regalo de su bolsillo derecho saco el collar de Up, lo guardo en un puño aprontándolo con furia.
—El equipo de Kim salió esta mañana siguiendo la pista de DooJoon, no entiendo su juego pero quieren que Up este solo en este lugar. —Comento un joven bajito con lentes, sus zapatos eran color rojo. —Solo te ayudaremos con esta misión pero debes entender que no es nuestro trabajo.
—Agradezco tu apoyo Kitty, sé que esos niños están vivos, solo recobrándolos Up aceptará irse con ustedes. —Contesto Kai caminando hacia la salida. —Le traeré como regalo la cabeza de ese bastardo traidor.
El mencionado quien usaba un traje rojo, cabellos blanco comenzó a reír mientras acariciaba la cicatriz de su mejilla, pagar por sus pecados era un trabajo complicado pero estaba cumpliendo su palabra, se giro para observar a su compañero quien solo sonreía complacido, por él decido estar a las órdenes de Shishimato, era un sub equipo en TS, uno de rescate, solo se encargaba de salvar a hombres y llevarlos a un lugar seguro hasta que su jefe daba la orden de dejarlo regresar, en ese momento en su lista solo había dos nombres, YounJae y JongUp, el actual amo de la Familia, Zelo fungiendo el puesto de Shishimato le ordeno salva guardar la existencia de esos dos hombres.
—No entiendo el extraño plan de ese enfermo. —Comento el líder subiendo a la camioneta, otras tres ya estaban listas para seguirlos. —¿Trata de volver loco a Up? ¿Por qué lastimarlo?
—El Dr Kim es un hombre inteligente, fue un peligroso asesino, su forma de hostigar, perseguir a sus presas era sádicamente perfecta. —Contesto un joven de cabello rojo tratando de estirar sus largas piernas. —Usa demasiado la cabeza en estos asuntos.
Ese secreto equipo estaba conformado por siete miembros, en ese momento tres habían viajado a Japón para apoyar YoungJae, los otros cuatro se quedaron debido a que la misión de salvar a los niños era más peligrosa, la camioneta se estaciono en un viejo mercado, el cual estaba a una cuadra de la última posición, esa bodega estaba destrozada a causa de varias explosiones, el lugar estaba en ruinas, no tenia caso ir, las otras camionetas comenzaron a rodear esa zona, Kai les había facilitado una foto del médico Kim y de los niños, decidieron salir a comer a un negocio, se sentaron en una de las mesas de la terraza, para tener una mejor vista del sitio, no pasaron ni un par de horas para que lo detectaran entre la multitud.
—Maldita rata, barrimos la zona y nunca lo encontramos. —Escupió el hombre de lentes. —Es como si buscará a alguien.
—Muévete, no nos tiene que encontrar. —Ordeno el joven de cabello blanco quitándole el collar a Kai, saco lo que estaba en su interior.—Sabe que Up esta aquí por el transmisor.
Kai chasqueo la lengua, saco su arma apuntándole en la cabeza, quería matarlo en ese momento, en ese instante que su sangre hervía por el calor, por la furia, por el odio, a su mente llegaba las lagrimas derramadas por el ser que amaba, llevaba tatuado su dolor en la piel, una mano le obligo bajar su arma, se giro hacia el hombre de la cicatriz quien saco un móvil, les dicto las coordenadas de su presa, debían seguirlo para encontrar su guarida y ver si los niños estaban con él.
—Es astuto el médico, sumergió a Up en un abismo, le hizo creer que había perdido lo que más amaba en el mundo, dejo que tuviera miedo, que se arrastrará en el dolor anhelando por un milagro. —Comento el cuarto hombre que no había hablado en todo el viaje. —Es consciente que Moon vendría a comprobar si en verdad murieron, con el transmisor HyunJoong sabría su ubicación así que fantásticamente buscaría toparse con él.
—Sería el héroe, su historia sería perfecta. —Añadió Kai tomando el collar de la mano del peliblanco. —Debe estar desesperado al ver que su plan fallo, HimChan no murió, debemos darnos prisa.
El resto de los hombres también se puso de pie, esa misma noche atacarían al ex asesino en asueldo, rescatarían a los niños para por fin cumplir su misión mientras tanto tres hombres viajaban con dirección a Japón.
Japón.
YoungJae no paraba de hacer gestos cuando un medico vendaba su herida, sus hombres lo rodearon preocupados tenían la ubicación de Woo bin, era una invitación directa a una trampa, eran consientes que eran muy pocos para atacar un una fortaleza como la de ese sujeto, ellos estaban dispuestos a morir por su líder, sus vidas habían sido completas hasta ese punto, no había remordimientos ni culpas, solo les importaba finalizar sus misiones, no importaba si ellas significaban perecer, Jae al ver que su sanación era finalizada se puso de pie, tomo su arma.
—Es muy peligroso que en su estado salga. —Comento el médico deteniendo al pelinegro pero uno miembro de su equipo lo sujeto del brazo. —Puede morir si no deja que su herida cierre.
—JokoMato no recibe órdenes de nadie si su deseo ese continuar nadie lo detendrá. —Comento un hombre pasándole un arma a su líder. —Todos estamos listos, no podemos esperar por refuerzos.
—Lo sé. —Contesto el pelinegro poniendo más municiones en sus cinturones. —Vamos a rescatar a BaekHo.
Hay eventos en la vida de las personas donde se pone en riesgo su integridad física, moral, por salvar a otro ser humano, en esos instantes podemos huir y cargar con la conciencia tal falta, ser un cobarde, Jae no se consideraba débil, no daría un paso atrás, rescataría a un amigo aún si existían riesgos, ese era el instante donde los lazos de amistad se convertían el lazos de sangre, era su hermano, su familia, no podría abandonar a un familiar, subió a la camioneta tocando su costado, su móvil sonó por lo cual lo contesto, un ligero “Hola” se escucho del otro lado, tuvo que tapar su boca para que un quejido fuera escuchado.
—Hola, has hecho un buen trabajo espero pronto termines con todo para que vuelvas a casa con los niños. —Hablo sin permitir que su pareja contestara. — Espérame en casa prometo volver, quiero que visitemos a mi madre, DaeHyun te amo, siempre serás el único para mí.
Finalizo la llamada sin dejar que la otra persona diera su opinión, abrió la ventanilla lanzando el móvil por ella, una sonrisa se formo en sus labios, el aire acaricio su cabello, se encontraba bien consigo mismo, no tenía miedo, el temor desapareció de su cuerpo, era libre, no más ataduras que lo arrastraran a la pesadumbre, a la desesperación, su decisión estaba tomada, su objetivo era claro, rescataría a Baek y volvería a casa, nadie lo podría alejar de esa meta, toco su costado la sangre ya había traspasado la ropa, sus dedos se mancharon con aquel liquido escarlata.
—Nadie me detendrá, esta noche el causante de mis pesadillas morirá. —Hablo preparando su arma. —Vamos chicos que una divertida fiesta nos espera.
—Yes Sir. —Contestaron sus hombres levantando sus armas. —JokoMato es nuestro maestro.
Todos gritaron, las fascinación por el dolor, es un sentimiento bizarro que tal vez el ser humano es el único ser que lo experimenta, agredir a alguien, ser herido, dos personajes en una batalla, ¿Qué rol nos agrada más? ¿Cuál es menor cruel? ¿Es sencillo lastimar? ¿Es fácil llevar tatuadas cicatrices? Cualquier de las dos partes son débiles, uno por no tener la fuerza para defenderse y la otra por ser el cobarde capaz de infringir daño, Jae estaba cansado de bajar la cabeza cuando se trataba de Wo, no deseaba tener más miedo, era tiempo que los papeles se intercambiaran, darle una cucharada de su propio jarabe.
El Sol se escondió en la lejanía, Kai tomo el antifaz de KekeMato se lo coloco, observo su reflejo en el espejo se giro al notar como Up entraba a la habitación, lucia cansado, pálido, la heridas en su cuerpo apenas estaban cerrando, trato de dibujar una tenue sonrisa pero no tuvo éxito, el pelinegro camino hacía él, lo guardo en sus brazos, acaricio su húmedo cabello, lo tomo por la barbilla, sus labios estaban separados por centímetros, el castaño tenia la vista perdida, había tomado un par de calmantes trataba de mantener su mente en otro lugar, no quería aceptar su nueva realidad, deshizo la distancia entre ambos, beso los labios del más alto se colgó a su cuello.
—No eres tú, no podré detenerme. —Dijo en un susurro Kai cargo al menor en sus brazos para llevarlo a la cama donde lo dejo caer. —Es como si abusará de ti.
Up detuvo el beso pero la cordura de Kai había desaparecido, continúo con sus caricias, con sus besos, lo despojo de la camisa, observo como el dorso del menor estaba vendado, toco aquellas heridas con suma delicadeza, no era lo correcto pero debía hacerlo, era su oportunidad, era un ser humano egoísta, por primera vez tenía la oportunidad de tener lo que tanto anhelo, era un momento difícil, su mente le gritaba detenerse pero su cuerpo no contestaba, lo deseaba más de lo que una vez llegó creer, el menor dejo de pelear solo dejo que el pelinegro hiciera lo que deseara, le permitió que lo poseyera, se aferro a su espalda clavándole las uñas, al final contesto a sus besos, a sus caricias, las lagrimas se hicieron presentes, se hundió en su mirada, fue entonces que entendió que algo estaba sucediendo, un dolor en su parte baja lo despertó de su fantasía, no era un sueño, ese no era HimChan.
—¿Qué tienes planeado hacer? —Le cuestiono, un gemido escapo de su boca. —¿A dónde vas?
—Traeré de vuelta tu sonrisa. —Le contesto limpiando con el dorso de su mano las lágrimas. —Gracias y te amo.
Las lagrimas cobraron más presencia, su vista era difusa, el dolor le decía que no era una fantasía, trataba de enfocar algún punto, sus manos acariciaron ese cabello, en medio de su locura lograba ver el rostro de HimChan, el de Kai, no estaba seguro que estaba pasando con él, se sentía perdido en un callejón sin salida, en un laberinto rodeado de maleza, de neblina que entorpece sus instintitos, le cansancio se hizo presente en su cuerpo, cerró los ojos, su pecho subía, bajaba, ¿fue traicionado? ¿Era el traidor? Llevo sus manos para cubrir su rostro cuando sintió que esa otra persona salía de él, se hizo un ovillo, se escondió en las cobijas, a su mente vino el recuerdo de su niñez, la vez que su padre lo molió a golpes, estaba tirado en el piso rodeado de sangre, lograba ver como Bang peleaba con su progenitor, como lo mataba, quería correr, gritar pero solo se quedo en esa forma esperando que la muerte lo llevará con su madre, a veces solía preguntarse cómo era, escucho como la puerta se cerro, el aire le hizo falta en los pulmones, no fue culpa de Kai, él lo sedujo, él se lo busco, quería sentirse nuevamente vivo, saber si podía levantarse de esa cama, el resultado fue todo lo contrarío ahora más que nunca anhelaba quedarse atado a ese sitio.
Kai salió del cuarto, se recargo en la pared tapándose con la camisa que llevaba en sus manos, no hubiese querido que su primera vez con la persona que amaba fuera de esa manera pero no había logrado contenerse, perdió cualquier contacto con la cordura, con la lógica, un joven de cabello rojo apareció en el pasillo, llevaba una paleta en la boca, una torcida sonrisa se dibujaba en su rostro.
—Es tiempo, ya tenemos ubicada la casa. —Dijo dándole la mano para que se pusiera de pie. —Los niños están con él, ya todo está listo para el ataque.
De un brinco se puso de pie se puso la camisa, se dirigieron a la salida donde un grupo ya lo esperaba, subió a la camioneta poniéndose el antifaz que llevaba en el bolsillo, pasaron un par de minutos antes de llegar a su destino, era una vieja mansión, la guardia no era mucha pero si peligrosa, los niños se encontraban en la parte norte.
—Es una misión de rescate. —Les recordó el líder con la cicatriz. —En el momento que los niños estén a salvo nos largamos del lugar.
El resto contesto con unisonó “Yes Sir”, varios hombres brincaron por la barda del norte, cuando se lograron colar lo suficiente unas camionetas atravesaron el débil portón, se abrieron paso entre balas, buscaban llamar la atención para que los pequeños fueran rescatados, el joven de cabello rojo con el chico de lentes bajaron de una de las camionetas mientras que Kai los acompañaba, derribaron a varios hombres, mientras que el líder y su compañero se colaban por la Mansión para llegar a la habitación de su objetivo, Kim tomo su arma para defender su escondite, no entendía quien los atacaba corrió hacia el lobby donde distinguió el antifaz de kekemato entre la multitud, corrió en su dirección topándose con ese hombre de frente, al ver sus complexión descubrió su identidad.
—Nos volvemos a encontrar Kai ¿Dónde está Up? —Le cuestiono apuntándole a la cabeza, se quitarían las mascaras por primera vez. —¿Cómo descubriste mi traición?
El menor le lanzo el collar con el transmisor deshabilitado, Hyun atrapo el accesorio para después estrellarlo en el piso, su plan había resultado un fiasco desde el momento que HimChan no pereció en el ataque, estaba perdiendo la poca cordura que le quedaba.
—Es una pena que nunca vuelvas a ver a KekeMato. —Le hablo el pelinegro sonriendo. —Nunca lo tendrás.
Los dos dejaron caer sus armas para comenzar una pelea cuerpo a cuerpo, ambos eran dos seres que dejaban que sus instintos los dominaran, uno de ellos solo podría aspirar a ser algo más en la vida de Up, solo una identidad podía sobrevivir de ese enfrentamiento, ambos anhelaban un imposible, algo que nadie podía conseguir ya en el pasado alguien más logro esa meta.
—Tenemos nuestro objetivo. —Se logro escuchar por el comunicador. —Debemos largarnos alguien más viene.
Kai le lanzo una patada al pelinegro mayor sacándole el aire, le dio varios golpes en el costado para después tirarlo en el piso camino para rematarlo pero un disparo lo detuvo, HyunJoong tenía una arma escondida, una maquiavélica sonrisa se formo en el hombre quien de un salto se puso de pie, Kai trato de alcanzar su pistola pero otro disparo se lo impido, toco ambas heridas, una estaba en el costado de su abdomen, la otra en su hombro.
—Es una pena que todo termine aquí y ahora. —Le dijo tomándolo por el cuello, el cañón apunto a la cabeza del integrante de TS. —Di tus últimas palabras.
—Vete al infierno Kim. —Ambos voltearon al escuchar aquella voz tan conocida para ambos. —Tú, eras el maldito traidor.