DaeHyun caminaba desesperadamente por los pasillos de la enorme mansión de TS, abrió la puerta de la oficina del líder sin tocar antes, encontró al maknae sentado sobre el escritorio con unos papeles en la mano quien levanto la mirada fastidiado, el peliplateado le tiro los documentos de un manotazo, la furia lo consumía desde el interior detrás de él apareció un agitado HimChan los dos jóvenes que acompañaban al líder también se pusieron de pie, el intruso levanto la mano para darle una bofetada al menor pero este la detuvo respondiéndole con un golpe en el abdomen.
—Aprende a tener modales primero.—Le escupió el rubio, rápidamente Rap y Rasta sujetaron al mayor evitando que devolviera el golpe.— Por tu actitud debo deducir que no has aceptado mis requerimientos para volver a ver a JaeJae.
—Pequeño bastardo ¿Quién diablos te crees para condicionarme para ver a mi esposo?. —Le contesto levantado las manos señalando que se calmaría. —Solo quiero saber que está bien, no contesta mis mensajes, quiero verlo.
Un suspiro escapo de los labios del líder quien camino hacia su silla, se dejó caer en ella mientras tronaba sus dedos, era momento de enfrentar sus miedos, tarde o temprano muchos como se opondrían a su toma de decisiones, lo enfrentarían cuando les comentara sobre la verdadera ubicación del anterior líder, cerró los ojos para tomar fuerzas de su pasado, de su inmenso amor que aún sentía por su pareja,
—No has terminado tu parte, los dos integrantes de Black escaparon la zona que se suponía que habías recuperado esta nuevamente en conflicto, tu eficiencia ha sido deplorable.—Le hablo en tono frio, el resto de los asistentes abrió la boca sorprendidos por esas crueles frases.— ¿Quieres un premio? Primero haz bien tu trabajo.
—No es justo que digas eso. —Interrumpió el mayor de los presentes dando un golpe sobre el escritorio.—No somos unos soldados ni piezas de ajedrez para que nos recompenses o castigues si nos portamos mal.
El pelinegro estuvo de acuerdo de implementar el plan de B para rescatar a su prometido pero nunca pensó que Zelo lo usaría como recompensa, no le agradaba la actitud que estaba tomando el nuevo líder, sus planes eran perfectos pero también el líder de Black estaba comenzando a mover sus piezas magistralmente, tal vez al menor aún le faltaba un poco de experiencia, honestamente se sentiría más tranquilo si Bang se hacía cargo de la organización, lamentablemente no confiaba en JunHong.
—Tu tampoco tienes derecho de hablar donde tu fallaste Kai triunfo gracias a él tus hijos están a salvo. —Le grito poniéndose de pie, golpeando también la mesa, su mirada se enfrentó a la del mayor.— JongUp está a punto de terminar su misión no tienes idea de lo que ha perdido, ustedes vienen a gritarme a rogar como seres mediocres mientras sus parejas se han destrozado la espalda para salvar a su familia y aún así quieren que los recompense.
Los dos intrusos guardaron silencio, Zelo regreso a su lugar, era la primera vez que hablaba en ese tono, tan amargado, tan seco, estaba dolido de pensar que al terminar la guerra se quedaría solo, debía salvar a su familia pero la desesperación, el miedo lo estaba consumiendo por dentro cada día se quedaba sin fuerzas, sin aliento para pelear, necesitaba de los consejos de Guk, de su sonrisa para continuar su camino, ese era su castigo por ser la causa de la muerte del mayor, apretó sus manos formando un puño.
—Si quieren volver a ver a su pareja cada uno debe asesinar a un líder Black, DaeHyun conoces el rostro de Smile Black así que este regalo es para ti.—El rubio le paso unos mapas donde unas ubicaciones estaban marcadas con rojo, otro grupo de hojas fueron pasadas al segundo mayor de BAP.— HimChan tu trabajo es doble debido a que debes acabar con DooJoon y knight, deben ganarse el derecho de ser parte de esta familia, cuando me traigan sus cabezas yo les daré la ubicación de sus parejas.
Ambos mayores enfurecieron por las órdenes dictadas por el menor del grupo, cada día desconfiaban más de su capacidad, de su fortaleza, querían de vuelta a su líder principal, Bang era su unica fortaleza, solo con él sentían que podían tocar la victoria.
—Quiero discutirlo con YongGuk es tiempo de que vuelva.—Hablo lentamente Him devolviendo los documentos.—Aún eres muy joven para dirigir esta Familia, lo siento JunHongie.
—No, nadie molestará a Bang, ahora yo soy el jefe de la Familia si no aceptan mis condiciones entonces no tenemos nada de qué hablar. —Volvió a gritar el apretó el puño con frustración sus uñas se clavaban en su piel, estaba cansado de pelear contra la marea.—Por favor confíen en mi, por favor solo una vez.
—ShishiMato está haciendo un maravilloso trabajo aunque Black parece recobrar fuerzas no tiene muchas opciones. —Interrumpió RapMon colocándose a lado de Zelo, Rasta hacia lo mismo. —JunHong Bang es ahora nuestro jefe y deberían tenerle más respeto.
Un suspiro escapo de los labios del peliplateado quien despeino su sedoso cabello, si Jae había confiado en el maknae él haría lo mismo, Jun era la otra mitad de Guk, estaba seguro que el gran jefe vigilaba sus pasos y los avalaba, asintió con la cabeza leyendo los documentos antes dados, si su esposo logró completar su misión él haría lo mismo, Him recogió los documentos, creería en las palabras del rubio solo porque Bang las creía, confiaba ciegamente en el mayor y de cierto manera estaba en paz sabiendo que su mejor amigo era el jefe en las penumbras.
—Más te vale que tengas la dirección cuando regrese.—Sentencio Dae caminando hacia la puerta.—Creo en ti jefe.
—Pequeño maknae dije que confiaría en ti y lo haré.—Comento el pelinegro mayor quien se acercaba al rubio para darle un beso en la cabeza susurrándole .—Bang ha de estar orgulloso de ti, lo estás haciendo bien.
Los dos líderes salieron de la habitación, un peso desapareció de los hombros del rubio quien se dejo caer cansado en su silla reclinable, los otros dos líderes se voltearon a mirarlo todos tenían dudas sobre el estado del líder principal pero no solían pensar mucho en ello debido a que todos tenían trabajo que hacer además de confiar ciegamente en su nuevo jefe, se despidieron con un beso en cada mejilla y una reverencia, al verse solo Jun llevo sus manos a su cara, no tenía ni idea donde estaban sus dos hyungs, lo último que le envió Kitty fue un mensaje "Paquetes a salvo" rogaba que estuvieran bien, su mirada se perdió en el horizonte, estaba a punto de anochecer lo más seguro es que sus hermanos mayores saldrían en la madrugada, lentamente cerró los ojos, el cansancio lo estaba desgastando.
Flashback
La gente no paraba de gritar, coreaban el nombre de Jepp Blackman y Zelo, un joven de cabello rubio con un manchón azul brincaba en el escenario, no le interesaba pensar mucho sobre su pasado, esa noche se le estaba permitido cualquier capricho, era su cumpleaños número 19, ondeaba las manos extasiado mientras la gente lo seguía y coreaba su apodo junto al de su hyung favorito, desde ese día sería marcado como mayor de edad, giro su rostro para encontrase con Soul Connection, uno de los grupos underground más famosos de Corea, una nueva melodía dio inicio, olvido completamente que su líder quien bajaba del escenario y tomaba asiento en la zona VIP donde un par de chicas ya lo esperan con los brazos abiertos, el pequeño rubio no dejó de rapear acompañado de sus maestros quienes lo animan cada vez más, al terminar su presentación bajó por las escalares siendo saludado y felicitado por el público quien quedo encantado por su performance, enfoco su vista para captar a su hyung quien trataba de alejar a una cariñosa pelirroja, frunció los labios fastidiado, caminó hacia la mesa para notar que HimChan y JongUp estaban enfrascados en una pelea de labios, toco el brazo de su hyung quien levanto la mirada.
—Me parece que huele a zorra ¿Pueden irse para limpiar el aire?—Hablo fastidiado quitándole la chica al mayor quien hizo un movimiento de manos para correr a las intrusas quien negaban con la cabeza y volteaban a ver al jefe de BAP.—Diles que se larguen, ahora.
—Ya escucharon al cumpleañero.— Contesto el rubio mayor quien tenía un manchón rojo en el frente, se negó a que las mujeres se despidieran o besaran.—¿Enojado? Anda prometí hacer lo que quisieras este día y he cumplido mi palabra.
En los labios del maknae un puchero se formó, cruzo las manos sobre su pecho bastante enojado, el mayor esbozo una enorme sonrisa lo jalo de la mano obligándolo a sentarse en sus piernas, lo sujeto de la barbilla forzándolo a mirarlo a la cara le dio un pequeña lamida en sus blancas mejillas, mordió su labio inferior con burla al ver que sus caricias no surtían efecto su sonrisa se volvió una línea recta, se apoderó de sus caderas con agresividad, lo abrazo fuertemente escondió su rostro en el arco de su cuello, aspiro esa olor a miel envuelta a colonia de bebe, su orgullo estaba partido en dos, nunca pensó volverse loco por un ser humano, anhelaba tanto reprimir lo que sentía, tenía miedo, terror a ser lastimado, solo una vez en su pasado tuvo sentimientos pero SungJong lo había abandonado si Jun hacia lo mismo estaba seguro que no podía levantarse, ese mocoso caprichoso se le estaba colando por la sangre.
—Mi pequeño sunshine ¿aún crees que alguien te puede opacar? Nadie puede brillar como tu.— Dijo recorriendo con su lengua aquella deliciosa piel, lo estrujo más contra sí mismo, un suspiro escapaba de los labios del menor.— El día que puedas domarme serás capaz de tener el mundo a tus pies.
El menor bajo la mirada para cruzarse con los ojos del mayor, se sumergió en ese café oscuro, antes de conocerlo vivía en un conjunto de laberintos, no le encontraba sentido a su vida, su existencia consistía en respirar pero a su lado todo cambio, los colores tuvieron más matices, sus emociones se activaron, amor, resentimiento, deseo, miedo, todos llegaron a duplicarse a tal grado de hacer explotar su pecho, sabía que ese hombre era alguien necio, decidido a no amar pero él lo haría cambiar de opinión, lo volvería loco, un adicto a su piel, sus pulgares delinearon esos delgados labios, a su lado sentía que podía incluso tocar el cielo, unió sus frentes, sus narices se acariciaron,
—Ya eres mío solo que no quieres darte cuenta.— Dijo en un susurro, sus respiraciones se entre mezclaron, uno olía a menta mientras el otro tenía un toque a vino, la perversión e inocencia se envolvían en un solo aliento.— Seré el único que te hará llorar lagrimas se sangre, prometo que solo me amaras a mí.
Sus labios se enfrascaron en una guerra de poder, uno era el maestro y el otro el discípulo pero siempre el aprendiz en determinado momento quiera arre basar al profesor, sus personalidades eran fuertes, sus voluntades poderosas, dos niños caprichosos enfocados a no ceder, las manos delgadas del mayor se introdujeron bajo aquella sudadera holgada, con la yema de sus dedos delineo esa perfecta figura, continuaba siendo solo un adolescente en pleno crecimiento, no existían abdominales, ni músculos fortalecidos solo una delgada piel blanca como la seda, su lengua entro sin pedir permiso aquella cavidad, sus dedos se apoderaron de dos botones rosas, los gemidos escapaban de los labios del menor quien se encontraba extasiado por el contacto, frotaba más su cadera con la del mayor, anhelaba que ese toque fuera más intimo, la ropa le comenzaba a estorbar.
—¿No sientes un poco de pudor? La gente te escuchará. —Comento con voz grave lamiendo su oreja, mordisqueándola, giro su rostro observando que su hermano ya no estaba de seguro ya se habían ido a una habitación, el DaeJae tal vez estaba en un baño disfrutando de una buena ronda. —Vamos al auto.
—¿no quieres que las zorras nos vean? —Cuestiono perversamente mordiendo su barbilla, el mayor observo hacia la barra donde un grupo de chicas los miraban rápidamente una sensual sonrisa se dibujo en sus labios de un movimiento metió la mano en el pantalón del rubio quien tuvo que llevar su mano a su boca para reprimir sus gritos. —Para por favor, detente no quiero manchar mi ropa.
El rubio con el manchón rojo negó con la cabeza, sus dedos delinearon aquella parte sensible, podía percibir lo húmedo que se encontraba el menor quien ahora le clavaba las uñas en su espalda, estar con un hombre o mujer no le significaba una gran diferencia, para él era lo mismo, él seleccionaba a sus amantes por el olor de su piel, por el calor de sus piernas, cada uno debía ser especia, chicos, chicas, nunca le importo un genero en especifico, notó como espasmo recorría la espalda del menor, sus dedos se mancharon de un liquido blanco, las saco de ese escondite para lamer cada uno de ellos, las chicas se giraron asqueadas, recostó la cabeza en el sillón, Jun unía sus frentes, sus ojos estaban cerrados, mordía su labio inferior tratando de contener la tanda de gemidos, sus mejillas sonrojadas eran lo más tierno nunca antes visto, lo tomo del rostro, lamio la comisura de su boca.
—No me importa lo que diga la gente, tu y mi Familia son lo único que me interesa, mi pequeño Sunshine no temas del resto del mundo, yo estoy aquí para cuidarte. —Dijo besándolo, la respiración de Zelo entra intermitente. —Tengo un pacto con el demonio y nunca moriré, jamás me podrán separar de ti, a donde vayas ahí estaré mis ojos te seguirán aún en medio de un mar de gente, eres solo mío.
Jun se sumergió nuevamente en esa penetrante mirada, una llama nacía en esas orbes cafés comenzaba a creer que en verdad era un demonio, lo creía inmortal, omnipresente, hundió sus dedos en ese rubio cabello, estaba seguro que aún después que lo mataran continuaría a su lado, YongGuk nunca moriría porque viviría por siempre en sus recuerdos, en su corazón, hasta el día que olvidara en sonido de su voz, la suavidad de su piel, el aroma de su cuerpo estaría a su lado, cuidándolo como un ángel de la muerte, la punta de sus narices quedaron unidas, nadie los separaría, era como un niño creyéndole a su papá de que los súper héroes existen, un evento improbable pero creíble por que una persona en la que confías te lo dice, sus labios se unieron en un desespero beso, el mayor se puso de pie con el maknae enrollado en la cintura, la gente les abría paso, sabían quiénes eran y nadie quería morir joven, llegaron al auto donde se recostaron en el asiento trasero.
—Nunca te decepcionaré, confía en mí. —Hablo entre jadeos el rubio con el manchón azul. —Siempre te sentirás orgulloso de mí.
—Mientras sigas sonriendo continuare estando a tu lado. —Contesto el mayor quitándose la camisa, dejando su dorso desnudo. —Eres como yo, indestructible, poderoso, por esa razón te has convertido en mi otra mitad.
FIN Flashback
El nuevo líder abrió los ojos debido a que alguien tocaba a su puerta observo como V dejaba una bandeja de comida sobre su escritorio agradeció con una inocente sonrisa, el intruso se sonrojo por el acto devolvió el gesto de la misma manera.
—Es bueno ver que estas feliz Appa.—Hablo caminando hacia el mayor depositando un beso en su cabello y después escapar por la puerta. —Esa sonrisa es la que tanto ama Appa Bang.
El líder al verse solo rápidamente camino hacia la ventana donde su dibuja su reflejo, sus ojos brillaban, sus dientes blancos se asomaban en la abertura de su boca por un instante creyó ver los unos ojos observarlo por la ventana, era verdad si Guk estaba muerto ahora era su ángel negro de la guarda, nunca estaría solo, volvió a su silla para continuar con su trabajo las fuerzas habían regresado a su cuerpo.
DaeHyun secaba su cabello húmedo mientras salía del baño un suspiro se escucho en la habitación, el silencio era algo cruel después de que en esas cuatro paredes meses antes había estada inundadas de gritos, unas muñecas se encontraban regadas en el piso junto un libro de fantasía, nunca pensó que se volvería un hombre de familia, se dejo caer sobre la cama aún estaba el olor de su pareja, cerró los ojos tratando de recordar los buenos tiempos.
Flashback
YonugJae recorría los pasillos del colegio con cierto aire de desesperación observo la hora que marcaba su reloj, estaba seguro que la profesora no lo dejaría entrar a la clase, era el chico más odiado en el salón todo por tener un promedio perfecto además de evidenciar los deficiencias de la docente, era su último año de preparatoria llego a la puerta que daba al techo noto que la cerradura había sido forzada, un suspiro escapo de su boca la abrió encontrándose con el amplio cielo, observo una pequeña figura sentada en el piso mientras se recargaba en la pared llevaba un cigarro en la boca.
—No entiendes que te hace daño fumar esta cosa ¿Para qué me buscabas?.— Cuestiono violentamente quitándole el cigarro para después pisarlo, el castaño abrió los ojos sorprendido, una maquiavélica sonrisa apareció.— Es otra de tus bromitas, estoy cansado.
—Por favor no necesitas estudiar tenemos el dinero que deseemos.— Se defendió el mayor saltando para quedar de pie, rápidamente apreso en sus brazos al joven de cabellos color uva.— Estoy cansado que me ignores en clase sé que quieres proteger tu reputación pero me harte de esta porquería.
El menor se giró para colgarse del cuello de su captor, le dio un pequeño beso en la frente, en las mejillas, en su puchero recién formado, adoraba cuando se comportaba como un niño berrinchudo le gustaba consentirlo después de hacerlo sufrir, era algo cruel pero le fascinaba las sensación de saber que Dae solo tenía ojos para él, paso la punta de su lengua sobre aquellos carnosos labios, sabía que el castaño no se aguantaría más.
—Es nuestro último semestre además sabes que es una promesa hacia mi madre. —Contesto introduciendo sus dedos bajo el desordenado uniforme del mayor, rasguño su canela piel.— ¿Qué travesura tienes planeada? Me encantas cuando estas molesto.
Jae ataco los labios del mayor hambrientamente, DaeHyun lo arrempujo hasta arrinconarlo en la muro de la azotea el cual tenía la mitad de pared y la parte alta una valla que cubría el perímetro del techo, de ahí podían ver las canchas de fútbol donde seguro había un grupo tomando su clase de deportes, las manos del castaño se deslizaron rápidamente al cierre del pantalón del menor, acaricio su entre pierna logrando que miles de gemidos escaparan de sus labios, amaba llevarlo al límite para que rompieran las reglas, le fascinaba el juego que iniciaban cuando comenzaban a ir al colegio, el menor era el niño bueno, el estudiante modelo mientras que el mayor era el rebelde, el jugador, el chico malo del salón, quien continuamente visitaba la oficina del director, levanto la mirada para notar como las mejillas de su pareja estaban completamente rojas.
—Detente nos pueden ver, no quiero que nos vuelvan a expulsar. —Comento entre jadeos tratando de detener la mano del mayor pero su terror aumento cuando notó que sus labios se dirigían a esa zona.—No podré resistir más.
—De eso se trata el juego pequeño ratón de biblioteca, yo soy el chico malo que llega abusar del tímido niño come libros.—Contesto relamiendo sus labios. —Quiero que grites mi nombre, recuerda que eres mío, detesto que esas estúpidas niñas no dejen de coquetearte, odio que te volteen a mirar, aborrezco que alguien te toque.
El joven de cabello corto quiso oponerse pero la lengua juguetona que rondaba sus muslos no lo dejo hablar, sus manos se sumergieron en ese sedoso pelo color castaño, se recargo en el barandal, a sus oídos llegaban los gritos de los alumnos que jugaban en el primer piso aunque estuvieran en el pecho del cuarto sabía que lo estaban viendo, esa idea solo aumento el calor en su cuerpo, balbuceos escapaban de sus labios, no dejaba de repetir el nombre de la persona que lo llevaba al éxtasis llegó a su límite por lo cual se tapo la boca con el dorso de su mano ante este gesto el mayor frunció la ceja se incorporo para volver a estar a la altura del menor, un hilo blanco corría por su cuello, Jae lo lamio con la punta de su lengua.
—Cada día eres más pervertido, me fascinas. —Dijo mordiéndole el labio inferior, sus manos se dirigieron a ese trasero de burbuja, enfoco su vista observando como un joven de cabellos color rosa subía a la moto de su líder. —Como quiere Bang que JunHongie tenga buenas calificaciones si continua llevándoselo de pinta.
—El maknae es como Bang, piensan lo mismo, sienten lo mismo, sus instintos son idénticos créeme que es inteligente y por eso aprueba todas las materias.—Contesto dándose la vuelta alzo sus manos para sujetarse de la reja levantando las caderas escucho como el cinturón del castaño golpeaba el piso. —Si un día Guk muere el líder de BAP será Zelo, es el único capaz de llenar el lugar de nuestro jefe.
Dae asintió mientras sus manos recorrían la espalda del menor se sumergió en él, se acerco a su cuello para atacarlo, en esos instante la vida misma perdía su sentido lo único que le importaba era tener a su lado a Jae, solo respiraba por él, por su piel, por su calor, si no fuera por su amor sería un cruel asesino asueldo, no tendría conciencia, ni sentiría remordimientos, el menor era su guía espiritual, le fascinaba la manera que confiaba en las personas, la fe que lograba a depositar en ellas, caminaría siempre bajo su criterio, él era su brújula en un desordenado mundo.
Fin flasback
El paliplateado abrió los ojos por una fracción de segundo logro ver la figura de su esposo dormir a su lado, mirándolo con ternura y dulzura, una sonrisa se formo en sus secos labios.
—Confiaré en Zelo porque tú has depositado tu fe en él. —Comento al aire para volver a soñar. —Regresa a casa por favor.
HimChan acomodaba la ropa regada de sus pequeños aunque fuera media noche no lograba dormir se dejo caer de espaldas sobre la suave alfombra de su habitación, nunca pensó que sus decisiones lo llevarían al punto donde estaba parado, se abrazo a una camisa de su prometido, tenía su aroma, su esencia, cerró los ojos deseando que Morfeo por fin lo llevará al mundo de los sueños.
Flashback
Las ventanas de la habitación se movían con el aire que las atravesaba afuera de la habitación una enorme alberca se mostraba, en ella dos jovencitas jugaban con el agua, dos jóvenes se les unieron para formar dos equipos de esa manera pasaron la tarde las cuatro personas, entre juegos, gritos y sonrisas, eran las primeras vacaciones que tenían como Familia, Him había llevado a sus dos niñas, Yerin y Jimin a conocer el mar, ese había sido su promesa si las dos pequeñas terminaban sus cursos con excelentes calificaciones, la noche llego cargada de miles de estrellas, JongUp caminaba por la orilla del mar, sumergía sus pies en la arena mientras un pelinegro lo abrazaba por la espalda, ambos daban pasos sincronizados.
—Appa regresaremos al Hotel, estamos muy cansadas. —Interrumpió una pelinegra abrazando a los dos mayores.—Los queremos mucho.
Una sonrisa se dibujo en los labios de ambos chicos quienes se despidieron de un movimiento de manos, ellos continuaron su recorrido por la orilla de la playa, sus labios se encontraron desesperadamente, el menor se giro para colgarse del cuello del mayor quien lo sujeto por la cadera para que sus cuerpos rozaran peligrosamente tenían todo el lugar para ellos solos, era una playa privada, una de las ventajas de convertirse en mafioso es que el dinero comenzaba a sobrarles, una torcida sonrisa se dibujo en el menor quien de un movimiento de pies tiro al pelinegro sobre la arena, se coloco encima de él para continuar devorando sus labios.
—Serás una buena madre. —Comento con picardía el rubio adentrando sus manos debajo de la camisa del mayor. —Tienes ese agradable aroma femenino que las mujeres desprenden cuando tienen hijos.
El mayor levanto la ceja con duda cerró los ojos dejándose llevar por las caricias que le proporcionaba su pareja los botones de su camisa se perdieron en los granos de arena, Up disfruto aquella perfecta vista adoraba la blancura que resaltaba en la oscuridad, con la punta de su lengua recorrió aquella extensión de piel, el sabor a sal llegaba a sus pupilas gustativas, nuevamente se encontró con esa sensual mirada, con esos labios entre abiertos, por primera vez se creyó vencedor pero un rápido movimiento del mayor le recordó quien mandaba en esa relación.
—Tal vez yo haga el papel de mamá frente a las niñas pero tú siempre serás mi chica en la cama. —Dijo sensualmente lamiendo el oído del menor quien estaba siendo desnudado hábilmente.—Eres lo más perfecto que han visto mis ojos.
—Por favor aquí no, alguien nos puede ver. —Dijo entre gemidos al notar como una boca torturaba su pecho.—¿Sigues enojado porque te ganamos en el partido? No deberías ser tan vengativo.
El rubio no pudo continuar debido a que sus palabras fueran reemplazadas por sonoros gemidos, sus piernas se abrían completamente mientras el pelinegro sumergía su rostro en ellas, la luna se dibujaba a lo lejos, el mar la reflejaba en sus calmadas olas, unas manos lo roturaban, lo acariciaban llevándolo al límite, no podía negar que esas escapadas siempre despertaban los sentimientos más puros de su amante quien solo fingía ser un chico fuerte, temía ser abandonado o desplazado como sus padres lo hicieron cuando era niño, instintivamente sus manos se adentraron a ese cabello negro como la noche.
—Tener una familia no te vuelve más débil es lo todo lo contrario te convierte en un ser invencible. —Hablo tomándolo por la barbilla para que sus miradas se cruzaran mordió su labio inferior. —Nunca te rindas, nunca dejes de pelear yo estaré a tu lado, yo limpiare tus heridas.
El pelinegro no pudo contestar debido a que las palabras se quedaron atoradas en su garganta, tenía miedo amar, a forma lazos que después no pudiera desaparecer, su camisa fue a dar al mar al igual que su pantalón, esa noche le haría el amor a ese niño que le enseño que siempre había una salida a sus problemas, quien le sonrío, la primera persona que en verdad lo necesito, le dio sentido a su existencia, lo seguiría aún después de la muerte, se convertiría en alguien que admirara, solo anhelaba tener su atención.
—Tus ojos solo deben estar sobre mí. —Dijo sensualmente mezclando sus alientos, se introdujo en él con ternura, sin desaparecer su contacto visual, adoraba verlo sonrojarse, morder su labio inferior, gritar su nombre. —Haré que te sientas orgulloso de mí.
Fin flashback