- ¿Qué clase de broma es esta, Stark? - preguntó mirándolo de reojo y sorprendiéndose porque estuviera tan tranquilo.
- Oh... reconozco esa expresión amigo... ¡bienvenido a la fiesta!
El rubio seguía observando a Loki casi sin pestañear, intentando encontrarle un sentido a todo aquello. Éste mientras tanto se cruzó de brazos y se dispuso a romper el incómodo silencio.
- Vaya... el increíble Capitán... - lo nombró con un tono de burla.- Sin tu colorido uniforme y tu escudo no eres nada más que un humano corriente.
Steve frunció el ceño molesto por el comentario.
- Bueno, bueno... No es que vayamos de gala ninguno de los tres... - intervino Tony para evitar que se caldeara el ambiente.
Rogers se giró hacia el genio.
- ¿Podemos hablar? - observó cómo Loki sonreía mientras seguía siendo visto con furia. - En privado.
- Sí, sí, por favor... - intervino el asgardiano antes de que el humano le respondiera. - Así podré por fin ver tranquilo la televisión.
Tony contuvo a Steve, puesto que estaba bastante alterado y parecía que quería reprender al jotun por su conducta maleducada. Subieron a la cocina del piso superior. Había un gran comedor que comunicaba con el pasillo mediante arcos, y la cocina tenía una puerta corrediza que cerraron para tener mayor intimidad.
- Bien... a ver... - el rubio daba vueltas de un lado a otro sin parar, mientras se frotaba la cara con una mano y el otro brazo lo mantenía cruzado sobre su abdomen. - ¿Qué demonios está pasando aquí? ¿Qué hace él aquí?
- Es una larga historia...
- ¡Pues ya estás tardando en empezar a hablar! - subió un poco el tono perdiendo la paciencia, lo cual sorprendió a Tony. - Lo siento... es que... rayos - se apretó el ceño con los dedos - No entiendo nada...
Stark le relató el cómo había aparecido de repente en su torre bajo la apariencia de Pepper, sin mencionar nada sobre las pervertidas aventuras que tuvieron después. También comentó el tipo de convivencia que habían tenido en las últimas dos semanas, el sistema de rastreo que le había colocado a traición y cómo lo había mantenido encerrado en esos pisos sin que hubiera ninguna queja de su parte. Básicamente, lo mismo que le dijo a Bruce.
- Todo es demasiado extraño...
- Lo sé, pero lo menos que quería era que se pusiera en mi contra - cogió una manzana del frutero y le ofreció otra al capitán. - No tengo ni idea de qué trama o qué demonios le ha pasado en Asgard desde que lo vimos por última vez. Sólo sé que no parece el mismo.
- ¿Ha intentado... hacerte algo? Con sus poderes... - preguntó preocupado el rubio.
A Tony le pilló por sorpresa la pregunta y casi se atraganta recordando lo acontecido con la ilusión en la cama.
- No, no ha intentado nada. Sé que es muy raro, pero no ha intentado atacarme ni hacerme daño. Aunque sigue teniendo ese horrible carácter - levantó sus cejas mientras miraba la manzana. - Ya sabes... su complejo de divo...
- Ni que hubiera venido aquí de vacaciones...
- Me alegra que al final te lo estés tomando con buen humor.
- ¿Has conseguido sacarle... algún tipo de información?
- No... Lo cierto es que pocas personas he conocido que sean tan reservadas como este extraterrestre. Aunque el alcohol siempre ayuda.
Steve puso cara de asombro al imaginarse la situación.
- Pues a lo mejor hay que volver a intentarlo.
- No creo que vuelva a bajar tanto la guardia, y menos ahora que somos cuatro.
- ... ¿Cuatro?
- Oh sí. Bruce ha vuelto de su congreso en Boston, y al contarle la situación se negó a dejarme solo. Ha sido como mi guardaespaldas durante estos días.
- Y se ha tomado... ¿bien? esto...
Tony sonrió vagamente meditativo.
- Ese chico tal vez sea un poco bromista con su problemilla y seguramente tiene bastante miedo de sí mismo, pero controla el gigante verde mejor de lo que cree. Se pasa el día metido en los laboratorios ya que convivir con el extraterrestre le causará estrés, pero ha permanecido aquí pese a ello. Estamos en contacto en todo momento - señaló su pulsera. - Y ahora que lo pienso... - de pronto soltó una carcajada ante lo cual Steve lo miró extrañado - en última instancia podríamos utilizarlo para meterle a Loki el alcohol con un embudo, a ver si así habla.
El rubio enarcó las cejas imaginándose la barbárica escena.
- Un buen trabajo en equipo...
El castaño soltó una carcajada visualizando cómo sería ese descabellado plan de ataque.
- Sería una excelente situación para darle otra connotación al "protocolo de fiesta".
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La noche transcurrió sin ningún tipo de acontecimiento importante. Tony le proporcionó a Steve una habitación donde poder dormir y dejar sus cosas. No sabía si era porque había ido allí con la intención de quedarse o porque se lo llevaba a todas partes, pero ahí se encontraba una bolsa con su traje y el famoso escudo.
El capitán se negó a dejar que el genio hiciera solo la cena y le ayudó a prepararla. Justo cuando estaban terminando apareció Bruce, que se sorprendió al ver al nuevo inquilino. Dejó su bolso en una silla para saludar.
- Me alegra saber que se encuentra bien, capitán. Nos tenía realmente preocupados.
- Siento haberos hecho pasar un mal trago. Y también me alegro de verlo de nuevo, Doctor Banner.
- Oh venga chicos... - el ingeniero dejó sobre la mesa una fuente de ensalada de pasta y otra con muslitos de pollo. - ¿Con lo que hemos pasado y aún utilizáis tantas formalidades?
Ambos sonrieron un poco incómodos. No era lo mismo dirigirse a una persona tan poco formal como era Tony que comunicarse entre ellos, por mucho que él lo viera normal.
- ¿Y cuándo ha venido? - preguntó el físico.
- No hace mucho, mientras tú terminabas abajo.
- Entonces habrá que ponerle al día - comentó mientras medio sonreía y ayudaba a Tony a terminar de poner la mesa.
- Ya le he comentado todo - Bruce lo observó en silencio un momento y Tony entendió perfectamente lo que quería decir con esa mirada. - Así que vamos a llamar a la princesita para que venga a cenar.
Lo cierto es que fue un rato bastante incómodo. Tony ya se había acostumbrado a la presencia del jotun, pero Steve lo observaba a ratos por el rabillo del ojo mientras no se eliminaba de su cara un gesto de desaprobación, y Banner se limitaba a mirar el plato totalmente metido en su mundo. Por suerte, Loki en seguida terminó, y sin haber hablado ni mirado a nadie, volvió a su habitación siendo consciente de que no era bien recibido en la sala. No estaba dispuesto a aguantar ese tenso ambiente rodeado de estúpidos humanos.
- ¿Es siempre tan... simpático? - preguntó el rubio una vez se quedaron los tres solos.
- Contigo mirándolo con cara de querer meterle una paliza no creo que le entren muchas ganas de hablar - respondió el ingeniero con burla.
- Yo estoy contento mientras no moleste ni intente nada raro... - comentó el físico mientras terminaba de comer.
Steve se encontraba cansado por el viaje así que decidió irse a dormir pronto. Los dos genios se quedaron un rato en el salón viendo la televisión.
- Hoy creo que daban alguna película de ciencia ficción - comentó Tony.
- A ti te gustaban esas cosas, ¿no?
- Las de suspense tampoco están mal - observó al físico, risueño. - Pero si prefieres algo más tranquilo tampoco me importa eh - Bruce sonrió mientras daba un trago de la infusión que se había preparado. - ¿Valeriana?
- Sí, bueno... Realmente no sé si me hace efecto, pero aunque sea un mero efecto placebo, duermo mejor.
El ingeniero se levantó un momento a hacer palomitas y al volver recordó la conversación que había tenido con el rubio.
- Por cierto, he hablado con Steve sobre SHIELD. Al final es cierto que se ha disuelto.
- Vaya... - miró el vaso preocupado. - Entonces ahora va a ser más difícil manejar todo. Sin helitransportes con jaulas de cristal, ni submarinos acorazados - Tony soltó una carcajada por el humor sarcástico que hacía el físico consigo mismo. - ¿Y también sospecha... lo de las gemas?
- No hace falta ser un genio para darse cuenta de eso. Hay algo grande ocurriendo ahí fuera...
Bruce suspiró cansado.
- Y yo que pensaba que iba a poderme quedar en esta vida de científico aburrido durante más tiempo...
Ambos se pusieron finalmente a ver la película y, efectivamente, la infusión hacía efecto. Aproximadamente hacia la mitad de la misma, Bruce empezó a estar somnoliento y su cuerpo fue venciendo el peso, inclinándose hacia Tony, hasta que su cabeza se apoyó sobre su hombro. El ingeniero notó la presión y desvió la mirada de la pantalla para encontrarse con su compañero plácidamente dormido. Observó su rostro tranquilo y ese pelo enmarañado lleno de canas.
- Parece mentira que este mismo hombre se transforme en ese bicho enorme. Ahora mismo parece un peluche inofensivo.
Como era un poco más bajito que él, fue bastante cómodo pasar el brazo por encima de sus hombros, y lo dejó apoyado sobre su pecho mientras seguía durmiendo. Volvió a alcanzar el bol de palomitas mientras reanudaba la película. Aún así, se sintió algo ansioso por tenerlo tan cerca y a ratos se desconcentraba y volvía a mirarlo, extrañándose por su comportamiento.
- Últimamente estoy raro de narices...
Cuando terminó el film, se levantó con cuidado y lo dejó caer lentamente sobre el sofá, hasta que se quedó tumbado. Parecía que tenía un sueño bastante profundo. Le dio lástima despertarlo y lo tapó con una manta. Sabía que ese sofá era tan cómodo como una cama porque ya había dormido ahí en ocasiones. Tras recoger todo un poco, se quedó observando durante un momento al genio durmiente. Recordó las palabras que le había dicho Loki y notó una opresión en su pecho. No pudo evitar sentirse un poco miserable porque nunca le había agradecido a Bruce la compañía que le había brindado. Se sentó en el suelo junto a él, apoyando el codo en el sofá y su cabeza sobre la palma, mientras lo observaba y se sumía en sus pensamientos.
Tras la invasión alienígena, fue él quien le invitó a trabajar en Industrias Stark, pero el físico no tendría por qué haberse preocupado por él como lo hizo. Incluso cuando empezó a tener problemas serios con Pepper, siempre estuvo ahí dispuesto a escuchar.
- Teniendo en cuenta su problema, yo le he debido parecer un infantil inmaduro incapaz de afrontar lo que le venía encima - desvió la mirada, un poco avergonzado. - Sin su apoyo todo hubiera sido mucho más difícil.
Volvió a observarlo durante unos segundos, fijándose cómo respiraba tranquilamente acurrucado en el sofá. Se percató de que tenía la boca medio abierta y se quedó mirando sus carnosos labios sin darse cuenta. Como si una fuerza lo empujara, su cuerpo fue encorvándose lentamente hacia delante, hasta que estuvo tan cerca de su rostro como para sentir su aliento. Cuando volvió en sí analizó la situación: estaba observando a su amigo científico mientras dormía y... ¿en qué demonios estaba pensando?
- Esa maldita cabra me ha tenido que hacer algo en la cabeza, ¡porque esto no es normal!
Se separó del sofá algo enfadado consigo mismo por su comportamiento. Tras poner su mente en orden arropó un poco al genio y le acarició la cabeza.
- Gracias por todo, Bruce.
Dicho eso le dio un beso en la frente y se dirigió a su habitación.