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Casamiento por honor... No por amor por serenituegt

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Capitulo: 6 Un día más...

-El hombre con quien te casaras, no le importara penetrarte. Y golpear el rostro de tu hijo con su pene... el solo tratara de darse placer, como animal en celo. 

Sasuke no había pensado mucho en eso... “Pero para eso estaba su amoroso tío” Para poner es su mente las peores circunstancias en su cabeza...

-¡No solo será denigrante para ti!... sino tan bien para la creatura... Ese hombre puede hacerle daño, y claro está. A él no le importara, mejor para el si lo pierdes... pues quien quiere un bastado, ostentando su herencia y llevando su nombre...

El rostro del pequeño moreno se afligió, sus ojos se humedecieron y últimamente, no dejaba de pensar en todo lo que decía su tío ¿pero?... ¿Qué podía hacer él? Dejar a su hijo no era una opción, pues si lo fuera. Un simple aborto lo hubiera solucionado todo...

-Un Uchiha es un Uchiha... –dijo entre susurros, mientras su tío se alejada de el-

-“Di lo que quieras mocoso” –retomo su libro y comenzó a mover las hojas- Pero un aborto sería lo mejor, dejarías de pasar tantas penas, e incluso te ahorrarías las futuras.

Sasuke limpio sus ojos, antes de derramar alguna lagrima, se recargo a un costado del carro y con su capa trato de dormir un poco.

 

El día recién había comenzado más en la mansión Uzumaki, no se perdía el tiempo... –Bien ya he firmado el trato de confidencialidad... ¡Cual es!... Ese trato millonario.

Fugaku y Kushina se encontraban en cerrados en la oficina de Minato. El moreno miraba por la gran ventana, que se encontraba de tras del escritorio y la mujer, desesperad como ansiosa.

Deseaba que el moreno, se apresurase y la sacara de esa incertidumbre –Tengo un hijo doncel de quince años... Deseoso de casarse –Kushina levanto una ceja y una sonrisa ilumino sus labios, mientras un brillo de ambición surcaba sus ojos-

-¡¿Deseoso de casarse?! –repitió en forma cantarina- Acaso el joven es poco agraciado –ataco la peli-roja. Aunque en eso Fugaku se voltio y Kushina pudo observar unos ojos rojos, que le quitaron el aliento-

-Es más que eso... –dijo el hombre sin darse cuenta y abriendo una puerta a la confusión-

Kushina abrió los ojos, en un gesto de asco... –El... –tartamudeo- El... Él está deforma... –las palabras de la mujer despertaron de su transe al varón y sonrió-

-ja... Mi Sasuke es divino... Es la viva imagen de su madre, cuando tenía esa edad –Kushina permaneció callada, pues al parecer el asunto no iba por donde ella creía, espero a que Fugaku respirara y dejara de sonreír- “Te diere lo mismo que le dije a tu hijo”... ¡Quiero un nombre!...

La mujer alzo una ceja, ya que cada vez entendía menos -¡Yo quiero un nombre!... Y ustedes necesitan salir de la inmundicia en la cual, tu ambición los ha sumergido.... –la mujer apretó los dientes más continuo callada, con el rostro irritado- Estoy dispuesto a darles todo lo que perdieron, y multiplicarlo por cuatro en peso oro...

Kushina se exalto, ya que lo que ofrecía no podía ser. Pues los Uzumaki en sus buenos tiempos, eran más ricos que cualquier rey, y multiplicarlo sonaba como algo imposible...

-Estas diciendo disparates... Ningún hombre tiene tanto dinero –exclamo rodando los ojos y caminando hacia la entrada-

-Tal vez yo no... Pero Mikoto si...

La peli-roja estaba a punto de salir de la habitación, pero al escuchar el nombre de Mikoto esta palideció –Mikoto era la única hija de una poderosa familia de feudales... sus primos tomaron el poder al morís sus padre. Pero ellos siendo feudales previnieron todo y la dejaron más que remunerada. Tal vez sus primos tendrían el título, pero ella tenía el dinero.

Kushina se giró lentamente, pues semejante sorpresa la dejo sin aliento –Entonces... mi hijo solo tiene que casarse y tú nos darás el dinero de Mikoto.

Fugaku no era tonto y tenía que dejar a su hijo bien protegido –Primero firmaran un acuerdo prenupcial –la sonrisa de Kushina y sus nervios no se hicieron esperar- Bueno eso si primero tu hijo, me escucha...

-¿Que más hay?... –pregunto groseramente y el varón la fulmino- Yo... Yo  lo lamento... Pero si estas casando a tu hijo y estas dando una fortuna ¡más que tentadora!... Es porque hay algo mas –la quijada del moreno se tensó y su garganta se endureció, fue entonces que Kushina lo supo-

-El esta deshonrado –el hombre al escuchar eso, golpeo el escritorio con toda su fuerza, desclavijando grietas por todo el mueble-

-Tranquilízate... A mí eso no me importa... Pero quiero ayudar -termino con un tono maternal-

-Claro por qué te conviene –el tono de Fugaku fue irónico, como soberbio

-Hagamos una boda por los cielos –manifestó felicidad, ante la atenta mirada del varón-

-Sasuke esta embarazado –soltó de golpe, tomando por sorpresa a la peli-roja y causándole un nerviosismo, que trato de no mostrar

-Tengo muchas ideas para la ceremonia –miro al hombre, tratando de cambiando de tema y restándole importancia al embarazo- Pero nuestra prioridad, será el cuarto del bebe –aclaro, como diciendo que aceptaba el hecho-

Pero Fugaku quería dejar todo más que claro... Kushina lo miro y este hablo –Tu hijo debe aceptar al bebe de mi Sasuke... no pido que lo ame, solo que le dé un nombre.

 

Naruto y Jiraiya habían cargado el carruaje, con medicamento para una semana. Pero Itachi no aprecia y estos no deseaban esperar a dentro...

-¡Donde estará ese mal parido! –hablo entre dientes en más joven- Quien se cree para hacernos espera.

Jiraiya observo con el rabillo al rubio, tratando de entender su comportamiento –Puedes explicarme, porque tanto descontento con el Uchiha... Ya que el solo ha mostrado amabilidad

Al escuchar esto en su mente, se presentó la imagen de su peli-rojo hermanito... – ¿Dime Naruto?... ¡Que es eso, por lo que no tragas al Uchiha! –pregunto intrigado y con queja- ¿Sabes que Fugaku y tu padre, son amigos de la infancia?... –dijo con reclamo, perplejidad, como alteración. Causando interés en el rubio-

-“¿Por qué te has puesto de esta forma?” –Naruto miro a su abuelo, el cual tenía el rostro desencajado- Hay algo que deba saber, con respecto a los Uchiha...

Jiraiya sabía lo de Minato, con Fugaku. Lo sabía desde que eran niños, y por eso los habían casado... para que olvidaran esas estúpidas ideas de estar juntos. Y que Fugaku regresara, se le hacía repugnante... Tenía miedo de que algo pasara, había tantas cosas malas sobre esta visita.

-Dejemos el tema quieres... –exclamo el viejo, como si nada del mundo pasara. Cosa que causo una duda en el joven- Vayamos a beber un poco... Tengo la garganta seca desde el amanecer.

Naruto cabizbajo siguió a su abuelo, sumergido en su pensar, sin percatarse. Que todas las miradas lo veían, con desprecio, rabia, y algunas con odio.

Orochimaru había sembrado la semilla del mal, en los corazones de los ciudadanos – ¡No deberían estar aquí!... –grito alguien- “¡Porque no se largan a su inmundicia!”... ¡Nos dan asco, malditos!...

El kitsune estaba tan sumergido en sus pensamientos, que estos insultos pasaron de él. Hasta que una pierda lo golpeó en la cabeza. Mas el auto reflejo del joven fue sobar el golpe, y esto lo dejo sin tiempo.

Ya que cuando se despabilo, un mundo de gente, lo rodeaba –¡¡Asesino!!.... “¡Asesino!” –gritaba la muchedumbre- “Los Uzumaki están malditos”... ¡Asesino!...

Naruto levanto la cara y al mirar los ojos de la gente, una punzada lo lleno de rabia. –Los Uzumaki se han convertido en una plasta de mierda... Ellos traerán la maldición a nuestra ciudad... “Ellos están malditos”...  –grito por ultimo una mujer, para después empezar una lluvia de piedras-

-Hay que irnos de aquí... Esta gente puede matarnos –acento el viejo, que sujeto del brazo a su nieto, ya que este no se movía y dejaba que las piedras lo golpearan-

-Todos ustedes... Malditos, se arrepentirán... –clamo con rabia el rubio- Uno por uno los acabare.... –Jiraiya siguió jalando a su nieto, pero este poco se movía. Hasta que noto, que las piedras habían cesado...

Sin entender el anciano miro a la turba y trato de entender que los había detenido. Busco con la mirada, hasta ver que unos cuantos miraban detrás de ellos. Al voltear la mirada, el viejo contemplo una figura que lo dejo sin aliento...

-Me... Ma... –fue a lo único, que pudo articular-

-“¡Que está sucediendo aquí!” –acribillo con voz seca y mal humor el recién llegado-

Los ciudadanos empezaron a dispersarse, más uno tuvo el valor de enfrentarse –Esta escoria de aquí... –esas fueron todas las palabras que dijo el susodicho, pues al escuchar escoria. Naruto se lanzó sobre este-

-¡Retráctate!... “Retráctate maldito”... ¡Mi familia por muchos años ha sido la mayor beneficencia, de este lugar! como pueden tratarnos de esta forma... Nosotros solo los hemos ayudado...

El hombre que ahora se encontraba en el piso, sonrió de una forma ladina, como farsante –Lo que más odian los miserable... es a los ricos pobres...

-¿Que sucede?, -se escuchó una nueva voz, melodiosa y aterciopelada.

-“Naruto por favor déjalo”... –se quejó el viejo- “Naruto”... –dijo una vez más y este dejo de golpe al hombre. El cual Salió corriendo- “Naruto” –volvió a llamar al joven-

-Estoy bien... solo... –el rubio no pudo terminar lo que quería decir, pues la presencia recién llegada lo dejo sin habla-

Esos ojos, esa cara... y sobre todo esa figura. Naruto quedo perplejo, ante tal ser... El cual solo lo miraba con horror, y repulsión. Cosa que termino de romper el espíritu del joven

-Si no mal recuerdo... Usted es Jiraiya, el padre de Minato –exclamo el mayor-

-“¡Sí!” –contesto exaltándose el viejo- Pero no recuerdo quien es usted –infirió con algo de vergüenza. Y el hombre solo sonrió con burla-

-Me sorprende que no reconozca a la persona, que ayudo a separar, a su hijo de mi hermano –Jiraiya de inmediato se tensó y sus ojos se sobre saltaron-

-“Madara” –dijo con ahínco y casi susurro, mientras Naruto no quitaba los ojos del pequeño azabache. Que comenzaba a molestarse de tan insistente mirada. Pero es qué Naruto una vez más sintió esa punzada.

-Podemos irnos –hablo el pequeño, que con fastidio, rodo los ojos-

-“Irnos” –repitió el moreno mayor, en tono eventual, posando así una sonrisa sarcástica- Pero si ya hemos llegado... Este será tu nuevo hogar... sasu-chan –termino con burla-

Sin embargo el que contesto fue el rubio... –Si mi presencia lo molesta, se re yo quien se vaya –termino con brusquedad, y moviéndose hoscamente-

-“Qué bueno” –dijo el doncel, al voltearse el rubio- Gentuza como tal... solo debe estar en una trinchera, con las ratas –Naruto se detuvo y miro al moreno, el cual lo miraba con arrogancia y superioridad- Que estas esperando... dobe

Naruto apretó los dientes y su respiración se agito. No pensaba dejar, que cualquier niño de papi le hablara así... – ¡Tú!... –gesticulo, antes de mirar, el brazo del mayor; frente al pequeño. El cual sostenía un bastón con incrustaciones de rubí...

-No, no... Sasuke... Un doncel no se expresa así de un varón caído –afinando la mirada Naruto se retiró, sin antes voltear por última vez. Mas el doncel  se mantenía frio, con los labios apretados, e inmaculada rectitud.

 

En el jardín de la mansión, Gaara se encontraba regando los rosales, el pequeño, era muy madrugador. Pero ese día en específico, se había levantado temprano... ya que la noche pasada, el sueño jamás vino a él...   

-Gaara súbele el desayuno a tu padre –salió Kushina de la casa, con un tono alegre y acomodándose, un par de guantes-

El pequeño levanto la mirada, y rápidamente cruzo por su mente –Madre... puedo hablar contigo –Kushina que llevaba algo de prisa, se detuvo para mirarlo-

-Llevo prisa –contesto y siguió caminando-

-Pero mamá... quiero hablar... Lo que paso a noche...

La peli-roja se detuvo y con fastidio, comenzó a escuchar al doncel –A noche los invitados, hablaron de que estamos en banca rota, y...

-¡Gaara! “guarda silencio quieres”... Cuanto más mal están las cosas, más debemos actuar como si todo estuviera bien –el pequeño quedo impactado por las palabras de su madre, la cual paso de él. Dejándole tantas dudas en la cabeza-

Más lo que Gaara quería saber. Era, si habría dinero suficiente para una dote matrimonial... Ya que se había propuesto casarse con Itachi... ¿Pero cómo?... ¿Cómo diablos seduces a un varón, a tal punto, que desee hacerte su esposo?

El pequeño peli-rojo llevo una bandeja, a la recamara de su padre, toco suave mente la puerta. Y la tierna voz del mayor, le dio permiso de entrar.

-“Buenos días padre” –acicalo con una tierna voz, sin mirar al frente-

-¡Vaya! que descortés, es este mocoso –escucho el doncel, para rápidamente mirar al frente-

-Buenos días señor Fugaku –manifestó apenado- La mentó mi grosería, pero no lo...

-Pretextos –gruño el moreno, ante la atenta mirada del rubio- La persona que justifica sus actos, jamás los corrige... jovencito. –el moreno se acercó y miro el desayuno- “Solo uno”... –cuestiono- Parece que te falta mucha preparación para llevar una casa... A este ritmo, solo te abrirán las piernas, para darse placer contigo... Ya que ni para dar un hijo, servirás. Ahora lárgate y trae mi desayuno. –Fugaku había dicho todo esto, en un tono, en el cual solo Gaara alcanzará a escuchar.

Pero tales palabras lastimaron al niño, que salió corriendo, con las ojos llenos de lágrimas... – ¿Que paso?... –pregunto Minato enderezándose un poco-

-Nada... Nada amor... Solo se sintió un poco inepto, al traer solo un desayuno –Minato miro con duda, al hombre-

-Le dijiste algo más, ¿no es así?...

-Que tendría que decirle –se mantuvo imperturbable- Es solo que él se siente improductivo... Supongo que la educación en casa, no es suficiente... Has pensado, en mandarlo a un colegio de donceles...

-“Gaara” En un colegio –cuestiono-

-Si piénsalo, institutrices con altos estándares... Enseñanza intensa de modales, de manejo del hogar, refinamiento ante la sociedad... ¡Oh no me digas, que no quiere lo mejor, para el pequeño! –Minato se mantuvo callado-

-“Bueno yo”... Bueno, yo solo quiero lo mejor, para mi pequeño. Pero en este momento, no estamos un una buena situación.

Fugaku traía algo entre manos, y una de sus barreras era ese doncel. Tenía que mandarlo lejos... Y sabía quién sería su mejor aliada, para eso...

-Si es por el dinero, no te preocupes... Una vez que nuestros hijos se casen, todos ustedes, dejaran de preocuparse.

-“Matrimonio” –dijo alebrestado- Espera Fugaku, de que estas hablando... Yo le dije a Naruto, que era libre de escoger esposo... que agotaría nuestros recursos, para esconder a sus hermanos, con el dinero. Que me dieran por esta casa...

Fugaku suspiro... –Bueno yo tengo algo de que hablar... Es por eso que he venido desde muy lejos...

 

Gaara había salido abruptamente de la habitación, sus ojos lloros. En marcaba su angelical rostro. Pero este sentimiento a la vez, lo hacía sentirse tonto e inseguro...

Bajo las escaleras con rapidez, tallando sus ojos, más al pasar cerca de la puerta principal, esta se abrió. Y sus fanales miraron algo impactante.

-Na... Na... Naruto, ¡Que te paso!... –Gaara quedo impresionado- “¡Como es que!”.... –pues su hermano sangraba de la frente y muchos golpes en el rostro, parecían hincharse-

Naruto que permanecía inerte, miro a su hermano –Tus ojos –dijo en forma de susurro, para acercarse a este. Y tomar su rostro entre sus manos- Porque estas llorando... Ángel mío... Alguien te ha lastimado –con su pulgar, limpio las lágrimas, que recorrían el rostro-

Sin embargo el peli-rojo, podía notar algo diferente en el mayor. Lo encontraba perturbado e ido –Naruto... hay que curar tus heridas –el mayor sonrió-

-La forma en la que tú me miras, cura mis heridas... Tus ojos no me desprecian, y me muestran amor.

Naruto tomo con fuerza, entre sus brazos al pequeño y con excitación. Comenzó a besarlo, dejándolo sin alentó o la posibilidad de rechazarlo. Creando casabes el beso más demandante y violento –Tú eres el único, -dijo rápido el rubio, para seguir besando al doncel – ¡Naruto! –dijo con fuerza- ¡Naruto!... –rogo con lágrimas, pero el varón comenzó a besar su cuello, y abrir su camisa.

-Te amo Gaara... Te amo, mi pequeño pecado... No sabes cuánto te amo...

Continuara>>>

Notas finales:

¿Naruto en su locura, destrozara la vida de Gaara?...

Hoy llegue temprano, y moría por subir el capítulo/ Nos leemos el domingo al medio día xoxoxoxox :D


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