Estaba sentado en el sofá, mirando la tele, EXO había ido a Weekly Idol, mi pelo goteaba sobre mi hombro mojando mi camiseta, escuché como la puerta se abría, Yongguk salió de su dormitorio, duchado y con ropa nueva, se sentó a mi lado y miró la tele sin expresión alguna.
-¿Te gusta?-preguntó, aun sin expresión
-Me gusta el programa, y el grupo, me gusta más el rap y eso, pero no me disgusta-sonreí
-Mmmm, bueno, ¿qué vas a hacer ahora?
-No lo sé-susurré abrazando mis piernas- ¿Por qué dijiste que tu casa era el lugar más feliz?
-Porque está decorada con colores que inspiran positividad
-Hash, creo que funcionan
-Yo también-sonreí- Te veo más feliz, colorido y eso
-Gracias, pero…no quiero volver a ese lugar
-¿No vas a ir a trabajar?
-No, me niego, pero…tampoco puedo ir a mi casa, no podría…
-¿Puedo preguntar la razón?-pidió mirándome con compasión
-No lo sé, simplemente siento que no puedo
-Ah, bueno, ¿quieres…quieres quedarte conmigo?
-¿Me dejarías?-pregunté esperanzado, él asintió- Muchas gracias
Él sonrió ante mi inocencia, se levantó y fue a la cocina para recogerla y me dejó viendo la tele tranquilamente, al principio miraba el programa muy atento, pero mi concentración fue mermando hasta que me quedé dormido. Sentí una mano sobre mi cabeza, acariciando mi pelo, una voz susurraba en mi oído, lo hacía de forma débil y dulce, me llamaba, mis manos fueron hasta mis ojos y los frotó como si fuera un gatito, mi nariz se movió igual que la de la bruja Samantha, una pequeña risa llegó a mí, abrí los ojos lentamente, pero no vi a nadie entonces noté un respirar por mi cuello, miré de reojo y vi a Yongguk, tenía una dulce sonrisilla en el rostro y esas miradas de “amor”, es decir, una cara que gritaba “¡Pero qué cosa más mona!”, la que se le pone a los niños cuando hacen aegyo, genial, ahora me vería como a un bebé, me miró fijamente a los ojos y no pude evitar que una boba sonrisa en el rostro y él me imitó.
-Junhong, ¿no tienes deberes que hacer?
-Mmm-mis dedos limpiaron la babilla de mi comisura- Creo que sí, biología, pero no me entero
-Anda, que yo te ayudo
Le miré expectante, ¿cómo se supone qué íbamos a hacer los deberes, necesitaba los libros, mi mochila?, él sonrió divertido, me había leído la mente, se levantó del sofá y caminó hasta la puerta de la casa, le seguí con la mirada y vi mi mochila al lado de la puerta, a pesar de que pesaba mucho la levantó con una sola mano sin hacer mucho esfuerzo, todos los músculos de su brazo estaban marcados, era tan potente, oh dios mío, creo…creo que estoy babeando.
Dejó mi mochila sobre la mesa, se sentó sobre una silla y sacó otra para mí, golpeó el asiento con delicadeza para llamarme, me levanté con indecisión porque no es que tuviera muchas ganas de biología, me senté en la silla y busqué en la mochila, el libro era inconfundible, era el libro más gordo de todos los que había tenido en la escuela, la cara de Yongguk era asombro puro.
-Podía haberle abierto la cabeza a aquel tipo, el libro puede conseguirlo
-¿No crees que ha sido un comentario algo tosco?
-Prefiero afrontar las cosas con humor, aunque sea un poco negro
-Sí, bueno, todos tenemos nuestros métodos
Abrimos el libro y comenzamos a trabajar, para seros sincero estaba tan poco atento como cuando el profesor lo explico en clase, claro que ahora la distracción era más digna de atención, no se puede comparar un pájaro con Yongguk, él hablaba con tranquilidad intentaba asegurarse de que le comprendiera, y posiblemente lo hubiera hecho si le escuchara, pero yo solo oía que no es lo mismo, de vez en cuando me miraba y yo asentía para que pensara que le estaba escuchando, entonces me pregunto algo, mierda y no le he escuchado, asentí como siempre.
-Ah, que interesante, yo que pensaba que te sentías violado, algo traumático y me dices que sí
-¿Sí, qué?
-Te he preguntado, ¿te hubiera gustado que aquel hombre te violara? Y tú, sí claro
-Oh no, claro que no, menuda pregunta
-Era para pillarte, ya sabía yo que no
-Lo siento, cuando algo me aburre me distraigo con lo primero que pillo
-¿Y con qué te distraías?
-Con tu voz-solté repentinamente en un tono bajo
-Mmm siempre me habían dicho que es autoritaria y que hace que la gente me preste atención, pero no sabía que podía robarla sin más-respondió con un toque feliz
-Pues sí, tu voz es más interesante que biología
-En ese caso, ¿hay alguna asignatura en la que necesites ayuda y no sea biología?
-Gimnasia, no puedo subir la cuerda-susurré avergonzado
-¿Y qué te hace pensar que yo puedo ayudarte?
-Eso-sentencié señalando sus imponentes brazos
-¡Al parque!-ordenó alzando el dedo como ese famoso superhéroe cuyo nombre no recuerdo
Una sonrisa asomó en mis labios y él sacudió mi pelo con dulzura, la vi en sus ojos, guardé los libros en la mochila y me levanté de un salto con felicidad, tiré la mochila donde antes estaba y esperé ansioso a Yongguk, ¿por qué leches estaba tan emocionado por ir al parque con él?
?-?...?-?...?-?...?-?...?-?...?-?
Estaba hecho polvo, aún no había ni tocado la cuerda pero estaba molido, había jugado con todo lo que estaba allí, los columpios, los toboganes, era como un crio, sea dicho que no había ninguno en el lugar, Bang me miraba con una mezcla de diversión y expectación, reía con mi infantilidad, pero no hacía otra cosa que mirarme estando de pie cerca de mí con sus manos en los bolsillos, bajé de los columpios y me planté delante de él con una sonrisa, todo recto y erguido, con las manos atrás como si fuera el ejército, pero meándome vivo.
-¿Lo intentamos, pequeño correcaminos?-sonrió
-¿Pequeño?-contesté acercándome a él, estábamos muy cerca, alcé la vista y vi que éramos prácticamente iguales- Si somos casi iguales
-Yo soy mayor, venga señorito Choi, a la cuerda o cincuenta flexiones
-Anda ya voy a hacer yo flexiones-bufé corriendo a la cuerda del castillo
-Esa no, eres casi tan grande como el castillo de los niños, solo tendrías que saltar para subir
-Entonces ¿qué propones?
-Esa-sonrió malévolo
Su dedo apuntaba el pequeño lago del parque, no, espera, exactamente apunta la cuerda del árbol desde el cual los subnormales se tiran al lago, sí, eso ya es más exacto, mi mirada….mi cara decía WTF (where´s the food…no en este caso no), pero parecía que no bromeaba, no, lo decía totalmente convencido, resoplé totalmente derrotado y arrastré mis pies hasta Yongguk, él mantenía una mirada de impaciencia, pero es que no tenía ganas ninguna de escalar una cuerda y menos aún tan larga, entonces escuché unos pasos y vi cómo se acercaba a mí a grandes zancadas, en menos tiempo de lo que hubiera tardado en decir “joder”, y mira que es un taco corto de decir, su brazo rodeo mi cintura y mi estómago tocó su hombro, como si fuera un saco de patatas colgaba de su hombro quejándome mientras él me llevaba a aquel maldito árbol.
-Ahhhh suéltame, Yongguk suéltame, no soy un saco de patatas…
-Pero pesas tanto como uno
-Mido un metro ochenta no te jode, claro que peso lo mío, suéltame antes de que te hagas daño
-Tranquilo, no voy a hacerme daño, ¿es que no has visto mis brazos?-rió orgulloso pero sobretodo divertido
-Por desgracia sí-resoplé
Entonces mis pies tocaron el suelo y volví a estar de pie, bien, me había soltado, mal, estaba al lado del árbol y sin escapatoria, una sonrisa maligna por su parte me demostró que no pensaba dejar que me fuera, ¿en qué puto momento se me ocurrió decirle que me ayudara a subir la leche de la cuerda? Su mirada la recorrió de abajo a arriba y una sonrisa de satisfacción asomó, seh, seguro que tiene una buena longitud como para que me dé un chungo y me desoye las manso, mensos mal que él es médico. “Fighting¡” fue lo único que me dijo cuándo se alejó dos pasos y me dejó toda la cuerda para mí solo, que gesto más bonito, ¿no?, pues no sabes, no quiero saber la cuerda, crují mis dedos y vi como hacia una expresión de disgusto, no le gustaba, me quité la chaqueta y me remangué las mangas lo máximos que pude, él chiflo ese sonido que se les hace a las chicas que están de buen ver, es un chiflido internacional, todo el mundo sabes cuál es, cogió mi chaqueta y me susurró “sube la cuerda e impresionaras más que si muestras tu cuerpo”, el rojos manchó mi cara, dios que bochorno, “no intentaba impresionarte” fue lo único que pude decir. Respira, tú puedes, respira, no puedo, respira, que si puedes, respira, que no, respira, respira, ¡Zelo respira jubilines!, vale, ok, todo está bien, no va a pasar nada….
-Junhong-sonrió- Si te caes, te cogeré, confía en mí
-Más te vale, por lo que más quieras-pedí
Su sonrisa amplia y brillante llenó mi mente y mi corazón de esperanzas, podía hacerlo, y si no….él me cogerá, estiré mis brazos lo máximos que pude y cogí la cuerda con fuerza, di un salto y me agarré también con los pies, suspiré aliviado, ya estaba en la cuerda, ahora solo tenía que subir, tocar la rama del árbol y bajar, well…let’s go, subí mis manos y volví a saltar, ya queda menos, repetí el movimiento cinco veces antes de que mis manos comenzaran a “gritar” por el roce.
-¿Te duelen las manos?
-Sí, bastante a decir verdad
-Pues enrolla tu pie, tu cintura, tu brazo y suéltala
-Ya claro, eso pinta muy fácil pero no es lo tanto
-Venga es sencillo, menos la cintura, lo demás es sencillo-rió para intentar animarme
-Yongguk-dije bajito por el cansancio- Me fallan los brazos, no puedo más
-Vale, has subido 5 metros, eso está bien, baja
-La cuerda tiene 20 mínimo
-Pero 5 está muy bien, anda baja aquí
-No….no…puedo…estoy muy cansado
Noté como mis manos “rabiaban”, se escurrieron por la cuerda debido al sudor, raspándome aún más, dolía, intentaba aferrarme pero no podía, no tenía fuerzas para ello, entonces, sin quererlo ni notarlo me solté, caí y esperé tocar el suelo, pero no fue así, lo que noté fue un golpe contra algo duro pero blando, no me hizo daño pero yo di debí dañarlo, paró mi caído pero aun así noté como nos tambaleábamos, abrí los ojos y me encontré en los brazos de Yongguk, su cara expresaba algo de dolo, ha frenado mi caída, debe haberse hecho la puñeta, pero….¿a qué se tambalea? Entonces noté que al caerme no lo hice recto sino que me desplacé un poco y mi peso nos ha movido un poco más, ahora estamos en el filo de la tierra, Guk lucha por no caerse, pero esa era una batalla que no podía ganar…
-Bang-susurré en su oído y noté como se estremecía- No puedes mantenernos, vamos al agua
Le abracé por el cuello y cubrí mi cara para que no me doliera, noté su risa y como dejaba de hacer fuerza, su cuerpo cumplió la ley de la gravedad sin oponerse y caímos al agua creando una gran ola, el agua me acariciaba y calmaba el ardor de mis manos, solté a Yongguk y él me soltó a mí, subí a la superficie, quité el agua de mis ojos y los abrí para encontrarle, pero no le veía, mierda y yo que no veo debajo del agua, no puedo abrir los ojos, tomé aire y me zambullí, por muy molesto que fuera abrí los ojos y busqué un bulto, más que nada porque no veía no nada con claridad, de repente vi algo blanco, ¡bingo!, agarré su camiseta y tiré de él, tal vez no era el mejor deportista, pero si era bueno en natación y tenía bastante fuerza, aunque no puedo tirar de mí mismo, llegué a la superficie y sin esperar un solo segundo saqué su cuerpo que quedó flotando, le empujé hasta la orilla y salí corriendo, tiré de él y le saqué.
-Yongguk-grité sacudiéndole- Puto médico de tres al cuarto respóndeme
Apoyé mi cabeza en su pecho y noté que su corazón latía, no la había palmado, ¿entonces que cojones?, ¡GILIPOLLAS, LOS PULMONES¡, cerré mis manos en puños e hice presión sobre su pecho, el agua no salía, pepinillos en vinagre voy a tener que hacerle el boca a boca, no sé cómo se hace, me acerqué a él y respiré sobre su boca, tenía que intentarlo, rocé sus labios con las yema de mis dedos, apoyé mi codo…..
-Ahhhh-“gritó” echando todo lo que sus pulmones había tomado y tosió con fuerza- Dios que daño
-Yongguk-susurré casi llorando cuando me tiré a su cuello y le abracé con fuerza
-¿Es que nunca te han enseñado como se hace? Porque ya te digo yo que no es dándole un codazo a alguien en el estómago
-Yo no te he dado un codazo, solo iba a…..ahhh
Entonces me di cuenta de que me había apoyado en su estómago, que menuda maniobra, doy asco, bueno, al menos le había salvado ¿no?, continué abrazándole hasta que me quedé satisfecho y tranquilo.
-Gracias-sonrió sujetando mi cara entre sus manos- Pero no vuelvas a meterme un codazo cuando me ahogué, que por cierto, menudo planchazo me he dado, que dolor y tú… ¿tú ibas a hacer eso?
-Yo….no, no sé, ¿cómo cojones lo iba a hacer?
-Pues muy mal, si el codazo no llega a funcionar me quedo en el sitio, deberías saber hacerlo, anda que no sale veces en las películas
-Sí ya, pero….no lo sé
-Vamos que ibas a dejarme morir porque te daba lache besarme
-Yo….vale está bien, sí, iba a hacerlo pero te he dado un codazo sin querer y claro que me da lache-grité enfadado
-Venga no te enfades-rió abrazándome, revolvió mi pelo y nos tumbamos en la tierra- Estaba de coña, no te enfades, gracias por el codazo- sonrió y volvió a revolver mi pelo, después beso mi frente
Menudo día, este no es el concepto que tengo de relajación, desde luego no era lo que había pensado. Pero gracias a todo esto tengo un reto en mente, pienso besar a este hombre.