Después de haber estado corriendo tanto tiempo tras él, ahora lo tenía entre sus brazos. Sintió cómo su corazón comenzó a palpitar muy fuertemente y lo abrazó con ansia. Haber podido dormir juntos esa misma noche y ahora esta situación... sentía que su pecho estallaría en cualquier momento. Casi hasta sentía que iba a empezar a sollozar de lo feliz y eufórico que se encontraba.
- Hermano... Espero que algún día te des cuenta de lo mucho que significas para mí... - susurró mientras dejaba caer la cabeza sobre su hombro.
Tras otro duro día de trabajo, Tony se retiró a descansar, no sin antes pasar a saludar a su buen amigo científico. No había querido molestarlo y desde que regresó del congreso no había pasado por el laboratorio en el que trabajaba. Cuando entró, se lo encontró completamente rodeado de libros e informes, muy concentrado leyendo todo detenidamente. Había estado así los últimos días, y por eso mismo se quedaba hasta tan tarde. Tocó la puerta para ver si así lo sacaba de su trance.
- Sí que has estado ocupado...
El físico se sorprendió, pero al ver de quién se trataba, esbozó una sonrisa.
- Es que hay tantísimas investigaciones... Y no me gustaría perder ningún detalle. Espero poder llegar a aportar algo.
El multimillonario advirtió que tenía varias pizarras llenas de fórmulas, esquemas que hablaban de leyes físicas, campos magnéticos, materiales y un montón de algoritmos. A saber la cantidad de horas que le habría llevado realizar todo eso. Mientras lo contemplaba, Bruce se levantó del sitio portando un cuaderno en su mano y se acercó a una de las pizarras a completar una fórmula.
- Esto tal vez sirva... - murmuró muy concentrado en lo que estaba escribiendo.
Tony cogió uno de los libros abiertos que había sobre la mesa y le echó un vistazo, interesado.
- Barrera de Coulomb... - levantó la mirada mientras enarcaba una ceja. - Creía que lo que te apasionaba era la radiación gamma - comentó de forma burlona.
El físico soltó una carcajada.
- Oh no, ya tuve suficiente de eso.
- ¿Y cómo es que te has interesado en... - literalmente, leyó la portada de otro libro que tenía delante - la fusión nuclear?
- Simplemente sentí que ayudarte de alguna forma... sería más gratificante. - El ingeniero lo miró fijamente, sorprendido - Me he puesto al tanto del proyecto que estás desarrollando para fabricar modelos de ahorro de energía, y dado que esto seguramente se convierta en una de las energías del futuro... si puedo aportar mi granito de arena para que empecemos a poder aprovecharla lo antes posible, ya estaré más que satisfecho. También tengo a otro par de físicos comiéndose un poco la cabeza conmigo - revisó la pizarra y se volteó para encarar al genio. - No sé de donde los has sacado, pero son buenos - comentó mientras sonreía.
Tony sintió cómo su corazón comenzaba a latir fuertemente. ¿Había hecho todo aquello por él? Le había dejado las instalaciones y el equipo para que investigara lo que quisiera, y aún así se había molestado en preocuparse y documentarse por sus proyectos. Le parecía un detallazo.
- Nunca está de más tener otro cerebro apostando por el proyecto. En serio, muchas gracias.
Se acercó y le puso la mano sobre el brazo, como gesto de gratitud. Bruce hizo un movimiento con la cabeza, quitándole importancia.
- Tú me diste un hogar, un lugar donde poder desarrollar mi intelecto... y un buen amigo que me entendiera. Esto es lo menos que puedo hacer.
El ingeniero sentía que su corazón se aceleraba incluso más y no podía apartar la mirada de su rostro. Apretó un poco su brazo, presa de la emoción que sentía, lo cual llamó la atención del físico.
- Bruce, yo... - observó esos amables ojos marrones que hacían que sintiera una opresión en su pecho. - ... - de pronto le soltó el brazo y desvió la mirada, nervioso. - No es nada... - se frotó la nuca mientras el físico lo miraba extrañado. - ¿Vienes... - señaló el piso de arriba mientras lo volvía a encarar bastante nervioso.
- Sí, en seguida subo. Ya estaba terminando por hoy - comentó mientras dejaba el cuaderno en la mesa.
Tony le hizo un gesto de aprobación con la mano mientras se dibujaba una nerviosa sonrisa en su cara y salió del laboratorio, dejando al otro genio completamente extrañado por su comportamiento. Mientras subía en el ascensor, intentó calmarse un poco.
- Esto definitivamente tiene que ser...
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Tras vestir y dejar a su hermano descansando en la cama, Thor decidió salir de la habitación pensando cómo actuaría para no levantar sospechas. Se seguía preguntando por qué se había puesto así. Jamás había perdido el control de semejante forma. Tenía las piernas realmente cansadas, así que se dirigió a sentarse un rato en el sofá. Por el camino se encontró con Tony, que estaba preparándose algo para merendar.
- ¿Cómo está la princesita? - preguntó con curiosidad, ya que tampoco lo había visto en la sala.
- Bu-bueno... - el rubio se puso realmente nervioso y tartamudeaba un poco al hablar - Está en su habitación... descansando. Parece que no se encuentra... muy bien.
Sin dirigirle la mirada al genio, salió pitando de ahí. Éste se quedó completamente extrañado por su actitud.
- Qué raro...
Precisamente por eso mismo, le picó la curiosidad y dejó aquello para ir a la habitación del asgardiano. Entró lentamente, recordando las palabras del rubio, por si estaba durmiendo. Se acercó y vio que tenía algo de mala cara, pero no parecía enfermo ni nada por el estilo. Le puso la mano sobre la frente y no tenía fiebre. Se frotó la barbilla sin entender qué ocurría ahí, pero de pronto vio algo que le llamó la atención. Tenía una marca en el cuello.
- No recuerdo haberle hecho eso... - pensó, bastante descolocado.
De pronto sintió cómo todo su cuerpo se erizaba al entrelazar los hechos.
- Vaaaleee... - retrocedió, totalmente fuera de sí. - No puede ser, pero...
Sintió que lo mejor era salir de allí. Estaba bastante tenso y un poco traumatizado. Terminó de hacerse el bocadillo y fue al salón, pero en cuanto vio a Thor se paró en seco.
- Hola Tony, ¿quieres unirte a ver una película? - le invitó un risueño Steve. - Y por cierto, gracias por dejármelas.
- Eeeh... - miró a Thor mientras sentía que una gota de sudor le caía por la frente. - Mejor voy... a darme una ducha. Hoy ha hecho bastante calor.
- ¿Con el bocadillo? - preguntó el capitán, confundido.
- ¿A vosotros no os pasa que después os entra hambre? - preguntó levantando las cejas de forma cómica.
Los dos rubios vieron desaparecer al castaño por las escaleras, sin entender qué demonios ocurría. Steve cogió la caja de una de las películas que había encima de la mesa y se puso a leerla mientras seguían pasando los créditos de la anterior.
- Entonces... ¿has estado metido ahí todo el rato? Y mira que esta película ha sido larga... - preguntó al asgardiano, que se había sentado al lado.
Había estado tan absorto en la película que no se había percatado hasta ese momento. Thor se estremeció un poco por los nervios mientras inventaba algún tipo de mentira. Odiaba hacerlo, pero sintió que el momento lo requería.
- Por lo visto no se encontraba muy bien. Parecía algo enfermo. Me he quedado... hasta que se ha dormido - explicó nervioso sin mirarlo fijamente para que no notara que mentía.
Se fijó en que el humano llevaba consigo una libreta con un montón de cosas apuntadas. Tachó una de ellas con un bolígrafo y la ojeó un momento. Se dio cuenta de que el asgardiano lo estaba observando y decidió explicarse, algo incómodo.
- Creo que ya estás al corriente de... lo que me ocurrió... - Thor asintió con la cabeza. - Debido a que me ordenaron que estuviera aquí, vigilando a tu hermano, he aprovechado estos días para actualizarme un poco...
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Para cuando Loki se despertó, ya había anochecido. Intentó levantarse, pero la parte inferior de su cuerpo le dolía horrores.
- Ouuch...
Se tumbó boca abajo, advirtiendo cómo le dolía la espalda en la zona lumbar, la cadera y las piernas. Estaba molido, como si le hubiera pasado una apisonadora por encima.
- Ese bruto...
Además, sentía sus entrañas totalmente lastimadas, palpitando. Llevó la mano a su entrada, sintiendo lo caliente que estaba, y se sofocó un poco. Aún podía sentir un fuerte cosquilleo en su interior, invadiéndolo por completo. Exhaló algo de aire, tranquilizándose, y analizó su situación. ¿Qué era lo que había ocurrido? Estaba vestido, tendido en la cama y olía a gel de baño, pero no recordaba cómo había llegado a esa situación. Intentó poner en orden sus recuerdos y al darse cuenta de lo que había pasado, se puso completamente colorado de vergüenza.
- ¿Me desmayé? ¿Pero qué...
Se llevó una mano a la frente, abochornado, y comenzó a reptar por la cama para alcanzar el reloj que había encima de la mesita. Aunque tenía algo de hambre y era hora de cenar, se negaba a salir en ese estado. Se dejó caer en el colchón e intentó quedarse dormido de nuevo. Estaba tan cansado que sentía que podría dormir hasta la noche siguiente.
Cuando ya se encontraba a medias entre la realidad y el sueño, escuchó pasos y alguien abriendo la puerta. Decidió hacerse el dormido. Dejaron algo encima de la mesita y notó cómo el visitante se sentaba en la cama y comenzaba a acariciarle el pelo. A continuación sintió unos cálidos labios sobre su mejilla, que le hicieron estremecerse un poco y su cara comenzó a calentarse. El inquilino se levantó de la cama y entonces Loki aprovechó para entreabrir un ojo, verificando que era Thor. Apretó la almohada, furioso, mientras no le quitaba el ojo de encima. El rubio, por su parte, se fijó en un sobre que había al lado de la bandeja que había dejado, y lo cogió. Parecía una carta.
- Deja de fisgar en las pertenencias ajenas. ¿Qué clase de modales tienes?
Al dios del trueno casi le da un infarto al escuchar la voz de su hermano. Se giró apresuradamente, viendo cómo lo miraba con una mezcla de furia y bochorno, algo colorado. Dejó el sobre y se hizo un silencio bastante incómodo mientras se miraban fijamente.
- ¿Cómo... te encuentras? - preguntó finalmente.
- ¡Vete! - ordenó el menor mientras volvía a apretar la almohada con su mano y fruncía el ceño.
Thor agachó la cabeza, entristecido, y decidió hacerle caso y marcharse. Vio que no estaba para nada receptivo a hablar. Antes de salir de la habitación, comentó una última cosa.
- Si necesitas algo, llámame, ¿vale?
- He dicho que fuera... - murmuró con un grave tono amenazante mientras se recostaba un poco aguantando el dolor y lo miraba con total odio.
Cuando finalmente se quedó solo en la habitación, cogió rápidamente el sobre y lo abrió, verificando que la carta seguía ahí. Su corazón comenzó a tranquilizarse. No recordaba que la había sacado del cajón una vez más para leerla. Había perdido la cuenta de las veces que lo había hecho.
- No me puedo creer que la haya dejado a la vista de cualquiera. Menudo idiota...
Abrazó el sobre un momento y se incorporó para volver a meterlo en el cajón. Fue entonces cuando vio la bandeja que había dejado Thor, con su cena. Volvió a acelerársele el pulso. Para más inri, advirtió que había dejado una nota. La cogió y la leyó.
- "Lo siento".
Una mezcla de sentimientos invadió su cuerpo. Su corazón dolía horrores, y lo odiaba. Odiaba no poder controlar lo que sentía, odiaba cómo su cuerpo reaccionaba a ello, cómo era incapaz de mantener la calma y ver cómo se quebraba esa máscara que siempre llevaba puesta. Odiaba todo aquello. Estrujó la nota con ira, mientras notaba que temblaba entero por la rabia. Estaba realmente furioso. Levantó la cabeza y tiró el papel contra la pared con bastante fuerza. Notó cómo su cuerpo dolía al moverse, pero sólo hizo que su ira aumentara.
- Tsk...
Miró la bandeja con un semblante bastante macabro y se levantó de la cama, ya que la ira que sentía era mayor que el dolor. La agarró y la tiró con fuerza hacia la pared también, derramándolo todo, mientras soltaba un berrido. Nadie, y se repitió a sí mismo, NADIE iba a volver a hacer que su corazón se estremeciera de tal forma. No iba a permitir que volviera a mostrar tal debilidad. Dio un par de puñetazos a la pared, mientras respiraba fuertemente, fuera de sí, y apoyó la cabeza en ella en cuanto comenzó a tranquilizarse. Volvió a golpearla con frustración al darse cuenta de cómo acababa de sucumbir a sus sentidos. Poco a poco dejó de hiperventilar y se le fue enfriando la cabeza. Se dejó caer lentamente mientras se seguía apoyado contra la pared. Le rugían las tripas y ahora, además, le dolían los nudillos. Su corazón no se estaba quieto, y se apretó el pecho con una mano mientras rodeaba su cabeza con el otro brazo.
- Pero cuánto lo odio...
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Al día siguiente el jotun ya se encontraba con ánimo suficiente como para salir de la habitación. Curó su lastimado cuerpo con su magia, volvió a ponerse su máscara de indiferencia, y lo primero que hizo fue satisfacer ese hambre que lo estaba matando. Tenía unas ganas horribles de darse un baño en el jacuzzi, y hacia allí se dirigió tras darse una ducha rápida y ponerse el bañador y una toalla a la cintura. Para su eterna desgracia, estaba Thor con Tony ahí dentro. El genio había decidido descansar esa mañana y mientras se tomaba el baño, había aparecido el rubio. Tal vez había entrado para ir al hamman, pero al verlo se había unido a su relajante baño. Ambos llevaban ahí ya un rato bajo un silencio que le resultaba muy incómodo al humano, quien había estado en todo momento sin ponerse de acuerdo consigo mismo sobre si se iba o se quedaba.
Loki se enfurruñó y le entraron ganas de salir de allí, pero le molestaba la idea de que tuviera que marcharse por culpa de esos dos, y su orgullo pudo con él. Quería darse un baño y se lo iba a dar. Si alguien se tenía que ir, no iba a ser él.
- Buenos días... - comentó el genio al ver que se acercaba y se metía al jacuzzi.
No recibió respuesta y los tres se quedaron en silencio, disfrutando del baño. Loki no dejaba de mirar a su hermano con total odio, mientras Tony se preguntaba qué demonios hacía ahí en medio. Aunque creyera que era el único que estaba incómodo, no fue él el que se levantó para marcharse, sino Thor. Había notado la mirada del moreno como cuchillas clavársele en la piel, y aunque pretendía parecer tranquilo, lo estaba destrozando poco a poco por dentro y no lo podía soportar. Tal mirada de odio... era dolorosa. Y sabía que quería que se marchara, así que terminó haciendo su deseo realidad.
El humano se quedó un momento en trance. Se había quedado a solas con quien había intentado violarlo hace dos días, y no era muy agradable. Lo miró con un poco de pánico, pero no parecía que quisiera intentar nada raro. En cuanto Thor salió por la puerta, pudo notar cómo dejaba de poner esa siniestra expresión y ahora mostraba un rostro tranquilo. Parecía cansado. Repentinamente, se levantó agarrar la botella de vino y la copa que tenía el castaño al lado, ya que no la había utilizado al final. No miró al humano en ningún momento y comenzó a degustar la bebida mientras se relajaba.
- ¡Será posible!... - pensó Tony mientras lo miraba enfadado.
Se mantuvo observándolo durante unos segundos mientras Loki seguía con su semblante de total indiferencia, sumido en su propio mundo. El humano se fijó de nuevo en la marca que tenía en el cuello, y recordó que acababa de ver la espalda de Thor llena de marcas que parecían arañazos. No sabía de dónde, pero finalmente sacó el coraje para preguntar.
- ¿Te has acostado con tu hermano?
El jotun escupió el vino que tenía en la boca de una forma muy cómica y comenzó a toser, atragantado, presa de la repentina sorpresa. Miró al humano con los ojos completamente abiertos, sorprendido y muy nervioso.
- ¿Qué...
- Tienes...
El humano se señaló la zona del cuello donde tenía la marca. Loki captó el gesto al momento.
- Tsk... - se tapó el cuello rápidamente mientras lo miraba enfadado.
- Desde luego, parece tu tipo...
Se arañó el cuello, furioso, mientras dejaba la copa. Se levantó para acercarse hacia el humano, por lo que este retrocedió un poco, asustado.
- Oye... que sólo bromeaba - comentó, sintiendo que se había vuelto a meter en un buen lío por bocazas. - Que es verdad, ¡ES VERDAD! Estos extraterrestres están fatal de la cabeza, ¡JO-DER!
El asgardiano lo agarró del cuello mientras saltaban relámpagos de sus ojos.
- Mira... voy a ser claro. O desapareces al instante de mi vista, o haré que no puedas ponerte de pie en una semana.
- Está bien, está bien... ya me voy - exclamó levantando las manos bastante nervioso.
El jotun soltó un suspiro, intentando tranquilizarse, ahora que por fin iba a quedarse sólo ahí dentro.
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Thor pasó por la habitación de su hermano antes de ir a la suya a vestirse. En cuanto abrió la puerta vio el resultado del ataque de ira que había sufrido hacía unas horas. Estaba todo hecho un desastre, y la nota que le había dejado estaba tirada en el suelo. Lo observó todo bastante entristecido, mientras sentía que le dolía el corazón.
- ... Loki...
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Llegó la tarde, y Steve seguía alternando horas de gimnasio con su plan para reintroducirse en el mundo actual. Tony acababa de pasar por allí antes de volver al trabajo después de comer, y le había recomendado ver un documental de historia que echaban en uno de las decenas de canales que tenían ahora los televisores. Recibió una nueva llamada mientras tanto, esta vez de María, y le extrañó un poco.
- ¿Tan pronto? - pensó mientras cogía.
- Al final el asunto parece que se está complicando... - comenzó a explicar la morena.
- ¿A qué se refiere, agente?
- ... - hizo una pausa pensando qué decir mientras se la escuchaba respirar fuertemente, como si hubiera estado corriendo - Vamos a tener que recuperar el bastón. Es más importante de lo que creíamos. Pero será mejor que os lo cuente en persona. Llama a todo el equipo. Vengo acompañada de Romanoff y Barton.
- ¿Os dirigís hacia aquí?
- No - se escuchó abrirse la puerta del ascensor. - De hecho, ya estamos.