- Tengo asuntos que atender. Será mejor que no des más problemas a los de sanidad durante la operación de Rogers.
- ¿Operación? - preguntó Bruce muy preocupado y nervioso. - ¿Qué ha ocurrido?
Era un caluroso día de verano. Estaba jugando tranquilamente en el bosque con todos sus amigos. El río que lo atravesaba formaba una hermosa cascada sobre una cantera de piedra, para dar lugar a unos rápidos más adelante. A veces lo convencían para tirarse por ahí con unas balsas de madera que habían construido, aunque la verdad es que le daba un poco de miedo el agua. Prefería quedarse bajo la sombra de los árboles leyendo algún libro. Estaba concentrado en uno bastante interesante sobre historia cuando de pronto una pelota le dio en la cabeza.
- ¡Au! - se quejó, revolviéndose el corto cabello azabache. Se giró, furioso, fijándose en que el culpable había sido su hermano.
- ¡Lo siento! ¡Lo siento! No lo he hecho queriendo, ¡lo juro! - exclamó, preocupado, mientras se acercaba corriendo.
Le examinó la cabeza mientras él seguía enfurruñado haciendo un puchero. Le dio un beso en la zona donde lo había golpeado y después lo abrazó.
- Hermano, no te enfades. De verdad que lo siento - observó cómo el resto de niños se reían y los miró enfadado. - No tiene gracia, le he hecho daño.
- Vale, está bien... no me enfado... - dijo finalmente mientras se sonrojaba.
- ¿Quieres venir un poco al agua? - preguntó, completamente feliz.
- No me apetece mucho... - contestó, desviando la mirada.
- Tranquilo. Si veo que te tropiezas con las rocas, te agarraré. No dejaré que te caigas.
- ¡Yo no me tropiezo! - exclamó, avergonzado.
- ¡Vamos! - volvió a insistir mientras sonreía de nuevo.
- Vale... - aceptó finalmente haciendo otro pequeño puchero.
Se metió lentamente con el resto de asgardianos. Lo cierto es que el agua fresca lo reconfortaba bastante por el calor que hacía. Miró hacia el cielo, temiendo quemarse por el sol. Su hermano le tendió la mano para guiarlo entre las rocas, que resbalaban un poco. Parecía que iba bien, pero de pronto dio un traspiés y se cayó. Los rápidos quedaban lejos. Aún así, por una extraña razón el agua empezó a moverse a gran velocidad, y no podía salir de ella. Sentía que se ahogaba, y no sabía nadar. Empezó a mover manos y brazos desesperadamente, hasta que pudo hacer pie y salió a la orilla a rastras. Había tragado mucha agua y se sentía mareado. Además, estaba completamente magullado por las rocas.
- Thor... *hic* me dijiste *hic* que no dejarías que me cayera... - empezó a murmurar, mientras sollozaba por el miedo que había pasado. - Eres un mentiroso...
Levantó la mirada, esperando encontrárselo corriendo hacia él para socorrerlo como siempre hacía, pero se quedo en shock al verlo ahí en frente, riéndose malévolamente junto al resto de niños.
- ¿Hermano? - preguntó, extrañado, mientras seguía llorando.
- ¡Hermano dice! - soltó una carcajada mientras lo miraba con odio. - ¡Mírate, eres un monstruo!
- ¡Monstruo! - empezaron a decir en alto todo el corro de niños.
- ¿Qué?
Bajó la mirada y de pronto vio que el agua que había sobre su piel hacía que esta se derritiera, como si de papel se tratara, y bajo ella apareció un manto azulado.
- No...
Comenzó a arañarse esa nueva piel con las uñas, pero no se quitaba. Se giró desesperado hacia el agua y vio su reflejo en ella, con esos ojos carmesíes. Soltó un chillido, horrorizado, y empezó a arrastrarse hacia atrás, alejándose de esa horrible imagen.
- ¡No puedes ser mi hermano, porque eres un maldito monstruo! - exclamó Thor con ira, a lo que el resto le siguió en coro.
- No... no... - se le emborronó la vista con las lágrimas. - No es cierto, ¡eso no es cierto! - se intentó levantar, pero sus piernas le fallaron y se tropezó, cayendo de nuevo al suelo, escuchando cómo todos reían. - No es cierto...
Las palabras siguieron repitiéndose en su cabeza aunque se tapara los oídos y no quisiera abrir los ojos. Todo se volvió negro mientras su interior se agitaba y no paraba de sollozar. De pronto, en la lejanía, empezó a escuchar una voz que lo llamaba, y la oscuridad desapareció poco a poco.
- ¡Loki! ¡Loki! ¡Eh! ¡Despierta! ¡Vamos!
Sintió que alguien lo zarandeaba y la luz le quemaba los ojos. Se llevó las manos a la cara, hasta que poco a poco se acostumbró a la iluminación. Vio a Thor, preocupado, a escasos centímetros de él. Se sentía enfermo, y su corazón dolía horrores.
- ¿Te encuentras bien, hermano? - preguntó mientras lo observaba con cara de preocupación.
De pronto Loki se tensó, y se mostró totalmente iracundo y desquiciado.
- ¡TE HE DICHO QUE NO ME LLAMES ESO! - gritó tan fuerte que hasta sintió que le dolía la garganta.
Y de nuevo, los afilados puñales clavándose en lo más profundo de su alma. Se agarró el pecho mientras empezaba a sentir que todo le daba vueltas, y se inclinó hacia delante, haciendo que el pelo le cayera por la cara. Thor se quedó petrificado por el alarido, incapaz de dejar de mirarlo. Comenzó a sentir mucha ansiedad por verlo en ese estado. Lo odiaba. Loki sentía que no podía respirar, y se desplomó de nuevo sobre el colchón. El rubio se acercó, abrumado, y sintió un profundo dolor por verlo sollozando sin cesar.
- Loki...
Se subió a la cama y lo levantó para apoyarlo contra él y poder abrazarlo por la espalda. Advirtió que aún estaba semi-consciente y lo miraba con los ojos perdidos, mientras las lágrimas seguían recorriendo su rostro. Al final, cerró los ojos, e inconscientemente se recolocó sobre ese amplio cuerpo, dejando su cabeza caída contra el pecho del rubio. Thor lo abrazó más fuertemente mientras depositaba un beso sobre su frente y se sintió completamente feliz al sentir la mano de Loki apretar su brazo. Parecía que se había calmado.
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- Aquí os traigo a estos dos - comentó Furia al volver a aparecer por la sala de descanso en la que había dejado a María, James y los espías.
- ¿Cómo te encuentras, Bruce? - preguntó la agente al verlo aparecer.
- Está perfectamente - interrumpió Tony, aún completamente enfadado.
Nick suspiró con cansancio.
- Solucionad esto vosotros. Yo ya tengo bastantes dolores de cabeza. Nos mantendremos en contacto en todo momento.
- ¿Vas a volver a desaparecer sin explicar nada? - preguntó el ingeniero con malicia.
- Mi explicación es que ninguna ayuda está de más. Soy un experto en reunir gente, ¿recuerdas?
- ¿Entonces va a venir alguien más? Yo creía que ya habíamos alcanzado el aforo máximo...
- Stark... - se acercó hacia él seriamente. - Nosotros no buscamos hacerle el mal a nadie, así que calma esos malos humos, ¿de acuerdo?
El castaño suspiró mientras cruzaba los brazos y no apartaba la mirada de él.
- De acuerdo. Pero como no aparezcas pronto, pienso ir a buscarte aún más enfadado - comentó completamente serio.
Furia sonrió de medio lado y finalmente se despidió para dirigirse a la salida junto a unos pocos soldados.
Ambos científicos se sentaron en la mesa donde estaba el resto. Pusieron a Bruce al día de lo que le había ocurrido a Steve, ya que estaba realmente preocupado con el asunto.
- Espero que todo salga bien... - murmuró mientras se frotaba la frente.
- Desde luego, tiene más posibilidades de sobrevivir que todos nosotros - comentó Tony, intentando quitarle tensión al asunto. - Bueno, exceptuándote a ti - miró fijamente a Bruce mientras reía, y poco después se fijó en el soldado. - ¿Y tú también tienes un superpoder raro de esos o eres un tío normal como yo?
- Bueno... "normal" - comentó Clint con sarcasmo mientras reía.
- No estaba tomando en cuenta el ser superdotado como superpoder - exclamó, siguiendo su broma.
Bruce observó al desconocido bastante seriamente al ver que estaba esposado.
- ¿Alguien sabe quién es? - preguntó finalmente.
- Hace muchos años era amigo de Steve, pero debieron hacerle algo... y no recuerda nada - respondió Natasha.
James levantó ambas manos para frotarse la nariz con una de ellas, bastante incómodo, mientras permanecía en silencio y mirando el suelo.
- ¡Eh! - Tony de pronto se levantó de la mesa, sorprendiendo a todo el mundo, incluido James. - Eso es... - se sentó a su lado y le cogió una mano que parecía hecha de metal para examinarla.
- ¡...! - el soldado se echó hacia atrás, sorprendido, mientras retiraba la mano. Miró a los espías algo desconcertado y volvió a dirigirle la mirada al genio.
- Eeey, tranquilo... - exclamó mientras levantaba ambos brazos y enarcaba una ceja. - Sólo quiero ver eso que llevas ahí puesto.
Lo observó, aún con suspicacia, pero al sentirse observado por todo el mundo, terminó cediendo a regañadientes. Tony inspeccionó esa pieza muy atentamente, observando cada articulación.
- No puede ser...
Tanteó el antebrazo por encima de la ropa mientras seguía completamente concentrado. Continuó con el brazo hasta que finalmente se detuvo al llegar al hombro.
- Increíble. Pensé que se trataba de una armadura, ¡pero es un brazo biónico! - exclamó, muy emocionado. - ¿Quién te lo ha hecho?
James se estremeció un poco mientras bajaba la mirada, entristecido y realmente incómodo. Clint se dio cuenta.
- ¿No acabas de oír que su memoria está alterada? - le replicó al genio.
Tony soltó un bufido mientras se cruzaba de brazos. Observó que el soldado se llevaba las manos a la cabeza como si le hubiera empezado a doler horrores.
- ¿Te encuentras bien, inspector Gadget? - preguntó de forma burlona.
- ¿Cuándo operan a Steve? Necesito verlo... - comentó mientras se frotaba la frente e intentaba soportar la migraña.
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Comenzó a abrir los ojos de nuevo. Se intentó incorporar y sintió que alguien lo estaba abrazando.
- No... otra vez no...
Levantó la mirada y vio a Thor apoyado contra el respaldo de la cama.
- Al final no has dormido mucho - comentó mientras seguía observándolo algo preocupado.
- ¡...!
El jotun sintió una fuerte opresión en el pecho y se bajó de la cama. Se dio cuenta de lo que había ocurrido y entró en cólera.
- Fuera de aquí... - le ordenó con un rostro bastante siniestro mientras señalaba la puerta de la habitación.
- No pienso dejarte aquí solo en el estado en el que estás - comentó mientras veía cómo respiraba fuertemente y seguía con esa manía de apretarse el pecho con la mano.
- Tú... tú... ¿pero cómo es que... - se llevó una mano a la frente y comenzó a apretarla con fuerza mientras rechinaba los dientes y fruncía el ceño - ¿Por qué no me dejas tranquilo de una vez? ¡Deja de perseguirme!
- ¿Y volver a perderte? Ni hablar.
- Pero... pero...
Estaba tan absurdamente enfadado que ni le salían las palabras. Siguió frunciendo el ceño y apretando los dientes mientras sentía hasta ganas de saltarle al cuello a ese idiota. Le dolía demasiado el pecho.
- Loki... - se acercó a él lentamente - ¿Por qué no podemos volver a estar como antes? Y cuando esto termine, volver a casa...
El moreno se quedó en shock por un momento y de pronto soltó una carcajada desquiciada, que asustó a Thor.
- Oh sí, claro. Y hacer como que nada ha pasado, ¿verdad? Pero cómo puedes ser tan estúpido...
- ...
- Y obviar el hecho de que toda mi vida ha sido una mentira - se apretó el pecho más fuertemente.
- Loki...
- Y dejar de lado que yo soy el malo de la película, que estuve encerrado no recuerdo ya ni cuánto... ¡Que tú NUNCA te preocupaste por mí!... Y ahora... ¡de repente!... ¡confías en mi como un imbécil!
- Loki... - esta vez levantó más el tono porque estaba empezando a enfadarse.
- Y que madre está muerta, ¡y que ya no hay NADA que me haga querer volver a ese condenado lugar!
- ¡Loki!
El mencionado se cayó finalmente, más por hacer un descanso para respirar que porque estuviera haciendo caso a su compañero.
- Todo lo que apreciaba en el pasado ya no existe, así que para de atosigarme con ello y déjame en paz de una vez.
El rubio se quedó en silencio durante un momento, mientras cruzaba los brazos.
- ¿En serio no hay nada que eches de menos?
- ¿¡Es que estás sordo!? Da igual que lo eche o no de menos, ¡todo lo que me importaba ha desaparecido! ¿Es que no lo entiendes?
- No. No lo entiendo.
Se acercó hasta él e intentó abrazarlo, pero el menor se soltó del agarre en cuanto se dio cuenta.
- ¿Qué haces? - preguntó mientras intentaba relajarse. Su corazón se había puesto a mil por hora. - ¡Tsk! - chasqueó los dientes y frunció el ceño al sentir otra punzada de dolor en el pecho.
- Para mí sí que hay algo que me importaba y que creía que había desaparecido para siempre. No quiero volver a pasar por eso.
Thor se quedó mirándolo fijamente con una expresión de tristeza en sus ojos, mientras se dibujaba una sonrisa rota en sus labios. Loki suspiró, sintiéndose realmente frustrado por los sentimientos que le evocaban ese tipo de comentarios de afecto.
- Ya deberías haberte dado cuenta hace mucho, tú, maldito imbécil, que no soy el mismo que recuerdas.
- Oh, por supuesto que lo eres - comentó, mientras sonreía, lo cual pilló totalmente por sorpresa al otro asgardiano.
Comenzó a reír, incrédulo.
- No sé qué cable se te ha cruzado, pero definitivamente has debido perder la cabeza...
- Me salvaste la vida.
- No lo hice por ti. Ya lo sabes.
- Podrías haberte vengado y no haberme dado ni una mano.
- Sabía que madre estaría contenta si te dejaba con vida. Lo hice por ella.
- ¿Antepones a madre a tu deseo de ser rey?
- Tú en el fondo no eres un obstáculo para mí. No deseas el trono. Por eso mismo no hace falta que te quite de en medio - soltó una risa desquiciada. - Igualmente ahora nadie me aceptaría como rey, ya que fastidiaste mi perfecto plan para quedar bien con todo el mundo. Ahora todos, incluso tú en el fondo... no me veis más que como un monstruo...
Thor entrecerró los ojos y apretó los labios, enfadado.
- Eso no es cierto. Aunque hayas hecho todas esas barbaridades, sigues siendo mi hermano. Y antes has salvado a ese humano por voluntad propia. De no ser por ti... ahora estaría muerto.
- Sólo quería dejarme inconsciente. Estaba pasando un mal rato, y no podía desaprovechar semejante oportunidad para que parara de una vez.
El rubio soltó una carcajada.
- Te quejas diciendo que todos te ven como el malo, pero al mismo tiempo te niegas a atribuirte ninguna buena acción. De verdad que no te entiendo, hermano - vio cómo Loki desviaba la mirada, nervioso, mientras suspiraba.- Y también paraste aquel rayo por mí. Aunque no desees mi muerte, ¿por qué protegerme de esa forma? ¿No te habrías divertido más viendo qué oscuros secretos guardo aquí dentro? - preguntó mientras se señalaba el corazón.
Loki chasqueó los dientes. Eso último lo había desconcertado y se sentía un poco acorralado. Lo cierto es que ni él sabía por qué su cuerpo había reaccionado de esa forma, pero necesitaba inventar algo.
- Quiero el bastón. Pensaba que ese aparato no me afectaría y así podríamos recuperarlo lo antes posible.
- Pero podrías haberlo cogido igualmente dejando que me derribaran.
- ... - desvió la mirada, enfurecido. ¿Desde cuándo ese cabeza hueca era tan perspicaz? - Tal vez escondían algo más. Tal vez no podía yo solo con ellos.
Thor comenzó a reír.
- ¿Pero te estás escuchando? ¿Que no vas a poder con unos humanos? ¿Tú? Siempre estás alardeando de lo muy por encima que estás de ellos.
- ¡Maldita sea! ¡Te pensaba usar de señuelo! Además, tal vez me atacabas en ese estado - soltó una risilla mientras lo observaba con una mirada un poco desquiciada. - Seguramente en el fondo me odias. No podría haber combatido a los soldados y a ti al mismo tiempo.
- ... Loki... sabes que eso no es cierto. Yo no te hubiera atacado. No inventes más escusas.
- ¿Quieres callarte...? - murmuró, viendo que no tenía escapatoria de esa encerrona.
- ¿Por qué no admites de una vez que no son solamente malos sentimientos los que guardas hacia mí? Deja de lado toda esa oscuridad, por favor.
Volvió a acercarse y le agarró los brazos, mientras éste parecía un poco en trance. Su corazón había empezado a palpitar muy fuerte de nuevo. Lo observó con sus ojos aguamarina muy abiertos, mientras su boca se abría levemente pero no pronunciaba palabra. Sintió la calidez de esas manos y empezó a encontrarse realmente relajado. Casi ni sentía ya los pinchazos de su pecho, y sus mejillas habían comenzado a sonrosarse. Hasta que salió del trance.
- ¡No! - gritó, asustado, mientras se soltaba y volvía a retroceder.
- ¡Loki!
Intentó acercarse pero el jotun se dirigió a la puerta dispuesto a salir. Thor se dio cuenta e impidió que se acercara a ella. Al final, el moreno chocó con la cama y se cayó encima. Se subió y retrocedió mientras seguía mirándolo con los ojos a punto de salírsele de las cuencas.
- ¡Aléjate! - le grito mientras empezaba a tirarse fuertemente del jersey que llevaba. Era incapaz de controlar los latidos de su pecho, y lo estaba sofocando. Parecía que tenía algo hirviendo ahí dentro. El rubio no dejó de intentar acercarse - ¡Que te alejes!
Le dio una patada en el estómago y consiguió que se quedara quieto. Thor se agarró el abdomen mientras se quejaba, y miró al menor, enfadado. Éste se quedó sentado hacia el otro lado de la cama, dándole la espalda, con las manos a ambos lados de la cabeza y respirando frenéticamente por el ataque de pánico.
- Oye...
- ¡Atrás!
- ¿Quieres dejar de ponerte a la def...
- ¡He dicho que atrás!
- Loki...
- Eres insoportable... - dijo con un tono sombrío, mientras sentía que volvía a dolerle el pecho mil horrores por todas las cosas que le pasaban por la cabeza. Esa mezcla de sentimientos... no podía aguantar tal cosa, y notó cómo sus mejillas se humedecían con lágrimas que comenzaron a salir de sus ojos. Se sintió enfermar de nuevo y fue encogiéndose poco a poco mientras sollozaba, intentando, en vano, permanecer en silencio.
- Oye... - le colocó la mano sobre el hombro, notando cómo el moreno se tensaba con el tacto.
- Tsk...
Thor comenzó a sentir de repente que su mano quemaba.
- ¿Qué demonios?
La retiró, confundido, y vio cómo las manos con las que se había agarrado el jotun ambos lados del abdomen eran ahora de color azul. Volvió a observarlo, sentado en la cama, temblando, con la cabeza echada hacia delante mientras seguramente estaría llorando.
- Vete de una vez... - le suplicó entre sollozos.
Thor frunció el ceño y, haciendo caso omiso de sus súplicas, se abalanzó sobre él y lo abrazó. Sintió que comenzaba a sentir un frío tan intenso que le quemaba la piel, pero soportó el dolor como si no le importara. Loki se estremeció, y observó cómo se estaba quemando incluso a través de la ropa.
- ¿Qué haces, estúpido? Suéltame.
- No pienso soltarme - dijo con intensa firmeza mientras apoyaba su frente sobre su hombro.
El moreno empezó a sentirse mareado. Y el abrazo no hizo más que aumentar su llanto, que ahora no podía controlar. De pronto, el rubio dejó de sentir ese frío penetrarle hasta los huesos y observó que Loki se relajaba y se dejaba caer hacia atrás. Le acababa de descolocar los sentidos, completamente. Poco a poco dejó de sollozar, y Thor se limitó a esperar pacientemente mientras le secaba las lágrimas con sus manos y le acariciaba el pelo. Cuando se hubo calmado completamente, abrió los ojos y miró fijamente al rubio. Éste sintió que se le paraba el corazón. Ahí estaba de nuevo, esa mirada, imbuida de la más profunda tristeza. La detestaba, pero era incapaz de apartar sus ojos de ella. Su cuerpo se inclinó solo hacia delante y depositó un cálido beso sobre una de esas mejillas azules. Éste no opuso ninguna resistencia y disfrutó el tacto de los suaves y cariñosos labios. Cuando comenzó a separarse lentamente de él, sintió el impulso de agarrarle del cuello para que continuara reconfortándolo así durante más tiempo, pero no iba a permitirse revelarle al rubio cuánto lo deseaba. Estaba realmente cansado, así que volvió a descender sus párpados y terminó acurrucándose sobre ese amplio pecho, a la par que su piel volvía a su pálido tono rosado habitual.
- Pero cómo... te odio... - comentó mientras disfrutaba de una reconfortarte calidez en su cuerpo y su corazón.